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miércoles, 14 de junio de 2017

Jóvenes indígenas y mujeres, héroes anónimos

Casi tres años duró la Guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay (1932-1935), considerada por algunos historiadores como la más importante durante el siglo XX que se vivió en Sudamérica; la historia por lo general nos muestra hechos y datos concretos de ofensivas y defensivas del país, y de los ataques del cual el Ejército boliviano salió triunfante o en derrota; pero como en cada conflicto existen sectores que sin llevarse crédito alguno han sido protagonistas fervientes de los entretelones de la historia boliviana.

DEFENSORES

Si bien la juventud en muchas ocasiones es considerado el futuro de la nación, en esos años fue el presente del país, quienes con su mucha o corta experiencia en la vida, estaban defendiendo Bolivia a costa de sus vidas; muchos de éstos héroes anónimos no precisamente eran de capitales de departamento, más al contrario provenían del área rural, otra población de la cual poco o nada se menciona en la historia, son las mujeres, que con fortaleza espiritual despedían a sus familiares con la esperanza de un reencuentro.

La participación de la juventud fue esencial en la zona de batalla, ya que miles de jóvenes se enlistaron al Ejército, obligados o por cuenta propia, para defender los intereses territoriales del país, pero dentro de estos grupos estaba la juventud indígena, pues el clarín de la guerra no escogió a los soldados, porque todos los hombres en edad o sin edad para combatir, se sintieron convocados.

BENIANOS

La juventud beniana, según el libro "Hazaña beniana en la Guerra del Chaco", fue un sector que se sintió en la obligación de ser parte de las cruentas batallas, por ello se encuentran entre los soldados benianos que marcharon hacia el Sur, nombres de todos los pueblos autóctonos: Trinitarios, ignacianos, javerianos, loretanos, canichanas, movimas, itonamas, baures, cayubabas, tacanas, etc.

Apellidos como: Amutari, Araona, Chuqui, Guarimo, Malala, Chayana, Chuvirú, Chicaba, Parari, Tereba, Gualiani, Guasimo, Ipamo, Macagua, Mucubono, Noco, Noe, Guarúa, Yuco, Tibi, Chori, entre muchos otros, que regaron con su sangre suelo boliviano, ambicionado por los "pilas" y las trasnacionales del petróleo.

La mujer no se quedó atrás, su apoyo fue fundamental en esos largos días de conflicto, pues no solo no solo fueron el apoyo moral de sus ahijados, hijos, hermanos o esposos, ni solamente el reemplazo a los hombres en los trabajos varoniles, no solamente estuvieron como enfermeras socorriendo a los heridos, la fortaleza de la mujer boliviana rompió esquemas y estereotipos machistas que en ese entonces eran más arraigados en la sociedad.

La beniana Bertha Barbery Moreno, intrépidamente, se alistó disfrazada de hermano menor de su esposo combatiente, y fue asignada al manejo de ametralladora, participó en los últimos meses de la guerra en acciones importantes.

Muchas otras mujeres, madres, esposas, hermanas e hijas, realizaban sesiones espiritistas para saber sobre la salud de sus familiares en combate, ese tipo de actividades ya era parte de la vida cotidiana en ese tiempo, tal era el convencimiento que cuando la noticia era trágica, las sesiones terminaban en llanto.



FUENTE: "Hazaña Beniana en la Guerra del Chaco"

AUTOR: Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos del Beni

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