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martes, 26 de marzo de 2013

Mural Histórico Militar de Bolivia

En el museo de la Academia Boliviana de Historia Militar, ubicado en la plaza Murillo de la ciudad de La Paz, existe un imponente y sensacional mural al óleo de aproximadamente 20 metros de largo por 4 metros de altura, que al margen de resumir gráfica y explícitamente el proceso evolutivo de los fastos militares más gloriosos de nuestro país, tiene la virtud de revalorizar e incrementar el espíritu cívico y patriótico de los bolivianos.

DESCRIPCIÓN HISTÓRICA

Comienza con la época prehispánica, la cual está representada por la enigmática puerta del sol y la cruz andina, símbolos indisolubles del esplendor de las culturas tiwanacota e incaica, cuyos bravos guerreros después de conquistar vastas y diversas regiones de Sudamérica, afrontaron en desventaja tecnológica la cruel y devastadora conquista española.

La oprobiosa época colonial caracterizada por las sublevaciones mestizas e indígenas, está simbolizada por el sacrificio del líder aymara Julián Apaza, el temible Tupac Katari, que constituye un antecedente inmediato de la lucha emancipadora del Alto Perú.

La larga y sangrienta Guerra de la Independencia está representada por las señeras figuras de Pedro Domingo Murillo, Jaime Zudáñez, Esteban Arze, José Miguel Lanza y otros héroes, así como por la bravura de la mujer altoperuana inmortalizada por las abnegadas heroínas de la Coronilla de San Sebastián y de la Generala de los ejércitos argentinos y Mariscala de Bolivia, Doña Juana Azurduy de Padilla. Asimismo, se resalta las figuras de los manes de la Patria Libertador Simón Bolívar y Mariscales Antonio José de Sucre y Andrés de Santa Cruz.

Las gloriosas Campañas de la Confederación Perú Boliviana, que situaron a nuestro país como una las principales potencias militares del continente, y la heroica y decisiva batalla de Ingavi, que consolidó la independencia de nuestro país, tiene como figura central al Mcal. José Ballivián.

La infausta pero gloriosa Guerra del Pacífico, que privó a Bolivia de su tradicional y soberano derecho de salida al mar, tiene como figuras a la niña Genoveva Ríos, de noble actuación en la invasión de Antofagasta; al paradigma del heroísmo boliviano, Cnl. Eduardo Avaroa, y a los aguerridos Colorados de Bolivia.

La Guerra del Acre, desarrollada en un remoto y desconocido espacio geográfico sirvió una vez más para poner en evidencia la bravura y el coraje del Soldado Boliviano que combatió bajo las órdenes del propio Capitán General del Ejército, Gral. José Manuel Pando.

El extenso, lejano e inhóspito Chaco Boreal fue el escenario de la más larga y sangrienta guerra internacional que se produjo en el continente americano; en este “infierno verde”, donde nuestra aviación alcanzó la superioridad aérea frente al adversario, máxima premisa del poder aéreoespacial, se desarrollaron importantes batallas donde se utilizó por primera vez armas de última tecnología, emergieron héroes de la talla de, Manuel Marzana, Bernardino Bilbao Rioja, German Busch y Rafael Pabón, vencedor del primer combate aéreo en América; pero, también es destacable el valor y la tenacidad del soldado que más de las veces proveniente de la gélida altipampa demostró su bravura en los bosques y pajonales del Chaco, que concluyó con la defensa de nuestros recursos hidrocarburíferos que actualmente sustentan al Estado Plurinacional de Bolivia.

Son también notorias las campañas antiguerrilleras de Ñancahuazú y Teoponte, hasta la conformación de las nuevas Fuer-zas Armadas con proyección al futuro, en base a la disciplina y la introducción de la nueva tecnología

Finalmente, observamos el futuro, al cual se dirigen las FFAA del Estado, repre-sentado por el moderno soldado que vigila la heredad nacional y entrenado para en-frentar los desafíos que nos depara el futuro; se ve al fondo el sol que ilumina nuestro derrotero mediante el trabajo teso-nero de sus ciudadanos.

EL PROMOTOR Y EL AUTOR

Este extraordinario mural que ha servido para ilustrar una ingente cantidad de libros, revistas y artículos, fue plasmado entre los años 1997 y 1998 por iniciativa y esfuerzo del Director de la Academia Boliviana de Historia Militar, Cnl. Víctor Alba Almanza y pintado en su integridad por el talentoso artista plástico Sof. Rosendo Huarina Quis-pe, destacado funcionario de la Armada Boliviana.

Este reconocido muralista, nació el 1 de marzo de 1952 en una población de la provincia Omasuyos del departamento de La Paz; realizó estudios superiores en la Fa-cultad de Arquitectura y Artes de la Universidad Mayor de San Andrés.

Su obra de tendencia realista y de as-pecto temático en las que se funden la figuras entre sí con los objetos, está plas-mada en diversos trabajos para la institución que le cobijó. Su sensible falleci-miento se produjo el 20 de junio de 2001, que privó a las Fuerzas Armadas de un notable pintor que supo plasmar en su arte nuestros militares, así como los anhelos y motivaciones de un pueblo glorioso y de profundas tradiciones ancestrales.

El autor es Académico de Número de la Academia Boliviana de Historia Militar.

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