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jueves, 23 de marzo de 2017

La batalla de Topater, las huellas de la Guerra y la aspiración boliviana



La mayoría de la población boliviana relaciona el 23 de marzo con la pérdida del mar, pero más allá de esto. La fecha recuerda la Batalla de Topater, primer enfrentamiento de la guerra del Pacífico.

Esta batalla constituye un hito histórico para los bolivianos que, sin embargo, no se queda en el pasado sino que revive año tras año como parte de la aspiración por lograr nuevamente una salida soberana al mar.
Cuentan los apuntes históricos que las tropas chilenas llegaron a la quebrada sur cercana a Calama el 23 de marzo de 1879, y después de varias horas de combate sometieron a la resistencia boliviana gracias a su superioridad numérica.
Así, el 23 de marzo de 1879 se produjo el primer enfrentamiento armado de la Guerra, entre las tropas chilenas y bolivianas en las cercanías de Calama. El boliviano Eduardo Abaroa opuso resistencia junto a un grupo de civiles y murió en la contienda.
Días antes, el coronel chileno Emilio Sotomayor organizó en Caracoles una fuerza compuesta de 544 soldados y 30 civiles, que tenían la misión de ocupar Calama.
En esta localidad, la máxima autoridad boliviana, Ladislao Cabrera, organizó la defensa con alrededor de 130 civiles. Armados con algunos rifles y carabinas, el grupo se acantonó en la ciudad y destruyó los puentes de acceso al poblado.
El 23 de marzo las fuerzas chilenas alcanzaron la quebrada sur cercana a Calama. Para habilitar el tránsito hacia el pueblo, Sotomayor llevó dentro de sus filas a carpinteros, con tablones en carretas.
El historiador Ardiles relata la contienda: “en el Vado de Topater, las primeras y segundas compañías del Segundo de Línea [...], cruzaron el sendero denominado “Viento”, apoderándose de él (...). En esta circunstancia cayó muerto el héroe boliviano Eduardo Abaroa Hidalgo, quien junto a doce rifleros, defendieron el Puente Topater. Después de descargar los 300 tiros de su revólver, ya herido y moribundo, la tropa chilena lo conminó a rendirse, pero él exclamó: ‘¡Que se rinda su abuela, carajo!’”.
Luego de varias horas de combate, las tropas chilenas pusieron fin a la resistencia boliviana. Su superioridad numérica fue determinante. La contienda dejó 20 bolivianos y 11 chilenos muertos.

La Guerra del Pacífico
La Guerra del Pacífico o Guerra de Chile contra Perú y Bolivia fue un conflicto de América del Sur que tuvo lugar el año 1879-1884 en el cual las fuerzas de Chile lucharon contra una alianza defensiva de Bolivia y Perú.
También conocida como la “Guerra del Guano y el Salitre”, la guerra surgió por las disputas sobre el control del territorio que contenía importantes yacimientos ricos en minerales. El inicio exacto de la guerra es un asunto de controversia entre los historiadores, algunos atribuyen el decreto presidencial de Hilarión Daza en Bolivia como una declaración de guerra, y otros atribuyen a Chile como el primer país en declarar oficialmente la guerra e invadir territorio extranjero.
Originalmente, el conflicto era un conflicto entre Chile y Bolivia por un impuesto de 10 centavos por el quintal de salitre exportado en territorio boliviano, pero la controversia sobre la propiedad de la región de Atacama entre Bolivia y Chile fue el suceso que precedió y sentó las bases para las malas relaciones históricas entre ambos países.

Antecedentes de la Guerra
En 1879, el Perú se involucró en el asunto como un mediador, tratando de ayudar a resolver pacíficamente la disputa entre Bolivia y Chile (aunque se argumenta que el Perú intentó favorecer a Bolivia a costa de Chile). Sin embargo, en 1873 Bolivia y Perú habían firmado un tratado de alianza defensiva, que algunos historiadores consideran como tratado ofensivo y dirigido a Chile, que obligaba a las fuerzas militares de cada nación a acudir en ayuda en el caso de que fueron invadidas por otra nación.

Declaración de Guerra: Campañas militares
Cuando Chile invadió el puerto boliviano de Antofagasta el 14 de febrero de 1879, una maniobra militar que se había hecho sin una previa declaración de guerra, Bolivia pidió la activación de su alianza defensiva con el Perú. Sin embargo, la guerra no sería formalmente declarada por ambos lados hasta que Chile, que había recibido un reconocimiento oficial de la alianza defensiva secreta por el gobierno peruano, declaró la guerra el 5 de abril de 1879, el Perú respondió al día siguiente por la que se declara la casus foederis, o la activación del tratado de alianza.

Campaña naval,
Huáscar y Miguel Grau
La guerra se realizó en una variedad de terrenos, a partir del desierto de Atacama y, más tarde, cuando las fuerzas chilenas avanzaron más al norte, tuvo lugar en los desiertos y las regiones montañosas de Perú. La primera batalla de la guerra fue la Batalla de Calama, en la que las tropas chilenas tuvieron una fuerte defensa de los soldados y civiles de Bolivia, este suceso tuvo lugar antes de cualquier declaración de guerra.
Cuando la guerra se había declarado, la mayor parte del primer año hubo un enfoque en la Campaña Naval debido a la ventaja estratégica del control de los mares a fin de proporcionar apoyo a las fuerzas de tierra, que se disputaban militarmente en el desierto más árido del mundo.
A pesar de que la Marina peruana tuvo un éxito inicial, la campaña naval fue ganada finalmente por la Armada de Chile cuando capturó al buque peruano insignia Huáscar y se sucedió la muerte del almirante peruano Miguel Grau, conocido como el “Caballero de los mares” por su caballería en combate, durante el Combate de Angamos.

Campaña Terrestre
Posteriormente, la Campaña terrestre daría lugar a una serie de victorias para el Ejército de Chile sobre las tropas del ejercito de Bolivia y Perú, lo que dio lugar a la completa derrota de Bolivia en la Batalla de Tacna (Batalla del Alto de la Alianza), del 26 de mayo de 1880, donde el ejército Boliviano se retiraría definitivamente de la Guerra.
A esto se suma la derrota del ejército regular del Perú después de la Batalla de Arica el 7 de junio, donde murieron heroicamente las fuerzas defensivas peruanas comandadas por el Coronel Francisco Bolognesi, quien resistió a las fuerzas invasoras hasta quemar el último cartucho, al igual que Alfonso Ugarte, quien prefirió lanzarse del morro de Arica antes que entregar el pabellón nacional al enemigo.
Ese mismo año después de la toma de Arica y Tacna se iniciaban los preparativos para la invasión de Lima “campaña de Lima” (campaña militar chilena para tomar la capital peruana). La campaña terrestre llegó a su clímax en 1881 cuando los chilenos ocuparon Lima.
Después, los tres años restantes del conflicto se convirtió en una guerra de guerrillas entre una unión de lo que quedaba del ejército peruano y algunas tropas irregulares al mando del General Andrés Avelino Cáceres, contra las fuerzas militares de Chile, con su base en Lima bajo el mando del almirante Patricio Lynch. El conflicto resultante sería conocido como la Campaña de la Breña (o de la Sierra), que tendría bastante éxito como un movimiento de resistencia, pero ineficiente para cambiar el curso de la guerra.

Tratado de Ancón
Finalmente, después de la derrota de Cáceres en la Batalla de Huamachuco, Chile y Perú lograron llegar a una solución diplomática el 20 de octubre de 1883, con la firma del Tratado de Ancón mediante el cual el departamento de Tarapaca pasó al Estado chileno permanentemente y las provincias de Arica y Tacna quedaban bajo administración chilena por un lapso de 10 años. Terminado ese periodo un plebiscito decidiría si quedaban bajo jurisdicción chilena, o si se reintegrarían al Perú. Bolivia, que había abandonado a Perú después de la batalla de Tacna, eventualmente firmó una tregua con Chile en 1884.
El tratado estableció una tregua indefinida; bajo las condiciones de que Bolivia aceptara la cesión del litoral boliviano a Chile, la devolución de los bienes incautados a los ciudadanos chilenos y el ingreso libre de impuestos de productos entre ambos países.

El tratado de 1904
Finalmente, el Tratado de Paz y Amistad del 20 de octubre de 1904 es un tratado de paz firmado por representantes de la República de Bolivia y la República de Chile con el fin de terminar el estado de guerra existente entre ambos países luego del estallido de la Guerra del Pacífico en 1879.
El Tratado de Paz y Amistad fue discutido por varios años, especialmente debido a la cesión absoluta y perpetua de los territorios bolivianos ocupados por Chile, correspondientes al antiguo departamento del Litoral (actual Región de Antofagasta), lo que dejaba a Bolivia sin acceso al océano Pacífico.

Huellas de la Guerra
La apropiación chilena del litoral costero boliviano dejó a Bolivia como un país sin litoral, así como el control temporal sobre las provincias peruanas de Tacna y Arica.
La Guerra del Pacífico ha dejado profundas cicatrices en todas las partes involucradas, gran parte de los problemas modernos entre estas naciones vecinas se remiten a este conflicto. En los últimos años ha revivido el sentimiento nacional de Bolivia que tiene por objeto la devolución de su soberanía costera.
Empero, Chile se ciñe al tratado de 1904 y Bolivia por su parte vuelve a hacer recuento de las veces en las que las máximas autoridades chilenas han comprometido negociar mar con soberanía para Bolivia.

La aspiración boliviana
El 24 de abril de 2013 el gobierno de Bolivia inició formalmente, ante la Corte Internacional de Justicia, la presentación de una demanda para solicitar a Chile la negociación de una salida soberana al mar.
De acuerdo a la demanda boliviana, Chile se habría comprometido a negociar una salida soberana al mar para Bolivia a través de acuerdos, práctica diplomática y declaraciones de sus representantes; entre ellos: el Convenio de Transferencia de Territorio de 18 de mayo de 1895 y sus Protocolos Complementarios; el Acta Protocolizada de 10 de enero de 1920; el intercambio de notas de 1 y 20 de junio de 1950; el Memorándum Trucco de 10 de julio de 1961; la Declaración Conjunta de Charaña de 8 de febrero de 1975 y la nota chilena de 19 de diciembre de 1975. Instrumentos que evidenciarían que Chile se comprometió a encontrar una solución al enclaustramiento marítimo de Bolivia.
El petitorio de la demanda Boliviana solicita a la Corte Internacional de Justicia que declare que:
- Chile tiene la obligación de negociar con Bolivia un acuerdo que otorgue a Bolivia una salida soberana al Océano Pacífico
- Chile ha incumplido dicha obligación
Chile debe cumplir dicha obligación de buena fe, pronta y formalmente, en un plazo razonable y de manera efectiva, a fin de otorgar a Bolivia una salida soberana al Océano Pacífico.

“Existen dos errores históricos monumentales”

El expresidente Carlos D. Mesa sostiene que la guerra en la que se enfrentaron la Confederación Perú-Boliviana y Chile es el “preanuncio” de la invasión chilena de febrero de 1879 y la pérdida del Litoral, después de la Guerra del Pacífico.
“La primera guerra con Chile ya preanuncia lo que nos va a pasar. ¿Cuál es la primera guerra con Chile? La que protagoniza Andrés Santa Cruz, protector de la Confederación Perú-Boliviana, que se enfrenta a Chile y trata de resolver pacíficamente las relaciones de esa gran Confederación con el Estado chileno”, explicó.
“En ese momento, la lógica pacifista de Santa Cruz no se da cuenta de algo estratégico: Chile necesita expandirse para sobrevivir y Chile no va nunca a hacer la paz con la Confederación, ni con Bolivia ni con el Perú, porque requiere del territorio que acabaría arrebatándole a Perú y a Bolivia. Por lo tanto, diría yo, parece un episodio menos significativo, pero creo que es el punto de partida de esta historia dramática que hemos vivido”, expresó Mesa.
Después de la Guerra del Pacífico, el Tratado de 1904 selló la mediterraneidad de Bolivia. Mesa considera que si se debe escoger los dos peores momentos, desde el punto de vista de los errores bolivianos, el primero es el tratado que firma el gobierno de Melgarejo en 1866 y el segundo, el Tratado de 1904. “Ese fue un error histórico monumental”, afirmó.

2 comentarios:

  1. La convicción es que, si el fallo es favorable a Bolivia, siguiendo la coherencia del contenido y el espíritu de los Actos Unilaterales de Chile, la Corte de La Haya no separará negociación —sólo un medio— de su resultado que es el puerto soberano al mar, el fin último y sustantivo de la Demanda Boliviana.

    Ahora bien, esperemos que los derechos expectaticios no vuelvan a ser los ridículos del año 1975, cuando el gobierno boliviano expuso, ante el mundo, su carácter anti boliviano al mendigar un callejón inservible, sin puerto, y ofreciendo, a cambio, el regalo a Chile de más territorio, imitando a Melgarejo. Perú rechazó el callejón inservible chileno y propuso la soberanía compartida del puerto de Arica, entre Chile, Bolivia y Perú; de ese modo dió al traste con las pretensiones chilenas de apoderarse de más territorio boliviano. La propuesta peruana salvó a Bolivia de convertirse en satélite colonial de Chile.
    El callejón iba a desembocar bajo el agua, sin ninguna posibilidad de construir un puerto; no hay manera de que un barco siquiera se aproxime. Ni en Ilo hasta ahora hacen puerto, y quieren negociar el callejón al norte de Arica que va a ninguna parte; ni Dios podría poner un puerto allí al norte de Arica, aunque invierta cien mil millones de dólares. El 2 de Diciembre de 1975, Radio Fides de La Paz comentaba : «Chile nos debe la devolución del río Lauca que nos ha usurpado, asi como nos ha despojado de nuestro litoral marítimo; ahora nos está encandilando con la oferta de vendernos un callejón inservible a cambio de un trueque por un riquísimo territorio potosino; a esta maligna situación se opuso el insobornable pueblo cochabambino, quien se atrevió a decir NO a la nueva agresión chilena en Charaña. ¡Homenaje y honor para Cochabamba!»
    El tremendo error de Bánzer se agrava porque estaba canjeando territorio por un puerto puramente imaginario. En otras palabras, NO HABIA CANJE PORQUE NO HABIA PUERTO. Lo único que había era una nueva desmembración territorial a favor de Chile manteniendo la acostumbrada dependencia boliviana del puerto chileno de Arica.

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  2. Con el fallo de La Haya del 01 de octubre de 2018 se cierra definitivamente nuestra aspiración de una salida al océano Pacífico con soberanía; pero me parece que seguir lamentando lo que perdimos no nos ayuda, debemos mirar lo que tenemos: Desde el punto de vista económico, tenemos grandes ventajas sobre Chile: Podemos usar sus puertos al Pacífico y el el comercio con Europa a través de nuestros puertos que salen al Atlántico a través de la cuenca fluvial y les ganamos por 15 días a los chilenos. No lamentemos el pasado, desarrollemos nuestro futuro.

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