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jueves, 26 de enero de 2017

La Gobernación promueve cambios al Himno a Tarija



El Himno a Tarija cumplió el miércoles 124 años y para ello fue festejado con una serie de actividades que se realizaron por la mañana entre el Archivo Histórico y el frontis del Concejo Municipal. Entre ambas actividades se hizo el anuncio de importantes medidas en homenaje a la fecha, como la nominación de un área recreacional y el lanzamiento de la socialización de la versión oficializada del himno.

El homenaje
Con la participación de las autoridades municipales y departamentales, nacionales, educativas, policiales, militares, personalidades cívicas y políticas, además de la población en general, se realizaron la mañana del miércoles los actos en homenaje al aniversario 124 del Himno a Tarija.
En el acto se presentó varias veces la reseña del Himno, refiriendo a su estreno el 25 de enero de 1893, a su corrección sobre la fecha de la Batalla de La Tablada en 1922, pues antes se creía que ocurrió el 4 de mayo, y a las posteriores versiones que se hicieron en años posteriores.
“El Himno surgió de un espacio no político, anterior y superior a la política, y que es la esencia de la Tarija profunda, por lo que refleja lo que somos”, expresó el presidente del Concejo Municipal de Cercado, Alfonso Lema, durante la sesión de honor.
Como homenaje se entonó también el Himno a Tarija en varias versiones, incluida una formal con las bandas del Ejército y la Policía, y otra lírica interpreta por la cantautora y concejal Ana Sorich para cerrar la sesión de honor, que emocionó al público presente.

Dos regalos
Además del homenaje con cantos y mensajes, durante la jornada las autoridades nacionales y departamentales hicieron dos anuncios en homenaje a la fecha.
Así, el Concejo Municipal aprobó durante su sesión de honor pública una ley, anunciando que desde la fecha el área verde ubicada entre el Parque Los Changuitos y el Puente Bicentenario se llamará Paseo “Juan di Fiori”, llevando el nombre del compositor de la música del himno tarijeño.
Por otra parte, la Dirección de Patrimonio y Gestión Cultural de la Gobernación en el acto previo, presentó por primera vez la interpretación de la propuesta para la oficialización del “Himno a Tarija”, que busca unir todas la versiones existentes en una sola. “Ya no podemos seguir cantando el himno de diferentes formas, por ello es necesario difundir esta partitura para que pueda unificarnos como un verdadero símbolo de la tarijeñidad”, explicó Nelvin Acosta, director de esta repartición departamental.
La versión, que desde ahora será socializada en colegios, cuarteles y otras instancias, es fruto de un trabajo técnico, histórico y musical desarrollado por los reconocidos profesores Fernando Arduz y Gilma Hoyos.
La propuesta incluye pequeños cambios, como la elección de la tonalidad de su interpretación en Sol Mayor, su división en tres partes de dos estrofas, más el coro cada una y el retorno a la letra original autografiada por el autor Tomás O’Connor, con la única salvedad de la fecha y una modificación menor de los versos 3 y 4 de la quinta estrofa, por motivos de entonación.
Esta versión será difundida en todo el departamento los medios de comunicación y talleres de capacitación a largo de todo el departamento para finalmente para ser finalmente aprobada y hecha oficial en Abril, según anunció Acosta.

lunes, 23 de enero de 2017

Pachacamac dios de los temblores

Con motivo de los 482 años de la fundación española de Lima, días atrás, un reducido grupo de turistas caminó “Por la ruta de los españoles” (visita guiada y organizada por el Museo del Sitio de Pachacamac) y recorrió los pasos de los primeros conquistadores llegados a Perú, que incursionaran en el santuario de Pachacamac —principal deidad y oráculo de la costa central del Antiguo Perú, conocido popularmente como el dios de los temblores, y representado en un ídolo tallado en madera—.

El recorrido comenzó en la puerta de entrada al santuario, donde un grupo de veinte hombres a caballo comandados por Hernando Pizarro, hermano de Francisco, llegó a inicios de 1533 desde la ciudad andina de Jauja, donde habían fundado la primera capital del virreinato del Perú.

Los exploradores cabalgaron por el Qhapaq Ñan, la amplia red de caminos inca, con una extensión de hasta 30.000 kilómetros, que en Pachacamac tiene la confluencia del eje que recorre la costa con un camino transversal que lo comunica con otro eje paralelo que serpentea por los Andes.

La intención de los españoles era reunir parte del cobro requerido a los incas para dejar en libertad al Inca Atahualpa, quien había sido capturado por las tropas de Pizarro pocos meses antes en Cajamarca, norteña ciudad de los Andes peruanos.

Al final de ese sendero, llegaron hasta el palacio del curaca Taurichumbi, administrador del santuario, quien recibió a los forasteros. Posteriormente, se encaminaron al templo de Pachacamac, donde los españoles se acopiaron de las riquezas dejadas por los peregrinos y quitaron el ídolo de madera para reemplazarlo por una cruz.

“Para entrar al templo encontraron resistencia, porque sólo los sacerdotes estaban facultados para ingresar, y después se quedaron muy sorprendidos de que el ídolo fuera sólo de madera, ya que pensaban que Pachacamac sería un lugar tan suntuoso como La Meca o el Vaticano”, comentó el arqueólogo de Pachacamac Rommel Ángeles.

Tras acopiarse de las riquezas e imponer el cristianismo, la delegación española se quedó alrededor de un mes instalada en el palacio de Taurichumbi, donde fue visitada por curacas llegados de 150 kilómetros a la redonda, el área de influencia del oráculo de Pachacamac, quienes le entregaron más tesoros.

Los especialistas explicaron esa condescendencia de los gobernantes locales en que, a pesar de todas las afrentas, “es posible” que algunos de ellos esperaran la liberación de Atahualpa, el último Inca, quien en ese momento se disputaba el trono imperial con su hermano Huáscar.

La arqueóloga de Pachacamac, Liz Enciso, agregó a Efe que otro grupo de españoles llegó dos años después al santuario para evaluar el traslado de la capital a ese lugar, pero finalmente eligió el valle del río Rímac, y el templo quedó paulatinamente abandonado.

Sin embargo, el culto al dios Pachacamac se práctica hasta ahora, con peregrinos que llegan con ofrendas en fechas especiales del año, como los equinoccios y los solsticios que marcan el calendario agrícola andino.

Mujeres de Cochabamba en la Coronilla



El siguiente texto está compuesto en su parte central por la narración de Francisco Turpín sobre un episodio de la participación de las mujeres de Cochabamba en la batalla de la Coronilla.

Los textos han sido tomados en la Biblioteca de Mayo de Buenos Aires (Argentina) y están en el Tomo IV y XV sobre la Guerra de la Independencia; también en la División Colonia, sección gobierno, Guerra Ejército Auxiliar del Perú, julio a diciembre de 1813.

Además de esta introducción, primero es necesario conocer quiénes fueron los principales actores de este relato de gran valor histórico.



Manuel Belgrano

Se llamaba Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano y González. Nació en Buenos Aires (Argentina) el 3 de junio de 1770, murió el 20 de junio de 1820. Vivió 50 años.

Comandaba el Segundo Ejército Auxiliar (1812-1813), dio sendas derrotas al realista Pío Tristán en Tucumán (24-25 de septiembre de 1812) y Salta (20 de febrero de 1813).

El gran error de Belgrano fue que cuando estaba en Potosí, decidió hacer volar la Casa de la Moneda, colocando barriles de pólvora en la sala donde se pesaban las monedas. No sucedió, ya que el oficial Anglada, del Ejército auxiliar, arrancó la mecha por donde debía avanzar el fuego.



Francisco Turpín

Sobre Turpín no se conoce datos de su vida, solamente que era soldado de la Primera Compañía de Fusileros del regimiento Nº 6.

Algunos consideran que era analfabeto. No presentó ningún informe escrito a Belgrano, sino oral. El relato es una transcripción e interpretación de un asistente, probablemente el secretario Manuel de la Baquera, lo que explica algunos vacíos e incongruencias.

Por la importancia del documento, transcribimos íntegramente el: “Relato del soldado Francisco Turpín al general Manuel Belgrano, sobre las mujeres de Cochabamba”.



Relación de hechos

Jujuy, 4 de agosto de 1812

Señor General:

Francisco Turpín soldado de la primera compañía de fusileros del regimiento Nº 6 dice a vuestra señoría: Que después que salimos destrozados de la acción del Desaguadero me vine a refugiar en la ciudad de Cochabamba, donde por otra acción semejante caí prisionero por las tropas de Lombera, quien me llevó a Oruro como a su soldado, de este lugar me pasé a Cochabamba desertando, y trayéndome un sable y una pistola, pues me hicieron cabo 2º de Artillera, y allí, plaza en el cuerpo de artillería contra Goyeneche, y nos condujo el comandante don Carlos Taboada a las inmediaciones de Chuquisaca.

Fuimos acometidos por el enemigo y nos dispersó, porque no teníamos más que dieciocho fusiles y una camareta (morterete o pequeño mortero para fuegos de artificio) y la demás gente sólo era de garrote, de cuyas resultas regresé a Cochabamba, y desde este punto salimos setenta y siete hombre con el comandante don Félix Borda hasta las inmediaciones de un pueblo llamado Chillón, donde tuvimos una guerrilla de noche con los cruceños y logramos vencerlos, dejando cinco muertos en el campo de los enemigos, y uno de los nuestros.

Al siguiente día entramos en dicho pueblo, e inmediatamente fuimos en busca del enemigo, y lo encontramos en un pueblo llamado Pampa Grande, donde tuvimos una acción de ocho horas de fuego, y allí los derrotamos completamente ganándoles ciento cuatro fusiles, y dos piezas de artillería de a uno, muriendo de ellos cien hombres y diez mujeres; seguimos adelante hasta Samaypata, donde se habían levantado los del pueblo y prendieron a don Manuel Padilla, comandante de los derrotados, quitándole un cañón de hierro de a uno, y así permanecimos en dicho punto más de un mes y al dicho Padilla lo pasamos por las armas.

Después de todo nos mandó a llamar don Mariano Antezana a Cochabamba para que fuéramos a Oruro, y salimos con el señor comandante general de armas, don Esteban Arce, hasta las inmediaciones de Sorocachi, en las cuales encontramos todas las casas quemándose. Con sus dueños logramos que escapasen todos a excepción de una mujer que murió. Seguimos en busca del enemigo ya de noche, y logramos habernos acercado tanto, que no había más de tres cuadras del campamento enemigo, tanto que el mayor general don Bartolomé Pizarro dijo que había tocado las tiendas de campaña del enemigo sin ser sentido, porque los indios, por tres noches, no los dejaron pestañar, y en aquella estaban dormidos.

A este tiempo llegó un propio del gobernador, don Mariano Antezana, al general don Esteban Arce, con quien estábamos como treinta mil hombres, mandándole que inmediatamente se retirara, que no quería que se perdiesen los cañones, que no éramos capaz de vencer a enemigo, y que éste iba a acometernos por tres puntos.

Con estas noticias empezaron todos a afligirse mucho, y en especial el general Arce, quien dijo en voz alta: “Señores, todos los de esta campaña sean testigos de que esta retirada no se hace por mí. Estamos en la mejor situación para vencerlos, y me manda llamar Antezana”.

Esa misma noche caminamos de regreso, y al día encontramos todos con dicho Antezana, y entonces empezaron a reír con el general Arce y el dicho Antezana, tanto que hubieron que pelearse entre los dos y se dijeron que cada uno vaya a defender el lugar donde vivía. Esto es, el gobernador Antezana, Cochabamba; y el general Arce el valle de Tarata.



Mujeres armadas

Habiendo quedado yo en Cochabamba, y en destacada en un lugar llamado Colque-Pirgua, dijeron que el general Arce había sido derrotado, entonces don Mariano Antezana nos mandó llamar de dicho punto de la destacada a la misma ciudad, y habiendo formado todas sus tropas les dijo: “Juran soldados defender la Patria”, a que respondieron todos sí.

Pero como todos los soldados creyeron que era sarraceno el señor Antezana, porque había mandado retirar las tropas del señor Arce de Soracachi y porque hizo entrar en Cochabamba los que estaban de destacada en Colque-Pirgua, distancia a media legua de la misma ciudad, dijeron que los iba a entregar y así se fueron la mayor parte de ellos.

En este día por la tarde hubo Cabildo Abierto y nuevamente Antezana dijo: ¿Cumpliréis lo que habéis dicho de defender la Patria y la excelentísima Junta de Buenos Aires? Algunos respondieron que sí, pues ya no había más de mil hombres escasos, y solamente las mujeres dijeron que si no hay hombres, nosotras defenderemos. A poco rato mandó decir el señor Antezana que él ya rendía, y que todas las armas las pusieran en el cuartel, que él se iba, y que el que quisiera seguirle, que lo siguiese. Mandó al mismo tiempo que se asegurasen las armas bajo llave, y se aseguraron cincuenta fusiles y veintiún cañones de estaño y un obús con una culebrina de los de Buenos Aires, de bronce.

Hecha esta diligencia repentinamente se congregaron todas las mujeres armadas de cuchillos, palos, barretas y piedras en busca del señor Antezana, para matarlo, y otra porción al cuartel, y apenas quebraron las ventanas de la casa de dicho Antezana y no lo encontraron, luego vino un caballero Mata Linares, a quien dejó las llaves Antezana y éste abrió, entraron las mujeres sacaron los fusiles, cañones y municiones, y fueron al punto de San Sebastián, extramuros de la ciudad, donde colocaron todas las piezas de artillería.



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El monumento a las Heroínas de la Coronilla (Cochabamba), que combatieron el 27 de mayo de 1812 contra las fuerzas españolas.
Hernán Andia

Batalla de la Coronilla

Al día siguiente hubo un embajador de parte de Goyeneche, previniendo que venían ellos a unirse como con sus hermanos, que desistan de esa empresa bárbara: el pliego se entregó al único oficial capitán de caballería don Jacinto Terrazas, y habiendo éste preguntado a todas ellas, que si querían rendirse, dijeron que no, que más bien tendrían la gloria de morir matando y el embajador que vino a Cochabamba murió en manos de las mujeres.

A poco rato se vio ya formado el Ejército enemigo e inmediatamente rompieron el fuego las mujeres con los rebozos atados a la cintura, haciendo fuego por espacio de tres horas: el enemigo acometió por cuatro puntos y mataron treinta mujeres, seis hombres de garrote, y tres fusileros, ya cuando nos vimos muy estrechados pensamos reunirnos en la misma plaza; pero ya no fue posible, porque la caballería enemiga estaba sobre nosotros, entonces se quemó toda la pólvora que había, así de cartuchos de fusil, como de cañón, escapando sólo seis cajones para el monte y los cincuenta fusiles, y en esta confusión me hicieron prisionero, manteniéndome atado a la cureña de un cañón y lo mismo a dos mujeres: a los seis días de mi prisión prendieron también al señor Antezana del convento de San Francisco, le dieron tres días de término y lo pasaron por las armas; después de muerto le cortaron la cabeza, y colocaron en la plaza mayor de la ciudad, y el cuerpo llevaron al punto de San Sebastián adonde salía todas las noches una compañía de fusileros de retén.

Después de que se había posesionado el enemigo de la ciudad empezaron a saquearla, cada división con sus respectivos jefes, quebrando todas las puertas y ventanas, los de caballería salieron a las estancias o haciendas a hacer otro tanto, quemando todas las cementeras, así de maíz como de trigo.

Salí de la prisión agregándome a las tropas del enemigo, llegó el tiempo de que marchásemos a Chayanta donde pensaban hacer cuartel general, y en la primera jornada que hicimos en el lugar nombrado Capinota, encontré a los indios lanceros de Pumacahua y vi que mataron niños, viejos, viejas, a excepción de las mujeres de buen parecer, y decían que al fin habían de defender la causa nuestra, de la segunda jornada que llegamos a un lugar de Sicaya hice mi deserción por el lado de Arque a Sepulturas para venirme por el despoblado como le he ejecutado.

Con referencia a este escrito manifestaba Belgrano a la superioridad, desde Jujuy a 4 de agosto de 1812 lo que sigue: “Anoche se me ha presentado Francisco Turpín, único que como testigo de vista me ha hablado de los sucesos de Cochabamba, y su relación que mandé apuntar del modo natural con que la ha hecho, la paso a vuestra excelencia para su conocimiento e inteligencia. ¡Gloria a las cochabambinas que se han demostrado con un entusiasmo tan digno de que pase a la memoria de las generaciones venideras!

Ellas han dado un ejemplo que debe excitar, señor excelentísimo, los sentimientos más apagados por la patria, y estoy seguro de que no será el último con que confundan a las de su sexo que alucinadas, trabajan en contra de la causa sagrada, y aún a los hombres que prefieren la esclavitud, por no exponer sus vidas para asegurar nuestros justos derechos”.



El autor de esta transcripción es historiador y tradicionalista.


domingo, 22 de enero de 2017

La cueva de Moto Méndez desaparece en el olvido



Hablar de José Eustaquio Méndez, más conocido como el Moto Méndez, es recordar la Batalla de la Tablada librada en 1817,

conmemorar cómo valerosos guerrilleros chapacos conocidos como los Montoneros de Méndez, triunfaron junto al tucumano Gregorio Araoz de la Madrid ante las fuerzas realistas españolas de Mateo Ramírez.

Así, hablar hoy del Moto Méndez, es recordar los 200 años de aquella victoriosa batalla que además de la independencia, dejó un gran héroe para la historia tarijeña. Sin embargo, cuando el departamento celebra el Bicentenario de aquella gesta heroica, una mendeña de 37 años de edad y de nombre Blanca Esmeralda Arenas, llama la atención a las autoridades y hace notar que parte de la historia de esos años ha sido olvidada y dejada a su suerte.

Blanca denuncia que la cueva del Moto Méndez, aquel escondite de tierra y piedras a la orilla del Guadalquivir, que sirvió de Bunker y refugio para los Montoneros, pero además fue un lugar estratégico para las emboscadas de los guerrilleros, quedó completamente en el olvido y está hoy a punto de perderse.

La cueva

La travesía comienza en Canasmoro, una comunidad de la provincia Méndez en donde se emplazó la cuna de los maestros y a la vez, es el punto de partida rumbo a la cueva. Al cruzar la normal y salir por la parte trasera de aquel lugar, es necesario cruzar descalzo el río Guadalquivir, para inmediatamente subir a un pequeño cerro de Bordo Carachimayo, donde se debe caminar sobre una pradera completamente pedregrosa, con una infinidad de churquis de por medio, que cumplen la función de ser los guardianes de la zona.

El camino que había antes desapareció, por lo que guiarse en el lugar no es para cualquiera. Después de más de media hora de caminata entre piedras y churquis, el panorama cambia, pues llegó la hora de caminar sobre arena, ya que se debe cruzar la quebrada el Arenal. Al pasar ese sitio, la aventura continua, pues llegó la hora de subir y bajar pequeños cerros que avisan que la cueva está cerca.

Después de casi una hora de caminata y escalada, la cueva se deja ver. Hay que subirla para poder comprobar que la historia de Blanca es verídica, ya que en la cima del lugar se observa una plaqueta que data de los años 80 y que fue puesta por los normalistas en honor al Moto y sus guerrilleros.

El texto no se deja leer, ya que como los años no pasan en vano, la escritura sobre el cemento esta desgastada y la plaqueta rota en varias partes, por lo que leerla es casi imposible. Lo que sí se puede ver es que la plaqueta reconoce al lugar como la cueva del Moto Méndez, y que la misma fue esta en 1980.

La cueva, que seguro tiene más de 200 años, está completamente cerrada, ya que las piedras y la misma tierra se encargaron de tapar la entrada al lugar. Hay pequeños huecos que se ven sobre el refugio y la salida, es la única que guarda algo de su forma. La extensión total del lugar tiene por lo menos una longitud de 30 metros, pero su ancho y alto es imposible de determinar desde afuera, aunque es muy probable que la gruta se haya derrumbado en su interior.

La historia

Blanca es nieta de Canuto Arenas Rentería, quien le aseguró a ella cuando era niña que él era descendiente de José Eustaquio Méndez Arenas, por lo que ella dice también ser de la familia del Moto.

Recuerda que fue su abuelo quien le contó de la existencia de la cueva y fue a la vez quien se encargó de enseñarle el lugar. “Él contaba que cuando los españoles venían persiguiendo al Moto Méndez y a sus montoneros, ellos venían y se escondían ahí, en la cueva entraban con caballo y todos los 30 jinetes que andaban con el Moto. Se ocultaban, esperaban un momento que pasen y después salían por el otro lado”, dice.

Explica que cuando eran perseguidos, los montoneros sabían amarrar ramas de churquis que colgaban de sus caballos para borrar las huellas de los animales en su travesía y así despistar al enemigo. Una vez dentro de la cueva, ellos solían tapar con las mismas ramas de los churquis la cueva y se refugiaban hasta que pasen los españoles, quienes siempre eran más que los guerrilleros.

Gabriel Flores, esposo de Blanca y maestro de oficio, cuenta que cuando llegó a Canasmoro para estudiar, se enteró de la historia de la cueva que la contaban siempre los más antiguos del lugar.

Respalda todo lo relatado por su mujer pero añade que aquella gruta les servía a los guerrilleros como un lugar estratégico para hacer emboscadas, pues como los españoles no conocían la zona, ellos se escondían y cuando se dispersaban pasando por la cueva, salían de sorpresa con sus caballos para atacar al enemigo.

Explica que si bien ahora la cueva está dentro de la comunidad de Carachimayo, antes era parte de Canasmoro y el lugar era conocido también como la cueva de Churquihuayco, debido al nombre de la comunidad en la que se encontraba.

Leandro Arce, estudiante de la normal de Canasmoro y quien hizo de guía en el recorrido, dice que en el año 2012 fue la primera vez que conoció el lugar y recuerda que todavía se veía la entrada y la salida de la cueva en buen estado; sin embargo, lamenta que con el paso del tiempo y el descuido de las autoridades, todo esto se haya tapado y deteriorado.

“Desde ese entonces hasta ahora la cosa cambió mucho. Antes se veía un poco más amplia a la cueva, pero ahorita la plaqueta que hicieron los normalistas está más deteriorada y se nota que todo ha cambiado para peor, porque nadie pone empeño para arreglarla. Se preocupan harto en los desfiles, en los discursos hablan, pero después nadie dice nada de esto”, reprocha.

Blanca recuerda que de niña solía visitar frecuentemente la cueva y que incluso hacía de guía para los scouts que iban a acampar a la normal y desconocían esta parte de la historia. “Ellos venían a acampar, a hacer vida de campo, entonces como mi mamá era cocinera de la normal y yo era niña, les contaba la historia y les llevaba a conocer. Yo les traía y nos metíamos en grupos de cuatro con linternas”, añade.

Dice que incluso en sus primeras excursiones por la cueva ella solía encontrar pantalones y ropa vieja y deteriorada, que supone pertenecían a los guerrilleros de esos años. Cuenta también que su abuelo tenía un rifle “grande a cartuchos” que nunca dijo de donde lo consiguió. Ella cree que él lo sacó del refugio del Moto.

El pedido

Así, entre cuentos y relatos, Blanca recuerda parte de la historia del Moto y pide a las autoridades más atención a la cueva, ya que considera que el lugar tiene un alto potencial turístico.

“Yo lo haría restaurar y por ahí se hallaran armas o espadas ahí adentro, que en aquellos tiempos manejaban. Esto podría ser un gran atractivo para la provincia y los turistas, porque veo que mucha gente viene pero ahí nomás se quedan en la casa del Moto que está en la plaza; eso es porque no saben de esto”, expresa.

viernes, 20 de enero de 2017

Aniversario: el Himno a Tarija será oficializado



En el año del Bicentenario de la Batalla de la Tablada, el Himno a Tarija también estará de aniversario cumpliendo 124 años, desde que se hiciera oficial un 25 de enero de 1893 la composición musical de Tomás Fiori, sobre la base del poema escrito por Tomás O’Connor D’Arlach.

Para celebrar este hecho, las principales autoridades culturales del departamento, tanto del Municipio, Gobernación y el Concejo Municipal, además de las Fuerzas Armadas y la Policía Boliviana desarrollarán el próximo miércoles 25 de enero un acto conmemorativo en ambientes del Archivo Histórico de Tarija.
El homenaje comenzará a las 07:30 horas con una ofrenda floral al compositor Tomás O’Connor, seguida de una visita al Archivo Histórico para conocer los bienes que se conservan ahí de la época en que se escribió el himno. A las 09:00 se entonará el Himno a Tarija, presidido por la banda militar, ante la concurrencia de representantes de las instituciones públicas y población en general.
A continuación se desarrollará una sesión de honor del Concejo Municipal en que se leerá una serie de normas jurídicas relacionadas al tema, como la Ordenanza Municipal 003/2011 que declara patrimonio al himno tarijeño y el Decreto Departamental Nº03/2013 donde se instruye entonarlo en todos los actos cívicos. Además, en esa misma sesión, se anunciará la oficialización y adecuación del Himno a Tarija que al momento se entona con notorias diferencias en distintos ámbitos. “Hemos desarrollado un trabajo técnico, literario y musical para adecuar las siete estrofas del himno en tres partes, y que todo los tarijeños podamos interpretarla del mismo modo”, indicó Nelvin Acosta, director de Patrimonio y Gestión Cultural de la Gobernación.
Para concluir la jornada, en la noche se realizará una retreta militar para la población.

martes, 17 de enero de 2017

El cacicazgo Kutipa de Italaque

LOS CACICAZGOS Y SU

DEVENIR HISTÓRICO

Cacique o Curaca era el jefe político, administrativo y espiritual de un determinado territorio y representante del Sapa Inca en épocas prehispánicas, es así, que el incario utilizó al curzasgo como mecanismo de pacto, el Inca nombraba curacas a los líderes de los pueblos conquistados y aliados a su gobierno. Así se constituyó la nobleza inca (Los Orejones) grupo social privilegiado, compuesto principalmente por los descendientes del Inca (Hijos del Sol), organizados en panacas tanto en el Cuzco como en otras regiones, también incluía a curacas de naciones aliadas o conquistadas, como los señoríos aymaras de Lupacas, Huarcas, Pacajes, Omasuyos, Carangas.

"Fueron los curacas los que bajo la administración colonial se vieron obligados a adoptar el título de "caciques" como en el Caribe, conservando con ello parcialmente sus facultades de gobierno y administración, así como su legitimidad, pero sujetos al sistema de explotación colonial. Sin embargo, el cacique conserva aún los rasgos nativos de autoridad, como es el ser Awki (padre) de ayllu. Esta es la base de su legitimidad" (Carlos Mamani - Igidio Naveda: Reconstitución del ayllu. 2016).

Esta forma de organización fue asimilada por la Corona española y el cacique se constituyó en un puente entre la cultura ibérica y la cultura amerindia. Sinclair Thomson en su libro "Cuando solo reinasen los Indios", menciona: "La posición que ocupaba el cacique o curaca dentro el sistema colonial era de los más delicados e ingratos"

Un caso típico de esta incorporación y pacto de élites fue el matrimonio de Beatriz Coya, hija de Sayri Túpac, inca de Vilcabamba, con un sobrino de San Ignacio de Loyola. Beatriz era considerada un trofeo político y social. Esto ocurrió en Cuzco, en 1576. La hija de la pareja, Ana María Lorenza de Loyola y Coya-Inca, se convirtió en 1614 en la primera marquesa de Santiago de Oropeza. Sus descendientes fueron considerados la línea principal de la panaca de Huayna Cápac.

Durante todo el período colonial varios caciques descendientes del periodo prehispánico hicieron sus trámites para lograr su reconocimiento, como fue el caso de los Huayna Cápac, Cusi, Cusicanqui, Calahumana, Quirquincha y Kutipa en el Alto Perú, entre muchos otros.

El caso más emblemático y con consecuencias trágicas fue en 1776, cuando el cacique de Surimana, José Gabriel Condorcanqui Noguera, con el argumento de ser el pariente más cercano de Beatriz Coya, inició un proceso legal para reclamar el título de marqués de Santiago de Oropeza e Inca. Pero su pedido fue rechazado. Hay quienes ven en este desenlace el inicio de su rechazo a España y su rebelión como Túpac Amaru II, en 1780. Él, su familia y allegados pagaron las consecuencias de su rebeldía y fueron cruelmente ejecutados.

Sus actos tuvieron consecuencias desastrosas para lo que quedaba del sistema social inca. Hasta entonces los descendientes de la Nobleza Indígena recibían una serie de prerrogativas de la Corona española. Tras la rebelión de Túpac Amaru fueron castigados. De nada sirvió que apoyaran a la corona. La Corona española arremetió y decidió que la posición de cacique dejaba de ser hereditaria. Así, se redujo considerablemente las principales fuentes de ingreso económico de las familias. También se reprimió varias de sus manifestaciones culturales, como el uso de trajes tradicionales en las procesiones, entre otras.

El golpe de gracia para la nobleza indígena llegó, irónicamente, con la Independencia. En 1825, Simón Bolívar anuló el cargo de cacique y dictó nuevas leyes de propiedad, lo que derivó en la pérdida del estatus social, económico y político para lo que quedaba de las élites indígenas y en el siglo XIX empezaron a ser olvidadas. Hoy, lejos de las atrocidades del pasado, generaciones jóvenes se interesan en sus nobles orígenes.

EL CACICAZGO KUTIPA EN ITALAQUE

Italaque, población ubicada en el actual municipio de Mocomoco, de la provincia Camacho del departamento de La Paz, no quedó exenta de los cacicazgos y su propio proceso histórico y conto para el Siglo XVI como refieren los registros de la parroquia de Italaque "con tres caciques, uno por parcialidad. Estos caciques eran de la familia Quenallata en la parcialidad de Huarcas, Ninacanchis en la parcialidad de Canchis y Kutipa en la parcialidad de Pacaures". Y es de este último cacicazgo al que nos dedicaremos en esta oportunidad.



KUTIPA.- De las voces aymaras: Kuti que significa regreso o acción de regresar y Pa que significa Él y se designa la tercera persona gramatical; es decir que Kutipa significa "El que Regresa"; Así también atribuyen los aymaras el nombre Kutipa a "El venturoso o Afortunado".

Según los registros del Archivo General de las Indias en Sevilla España (AGI, 532): Los Kutipa son originarios del Cuzco y tienen relación con la familia del Inca Pacha Kutiy Yupanki, en tiempos prehispánicos.

El francés Thierry Saignes en su libro "Desde el Corazón de los Andes, cita: "Los Caciques -Gobernadores de las demás cabeceras, los Chambilla, los Catacora, y los kutipa perfilan un gran ascenso en 1567, y siguen alternando en los cargos de ´Capitanes Generales´ en Potosí y mostrando una nítida prosperidad económica gracias a los ingresos mercantiles, varios compran haciendas en los valles orientales de Larecaja o se hacen reconocer la propiedad, mediante de tierras, de terrenos adquiridos seguramente a partir de lotes antes cultivados por los mitimaes étnicos para su propio provecho".

En ese contexto, es que en el siglo XVI se crea la nueva reducción colonial de Italaque como los cita el registro del Archivo General de las Indias en Sevilla España (AGI, 532): "En 1596 Charazani forma una parroquia, Mocomoco otra, Carijana y Camata se reúnen en la misma, Umanatta debe unirse a los indios Canchis de Usadca para formar la nueva reducción y la parroquia de Italaque". Y son los cacicazgos Ninacanchi, Quenallata y Kutipa la base social y administrativa de este nuevo territorio.

Como testigos de esta administración cacical queda el legado plasmado en la construcción de la iglesia de Italaque. Dejando su sello personal en la parte inferior en el arco labrado en piedra caliza de la puerta principal de la iglesia que el cura Cejudo denomino "Mascarones Quenallata".

Por otra parte, tal fue la eficacia de la organización cacical que para la construcción del empedrado de la plaza principal de Italaque lograron distribuir espacios a los 49 ayllus o comunidades que para el siglo XVI constituían la reducción de Italaque divididos estos en tres parcialidades o grupos culturales (Huarcas, Canchis y Pacaures). La tradición oral y los registros en los libros de actas de Italaque describen sobre el cuidado y limpieza de la plaza de Italaque: "A cada ayllu o comunidad de Italaque se le designaba un cuadrado del empedrado de la plaza: para su cuidado, protección y mantenimiento, siendo el cumplimiento del mismo un deber ser categórico para su comunidad"

La mitad del siglo XVIII estuvo marcada por una fuerte intromisión y usurpación por parte de españoles y criollos en la sucesión de cacicazgos en varias regiones. El cacicazgo Kutipa fue víctima de la intromisión española, en el año 1750 Julián Ramírez, un español casado con la hija del Cacique Pablo kutipa, quien se autonombró y usurpó el título de cacique cometió una serie de abusos al extremo que los indios de la parcialidad de Pacaures denunciaron en la Real Audiencia de Charcas el asesinado del comunario Francisco Mamani, estos hechos tuvieron su desenlace una vez expulsado de Italaque al español Julián Ramírez, y devolviendo el título de cacique a Sebastián Kutipa, indígena y legítimo heredero. Así lo registra el Archivo Nacional de Bolivia en expediente (ANB EC 1755 No 56), el cual fue estudiado y citado por Sinclair Thomson en su libro "Cuando solo reinasen los Indios"

En el año 1780 estalló una cadena de revueltas en las ciudades del altiplano, los valles y la costa, como expresión del descontento indígena, mestizo y criollo frente a las reformas Borbónicas. El cacique de Surimana, José Gabriel Condorcanqui (Túpac Amaru), líder de la rebelión del Perú convocó en Tungasuca a finales de 1779 a caciques de varias regiones a la que supuestamente asistieron Sebastián Kutipa y José Vera Ninacanchis por Italaque y Diego Quispe por Mocomoco. En marzo de 1780 Diego Quispe junto a Basilio Antonio, indígena oriundo de Italaque, y una tropa de seguidores de Túpac Amaru quemaron y saquearon la iglesia y varias viviendas de españoles de Italaque. Este relato se encuentra en los Archivos de la Parroquia de Italaque y los Archivos de la Catedral de La Paz y fueron recogidos por Homero Elías en su libro "Cuentos e Historias de un pueblo llamado Italaque".

Tras la rebelión de Túpac Amaru de 1781 los cacicazgos y las élites indígenas perdieron todas sus prerrogativas políticas y administrativas, conservando solo el poder espiritual.

Con la independencia de 1825 la figura del cacique fue desvalorada y denigrada por ser un título solo de indios, razón para que muchos descendientes del cacicazgo Kutipa se cambiaron el apellido indígena por uno español. Conocido es el caso que alguno se cambió de Kutipa a Ortiz, renunciado con esto a su linaje indígena e Incaico.

En el Archivo Nacional de Sucre se encuentran registradas las haciendas establecidas luego de la Independencia de Bolivia en 1825 donde se evidencia que el cacicazgo Kutipa aún contaba con tierras en la Parcialidad de Pacaures, específicamente en la comunidad de Cacachi, mismas que estaban al resguardo de Dominga Kutipa descendiente del cacicazgo Kutipa. Dominga Kutipa legó este patrimonio y otros del cacicazgo Kutipa a su descendiente Francisco Kutipa y este a su hija Rosa Kutipa quien tuvo como primogénito a Raúl Mansilla Kutipa último descendiente directo de este cacicazgo.

20 de enero de 1839 La Batalla de Yungay

Las banderas de la Confederación Perú-Boliviana habían paseado victoriosas por los campos de batalla de Yanacocha, Socabaya, Umahuaca, Iruya y Montenegro contra los ejércitos de Agustín Gamarra y Salaverry en el Perú, los del dictador Juan Manuel Rosas de la Argentina y en Paucarpata contra la fuerza expedicionaria chilena en-viada por Diego Portales y comandada por el vicealmirante Blanco Encalada.

La enseña boliviana había flameado triunfante desde Jujuy hasta el Ecuador. El Gral. Andrés Santa Cruz, Protector Supremo de la Confederación, no precisaba nuevas anexiones, pues bastantes problemas internos habían quedado aún por resolver, sin embargo sus ejércitos eran temidos y no conocían el amargo sabor de la derrota.

¡Qué alto había llegado el hijo de Juana Basilia Calahumana!

Qué tiempos venturosos para su Patria, además de contar con las leyes más avanzadas de América. Suyas serán las últimas victorias militares que conocerá que Bolivia y nunca desde entonces, volverá a recuperar tamaño esplendor. En adelante su camino estará jalo-nado de derrotas e infortunios; sus pendones no volverán a flamear más, besados por la brisa acariciante del triunfo.

Mas, ¡ay!, nubarrones se aproximaban por el sur, del lado del enemigo tradicional, una flota había zarpado de Valparaíso transportando al segundo ejercito expedicionario, comandado por el Gral. chileno Manuel Bulnes y coaligado con generales peruanos, bolivianos disidentes y aun argentinos, su objetivo: la destrucción de la Confederación.

Posesionados ambos contendientes a 96 leguas al norte de Lima, se aprestaban a librar la batalla decisiva que sellaría la suerte y el futuro de Bolivia, Perú y Chile.

EL COMBATE

El ejército protectoral ocupaba un campo llano encerrado entre el río Santa y la cordillera, teniendo como avanzadas los cerros empinados de Ancachs, Punyan y Pan de Azúcar; en el fondo se escondía la barranca profunda del estero de Ancachs. El caserío de Yungay cerraba el cuadro. La acción se realizaba a las 96 leguas al norte de Lima.

Santa Cruz situó en el Pan de Azúcar 600 hombres al mando del bravo general Anselmo Quiroz y en el Punyan 200, a órdenes del capitán Fructuoso de la Peña Santa Cruz. El protector consideró inatacables esas alturas y su ejército lo creyó destinado únicamente a cortar la retirada de los chilenos cuando se empeñase el combate. Mas Bulnes comenzó el ataque por los cerros, que eran la llave de la victoria. El Punyan, de fácil acceso, fue prontamente tomado por el batallón chileno “Aconcagua" y el Pan de Azúcar, de flancos rápidos y abruptos, dio mucho que hacer a los asaltantes, pero al fin fue tomado también. Los soldados chilenos dominaron la cima del cerro, donde yacían tendidos 600 cadáveres del ejército boliviano y el general Quiroz entre ellos.

EMPUJE DE DOS BATALLONES

Al mismo tiempo la batalla comenzaba en el llano. Santa Cruz horrorizado al ver el sangriento combate del Pan de Azúcar, mandó en su protección al “Batallón 4o.”, el que a órdenes de los jefes Deheza y Belzu, resistió el poderoso empuje del batallón chileno “Colchagua”, que oculto tras unos matorrales lo dejó acercarse hasta disparar una descarga que tendió un tercio de su gente. El bravo “4o.” vaciló un instante, pero en seguida cargó sobre el “Colchagua” haciéndole retroceder. El batallón “Portales”, que salió en su defensa, fue diezmado por el “Batallón 3” de Bolivia que lo cargó a la bayoneta.

Viendo que el “Portales” se batía en retirada, arrastrando en su derrota a toda la línea chilena, Bulnes con tres batallones de reserva restableció el combate y detuvo a los batallones bolivianos, que avanzaban victoriosos ya. Arrojándose de salto a la barranca de Ancachs, logró flanquear por la izquierda la línea boliviana, en la que la caballería, a las órdenes del Gral. Urdininea hacia prodigios con valor temerario.

Lanzadas al campo de batalla las reservas chilenas, ya nada pudo contener el empuje de ellas, protegidas por una certera artillería. Los bolivianos con un supremo esfuerzo se parapetaron tras unos tapiales de piedra, para resistir con heroica desesperación el avance de los chilenos, pero sus esfuerzos fueron ineficaces ante el brusco ataque de la caballería.

A las cuatro de la tarde todo estaba concluido. Quedaron en el campo de marte el ejército de Santa Cruz, 2 generales y 2.400 soldados muertos; cayeron prisioneros 3 generales, 3 coroneles, 155 oficiales de todas graduaciones y 2.000 soldados. Los restauradores perdieron 1 general, 2 jefes, 11 oficiales y 215 soldados muertos; heridos 28 oficiales y 417 soldados.

Los chilenos mostraron una ferocidad bárbara con los vencidos. “La mortandad -dice el mismo Gral. Santa Cruz- que hicieron de sol-dados indefensos, desarmados y la crueldad con que trataron a los prisioneros, son impropias de pechos generosos y esforzados”. El autor del “Diario militar de la campaña del ejército restaurador etc.” afirma (Pág. 122) que después de la batalla se encontró 277 soldados muertos en la “instancia de una le-gua” que hay de Yungay a Manco, dando a entender con esto que todos los que huían fuera ya del campo de batalla, fueron lanceados con saña y furor por los escuadrones vencedores, hasta dejarlos tendidos en el campo.

CAUSAS DE LA DERROTA

Se ha dicho que la derrota se debió, fuera de otras causas, a la traición de los jefes peruanos que combatían al lado de Santa Cruz y a los errores tácticos y estratégicos del protector desde la iniciación de la campaña: trai-ciones y errores que supo apro-vechar el jefe chileno. Los error-es de Santa Cruz consistieron en considerar como inexpugna-ble el Pan de Azúcar, por cuya razón colocó a tanta distancia el grueso de sus fuerzas, oca-sionando que éstas fueran batidas; el descuido de su línea izquierda que fue la parte más dé-bil de su formación y que hábilmente flanquea-da, decidió del éxito de ataque y el empleo prematuro de las reservas de infantería. Pero el error más notable fue la colocación de la caballería a una inmensa distancia del campo de batalla, dando lugar a que los escuadrones enemigos tuvieran el tiempo suficiente para pasar a la desfilada el barranco, formarse, arrollar toda la infantería, reorganizarse y vol-ver a cargar al primer escuadrón boliviano que tardíamente le salió al frente.

Algunos historiadores afirman que el desastre de Yungay se debió también a la ausencia de muchos jefes aguerridos, como Braun, Ve-lasco, Ballivián, O'connor y otros que habían prestado a Santa Cruz eficaz colaboración en anteriores

campañas.

Homenajean a mártires de la calle Harrington

Representantes de la comuna, la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), personalidades políticas, representantes de instituciones defensoras de los derechos humanos y de los caídos en la calle Harrington rindieron homenaje a las víctimas de este ataque, a 36 años del hecho.

El acto se realizó en el Memorial 15 de Enero, ubicado en la avenida del Poeta.

En el acto, la concejala Katia Salazar, en representación el alcalde Luis Revilla, destacó la lucha de los ocho mártires y el significado que tienen los valores democráticos para las nuevas generaciones.

En el acto, Mónica Reyes Limpias, en representación de los caídos de la calle Harrington, destacó la importancia de la democracia y expresó su agradecimiento al exalcalde de La Paz, Juan del Granado, por la construcción de memorial 15 de Enero en la avenida del Poeta.

“La democracia en sí misma como un sistema, como un sistema de gobierno, tiene muchos valores, pero la forma de vida de los compañeros de la Harrington a partir de su muerte nos han dejado un ejemplo de vida, vivían en valores como el amor al prójimo, buscaban el bien común, no se resignaban cuando encontraban injusticia”, refirió Reyes.

Luego del acto, el exalcalde Juan del Granado manifestó que con dicho homenaje se reafirma la democracia a través de los ideales por los que murieron las ocho personas el 15 de enero de 1981.

“Hoy día es en el que rememoramos, repudiamos la dictadura, refirmamos la democracia, además, recordamos la vida de estos valerosos hombres y hacemos el compromiso interno, ojalá también colectivo de seguir el paso de estos hombres en el sentido de que la política deba ser siempre sino el servicio público, el compromiso con la comunidad, el compromiso con la democracia”, refirió el exdirigente político.

La exparlamentaria del MIR, Erika Brockmann, destacó que la lucha de los mártires permite a la nueva generación conocer cómo era Bolivia antes de la recuperación de la democracia, en 1982.

“La sociedad que no tiene memoria no tiene futuro, creo que lo que hoy hemos vivido en nuestra La Paz Maravillosa es importante porque estamos recuperando la mejoraría de quienes hicieron posible la recuperar una etapa en nuestro país que es precisamente la democracia”, destacó.

En el homenaje participaron también el presidente de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de La Paz, Remberto Cárdenas, la jefa de la División de Cultura y Arte de la Universidad Mayor de San Andrés, Melisa Herrera, entre otras personalidades.

El 15 de enero de 1981 patrullas de paramilitares del régimen de Luis García Mesa irrumpieron en un domicilio de la calle Harrington y asesinaron a ocho miembros de la Dirección Nacional del MIR: Jorge Baldivieso, Gonzalo Barrón, Artemio Camargo, Arcil Menacho, José Luis Suárez, Ricardo Navarro, José Reyes y Ramiro Velasco, según la comuna.

jueves, 12 de enero de 2017

Bicentenario, versiones del Himno a Tarija emocionaron



La noche del miércoles, a los pies del Mirador La Loma de San Juan, se realizó el Lanzamiento del Programa del Bicentenario de la Batalla de la Tablada. Música, canto, danza y otras expresiones artísticas de la región fueron los componentes que conformaron el primer gran evento cultural del 2017 ante la presencia de la ciudadanía tarijeña.

Dos versiones del Himno al Tarija emocionaron a los asistentes.

Homenaje a Tarija
Ante un escenario apostado entre la Capilla de San Juan y el Mirador de La Loma, se dieron cita la noche del miércoles autoridades, personalidades de Tarija, artistas, visitantes y población en general para celebrar el inicio oficial del Bicentenario de la Batalla de la Tablada con un homenaje a la tierra del “Moto” Méndez.
El acto comenzó hacia las 19:30 con un grupo de aproximadamente veinte cañeros apostados sobre la pasarela que deleitaron al público con las notas del instrumento típico de Tarija. Casi sobrepuestas a las últimas notas de la caña se mostró en la pantalla gigante instalada junto al escenario una colección de fotografías de los lugares y la gente del valle central, y las provincias, desde los tiempos más antiguos hasta los más modernos, en una progresión que mostraba la historia e identidad del pueblo tarijeño.
A continuación, el artista tarijeño “Toto” Vaca, acompañado por la guitarra de Melvin Acosta, interpretó un emotivo monólogo en el que reflexionó sobre el sentido de la libertad obtenida por los héroes de la Tabalada y ensalzó lo mejor de la cultura tarijeña a través de sus canciones.
Luego, tras un discurso del alcalde de Tarija, Rodrigo Paz Pereira, en el que se refirió a las nuevas luchas a que enfrenta la región, la Orquesta de Cámara de Tarija se hizo presente sobre la pasarela para interpretar la reconocida pieza tarijeña de “La Pascua”, que fue zapateada por miembros del ballet Sangre Latina y elogiada por el público.
El Gobernador del departamento, Adrián Oliva, también subió al escenario para rendir homenaje a Tarija a través de un discurso centrado en la unidad del pueblo. Sus palabras fueron seguidas por el video “El fuego el bicentenario”, hecho exclusivamente para el evento por el productor Diego Pino. En la producción muestra a un joven tarijeño corriendo por lugares icónicos del valle central con la bandera tarijeña hasta llegar a la Capilla de la Loma de San Juan.
El momento poético de la noche llegó con la declamación de “El chapaco alzao” a cargo del grupo musical Sangre Nueva, que también deleitó a los presentes con algunas de las cuecas tradicionales de Tarija, como: El Moto Méndez de Nilo Soruco, para finalmente dar paso a un coro de seis voces masculinas y femeninas que interpretaron el Himno a Tarija en un arreglo especial de guitarras, violines, violonchelos y flautas.

Nueva época
La noche concluyó con el lanzamiento de globos blancos y rojos al aire por parte de personalidades y autoridades presentes.
“Esto es un símbolo de la construcción de una nueva época para Tarija, que empieza imaginándola y sentando las bases para el desarrollo regional”, comentó Sergio Lea Plaza, coordinador del Bicentenario.
La mayor parte de los artistas que se presentaron durante el evento lo hicieron de manera gratuita, por el afecto que tienen a Tarija.
Según Lea Plaza, los únicos gastos que se tuvieron fueron en el sonido y la pantalla gigante, mientras que el resto fue trabajo de las instituciones que conforman el comité.

miércoles, 11 de enero de 2017

Comienzan festejos por Bicentenario de la Batalla de La Tablada

Tarija Economía.- A los pies del Cristo de La Loma de San Juan se dará inicio hoy a los festejos por el Bicentenario de la Batalla de La Tablada a celebrarse el próximo 15 de abril.

El acto protocolar arrancará con las melodías de las tradicionales cañas, la proyección de un video de fotografías históricas de la ciudad de Tarija y la interpretación de canciones emblemáticas, como La Pascua, ‘Moto’ Méndez y Chapaco Alzao, por grupos del folklore tarijeño entremezclados con la orquesta sinfónica y un ballet.

Después están la proyección del video “El fuego del Bicentenario”, la entrega de árboles por los 200 años de la gesta libertaria y el lanzamiento de globos, con los tradicionales colores de la bandera de Tarija, por parte de personalidades destacadas.

El director de la Oficina Técnica del Bicentenario, Sergio Lea Plaza, dijo que eligieron el Cristo de La Loma de San Juan para el inicio de los festejos por ser un sitio con valor simbólico porque representa la historia, la fe religiosa, la arquitectura e integración de la Tarija tradicional y popular.

Cada año esta región productora de hidrocarburos conmemora su efeméride el 15 de abril en homenaje a la Batalla de La Tablada que fue liderada por el legendario guerrillero Eustaquio “Moto” Méndez.

Al acto protocolar asistirán el gobernador Adrián Oliva y el alcalde de Cercado, Rodrigo Paz, además de autoridades militares y policiales.

EN LAS PÁGINAS DORADAS DE LA HISTORIA DE BOLIVIA

La Batalla de la Tablada de Tolomosa tuvo lugar el 15 de abril de 1817 en las cercanías de la ciudad de Tarija (actualmente, en el sur de Bolivia). En ella se enfrentaron fuerzas realistas al mando del coronel Mateo Ramírez y fuerzas independentistas del Ejército del Norte al mando del tucumano Gregorio Aráoz de Lamadrid, como parte de la Expedición de Aráoz de Lamadrid al Alto Perú. Guerrilleros tarijeños provenientes de la denominada Republiqueta de Tarija ayudaron a la rendición realista sitiando a Tarija.

Al acercarse a Tarija, la división de Aráoz de Lamadrid pasó sin ser notada a la izquierda de un escuadrón y de 50 infantes al mando del entonces realista Andrés de Santa Cruz, que se hallaba en el valle de Concepción, y sin atacarlos para no perder la sorpresa sobre Tarija. Cuando el comandante y gobernador realista de Tarija observó el avance de las tropas, pensó que se trataba de las fuerzas gauchas del teniente coronel Francisco Pérez de Uriondo (quien había partido con sus fuerzas desde San Ramón de la Nueva Orán hacia Tarija), por lo que ordenó la salida de los granaderos del Cuzco para atacarlas, expresando: Vamos a desparpajar a esos gauchos. Luego de cruzar el río Guadalquivir, al observar el despliegue y darse cuenta de que no eran fuerzas irregulares, ante los primeros disparos ordenó el repliegue y se encerró en la villa protegida por las trincheras hechas construir recientemente por José de la Serna. Aráoz de Lamadrid ocupó el morro de San Juan, en donde emplazó sus 2 cañones y luego intimó la rendición de Ramírez, que fue rechazada.

Los gauchos de Pérez de Uriondo, junto con otros grupos de montoneros, entre ellos los comandados por Eustaquio Méndez y por José María Avilés (la después llamada Republiqueta de Tarija), aportaron un millar de hombres y colaboraron en el sitio de Tarija, rodeándola por orden de Aráoz de Lamadrid, a fin de capturar a los mensajeros despachados con pedidos de ayuda hacia las divisiones ubicadas en el valle de Concepción y en Cinti (la actual Camargo), mandada esta última por el presidente de la Real Audiencia de Charcas, el brigadier de marina José Pascual de Vivero y Salaverría. Méndez se adelantó con 100 jinetes bien armados a recibir a Aráoz de Lamadrid en la Cuesta del Inca. Santa Cruz, quien se hallaba casualmente en Tarija, intentó sortear el sitio para ir en busca de su división, pero no lo logró.

Al escuchar los cañonazos, las fuerzas realistas acantonadas en el valle de Concepción (unos 130 soldados) se dirigieron hacia Tarija, entrando por el campo de la Tablada en las primeras horas del 15 de abril de 1817 al mando del oficial Malacabeza. Aráoz de Lamadrid había salido a reconocerlas con solo 32 húsares, el ex capitán Lorenzo Lugones que viajaba como aventurero en la expedición,1 y los ayudantes de húsares: Manuel Cainzo y teniente Victorio Llorente. Al encontrarse de pronto con las fuerzas realistas, envió a Llorente en busca de la 1° compañía de húsares al mando del capitán Mariano García y cargó sable en mano obteniendo la victoria de la batalla, en la que murieron 65 realistas, incluso 2 oficiales, quedando prisioneros otros 40, con solo un muerto patriota y un portaestandarte y 3 soldados heridos. Inmediatamente después, Aráoz de Lamadrid retornó a Tarija y volvió a intimar la rendición al sitiado Mateo Ramírez, quien luego de rechazarla, la aceptó ante la amenaza de ser todos degollados y por temor al ataque desordenado de un millar de gauchos, y a pesar de contar con fuerzas superiores, salió él mismo a parlamentar con Aráoz de Lamadrid solicitando que no se saquearan sus pertenencias y que se le concediesen los honores de la guerra.

La rendición de los realistas en Tarija le significó al Ejército del Norte la captura de 20 oficiales (incluyendo a Ramírez, Santa Cruz y otro teniente coronel) y 274 soldados, habiéndose tomado 400 fusiles, 10 pares de pistolas, 20 sables,2 47 lanzas, 5 cajas de guerra, abundantes municiones, útiles de maestranza, víveres, e incorporándose además muchos altoperuanos al ejército. Posteriormente fueron encontrados otros 50 fusiles. El costo total del ataque a Tarija fue de 2 muertos y entre 5 y 7 heridos. Aráoz de Lamadrid envió un mensaje a Manuel Belgrano comunicándole la victoria y avisándole que enviaría los prisioneros por la ruta del Chaco salteño escoltados por una compañía de 50 milicianos de Tucumán al mando del capitán Carrasco que había llevado con la división, lo que ocurrió dos días después.

martes, 10 de enero de 2017

En cinco departamentos celebrarán el Día Nacional del Acullico



El Día Nacional del Acullico, que se recuerda este 11 de enero, se celebrará en las ciudades capitales de los departamentos de Cochabamba, Tarija, Oruro, Santa Cruz, y La Paz con multitudinarias concentraciones, informó el ministro de Desarrollo Rural y Tierras, César Cocarico.

La Ley 864, promulgada el 12 de diciembre de 2016, declara cada 11 de enero como el “Día Nacional del Acullico” en homenaje a que en esa fecha, el año 2013, el Estado Plurinacional de Bolivia volvió a adherirse a la Convención Única de las Naciones Unidas sobre Estupefacientes de 1961 con una reserva sobre el masticado de la hoja.

“Lo que queremos es que se pueda, sobre la base de esos datos históricos, revalorizar la hoja de la coca, que la gente siente a la hoja de la coca, por tanto vamos a regalar bastante coca a los pobladores de nuestro país”, explicó.

La concentración en La Paz será a partir de las 10.00 en la Plaza Mayor de San Francisco con todas las instancias que forman parte del trabajo para la revalorización de la coca y sus múltiples usos que van desde jarabes, pastillas, mate hasta productos de belleza como cremas, champú y pasta dental, detalló el ministerio en un boletín institucional.

Además, se distribuirá la hoja de coca, con información respecto de sus diferentes usos, en la Universidad Mayor de San Andrés, en la Línea Roja de Mi teleférico Rojo (ex estación Central) y en El Alto, la estación J’acha Qhathu (zona 16 de Julio).

El Acullico, es la masticación de la hoja de coca y es un modo de consumo particular ancestral y tradicional. Su consumo y uso trasciende los diferentes estratos sociales del país. (10/01/2017)

De la Guerra del Acre Tres veces héroe

Don Lucio Pérez Velasco, primer vicepresidente de la república, preclaro ciudadano que prestó importantes servicios a la nación y profundo conocedor del territorio del Acre, por haber vivido mucho tiempo en el Beni donde labró la fortuna que le hizo millonario, fu enviado por el gobierno de Bolivia como delegado, cuan-do estalló la revolución separatista. (Año 1900).

El coronel Ismael Montes por entonces Ministro de Guerra, propuso al presidente y general José Manuel Pando, su viaje al Acre con objeto de pacificar esa zona y defender la soberanía nacional gravemente amenazada por tropas irregulares de filibusteros codiciosos. El mandatario contestó al ministro Montes, que su viaje por el momento no era necesario, porque consideraba más conveniente su presencia en el gabinete. Entonces Montes a quien no pudo convencer la palabra persuasiva de Pando, argumentó, que él quería cumplir su deber de patriota y de militar y que además, el Sr. Pérez Velasco, ya había dado a conocer prematuramente sus aspiraciones a la primera magistratura y que con esa actitud patriótica, ganaría mucho terreno en la opinión pública sobre todo en el partido liberal.

Yo también abrigo iguales propósitos Sr. Presidente –añadió con voz enérgica Montes– y no puedo quedar relegado a segundo plano tratándose de defender a la patria.

El general Pando no quiso insistir más, y convencido de las razones expuestas por su ministro de guerra, autorizó el viaje de éste al Acre, en comisión especial, aplaudiendo su civismo que no consiste en el aplauso efímero sino en el sacrificio personal y desinteresado.

Una vez en el Acre el ministro Montes a la cabeza del aguerrido batallón “Independencia” 2° de infantería (hoy regimiento “Sucre”), demostró sobresalientes aptitudes estratégicas. Merced a su talento, su valor y su acierto para conducir y dirigir tropas en el bosque, ganó los combates de Riosinho (12 de diciembre de 1900), Amapá y Bagé (1° de enero de 1901), derrotando a las fuerzas revolucionarias muy superiores en número y armamento.

El nombre del coronel Montes adquirió en esas acciones heroicas mayor prestigio y popularidad en todo el país. En Riosinho, parodiando a Napoleón antes de la batalla de las Pirámides arengó a sus soldados con febril entusiasmo y dijo: “¡Desde el fondo de estos bosque, la patria nos contempla! ¡Derecha y en marcha!”.

Pero, Montes no sólo recogió los laureles de la victoria, sino que supo conquistar el cariño de sus soldados, con quienes había viajado hasta esta lejana región, sufriendo las mismas penurias de la larga travesía por la ruta de Mapiri (La Paz). Preguntados aquellos a su regreso a la ciudad sede de gobierno, si estarían dispuestos a ir otra vez al Acre, respondieron: ¡con el coronel Montes sí; con otros a ninguna parte!

Tal era el temor que infundía la distancia, la falta de caminos, inseguridad, el clima y las enfermedades tropicales, que hacían imposible la vida en aquella impenetrable selva que pocas veces había hollado la planta humana.

El coronel Montes regresó de esta primera expedición gravemente enfermo al punto de que “no se creía que sobreviviese”. Poste-riormente, restablecido, volvió en otra expe-dición al principios de enero de 1903, siem-pre en su calidad de Ministro de Guerra, cuando la insurrección separatista del Acre apoyada ya por el gobierno del Brasil, cundió en toda esa región y que también obligó al presidente general Pando a emprender una campaña más seria a la cabeza del ejército (enero de 1903).

A pesar de todo el esfuerzo, sacrificio de hombres valientes, Brasil por la fuerza, ame-nazando con una intervención armada, impu-so a su favor, la cesión del Acre mediante el Tratado de Petrópolis (17 de noviembre de 1903). Con esta ocupación el Brasil despo-jaba a nuestro país de una parte de su terri-torio con cuantiosos recursos naturales.

En otro acápite de esta historia, el Dr. Montes concurrió también a la guerra del Pacífico (1879 – 1880), como coronel, grado que había ganado por su destacada partici-pación en la batalla del Alto de la Alianza, participó también en la Guerra Civil de 1898-1899, en la batalla del segundo crucero, y después del conflicto con el Brasil, participó de la campaña del Chaco. Cumpliendo al final el destino que le trazó su convicción de patriota y vehemente defensor de su patria. Con mucha razón Montes ha sido calificado de “tres veces héroe”,

Ismael Montes Gamboa fue dos veces Presidente Constitucional de Bolivia (1904 – 1909 - 1913 – 1917). Falleció en La Paz el 16 de octubre de 1933 a causa de una enfermedad contraída en el Chaco, a los 72 años de edad. Había nacido en Corocoro, La Paz, el 5 de octubre de 1861.

martes, 3 de enero de 2017

Potosí 1920-1940: Intelectualidad, arte y cultura



La cultura y el arte nacional del siglo XX, si se toman figurativamente como la composición de un mosaico, están compuestos por piezas provenientes de ciudades, localidades o regiones donde personas e instituciones produjeron en determinados periodos un trabajo intelectual y artístico que, hoy por hoy, es desconocido para muchos, sea por falta de mayor investigación histórica, difusión o por la suplantación de paradigmas.

Esto hace que las nuevas generaciones, en particular, desconozcan testimonios de aquellos contenidos culturales, artísticos e ideológicos que se dieron entre el periodo post liberal y el precedente al denominado Nacionalismo Revolucionario de los 50.

Una tendencia a percibir nuestros periodos históricos de manera homogénea, eventualmente, nos impide reconocer las variables que existieron bajo conceptos de nuestra historia política. Por ejemplo, que una de las etapas de los tipos de nacionalismos tuvo tendencias culturalistas, donde afloraron ideologías nuevas y renovadoras que determinaron en el plano intelectual, cultural y artístico una particular producción; como las décadas de los 20 a los 40 del siglo XX.

Lo que sucedía en el interior de la república —ya en referencia al contexto cultural— quedaba aparentemente en los planos locales, fuera del real y acelerado progreso que tuvo la ciudad de La Paz, que traducía de manera tangible los réditos que le significó las dos primeras décadas del siglo XX como nueva sede del poder político.

Sobre Potosí —ciudad— se consolidó el paradigma sobre su peso simbólico de significado colonial imposible a ser superado y que nadie conscientemente querrá remontarlo, lo cual no impide revalorizar que entre la década de los 20 y 40 del siglo pasado se generó, desde allí, un fenómeno que puso a esta ciudad como referente regional. Por la llegada de artistas e intelectuales, atraídos no solo por una todavía intacta silueta colonial sino porque desde Potosí se generaba un singular hecho de relacionamiento entre personajes e instituciones privadas y públicas que constituyeron, en el marco de las corrientes políticas, sociales, ideológicas y culturales de la época, un resultado que ahora a grandes rasgos destacamos.

En esta reconstrucción de la historia de la cultura y de una parte de la historia del arte potosino de la primera mitad del siglo pasado cabe preguntarse si lo sucedido entre la década de los 20 a los 40 fue el periodo más internacional que tuvo —fuera del proyecto colonial— y qué factores determinaron en esta experiencia. Para respondernos se ha estructurado una relación de elementos que lleven a responder las interrogantes, desarrollar contenidos y esbozar conclusiones. Aquí, por razones de espacio, resumimos algunos de esos puntos.

La formación y educación que el Mariscal Sucre implementó con las Escuelas de Artes y Oficios, que también fundó en Potosí en el siglo XIX al organizar la nueva República, es un punto de partida para ponderar el rol formativo. En el colegio de segundo grado se enseñaba Dibujo Decorativo, Carpintería y otras disciplinas que, siendo menores, no dejaron de proyectar hacia delante futuras generaciones que continuarían con estudios superiores gracias a la creación de la Universidad Tomás Frías en 1892.

Es importante tomar en cuenta que de la formación en abogacía surgían orientaciones hacia la historia, la filosofía, el periodismo e incluso la literatura, por cuanto estas disciplinas de las ciencias sociales no llegarían a constituirse como formación profesional. De hecho, en Potosí se atendió más al llamado de áreas técnicas relacionadas con la minería y la geología posteriormente.

En 1939, como parte de la Universidad Tomas Frías, se creaba la Academia de Bellas Artes, donde se formarían artistas plásticos y músicos profesionalmente. De ahí que varios artistas del siglo XX hayan continuado la ruta de la plástica, en particular, dando cuenta que los resultados de una tradición artística no es casual.

El segundo componente son las instituciones culturales, prácticamente el soporte central de este periodo. Tres son las que destacan: la Sociedad de Historia y Geografía de Potosí, la Sociedad de Pintores Libres de la Sierra y, quizás la más representativa, el grupo Gesta Bárbara.

Tres periódicos circulaban en Potosí, entre ellos “Alas”. También es otra fuente el epistolario que quedó de algunos personajes.

Tampoco es de ignorar la existencia de las librerías, donde llegaban obras que nutrían las bibliotecas de los intelectuales y artistas; editadas principalmente en España y Argentina. Y las revistas, por lo general editadas en este último país, donde aparte de una miscelánea se reproducían literatura y actualidad.

(…)

Como si se tratase de una compensación al cambio que sumiera a Potosí dejándola fuera del eje económico y su importancia pasada, algunos factores externos a lo artístico e intelectual coincidían a coadyuvar con esta especie de conjunción que dio un punto alto de su historia contemporánea.

La reciente inaugurada línea férrea en 1927 que conectaba al sur con Argentina, a través de su frontera con Villazón, abrió el camino para materializar una ruta al intercambio cultural con Argentina, mientras al norte también por este medio de transporte se promovía el fluido tránsito al Perú. La facilidad de transporte moderno permitió la visita y la llegada de intelectuales, escritores, arquitectos, pintores, no solo de América sino desde España como Martín Noel, entre otros conocidos de la historiografía.

De la Argentina provenía el arquitecto Pedro Luís Vignale, Alfredo Guido; los pintores Lino Espilenbergo, José Luís Malanca y la francesa radicada en Buenos Aires Leoni Mathisse; del Ecuador llegaría a Potosí Luis Wallpher, el pintor Enrique Toro Moreno; posteriormente, el lituano Juan Rimssa. Potosí no era solo un punto en una ruta cultural, los campos de la etnología demandaron la presencia de estudiosos y pioneros en otros campos como Dick Ibarra Graso.

Un aspecto que requiere de mayor profundidad son las corrientes y pensamiento en torno a las cuales se desarrolló este periodo de la cultura y el arte. En el campo de la literatura, la tendencia fue el Modernismo, dando lugar a un romanticismo criollo. Tampoco dejan de estar presentes las ideas filosóficas de Shopenhauer y la gran influencia del español José Ortega y Gasett.

En historia, el positivismo y el determinismo a través de Hipolito Taine, indirectamente influyen en dar un toque melancólico y romántico.

Pero la producción misma, tanto de escritores y de artistas plásticos como los pintores, requieren mayor análisis desde lo estético y temático. No fue gratuito que el paisaje potosino y su luminosidad, la historia misma y tipología de la ciudad, atrajeran a artistas plásticos como fuente y motivación a través del género del paisaje por una arquitectura bañada de luminosidad y de color.

En tanto los géneros cultivados por los literatos son el ensayo, el artículo con crítica, el cuento y, en historia, además de ensayos, trabajos biográficos que alternan con las publicaciones investigativas de la Sociedad Geográfica e Historia.

La temática de la Revista Universidad es más convencional. Los profesionales del Derecho tratan sobre su materia, aunque hay trabajos sobre pedagogía o política que se manifestaban por las ideas socialistas que ya habían encontrado espacio en el ámbito nacional.

Conclusiones

Finalmente, a manera de respuestas a las interrogantes formuladas, podía señalarse:

- El pensamiento y corrientes de esta producción intelectual artística dan cuenta de que en entre 1920 y 1940 se produce una rica y singular actividad en Potosí, trascendiendo sus fronteras y convirtiéndola en un centro conectado de una de las rutas transitadas desde Buenos Aires, pasando por ciudades del norte argentino y haciendo punto escala principal en Potosí, para proseguir al norte hasta Perú y Ecuador.

- El espíritu expresado en el lenguaje en cuanto a la ponderación sobre la historia y la personalidad arquitectónica y urbanista de la ciudad está todavía inmerso en la influencia de España, por una parte, pero su valoración como estudio daría lugar luego a los primeros estudios sobre valores arquitectónicos – históricos patrimoniales que se dieron a finales de los 40.

- En cuanto a las características de la literatura, el periodismo y otros, están traduciendo las corrientes de la época como el Modernismo. El romanticismo criollo es también una fuente de revisión y estudio.

- No menos importante es la producción para los campos de la ciencia e investigación en economía, estadística y técnica, especialmente en los campos de la minería y otras disciplinas técnicas como la hidráulica, que estudios de profesionales contribuyeron con sus trabajos de investigación para la Sociedad Geográfica y de Historia.

- Se dieron positivas coincidencias, cierta facilidad de infraestructura, el apoyo de autoridades —tanto universitarias como políticas— y pocos pero acertados respaldos como el impulso de las editoriales para que el trabajo de estas generaciones e instituciones hicieran de Potosí de los años 20 y 30 una experiencia digna de estudiar, conocer y difundir.

- Queda demostrado que no son necesariamente las grandes políticas, el avance de la tecnología y la ciencia los que escriben las mejores páginas de la historia, sino el capital humano que, hoy por hoy, no está sabiendo responder siquiera a la tarea de preservación de los testimonios tangibles como la arquitectura y el urbanismo, por decir lo menos. •

* Licenciada en Artes Plásticas con especializaciones en Historia del Arte, Gestión Cultural y Administración Pública. El presente es un compendio del ensayo original que, además, está acompañado de varias fotografías.


lunes, 2 de enero de 2017

La Tablada Grande, cuna de la libertad, espera el Bicentenario



A tan sólo 4 kilómetros de la ciudad se encuentra la comunidad de Tablada Grande,

el escenario de uno de los eventos decisivos de la historia de Tarija: La Batalla de la Tablada de 1817. Hoy, casi 200 años después, la comunidad mantiene aún en el predio del Rodeo Chapaco algunos vestigios de aquella lejana época, que pretenden rescatar y revalorizar para el bicentenario de la histórica batalla protagonizada por el Moto Méndez y sus Montoneros.

El patrimonio de Tablada Grande
El Rodeo Chapaco es una pampa natural en la comunidad de Tablada Grande sembrada de tacos y algarrobos, donde cada año con ocasión del 15 de abril los vecinos realizan un festival cultural, con juegos tradicionales como las carreras de caballos, cuarteadas, riñas de gallos, pollo enterrado y campeonato de taba, entre otros.
Sin embargo la importancia del lugar radica en que a sus alrededores se ubican tres patrimonios naturales e históricos que se conservan, aunque con grave deterioro, desde las guerras de la independencia.
El primero de ellos es la propia pampa, último vestigio del terreno donde se libro la Batalla de la Tablada, y que los vecinos salvaron de ser loteado inescrupulosamente años atrás. Luego se encuentra la famosa Cuesta del Gallinazo, el camino más antiguo desde Tarija a Tolomosa por donde subían los Montoneros a luchar contra las fuerzas realistas y que, lamentablemente, se encuentra agrietado, lleno de basura y cortado por una cerca que colocó un vecino de la comunidad.
A un lado de este camino, en un terreno perteneciente a las Fuerzas Armadas, al borde una accidentada loma de tierra se encuentra una histórica cruz de madera, donde aún se puede leer que fue colocada allí el 20 de mayo 1826 como tumba de Damiana Galeán. Y alrededor de la carretera principal de la comunidad se encuentran tres arboles de “taco bayo” probablemente bicentenarios, pues los vecinos afirman que los abuelos siempre contaron que allí amarraron sus caballos los Montoneros.
El primero de estos árboles se encuentra en plena cruce de la carretera hacia San Jacinto, subiendo desde la zona Los Callejones, donde los vecinos se cobijan a su sombra para esperar el transporte. El segundo en la entrada hacia el Rodeo Chapaco, junto a una casa que respetó al centenario árbol. Y el tercero al final de la curva, donde sus raíces están expuestas.

Un proyecto de preservación
Según informó a este medio Guido Montaño, Secretario General de Tablada Grande, la comunidad trabajado junto a la Subalacaldía un miniproyecto de preservación histórica de estos lugares, con miras al festejo del Bicentenario de la Batalla de la Tablada en 2017.
El proyecto incluye la construcción de una placita o rotondita en la entrada al campo del Rodeo Chapaco, cuya ejecución empezaría en enero para concluirse en abril. Junto a esto también se construirán tinajas gigantes para proteger a los tres árboles bicentenarios y preservar las raíces del que está más expuesto mejor.
Para la refacción, limpieza y relleno de la Cuesta del Gallinazo, comentó que ya solicitaron a la Unidad de Ordenamiento Territorial de Municipio que haga quitar la cerca que colocó el vecino infractor, aunque hasta el momento esto no se ha hecho efectivo.
Por último, respecto a la cruz, los problemas son mayores pues al tratarse de un terreno militar, el Municipio no puede trabajar allí, por las Fuerzas Armadas ya se están iniciando gestiones con el Ministerio de Gobierno para arreglar la situación, aunque se prevé que será un proceso largo. El objetivo es poner un pedestal y asegura que la Cruz no se derrumbe.

La falta investigación histórica
A pesar de ser Tablada Grande un sitio histórico de importancia capital para la ciudad y el departamento, muy pocos académicos han estudiado el lugar o publicado material al respecto, desaprovechando los conocimiento allí guardados. “A parte de don Miguel Molina que estuvo un tiempo por aquí investigando un poco, nadie ha prestado atención a lo que aquí hay”, comentó Guido Montaño.
En ese sentido, la autoridad comunal invitó a los investigadores a investigar los misterios del lugar, como quién yace bajo la centenaria cruz, o que tanto de cierto hay en las leyendas de los taco bayos.
“Y pedimos a las autoridades que por favor prestemos un poquito más de atención a esto que es la historia básica de nuestro pueblo, y que no dejemos que se pierda en el olvido”, concluyó Montaño.

A la espera del Decreto del Bicentenario

El próximo 9 de enero se tiene previsto que la Gobernación dicte el decreto del Bicentenario, un documento en el que se recogerán las principales acciones que desde los poderes públicos se abordarán para conmemorar los 200 años de la Batalla de La Tablada