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martes, 14 de junio de 2016

"Don Chaco": El monstruo que venció al Ejército boliviano

Muchos de los autores de libros referentes a la Guerra del Chaco (1932-1935), atribuyen la derrota de la milicia boliviana en esta contienda bélica, a las características de la región donde se combatió, ya que enfermedades, hambre y sed, se cobraron miles de víctimas, más que las balas paraguayas.

La descripción que realiza el coronel Alfredo Peñaranda Esprella, en su libro "Don Chaco", se centra en cómo los soldados bolivianos veían a este indómito lugar, donde se desarrolló la guerra contra las fuerzas paraguayas, considerado por muchos como un "monstruo", que cargaba en su morral, las enfermedades que quitó la vida a muchos paisanos.

"Don Chaco, era la auténtica bestia apocalíptica, que surgía de las profundidades del bosque, vestido de kaki color azulino desteñido, con charreteras de general, largas perneras de cuero, los pies descalzos con espuelas roncadoras, un machete en la cintura y varios morrales en la espalda, en los que llevaba el virus de todas las calamidades, con las que iba a flagelar a los collas, que con inocencia temeraria nos íbamos adentrando en su medio, tenebroso y exótico", describe Peñaranda en parte de su libro.

Para el coronel Peñaranda, el surgimiento de este "monstruo" se dio a raíz del abandono y el desinterés que demostraron los bolivianos por este territorio, que lo vieron perdido antes de empezar a defenderlo. Porque si el ejército boliviano, hubiera conocido el terreno donde se metían, la vestimenta que se debía utilizar, como sobrevivir en el lugar y generar accesos adecuados, la historia se habría escrito de diferente manera.

Los soldados bolivianos, a consecuencia de su ignorancia, tuvieron que alimentarse de lo que pudieron, como de la sopa de argollo de contrabando argentino, preparado con carne pútrida de vaca y el agua contaminada del Chaco.

Las enfermedades que se presentaban en la región, también eran desconocidas para muchos de los médicos bolivianos, males que crecían y terminaban con las vidas bolivianas, que intentaban sobrevivir a temperaturas superiores a los 40 grados centígrados, principalmente a los soldados procedentes del altiplano.

"Selva, eres dueña de estos males y desgracias que, incluida la muerte, están juntos de las manos dispendiosas de Don Chaco, enemigo del incario e incondicional siervo del guaraní…"

Un análisis que realiza el coronel Peñaranda, es que para que el ejército boliviano se enfrente a la Guerra del Chaco, no se consideraron aspectos fundamentales para esta contienda bélica. No se estudió al enemigo, sus posibilidades económicas, su valor físico y moral, además de sus antecedentes históricos.

No se analizó el terreno, sin planes estratégicos y tácticos, ni se estudió la morfología general, topográfica y geográfica.

Tampoco se estudió el armamento adecuado que se debía utilizar, mucho menos las necesidades del transporte, que constantemente se arruinaba. Para Peñaranda, el país no estaba preparado para esta guerra, dejándose devorar por un "monstruo" llamado "Don Chaco".

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