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sábado, 10 de agosto de 2013

Jaime Paz Zamora prepara su hogar para recibir a turistas

En la provincia Méndez de Tarija, comunidad de Lajas, en las nacientes del río Guadalquivir, se encuentra la casa de campo donde habita el expresidente de Bolivia Jaime Paz Zamora.

Su casa, denominada “El Picacho”, data desde las guerrillas montoneras de la Independencia en el sur de Bolivia y el norte argentino, y por ello ha sido declarada patrimonio histórico y nacional de Bolivia.

El exmandatario se dedica a la permanente restauración de “El Picacho” para habilitarlo como un centro al servicio del desarrollo cultural histórico y democrático, así como para promover la conciencia medioambiental.

Un parque botánico se va formando también alrededor de la casona desde hace varios años. En ese espacio natural Jaime Paz Zamora practica la disciplina artística denominada "land art", a través de la cual se genera una actividad creativa, en interacción directa con la naturaleza y el paisajismo, que se expresa en forma de "instalaciones" de las que ya ha colocado una buena colección en su casa.

El exmandatario continúa inmerso en la actividad política, tanto dentro como fuera del país. Jaime Paz Zamora está en constante contacto con los medios de comunicación y escribe notas relacionadas al desarrollo democrático de Bolivia y de la región, particularmente del quehacer político actual y futuro del país.

También comparte con sus vecinos de la comunidad y del sindicato agrario, en diversas actividades, particularmente aquellas que tienen que ver con la caballería criolla rural.

“No soy un hombre de rutinas. Tal vez esto tenga que ver con aquello de los largos años de lucha clandestina en los que la rutina podía ser una trampa fatal. Pero también puede ser consecuencia de mi formación espiritual monacal de mi juventud, en la que la contemplación y meditación, al ritmo y hora que el espíritu las impulse, son la prioridad”, comenta.

Sus actividades están enmarcadas en momentos que se alternan entre el encierro en su escritorio, la biblioteca y la libertad del aire en plena naturaleza.

“No en vano me definí siempre como un militante de la izquierda al aire libre”, apunta.

En el exterior participa en eventos importantes de tipo político y académico.

Por ejemplo, actualmente colabora en el lanzamiento del foro empresarial mundial que la Asociación Industrial Latinoamericana está organizando para fines de septiembre en México.

En este encuentro participan expresidentes, empresarios, sindicatos, periodistas y académicos, en una temática innovadora y futurística sobre la actividad empresarial y la creación de cohesión social en las sociedades latinoamericanas.

Su participación está también patente en una iniciativa lanzada por un grupo de fundaciones denominada misión presidencial latinoamericana, orientada a que expresidentes de distintos países puedan participar en encuentros de seguimiento de la realidad latinoamericana e internacional que deriven en conclusiones de referencia para los gobiernos en ejercicio.

“En todas partes, dentro y fuera del país, pero donde más me siento expresidente es en la calle. La gente me trata con cariño, ternura, respeto, con quien hablo sabe que fui presidente, es allí donde más "ejerzo" la expresidencia”, sostiene.
CINCO HIJOS

El expresidente tiene cinco hijos. El mayor, Rodrigo, ejerce su liderato regional como presidente del Concejo Municipal de Tarija.

El segundo, Jaime, vive en Lima por razones familiares y de trabajo. Martín, el tercero, de 28 años, es ingeniero industrial y trabaja en Londres (Inglaterra).

“Mis más pequeños que me llenan los días de felicidad son Santiago, de nueve años, y Néstor Mauro, de seis. Luego vienen sus seis nietos, que asegura, son su activo humano para pensar en un futuro.
NI UN MUERTO

Entre los recuerdos que tiene de la presidencia, el que más enorgullece a Paz Zamora es que tiene la conciencia tranquila de “no haber hecho daño a nadie, ni haber tenido ningún muerto en la gestión de gobierno”.

“También tengo la satisfacción profunda de haber dado el salto histórico para la economía nacional con el descubrimiento de petróleo en Cochabamba y de los megacampos de gas con el pozo de San Alberto en Caraparí, el 20 de octubre de 1990, que hoy garantizan más de la mitad de los ingresos por exportaciones”, afirma.

Manifiesta que en su mente quedó el recuerdo de haber salido por la boca del túnel del estadio Félix Capriles con la bandera boliviana y recibir la ovación de la gente en la clausura de los Juegos Bolivarianos tres meses antes de dejar la presidencia en 1993. “Siento el frescor de las aguas de ‘Boliviamar’ en Ilo, siento muchas cosas”, puntualiza.

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