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viernes, 28 de noviembre de 2014

Tarija La calle Cochabamba y los “San Lunes” de chicha



La calle “Cochabamba”, una de las más largas y antiguas calles de la ciudad, situada en la parte alta de Tarija, tiene una gran trayectoria histórica y popular. Sobre todo, por haber sido un lugar, donde predominaban las fábricas de chicha.

Antiguamente esta calle fue más conocida por el pueblo como la “calle ancha” debido a su amplitud a comparación de las calles adyacentes. Años antes, en la zona, los puestos de chicha abundaban y el festejo del “San Lunes” se hizo una costumbre.
Cuenta la tradición que cada lunes los artesanos y empleados hacían derroche “de cumplimiento” para llenar las chicherías y abandonar los talleres, oficinas y puestos de trabajo, porque este día parecía constituirse en toda una institución lugareña. No había que perderlo sin copiosas libaciones de chicha.
Relatan los antiguos vecinos que las chicherías eran muy visitadas y más aún para las fiestas que se organizaban, generalmente en casas amplias con corredor, patio y corral de fondo. Ocupando los primeros lugares de estas grandes casas de chicha se reunían los tomadores, mejor llamados “tunantes” a los que se les ofrecía asiento en largas bancas; poniéndoles una mesita para las botellas y los vasos.
Con frecuencia las “tomadas” daban lugar a interesantes tertulias o partidos de “taba”; pero si de fiesta se trataba y había compañía femenina, la fiesta se acompañaba con caña, erke, caja, camacheña o violín, según la época, armándose vistosas escenas de rueda y zapateo y entonces venía la “cuequiada”.
Según los vecinos del barrio, las chicherías, se las reconocía por las banderitas coloradas que se acostumbraba colocar al extremo de una larga caña a manera de saliente mástil en las puertas de las casas, donde se hacía y vendía chicha.
Para el escritor René Aguilera Fierro, la calle “Ancha” tiene una trayectoria desde los linderos de la ciudad de Tarija. Incluso relató que la Fiesta de Santa Anita que antes se hacía en la plaza Campero fue trasladada a la calle Cochabamba porque no había otro lugar donde hacerla con amplitud.
Otra de las actividades que dio fama a la calle Cochabamba, según el escritor, fue la Fiesta de San Roque ya que cuando ésta culminaba era costumbre irse a la calle ancha a tomarse unas chichas, un arrope, a jugar a la taba o a los gallos durante la semana.
En los sin iguales encuentros se bebía, se conversaba, se comía gratis y se hacían amistades. En dicha calle vivían muchos cochabambinos y fueron ellos los que trajeron la costumbre de la chicha y las banderitas rojas, por lo que la calle ancha cambió su nombre a calle Cochabamba.

Las chicherías
Bernarda Uriona de Gallardo, Lorenzo Castillo, Francisca Zarate de Molina conocida como doña “Panchita”, Jacoba Panique, Eleuterio Espíndola, Luisa Herrera, Mercedes Camacho, Atanasia Salinas, Lola Sánchez y muchas personas más son recordadas porque hacían rica chicha y masitas exquisitas.
La gente de otros barrios a la que entrevistó El País eN cuenta que existían chicherías de mucho renombre ya sea por la buena chicha, la buena comida o las buenas mozas. Entre las más mentadas están: “Miss San Roque”, “Ojosas”, “Doña Felisa”, “Las teclas”, “La gaucha”, “La chilena”, “Las chabelas” y otras.
“Increíblemente en la calle Cochabamba no se conocía la palabra discriminación. La gente recién llegada se largaba a la calle ancha, donde se compartía en un ambiente de igualdad. Los visitantes de esta calle escuchaban la caña, a veces el violín y se ponían a cantar coplas. Lo interesante era que la comida era gratuita”, relata René Aguilera Fierro.
Pero cuenta también que en la calle Cochabamba se jugaba “taba” por conchitas al igual que la riña de gallos en la cual se hacían transacciones por chicha. Otro detalle que resaltó es que en las casas de expendio vendían la bebida por cántaros que en Tarija llamamos Yambuy.

Decaimiento de la calle
La calle Cochabamba llegó a tomar verdadero auge con motivo de la guerra, pues a ella iban los oficiales y soldados en busca de “consuelo para sus penas” y a “echarle el último trago”. Eso hizo que se abran muchas más chicherías y bares.
Sin embargo, con esto la calle perdió su característica y se vulgarizó.
La costumbre de las chicherías se mantuvo hasta pasado el año 1994; luego poco a poco fue desapareciendo. A esto se sumó que el progreso y el desarrollo hicieron más fácil la venta de vinos y singanis.
Posteriormente, la comida ya tuvo un costo y luego comenzaron a haber los restaurantes. “También se podría decir que el que influyó mucho para que decaiga el expendio de chicha fue el padre Bartolomé Attard, debido a que él comenzó a prohibir y a hablar en sus sermones en contra de la calle Cochabamba, diciendo que se trataba de un expendio de borrachos”, revela Aguilera Fierro y añade que el padre calificaba a la calle ancha como “un lugar, donde se cobijaba gente de mal vivir de Tarija”.
“Él mismo, personalmente, hacia la inspección de la calle Cochabamba logrando que se cierren estos lugares”, concluyó Aguilera.

La Fiesta de Santa Anita
La calle “Ancha” tiene más de 100 años de historia, al principio era de tierra y empedrado. Los vecinos más antiguos comentan que la gente llegaba hasta esta vía para pasear y conocer las chicherías. Poco después del decaimiento otro evento le devolvió la fama, se trata de la Fiesta de Santa Anita, misma que antes se hacía en la plaza Campero y fue trasladada a la calle Cochabamba.
La Fiesta de Santa Anita se extendió a cuatro barrios de la ciudad, siempre alentada por niños y padres de familia. En el año 1892, a iniciativa de los vecinos de la Calle Cochabamba, levantaron frente a la Capilla de San Roque, los primeros puestos de miniaturas, coadyuvando con sus hijos en la elaboración, fabricación y venta mediante el juego.
La modalidad era pagar con botones de conchas a los cuales se los llamaba simplemente “conchitas”. De esta manera, la festividad de “Santa Anita” hacía alusión a las cosas y objetos pequeños que se expendían. Éste fue un acontecimiento novedoso para el barrio y la ciudad.
Con el transcurso del tiempo se fueron destacando artesanos y personas hábiles en la fabricación en miniatura, tales como muebles, camioncitos, autitos, masitas, dulces, ancucos, empanadas, aros para rodar, trompos, sellos, bolillas de arcilla y otros.
Tiempo después, la ubicación de los bazares se trasladó detrás de la iglesia abarcando toda la calle Cochabamba. En la actualidad la mayor característica de la calle ancha es la Fiesta de Santa Anita que se realiza cada 26 de julio y que tiene duración de una semana.
En esta feria, en la actualidad, se exponen artículos tradicionales como instrumentos típicos de la región muy bien elaborados, además que lo que más resalta es la gran variedad de miniaturas que traen los comerciantes para vender desde el interior del país. Dentro de las miniaturas se puede encontrar de todo desde dinero hasta vestimenta, autos y comida.

Más detalles sobre la calle cochabamba

Inspiración de pintores
La calle Cochabamba por su historia y valor tradicional en la cultura tarijeña es sin duda una gran inspiración para los pintores. Así lo refleja el siguiente cuadro.

Proliferan los modernos comercios
Quedaron en el recuerdo las antiguas ventas de chicha y aloja. Ahora en la calle Cochabamba proliferan los restaurants de comida rápida

La Fiesta de Santa Anita
La Fiesta de Santa Anita devolvió la fama a la calle ancha, tanto que cada 26 de julio, y durante la semana que comprende, la vía alberga a más de cinco mil visitantes

Historia boliviana desde el periodismo

Los hechos diarios que vivió Bolivia son parte de medio siglo de servicio al país, que es retratado en el libro Del papel carbónico a la computadora. Historia de la Agencia de Noticias Fides: 1963-2013, escrito por Julieta Tovar Ibieta, periodista de amplia y reconocida trayectoria, que será presentado hoy en la Asociación de Periodistas de La Paz, edificio Las Dos Torres de la avenida 6 de Agosto.

La historia de un medio de comunicación social tiene que ser vivida, pero para evitar que se borre de la memoria es necesario escribirla.

Según investigaciones de su autora, la agencia conocida internacionalmente con la sigla de ANF, nació el 5 de agosto de 1963, como los emprendimientos que para muchos son utopías, por lo tanto, sin futuro o al menos incierto. Sin embargo, la historia le dio un vuelco a las premoniciones agoreras. 51 años no son pocos, aunque seguramente serán escasos comparados con otros medios, pero había que buscar recursos tanto humanos como financieros y técnicos.

La historia está relatada en cinco partes con capítulos cortos, cual si fuesen noticias. En ellos se reflejan desde las peripecias que vivió ANF para sostenerse en medio siglo como relatora diaria del acontecer político, económico y social del país. La primera agencia de noticias de Bolivia pasó por gobiernos democráticos, dictatoriales y nuevamente en una democracia sin interrupciones.

La creación de ANF hace más de cinco décadas, sin duda que fue como la locura de alguien, su fundador el padre José Gramunt de Moragas, SJ, y el entusiasmo de dos jóvenes periodistas: Juan Carlos Salazar y José Luis Alcázar. Pasaron por las salas de redacción periodistas como Ana María Romero de Campero, la primera Defensora del Pueblo y otras decenas que aprendieron este oficio y otros que saliendo de las universidades fortalecieron sus conocimientos.

Una de las partes retrata al fundador de ANF en sus diferentes facetas que no nació para Notario ni para vivir en su natal España, sino para sacerdote y periodista y para radicar en Bolivia. La Agencia de Noticias Fides no sería tal sin su creador, quien inclusive empleó la herencia paterna en el crecimiento de ANF. Hoy, el padre Gramunt está “jubilado” de ANF, mas no retirado de las lides periodísticas, pues, en la residencia de Cochabamba trabaja en un nuevo libro, sostiene la periodista que estudió Comunicación Social en la Universidad Católica Boliviana y un Diplomado en Periodismo Económico, entre otros estudios.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Estudiantes recuperan documentos de 1840 sobre la historia de Sorata

Estudiantes y técnicos de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) recuperaron documentos y manuscritos que datan desde 1840 hasta 1960, sobre la historia del municipio de Sorata, ubicado a 150 kilómetros de la ciudad de La Paz.
"Se recuperaron documentos que datan desde 1840 hasta 1960. Estos papeles guardan más de 100 años de historia de la Alcaldía de Sorata”, dijo Luis Oporto, director de la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa.
Según Oporto, los escritos pertenecen a los archivos del Juzgado de Partido y la administración de la Alcaldía de Sorata.
"Los documentos guardan expedientes de juicios penales y civiles, como robos, divorcios, remates de bienes y otros de esa época. Estos textos evidencian la historia y el desarrollo de ese municipio”, sostuvo Oporto.
Los escritos también muestran la historia social de Sorata. "Este municipio ha diversificado su base productiva en la hacienda. Es una región de acceso a las minas de oro y a las tierras bajas”, dijo.
El historiador destacó además que los textos muestran el desarrollo de la ciencia penal en las provincias. "En uno de los expedientes se encontró evidencias como un saco con el plomo de los proyectiles”, contó.
El hallazgo fue realizado en septiembre. El lote de papeles fue encontrado en un depósito de la Alcaldía de Sorata. "Estaban en una situación crítica porque sufrieron manchas a causa del excremento de roedores y la humedad”, dijo Oporto.

En ese mes, una delegación de estudiantes y la directora del Archivo Histórico de La Paz, Mary Money, viajaron a Sorata para salvar los papeles. Una vez que llegaron a esa población, las autoridades del municipio de Sorata y de la UMSA firmaron un convenio para entregar los documentos al Archivo Histórico de La Paz.
Tras conseguir el permiso, los técnicos limpiaron los expedientes. Luego, trasladaron los documentos en cajas al Archivo Histórico de La Paz. En la actualidad trabajan en un proyecto para catalogar y digitalizar los papeles.
La historiadora Ximena Medinacelli resaltó el rescate de la documentación por su valor cultural, histórico y simbólico. Sostuvo que aportará a la historia de la región. Resaltó que hay que conservar adecuadamente los archivos porque "Sorata es una población muy importante, tiene una historia muy rica e intensa”.

El proyecto es impulsado por la carrera de Historia de la UMSA, la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional y técnicos de la Comibol.

Polémica
Iván Tays
Babelia / Madrid
Fuego cruzado literario
Y ardió Troya en Bolivia. El Festival Santa Cruz de las Letras llevó a más de 30 escritores de Latinoamérica a esa bella ciudad, entre ellos Katya Adaui, Jorge Volpi, Carlos Cortés, Imma Turbau y los cubanos Wendy Guerra y William Navarrete. Todo iba bien hasta que sobre la mesa donde estos últimos iban a participar, Cuba por dentro y por fuera, se levantó la sospecha de que sería una crítica al Gobierno cubano. Como cuenta William Navarrete en su testimonio Santa Cruz de los miedos, se obligó a los autores a no participar y se les excusó diciendo que estaban enfermos.

Ante el testimonio de Navarrete, aparecieron las réplicas de algunos de los organizadores, quienes calificaron a los cubanos con una jerga que añoraba la Cuba de Haydée Santamaría y el caso Padilla: "Gusanería” y "divismo”. Uno de los organizadores, el escritor Homero Carvalho, metió más leña al fuego declarando en una entrevista en La Razón que "esta era una movida del Gobierno de EEUU”. Y Edmundo Paz Soldán, sintiéndose aludido, aclaró la cuestión con un contundente artículo en el mismo diario, El Festival de Homero Carvalho.
Supongo que el fuego cruzado sigue, ahora en torno a mafias y camarillas y escritores jóvenes "que no saludan” a sus mayores. Miserias de la literatura cuando decide bailar apretadito con el Gobierno de turno.

lunes, 24 de noviembre de 2014

"Historias de Oruro": En la ciudad de los urus se tuvo los primeros teléfonos de Bolivia

"Los hilos se repartieron a lo largo de las calles. Una torre alámbrica tomó posesión en una de las esquinas de la plaza "Castro y Padilla". El teléfono había llegado a Oruro, Bolivia, como un aparato de misteriosas formas, pero de grandes ventajas para comerciantes, empresarios mineros y vecinos de la próspera ciudad", así relata la Revista "Historias de Oruro" en su edición número 28 la implementación de esa tecnología en esta ciudad.

Son detalles poco conocidos por los pobladores de hoy, pero necesarios de tener en cuenta para saber, que Oruro siempre estuvo adelantada en tecnología, gracias al empeño y esfuerzo de su gente.

"Historias de Oruro", además en la más reciente edición, muestra a Rajka Backovic, su vida y obra, no por nada una de las calles de esta ciudad lleva su nombre, y es Rodolfo Espinoza Aliaga quien presenta una semblanza valiosa, pese a los pocos datos que se tienen de la heroína.

El director de la revista, Fabrizio Cazorla Murillo presenta este nuevo material, orgulloso de seguir con su labor de recopilar datos para contárselos a la población con la colaboración de investigadores e historiadores, que inmortalizan a través de estas notas la rica historia de Oruro.

También se tiene un aporte del copacabanólogo, Marcelo Arduz Ruiz quien escribió sobre Sor Juana de Arias, quien fuera un personaje que nació en Copacabana de Andamarca, y en 1974 portó una pesada cruz de madera como un acto penitencial para consagrarse a Dios en el convento de Arequipa donde pintó en su celda en la que moraba, los colores que habían en la pintura del mural del Templo de Copacabana de Andamarca, constituyéndose en una historia muy valiosa.

Se tiene otro dato de Mario Calvo que fue el copiloto de Rafael Pabón en la Guerra del Chaco, pero ¿qué hizo?, y ¿por qué está en el mausoleo de Notables?, la respuesta está en "Historias de Oruro", desde sus estudios en el Colegio Bolívar, cómo se enroló al Ejército y cómo llegó a ser un experimentado piloto.

Además se relata algo de los 100 años de historia del Oruro Tenis Club, sobre el antiguo camión, y del arquitecto Edmundo Mirones Bustos que fue también otro personaje admirable, que también comenta aspectos sobre su trayectoria profesional y sus logros como docente en la Universidad Técnica de Oruro.

Y finalmente se cuenta con un espacio de imágenes, fotografías del Colegio Bolívar y otros que son un complemento de la edición.

Cazorla refirió que se ha hecho la reedición de la revista número 3 que era una de las más cotizadas y que se había agotado, y que para fin de año se prevé contar también con la reedición de la número 10, y el próximo año con la 4 y la 8 para que la gente pueda adquirir la colección completa y entender algo más de nuestra rica historia orureña.

PUBLICAN IDENTIDAD DEL HOMBRE QUE MATÓ AL CHE GUEVARA

Un diario localizó a Mario Terán y lo señala como el soldado que disparó al guerrillero.

El diario español El Mundo publicó ayer una entrevista con el hombre que, supuestamente, mató a Ernesto "Che" Guevara el 9 de octubre de 1967 en la localidad de La Higuera, en el sudoeste de Bolivia y aporta testimonios sobre cómo sucedieron los hechos.

Los periodistas Ildefonso Olmedo y Juan José Toro se desplazaron a Santa Cruz de la Sierra para hablar con Mario Terán Salazar, al que identifican como el soldado que disparó contra Guevara, capturado el día anterior por el Ejército de Bolivia cuando intentaba llevar la revolución al país.

La confesión. Los periodistas no consiguen de Terán Salazar la confesión de que fue él quien dio muerte al Che, pero consiguieron de su entonces superior jerárquico, el hoy general Gary Prado, el reconocimiento de cómo habían transcurrido los hechos, que el propio Terán contó por escrito.

Tras las primeras consultas, el entrevistado desmiente al periódico cubano Granma, que voceó el milagro: "médicos de la revolución devuelven la visión en Bolivia al hombre que mató al Che".

"No, no... No es como se dice que me han devuelto la vista. Falso. Yo no estaba ciego, una simple catarata tenía, y como están viendo me han dejado el ojo (derecho) colorado", indicó.

Efe retoma la publicación, cuyo relato indica que tras la captura de Guevara los militares recibieron la orden gubernamental de ejecutarlo y varios soldados se ofrecieron voluntarios para hacerlo.

El coronel Joaquín Zenteno designó a Terán, quien se dirigió a la escuela de La Higuera en la que estaba retenido el Che.

Al entrar en la sala Guevara se percató de las intenciones del suboficial Terán y le dijo: "Usted viene a matarme".

Según la confesión por escrito que hizo a sus superiores, Terán se sintió cohibido por la presencia del guerrillero y tuvo un mareo. "Entonces di un paso atrás, hacia el umbral de la puerta, cerré los ojos y disparé la primera ráfaga. El Che cayó al suelo con las piernas destrozadas, se contorsionó y empezó a regar muchísima sangre. Yo recobré el ánimo y disparé la segunda ráfaga, que lo alcanzó en un brazo, en un hombro y en el corazón...", dice.

Los tres marios. El diario pública una foto del suboficial Terán en 1967 y ahora, cuando tiene 72 años. El general Gary Prado lo reconoce en las fotos y afirmó que todavía se ven esporádicamente en Santa Cruz.

Prado aseguró que siempre recomendó al suboficial que no confesara públicamente su papel protagonista en la muerte de Guevara, para evitar posibles venganzas de sus seguidores.

En la charla de poco más de 20 minutos con Terán, en su casa de Santa Cruz, el antiguo suboficial juega con la confusión y afirma que hubo tres militares con su mismo apellido en el Ejército boliviano. Por eso apunta que "seguramente" ha sido confundido durante toda su vida con quien mató al Che.

Afirmó también que su compañía estaba alejada de La Higuera en los días de la captura y muerte del líder guerrillero, de quien no tiene una buena opinión.

"Para mí ha sido un invasor. Tenía ideas que con su guerrilla quería inculcar en la gente boliviana... ¡Cómo lo idolatran ahora!... ¡Tanta gente ha caído", asegura el exmilitar, hoy jubilado.

Ninguno de sus seis hijos ha seguido la carrera militar, lo que le da "alegría" y subraya que nunca ha visto películas sobre el Che o leído algún libro acerca de su vida: "Nunca me ha interesado seguir cuanto se decía del Che. Yo tenía ideas diferentes. Nunca he sido un seguidor".

La maldición. Desaparecer fue la orden que Prado, y de alguna forma los oficiales bolivianos que participaron en la captura y muerte del Che, dieron a Mario Terán. ¿La maldición del Che? Sea creíble o no, hasta siete involucrados en los sucesos de La Higuera y Vallegrande han muerto de forma violenta. El mismo presidente René Barrientos Ortuño, quien dio la orden de ejecución, falleció cuando el helicóptero en el que volaba se desplomó cerca de Cochabamba. Igualmente, se recuerda que el general Alfredo Ovando Candia y el expresidente Juan José Torres Gonzales tuvieron un aciago final.

47 años han pasado desde la muerte de Ernesto Guevara. Fue asesinado el 9 de octubre de 1967.

martes, 18 de noviembre de 2014

Beni Nació en homenaje a la Batalla de Ingavi

El departamento de Beni fue creado por Decreto Supremo de 18 de noviembre de 1842, durante el Gobierno de José Ballivián y Segurola, en el territorio de Moxos. En esta fecha los benianos celebran su efeméride, a diferencia de los otros departamentos del país, que lo hacen en conmemoración a su gesta libertaria.

Ballivián fundó Beni en homenaje al primer aniversario de la Batalla de Ingavi, librada ante la invasión peruana, el 18 de noviembre de 1841 y en la cual el Ejército boliviano venció.

La publicación por el Sesquicentenario de la República, sobre la historia de Beni, señala que el 6 de agosto de 1842, el vencedor de Ingavi (Ballivián) firmó el decreto por el cual se daba a Moxos autoridad autónoma, dependiente del poder central, y se elevaba a la condición de ciudadanos a sus habitantes, con igualdad de derechos y obligaciones. El Decreto fue conocido en Moxos con júbilo en octubre y dio lugar a fiestas y celebraciones. Pronto los cuarteles donde vivían en promiscuidad los indígenas eran desocupados y se les dotaba de terrenos para construir sus propias casas.

De acuerdo a la misma investigación, el 18 de noviembre de 1842, al conmemorarse el primer aniversario de la Batalla de Ingavi, el presidente Ballián, desde la capital Sucre proclamó, mediante otro decreto, como nuevo departamento de la República a la que fuera la gobernación de Moxos, con el nombre Beni. Este decreto disponía que se determinaria posteriormene la capital; fijándose para ésta el lugar próximo donde fuera fundado Reyes, cerca de Rurrenabaque, y la que de acuerdo a disposiciones supremas debería llamarse ciudad Ballivián. Ninguno de los gobernantes se acordó de esa fundación.

En enero de 1844, la Prefectura se trasladó a Exaltación, entonces centro comercial sobre el río Mamoré, y desde 1848, volvió a Trinidad, convirtiéndose en capital de facto, sin que ninguna ley hubiera modificado la dictada por Ballivián.

Al eregirse el departamento de Beni contaba con tres provincias: Moxos, Caupolicán y Yuracarés.

Ballivián tenía interés en que el Beni desarrolle sus riquezas naturales y para el efecto envió al ingeniero José Agustín Palacios, que fue el explorador que más conoció Beni, dejando una interesante relación de sus viajes por el extenso territorio.

En ese entonces, Beni era un botín fácil y a él se acudía para llevar caballares de remonta al Ejército, pagar en ganado los vales del Estado, sin ningun control. Esta exacción de recursos, no era sólo de ese tiempo, se dio desde que se expulsó a los jesuitas. No se respetaron los tesoros ni fuentes de producción de ese departamento.



DIVISIÓN

La provincia Caupolicán se extendía hacia el norte hasta el Acre (hoy Pando) y el Mato Grosso.

1853 Inundación

Ese año ocurrió la inundación más grande de la que se tenía noticias hasta ese entonces. En Trinidad sólo quedó un sitio de tierra, donde están edificados el templo y la Casa de Gobierno, que sirvió de refugio para los 4.000 habitantes de la capital. Murió la mayor parte del ganado del campo y las caballadas morían por epizootias.


Orígenes de Beni

Beni, antes Enín, El Dorado, Gran Paititi o Moxos, es un pueblo con historia, pero con escasos documentos que se hayan conservado. Se perdieron con el destierro de los jesuitas en 1822, otros se convirtieron en cenizas en un incendio o destruyeron por la acción del agua y la humedad.

Su historia se remonta a periodos prehispánicos, con la existencia de la cultura de los arawak, de quienes descienden los moxos y los baures, los pueblos que los jesuitas encontraron a su llegada a las llanuras de Beni, entre 1560 y 1600. Atraidos por la leyenda del Gran Paititi o imperio de oro, los quechuas llegaron a esos territorios, pero no permanecieron mucho tiempo por la resistencia y ataques de los nativos y los animales.

Misiones jesuíticas

A la llegada de los españoles, se tejieron un sinnúmero de leyendas sobre los habitantes y riquezas fabulosas, que el mítico "El Dorado", o Paititi estaba en Beni, al que llamaron Moxos. Después de una temporada de intenso interés, en la primera fase de la época colonial, la región permaneció en un estado de fuerte marginalidad por algunos siglos.

En 1675, con la llegada de los jesuitas desde Santa Cruz y Cochabamba, se dio la conquista de esa región, se crearon los pueblos de Moxos (hoy Beni) y la conquista espiritual de los aborígenes. Las misiones jesuíticas, hoy convertidas en ciudades y pueblos, se situaron a orillas de los ríos Mamoré y San Miguel. La primera misión de Nuestra Señora de Loreto se fundó en 1682.

En el año 1767, los jesuitas fueron expulsados del territorio de Moxos por instrucción de la Corona Española.

Trinidad nació junto al Mamoré

Trinidad, hoy ciudad capital de Beni, fue fundada en 1686 por el sacerdote jesuita Cipriano Barace, con el nombre de Siya Boco, en otro sitio que no es el que ocupa actualmente. A orillas del río Mamoré, con el nombre de La Santísima Trinidad, para la festividad del Ministerio Divino.

Las reducciones que organizaron los jesuitas en los primeros momentos del proceso evangelizador, están conformadas por parcialidades o comunidades de la cultura de los Moxos, descendientes de la familia etnolingüística Arawac.

Estas poblaciones ocupan una inmensa superficie que va desde los contrafuertes cordilleranos, a la planicie central y occidental de lo que actualmente es Beni. Comprende todos los ríos de la cuenca media y alta del Mamoré cuyos afluentes principales tienen nombres de origen mojeño.

El Mamoré es un hidrónimo mojeño que significa “madre de las aguas”. Siguiendo su ruta y a orillas de este cauce majestuoso, 12 leguas más abajo de Loreto, Barace levanta en una loma milenaria artificial, la segunda reducción en 1686 que llama La Santísima Trinidad, integrada también por aborígenes mojeños. Cuando Barace se disponía años después a realizar la conversión de los pueblos Baures, fue asesinado por estos naturales.

El promontorio sobre el cual fue fundada la nueva Misión es uno de los tantos millares de lomeríos existentes en la llanura beniana, trabajados por los milenarios habitantes de esta región como parte de una formidable manejó las aguas a través de un complejo sistema de obras de tierra. Según los especialistas, esta tecnología agrícola no tiene paralelo en el mundo por su complejidad y superficie.

Esta ingeniosa estructura de obras hizo posible la producción de alimentos en suelos pobres de nutrientes, empleando para ello plataformas elevadas o camellones agrícolas, cuyos orígenes van más allá de Cristo.

Casi un siglo permaneció el pueblo de la Santísima Trinidad junto al antiguo cauce del Mamoré, hasta que fue trasladado en 1769 por el cura y doctor Pedro de la Rocha al lugar que ocupa en la actualidad, dos años después de la expulsión de los jesuitas de las tierras de Moxos. El traslado se debió por las epidemias que diezmaban a sus habitantes, provocadas por los rebalses anuales del río.



TRASLADO

Debido a la situación desfavorable por las inundaciones, en 1769, la misión La Santísima Trinidad fue trasladada.

ETNIAS DIVERSIDAD

La población actual de Beni es racialmente variada. Hay oriundos de la zona y descendientes de europeos, aunque el mestizaje de siglos se refleja en una buena parte de los benianos.

Los grupos étnicos originarios son: Sirionó, Moxeño (Trinitario, Ignaciano, Javierano y Loretano), Yuracaré, Moré, Pauserna, Baure, Canichana, Chacobo, Esseja, Tacana, Chimán, Movima, Cayubaba e Itonoma, entre algunos


Geografía: amplias planicies y lagunas

El departamento de Beni está ubicado al noreste del país, limita al norte con el departamento de Pando y la República de Brasil, al sur Cochabamba y Santa Cruz; al este con Brasil y Santa Cruz y al Oeste con Pando y La Paz.

Posee amplias planicies cubiertas por pastizales (pampas o sabana) y abundantes lagunas. La selva ocupa las riberas de los numerosos ríos y también se halla en la zona de pie de monte. A lo largo de su territorio se presentan ondulaciones suaves y algunos afloramientos rocosos, así como un denso bosque en la zona de pie de monte.

Se ha establecido la presencia de estaño, manganeso, plomo, platino, oro, berilio y columbita en su territorio.

Por su clima tropical húmedo y suelo es apto para toda clase de cultivos tropicales; maíz, cacao, café, castaña, vainilla, yuca o mandioca, arroz, maracuyá, papaya, cítricos y otras frutas tropicales.

Los ríos son hábitat de una gran variedad de especies de peces, como son: pacú, tambaquí, surubí, palometa, sábalo y bagre.



Símbolos de Beni

La bandera beniana es verde en su integridad y de las mismas dimensiones del pendón patrio. Sus ocho estrellas doradas representan la integración y unidad de las ocho provincias de ese departamento. Colocadas en el centro de este símbolo en forma de círculo, representan el color dorado de la riqueza mineral que todavía guarda el departamento.



Escudo

Mediante la Ley Nº 3305, 16 de diciembre de 2005, promulgada por el presidente Eduardo Rodríguez Veltzé, se declara Escudo Oficial del Departamento de Beni, a la obra del artista R. Hugo Telléz, seleccionada por la Prefectura de Beni, a través del Decreto Prefectural Nº 04/92 de 7 de julio del año 1992. Esta obra recupera el escudo original, concebido por Don Lucio Pérez Velasco, a fines del siglo XIX.

En la parte superior del escudo están los reflejos del sol naciente (el mismo que calienta nuestras pampas todo el año y convierte la región en tierra fértil) y dentro, están representadas todas sus riquezas naturales.

Este martes se recuerda el 169 aniversario del Himno Nacional

Este martes se recuerda el 169 aniversario del Himno Nacional, ya que el 18 de noviembre de 1845 fue interpretado por primera vez frente del Palacio de Gobierno en oportunidad de celebrarse el cuarto aniversario de la Batalla de Ingavi, con participación alrededor de 90 instrumentistas pertenecientes a las bandas militares de los batallones Quinto, Sexto y Octavo, los cuales interpretaron por primera vez la Canción Patriótica que así se llamó al estrenarse a las 12:00 del mediodía.

El general José Ballivián advirtió la falta de una canción patriótica en razón a que la República no tenía un himno, pues las pequeñas bandas del Ejército ejecutaban piezas populares o repetían las marchas de los ejércitos españoles, pero ninguna alcanzaba a encantar a la población.

La letra del himno fue escrita por José Ignacio de Sanjinés, quien era jurisconsulto, legislador y poeta, nacido en Chuquisaca el año 1786. La música fue escrita por Leopoldo Benedetto Vincenti, de nacionalidad italiana, cuando éste se encontraba de paso por Chile, y fue invitado por el Presidente José Ballivían a Bolivia para elaborar dar vida musical a las letras de Ignacion de Sanjinés.

Esa misma noche se estrenó el Himno Nacional en el flamante Teatro Municipal, al que se dieron cita el presidente de la República General José Ballivián con su gabinete, autoridades prefectorales, municipales y público congregado.

Posteriormente en el gobierno del General Manuel Isidoro Belzu, en 1851 mediante Decreto Supremo se oficializó el Himno Nacional de Bolivia y se mandó a imprimir para que fuera distribuido en las escuelas, que desde entonces se ejecuta y entona en todos los actos oficiales.

El Himno Nacional está reconocido por la Constitución Política del Estado en el artículo 6, parágrafo II, como uno de los símbolos del Estado, gozando la misma categoría que la bandera tricolor roja, amarilla y verde; el escudo de armas; la wiphala; la escarapela; la flor de la cantuta y la flor del patujú.

Por disposición del actual gobierno, todos los medios de comunicación al inicio y al final de las emisiones diarias, debe difundir las notas del Himno Nacional como un aporte a la creación de la conciencia ciudadana sobre la atención que merece la patria.

Para este martes se prevé actos centrales en Plaza Murillo para entonar el Himno Nacional en toda su extensión a cargo del Ministerio de Culturas, y como todos los años, durante el actual Gobierno, la entonación en idiomas nativos.

Cadetes de la Policía entonan el Himno Nacional en cuatro idiomas en homenaje a su creación



Los cadetes de la Policía Boliviana entonaron este martes el Himno Nacional en cuatro idiomas: aymara, quechua, guaraní y castellano, en homenaje a los 169 años de su aniversario de creación.

Según un reporte de la televisora Bolivia TV, decenas de cadetes formaron en el patio de la Academia, ubicada en la zona Sur de La Paz y luego de la iza de la bandera procedieron a la entonación del Himno.

De acuerdo con uno de los oficiales a cargo, el objetivo de la entonación es fortalecer los valores de patriotismo en los jóvenes y la población en general.

Así también, indicó que en cumplimiento de lo que señala el Estado Plurinacional de Bolivia es importante "motivar" a los estudiantes el aprendizaje de los idiomas.

El Himno Nacional, antes denominada "canción patriótica", fue interpretada por primera vez el mediodía del 18 de noviembre de 1845, al frente del Palacio de Gobierno de La Paz, en el cuarto aniversario de la Batalla de Ingavi.

La letra fue escrita por José Ignacio de Sanjinés, quien era jurisconsulto, legislador y poeta, nacido en Chuquisaca el año 1786, mientras que la música fue escrita por Leopoldo Benedetto Vincentti, de nacionalidad italiana.

El Himno Nacional de Bolivia

Para el 18 de noviembre de 1845, el gobierno de Ballivián instruyó se preparen grandes festejos y actos importantes para celebrar el cuarto aniversario de la memorable batalla de Ingavi. Entre estos actos destacaban el estreno del recién construido Teatro Municipal y el estreno en el salón de este edificio la “Canción Patriótica” que después se llegó a llamar el Himno Nacional de Bolivia.

Hasta entonces las bandas militares ejecutaban piezas populares o marchas traídas por los ejércitos españoles; que no despertaba el hondo sentimiento de amor hacia la tierra donde uno nació, que no llamaba a la concordia y a la unión de todos los bolivianos; a defenderla con todo valor y en todo momento la libertad lograda con la sangre de nuestros próceres que ofrendaron sus vidas por esta sagrada causa. Por eso es que cantamos con energía y vigor una parte sustancial de nuestro Himno que dice: ¡MORIR ANTES QUE ESCLAVOS VIVIR!

El general Ballivián invitó al músico y compositor italiano Leopoldo Be-nedetto Vincenti, que por entonces se en-contraba en Chile para componer la músi-ca de nuestro Himno.

El maestro una vez en la ciudad de La Paz y con el concurso del poeta paceño José Ignacio de Sanginés que aportó con la letra del Himno, y luego de agotadores ensayos, finalmente, la mañana del 18 de noviembre de 1845, en un solemne TE DEUM en la Catedral de la Plaza Murillo y al son de las bandas militares se estrenó la Canción Patriótica que después sería el Himno Nacional de Bolivia. Por la noche se estrenó el Teatro Municipal y en un progra-ma lírico-musical se volvió a ejecutar la “Canción Patriótica”. Aquella noche la con-currencia de deshizo en aplausos y júbilo.

18 de noviembre de 1841 Batalla de Ingavi

Manifiesto a la nación: “Bolivianos: Únanse en torno del Gobierno; ayudándole a defender la patria y los intereses de ustedes, y estén seguros de que el general Gamarra encontrará su tumba en suelo boliviano que aborrece de corazón. . .” (Fragmento). José Ballivián – Cuartel General en Laja, 7 de noviembre de 1841

El general Agustín Gamarra, Presidente del Perú, guiado por sus pretensiones de sojuzgar a Bolivia, someterla bajo sus leyes, al mando de un ejército de 6.000 soldados, el 14 de septiembre de 1841, invadió Bolivia por la ruta de Pucara, Huancané y Moho hacia las poblaciones bolivianas de Huaycho (hoy Puerto Acosta) a donde llegó el 2 de octubre para luego continuar a Escoma, Achacachi, Huarina, Pucarani, Laja y La Paz, ingresando a la ciudad el 19, ocupándola violentamente. Tras la tenaz resistencia de sus habitantes, se vio obligado a salir para fortificarse en Viacha, no sin antes en su tránsito devastar poblaciones indígenas indefensas, hiriendo así la dignidad nacional y todos los bolivianos, olvidando rencores y ambiciones de poder político se aprestaron a la defensa de la patria.

El general Ballivián, designado por el pueblo Presidente provisorio y dotado de facultades extraordinarias, resolvió rechazar y dar fin con las pretensiones anexionistas de Gamarra que se hacía sordo a todo arreglo pacífico. El 8 de octubre movi-lizó su ejército reforzado con una división del general J. Miguel de Velasco y desde Laja declara la patria en peligro y demanda el concurso de todos los bolivianos para defenderla.

Llega finalmente el 18 de noviembre de 1841, desde muy temprano el ejército in-vasor estaba de pie con todas sus galas haciendo sentir su poderío con descargas de artillería y dianas, recibiendo del ejérci-to boliviano que también se había traslada-do a Viacha igual saludo. Ballivián contaba más o menos con 4.000 hombres antes del inicio de la gran batalla.

A las 9 de la mañana el general Gamarra inició el ataque que por momentos parecía arrollar al ejército boliviano, sin embargo, gracias a las oportunas intervenciones de apoyo de las compañías de fusilería y de la caballería la victoria se fue volcando en favor del ejército boliviano.

Gamarra que de pronto se vio en el cen-tro de la batalla, muy nervioso dijo: “He asistido a cien batallas, y jamás he visto una lluvia semejante de balas”. A poco caía mortalmente herido por una bala y un balín. Ante esta situación los peruanos em-prendieron la retirada a las voces de “el Presidente ha muerto”. A las dos de la tar-de la victoria estaba sellada en favor del ejército boliviano y la independencia de la patria definitivamente consolidada.

Día de nuestro Himno Nacional

Hoy se recuerda el 169 aniversario del Himno Nacional, ya que el 18 de noviembre de 1845 fue interpretado por primera vez al frente del Palacio de Gobierno en oportunidad de celebrarse el cuarto aniversario de la Batalla de Ingavi, con participación alrededor de 90 instrumentistas pertenecientes a las bandas militares de los batallones Quinto, Sexto y Octavo, los cuales interpretan por primera vez la Canción Patriótica que así se llamó al estrenarse al mediodía.

El general José Ballivián advirtió la falta de una canción patriótica en razón a que la República no tenía un himno, pues las pequeñas bandas del Ejército ejecutaban piezas populares o repetían las marchas de los ejércitos españoles, pero ninguna alcanzaba a encantar a la población.

La letra del himno fue escrita por José Ignacio de Sanjinés, quien era jurisconsulto, legislador y poeta, nacido en Chuquisaca el año 1786. La música fue escrita por Leopoldo Benedetto Vincentti, de nacionalidad italiana, cuando este se encontraba de paso por Chile y fue invitado por el Presidente José Ballivían a Bolivia para elaborar y dar vida musical a las letras de Ignacio de Sanjinés.

Esa misma noche se estrenó el Himno Nacional en el flamante Teatro Municipal, al que se dieron cita el presidente de la República Gral. José Ballivián con su gabinete, autoridades prefectorales, municipales y público congregado.

Posteriormente, en el gobierno del General Manuel Isidoro Belzu, en 1851 mediante Decreto Supremo se oficializó el Himno Nacional de Bolivia y se mandó a imprimir para que fuera distribuido en las escuelas, que desde entonces se ejecuta y entona en todos los actos oficiales.

El Himno Nacional está reconocido por la Constitución Política del Estado en el artículo 6, parágrafo II, como uno de los símbolos del Estado, gozando la misma categoría que la bandera tricolor roja, amarilla y verde; el escudo de armas; la wiphala; la escarapela; la flor de la cantuta y la flor del patujú.

Por disposición del actual gobierno, todos los medios de comunicación al inicio y al final de las emisiones diarias, debe difundir las notas del Himno Nacional como un aporte a la creación de la coinciencia ciudadana sobre la atención que merece la Patria.

Para este martes se prevé actos centrales en Plaza Murillo para entonar el Himno Nacional en toda su extensión a cargo del Ministerio de Culturas, y como todos los años, durante el actual gobierno, la entonación en idiomas nativos.(ANF)

domingo, 16 de noviembre de 2014

La fuga de Coati en 1972 con una pelota de aliada



En 1981 se estrenó el filme Escape a la victoria, drama donde unos prisioneros huyen de un campo nazi tras jugar un partido de fútbol. Nueve años antes, en 1972, 72 presos bolivianos escaparon de la Isla de Coati, o de la Luna, engañando a sus guardias con una pelota como aliada.

Furia de los Andes se llama el libro que Eusebio Gironda, un perseguido político por la dictadura de Hugo Banzer Suárez, escribió para recordar el legendario escape de los 72 presos políticos bolivianos que se produjo el 2 de noviembre de 1972 desde la Isla de Coati, o de la Luna, que junto a otros campos formaba parte de los sitios a donde eran confinados los “rojos” o “comunistas”, como los militares llamaban a los hombres de izquierda.

Muchos de ellos eran torturados y varios desaparecieron. Un régimen de terror se había instalado a partir del 21 de agosto de 1971 en Bolivia, liderado por Banzer. Los militares habían iniciado una caza de brujas para dar con los conspiradores, entre ellos Gironda, dirigente universitario, quien junto a Froilán Aguilar Paredes, Alfonso Camacho, Fernando Alvarado, Jorge Sattori, Max Menacho y otros fueron llevados hasta la Isla de Coati.

Ese año, el entonces ministro del Interior, Adett Zamora había declarado: “En Coati están los delincuentes políticos más peligrosos. Coati es una cárcel inexpugnable, de allí no sale nadie”.

Alejados de Copacabana, escapar de Coati era casi una misión imposible por la distancia y por los militares desplegados en la zona, pero en noviembre de 1972 estos presos políticos protagonizaron el segundo escape más numeroso de prisioneros del mundo.

En 1964, unos 111 presos políticos uruguayos, llamados “tupamarus”, fugaron de la cárcel de Punta Carretas, entre ellos el actual presidente José Mujica. No obstante, la fuga de Coati fue de película. Gironda cuenta que, después de un intento fallido, solicitaron al gobernador de la cárcel, un tal coronel Burgoa, jugar un partido de fútbol con los guardias y que para ello habían conseguido un cordero de premio. “El encuentro permitiría anular de pronto a 11 guardias, que estarían ocupados en cuidar su valla, mientras los presos tomábamos la Gobernación”.

Así pasó, ese 2 de noviembre, mientras 22 hombres jugaban fútbol, David Villegas, Édgar Rivero, Gironda y Fernando Alvarado tomaron preso al Cnl. Burgoa. “¡Muchachos no hagan locuras! Al frente está un batallón del Ejército”, advertía Burgoa, pero igual fue reducido al grito de “¡Cayó Banzer! ¡La isla es nuestra!” Los 72 presos tomaron la cárcel y huyeron por Sampaya y de ahí a Perú hasta llegar a Cuba, donde fueron acogidos.

“La fuga de Coati tuvo repercusión internacional; afectó a la dictadura de Banzer, expuso la fragilidad de su gobierno y sometió a prueba la audacia de los evadidos”, resume Gironda.

El 6 de noviembre, el presidente de la Cámara de Senadores, Eugenio Rojas Apaza, reconoció la lucha democrática de los evadidos de la Isla de Coati.


miércoles, 12 de noviembre de 2014

Mare Nostrum


Desde que abrimos los ojos a la vida, añoramos las costas del Pacífico, arrebatadas por una guerra injusta y aunque no consideramos enemigos a quienes cometieron aquel acto en 1879, no por ello dejamos de buscar por todos los medios legales y pacíficos, el retorno de nuestra bandera tricolor a ese inmenso océano.

Siglos antes de que Bolivia proclame su Independencia de España, aquellos puertos de ingreso y salida al Pacífico pertenecían a los territorios de la Audiencia y por lo tanto, llevaban nuestro sello.

La arriería, que transportaba carga desde Potosí, es uno de los testimonios, junto a los antiguos mapas españoles, de que el Pacífico era Mare Nostrum . Nuestro mar, en cuyas playas después de 1825 y hasta 1879, ondeaba nuestra bandera.

Existe en la memoria histórica latinoamericana y europea, que en efecto, Bolivia fue dueña del extenso territorio y dueña también de los puertos ocupados desde fines del Siglo Diecinueve, por nuestro vecino, Chile.

En este específico contexto, la demanda marítima boliviana lleva en su contenido la decisión de continuar sometidos al enclaustramiento y por tales razones, el objetivo boliviano de retornar al Pacífico genera simpatía y se transforma en causa internacional.

Así es. La demanda marítima boliviana, ha roto en cierta forma la política de Chile y nuestro país, hoy capta la solidaridad mundial porque, sencillamente, el mundo sabe que las costas del Pacífico arrebatadas por Chile, deben volver a su legítimo dueño.

lunes, 10 de noviembre de 2014

Beni: conmemoran gesta libertaria de Moxos de 1810

Autoridades del Beni recordaron el lunes la gesta libertaria indígena de Moxos de 1810, acto que se cumplió a los pies del monumento al cacique y héroe nacional Pedro Ignacio Muiba.
"Fue un hombre que supo luchar por nuestra emancipación sin importarle la vida, no le importó el tamaño del enemigo", destacó el corregidor del Cabildo Indigenal de Trinidad, Bernardo Muiba.
La rebelión indígena liderada por Pedro Ignacio Muiba, José Bopi, Gregorio González y otros que se alzaron contra el dominio español tuvo como escenario las poblaciones de Loreto y Trinidad.
De acuerdo a datos históricos, el rebelde Pedro Ignacio Muiba fue capturado a fines de enero de 1811 en momentos cuando lanzaba una proclama a su pueblo; luego tomado preso y sentenciado a muerte sin derecho a justificativos.
En reconocimiento a su lucha la Asamblea Legislativa del Beni aprobó la Ley 003/2010 que declara feriado departamental con suspensión de actividades públicas y privadas el día 10 de noviembre de cada año.
"Para el hombre y la mujer beniana es el símbolo de la reivindicación cultural, étnica; en esa dinámica estamos presentes en esta actividad", dijo el director distrital de Educación de Trinidad, Valentín Roca.
Autoridades locales y departamentales, así como las Fuerzas Armadas acantonadas en Trinidad, depositaron ofrendas florales y desfilaron en homenaje a esta fecha histórica.

10 de noviembre de 1810 La fundación de la Villa Imperial

La ciudad de Potosí, hoy capital del departamento del mismo nombre, no se fundó como las otras ciudades coloniales del Alto Perú, levantando un acta y con trazado regular, sino que nació por el desordenado agrupamiento de viviendas de los mineros que acudían al cerro.

Las minas de plata, cuyo descubrimiento dio pie a muchas leyendas, fueron la base para el establecimiento de la ciudad de Potosí, a los pies del Cerro Rico.

Fue fundada el 1 de abril de 1546 por Juan de Villaroel, los capitanes Diego de Centeno y Santandia y el maestre de campo Pedro Cotamito. A Juan de Villaroel se le confirmó como descubridor del cerro y fundador de la Villa de Potosí por el rey de España Carlos V, mediante cédula de 28 de enero de 1547, en la que además se le concedió a la naciente población el título de Villa Imperial y se le designó el escudo de armas que debía servirle de blasón.

Después de su fundación, la ciudad comenzó a crecer desordenadamente, a medida que llegaban aventureros y forasteros atraídos por la fabulosa riqueza de las minas del Cerro Rico. Hacia 1560, Potosí se había convertido en una de las ciudades más prósperas e importantes del nuevo mundo y su población de entonces (unas 160 mil personas) se dice que superaba a las de París o Londres.

Potosí fue la posesión más preciada de la corona española. Sus minas producían ingentes cantidades de material que sirvieron para enriquecerla y consolidar su expansión en los territorios del nuevo mundo.

Su actual arquitectura colonial es apenas un pálido reflejo de la importancia que tuvo en los siglos XVI y XVII. Potosí vivía en tal opulencia, que la hacía la ciudad más cara y fastuosa del virreinato del Perú.

Teatros, mercados con productos de todo el mundo, comercio interior intenso, forasteros y aventureros, prostitución y juego eran la atmósfera habitual de esta gran metrópoli minera, que con los años vio decaer su importancia y riqueza. Empero todavía la explotación minera, especialmente de estaño y tungsteno, es una de las principales actividades del departamento.

En 1987, Potosí fue declarada por la Unesco, Patrimonio Cultural de la Humanidad, sin embargo este año ingresó en la lista de riesgo debido a los deslizamientos y derrumbes que sufrió el Cerro Rico.



PRESTIGIO

Potosí gozó de inmenso renombre durante la colonia por las ingentes cantidades de plata descubiertas en el Cerro Rico.



LEYENDA

1545

Cuentan que el indio Diego Huallpa andaba por el cerro buscando a unas llamas perdidas y, al arrancar unas matas de paja brava, encontró una rica veta de plata nativa. Otros dicen que debido al intenso frío, encendió una fogata, cuyo calor fundió el mineral y aparecieron hilos de plata pura chorreando sobre la tierra. Huallpa dio aviso a Juan de Villaroel, quien junto a otros españoles se asentaron en el lugar, en las faldas del Sumaj Orcko.

Símbolos potosinos, creación de la bandera

La creación de la actual bandera Potosina es sin lugar a dudas una de las manifestaciones más elocuentes e históricas que registra los anales de la Villa Imperial.

Fue creada por resolución de fecha 24 de octubre de 1940 e inaugurada oficialmente el 10 de noviembre del mismo año, mediante Ordenanza Municipal No. 032/40, firmada y refrendada por el entonces alcalde municipal de Potosí, Wálter Dalence Morales, junto al Oficial Mayor de la Comuna don José María Salinas Careaga.

Diseñada en base al primer estandarte español que fue paseado por importantes ciudades de América a partir de 1492, mostraba los colores rojo y blanco diagonalmente dispuestos en los cuatro cuarteles de su formación heráldica. Ese estandarte había sido enarbolado victoriosamente por vez primera en la antiquísima ciudad de Granada, cuando los Reyes Católicos conquistaron este último baluarte de los moros en España en 1492.

Este emblema de realeza cruzó el inmenso Océano, para llegar a la isla de los siboneyes y estar en el puerto de San Salvador de la actual Cuba el 27 de octubre de 1492.



ESCUDO DE ARMAS DE POTOSÍ

Su escudo data del tiempo de la colonia, otorgado por Célula Real por el Rey de España en 1636 a la Villa Imperial de Carlos V ; está representado en un solo cuartel y en la parte externa como reborde se lee: “Cesaris potentia pro regis prudentia iste exelsus mons et argentus orbem debelare valent universum” . En la parte central están a ambos costados dos pilares blancos rodeados de una cinta celeste y por encima en la parte superior una corona real de los monarcas de España que gobernaron esa época. También están las alas gigantes y abiertas de un águila que sostiene en su parte delantera otro escudo pequeño cuartelado, que está sostenido por una cadena dorada que en la parte inferior está colgada una oveja en actitud de ser transportada. En el escudo central dividido en cuatro cuarteles se observa el símbolo de la realeza española representada en los dos cuarteles superiores, a la izquierda un castillo y la derecha un león, sobresaliendo del centro encerrado en un óvalo el cerro Rico de Potosí y abajo a la izquierda el león y a la derecha el castillo.

Potosi 204 años de la gesta libertaria

Potosí celebra su aniversario cívico el 10 de noviembre, en homenaje al grito libertario que se dio ese día en 1810, cuando sus habitantes se levantaron en armas y tomaron prisionero al gobernador español Francisco de Paula Sanz.

La información sobre la victoria de Suipacha (7 de noviembre) lograda en Tupiza, fue el hecho trascendental para que los patriotas en la Villa Imperial se organizarán y enarbolaran los ideales emancipadores y se sumaran a los movimientos libertarios que comenzaron en 1809 en Sucre y La Paz, y que concluyó con la independencia de Bolivia en 1825.

Las tropas de Juan José Castelli, comandadas por Martín Miguel de Güemes, consiguieron esa importante victoria en Suipacha, pero tenían el reto de tomar la plaza de Potosí, donde se había parapetado Francisco de Paula Sanz, quien, junto al presidente de la Audiencia de Charcas, Vicente Nieto, defendía el absolutismo español.

A partir de lo sucedido Tupiza, uno de los hechos revolucionarios que preocupó en alto grado a la Corona de España fue sin lugar a dudas el levantamiento de patriotas potosinos, con la instalación del primer Cabildo Abierto que hubo en esta ciudad y el desconocimiento a la principal autoridad española representada en el Ejército realista.

Antes de que estallara la revolución libertaria del 10 de noviembre de 1810, los patriotas potosinos combinaron el 9 de noviembre en una reunión secreta todo el plan para deponer a las autoridades realistas, bajo el optimismo del triunfo de las fuerzas libertarias sobre el Ejército realista comandado por el general Córdova, quien luego de la derrota huyó del campo de batalla hacia Cotagaita.

Ulucúa y Santiváñez que habían participado de la reunión secreta de la víspera, cumplieron con la misión de hacer un recorrido por numerosas casas, convocando a las personas adeptas a la revolución libertaria para reunirse en la plaza mayor y participar del Cabildo Abierto. Las calles contiguas a la plaza de armas se vieron totalmente colmadas por la ciudadanía potosina al grito de ¡¡ Viva la libertad..!! ¡¡Abajo los chapetones..!!

Las fuerzas libertarias estaban comandadas por Manuel Molina, los hermanos Nogales, Salvador José Matos, Melchor Daza, Mariano Subieta y los hermanos Millares. El levantamiento de Potosí consolidó la libertad de Argentina, que combatía contra la Corona española desde 1809.

Pese a su ahínco, las fuerzas libertarias fueron derrotadas en Potosí por una contraofensiva española. Después de esa derrota, los promotores del levantamiento de 1810 fueron perseguidos, sañudamente, especialmente los hermanos Nogales y Millares.



HOMENAJE

Celebra su efeméride el 10 de noviembre en homenaje a la valentía de los rebeldes.

¡Vale un Potosí!

Se cuenta que, a fines del siglo XVI, Huayna Capac, señor del imperio inca, visitó al Sumaj Orcko (cerro magnífico, en quechua) y ordenó que se confeccionaran joyas de plata para su corte. Cuando extraían el mineral de sus vetas, una voz les conminó a que se detuvieran: "No caven; no es para otros". Poco después los colonizadores españoles se asentaron al pie del cerro.

Potosí conocido por su derroche de riqueza, a cuya sombra surgieron centenares de iglesias, residencias, palacios y plaza, y cobraron un auge inusitado las bellas artes entre los siglos XVII y XVIII, llegó a ser el mayor centro de producción de plata del continente y se convirtió en la ciudad más grande de América. "¡Vale un Potosí!" fue una frase en la época colonial para expresar el altísimo valor de un objeto.




Apogeo y explotación

El descubrimiento de plata en el cerro próximo a la ciudad de Potosí, en 1545, convirtió ese centro urbano en un punto clave de las posesiones españolas en América.

En torno a la extracción de mineral argentífero en los yacimientos cercanos, Potosí creció hasta alcanzar los 150.000 habitantes en 1611.

La obra "Entrada del virrey en Potosí", del pintor boliviano Melchor Pérez de Holguín (1660-1732), refleja el auge de la ciudad en esta época. El virrey protagonista del cuadro es Diego Morcillo Rubio de Auñón, quien ocupó dicho cargo así como el de arzobispo de Charcas desde 1720 hasta 1724.

En las minas los indígenas eran forzados por los colonizadores españoles a trabajar hasta la muerte.


1810

7 de noviembre

La Batalla de Suipacha fue un enfrentamiento entre las fuerzas del Ejército del Norte, enviadas por la Primera Junta de Gobierno de Buenos Aires durante la primera expedición auxiliadora al Alto Perú, y las fuerzas realistas españolas. Fue el primer triunfo de los ejércitos argentinos en la guerra de independencia.


150

Prisioneros

La batalla de Suipacha duró media hora y concluyó con una fácil victoria para los revolucionarios que tomaron 150 prisioneros realistas. La aparición de indígenas para observar la batalla desde los cerros hizo pensar a los realistas que se trataba de fuerzas de refuerzo y se precipitó su fuga sin esperar el resultado de la batalla.


1968

31 de octubre

Por medio de la Ley 419, el presidente René Barrientos Ortuño declaró a Suipacha, Santuario Cívico Nacional. El 17 de noviembre de 1998 por medio de la Ley 1805, el presidente Hugo Banzer Suárez, declara Patrimonio Histórico Republicano a la Plaza de Armas y áreas adyacentes de Suipacha, poblado de Tupiza.



Sombrero de saó en peligro de extinción

Las tejedoras de sombreros de saó de Paurito del municipio de Santa Cruz no cuentan con materia prima porque en la zona donde están las palmeras, la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) halló recientemente una fábrica de droga, según informó la agencia de noticias Erbol.

Mientras tanto, las artesanas se declararon en emergencia ante esta situación porque según Bartola Rafael, representante de la Asociación de Tejedoras de Paurito, los pobladores de lugar se dedican hace años a la comercialización del sombrero de saó.

“La mayoría del pueblo Paurito y de comunidades aledañas vive de la palmera de sao (…) Bueno nos ponemos a pensar nosotros qué vamos a hacer porque este es nuestro trabajo de años, con esto mantenemos a nuestra familia”, declaró a radio Santa Cruz de la Red Erbol.

La dirigente dijo la Felcn les prohibió sacar las palmeras de saó hasta que las investigaciones concluyan.

“Estamos prohibidas de sacar la palmera de saó porque supuestamente se ha encontrado una fábrica de droga, entonces nosotros no sabemos cuáles son los autores de esa fábrica y ahora no podemos ir a traer la palmera de sao para elaborar los sombreros”, finalizó.

DECLARATORIA

La Ley 3708 del 09 de julio de 2007 declara e instituye como Símbolo Cultural Cruceño al sombrero de saó, elaborado artesanalmente con las hojas de palmera de saó (Trithrinax schizophylla), exhortando a las personas y autoridades públicas y privadas, usarlo como muestra de respeto e identificación, con los valores cruceños en todos los actos cívicos patrios, efemérides departamental, feriados y fiestas religiosas notables.

CANCIÓN

Este símbolo cruceño fue merecedor de una canción que con el tiempo se convirtió en ícono cruceño.

Los versos dicen:

“A esa pelada yo le regalaré

para su santo un sombrero de saó

pa’ que se tape y me tape a mi también

cuando yo la bese debajo del ocoro

En la tranquera me espera su mama

con el sombrero yo la saludare

oiga señora yo le contestare

señora buenas tardes

como le va a usted

Oi!, loco sin vergüenza,

buscavida que querés

a su hija doña elsa, a quien más ha de ser

acaso con canciones la vas a mantener

con canciones no señora, con este corazón”.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Video en esta hacienda nació el primer presidente boliviano José María Pérez

La caída de Víctor Paz Estenssoro

Más que de cambios, 1964 fue un año de inconformismos. Cassius Clay le partió la cara a Sony Liston y tomó el nombre de Muhamad Alí, convirtiéndose al Islam. El Presidente Joao Goulart fue depuesto en Brasil y comenzó un ciclo de dictadura militar por veinte años. La música de Los Beatles invadió las radios bolivianas con She loves you, desplazando de la preferencia juvenil a Palito Ortega y Leo Dan. Se estrenó en La Paz Dr. No, el primer film de la zaga 007, cuando la Guerra Fría empezaba a calentarse. Vietnam cruzó la línea del no-retorno. Empezó el movimiento hippie. Y el Presidente de Bolivia decidió quedarse cuatro años más en el Palacio Quemado quebrantando la Constitución.

Era la crisis de la Revolución Nacional, no por fracaso sino por cansancio. El Presidente Víctor Paz Estenssoro había rectificado errores, morigerando las innecesarias durezas de su primer gobierno (1952-1956), e interpelado por la realidad mundial desde su embajada en Londres (1957-1959), asumió una saludable visión global que permitió al revolucionario evolucionar a estadista.

En esta segunda administración (1960-1964), logró subsanar problemas creados por la propia revolución que lastraron a la COMIBOL, afincó el futuro en el petróleo cuyas regalías transformaban a Santa Cruz, devolvió un rol político al sector privado permitiendo la existencia de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, reaccionó con oportunidad ante el despojo de las aguas del río Lauca por parte de Chile, asumió un rol internacional y tuvo el coraje de acercarse a John F. Kennedy.

Este primer presidente norteamericano de fe católica, privilegió a Bolivia con los programas de la Alianza para el Progreso y recibió al Presidente Paz Estenssoro en la Casa Blanca con el protocolo reservado a un libertador, declarándolo ejemplo de revolucionario no comunista que había dado la tierra a los campesinos y el voto a las mujeres. Pero ese mandatario, prestigioso en el ámbito externo, agotaba la capacidad de cautivar a sus paisanos, sumándose a ello la natural proyección política a la que aspiraban los otros revolucionarios de su partido y la creciente oposición política de izquierda y derecha.



EL ESCENARIO

Convocada la Novena Convención Nacional del MNR, el Vicepresidente Juan Lechín Oquendo rompió con el Presidente Paz Estenssoro; Lechín fue expulsado del partido. Volvió de Madrid el ex Presidente Hernán Siles Zuazo (era embajador ante el Generalísimo Franco) y se solidarizó con Lechín. El Dr. Walter Guevara Arze, teórico del MNR, enemistado con Paz Estenssoro --por lo que había fundado el PRA--, se fundió en un abrazo público con Lechín, en ese momento la estrella más rutilante del elenco, como líder de los sindicatos de trabajadores del país.

Pero el Dr. Paz tenía consigo los Comités Político y Ejecutivo del MNR, las dos figuras fundamentales del partido en las Fuerzas Armadas, el Gral. Alfredo Ovando, Comandante del Ejército y el Gral. René Barrientos, Comandante de la Fuerza Aérea. El Gral. Eduardo Rivas Ugalde era Secretario Ejecutivo del MNR.

Otro General, aunque de “escalafón especial”, llamado Claudio San Román, daba la seguridad que requería el Estado revolucionario mediante el Control Político que administraba la represión. Las masas campesinas y sus milicias armadas eran fieles al Dr. Paz por la reforma agraria y la condición ciudadana que les había otorgado.

Pero, sobre todo, el Dr. Paz tenía la carta más importante de la baraja: el Embajador de los Estados Unidos, Sr. Douglas Henderson, a quien daba el trato de “compañero”, Es decir, tenía el apoyo del gobierno de los Estados Unidos, por lo que el régimen revolucionario boliviano no había tenido remilgos a la hora de condenar a Cuba y suprimirla de la mancomunidad americana representada en la OEA.



REELECCIÓN

El Dr. Paz tenía una credencial democrática impecable. En su primera elección de 1951, bajo el esquema conservador, había obtenido el 42,9% de los votos. En la segunda de 1960, ya con voto universal, había obtenido el 74,5%. Tenía dos tercios en el Congreso Nacional y ello le permitió modificar la Constitución Política del Estado introduciendo la figura de la reelección, hasta entonces proscrita.

Víctor Andrade Uzquiano, quien fuera destacado Embajador de Bolivia ante la Casa Blanca, llegó a La Paz y se reunió con el Presidente Paz Estenssoro, rogándole abstenerse de ir a la reelección, advirtiéndole que ese sería el fin de la Revolución Nacional. Pero el Dr. Paz creyó que el Chino Andrade quería reemplazarlo en el Palacio Quemado y rechazó sutilmente a su interlocutor.

La compleja Novena Convención del MNR se pareció más a un hermético cónclave cardenalicio, con mucha propaganda externa, pero donde sólo Dios sabía lo que debía suceder. De allí salió la proclamación de la candidatura Víctor Paz - Federico Fortún.

Pero el poderoso Juan Lechín Oquendo creó el Partido Revolucionario de la Izquierda Nacional/PRIN y al acto de fundación acudieron “todos los demás”, Siles Zuazo, Guevara Arce, Mario Gutiérrez jefe de la Falange, Mario Monje jefe del Partido Comunista, representantes de la democracia cristiana y de los antiguos partidos liberal y republicano.

El Dr. Paz podía leer bajo del agua, comprendió que algo no estaba funcionando y quiso reajustar la maquinaria blindándose con los militares del partido. De manera que la Novena Convención se desdijo, anuló a Fortún como vicepresidenciable, reemplazándolo con el Gral. Barrientos, ídolo popular del momento y amigo de los americanos. Era la reelección contra viento y marea. La oposición llamó a la abstención.

En esos días volvió al país el Dr. Luis Adolfo Siles Salinas, líder de la socialdemocracia, se reunió con el Gral. Ovando y ambos coincidieron en que la reelección era antidemocrática e intolerable. Pero, dado el poder que tenía el Dr. Paz, Ovando aconsejó realizar acciones civiles que hicieran viable un pronunciamiento militar. Por ejemplo guerrillas. El Dr. Siles Salinas, que hacía causa común con FSB, transmitió el pedido al jefe falangista, Mario Gutiérrez y al subjefe Gonzalo Romero. Ambos se pusieron en acción de inmediato.

Sin adversario al frente, el 31 de mayo la fórmula rosada del MNR, Paz – Barrientos, obtuvo ¡el 86% de la votación! y proclamó su victoria en nombre de “la emancipación del pueblo boliviano”, ante la abrumadora censura local e internacional. Al día siguiente se conoció la irrupción de un movimiento guerrillero en la zona de Alto Paragua, provincia Velasco del departamento de Santa Cruz. Lo comandaba el falangista Luis Mayser, empresario agro-ganadero asentado en la frontera con el Brasil, quien armó una columna de 64 hombres y anunció que se enfrentaba al gobierno de La Paz. Junio y julio transcurrieron en medio de movilizaciones urbanas críticas y noticias sobre las acciones guerrilleras. Pero la palabra “guerrilla” se había convertido en sinónimo de castrismo en América y para Washington la guerrilla falangista amenazaba a un gobierno amigo.

El 6 de agosto, un exultante Víctor Paz Estenssoro volvía a recibir la medalla del Libertador Bolívar en el pecho y a su lado, Barrientos juraba a la Vicepresidencia. Grandes retratos de los coroneles Busch y Villarroel, “mártires de la Revolución Nacional”, colgaban de la fachada del Palacio e interminables columnas de campesinos en armas, regimientos militares y policiales, empleados públicos, mineros, obreros, etc., desfilaron por la Plaza Murillo ante la prensa local e internacional.

Nacía un gobierno descalificado, asido a la leva del Tío Sam, llamando la atención que el prestigioso intelectual René Zavaleta Mercado hubiera aceptado el Ministerio de Minas y Petróleo. Pero allí estaba cuando juró el gabinete ministerial, al lado de Ciro Humboldt, Ministro de Gobierno.



VIOLENCIA

A lo largo de agosto y septiembre se descompuso el ambiente social con marchas diarias de profesores, obreros y estudiantes. Las combativas radios mineras reflejaban la situación de rebelión generalizada contra “el gobierno vende patria, pro-yanqui y enemigo de la clase proletaria”, mientras las guerrillas protagonizaban sangrientas escaramuzas que trascendieron al mundo.

El Gobierno convocó al Ejército, conformándose un comando antiguerrillero dirigido por los coroneles Juan Lechín Suárez, Eduardo Méndez Pereira y Hugo Banzer Suárez. Hubo combates sangrientos y bombardeos indiscriminados. El coronel americano Jacob Jackson, experimentado ranger en Vietnam, quien asesoraba a la tropa aerotransportada a la zona de operaciones, participó en el combate en Puerto Tirarí, sobre el río Paragua, recibiendo un balazo en la columna, que le costó la vida. Los bombardeos de la FAB se intensificaron. Los guerrilleros pasaron del centenar en cuatro columnas, impidiéndose el acceso de la prensa a la zona de operaciones.

Aumentando el drama explotó un segundo frente guerrillero en la región de Apolo, departamento de La Paz, comandado por los hermanos Luis y Reynaldo Llerena, apagado con la amenaza de bombardear esa población. Tras fuertes combates, los jóvenes campesinos falangistas se dispersaron por el monte dejando varios muertos a sus espaldas.



EL FACTOR OVANDO

Todas las fuerzas políticas y sociales, aún las antagónicas entre sí, actuaban convencidas de que cualquier cosa era mejor que Paz Estenssoro. Lechín conducía a la COB y los mineros; la Falange a las universidades, los estudiantes de secundaria y sus profesores; el Partido Comunista a los obreros; Guevara Arze a los campesinos del valle. Las ciudades se volcaron por el cambio. El gobierno impuso la censura de prensa.

El respaldo de la Embajada Americana al Presidente Paz Estenssoro era firme, pero la Misión Militar de los Estados Unidos en Bolivia, más versátil, apoyaba al Dr. Paz pero, si algo le llegara a suceder, sustentaría al más amigo y, en esa perspectiva, éste era el Gral. Barrientos.

Entonces el Gral. Ovando desplegó su estrategia. Demostraría lealtad a Paz Estenssoro y lo hizo con dramatismo el día de su onomástico, el 2 de octubre, cuando le entregó como presente su sable y su honor de militar. Pero desde las sombras apoyaba la conjura, encendía el fuego guerrillero y lo apagaba, ayudaba a desestabilizar, pero era el sostén en el que el Dr. Paz confiaba. Si triunfaba la conspiración, Ovando respaldaría a Barrientos. Si vencía el Dr. Paz, el propio Ovando se encargaría de castigar a Barrientos. Ya lo había hecho antes con Únzaga de la Vega.

Pero cabía una tercera posibilidad, planificada durante muchos años: si en el proceso desestabilizador se producía, en medio del caos por el fin de una era revolucionaria, el Ejército que había rescatado de la ruina devolvería la tranquilidad al país y él tomaría el poder escoltado por sus oficiales que sólo esperaban una orden suya.



ACTO FINAL

Entre el 7 y el 11 de octubre caen los Llerena, uno de ellos herido de bala, siendo trasladados a La Paz, casi en el momento en que Luis Mayser se entrega a las autoridades brasileñas. El Dr. Paz respira aliviado. Es una victoria del buen General Ovando.

Pero los americanos no descansan. Detectan una extraña reunión en el domicilio del Director de El Diario, Jorge Carrasco, a la que acuden Hernán Siles Zuazo y el Cnl. Julio Sanjinés. El coronel de inteligencia, Edward Fox, adscrito a la Misión Militar de los Estados Unidos denuncia el cónclave. Siles es apresado y exiliado; Sanjinés se sumerge en los predios del Colegio Militar.

Las celdas del Control Político empiezan a llenarse. Las movilizaciones callejeras son más violentas, una descarga de dinamita deja a Miraflores en tinieblas, las minas estatales están en franca sublevación y San Román ordena un escarmiento. Alegando un intento de fuga, se ametrallará al grupo de la celda “9”, donde están Simón Reyes, Filemón Escobar y Luis Llerena, quienes al recibir el “soplo” de un agente amigo, deciden atacar primero. En el último minuto, la orden es revocada

Entre tanto, la distancia entre el Presidente Paz y el Vicepresidente Barrientos ya es insondable. Aquel atrincherado en el Palacio Quemado, este en una custodiada casa en Cochabamba, donde se reúne con los dirigentes universitarios Guido Strauss de la UMSA, Nicanor Jordán de la CUB y Jaime Gutiérrez de FSB, quienes asumen control de la Universidad de San Simón. La reunión con Barrientos es definitiva. El golpe revolucionario se realizará a más tardar en una semana.

Miércoles 28 de octubre. El gobierno hace una demostración de fuerza con miles de adherentes en las calles. Desde el balcón del Palacio el Presidente Paz dice que la Revolución Nacional es irreversible y desafía a la oposición. Varios heridos en La Paz. Las minas en paro se alistan para la batalla.

Jueves 29. Será la peor jornada. El periódico católico Presencia anuncia en primera plana que ese día será asaltado. El titular de apertura del diario oficialista La Nación es provocativo: “¡LAS CALLES SON NUESTRAS – El pueblo aplastará la contrarrevolución”. La violencia se desborda. Los universitarios del país toman las calles. Seis muertos en choques callejeros registrados en Oruro. Fuerzas combinadas de milicianos del MNR y carabineros toman San José y Huanuni. Caen muertos y heridos en Cochabamba. El gobierno pide la mediación de la Iglesia. Se establece un puente entre la dirigencia universitaria y el gobierno.

A las 11.30 de la mañana, un automóvil estaciona en la puerta lateral del Colegio Don Bosco. El Ministro de Gobierno, Ciro Humboldt, abre la portezuela dando paso al dirigente universitario Guido Strauss. La tensa reunión acuerda una tregua de 48 horas a cambio de la liberación de universitarios, pero ya es imposible detener la rebelión desencadenada. Se produce el asalto de universitarios al cercano Ministerio de Salud. A las 15.00 empiezan las barricadas en la Avenida Villazón, los combates por al atrio, los patios y el dramático asalto final al monoblock de la UMSA. Cerca a las 22.00, centenares de universitarios salen con las manos en alto. A pesar de su victoria, el gobierno del Presidente Paz Estenssoro empieza a contar sus últimas horas. Las líneas aéreas comerciales han suspendido sus vuelos a Bolivia.

Viernes 30. Milicianos asaltan las instalaciones de la Federación de Mineros en El Prado de La Paz. Se combate en las calles de Oruro. La familia del Presidente Paz deja su residencia en Calacoto.

Sábado 31. Guido Strauss es torturado en el Control Político. Milicianos y barzolas atacan la oficina central de El Diario que deja de circular. Un avión especial traslada a Lima al personal del Banco Interamericano de Desarrollo.

Domingo 1º. El país se sumerge en los ritos por Todos los Santos y los Difuntos.

Lunes 2. Agentes del Control Político apresan al Cnl. Sanjinés y lo llevan al Control Político, encerrándolo en el “cuartito azul”, desalojando a Guido Strauss en calidad de guiñapo sanguinolento. San Román le dice que ese será su triste destino si no confiesa quiénes y cuando darán el golpe militar.

Martes 3. Al amanecer de ese día, Ñuflo Chávez Ortíz, Mario Sanginés Uriarte y Carlos Ponce Sanjinés, todos altos dirigentes del MNR, se entrevistan con Barrientos en Cochabamba. En tono fraterno, les confirma el movimiento revolucionario en marcha, pero “no contra el partido, sino contra el viejo” y les asegura que en dos días estarán todos juntos en el balcón del Palacio. Personajes del MNR buscan asilo en embajadas. Sólo Paz Estenssoro se mantiene en el interior del Palacio, confiado en el Gral. Ovando. En el Palacio se recibe la noticia desalentadora de que el Gral. Ovando ha sido tomado preso, pero el propio General llega a la Plaza Murillo. El Presidente toma contacto radial con Barrientos, quien le propone renunciar ambos “en aras de la pacificación nacional”. En los hechos, el golpe ha comenzado. Cochabamba está bajo control militar y el Regimiento Escolta ya no responde al gobierno.

Miércoles 4. Poco después de la media noche, el Presidente y su hijo Ramiro se retiran a descansar en el dormitorio presidencial. A las 6.30 se realiza la última reunión de la que participan Guillermo Bedregal, José Fellman Velarde, Roberto Jordán, Eduardo Arauco, Carlos Serrate, Guillermo Jáuregui, Augusto Cuadros Sánchez, Horacio Torres, Jaime Otero Calderón, Rubén Julio, Jacobo Libermann, Adolfo Linares, además del Gral. Ovando y el Gral. Javier Cerruto, Comandante de la FAB y ex cuñado de Paz Estenssoro. Aunque Fellman dice que meterá un tiro a quien quiera salir y propone luchar hasta el último hombre, los presentes saben que todo está perdido.

Se sienten disparos a lo lejos. Abandonan el Palacio. Los presos del cercano Control Político ganan la libertad. El Presidente derrocado, acompañado del Gral. Ovando, se dirige en automóvil raudamente al aeropuerto de El Alto. Radio Continental, emisora de los trabajadores fabriles, advierte al pueblo que “el mono está escapando” e imparte la cruel consigna: “atraparlo, que no escape, hay que colgarlo para que pague por sus fechorías”. La turba sale a bloquear la avenida Quintanilla Zuazo segundos después de que la caravana ha pasado y finalmente llega a la base aérea militar. La escena final es increíble. Ovando abraza al “jefe” y le asegura que volverá en un mes, cuando él pacifique al país. El Dr. Paz parte el exilio con su esposa y sus hijas. Ovando vuelve para hacerse cargo del poder.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Hace 163 años se izó por primera vez la Bandera Nacional en el Conchupata

Hoy se cumplen 163 años de la iza por primera vez, de la Bandera Nacional, en el Faro del Conchupata. Este hecho histórico será recordado con un homenaje de autoridades militares y estudiantes de colegio.

Los antecedentes de esta magna fecha remontan a 1851, cuando el entonces presidente de Bolivia, Manuel Isidoro Belzú, nombró a Oruro como el Pueblo salvador de las instituciones.

Cuenta la historia que Belzu viajaba junto a su Ejército de La Paz con destino a la ciudad de Oruro, para asistir a la Convención Nacional que el mismo mandatario convocó, con la finalidad de analizar el concordato con la Santa Sede negociado por el Mariscal Andrés de Santa Cruz.

Antes de llegar a Oruro, en el sector de Pasto Grande, el presidente Belzu divisó un arco iris en el firmamento. De ese espectro predominaban los colores Rojo, Amarillo y Verde. El mandatario quedó maravillado y una vez llegando a la Alta Tierra de los Urus, pidió a su ministro Unzueta que presente un memorial a la Convención del 31 de octubre de ese año.

Un día después, la mencionada Convención Nacional aprobó la nueva Bandera de Bolivia y se fijó mediante Ley del 5 de Noviembre de 1851, la actual enseña Patria. Asimismo, se dispuso su iza por primera vez en el Faro del Conchupata de la ciudad de Oruro.

Cuatro años más tarde, el 5 de Noviembre de 1855 durante la presidencia del presidente, Jorge Córdova el Faro del Conchupata fue declarado Patrimonio Nacional de Bolivia.

HOMENAJE

Para hoy se programó el homenaje de aniversario a la iza de la Bandera en el Faro del Conchupata a partir de las 09:00 horas. Participarán del acontecimiento los estudiantes del colegio "Juan Misael Saracho", como los uniformados del Regimiento Camacho I de Artillería.

jueves, 6 de noviembre de 2014

La Curva, las nostalgias y romances del primer prostíbulo de Tarija



La Curva, fue el primer prostíbulo de la ciudad de Tarija que a mediados de los años 60 abría sus puertas ante la protesta de amas de casa, que organizaron marchas exigiendo que se haga prevalecer la moral y el buen vivir de los habitantes lejos de las tentaciones y el pecado.

Además al lugar también se lo conocía por La Acasca, pues ese era el apodo del propietario. Pero más allá de nombres este boliche se convirtió en poco tiempo, y como era de suponer, en un local muy frecuentado por los tarijeños y severamente criticado por las señoras.
Las evocaciones sobre este lenocinio que funcionó en Tarija por más de dos décadas, despiertan aún suspiros y las nostalgias de muchos que ejercieron su derecho al goce, pero con un más allá que llama la atención; pues rescatan historias de amistad, romanticismo y caballerosidad.
“Las calumniadas”
Pasando el puente San Martín en la subida a Méndez Arcos se encontraba La Curva. Ahí estacionaban los vehículos desde la tarde ya que la fiesta terminaba temprano, no más de las dos de mañana.
Si bien para muchos marcó un despertar sexual también brindó la oportunidad de interactuar socialmente con mujeres, estableciendo relaciones de amistad con las que solían llamar “las calumniadas”.
Los “setentañeros” recuerdan que siendo jóvenes, con una sana morbosidad, solían ir en grupos de amigos a orillas del río Guadalquivir para ver pasar a las lecheras desde el puente San Martín y deleitar la mirada con las anchas caderas y bien torneadas piernas de las chapacas que cumplían su oficio de distribuir leche en la ciudad.
“El que se abrieran las puertas de La Curva fue una oportunidad única para poder conocer más íntimamente a una mujer”, así lo admiten muchos, ya que en aquellos tiempos se tenía un nivel diferente, pues los clientes no sólo eran eso, sino además eran hombres educados en el respeto y el buen trato a las mujeres. No podía ser otro el trato con “las cariñositas” o “las mamitas” como las llamaban afectuosamente.
“La Tola”, era el nombre de una paraguaya que despertaba la pasión de muchos en aquellos tiempos, en los que conocer a una mujer era más complicado. “Se trataba de una mujer muy voluptuosa, bastante grande, pero para nosotros era la mujer más admirada y hermosa”, cuenta un nostálgico tarijeño afirmando además que el lugar se convirtió muy pronto en el centro de las reuniones de amigos.
“Más allá de buscar sexo encontrábamos un refugio de diversión basado en risas, charlas y compañerismo”, afirma.

Una gran escuela de baile
Los actualmente “cincuentañeros”, aseguran lo propio, ya que para muchos significó la oportunidad de compartir entre amigos y amigas afectuosas. “En este lugar se vivió la primera faceta en Tarija de amigos con derecho”, sostiene quien fuera un cliente asiduo.
“Aprendí a bailar en el quilombo”, es la frase oficial de los tarijeños que vivieron el auge de gozo de aquellos tiempos, pues se organizaban en La Curva muy amenas veladas de baile, en las que se imponía el protocolo de socializar, reír un poco y esperar el momento adecuado.
“Se podía ir a La Curva para iniciar una charla con una mujer, la mayoría de los tarijeños frecuentábamos el lugar, difícilmente alguien diría que no fue nunca”, señala Jorge, quien no se hace problema de dar su nombre pero el apellido no lo menciona.
El “desvirgue” era otra ceremonia del lugar, el padre solía llevar a su hijo y recomendarlo a alguna de las muchachas o simplemente se organizaba un grupo de amigos para tomar unos vinos hasta que éste salga y se lo felicite. “Un paso trascendental en la juventud de muchos”, comenta Jorge.
“No se veía como ahora, eran buenas tipas, amenas, organizábamos parrilladas los días domingos, un día que no se trabaja; pero se daban unas tomadas alucinantes, además las invitabas a todas partes. Se las llevaba al cine o al circo y nadie hablaba porque no hay mayor secreto que cuando todos están implicados. Eran buenas chicas y no de sexo sino del baile y de la joda”, comenta.
Otro tarijeño de la época recuerda a la “la Chilindrina”, así le decían. “Una vez llamó a mi casa para cobrar una deuda contestó mi mamá ‘qué pase a cancelar su cuentita’ le dijo. Mi madre se limitó a recomendarme que suba un poco el nivel de mis amistades”, relata con una sonrisa Jorge.
“¿Quilombo? Era todo menos eso, había de eso obvio, pero era más como salir a un boliche y conocerte con una mina y tener suerte. Te encontrabas con padres, hijos, todos estaban y cuando llegaba alguien íbamos a conocerla; una vez llegó Dalía una morena espectacular que además tenía una colección impresionante de National Geographic muy particular”, cuenta Luis otro cliente de La Curva.
Era como ir a bailar_ explica _toda una ceremonia para lucir bien y parquear el auto en la puerta, “algo romántico, las chicas eran sanas, buenas, no te robaban, si se te caía algo te lo devolvían, fueron tiempos memorables, ahora es un asco acudir a uno de estos lugares que son antros de remate. Fui una sola vez y me salí, la verdad nada que ver, es tomar un trago y desaparecer rápido”, indica Luis.

El fin de una época
Por mucho tiempo La Curva fue el único establecimiento de este tipo en Tarija, luego surgió Las Vegas, que aún funciona y “El Microbio” en el barrio Villa Abaroa, estos fueron los locales de los viejos tiempos; sin embargo ninguno tuvo toda la historia y las vivencias que tuvo La Curva, donde llegar era todo un acontecimiento de hombres engalanados, perfumados y educados.
“Viví gran parte de esos tiempos en Tarija luego me fui algunos años y a mi retorno ya era feo ir al local, la sociedad ya había bajado el dedo como los romanos, además con el crecimiento poblacional esto se puso más violento. En el año 85, si mal no recuerdo, le dieron una puñalada a un conocido que fue a parar al hospital con los intestinos afuera, cuando pasan estas cosas la gente ya no va”, cuenta un visitante de La Curva, refiriéndose al tiempo que marcó el final de lo que fuera todo un acontecimiento social importante para los hombres de la sociedad tarijeña.

De la galantería al peligro en los prostíbulos

En alguna época los lenocinios fueron lugares, donde los hombres se relacionaban sin conflicto, sin vergüenza, recreándose en el placer, la música y la palabra pero en la actualidad los prostíbulos están relacionados al conflicto y no son para nada extrañas las reyertas con cuchillos y hasta con balas.
En nuestra ciudad estos establecimientos están concentrados en varias zonas y aunque existen algunos legales, muchos otros son clandestinos, por lo que la Policía y otras instituciones como la Defensoría del Pueblo realizan batidas constantes para verificar que no se excedan en la venta de bebidas alcohólicas y que no existan menores de edad dedicadas a la prostitución.
En Tarija las trabajadoras sexuales no salen a las calles a trabajar por el peligro que esto representa para las mujeres e incluso se trata de concientizar a las que ponen anuncios en los periódicos ya que se vio que son susceptibles a ser víctimas de agresores y hasta asesinos; así lo explicó la trabajadora sexual y presidenta de la Organización Nacional de Activistas por la Emancipación de la Mujer en Tarija (Onaem), Paola Mendoza.
“Somos personas, tenemos derecho a ser tratadas como seres humanos trabajando en algo que decidimos”, aseguró, a tiempo de aclarar que en la actualidad el trabajo sexual es muy difícil, pues se debe soportar a gente de todo tipo (borrachos, manoseos y agresiones).
El respeto y la galantería de años atrás es ahora sólo un mito ya que en estos recintos no tienen una vivencia de esta naturaleza y deben sobrellevar su oficio a conciencia de que es la opción que encontraron para llevar un sustento a sus familias.
De ilegales a legales
En los hechos, son más de 14 los locales nocturnos que funcionan de manera clandestina; sin embargo, según fuentes oficiales, muchos de éstos legalizaron su situación y continúan funcionando. Pero no faltan los que aún siguen incumpliendo las normas.
Sobre el tema, el asesor legal de la Dirección de Ingresos del Gobierno Municipal, Fernando Vargas, explicó a El País EN que los procesos a locales nocturnos de la avenida La Paz y Circunvalación son varios. Entre éstos señaló: Defraudación tributaria, violación a precintos de clausura y otros cargos que se impusieron a los dueños de estos lugares.
“Había el caso de Café Show que funcionaba como lenocinio y lo mismo `el Chiquero´ que funcionó durante más de diez años y ocasionó muchos problemas a los vecinos. Inclusive se cerró uno hace tres meses que era ilegal”, apuntó Vargas.
Explicó también que a pesar de las molestias y el control de la Alcaldía, muchos de los locales clandestinos ahora cumplieron con los requisitos que se les exige para su funcionamiento y en la actualidad operan como legales. Entre estos citó a La Garza, que ahora funciona legalmente y se llama La Taberna, también dijo que donde antes era “el Chiquero” ahora opera un karaoke de manera legal.
Vargas explicó que la ley permite a los locales funcionar con toda normalidad si cumplen con los requisitos. “Cuando cumplen con todas las normas se les da la licencia. No sólo interviene la oficina de Ingresos, sino también la Gobernación y otras instituciones para que funcionen”, detalló.

Crecimiento descontrolado
Tanto la Policía Municipal como la oficina de Ingresos de la Alcaldía realizan operativos a los lenocinios y locales nocturnos para asegurar que no crezcan descontroladamente. Sin embargo, a pesar del control esta clase de locales siguen proliferando. “Mientras cerramos uno, en otro lado se abren remates o clandestinos”, aseguró Vargas.

martes, 4 de noviembre de 2014

Daniel Sánchez Bustamante y el Memorándum de 1910

La historiografía actual que estudia la historia de las Relaciones Internacionales de Bolivia, describe que una vez que Chile logró que Bolivia firmará el Tratado de Paz y Amistad, el 20 de octubre de 1904, dirigió sus esfuerzos a la conclusión del problema de Tacna y Arica, que era el único punto pendiente de su Tratado de Paz firmado con el Perú en Ancón, el 20 de octubre de 1883. El articulo III del citado Instrumento Internacional estipulaba un plebiscito para decidir la suerte de Tacna y Arica, a llevarse a cabo de diez años después de la suscripción del Tratado. Pero como el plebiscito no se realizó, el Perú reclamaba la entrega de dichas provincias, mientras que Chile aceptaba sólo la devolución de Tacna a cambio de quedarse con Arica. “Chile y el Perú iniciaron conversaciones en 1908, las que se prolongaron en forma estéril por dos años y llevaron al Perú a suspender sus relaciones con Chile en marzo de 1910” 2.

En ese sentido, el 22 de abril de ese mismo año, el Ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, Daniel Sánchez Bustamante, dirigió un Memorándum a las cancillerías de Chile y Perú. Sin duda en este documento “el gobierno boliviano ofreció abiertamente las bases de una solución justa e inteligente al problema, demostraba además la vinculación real del puerto de Arica con Bolivia y, finalmente, ofrecía pagar las compensaciones necesarias tanto a Chile como, en especial, el Perú, para obtener la tan ansiada salida soberana al mar por territorio ariqueño” 3.

Sobre el diplomático Daniel Sánchez Bustamante, diversos escritores mencionan que “nació en La Paz, el 10 de abril de 1870 quedando huérfano a los 11 años por la muerte de su padre Juan Sánchez Bustamante. La madre, Mercedes Vás-quez, tuvo por hijo mayor de sus primeras nupcias al notable polígrafo y poeta Vicente Ochoa. Este prócer de nuestras letras sirvió al niño de padre y maestro, abriéndole camino en la vida con su ejem-plo para ser el exponente privilegiado que es en la acción pública, la disciplina forense y la alta cultura nacionales. En 1890 juró la profesión de abogado.

Desde la adolescencia se inició en las faenas publicitarias, siendo alumno predilecto del sabio Agustín Aspiazu. En el apogeo de su ascensión intelectual publicó la revista ‘Bolivia’, que sirvió de templo y hogar a la intelectual descollante de su tiempo. Sus primeras producciones se re-gistraron en un libro de crítica y doctrina: ‘Opiniones y Discursos’. Catedrático, inquietador de mentes y conductor de conciencias publicó dos tratados eruditos de docencia universitaria: ‘Principios de Sociología’ y ‘Principios de Filosofía del Derecho’. Su folletería es profusa, de meditaciones ahincadas y glosando innumerables materias, desde las internacionales como el ensayo sobre ‘El Panamericanis-mo’, políticas como el ‘Programa para el Partido Radical’ entidad política de la que fue uno de los jefes, hasta la investigación y planteamiento científico y administrativo sobre educación y sociología. Su obra magistral ‘Bolivia, su Estructura y sus derechos en el Pacífico’, es un capital caudaloso de lecciones de la historia y de lógica incontrovertible sobre los derechos marítimos de Bolivia para esclarecer la conciencia mundial.

Diputado en 1892, convencional en la Constituyente de 1920, Ministro de Ins-trucción en 1909 y 1931, Ministro de Relaciones Exteriores 1909 a 1910 y 1931, Ministro Plenipotenciario en Chile y en la Argentina 1927 y 1928, fue un singular oráculo de los gobiernos y de la opinión pública, sobre todo en las horas grávidas de la política interna o de los conflictos internacionales. Murió en Buenos Aires, el 5 de agosto de 1933” 4.

Sobre el Memorándum, en esta oportunidad presentamos transcrito de manera extensa, con el objetivo de que su contenido sea estudiado bajo nuevas perspectivas:

MEMORÁNDUM

El Gobierno de Bolivia no puede dejar pasar las presentes circunstancias sin conocer la disposición con el Perú y Chile recibirían una gestión encaminada a solucionar el conflicto relativo a Tacna y Arica.

Estos territorios sólo tienen importancia efectiva por su dependencia geográfica y comercial de Bolivia, al punto que constituyen y constituirán, con las nuevas vías de comunicación en trabajo, una Provincia inseparable de los destinos de este país. Para las naciones signatarias del Pacto de Ancón no revisten sinó un interés que se desprende del sentimiento histórico y de la dignidad nacional.

Chile y el Perú, siguiendo el dictamen de muchos de sus eminentes hombres públicos, deberían dejar de ser colindantes, estableciendo la soberanía territorial de Bolivia en una zona intermedia sobre la costa del Pacífico. No es necesario demostrar la importancia de este hecho trascendental para la política y el equilibrio de las naciones hispano americanas.

Bolivia no puede vivir aislada del mar: ahora y siempre, en la medida de sus fuerzas, hará cuanto le sea posible por llegar á poseer por lo menos un puerto cómodo sobre el Pacífico; y no podrá resignarse jamás a la inacción cada vez que se agite este asunto de Tacna y Arica que compromete las bases mismas de su existencia. Ha seguido, en los últimos años, una conducta de absoluta lealtad a los Pactos que la privaron de su litoral y ha concluido sus cuestiones de fronteras con el Perú, sacrificando mucho de lo que su deber y derecho se lo presentaban como indeclinable, confiada en que algún día los hechos y las altas previsiones impondrían la única solución posible de este grave problema sudamericano: la incorporación definitiva del todo o parte de Tacna y Arica al Alto Perú.

Un Estado soberano no puede renunciar a la posesión, por medios legítimos de una zona de territorios cuya vida y prosperidad dependen del tráfico, del comercio y de la vecindad de aquél, y cuya incorporación al país con el que mantiene tan íntimas conexiones, interesa á su seguridad y afirmaría su existencia soberana y su desarrollo económico. Tal es la doctrina que dentro del derecho humano profesa esta Cancillería y que Bolivia sostendrá con todos los poderes de su voluntad y de su espíritu.

El Gobierno boliviano está muy lejos de buscar dificultades para agregarlas al conflicto. Pero tiene que cumplir un supremo deber haciendo presente con absoluta hidalguía á Chile y al Perú que, en el histórico momento que cruzan estas nacio-nalidades, no puede quedar inerte y desea saber si los dos países que le cierran al Pacífico podrían escuchar proposiciones que provoquen resultados que concilien el interés y la dignidad de los tres pueblos y que afirmen entre ellos la paz, la lealtad y la fraternidad.

Dentro del pensamiento esencial que sería la entrega de un puerto á Bolivia, y como consecuencia directa la desaparición de la vecindad fronteriza entre el Perú y Chile, cabrían múltiples formas de acuerdo con las cuales la diplomacia podría conciliar y sellar para siempre y con vínculos indestructibles, los intereses y las aspiraciones de cada uno de los beligerantes en la guerra del Pacífico.

Bolivia formula, al dar este paso, su derecho inalienable á la vida, dentro de la solidaridad americana y espera que tanto los Gobiernos del Perú y Chile, cuanto las potencias capaces de influir sobre el curso de los grandes destinos de las nacio-nalidades sudamericanas, apreciarán la magnitud, la sinceridad y la honradez de nuestros propósitos, que se fundan en aspiraciones é intereses de tal fuerza que nada podrá anularlos en el presente ni el porvenir.

El Gabinete de La Paz estaría dispuesto á proponer bases y compensaciones satisfactorias á los de Santiago y Lima, siempre que ellos quisieran abrir las gestiones del caso, y que contemplasen la actitud de Bolivia con justiciero espíritu.

La Paz, 22 de abril de 1910

Sobre este citado Memorándum el canciller Sánchez Bustamante, escribió muchos años después: “nuestro deber era presentar hidalgamente el cuadro verídico de muestrea situación en Sudamérica y demostrar que no nos guía la absurda ten-dencia de crecer territorialmente, sino la sana aspiración de salir al océano, con propia soberanía y por las vías que nos impone el organismo geográfico.

¿Qué cosa habría más legítima y lógica que reivindicar el Litoral boliviano? pero aún cuando pudiéramos hacerlo, Arica, siendo como es el puerto natural de Bolivia, y solo de Bolivia, se colocaría, por la fuerza de las cosas, permanentemente como la primera condición de la existencia boliviana.

Silenciar estas previsiones no sería sino servir la causa de la hipocresía. Cuando más sinceros seamos se plan-teará el problema con relieves más fuertes. He ahí por-que la cancillería boliviana formuló el memorándum de 1910 y notificó al Perú y a Chile los puntos de vista de nuestro país” 6. También a-puntó: “el paso dado por la cancillería boliviana en 1910, tiene en los días que cruzamos un valor de mucha significación, por cuanto que sienta un precedente positivo de criterios permanentes, y demuestra ante los Gobiernos que participaran en estas soluciones que Bolivia no ha hecho prescribir sus anhelos y dere-chos en el Pacífico, ni los enciende a última hora y solo en vista de las contingencias abiertas por la Liga de las Nacio- nes”. 7

Este severo pronunciamiento histórico, fue uno de los documentos más hidalgos e importantes que simboliza el sentimiento del pueblo boliviano a inicios del siglo XX, que expresa: ‘que no quiere estar encerrado’, es decir ‘que no quiere estar enclaustrado perpetuamente’.

Pero no fue oído por las naciones de Chile y el Perú, que el 3 de junio de 1929, suscribieron el Tratado de Lima, mediante el cual liquidaron a espaldas de Bolivia, la espinosa cuestión de Tacna y Arica. Que dio como resultado, una solución bipartita con la finalidad de excluir y enclaustrar a Bolivia, mediante un protocolo secreto.