Buscador

martes, 26 de enero de 2016

26 de enero de 1810 Sentencia contra Murillo

Al mediar la noche del 26 de enero de 1810, se dicta sentencia contra Pedro Domingo Murillo y otros revolucionarios. Murillo como consecuencia de querer estable-cer en tierras del Alto Perú un sistema nuevo de gobierno fundado en los intereses de la Patria, altamente deprimida por la bastarda política de Madrid... y haber promovido un le-vantamiento armado durante las jornadas del 16 de julio de 1809. Murillo es capturado el 9 de noviembre de ese mismo año, por delación de su compadre Vizcarra y entregado al pérfido y sanguinario Goyeneche, quien ordena el in-mediato proceso contra los revolucionarios que fueron cayendo en manos de las autoridades realistas, el fiscal coronel Francisco Basogoitia atribuye la actitud de Murillo como una actitud maquiavélica, el diseminar la semilla de la per-versidad y declara a Murillo, a Gregorio García Lanza, Basilio Catacora y Buenaventura Bue-no, representantes del pueblo, al presbítero José Antonio Medina, a Juan Bautista Sagár-naga, Melchor Jiménez (pichitanca), Juan An-tonio Figueroa y Apolinar Jaén, reos de alta traición y subversores del orden público, en consecuencia son condenados a la pena ordi-naria de la horca a la que serán conducidos, arrastrados a la cola de un asno la mañana del 19 de enero de 1810, a la Plaza de Armas don-de se dará cumplimiento a la sentencia.

lunes, 25 de enero de 2016

1947: Invasión de langostas en Potosí

El año 1947 encontraba a los habitantes de Potosí aún con la conmoción depositada en la memoria colectiva de las acciones sangrientas ocurridas en 1946, fruto de las pugnas de poder entre un sistema de creencias oligárquico y feudal en proceso de agotamiento y una propuesta de modernización nacional capitalista del andamiaje estatal.

El colgamiento del populista Villarroel en La Paz no había resuelto el quiebre histórico al que se encauzaba la sociedad ni había derrotado a los nacionalistas, y más bien, nuevamente se gestaba un proceso de acumulación de fuerzas para el enfrentamiento final. El gobierno de Enrique Hertzog, con una legitimidad destartalada, acudía a la represión brutal como único lenguaje válido de su administración para frenar las revueltas indígenas en el occidente, según lo dejó escrito José de Mesa en su “Historia de Bolivia”, y los aprestos subversivos de los mineros potosinos que, influidos por el pensamiento nacionalista y la tesis de Pulacayo, impulsaban la resistencia y el desacato. Esto, en un proceso de catarsis, se plasmaría después con la insurrección obrera de 1949 y el consiguiente enfrentamiento a la soldadesca de Mamerto Urraliogoita (“El miedo bajo las campanas”, de Luis E. Heredia).

En los cielos de Potosí
Aún así, en aquellos tiempos de convulsión social, de crisis económica y carestía de alimentos los habitantes llevaban una vida normal, como se estilaba. La radio Liberación, en la Alcaldía potosina, difundía a través de sus parlantes ubicados en la entrada superior las últimas radionovelas mexicanas para el deleite de los radioescuchas quienes, al no contar con aparatos propios, solían acudir a la plaza principal y sentarse en la acera enlosetada, acurrucados y aglomerados unos con otros, para paliar la fría noche.

El Comité de Obras Públicas continuaba en sus intentos de conseguir un financiamiento para la construcción de un sistema de alcantarillado para la ciudad. El sistema precario y su inexistencia en la mayoría de los barrios era la única razón por la que una gran parte de los pobladores se veía en la necesidad de acudir en masa a los extensos “muladares” que colindaban con los barrios marginales.

Sin embargo en esa primavera fría de 1947 sucedió un hecho inaudito y fuera de lo cotidiano para los ciudadanos. Una mañana de inicios de noviembre el cielo fue tornándose gris por una nube negra que, al parecer, tenía vida propia y en su avance raudo iba precipitándose hacia el suelo y los tejados de las casas para elevarse nuevamente. Eran mangas conformadas por miles de langostas que, empujadas ocasionalmente por las corrientes de viento y “rompiendo” el estado de sitio gubernamental, vinieron a dar con su existencia a estas zonas altas. La gente, con una mezcla de sorpresa, incredulidad y miedo, no salía de su anonadamiento.

Su tamaño era descomunal comparado a los pequeños saltamontes andinos. Eran cinco veces más grandes y sus colores crípticos de tonalidades verdosas y el chirrido que emitían con sus órganos estridulantes llamaron la atención de los potosinos.

Era la invasión de una langosta cuyo nombre científico es Schistocerca cancellata (Serville, 1838), uno de los pocos orthoptheros celíferos con una alta capacidad de tener varias generaciones y de contar con una fase solitaria y también gregaria, de acuerdo con Ludivina Barrientos Lozano, en “Orthópteros plaga de Brasil”, para la FAO/UN en 2013. En esa última fase, la más peligrosa, se agrupan para conformar grandes nubes destructivas. Su característica de alimentarse de distintos cultivos, acompañada de su plasticidad ecológica, le daba una amplia posibilidad de llegar a lugares distantes.

La curia y las beatas relacionaban la llegada de esta plaga de proporciones bíblicas con uno de los castigos terroríficos y a la vez absurdos de la divinidad por tanta perversión en la que se habían hundido los habitantes de la ciudad.

La derrota de la invasión
Aquellos invasores afectados por el frío y la falta de alimento pagaron caro su osadía. Poco a poco, al pasar unos días, fueron cayendo por todos los techos y apenas se atrevían a realizar algún vuelo, limitándose a dar muchos de ellos unos cuantos saltos, algunos escondiéndose en el follaje de los contados árboles de las plazuelas y los demás extendiéndose como mantos interminables en las calles angostas. Los pobladores no tuvieron problemas en eliminarlos y posteriormente juntaron los cadáveres en calles y plazas, formando montones que iban creciendo con los aportes que llegaban de todas las edificaciones, de los patios y habitaciones de las casas. Después, fueron quemados.

Los niños, entre ellos mi madre, Herminia Paz, eran los principales encargados de la eliminación y recolección de todos los bichejos, a los que cazaban en montones para posteriormente entregarlos a los funcionarios municipales a cambio de un monto muy simbólico. El Alcalde quería mantener aún intocables las exiguas arcas ediles para financiar, en parte, la visita oficial que el Presidente y su numerosa comitiva iban a realizar a la capital potosina para participar de la conmemoración del 10 de Noviembre.

El extraño del saco largo
Una historia pintoresca con que la población explicaba el origen de esta plaga acridoidea es la que relata doña Alcira Medina, profesora jubilada: Coincidiendo con esas fechas, al domicilio de una familia que apellidaba Canelas, ubicada en la plaza San Pedro, llegó un visitante por demás extraño, jamás visto en el barrio y tampoco en la ciudad. Era de contextura ancha y gruesa, alto y con la cara demasiada pálida, semejante al rostro de un actor de cine silente. Su vestimenta: un abrigo de color negro, demasiado largo, que hasta daba la impresión de anclarse en el suelo.

Con sombrero también negro y pipa en mano solía salir a explorar el barrio sin dar conversación. Toda la vecindad entre susurros y a media voz atribuía a este visitante circunstancial la culpabilidad de la aparición de la plaga, así como también le responsabilizaban de la representatividad de alguna fuerza maligna o diabólica.

Festín en el campo
Antes de llegar a su destino la plaga acabó con la producción de papa y cultivos de hortalizas en las zonas de las pampas de Lequezana y en Betanzos. En Millares, a 98 kilómetros de la ciudad de Potosí, cuentan los pobladores que al atardecer una nube negra hizo su aparición por el fondo de la quebrada del río Mataca, dirigiéndose aceleradamente hacia la población, acompañada de un ruido parecido al que hace el granizo al acercarse.

Cayeron con una fuerza inusitada sobre los huertos, arrasando con todo lo que estaba sembrado. Las mujeres, al ver semejante cuadro, salían apresuradamente a las puertas exteriores de sus casas arrodilladas, pidiendo entre sollozos, rezos y gritos el fin de semejante castigo, mientras que los hombres se organizaban para combatir a las langostas prendiendo cuanta fogata podían.

De alcance nacional
El periódico El Diario del 7 de noviembre anunciaba al país que “en Santa Cruz, Chuquisaca, Potosí, Cochabamba y Tarija se han hecho presentes las langostas habiendo arrasado completamente los sembradíos y las cosechas, esta plaga se presentó con caracteres nunca vistos”.

El apoyo argentino no se dejó esperar. Llegó el anuncio del envío de “drogas langosticidas” y dos técnicos para organizar la estrategia de lucha.

Las pérdidas fueron tales en dichos departamentos que el Gobierno, mediante una ley del 24 de noviembre, declaró la moratoria durante un año de los créditos adquiridos en el Banco Agrícola y el Banco Central de Bolivia por todos los hacendados afectados, según el ministro de Agricultura Eduardo Tardío, entrevistado por El Diario de La Paz el 11 de noviembre de 1947. Asimismo, destinó alrededor de 1 millón de bolivianos para combatir este terrible azote.

El Gobierno, fiel a su tradición autoritaria, fundamentó la lucha contra la plaga en la fuerza del ejército, cuyos efectivos, ataviados en trajes de combate y con todo el implemento militar, se movilizaron en camiones de guerra hacia los campos infestados. El arma privilegiada a utilizar a propuesta de Mister Duff, administrador oficial de The Bolivian Railway, fue el lanzallamas, un arma eficaz utilizada por las wermachts alemanas en las batallas callejeras de Estalingrado durante la II Guerra Mundial.

Eso se puede evidenciar en una entrevista al propio L.V.K. Duff, en El Diario del 18 de noviembre del mismo año.

Sin embargo, la organización de la lucha contra la plaga no estuvo acompañada de una movilización social que comprometa fundamentalmente a la amplia mayoría campesina originaria. Las acciones punitivas del Estado en defensa de los hacendados habían alejado la participación de este gran segmento social en el altiplano y los valles.

El 24 de noviembre de 1947 Hugo Arancibia, director del Departamento de Sanidad Vegetal, se quejaba a la prensa de que los indígenas, con el pretexto de desarrollar sus ritos religiosos, en un acto inaudito de rebeldía y conspiración se convertían en aliados de la plaga, transportando en amarros y bolsas a las langostas desde las zonas afectadas hasta las tierras de los hacendados, donde aún las mangas no habían siquiera llegado. De esta manera, esa acción hizo que la plaga sorteara los obstáculos geográficos y llegara hasta los campos de poblaciones tan distantes como Tupiza.

Carácter continental
Esta plaga, cuyo origen según varios autores fue el noroeste argentino, territorio de lo que se denomina en términos entomológicos como la “zona de cría permanente”, logró extenderse en 1946 y 1947 a gran parte de Sudamérica. María Marta Cigliano y Sandra Torrusio, en su artículo “Sistema de Información Geográfica y Plagas de Insectos”, publicado en Revista Ciencia Hoy, de Buenos Aires (1999), refieren que el noroeste argentino comprende a las localidades de La Rioja y Catamarca.

Después de acabar con los sembradíos argentinos, la plaga afectó a los campos de Uruguay, paseando por la geografía charrúa hasta alcanzar la capital, Montevideo; destruyó los cultivos de cereales, maíz, frijol y caña en el sureste brasileño, más propiamente en los estados de Río Grande do Sul y Santa Catarina. También invadió el Chaco paraguayo.

Actualmente, se conoce que existe todo un programa de control para mantener a la plaga en estado inofensivo; sin embargo, la constante expansión de la frontera agrícola con monocultivos, impulsada por la gran propiedad agroindustrial y acompañado del cambio climático mundial, puede generar que nuevamente el motor de la selección natural conduzca a una emergencia incontrolable de la Schistocerca cancellata.

* Es ingeniero agrónomo, presidente de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Potosí.

La antigua mesa chuquisaqueña



Entre mediados del siglo XIX y principios del siglo XX, las familias acaudaladas de Sucre podían darse el lujo de encargar la fabricación de una vajilla exclusiva, con su propio monograma, en París, conocida como la cuna de las porcelanas y las lozas más finas del mundo. Había progenies con menos recursos económicos que también solicitaban porcelana fina, pero sin iniciales.

La vajilla es un elemento imprescindible en la mesa. Los expertos dicen que las piezas finas o de marca son primordiales para vestir a una buena mesa, pues no solo hace a la utilidad sino que le agrega un toque de elegancia y distinción.

“Con el auge de la plata y la minería, el poder económico era muy grande en Bolivia. Esto permitió que algunos personajes se dieran gustos muy refinados y caros”, comenta a ECOS el experto en antigüedades Iván Gutiérrez Achá.

Algunas de estas piezas —consideradas únicas— hasta ahora se encuentran bien conservadas por familias que las guardan celosamente, ya que representan la historia y el patrimonio de sus antepasados.

En rigor, quedan pocas colecciones de porcelana, cristalería, cubertería y mantelería completas; hay más piezas sueltas que, aun así, son todo un símbolo.

La “Belle Époque”
En Historia se denomina la “Belle Époque “ (desde fines del siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial, acontecida entre 1914 y 1918) a un tiempo de optimismo y esplendor en todas las clases sociales, que se caracterizó por un transitorio bienestar económico, en los países industrializados de Europa, en Estados Unidos y en gran parte del mundo, producto de los avances tecnológicos y científicos.

Fue entonces que se dieron la conquista del descanso dominical, la reducción de la jornada laboral y la posterior incorporación del “sábado inglés” o media jornada, creándose un tiempo libre difícil de ocupar.

También surgió la práctica masiva del deporte, se expandió la educación y las artes se desarrollaron en forma formidable; los artistas tenían trabajo por doquier.

“La gente acaudalada económicamente daba mucho impulso al arte, tenía un gusto refinado y quería lo mejor de lo mejor”, explica Gutiérrez.

Después de la Primera y la Segunda Guerra Mundial, muchas mujeres se vieron forzadas a trabajar; cambiaron sus hábitos, incluso hasta su forma de vestir, para encarar una época de depresión y gran crisis. En Bolivia, entre otros hechos históricos, se produjo la Reforma Agraria.

Todos estos sucesos relegaron las actividades artísticas y de suntuosidad a un segundo plano, dándose de este modo importancia especialmente a las cuestiones primordiales.

Importancia de la vajilla
“Una vajilla no solo es un conjunto de utensilios que se usa para el servicio de la mesa, es decir, para contener, trasladar, servir y permitir ingerir la comida sólida o líquida; también son objetos decorativos que cuidan los más pequeños detalles y que se disfrutan con la vista, lo que hace que una comida sea una gratificante experiencia de alimentación, con el plus de la elegancia y el estilo que en el siglo XIX cobró gran protagonismo en las mesas chuquisaqueñas”, de acuerdo con Sonia López, experta en etiqueta y protocolo entrevistada por ECOS.

Una mesa elegante le da una mayor relevancia a cualquier tipo de celebración y a una fiesta privada o pública.

Una época de esplendor
Se cuenta que en Sucre había una personalidad pública que cuando invitaba a sus amistades a cenar o almorzar a su casa, solía esconder dentro de la servilleta que le correspondía a una dama una joya; cuando la mujer abría la tela, se encontraba con una alhaja como regalo… ¡Qué detalle!
Fue una época de esplendor, remarca Iván Gutiérrez, la que se vivió en Sucre a finales del siglo XIX y principios del XX, quizás más que en cualquier otra ciudad de Bolivia.

Así se explica la distinción de sus construcciones, la belleza de sus museos y el legado cultural que aún mantiene, para admiración del mundo.

“Con el auge de la plata y la minería, el poder económico era muy grande en Bolivia. Esto permitió que algunos personajes se dieran gustos muy refinados y caros… La gente acaudalada económicamente daba mucho impulso al arte y quería lo mejor de lo mejor… fue una época de esplendor la que se vivió en Sucre a finales del siglo XIX y principios del XX”, comenta a ECOS el experto en antigüedades Iván Gutiérrez Achá.

Colecciones privadas

•MIL COMENSALES.
El expresidente de Bolivia Aniceto Arce Ruiz era famoso por su refinado y exquisito gusto. Él poseía varias vajillas. Las más conocidas por los comensales son dos: una, blanca con bordes y monograma dorados. Las iniciales de Arce y el de su esposa, Amalia Argandoña, son idénticas: AA.
La otra vajilla que se utilizaba en el palacio de La Florida es de color blanco con borde azul y tiene una inscripción en la parte central que dice: “Florida” (que significa lugar lleno de colores, porque el palacio era exuberante en flora, paisaje y colorido).
Este juego de porcelana era para 1.000 comensales, por eso actualmente en Sucre algunas familias poseen pequeños lotes de dicha vajilla, como platos planos, hondos, paneros, tazas, azucareros, jarras, fuentes. En la más grande, cabe un lechón entero.
• DE LA FÁBRICA VIERZON
Otra vajilla, de propiedad de doña Carlota Arce de Ramírez, una de las descendientes del expresidente Arce, fue hecha con su monograma C de R en la fábrica Vierzon de París, marca ganadora de varios premios en exposiciones mundiales, entre ellos la medalla de oro otorgada en Francia en 1788.
• DISEÑO FEMENINO
Juana Alice de Aillón fue propietaria de una vajilla muy femenina, de color palo de rosa, pintada con pequeños y delicados detalles, que lleva su monograma. En otras ciudades de Bolivia hay vajillas similares, de la misma fábrica, en diferentes colores.
• FUE UN ENIGMA
Se sabe de la existencia de otros platos cuyo propietario fue Canuto Querejazu; en este caso, descifrar el monograma resultó difícil para los expertos debido a la complejidad de la letra Q.
• URRIOLAGOITIA Y ARGANDOÑA
También sobreviven vajillas del expresidente Mamerto Urriolagoitia; de los príncipes de La Glorieta, Francisco Argandoña y Clotilde Urioste; del palacete de El Guereo; de Félix Argandoña, hermano de Francisco, quien fue propietario de la hacienda El Recreo, situada al lado del castillo de La Glorieta, en cuya vajilla se puede leer: “El Recreo”.
• CRISTALERÍA
En las colecciones privadas también hay cristalería personalizada de Juan Manuel Sainz y Aniceto Arce.
En Sucre, la familia Gutiérrez importó cristal alemán San Luis de colores, como copas, botellones de vino, floreros y otros bellos objetos decorativos.
En esa época las mejores fábricas de porcelana se situaban en Francia, la cristalería en Alemania y la cubertería en Toledo, España.
• MANTELERÍA
La mejor mantelería se fabricaba en Brujas, Bélgica, conocida como la “Venecia del Norte”, donde hasta hoy se especializan en el costurado de manteles y en la fabricación de encajes, que los turistas compran como souvenir y a costos elevados por la complejidad del trabajo a mano.
Los manteles que se hacían en Sucre eran bordados por las huérfanas del Hogar Santa Clotilde y las hermanas de los conventos.
• CUBERTERÍA
Los cubiertos más finos se fabricaban de una aleación de plata con metales más fuertes, ya que la plata pura es un metal muy maleable y podría doblarse.
Los más elegantes tienen sello, mango de marfil y llevan el monograma de sus propietarios. En Sucre, se conservan varias piezas de cubertería.
• POSACUBIERTOS
Montar la mesa era un verdadero arte. Muchas veces se tenía que repetir los cubiertos para otros platos y, para evitar manchar el mantel con los utensilios sucios, se utilizaban los posacubiertos, trabajados en distintos materiales y formas, especialmente animales como anfibios, peces, zorritos y otros delicados detalles.
• LA HORA DEL TÉ
En Europa, la cena se servía después de las 22:00. A los miembros de la realeza les pareció que entre el almuerzo y la cena era muy larga la espera, entonces Anna Maria Stanhope Russell, duquesa de Bedford, instauró la costumbre inglesa de servir el té a las cinco de la tarde, acompañado con pastelillos y otras delicias de la repostería.
En Bolivia, durante los festejos del centenario del Primer Grito de Libertad del 25 de Mayo, como una de las actividades del programa se sirvió el té a las 17:00. Esto ocurrió en la casa de Cupertino Arteaga, casado con una de las hermanas de la Princesa de La Glorieta, ubicada en la calle España.
También se acostumbraba festejar a los niños en su cumpleaños con un té. La mayor parte de las vajillas de té provenían de la China. De igual forma, había vajillas de té inglesas, de café, de chocolate y tasas soperas.

“Una vajilla no solo es un conjunto de utensilios que se usa para el servicio de la mesa, es decir, para contener, trasladar, servir y permitir ingerir la comida sólida o líquida; también son objetos decorativos que cuidan los más pequeños detalles y que se disfrutan con la vista, lo que hace que una comida sea una gratificante experiencia de alimentación, con el plus de la elegancia y el estilo que en el siglo XIX cobró gran protagonismo en las mesas chuquisaqueñas”, explica Sonia López, experta en etiqueta y protocolo.


domingo, 24 de enero de 2016

Plaza principal 14 de Septiembre Historia del Cóndor y las Tres Gracias

Conozca el origen de estos monumentos patrimoniales que se encuentran en la Plaza Principal



El primero de enero de 1574 la plaza principal 14 de Septiembre, como es conocida actualmente, fue escenario de la segunda creación del departamento de Cochabamba, a cargo de Sebastián Barba de Padilla.

Desde entonces, poco a poco, generación tras generación, este espacio público comenzó a tejer su valor histórico al convertirse en el escenario de varios acontecimientos que dieron origen a cambios fundamentales en la historia cochabambina, como: alzamientos durante la colonia, cabildos, manifestaciones y hasta hechos de sangre.

Al margen de estos actos históricos, la Plaza Principal cuenta con una rica historia arquitectónica que se desplaza desde sus orígenes hasta la actualidad, consolidándose como un legado patrimonial importante para la región.

La fuente de las Tres Gracias y el Cóndor sobre la Columna de los Héroes son los monumentos que destacan dentro de este espacio territorial. Existen varias anécdotas en torno a ambos durante su fase de construcción y en todos los años que acompañan la vida cotidiana de los cochabambinos.

Actualmente, ambas estructuras fueron sometidas a un proceso de conservación y restauración, a cargo del arquitecto Mario Moscoso, como parte de las labores encaradas por la Alcaldía de Cercado dentro del proyecto de Peatonalización de la Plaza Principal.

A partir de esta semana, los cochabambinos y todos los visitantes podrán disfrutar de este remozado espacio público y de sus dos monumentos icónicos.

EL REGALO DE CARLOS III

El origen de la fuente de las Tres Gracias, ubicada al sur de la Plaza Principal, frente a la puerta lateral de la Catedral Metropolitana de Cochabamba, se confunde con la historia de la fuente de agua que se instaló en el siglo XVIII, donde ahora se encuentra la Columna de los Héroes y el Cóndor.

De acuerdo a la recopilación histórica efectuada por el arquitecto Mario Lavayen, la primera fuente de la Plaza Principal fue solicitada a España por el procurador de la Villa, Martín Salazar, en septiembre de 1619; pero, no obtuvo respuesta.

Recién en 1786 el Rey Carlos III de España donó diez mil pesos de sus arcas reales para la construcción de una fuente de agua para los habitantes de la ciudad, y lo hizo como una forma de agradecer a sus súbditos, por haber hecho frente al levantamiento indígena que impulsó el indio Tupac Katari en 1781.

No se conocen más datos o una descripción detallada acerca de esa fuente; solo existen escuetas descripciones

realizadas por Francisco Viedma y Federico Blanco, quien -en su obra “Diccio- nario Geográfico del Departamento de Cochabamba”- asegura que la fuente estuvo ubicada al centro de la plaza, que tenía una columna central y cuatro piletas laterales, cuyo conjunto formaba la pila principal, que estaba rodeada por una verja de piedra y que desde 1786, por razones no mencionadas, comenzó a modificarse.

Con el paso del tiempo esta estructura fue demolida y aproximadamente en 1850 se eligió ese mismo sitio para la erección de la Columna de los Héroes. Existen algunos datos históricos que hacen pensar que parte de las pilastras de esta fuente fueron empleadas en la fachada del Teatro Achá, pero no se puede confirmar esta información.

Lamentablemente, no existe documentación gráfica de esta fuente, lo que genera una confusión con la historia de la otra que se instaló con un poco más de un siglo de diferencia.

FUENTE DE LAS TRES GRACIAS

La instalación de la actual fuente de agua en la Plaza Principal fue el resultado de una gestión municipal que se inició en 1890, cuando se decidió encarar un proyecto de “Ornamentación de la Plaza”.

Cinco años después, con la inauguración de un kiosco en el sector norte, se abrió la posibilidad de colocar otro elemento al sur que permita lograr una armonía en toda la Plaza Principal.

Paralelamente, otra razón circunstancial daría un pequeño impulso a este sueño. Ese mismo año, el municipio estaba instalando 32 pilas públicas en la ciudad y, claro, la más importante debía ubicarse en la Plaza Principal. Con el tiempo este emprendimiento se conocería como el primer sistema de agua potable instalado en la ciudad, denominado “Aguas de Arocagua”.

Según las referencias bibliográficas, se sabe que la fuente fue adquirida en la ciudad de París, Francia, de la Casa Després y Cía. y de la Casa Mercantil Devés y Cía, una parte con fondos del Gobierno; pero, como no se alcanzó a cubrir el monto final, los promotores del proyecto, entre ellos Juan de la Cruz Torres, tuvieron que recurrir a un préstamo del Banco de Argandoña para poder cubrir el monto total.

La fuente demoró tres meses en llegar a Cochabamba. La temática escultórica de las Tres Gracias se compone de tres figuras femeninas unidas por la espalda y cogidas de la mano, que representan a deidades de la mitología griega: Áglae, diosa de la belleza y el es- plendor, Talía diosa del teatro y de las celebraciones festivas y Eufrosina, deidad que representa el júbilo, la alegría y el hechizo. Los rostros denotan expresiones placenteras, que transmiten un mensaje bienestar y prosperidad.

El prototipo de esta fuente tuvo influencia directa del estilo arquitectónico de la fuente de la plaza Real de Barcelona en España.

La fuente y las pilas públicas fueron inauguradas al medio día del 16 de julio de 1896, durante el gobierno de Mariano Baptista Caserta. El ingeniero Manno fue el encargado de la obra.

El periódico El Heraldo, de aquella época, en su publicación del 17 de julio, señala que la fuente de Las Tres Gracias fue inaugurada con la bendeción del sacerdote Aniceto Alba Vallejo con la presencia del presidente Baptista.

Como padrinos asistieron el ex presidente Aniceto Arce, Julio Pinkas, jefe nacional de Ingenieros, el prefecto del departamento Melchor Terrazas y el presidente del Concejo Municipal, Lisandro Quiroga.

Según el diario, unas tres mil personas festejaron con entusiasmo semejante acontecimiento.

El cóndor de la plaza

Pocos conocen que, la figura del cóndor que está elevado en la Columna de los Héroes en el centro de la Plaza Principal sobre un capitel, es la réplica de un cóndor que habitó en la ciudad y se convirtió en la mascota de los cochabambinos.

Se dice que este animal fue criado por los “Soldados del Piquete” en el viejo canchón de la policía de Cochabamba, ubicado en la acera norte de la plaza, allá por 1914. Fue amaestrado y adoptado como mascota de la columna.

Devoraba junto a ellos su “rancho” (comida diaria)y también disfrutaba de servirse un poco de chicha.

Esta ave llegó a vivir muchos años como la atracción de la Plaza Principal. Sin embargo, tiempo después, comenzó a comportarse agresivamente, le gustaba picotear las pocas líneas telegráficas de la zona y, además, derrumbar a toda mujer que llevara un bulto atado a las espaldas, en busca de carne.

Ante esta situación, las autoridades policiales ordenaron su fusilamiento, a pesar de la oposición de sus cuidadores; pero, lamentablemente, el cóndor se había convertido en un peligro para la población y no quedaba otra opción que dar curso a la ejecución.

Es así que una mañana, en el canchón de la Policía, se dio lectura a la sentencia, con sentida voz. El ave fue llevada al paredón. Como último deseo se le proporcionó un trozo de carne, que engulló. Luego tronó por los aires el sonido de la descarga de las pistolas. El cóndor cayó fulminado al piso; algunos soldados lloraron su triste final.

Posteriormente, rindiendo homenaje a este “ilustre ciudadano”, varias personas -se desconoce sus nombres- propusieron que se coloque su réplica en la Plaza Principal.

No se tiene la fecha exacta de su instalación sobre la Columna de los Héroes, aunque se estima que fue a inicios del S. XX.

Sin duda, esta ave con su mirar vigilante y sus alas prestas al vuelo, se ha convertido en el guardián de los cochabambinos, que cada día, desde lo alto, es el fiel testigo del crecimiento y desa-rrollo de esta ciudad que acoge con benevolencia a todos sus visitantes.

Guaraníes recordarán 124 años de batalla de Kuruyuki

El Concejo de Capitanes Guaraníes de Chuquisaca conmemorará este próximo 28 de enero los 124 años de la batalla de Kuyuruki. El acto se realizará en la comunidad de Ibo del municipio de Macharetí.
Para el evento, se confirmó la asistencia de 29 capitanías zonales de los departamentos de Santa Cruz, Tarija y Chuquisaca, y se estima el arribarán capitanes de Argentina, Brasil y Paraguay.
Así mismo, anuncian presencia de las autoridades nacionales y departamentales del país.
Por otro lado, el Concejo de Capitanes convocó a la Asamblea Departamental que se desarrollará el próximo 25 y 26 de enero en la comunidad de Kuyuruki, encuentro al que deben asistir las nueve capitanías zonales, además de las 84 comunidades guaraníes de los cinco municipios de la región.

Batalla de Kuyuruki
El 28 de enero de 1892, desde la madrugada, los guaraníes se atrincheraron a la espera de los soldados en la quebrada de Kuruyuki, donde empezó la batalla.
Un dramático hecho histórico acaecido en nuestro país y poco conocido por el común de las personas, no existe mucha bibliografía al respecto, por no figurar en los textos escolares, y porque los gobierno bolivianos trataron de ocultar semejante episodio fatídico de nuestra historia, la masacre de Kuruyuki, (actual provincia Luis Calvo del departamento de Chuquisaca, fronteriza con el departamento de Santa Cruz), ocurrida un 28 de enero de 1892 en el Gobierno de Aniceto Arce, siendo uno de los episodios más oscuros de nuestra vida republicana.
Los guaraníes que actualmente habitan la zona de Cordillera y el Chaco llegaron por el Brasil y el Paraguay a fines de 1400, y a partir de 1500 empezó su larga lucha en busca del “Ivmaräe” (La Tierra sin Mal).
Esta masacre significó la culminación de centenares de años de enfrentamientos entre quienes constantemente lucraron y ambicionaron el territorio guaraní y los que originariamente habitaron la zona del Chaco boliviano.
Sus avasalladores (colonias españolas) y hacendados con poder económico, nunca desistieron en su afán por conquistar los recursos naturales del territorio, a costa de la sangre de miles de guaraníes.

García Meza: “Quisieron quemar a Marcelo por las ánimas y solamente se chamuscó”



El ex dictador Luis García Meza reveló que un grupo de militares de bajo rango, encabezado por el ex ministro del Interior, Luis Arce Gómez, pretendió incinerar los restos del líder socialista, Marcelo Quiroga Santa Cruz, luego que fuera asesinado en la sede de la Central Obrera Boliviana (COB).

El ex presidente de facto –en una entrevista concedida a la comunicadora Gezien Manzilla- indicó que su ex hombre de confianza fue quien se encargó de cumplir con el operativo de traslado del cadáver desde la avenida 16 de Julio a las instalaciones del Estado Mayor.

“Arce Gómez se hizo cargo. Con varios suboficiales hizo cortar un turril, lo metieron ahí con gasolina, por las ánimas quisieron quemarlo y Marcelo solamente se chamuscó”, afirmó.

La ex autoridad agregó que Marcelo ya había fallecido cuando hubo el intento de incinerarlo, lo cual se evidencia en las fotografías publicadas en el desaparecido periódico Meridiano de la ciudad de La Paz.

El ex jefe del Partido Socialista Uno, junto a Carlos Flores Bedregal, fue una de las primeras víctimas del golpe de Estado del 17 de julio de 1980 y que interrumpió el mandato interino de Lidia Gueiler. Ese periodo inconstitucional se prolongó hasta el 10 de octubre de 1982

García Meza Tejada explicó que luego de ello, otro exdictador –Hugo Banzer Suárez- pidió su cadáver.

“El (ex)prefecto de Santa Cruz dio el avión y el que autorizó para que aterrice en una pista de tierra en san Javier (en una propiedad de Banzer) fue Waldo Bernal Pereira, o sea mi Ministro”, recordó.

Más revelaciones

Manzilla, licenciada en Comunicación Social de la Universidad Católica Boliviana, en su contacto con García Meza, confirmó la identidad del autor intelectual del asesinato, las razones y por qué lo mataron.

-¿Quién dio la orden de matar a Marcelo?

-“Lo hizo hacer matar (Hugo) Banzer (Suárez)”

-¿Por qué?

-“Porque le estaba haciendo un juicio de responsabilidades y él le tenía terror al juicio, no les digo que lloraba en mi casa….yo como tenía 57 causas en su gobierno, así que ufff….”

-¿Qué explicación le dieron de la muerte?, ¿Arce Gómez le dio alguna explicación?

-“No, vino a mi oficina, subió después de que habían pasado las cosas y me dijo desde la puerta: mi General parte con novedad, tenemos una baja, el señor Marcelo Quiroga Santa Cruz”.

-¿Y luego?

-“Me puse ya nervioso y le dije, ¿dónde está?, y me dijo: lo hemos dejado allá (en la sede de la Central Obrera Boliviana), pero después lo trajeron al Estado Mayor”.

-¿Muerto o vivo?

-“Muerto”

-¿Es posible que los restos de Marcelo estén en San Javier?

-“Sí, es posible”

-¿Quién mató a Marcelo? ¿Usted sabe exactamente cómo murió Marcelo?

-“Sí, había un suboficial que era muy de confianza de Banzer. En el bullicio de cuando salían de la COB, cualquiera hubiera pasado desapercibido, pero este señor apodado el Killer estuvo en toda la época del gobierno de facto de Banzer lo conocía a Marcelo. Entonces, cuando estaba saliendo de todo el bollo de gente por las gradas, él lo reconoció, lo agarró y lo bajó hasta el descanso y ahí le metió un balazo”.


martes, 19 de enero de 2016

Investigación histórica ofrece luces sobre vida de Camargo

Un coloquio de historiadores y la publicación de una biografía documentada sobre Vizente Camargo, el héroe de la independencia, fueron presentados con motivo del bicentenario de su muerte. Las investigaciones aportaron nuevas luces sobre este personaje, al mismo tiempo que suman un nuevo volumen al emprendimiento de Ciencia Editores que tiene programada una serie de publicaciones sobre los próceres de la revolución de 1809, para este año.

“Esto es parte de un proyecto editorial que estamos emprendiendo con Ciencia Editores. Tiene que ver con recuperar y traer a la memoria personajes, sobre todo de actuación en el periodo de la guerra, 1816 de manera particular. Vizente Camargo es uno de los números que compone la serie de próceres que estamos preparando”, comentó Benjamín Torres, autor de la biografía.

En el evento académico que contó con la participación del historiador y novelista Máximo Pacheco y el sacerdote jesuita Bernardo Gantier, se destacaron entre otros aportes de la investigación la precisión sobre el lugar de nacimiento del Coronel Camargo en la Villa de Potosí y la identificación de su nombre en documentos oficiales, que desmiente las versiones historiográficas que indicaban que se llamaba “José Vicente”, en vez de “Vizente Camargo”, señalan los documentos históricos consultados, recalcó Torres.

La investigación entre sus conclusiones también precisa que Camargo llegó a dominar militarmente toda la región que se extiende entre el río Pilcomayo y Cotagaita, instalando cuarteles móviles y librando batallas contra los realistas en los campos de Incahuasi, Santa Elena y Culpina entre otros, ejerciendo gran influencia en la zona sur del Alto Perú, según la correspondencia de Camargo con el general Juan Antonio Álvarez de Arenales. Luego de varios años al frente de la resistencia revolucionaria, Camargo fue muerto por el ejército realista en Arpaj, el 3 de abril de 1816, fecha que la localidad de Camargo adoptó para su celebración cívica.

“Nosotros celebramos esta fecha porque después de llamarse Villa de Cinti, nuestra ciudad cambia de nombre el 3 de enero de 1826, en el gobierno de Sucre, a Villa de Camargo, y el pueblo adopta como fecha cívica el 3 de abril de 1816, como recordatorio de la inmolación del héroe de la independencia”, aclaró Juan José Pacheco Waranka, vicepresidente del comité impulsor del Bicentenario de Camargo.

Como parte de la celebración del Bicentenario, se preparan actividades culturales y académicas que traspasarán las fronteras de Bolivia, remarcó Pacheco al señalar que el programa de actividades se socializará en las provincias norteñas argentinas de Salta, Tucumán y Jujuy, cuya memoria histórica tiene presente a Camargo.

Serie de biografías
Torres aprovechó la oportunidad para anunciar que el trabajo presentado forma parte de una serie de biografías documentadas dedicadas a personalidades destacadas del proceso independentista cuya actividad estuvo ligada a la región.

“Hemos comenzado la serie el año pasado con Manuel Ascencio Padilla, estamos continuando con Vizente Camargo y en marzo estará disponible la biografía de Juana Azurduy de Padilla, después del mito”, detalló.

Posteriormente el historiador explicó que espera terminar un nuevo volumen para mayo, que recogerá investigaciones sobre Manuel Zudáñez, Manuel de Entrambasaguas y Manuel Rodríguez de Quiroga, todos ellos chuquisaqueños que impulsaron de forma determinante el proceso revolucionario. A futuro se buscará completar la colección con trabajos sobre Ignacio Warnes y José Mariano Serrano

19 de enero de 1880 Campero presidente

Después del derrocamiento del Gral. Hilarión Daza, a raíz de sus desaciertos en la conducción de la guerra con Chile, quedó acéfalo el gobierno de Bolivia, puesto que la Junta de Gobierno creada en La Paz no fue reconocida por los pueblos del interior.

Entonces se suscribieron actas en toda la república, nombrando presidente provisorio al Gral. Narciso Campero, que a la cabeza de la errática Quinta División del Ejército estaba entre Potosí y Oruro.

Campero aceptó el nombramiento, y el 19 de enero de 1880, asumió en la ciudad de Oruro el mando supremo de la nación, con carácter provisorio y sólo hasta que se reuniese la Convención Nacional. Nombró Secretario General al Dr. Ladislao Cabrera, el héroe de Calama.

La Convención Nacional inauguró sus labores en mayo de 1880 en La Paz, en una de sus primeras sesiones la Con-vención –en conocimiento ya del desastre del Alto de la Alianza– nombró a Campero Presidente Constitucional de Bolivia (mayo 31) en consideración a que “su alto patriotismo y pericia militar comprobados no habían podido evitar el desastre”. Gobernó el país constitucionalmente entre 1880 y 1884 (tenía 66 años cuando asumió la presidencia).

Narciso Campero Leyes nació en Tojo, Tarija el 29 de octubre de 1813 y falleció en Sucre el 11 de diciembre de 1896, a los 83 años de edad.

lunes, 18 de enero de 2016

Evo dará honores al último héroe de la Guerra del Chaco

En una modesta casa de la amazónica ciudad de Riberalta, en el norte beniano, vive Enrique Suárez Dicker, el último excombatiente beniano de la Guerra del Chaco, quien recibió una emotiva visita del ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, que verificó los cuidados médicos y otros servicios que recibe.
La Agencia para el Desarrollo de las Macrorregiones y Zonas Fronterizas (Ademaf) le asistió con mobiliario (camas de agua terapéuticas y otros equipos), además de mejorar su vivienda.
El amor por su patria motivó a Enrique Suárez y a un puñado de benianos a internarse por la espesa selva, desde el norte amazónico, para defender el territorio nacional (1932 a 1935) de una guerra fomentada por las transnacionales petroleras que obligaron a Paraguay y Bolivia, países hermanos, a enfrentarse en la contienda bélica más sangrienta de Sudamérica en el siglo XX.
“Han recorrido más de 2.000 kilómetros para defender el petróleo boliviano y gracias a eso los bolivianos hoy día estamos viviendo y distribuyendo la riqueza del petróleo, del gas. Es gracias a él, gracias a ellos, a los combatientes que ofrecieron sus vidas con patriotismo”, dijo el Ministro.
Suárez Dicker nació en Cachuela Esperanza en 1917 y se enroló al Ejército cuando apenas tenía 15 años. Junto a muchos jóvenes de la amazonia marchó con heroísmo para dejar como legado el recordatorio de que gracias a la sangre derramada, Bolivia goza del petróleo y gas, hoy nacionalizados, el principal sustento de la economía y el desarrollo nacional en la actualidad.
A pesar de sus 99 años, Enrique Suárez sigue siendo un ejemplo de patriotismo y civismo al haber participado en el sagrado saludo a la bandera y pasar posteriormente revista a los soldados del Regimiento de Satinadores CIOS (Centro de Instrucciones y Operaciones en la Selva) que acompañaron la visita de homenaje del Ministro.
Quintana anunció que con la presencia del presidente Evo Morales, el Gobierno, la Gobernación de Beni y la Alcaldía de Riberalta rendirán homenaje a Suárez, pues “es el único excombatiente que está tan lejos de la capital, de la sede de gobierno”.
“Usted es el último excombatiente de la Guerra del Chaco aquí en Beni. Es orgullo de los benianos, de todos los bolivianos. Estamos felices al lado de usted. El presidente Evo va a venir a visitarlo. Va a venir a darle un abrazo a su hermano mayor. Así que no se me enferme, manténgase sanito, vamos a ponerle un médico de cabecera, vamos a ponerle una enfermera”, le dijo el Ministro.
Suárez Dicker, de semblante y rasgos físicos que traen a la memoria el espíritu combativo de Fidel Castro, ostenta orgulloso una libreta militar que certifica su participación en la contienda del Chaco, la que le ha valido varias condecoraciones, pero principalmente el reconocimiento y el cariño del pueblo riberalteño y beniano, que le consideran una leyenda viva y ejemplo a las actuales generaciones.

Andrea Arias y Cuiza y Francisca Barrera y Cuiza fueron víctimas de la soberbia del poder español y condenadas a la pena máxima



Andrea Arias y Cuiza y Francisca Barrera y Cuiza fueron víctimas de la soberbia del poder español y condenadas a la pena máxima, no sin antes haber sufrido los tormentos de sus verdugos: llegaron a mutilarles las manos y a cortarles las lenguas. Esta barbarie ocurrió en 1816.

La Guerra de la Independencia estuvo protagonizada a lo largo de varios años por hombres y mujeres de Charcas en un combate desigual, que implicaba enormes sacrificios y la pérdida de compañeros de lucha. Este 2016 conmemoramos el bicentenario de la inmolación de muchos de ellos que, con un desprendimiento solo digno de verdaderos patriotas, no dudaron en ofrendar sus vidas.

Luego de la derrota del primer ejército auxiliar de las Provincias Unidas del Río de la Plata, los naturales de esta parte de la actual Bolivia continuaron con la lucha armada organizándose en grupos guerrilleros que estaban dispuestos a enfrentarse con el ejército español.

Cerca de la población de Moromoro (Ravelo), vivían dos singulares personajes: en la hacienda de Chipirina, don Manuel Asencio Padilla, y en la de Sacabamba don Vicente Camargo. A ambos les unía una profunda amistad, sobre todo con ligazón espiritual puesto que Vicente había apadrinado la boda de Asencio.

Los dos, en una decisión patriótica, se incorporaron a la lucha armada y pronto se constituyeron en los jefes principales de dos movimientos guerrilleros: por una parte, en el sector de La Laguna, Tarvita, El Villar y Pomobamba y, por otra, en la región de Cinti, Culpina y Santa Elena. Estos dos potosinos —Vicente, natural de la Villa Imperial y Asencio nacido en la provincia de Chayanta— dieron muestras de coraje y valentía en cientos de combates que les tocó liderar.

La caída de dos patriotas
Al año siguiente de la derrota del tercer ejército auxiliar en los campos de Sipe Sipe, ocurrida el 29 de noviembre de 1815, el ejército del Rey emprendió un plan de guerra tendiente a acabar con los movimientos guerrilleros. Los patriotas de Charcas, pese a aquella derrota, no desmayaron y se enfrascaron en duros combates demostrando un notable fervor patriótico.

El 3 de abril de aquel 1816 resultó un día funesto para la guerrilla, puesto que los españoles al mando del coronel Centeno cayeron por sorpresa a las tres de la mañana sobre el campamento guerrillero y se produjo la mortandad de centenares de patriotas. Centeno personalmente logró dar muerte a Camargo.

El 14 de septiembre del mismo año, Padilla fue victimado en cercanías de la población de El Villar. Un día antes había enfrentado al enemigo en proximidades a La Laguna, donde soportaron la pérdida de decenas de combatientes.

Dos valientes potosinas
En la Villa de Potosí, por varios años mantuvieron un correo clandestino dos valientes mujeres potosinas que eran primas hermanas: doña Andrea Arias y Cuiza y doña Francisca Barrera y Cuiza. Ellas se habían constituido en el nexo informativo entre los jefes guerrilleros de las intendencias de Chuquisaca y Potosí.

Al ser descubiertas por los agentes de espionaje del coronel Rolando, fueron conducidas a prisión y sometidas a torturas; pero en ningún momento revelaron nombres de sus contactos.

Fueron víctimas de la soberbia del poder español y condenadas a la pena máxima, no sin antes haber sufrido los tormentos de sus verdugos: llegaron a mutilarles las manos y a cortarles las lenguas. Esta barbarie ocurrió en 1816.

200 años de gloria
Hoy, a 200 años de aquellas inmolaciones, es nuestro deber realizar un homenaje póstumo a los verdaderos padres de la Patria, así como a los cientos de héroes anónimos que cayeron por tan noble causa.

Las fechas históricas de esta importancia deberían ser recordadas con unción cívica, en la que participen las instituciones departamentales pero, especialmente, las educativas, dando el realce que se merecen tan preclaros hombres y mujeres de Charcas. Para tal objetivo convendría crearse un Comité de Conmemoración del Bicentenario de los Héroes de Charcas.

El mejor tributo para nuestros héroes debería ser monumentos póstumos que representen las glorias del primer ejército nacional. No dejaré de insistir en que la ciudad de Sucre es la más llamada a erigir una estatua en la Plaza 25 de Mayo, donde estuviera representado el brazo armado de lo que fue la guerra de los 15 años.

En nuestra Casa de la Libertad tenemos una estatuilla de Manuel Asencio Padilla y de Juana Azurduy Llanos, junto a sus nobles guerreros tarabuqueños. Considero a esta maqueta como la más adecuada para tan noble fin.

Estos dos potosinos —Vicente, natural de la Villa Imperial y Asencio nacido en la provincia de Chayanta— dieron muestras de coraje y valentía en cientos de combates que les tocó liderar.

domingo, 17 de enero de 2016

SOBRE EL HOMENAJE A LAS VÍCTIMAS DE LA CALLE HARRINGTON El Concejo se olvidó de tres mártires de 1981

Familiares de las víctimas chuquisaqueñas de la masacre en la calle Harrington, que no fueron consideradas en el homenaje que rindió el Concejo Municipal, piden que sus muertos reciban los mismos honores.

Fueron cinco y no dos los chuquisaqueños acribillados en la calle Harrington por la dictadura en 1981, aclaran los familiares, así como artículos de prensa que rememoran lo sucedido, sin embargo el Concejo Municipal sólo rindió honores a Artemio Camargo y Jorge Baldivieso; no contempló a los también chuquisaqueños Arcil Menacho, Ricardo Navarro y José Reyes, consignados así en notas de prensa.

Jaime Reyes, hermano de José, quien fuera una de las víctimas del luctuoso suceso de 1981, llegó a este diario con la promesa de que puede demostrar que “Pepe”, como le decían con cariño, es nacido en Chuquisaca, exactamente en Padilla, recalcó el familiar.

Esta omisión, reclaman los familiares, no se puede entender ya que la Asociación de Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Mártires por la Liberación Nacional (ASOFAMD), tiene toda la información y además esta organización tiene a Ruth Llanos a la cabeza, quien es viuda de Ricardo Navarro; ella misma podría dar fe de que él era chuquisaqueño si se habrían informado, comentó un familiar.

Recordaron a los mártires de Harrington

El viernes, Alcaldía, Gobernación, Universidad Mayor de San Andrés, familiares y representantes de instituciones defensoras de los derechos humanos rindieron homenaje, en el Memorial 15 de Enero, a los caídos en la calle Harrington, a 35 años de su asesinato.

En la oportunidad, el alcalde Luis Revilla, destacó el significado del Memorial 15 de Enero que se encuentra rodeado por varios árboles, jardineras y paseos y donde los jóvenes respiran vida y tienen un encuentro con la historia, según información de la Comuna.

El 15 de enero de 1981 patrullas de paramilitares de la dictadura de Luis García Mesa irrumpieron en un domicilio de la calle Harrington y asesinaron a ocho miembros de la Dirección Nacional del MIR: Jorge Baldivieso, Gonzalo Barrón, Artemio Camargo, Arcil Menacho, José Luis Suárez, Ricardo Navarro, José Reyes y Ramiro Velasco.

"Estamos en este hermoso lugar donde se respira vida y paz y no en otro lugar (…) donde más bien está simbolizada la muerte, el autoritarismo y la barbarie de la que fueron víctimas los ocho dirigentes políticos. En este lugar están creciendo ocho arbolitos que representan la vida de los ocho mártires de la democracia", manifestó.

viernes, 15 de enero de 2016

El valor de los caídos, a 35 años de la masacre

35 años de la masacre de la calle Harrington en La Paz, ocho dirigentes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) que murieron a manos de paramilitares son recordados por el valor que tuvieron para resistir y recuperar la democracia.

Óscar Eid Franco, viejo dirigente mirista, rememoró ayer esos hechos en el marco de una serie de hechos violentos y de intolerancia militar que comenzó con el golpe de Estado que protagonizó Luis García Meza el 17 de julio de 1980, seis meses antes de la matanza que fue organizada desde el Ministerio del Interior, en ese entonces controlado por Luis Arce Gómez.

“El 15 de enero no es una fecha aislada, sino que es parte de un conjunto de sacrificios que se dieron para que hoy tengamos democracia; el mejor homenaje que podemos hacer a todos los que ofrendaron sus vidas para que hoy vivamos en democracia”, afirmó Eid a La Razón.

El político sostuvo que Jaime Paz, Antonio Araníbar y él mismo estaban en Lima (Perú). Se habían reunido para buscar apoyo y solidaridad internacional en favor de la resistencia en Bolivia, que ese 15 de enero de 1981 buscaba un escenario de encuentro para recuperar la democracia. De hecho, según Eid, los dirigentes que acudieron a la Harrington, ubicada en el barrio paceño de Sopocachi, se citaron para analizar las medidas económicas adoptadas por el régimen de García Meza.

En ese fatídico día, los dirigentes Ramiro Hernán Velasco Arce, José Luis Enrique Suárez Guzmán, José Reyes Carvajal, Ricardo Navarro Mogro, Artemio Camargo Crespo, Arcil Menacho Loayza, Gonzalo Barrón Rendón y Jorge Baldivieso Menacho alistaban una huelga de hambre para protestar contra el gobierno militar. Pero durante la reunión fueron asesinados por un grupo armado.

Solo Gloria Ardaya salvó la vida tras ocultarse bajo una cama, aunque después fue descubierta y sometida a tortura física y psicológica, relató Óscar Eid. También recordó que días antes, Artemio Camargo retornó a Bolivia desde Lima precisamente para pactar reuniones con dirigentes mineros y organizar la resistencia. “Eso hace que él sea un héroe”, remarcó.

Camargo junto a Navarro y los otros dirigentes asesinados formaban parte de la Dirección Nacional de la Clandestinidad. Cumplían reuniones en diferentes sectores de la ciudad. Martha Llanos viuda de Navarro evocó que su esposo y sus compañeros evaluaban las medidas cuando fueron asesinados. “Gonzalo Barrón logró subir a la parte alta del edificio y gritó que estaban desarmados; y de Gonzalo justo ese día su hijita cumplía su primer año, no se respetó su vida”. García Meza, desde 1995, cumple una condena de 30 años de presidio por las muertes en su dictadura.

Dictadura de García Meza

Poder

Luis García Meza, en colaboración con otros militares, derrocó a la presidenta Lydia Gueiler en julio de 1980 y estableció un gobierno de facto.

Lucha

Los dirigentes políticos que se encontraban en Perú, luego de la masacre de la calle Harrington, regresaron al país de manera paulatina para organizar la resistencia a la dictadura de García Meza e instalar el gobierno democrático en octubre de 1982 encabezado por Hernán Siles Suazo.

Homenajes desde las 10.00

La Asociación de Familiares de Detenidos y Desaparecidos (Asofamd), junto a la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y la Alcaldía de La Paz, preparó un acto conmemorativo por los 35 años de la masacre de la calle Harrington, donde murieron ocho dirigentes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) acribillados por un grupo de paramilitares.

La secretaria ejecutiva de esta organización, Martha Llanos, explicó que a las 10.00 de hoy se reunirán en el lugar del asesinato, donde colocarán unas velas y flores como un homenaje, además dos familiares de las víctimas de ese entonces darán un discurso. Una vez culminado ese acto se dirigirán hacia el atrio del monoblock, donde a las 11.00 se honrará la memoria de los dirigentes políticos caídos en la dictadura.

El rector de la UMSA, Waldo Albarracín, afirmó que en el atrio se llevará a cabo el acto central y se presentarán grupos musicales. Luego bajarán al monumento erigido en la Avenida del Poeta, donde el alcalde Luis Revilla brindará un discurso sobre este hecho histórico.

35 años de la Masacre de la calle Harrington

A 35 años de la denominada Masacre de la calle Harrington, cuando en 1981, bajo la dictadura de Luis García Meza, fueron asesinados ocho miembros de la Dirección Nacional Clandestina del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), hecho que causó indignación en todas las esferas de la sociedad, representó el comienzo del fin de las dictaduras militares en Bolivia.

“A partir de estas muertes, de este asesinato, la dictadura fue aislada, la indignación cundió, la gente se radicalizó y presionó más para que acabe la dictadura de García Meza, que después de eso duro poco”, manifestó Freddy Camacho, militante del MIR durante esos años.

La tarde del 15 de enero de 1981, un grupo de dirigentes del MIR se reunieron en el barrio paceño de Sopocachi para analizar un paquete económico que había lanzado el Gobierno, que determinó el alza de varios productos de la canasta familiar.

El grupo fue delatado y el Ministerio del Interior, dirigido por Arce Gómez, organizó un operativo de aniquilación que culminó con el asesinato de ocho de los nueve dirigentes presentes en la reunión en una casa de la calle Harrington de La Paz.

Los asesinados fueron: Ramiro Hernán Velasco Arce, José Luis Enrique Suárez Guzmán, José Reyes Carvajal, Ricardo Navarro Mogro, Artemio Camargo Crespo, Arcil Menacho Loayza, Gonzalo Barrón Rendón y Jorge Baldivieso Menacho. Sólo Gloria Ardaya logró salvar la vida al ocultarse bajo una cama, aunque luego fue descubierta y sometida a tortura física y psicológica.

“No deja de ser una fecha dolorosa ya que en forma muy trágica perdí a un familiar y a otros siete amigos y políticos honestos, que se atrevieron a reunirse para diseñar algunas estrategias de resistencia a la dictadura a la Luís García Mesa.

Lamentablemente fueron abatidos y después acusados de subversivos armados, lo cual era totalmente falso”, expresó Silvia Barrón, hermana de una de los dirigentes asesinados, Gonzalo Barrón.

El Gobierno realizó ayer un acto en conmemoración a los líderes caídos en época de la dictadura que vivió Bolivia.

Muchos no fueron procesados

Luis García Meza y sus colaboradores fueron juzgados en la Corte Suprema de Justicia por los delitos cometidos durante su dictadura y finalmente sentenciados el 21 de abril de 1993.

Silvia Barrón, hermana de Gonzalo uno de los asesinados, afirma que en gran medida se hizo justicia, pero que no se llegó a procesar a muchos de los responsables de la masacre.

“Los principales responsables como Luís García Meza y Luís Arce Gómez, están presos varios años, pero no todos están presos, los responsables más directos del asesinato prácticamente han desaparecido”,indicó Barrón añadiendo que el juicio fue muy largo y publicitado.

El exministro del Interior, Luis Arce Gómez, está recluido en la cárcel de alta seguridad de Chonchocoro, donde cumple una condena de 30 años por los delitos que cometió durante el régimen dictatorial. De igual manera García Meza fue condenado a 30 años de prisión en la misma cárcel.

domingo, 3 de enero de 2016

San Martín y Bolívar, juntos en Lima

Estatua que representa a los libertadores José de San Martín y Simón Bolívar en la entrada del museo "La Quinta de los Libertadores”, en Lima, Perú.