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jueves, 6 de agosto de 2015

El Litoral cautivo en el alma de los bolivianos

Los bolivianos tenemos latente el sentimiento de esperanza para volver algún día a las costas del Pacífico. Sin embargo, hasta que eso suceda lo recordaremos como aquel departamento que en su momento fue parte de nuestra querida Patria Bolivia.

Para ello, nos remontaremos a la época de la cultura tiahuanacota, miles de años antes de Cristo. Se expandió con siete asentamientos en el valle de Azapa en la costa del Pacífico. Durante el incario, sus pobladores llegaron hasta el desierto de Atacama. Posteriormente, los aymaras tuvieron una interacción hacia la costa marítima. Aquello ocurrió hasta antes de la Colonia.

Una vez que los españoles llegaron a conquistar esta parte del continente americano, se estableció una organización política-administrativa con la creación de virreinatos y capitanías.

Durante la Real Audiencia de Charcas creada por cédula real en 1559 se incluyó al distrito de Atacama dentro de su jurisdicción que abarcaba desde el río Loa hasta más allá del paralelo 25. En 1776, cuando se creó el Virreinato del Río de La Plata pasó a su dependencia. Seis años después, el nuevo virreinato fue dividido en ocho intendencias, en las que se encontraba Potosí, denominado en ese entonces, Alto Perú.

La intendencia de Potosí se subdividía en seis partidos, uno de ellos era el de Atacama con su costa. Tras la independencia de Bolivia, el 6 de Agosto de 1825, se tomó en cuenta el principio del "uti possidetis juris" (Del latín: Como poseéis de acuerdo al derecho, así poseeréis), lo que significaba que se respetarían los límites coloniales que se tenían para ese año. En 1826 se definió la división política de Bolivia, que dividió al país en departamentos y provincias, hasta ese momento Atacama era considerada como una provincia.

En 1829 se creó la provincia del Litoral y en 1867 se constituyó recién en departamento con 120 mil kilómetros cuadrados. Sus límites eran desde el río Loa, frontera con Perú hasta el río Salao, más allá del paralelo 25 que colindaba con la República de Chile.

Cabe establecer que en esa época el vecino país, nunca cuestionó la soberanía marítima de Bolivia. Asimismo, en las constituciones políticas de Chile de 1822, 1823, 1828 y 1833 reconocían que su límite al Norte era el desierto de Atacama.

PUERTOS

El departamento de Litoral tenía varios puertos que estuvieron a las orillas del Pacífico, como Cobija, Tocopilla, Mejillones y Antofagasta, más adentro Calama.

COBIJA

El puerto de Cobija fue creado el 25 de diciembre de 1825 con el nombre de Puerto La Mar, una vez que se constituyó la República de Bolivia el 6 de agosto del mismo año, por Simón Bolívar. Está situado entre las ciudades de Tocopilla y Mejillones.

La creación de este puerto, fue el resultado del fracaso de las negociaciones con el Perú, para la cesión del puerto de Arica. Posteriormente, el gobierno de Bolívar comisionó al militar, Francisco Burdet O´Connor para el establecimiento del puerto de Cobija, que antiguamente era un asentamiento chango. Las condiciones geográficas ayudaron para ese fin.

Cobija fue fundada por la colonia española en 1578, que en una primera instancia fue un puerto de la Audiencia de Charcas y luego de la República de Bolivia, perteneció a la región de Atacama y a la Intendencia de Potosí.

En su época fue importante por el arribo de aristócratas, quienes originaron un desarrollo cultural y económico antes de la fundación del puerto de Antofagasta, durante la República de Bolivia.

Durante el proceso de formación de la Confederación Perú-Boliviana, las tropas peruanas tomaron el puerto de Cobija y en el combate mataron al militar boliviano Gaspar Aramayo.

El progreso de Cobija fue notorio con la instalación de una planta de desalinización de agua de mar en 1857, cuyo propietario era don José Santos Ossa. Tenía una población de mil habitantes aproximadamente. Fueron precisamente sus pobladores que en 1870 descubrieron las riquezas argentíferas de Caracoles.

En 1868 se registró un terremoto, destruyó la mitad de la ciudad y un brote de fiebre amarilla hizo escarnio de sus habitantes, un año después. En 1877 se registró otro terremoto de 8,8 grados en la escala de Ritcher, destruyó Cobija luego de un tsunami. Ante ese hecho, las autoridades bolivianas determinaron trasladarse a Antofagasta, pese a esa situación la población sería menor en consideración a la cantidad de chilenos que estaban viviendo en ese puerto.

Un año después de terminada la Guerra del Pacífico en 1883, Cobija tenía 429 habitantes y a inicios del siglo pasado, fue abandonada casi definitivamente, convirtiéndose a la fecha en la ciudad de las ruinas.

ANTOFAGASTA

La ciudad fue fundada por orden expresa del presidente, Mariano Melgarejo, el 27 de agosto de 1868; su fundador fue el prefecto de Litoral, José Taborga, quien el 22 de octubre del mismo año, la bautizó con el nombre de La Chimba, pero después Melgarejo le cambió el nombre por Antofagasta, que era la denominación de una finca que tenía su hermano Anselmo, en Cochabamba.

Un desacierto de Melgarejo fue enviar una carta al gobierno de Chile, pidiendo que envíen policías chilenos a Antofagasta para dar seguridad, porque no confiaba en la Policía Boliviana.

Según relato chileno, en 1869 la caleta fue reconocida por Bolivia como Peña Blanca; en 1870 Díaz Gana descubre la plata de Caracoles. Para ese entonces, Peña Blanca tenía 330 habitantes y el agua era traída desde Tocopilla y Arica.

Tanta era la presencia chilena en Antofagasta que, al fundarse el municipio en 1872, la población eligió nueve regidores: Dos alemanes, un inglés y seis chilenos. De hecho, de los 8.500 habitantes de la ciudad, en 1878, 6.554 eran chilenos.

El viernes 14 de febrero de 1879, una escuadrilla compuesta por el "Blanco Encalada", el "Cochrane" y la "O´Higgins" aparecen en la bahía de Antofagasta, donde desembarcaron 200 soldados chilenos a cargo del coronel Emilio Sotomayor, ocupando territorio boliviano, momento en el que se inicia la Guerra del Pacífico.

TOCOPILLA

Su nombre tiene origen aymara, cuyo significado es "rincón del diablo".

Esa urbe fue fundada por el arquitecto francés Domingo Latrille el 29 de septiembre de 1843, por designación del prefecto de Cobija, José Iriondo, quien pidió que practicaran junto al comisionado, Mariano Benavides, las medidas de mensura del terreno de la zona costera que llegaría a ser la ciudad de Tocopilla.

Según el libro: "Reivindicación del Patrimonio de Tocopilla" de Damir Galaz Mandakovic Fernández: "Hasta fines del Siglo XIX, la actual región no era de Chile. Esta provincia de Bolivia pasó a poder de Chile después de la Guerra del Pacífico (1879-1883) que enfrentó a Chile contra Perú y Bolivia.

Tocopilla fue anexada a Chile el 22 de marzo de 1879, cuando el comandante chileno Juan Williams Rebolledo desembarcó en Tocopilla en el blindado "Blanco Encalada" y procedió a la toma pacífica del puerto.

El subprefecto del Litoral, Manuel María Abastos, fue el último boliviano en Tocopilla tras firmar el acta de sometimiento el 22 de marzo de 1879.

En la subprefectura de Tocopilla, conocida como la cárcel de Bolivia, hoy denominada Casa de Piedra que es el edificio más antiguo del puerto, fue donde se firmó la toma de Tocopilla. Los habitantes y los invasores no perdieron ni un minuto y comenzaron a desarrollar la ciudad y el puerto, con la actividad salitrera que fue el sostén de su economía.

MEJILLONES

Mejillones nació en Bolivia, pero de acuerdo a la historia desde la percepción chilena, se fundó oficialmente el 24 de diciembre de 1862, cuando su gobierno otorgó terrenos de La Caleta a Juan "Chango" López, quien se encargó junto a la Sociedad Guanífera a explotar ese combustible para las industrias. Se cree que fue traspasado a Bolivia mediante el tratado de 1866 y luego fue recuperado por Chile tras la invasión de Antofagasta el 14 de febrero de 1879.

La versión boliviana señala que Mejillones nació con Bolivia y siempre fue de interés chileno, es por eso que en reiteradas ocasiones sus autoridades solicitaron al embajador boliviano en Santiago, Rafael Bustillo, la compra de Mejillones, aspecto negado en reiteradas oportunidades.

El nombre de Mejillones, es el plural que se debe a un molusco que existe en el lugar denominado, mejillón.

Los primeros europeos que navegaron por el mar adyacente a la península de Mejillones, observaron y describieron etnológicamente a varios grupos de habitantes que vivían en aldeas y que en algunos de ellos navegaban en balsas de cuero de lobo de mar.

Fueron denominados "changos" los primeros pobladores quienes dejaron una serie de evidencias, que fueron descubiertas mediante trabajos arqueológicos, que se realizaron desde el siglo XIX.

CALAMA

Calama es una ciudad en medio del desierto, aunque su significado de acuerdo a los cronistas, viene de la lengua nativa Kunza "Ckara-ama", que significa "ciudad en el medio del agua", porque está rodeada por el río Loa. Y "oasis", porque antes de llegar a Calama se ve un gran vergel en medio del desierto de Atacama. Esta ciudad es rica en minería, principalmente por Chuquicamata, la mina de cobre más grande del mundo.

En la época de la Colonia, dependía de la Intendencia de Potosí que a su vez pertenecía a la Audiencia de Charcas.

Calama siempre fue una población estratégica, principalmente por los recursos naturales, además que allí los viajeros se aprovisionaban tanto para ir a Antofagasta, Mejillones, Cobija y Salta. En la época de la República pertenecía al departamento de Litoral y a la provincia de Atacama, cuya capital era San Pedro de Atacama.

Para los chilenos, la fundación de Calama ocurrió el 23 de marzo de 1879. Después de que las tropas chilenas desembarcaron en Antofagasta, se dirigieron a Calama para tomarla por su situación geográfica estratégica; los militares Eleuterio Ramírez y Emilio Sotomayor encabezaron el ataque. La defensa boliviana estaba al mando de Ladislao Cabrera, quien preparó el recibimiento tras el aviso del prefecto de Antofagasta, Severino Zapata, que se replegó por la invasión al puerto.

El combate central se realizó en el puente del Topáter, y el episodio épico se vivió en el puente, donde Eduardo Avaroa murió acribillado con dos balazos del invasor. Los chilenos admiraron el valor del combatiente que luego fue declarado héroe nacional, sus restos mortales fueron repatriados en 1952.

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