En una nueva sesión, el día de ayer, los integrantes de la Brigada Parlamentaria de Oruro, realizaron un reconocimiento a las familias mineras que perdieron la vida en el luctuoso hecho histórico denominado como la "Masacre de San Juan", acontecido la madrugada del 24 de junio de 1967, mediante un documento resolutivo entregado a representantes de la Central Obrera Departamental (COD) de Oruro.
La resolución indica en su parte central, que se rinde un homenaje justo a todas las familias mineras de Bolivia, haciendo una mención especial a la férrea dirigente Domitila Chungara, ya que estos ofrendaron sus vidas en defensa de los interés del país; siendo esta una iniciativa del diputado Aniceto Choque.
"Agradecemos a la Brigada Parlamentaria y a todos quienes recuerdan y reconocen el sacrificio de quienes han dado su vida en la Masacre de San Juan, hecho suscitado hace 50 años atrás, donde el ejército tomo las armas, debido a un pedido justo del sector minero, creemos que es importante recordar a quienes han hecho prevalecer la identidad de los trabajadores, merecen estos justos homenajes, no solo de las instituciones, sino de todos los trabajadores activos del país" indicó el secretario de conflictos de la Central Obrera Departamental (COD), Ariel Gómez, quien recibió el reconocimiento a nombre de las familias mineras fallecidas en la fatídica noche.
Gómez, dijo que la vanguardia minera siempre ha sido protagonista de los hechos más relevantes del país, de las reivindicaciones laborales, de luchas sindicales y de algunos hechos nefastos en los cuales se vieron envueltos por su carácter revolucionario y de lucha, por lo cual destacó que tras varias décadas de la denominada Masacre de San Juan, aún las instituciones reconozcan a quienes defendieron con su sangre su ideología de lucha contra gobiernos opresores. "Este hecho histórico, cuyo legado por la lucha y emancipación de los pueblos es evidente, se han ofrendado muchas vidas de familias mineras, pero gracias a su legado, siempre reivindicamos esa lucha social para oponerse a todo proceso de dictadura, queremos que mediante la COD, se pueda hacer llegar este nuestro homenaje a la familia minera de Siglo XX y de todo el país" expresó el presidente de la Brigada Parlamentaria de Oruro. Rubén Gutiérrez Carrizo.
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martes, 27 de junio de 2017
Los colosos de Warisata
Era un 2 de Agosto de 1931, fecha que marca el inicio de una nueva etapa en la historia de la Educación boliviana. Allí en Warisata, se enfrentaron dos colosos; Avelino Siñani, el indio originario, y Elizardo Pérez el hombre rubio, en su primer encuentro, cruzaron sus miradas con cierta desconfianza del uno, pero los ojos claros de Elizardo, lograron doblegar la voluntad de Avelino, una extraña química había entre estos dos personajes, la unidad del campo y la ciudad, que luego de coincidir en planes, metas y propósitos se fundieron en un caluroso abrazo, sellando así una amistad que daría lugar a la fundación de la monumental obra; la Escuela Ayllu de Warisata, no sin antes sortear multitud de dificultades y mensajes de oposición, porque era el tiempo del auge del gamonalismo.
Intelectuales terratenientes pensaban que el indio es “ineducable” eran comparados con los asnos del campo. Aramayo, uno de los “barones del estaño”, decía que ellos eran dueños de los indios desde tiempos inmemoriales, atacando a la educación de los campesinos. Las tierras de entonces estaban en manos de los patrones, gamonales que sintiéndose dueños no solo de las “sayañas” usurpadas, sino también de la vida de los verdaderos propietarios. Don Julio Apa-za, un anciano comunario entrevistado relataba: “para el patrón sembrábamos papa y cosechábamos bajo la mirada vigilante del capataz, no había que dejar una sola papa en el surco, porque eso significaba recibir latigazos y si el látigo llegaba al rostro, la sangre corría a raudales sin recibir auxilio de nadie. Aun así había que llevar la carga en burros hasta la ca-
sa del patrón en la ciudad de La Paz, sin recibir un solo centavo de compensación”.
Fueron tiempos muy difíciles y no era como para levantar o edificar una escuela, no. Pero el reto era construir una escuela, pero en la mente de Elizardo no era la idea de una común y vulgar escuelita de campo, no. Consiguiendo de la Dirección del Instituto Americano los planos de construcción, empezó la titánica obra, inicialmente acompañado del albañil Velasco, haciendo adobes. Elizardo no escatimó esfuerzos en levantar la obra. Esperó la ayuda prometida y los campesinos no vinieron. Aun así, se inició la obra contando solo con dos picos, dos palas y dos carretillas, que llevó Elizardo de su casa. Paralelamente empezó a funcionar la escuela en la capilla ubicada al fondo de la montaña, y junto a ella una chujlla que servía de Dirección.
A los pocos días, se aproxima Avelino Siñani prometiéndole venir a colaborar en la obra. Dicho y hecho, al día siguiente a las cinco de la mañana se apareció Avelino y toda su familia para colaborar en la obra. No sin antes decirle que, cientos de ojos estaban mirando lo que hacía el hombre blanco, entendiendo que Elizardo no era un engañador sino un hombre de palabra y de hechos. Avelino Siñani, se encargó de visitar casa por casa, convocando para ayudar en la obra.
Poco a poco se fueron sumando a la tarea, cientos de indios se pusieron manos a la obra todos trabajando sin salario, con la única meta de tener una escuela.
Menciona la bibliografía que niños, jóvenes y ancianos, todos trabajaban unos cortando y cargando piedras, otros lavando arena y fabricando adobes. Entre ellos estaba el anciano Santiago Poma, quien, con sus ochenta años se esforzaba por cumplir su deber; Elizardo le dijo que no haga esfuerzo, porque estaba muy de edad a lo cual el anciano replicó; “Cierto tata, pero esta casa es para mis hijos y los hijos de mis hijos y aquí abrirán su espíritu” y siguió trabajando. Poma, cincuenta años atrás, se había atrevido a levantar una escuelita y las autoridades de Achacachi lo procesaron encarcelándolo durante tres años, ahora se hacía realidad su sueño añorado. No habría salido de la cárcel sino firmaba su “sayaña” para el fiscal.
Cabe destacar también la actuación del tata Mariano Ramos, que desde los primeros días de la construcción no cesó en prestar su ayuda desinteresada.
En el libro de Elizardo Pérez; “Warisata la escuela ayllu, justamente a pedido de los mismos, se mencionan los nombres de valerosos indios que lucharon en contracorriente por su liberación, pensando en que la escuela y la cultura les daría la libertad. Estos hombres que aun están en el anonimato, sintieron el dolor en el cuerpo por la dura tarea de construir, sintieron el sol abrasador y el frío que congela y que cala hasta los huesos, soportaron los fuertes vendavales del altiplano, pero no se oyó un solo quejido. Pero fue mucho más el dolor en el alma por las injusticias, por el abuso y maltrato del propio ser humano y por el no me importismo de las propias autoridades de educación. De la lista de cuatrocientos setenta y ocho comunarios, constructores de la Escuela Ayllu, culmina con el maestro Rufino Sosa de quien ya nos referiremos de este “Titán del trabajo”, en otro artículo.
Intelectuales terratenientes pensaban que el indio es “ineducable” eran comparados con los asnos del campo. Aramayo, uno de los “barones del estaño”, decía que ellos eran dueños de los indios desde tiempos inmemoriales, atacando a la educación de los campesinos. Las tierras de entonces estaban en manos de los patrones, gamonales que sintiéndose dueños no solo de las “sayañas” usurpadas, sino también de la vida de los verdaderos propietarios. Don Julio Apa-za, un anciano comunario entrevistado relataba: “para el patrón sembrábamos papa y cosechábamos bajo la mirada vigilante del capataz, no había que dejar una sola papa en el surco, porque eso significaba recibir latigazos y si el látigo llegaba al rostro, la sangre corría a raudales sin recibir auxilio de nadie. Aun así había que llevar la carga en burros hasta la ca-
sa del patrón en la ciudad de La Paz, sin recibir un solo centavo de compensación”.
Fueron tiempos muy difíciles y no era como para levantar o edificar una escuela, no. Pero el reto era construir una escuela, pero en la mente de Elizardo no era la idea de una común y vulgar escuelita de campo, no. Consiguiendo de la Dirección del Instituto Americano los planos de construcción, empezó la titánica obra, inicialmente acompañado del albañil Velasco, haciendo adobes. Elizardo no escatimó esfuerzos en levantar la obra. Esperó la ayuda prometida y los campesinos no vinieron. Aun así, se inició la obra contando solo con dos picos, dos palas y dos carretillas, que llevó Elizardo de su casa. Paralelamente empezó a funcionar la escuela en la capilla ubicada al fondo de la montaña, y junto a ella una chujlla que servía de Dirección.
A los pocos días, se aproxima Avelino Siñani prometiéndole venir a colaborar en la obra. Dicho y hecho, al día siguiente a las cinco de la mañana se apareció Avelino y toda su familia para colaborar en la obra. No sin antes decirle que, cientos de ojos estaban mirando lo que hacía el hombre blanco, entendiendo que Elizardo no era un engañador sino un hombre de palabra y de hechos. Avelino Siñani, se encargó de visitar casa por casa, convocando para ayudar en la obra.
Poco a poco se fueron sumando a la tarea, cientos de indios se pusieron manos a la obra todos trabajando sin salario, con la única meta de tener una escuela.
Menciona la bibliografía que niños, jóvenes y ancianos, todos trabajaban unos cortando y cargando piedras, otros lavando arena y fabricando adobes. Entre ellos estaba el anciano Santiago Poma, quien, con sus ochenta años se esforzaba por cumplir su deber; Elizardo le dijo que no haga esfuerzo, porque estaba muy de edad a lo cual el anciano replicó; “Cierto tata, pero esta casa es para mis hijos y los hijos de mis hijos y aquí abrirán su espíritu” y siguió trabajando. Poma, cincuenta años atrás, se había atrevido a levantar una escuelita y las autoridades de Achacachi lo procesaron encarcelándolo durante tres años, ahora se hacía realidad su sueño añorado. No habría salido de la cárcel sino firmaba su “sayaña” para el fiscal.
Cabe destacar también la actuación del tata Mariano Ramos, que desde los primeros días de la construcción no cesó en prestar su ayuda desinteresada.
En el libro de Elizardo Pérez; “Warisata la escuela ayllu, justamente a pedido de los mismos, se mencionan los nombres de valerosos indios que lucharon en contracorriente por su liberación, pensando en que la escuela y la cultura les daría la libertad. Estos hombres que aun están en el anonimato, sintieron el dolor en el cuerpo por la dura tarea de construir, sintieron el sol abrasador y el frío que congela y que cala hasta los huesos, soportaron los fuertes vendavales del altiplano, pero no se oyó un solo quejido. Pero fue mucho más el dolor en el alma por las injusticias, por el abuso y maltrato del propio ser humano y por el no me importismo de las propias autoridades de educación. De la lista de cuatrocientos setenta y ocho comunarios, constructores de la Escuela Ayllu, culmina con el maestro Rufino Sosa de quien ya nos referiremos de este “Titán del trabajo”, en otro artículo.
jueves, 22 de junio de 2017
Los aparecidos de la carretera al Chaco
Como abriéndose espacio entre los cerros un pequeño camión Nissan Atlas recorre la ruta al Chaco, lo conduce Jaime Campos de 45 años, a su lado está su esposa Carmen Jiménez con su nena de seis meses.
En la carrocería van sus otros dos niños mirando las estrellas, echados sobre una frazada.
De rato en rato, los niños ríen, cantan o gritan, pero llegada las once de la noche comienzan a tener miedo y golpean la cabina, pidiendo a sus padres detener el vehículo. Carmen baja afanada, los calma y pide a su esposo estacionar para dormir un poco antes de retomar el viaje, pues partieron muy entrada la noche y sienten que deben descansar.
Para esto cubren la carrocería con una carpa y tapan a sus hijos con una frazada. En la cabina permanecen los dos esposos con la bebé, ya que es muy pequeña y puede darle “un mal aire” como dicen ellos.
Carmen cuenta que hay muchas historias tenebrosas sobre la carretera al Chaco, dice que una vez estacionaron sin darse cuenta en una especie de cementerio. Pero llegada la una de la madrugada sintieron el trote de varios caballos y el llanto desesperado de su hija. De inmediato despertaron, calmaron a la bebé pero se movieron del lugar.
“Desde ese día mi hija no podía dormir, así que tuve que llevarla donde el curandero Felix, quien me dijo que las almas que aún no abandonaban el cementerio querían llevarse a mi bebé. Así que él me la curó y recién pudo estar tranquila”, cuenta, sin embargo, agrega que esa no fue la única vez que una historia similar le sucedió a su familia.
Jaime, su esposo, dice que una vez viajando solo en su camión a las dos de la madrugada vio oro tirado en la carretera. Pensó en bajarse para alzarlo pero se desanimó. “Recordé que mi abuelo en una ocasión viajando a Potosí vio algo similar en el camino y me dijo que si me sucedía no baje del vehículo, pues me alertó que se trata del diablo”, cuenta.
Jaime viaja de Tarija al Gran Chaco por más de 20 años como distribuidor de algunas marcas de vino. En muchas ocasiones le ha tocado viajar solo, otras con su esposa, sus hijos o algún ayudante.
Pero en otro testimonio, Antonio Figueroa tiene 17 años, recuerda que una vez viajando en una camioneta Toyota con su padre Fabián Figueroa estacionaron para dormir a un costado del camino. Su padre como estaba muy cansado recostó su cabeza en sus faldas y a él le tocó permanecer sentado. Pues la camioneta no era de doble cabina.
Así fue testigo de la noche y de lo que sucede en ella. Cuenta que eran las doce y sintió que les tiraban una pequeñas piedritas a las ventanas. De quince minutos sintió hablar y de pronto gritos lejanos. “Aguanté apenas hasta las tres de la madrugada y con todo el miedo desperté a mi padre y le rogué que continuáramos el viaje”, dice.
Y así lo hicieron. En el trayecto su padre le comentó que eso era normal en los viajes que se realizan por la ruta al Chaco y le recomendó no tener miedo. Sobre todo porque no faltaría la vez que le toque ver a algún aparecido.
La leyenda de la aparecida
La carretera al Chaco es una vía muy importante en el país. Conecta la ciudad de Tarija con Entre Ríos, Caraparí, Villa Montes y Yacuiba, es muy conocida por la gran cantidad de accidentes que suceden en ella.
Años antes se podía contar al menos uno diario, algunos demasiado fuertes con consecuencias mortales; sin embargo, varios choferes identifican como la causa de estos accidentes a una mujer que se aparece misteriosamente con su vehículo en medio del camino, distrayendo a los conductores.
Dicen que cuando éstos intentan esquivarla sufren fatales percances y otros tantos aseguran haberla atropellado. “Es verdad lo que dicen varios compañeros, porque una noche me vine sólo desde Entre Ríos a Tarija y en un lugar donde siempre decían que se veía a una mujer, pude verla también. Es como si ella haría parar los autos para que le ayuden con el suyo; sin embargo, es una ilusión creo yo, porque se la logra ver con un auto arruinado en medio de la nada”, cuenta Carlos, un conductor que transita esa ruta desde el año 1980.
De acuerdo al relato que ya se ha convertido en una leyenda. Cuentan que en esa zona una mujer bajó junto a su familia a revisar su vehículo. Ella quería pedir auxilio y vino un chofer borracho y “se la llevó por delante”.
Según cuentan ella nunca se enteró que falleció. “Incluso hay una cruz en ese lugar por lo que los que conocemos la historia de la mujer nos persignamos”, dice Carlos.
Según declaraciones de algunos choferes, que se accidentaron en la ruta, sienten que la atropellan, incluso que la despedazan con sus autos, pero cuando los servicios de emergencia buscan a la persona herida, no pueden siquiera encontrar rastros de que alguien haya sido lastimado en el exterior del vehículo, extienden su búsqueda hasta los arboles cercanos también sin resultados.
“En la tranca de Palos Blancos cuando venía a Tarija en uno de mis primeros viajes, los policías me contaron esa historia, pero no hice caso, pensé que era algo con lo que bromeaban ellos; sin embargo, cuando venía concentrado en el camino junto a dos compañeros de repente vimos a esa mujer. Pero esta vez estaba al medio de la carretera y lo que hice fue esquivar y me fui a un precipicio”, relata Juan Carlos Silva. Indicó que “gracias a Dios” todos sobrevivieron al vuelco.
Sobre el hecho, los efectivos policiales de la tranca hacia el Chaco, los más antiguos, dijeron que conocen la historia de la mujer con su vehículo; pero creen que sólo es un cuento, porque aparece a algunas personas y no a todas, “lo raro es que sólo les apareció a todas las personas que se accidentaron porque preguntamos a los que pasan por aquí y nunca vieron nada irregular”, añadió un policía.
Los innumerables accidentes
Aunque la unidad de Tránsito no cuenta con estadísticas de las muertes que se han suscitado, producto de accidentes en la ruta al Chaco, las cruces que se encuentran a lo largo del tramo son muchas. Algunas de ellas datan de otra década.
De acuerdo a un recorrido que realizó El País eN se contabilizan unas cien cruces a lo largo del camino, la mayor parte de éstas se encuentran en la zona de las antenas.
“He perdido a muchos amigos en este camino. Murieron a causa de haberse caído al precipicio por una mala maniobra o por falta de visibilidad. A veces también se duermen por el cansancio y la oscuridad”, relata Juan Carlos Guerrero, quien es chofer de un vehículo de servicio interprovincial.
Obra retrasada
La carretera que une a la ciudad de Tarija con las regiones productoras de hidrocarburos en Bolivia dentro la provincia Gran Chaco, continúa siendo un dolor de cabeza para los transportistas y pasajeros. Pues es una obra pendiente desde hace décadas.
En lluvias
En época de lluvias los derrumbes, la caída de plataformas y los cortes de las vías, por las crecidas en las quebradas, no permiten una circulación normal del tráfico vehicular.
Cruces
Las cruces por las muertes registradas en la carretera continúan sumando. Años antes se registraba un accidente por mes
miércoles, 21 de junio de 2017
Historia de la Guerra del Chaco en fotografías
El Museo de la Casa de la Libertad exhibe su colección de fotografías y objetos de la Guerra del Chaco que describen todo el proceso bélico, desde su inicio hasta el momento del acuerdo de paz.
La muestra “Historia Fotográfica de la Guerra del Chaco” relata cronológicamente la guerra desde la toma del fortín Chuquisaca o Pitiantuta, para los paraguayos, hasta el momento de la negociación de paz en Argentina, el 14 de junio de 1935. Es una colección propia de fotos y objetos del Museo de la Casa de la Libertad, y donaciones de ex combatientes, apuntó el jefe de Museo, Roberto Salinas.
“Lo que tratamos de hacer nosotros, en homenaje a nuestros ex combatientes, es mostrar a través de fotografías, de mapas, documentos, objetos, lo que fue el desarrollo de esta contienda bélica”, acotó.
La exposición de ingreso gratuito culminará el 30 de junio.
martes, 20 de junio de 2017
La Paz: Iglesia de Loreto
La Paz fue fundada en 1548. Los jesuitas llegaron a La Paz el 6 de mayo de 1582 y empezaron a diseñar y construir la Iglesia de Loreto en La Plaza Mayor (después Plaza de Armas y hoy Plaza Murillo), entre 1608 a 1615, bajo la advocación de la Virgen de Loreto. Al parecer esta casona se reedificó en 1710, ampliándola a tres naves y tres claustros. Así se tuvo La Iglesia o Capilla de Loreto perteneciente a un Colegio de La Compañía de Jesús.
La Plaza Murillo tiene diez mil metros cuadrados, fue diseñada por el alarife Paniagua en 1558 y trata de tener una dirección norte-sur.
Posteriormente a la salida de los jesuitas, el templo fue ocupado por el Seminario Carolino, el cual tenía una bella portada barroca de piedra la cual actualmente se encuentra en el Montículo de Sopocachi.
En 1843 la Iglesia o Capilla se convirtió en el Salón de la Universidad Mayor de San Andrés (la UMSA fue fundada en 1830), nombre con el que se le conoció hasta su demolición en 1900.
En el siglo XIX, cuando el Congreso sesionó en La Paz, lo hizo en este Salón, que tenía adjunto una cárcel pública, denominada El Loreto, donde el 23 de octubre de 1861 se cometió el famoso crimen conocido como las “Matanzas de Yáñez”.
En este Salón, se realizaron la mayor parte de las asambleas parlamentarias que se celebraron en La Paz hasta 1893.
Tras la Guerra Federal entre La Paz y Chuquisaca, el Gobierno de José Manuel Pando, ordenó la construcción del nuevo Palacio Legislativo que fue inaugurado en La Paz en 1905. La obra fue diseñada por el Arquitecto Antonio Camponovo.
En el siglo XIX el Poder Legislativo, si-guiendo al ejecutivo, también fue itinerante. De 62 Congresos reunidos entre 1825 y 1900, 31 se celebraron en Chuquisaca, 20 en La Paz, 2 en Cochabamba, 1 en Tapacarí y 8 en Oruro.
Las reuniones legislativas funcionaron con diferentes nominaciones: Congreso Ordinario, Extraordinario, Asamblea General, Congreso General Constituyente, Asamblea Nacional y Congreso Constitucional.
CASA DE LA LIBERTAD: El lugar que to-dos conocemos como la Casa de la Libertad en la ciudad de Sucre, fue el primer recinto donde funcionó el Poder Legislativo, en ese local se inició la vida republicana parlamentaria y fue el espacio más importante hasta fines del siglo XIX (1889).
Como consecuencia de la importancia eco-nómica de La Paz en el siglo XIX, muchos gobiernos administraron el país desde esta ciudad, una muestra de este hecho, es la in-vestidura como Presidentes Constitucionales de Manuel Isidoro Belzu (1851), José María Achá (1861), Agustín Morales (1872), Tomás Frías (1872), Adolfo Ballivián (1873), Hilarión Daza (1876), Narciso Campero (1880) y Aniceto Arce (1884), en el Congreso de La Paz.
En 1890, durante la presidencia de José Manuel Pando se dispuso la construcción de un Palacio Legislativo, como sede definitiva del Parlamento Nacional. Este edificio fue inaugurado en 1905, con estilo neoclásico, respondiendo a los cánones arquitectónicos de la época.
El Palacio Legislativo que se halla en la Plaza Murillo de la ciudad de La Paz-Bolivia, comenzó a construirse el año 1900 y fue inaugurado aproximadamente en 1905, con una torre cuadrangular, la cual fue derribada en 1925 construyéndose en su lugar la bóveda actual.
MATANZAS DEL LORETO: La prensa boliviana de la época llamó “Matanzas del Loreto” a las ejecuciones que por orden de Plácido Yáñez, Comandante General de La Paz, se realizaron en esta ciudad la noche del 23 de octubre de 1861.
Las víctimas fueron cincuenta y cinco prisioneros políticos seguidores del partido belcista liderado por los ex presidentes Manuel Isidoro Belzu (1848-55) y Jorge Córdova (1856-58). Los 55 prisioneros fueron encarcelados en el Templo del Loreto, en los cuarteles Segundo de Policía y la cárcel entre los días 29 de septiembre y 23 de octubre de 1861 bajo la acusación de preparar una revolución contra la presidencia provisoria del General José María de Achá. Posteriormente los 55 fueron ejecutados.
Un mes más tarde, en medio de un enfrentamiento militar entre los simpatizantes del gobierno y las fuerzas rebeldes del coronel Narciso Balza, Yáñez fue buscado y asediado por una masa popular para ajusticiarlo por los crímenes cometidos.
La Plaza Murillo tiene diez mil metros cuadrados, fue diseñada por el alarife Paniagua en 1558 y trata de tener una dirección norte-sur.
Posteriormente a la salida de los jesuitas, el templo fue ocupado por el Seminario Carolino, el cual tenía una bella portada barroca de piedra la cual actualmente se encuentra en el Montículo de Sopocachi.
En 1843 la Iglesia o Capilla se convirtió en el Salón de la Universidad Mayor de San Andrés (la UMSA fue fundada en 1830), nombre con el que se le conoció hasta su demolición en 1900.
En el siglo XIX, cuando el Congreso sesionó en La Paz, lo hizo en este Salón, que tenía adjunto una cárcel pública, denominada El Loreto, donde el 23 de octubre de 1861 se cometió el famoso crimen conocido como las “Matanzas de Yáñez”.
En este Salón, se realizaron la mayor parte de las asambleas parlamentarias que se celebraron en La Paz hasta 1893.
Tras la Guerra Federal entre La Paz y Chuquisaca, el Gobierno de José Manuel Pando, ordenó la construcción del nuevo Palacio Legislativo que fue inaugurado en La Paz en 1905. La obra fue diseñada por el Arquitecto Antonio Camponovo.
En el siglo XIX el Poder Legislativo, si-guiendo al ejecutivo, también fue itinerante. De 62 Congresos reunidos entre 1825 y 1900, 31 se celebraron en Chuquisaca, 20 en La Paz, 2 en Cochabamba, 1 en Tapacarí y 8 en Oruro.
Las reuniones legislativas funcionaron con diferentes nominaciones: Congreso Ordinario, Extraordinario, Asamblea General, Congreso General Constituyente, Asamblea Nacional y Congreso Constitucional.
CASA DE LA LIBERTAD: El lugar que to-dos conocemos como la Casa de la Libertad en la ciudad de Sucre, fue el primer recinto donde funcionó el Poder Legislativo, en ese local se inició la vida republicana parlamentaria y fue el espacio más importante hasta fines del siglo XIX (1889).
Como consecuencia de la importancia eco-nómica de La Paz en el siglo XIX, muchos gobiernos administraron el país desde esta ciudad, una muestra de este hecho, es la in-vestidura como Presidentes Constitucionales de Manuel Isidoro Belzu (1851), José María Achá (1861), Agustín Morales (1872), Tomás Frías (1872), Adolfo Ballivián (1873), Hilarión Daza (1876), Narciso Campero (1880) y Aniceto Arce (1884), en el Congreso de La Paz.
En 1890, durante la presidencia de José Manuel Pando se dispuso la construcción de un Palacio Legislativo, como sede definitiva del Parlamento Nacional. Este edificio fue inaugurado en 1905, con estilo neoclásico, respondiendo a los cánones arquitectónicos de la época.
El Palacio Legislativo que se halla en la Plaza Murillo de la ciudad de La Paz-Bolivia, comenzó a construirse el año 1900 y fue inaugurado aproximadamente en 1905, con una torre cuadrangular, la cual fue derribada en 1925 construyéndose en su lugar la bóveda actual.
MATANZAS DEL LORETO: La prensa boliviana de la época llamó “Matanzas del Loreto” a las ejecuciones que por orden de Plácido Yáñez, Comandante General de La Paz, se realizaron en esta ciudad la noche del 23 de octubre de 1861.
Las víctimas fueron cincuenta y cinco prisioneros políticos seguidores del partido belcista liderado por los ex presidentes Manuel Isidoro Belzu (1848-55) y Jorge Córdova (1856-58). Los 55 prisioneros fueron encarcelados en el Templo del Loreto, en los cuarteles Segundo de Policía y la cárcel entre los días 29 de septiembre y 23 de octubre de 1861 bajo la acusación de preparar una revolución contra la presidencia provisoria del General José María de Achá. Posteriormente los 55 fueron ejecutados.
Un mes más tarde, en medio de un enfrentamiento militar entre los simpatizantes del gobierno y las fuerzas rebeldes del coronel Narciso Balza, Yáñez fue buscado y asediado por una masa popular para ajusticiarlo por los crímenes cometidos.
lunes, 19 de junio de 2017
Oruro en la Guerra del Chaco
Pinto brevemente la ciudad de Oruro fundada por Manuel Ascencio y Padilla el 1º de Noviembre de 1606, como Real Villa de San Felipe de Austria, resultado de su grandiosa riqueza industrial minera, convirtiéndose en centro minero. El 5 de septiembre de 1826 se creó el departamento de Oruro, a donde llegaban gentes de todos los países del mundo, criollos e indígenas que se entremezclaban en afán de trabajo, convirtiéndose en un centro cosmopolita. La ciudad fue extendiéndose hacia "Papel Pampa", contando con una población de 72.000 habitantes, más que la capital francesa.
Llevan en la sangre el deseo de Libertad, luego del movimiento subversivo de 1739 protagonizada por Vélez de Córdoba, que no tuvo éxito, el 10 de febrero de 1781, estalla el primer grito libertario de América, en la Villa de San Felipe de Austria; encabezado por los hermanos Rodríguez y Sebastián Pagador.
Estos valientes líderes fueron hechos prisioneros por los españoles, trasladados en penoso viaje hasta Buenos Aires, a las llamadas "Cárceles de Oruro", los condenados murieron sin juicio previo. Sus casas fueron quemadas y echadas con sal -para que no vuelvan a pararse- sin embargo, los orureños se levantaron de sus cenizas, una y otra vez, como el ave Fénix.
Por sus hechos históricos, Oruro inspiró al poeta Luís Mendizábal Santa Cruz, cuyo poema épico fragmentado dice:
El Licenciado Castro y Padilla, con la cruz en la diestra y señalando la horca para colgar herejes y desleales, hizo la fundación de la Real Villa de San Felipe de Austria de Oruro.
El coloniaje heroico, que transcurrió entre un canto de martillos sobre el pétreo regazo de las rocas, culminó en leyendas.
El gran sapo diabólico, los millares de hormigas y la monumental serpiente que iban a exterminar la ilustre Villa de San Felipe de Austria.
Fueron en piedra convertidos, sapo y serpiente monstruos y aún quedan las hormigas durmiendo el blanco sueño de la nada en los extensos arenales que dora el sol pampero, y todo por la gracia de un milagro que tuvo a bien hacer la dulce Virgen del Socavón.
Aquí, las gentes no preguntan de dónde viene el hombre cuando trae en sus manos la crispación dichosa del trabajo, bendita tierra de Oruro, eres la enamorada del gringo y del gitano.
Ciudad cosmopolita, crisol donde se funden todas las razas, es cimiente de renovación. Su potencialidad económica prodigiosa, encierra en sus montañas oro, estaño y otros minerales. Sede minera, su población apta para el trabajo creador de productos y venta de mercaderías cobra mayor relieve en pos de un mejor futuro para la Patria.
Durante la presidencia de Aniceto Arce, Oruro saborea los beneficios que reporta una locomotora. El ferrocarril penetra en la ciudad y el pueblo compuesto por ciudadanos de diversa nacionalidad, festeja la llegada del monstruo mecánico con bulliciosa algazara y entona el himno al trabajo y a la paz.
De esta forma se convierte en el centro vial del país, donde convergen todas las vías camineras, con sus avenidas asfaltadas, dotado del principal elemento: el agua más dulce y saludable; la primera ciudad con servicio de Teléfonos Automáticos que le sirvió para comunicarse con el interior y exterior del país.
Es la primera ciudad deportiva que cuenta con el "Oruro Royal", fundado el 26 de mayo de 1896. Fue semillero de deportistas, contaba con fútbol, atletismo, golf, tenis, box, ciclismo, motociclismo, pelota al canasto o básquetbol y pelota de mano o k´ajcha. Estas disciplinas se practicaban en canchas de la zona norte.
Oruro durante los años que duró la Guerra del Chaco, pese al horror de la misma, enfrentó una misión revolucionaria y digna, para no quedar estancado en el presente. La naturaleza es pródiga con Oruro, la riqueza minera no se agota. Por el intenso trabajo que practican se la nombra Capital Industrial de Bolivia.
Por sus tradiciones y leyendas es "Capital Folklórica de Bolivia ". Actualmente muestra al mundo su flamante título que le otorgó la Unesco, con la Declaratoria a su Carnaval como Obra Maestra de Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.
RECLUTAMIENTO
Mensaje de Arturo Borda, a los muchachos que partían hacia el frente:
"¡Arriba corazones! Para no desmayar en el deber y la obligación conciencial de avanzar hacia la reintegración de nuestros territorios usurpados; y no precisamente por su significado presente, sino que por su importancia en lo porvenir.
Haced por comprenderme, compatriotas; os ruego; poned toda vuestra atención, porque no en vano se está inmolando por la patria, nuestra juventud llena de energía de ideal y pasión, que en la hora trágica es lira de sangre, canto de muerte, el resurgir de raza en el Chaco Boreal.
De manera que es urgente alzar y levantar la conciencia del pueblo, de la nación, del Estado, de la Patria y de la raza: alzar la conciencia de la victoria y el triunfo individual y colectivo, en la defensa de la tierra madre, defensa intelectual, material y moral, con todas las facultades de la vida, porque estamos hartos ya de pérdidas territoriales, por muy gloriosas que hayan sido en el heroísmo inútil; ya que fatalmente enseguida de cada pérdida territorial llegan otras muchas, hasta forjar la impotencia y la incapacidad de los pueblos. Por eso es necesario troquelar en nosotros la idea, el ansia, la fe y la conciencia de nuestra potencia, y porque es ya una honda fe y la conciencia nacional de que tendremos pese a todo y todos, ¡comunicación libre y directa con el mundo!"
Partieron al frente junto con muchos otros ciudadanos orureños, Juan A. Camargo en el Regimiento Camacho, Humberto Gómez Alcocer estudiante de la Facultad de Ciencias Económicas, Luis Edmundo Aróstegui, Jorge Ampuero Ramallo, Manuel Sánchez Arteaga, Luis Cueto, Desiderio Gómez García, Agustín Ramos, José Ramos Zeballos (hijo), Mario Ramos Zeballos, Alfredo Zeballos Leman (auxiliar de medicina) y estudiantes orureños. Diciembre de 1932.
Aviso: Comandancia de la Primera División: Convocatoria a Clases Voluntarios
Se convoca a todos los clases que voluntariamente quieran enrolarse en las filas del ejército, bajo las siguientes condiciones:
1. Los cabos y sargentos egresados de las filas del Ejército que hayan tenido buena conducta y capacidad de comando serán aceptados como instructores en las reservas que se organizan. La capacidad de los inscritos, deberá ser comprobada con la Libreta de Servicio Militar u otro documento.
2. Los sargentos y cabos aceptados, percibirán el siguiente haber mensual:
SARGENTOS: Bs. 60, con opción a la ropa interior y el uniforme.
CABOS: Bs. 40, con opción a la ropa interior y el uniforme.
Las inscripciones se encuentran abiertas en la Secretaría de la Comandancia de la Primera División. Oruro.
Comandancia de la Primera División. Aviso Militar
Por disposición del Estado Mayor General, los conscriptos del año 1933 no se presentarán de inmediato. Oportunamente se hará la convocatoria respectiva; mientras tanto todos los inscriptos del indicado año permanecerán en sus hogares.
Oruro 3 de enero de 1933.- Teniente Coronel Murguía, Comandante .Accidental de la Primera Compañía. Don José Enrique Peña se ha enrolado. Tenemos conocimiento de que ha sido destinado dentro de los servicios Auxiliares, al Hospital Militar número 15 donde prestará importantes servicios.
Don Rafael Ulises Peláez, autor de "Ronquera del Viento´´, mañana parte al tiente incorporado en la "Batería López", alto valor intelectual de Oruro, enviará sus impresiones desde el frente. Por otra parte, nada justo sería que sigan ocupando cargos públicos algunas personas que hasta la fecha han venido rehuyendo su presentación en los cuarteles; mientras que precisamente se cometan injusticias y desventajas a las familas de aquellos jóvenes que acuden al primer llamado de la patria Se espera que con estas consideraciones el problema de la familia Capriles sea solucionado por las autoridades.
Los muchachos del periódico "LA PATRIA", en el Ejército Nacional
"Ya en muchas ocasiones, con motivo de que uno a uno se nos han ido a la campaña, hemos tenido que referirnos a los muchachos que desde la redacción de este diario, haciendo labor de sacrificio y hasta de privaciones, todos los días se dedicaron a difundir valientemente sus ideas. Muchas veces tuvieron que ponerse frente a un público incomprensivo y hostil, pero siempre todos ellos lograron imponerse por su labor altiva y honorable".
"Recordamos con cariño a todos ellos, cuyos nombres suenan aún en nuestros oídos. Los recordamos con más cariño a todos ellos que fueron buenos camaradas en la labor de todos los días por lo mismo que ahora están ausentes del hogar común".
Ahora son otros muchachos más que se van, Eduardo Ocampo Moscoso con cuyas inquietudes nos habituamos tanto, y cuya vigorosa labor amerita toda ponderación, viaja hoy al sudeste como antes su puesto del deber estaba en la redacción, hoy, lo sabe él que su puesto está en el Chaco. Y va alegre y comprensivo siempre, a cumplir su deber allí también´. Ernesto Vaca Guzmán, el buen "fiero", que se ha destacado con nitidez en todas las lides del pensamiento, también se va. Lleva a la guerra su espíritu inmenso y la realidad de su humorismo y su alegría. Como entre sus compañeros de universidad y sus amigos, Ernesto Vaca Guzmán, quizá el más sacrificado de los periodistas y de los escritores jóvenes, en el cuartel, se ha hecho de buenos compañeros y admiradores por su inquietud y su temperamento juguetón. Sabe él que a la guerra también hay que "arrancarle sonrisas". Rafael Ulises Peláez, el cronista dilecto, es otro de los muchachos que viaja hoy. Remberto Capriles Rico, que aunque permaneció en este último tiempo alejado de la redacción, siempre es considerado como un miembro más de esta casa. Unido a los tres nombrados hace un grupo selecto. A todos ellos, en el momento emocionado de la despedida, les abrazamos, sintiendo la inquietud del alejamiento, ya que son miembros de una sola familia, la cual queda seccionada por el momento hasta que los que se han ido regresen con la victoria.
Incorporados
Fueron incorporados al Ejército por Orden del Estado Mayor General los siguientes reservistas de servicio auxiliar: Dr. Benigno Guzmán Bozo, Dr. H. Prado Barrientos, José E. Peña, quienes serán distribuidos en distintas reparticiones militares, asimismo serán incorporados los señores Hernán Cortez B, Luis Rodolfo Viscarra Urquidi, Enrique Cárdenas Condarco y José Gonzáles.
Marcharon también los ciudadanos que desempeñaban labores administrativas dentro de la sociedad orureña como don señor Luis Humberto Beltrán, especializado en el manejo de mortero, arma de artillería utilizada por el Regimiento Camacho Jefe de la Policía de Seguridad de Oruro, que durante la contienda fue herido en la parte dorsal que le imposibilitó caminar, Lucas Solo, su estafeta, que lo acompañó y cuidó de él hasta su muerte, con la ayuda de otro soldado construyó un ataúd y Io enterró con modestas pero emocionadas honras fúnebres en el cementerio del Fortín. Soto Villca, fue Guardia de la Intendencia Municipal de Oruro.
Arsenio Pinza Polar redactor del Diario de La Mañana.
Luis Mendizábal Santa Cruz, periodista, poeta y escritor. Retornó herido de bala, en la estación Central fue recibido por una multitud de paisanos que le rindieron un homenaje.
Gilberto Rojas, el mayor compositor musical de la historia de nuestro país participó en la contienda habiéndose destacado en la Guerra del Chaco fue ascendido al grado de Cabo.
Luis Llosa Beckrich, se dedicó con denuedo a defender el territorio de nuestra patria y obtuvo el rango de Cabo.
Capltán Arturo Vallle Peralta, quien cayó con su avión en el Fortín Toledo durante un bombardeo.
Aviador Rafael Pabón con su copiloto, el Subteniente Mario C., después de derribar a varios aviones paraguayos, cayeron en el sector de la Florida.
Capitán Alfredo Pacore Moscoso, que fue derribado durante la contienda.
Aviador Emilio Beltrán López, quien sobrevivió a la contienda.
Padres Franciscanos
Los religiosos de esta orden también fueron a la guerra, como Capellanes de guerra, en el campo de batalla fueron muy útiles curando a los heridos, y a los enfermos, nunca como en ese momento para demostrar su amor al prójimo.
Morenada Cocanis
Los miembros de este conjunto folklórico, se enrolaron para marchar al frente, dejando a Oruro sin su Carnaval durante el tiempo que duró la contienda.
Viajeros
Con dirección al frente de operaciones, hoy se ausenta el Mayor N. López, el Dr. Francisco Cortéz, y los señores Emilio Linarez y Antonio Ribera.
Enrolados profesores de Secundaria
Maestros de establecimientos fiscales de instrucción secundaria se enrolaron en el Ejército Nacional, ellos son del Colegio Bolívar: Ulises Peláez, profesor de inglés y Hugo Dávila, profesor de Aritmética. Del Liceo de señoritas Pantaleón Dalence, Rodolfo Irahola, profesor de Química.
Emboscados
El pueblo insiste en que las autoridades militares deben hacer respetar las leyes, intensificando la campaña para que a los cobardes se los envié a la línea de fuego, porque se pasean con impavidez en nuestras ciudades y en los pueblos de provincias y otros lugares. Se impone un castigo ejemplar para esos malos ciudadanos que pegados a sus empleos, otros ocultos en sus casas, y/o porque se han hecho declarar inhábiles y algunos, socapados por sus propios padres, rehuyen sus deberes patrióticos como ciudadanos bolivianos.
Diputado solicita su incorporación al Ejército Nacional
El Diputado Roberto Gómez, representante de la Provincia Poopó de Oruro, dirigió un oficio al Ministro de Guerra, pidiendo su incorporación en el Ejército Nacional y partir de inmediato al Chaco.
A 50 años "La Masacre de San Juan" será recordada con una semana de actividades conmemorativas
Con la finalidad de recordar los 50 años de la infausta matanza de trabajadores mineros conocida como "La Masacre de San Juan", diferentes instituciones y organizaciones sociales formaron un comité organizador para concretar una semana de actividades conmemorativas a este hecho histórico, la actividad central se efectuará el 24 de junio con una marcha popular en la localidad de Llallagua.
La responsable del Archivo Regional Catavi, de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), Lourdes Peñaranda, dijo a LA PATRIA que la madrugada fatídica del 24 de junio de 1967, en los centros mineros de Siglo XX y Catavi, varios mineros, amas de casa y niños fueron arremetidos por la metralla militar del gobierno golpista del general Rene Barrientos Ortuño, que fue luego conocida como la Masacre de San Juan.
Indicó que según los datos históricos, en esa fecha alrededor de las 5:00 horas de la mañana, el ejército Ranger de Challapata, al mando de un capitán de apellido Plaza, junto a efectivos de la Policía Boliviana, llegaron a los campamentos de Catavi y Siglo XX.
Por órdenes superiores de Barrientos, los militares arremetieron contra los trabajadores mineros quienes esa jornada tenían en agenda realizar un ampliado donde se tomarían decisiones fundamentales para el país, como al aporte voluntario de una mita para los dirigentes y la intención de engrosar las filas de la guerrilla que estaba comandada por Ernesto Guevara de la Serna, más conocido como el "Che Guevara", en la balacera también fallecieron varios niños y amas de casa.
Peñaranda indicó que para conmemorar los 50 años de este hecho de sangre, se formó un comité organizador con las instituciones más representativas del municipio de Llallagua y Siglo XX, además del archivo histórico de Comibol, para realizar una serie de actividades que revaloricen este pasaje de la historia boliviana y del movimiento obrero.
Dijo que la semana conmemorativa se inició el fin de semana, donde se recogieron testimonios de algunos que sufrieron en carne propia lo ocurrido en esa fecha, para entregarlas al Ministerio de Comunicación y se pueda efectuar algún documental al respecto.
Para esta semana se prevé iniciar con una serie de charlas, audiciones radiales, proyección de películas y documentales a través de los medios locales que trabajan en Llallagua. La Universidad Nacional de Siglo XX, cumplirá con diversas conferencias para hablar sobre este tema.
"Las actividades centrales están previstas para el 23 de junio en horas de la noche, donde en la plaza del Minero (siglo XX), se encenderá una fogata rememorando las horas previas al fatídico hecho. Para el 24 de junio se tiene previsto realizar una marcha popular por las calles por donde en otrora los mineros se movilizaron, y se tendrá un acto central con la presencia de las autoridades nacionales", agregó.
La responsable del Archivo Regional Catavi, de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), Lourdes Peñaranda, dijo a LA PATRIA que la madrugada fatídica del 24 de junio de 1967, en los centros mineros de Siglo XX y Catavi, varios mineros, amas de casa y niños fueron arremetidos por la metralla militar del gobierno golpista del general Rene Barrientos Ortuño, que fue luego conocida como la Masacre de San Juan.
Indicó que según los datos históricos, en esa fecha alrededor de las 5:00 horas de la mañana, el ejército Ranger de Challapata, al mando de un capitán de apellido Plaza, junto a efectivos de la Policía Boliviana, llegaron a los campamentos de Catavi y Siglo XX.
Por órdenes superiores de Barrientos, los militares arremetieron contra los trabajadores mineros quienes esa jornada tenían en agenda realizar un ampliado donde se tomarían decisiones fundamentales para el país, como al aporte voluntario de una mita para los dirigentes y la intención de engrosar las filas de la guerrilla que estaba comandada por Ernesto Guevara de la Serna, más conocido como el "Che Guevara", en la balacera también fallecieron varios niños y amas de casa.
Peñaranda indicó que para conmemorar los 50 años de este hecho de sangre, se formó un comité organizador con las instituciones más representativas del municipio de Llallagua y Siglo XX, además del archivo histórico de Comibol, para realizar una serie de actividades que revaloricen este pasaje de la historia boliviana y del movimiento obrero.
Dijo que la semana conmemorativa se inició el fin de semana, donde se recogieron testimonios de algunos que sufrieron en carne propia lo ocurrido en esa fecha, para entregarlas al Ministerio de Comunicación y se pueda efectuar algún documental al respecto.
Para esta semana se prevé iniciar con una serie de charlas, audiciones radiales, proyección de películas y documentales a través de los medios locales que trabajan en Llallagua. La Universidad Nacional de Siglo XX, cumplirá con diversas conferencias para hablar sobre este tema.
"Las actividades centrales están previstas para el 23 de junio en horas de la noche, donde en la plaza del Minero (siglo XX), se encenderá una fogata rememorando las horas previas al fatídico hecho. Para el 24 de junio se tiene previsto realizar una marcha popular por las calles por donde en otrora los mineros se movilizaron, y se tendrá un acto central con la presencia de las autoridades nacionales", agregó.
jueves, 15 de junio de 2017
Beneméritos de la Guerra del Chaco son homenajeados en cinco departamentos
Los sobrevivientes de la Guerra del Chaco (1932-1935) fueron homenajeados en cinco departamentos del país para conmemorar los 82 años del cese de hostilidades. Según el ministro de Defensa, Reymi Ferreira, en el país solo quedan cerca de 100 excombatientes.
En Chuquisaca, Santa Cruz, Cochabamba, Beni y Tarija se realizaron diferentes actos para los excombantientes, sin embargo, el principal fue el de Villa Montes, que contó con la presencia del Presidente Evo Morales.
Evo Morales durante los actos conmemorativos por el 82 aniversario del cese de hostilidades con Paraguay, en Villamontes. Foto: ABI
En la ciudad de Sucre los actos de homenaje se efectuaron en las plazas Cochabamba y 25 de Mayo. Autoridades y familiares de los beneméritos realizaron una misa de campaña y ofrendas florares en el mausoleo de los héroes caídos en esa contienda bélica.
"Hace 82 años también se llevó a cabo una misa de campaña por el cese de hostilidades por todos los grandes y valerosos combatientes bolivianos que estuvieron en la Guerra del Chaco, este miércoles estamos replicando ese episodio de la historia, nos sentimos emocionados y honrados”, manifestó el historiador chuquisaqueño Guillermo Calvo.
Similar acto se realizó en Cochabamba donde la Gobernación, Brigada departamental, las Fuerzas Armadas y estudiantes de diferentes colegios rindieron homenaje a los beneçeritos.
Asimismo, el sector FEDEXCHACO del cementerio Parque de las Memorias, donde descansa los restos de al menos 51 beneméritos, fue embanderado con la tricolor y honrado con arreglos florales.
En Santa Cruz los el acto se llevó a cabo en el municipio de San Ignacio de Velasco. El excombatiente Abelino Alcócer (102) fue condecorado.
En Beni el acto se llevó en la plaza principal, José Ballivian, en Trinidad. "De acuerdo al historiador Arnaldo Lijeron, todavía están con vida en Santa Cruz, Marcial Caballero Velasco y Ángel Molina Barros; en Trinidad, Ángel Arrázola Guardia y en Riberalta, Enrique Suárez Heker", detalló El presidente de la Asociación de Hijos y Descendientes de Beneméritos de la Guerra del Chaco, José Luis Ibáñez.
La Guerra del Chaco fue librada entre 1932 y 1935 por el control del Chaco Boreal. Fue la guerra más importante en Sudamérica durante el siglo XX. Bolivia movilizó 250.000 soldados y Paraguay 120.000, con el saldo de 60.000 bolivianos muertos.
A través de un Decreto Supremo en 1968, se instituyó al 14 de junio como el "Día del Excombatiente”. Esa gestión los excombatientes recibirán Bs. 1.000 de incremento a su renta vitalicia.
miércoles, 14 de junio de 2017
Jóvenes indígenas y mujeres, héroes anónimos
Casi tres años duró la Guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay (1932-1935), considerada por algunos historiadores como la más importante durante el siglo XX que se vivió en Sudamérica; la historia por lo general nos muestra hechos y datos concretos de ofensivas y defensivas del país, y de los ataques del cual el Ejército boliviano salió triunfante o en derrota; pero como en cada conflicto existen sectores que sin llevarse crédito alguno han sido protagonistas fervientes de los entretelones de la historia boliviana.
DEFENSORES
Si bien la juventud en muchas ocasiones es considerado el futuro de la nación, en esos años fue el presente del país, quienes con su mucha o corta experiencia en la vida, estaban defendiendo Bolivia a costa de sus vidas; muchos de éstos héroes anónimos no precisamente eran de capitales de departamento, más al contrario provenían del área rural, otra población de la cual poco o nada se menciona en la historia, son las mujeres, que con fortaleza espiritual despedían a sus familiares con la esperanza de un reencuentro.
La participación de la juventud fue esencial en la zona de batalla, ya que miles de jóvenes se enlistaron al Ejército, obligados o por cuenta propia, para defender los intereses territoriales del país, pero dentro de estos grupos estaba la juventud indígena, pues el clarín de la guerra no escogió a los soldados, porque todos los hombres en edad o sin edad para combatir, se sintieron convocados.
BENIANOS
La juventud beniana, según el libro "Hazaña beniana en la Guerra del Chaco", fue un sector que se sintió en la obligación de ser parte de las cruentas batallas, por ello se encuentran entre los soldados benianos que marcharon hacia el Sur, nombres de todos los pueblos autóctonos: Trinitarios, ignacianos, javerianos, loretanos, canichanas, movimas, itonamas, baures, cayubabas, tacanas, etc.
Apellidos como: Amutari, Araona, Chuqui, Guarimo, Malala, Chayana, Chuvirú, Chicaba, Parari, Tereba, Gualiani, Guasimo, Ipamo, Macagua, Mucubono, Noco, Noe, Guarúa, Yuco, Tibi, Chori, entre muchos otros, que regaron con su sangre suelo boliviano, ambicionado por los "pilas" y las trasnacionales del petróleo.
La mujer no se quedó atrás, su apoyo fue fundamental en esos largos días de conflicto, pues no solo no solo fueron el apoyo moral de sus ahijados, hijos, hermanos o esposos, ni solamente el reemplazo a los hombres en los trabajos varoniles, no solamente estuvieron como enfermeras socorriendo a los heridos, la fortaleza de la mujer boliviana rompió esquemas y estereotipos machistas que en ese entonces eran más arraigados en la sociedad.
La beniana Bertha Barbery Moreno, intrépidamente, se alistó disfrazada de hermano menor de su esposo combatiente, y fue asignada al manejo de ametralladora, participó en los últimos meses de la guerra en acciones importantes.
Muchas otras mujeres, madres, esposas, hermanas e hijas, realizaban sesiones espiritistas para saber sobre la salud de sus familiares en combate, ese tipo de actividades ya era parte de la vida cotidiana en ese tiempo, tal era el convencimiento que cuando la noticia era trágica, las sesiones terminaban en llanto.
FUENTE: "Hazaña Beniana en la Guerra del Chaco"
AUTOR: Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos del Beni
DEFENSORES
Si bien la juventud en muchas ocasiones es considerado el futuro de la nación, en esos años fue el presente del país, quienes con su mucha o corta experiencia en la vida, estaban defendiendo Bolivia a costa de sus vidas; muchos de éstos héroes anónimos no precisamente eran de capitales de departamento, más al contrario provenían del área rural, otra población de la cual poco o nada se menciona en la historia, son las mujeres, que con fortaleza espiritual despedían a sus familiares con la esperanza de un reencuentro.
La participación de la juventud fue esencial en la zona de batalla, ya que miles de jóvenes se enlistaron al Ejército, obligados o por cuenta propia, para defender los intereses territoriales del país, pero dentro de estos grupos estaba la juventud indígena, pues el clarín de la guerra no escogió a los soldados, porque todos los hombres en edad o sin edad para combatir, se sintieron convocados.
BENIANOS
La juventud beniana, según el libro "Hazaña beniana en la Guerra del Chaco", fue un sector que se sintió en la obligación de ser parte de las cruentas batallas, por ello se encuentran entre los soldados benianos que marcharon hacia el Sur, nombres de todos los pueblos autóctonos: Trinitarios, ignacianos, javerianos, loretanos, canichanas, movimas, itonamas, baures, cayubabas, tacanas, etc.
Apellidos como: Amutari, Araona, Chuqui, Guarimo, Malala, Chayana, Chuvirú, Chicaba, Parari, Tereba, Gualiani, Guasimo, Ipamo, Macagua, Mucubono, Noco, Noe, Guarúa, Yuco, Tibi, Chori, entre muchos otros, que regaron con su sangre suelo boliviano, ambicionado por los "pilas" y las trasnacionales del petróleo.
La mujer no se quedó atrás, su apoyo fue fundamental en esos largos días de conflicto, pues no solo no solo fueron el apoyo moral de sus ahijados, hijos, hermanos o esposos, ni solamente el reemplazo a los hombres en los trabajos varoniles, no solamente estuvieron como enfermeras socorriendo a los heridos, la fortaleza de la mujer boliviana rompió esquemas y estereotipos machistas que en ese entonces eran más arraigados en la sociedad.
La beniana Bertha Barbery Moreno, intrépidamente, se alistó disfrazada de hermano menor de su esposo combatiente, y fue asignada al manejo de ametralladora, participó en los últimos meses de la guerra en acciones importantes.
Muchas otras mujeres, madres, esposas, hermanas e hijas, realizaban sesiones espiritistas para saber sobre la salud de sus familiares en combate, ese tipo de actividades ya era parte de la vida cotidiana en ese tiempo, tal era el convencimiento que cuando la noticia era trágica, las sesiones terminaban en llanto.
FUENTE: "Hazaña Beniana en la Guerra del Chaco"
AUTOR: Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos del Beni
Fases de la Guerra del Chaco
La Guerra del Chaco (1932-1935) fue una de las más cruentas de la historia de la humanidad. No solo fue una contienda entre los hombres de dos naciones que peleaban por un pedazo de territorio, sino fue más que ello, en la que el honor y el valor se enfrentaron para salir airosos en cada batalla.
Los soldados no solo pelearon con el enemigo, sino también lo hicieron con su propio "yo", una mezcla de sentimientos indescriptibles, conscientes que la muerte sería el premio a su esfuerzo o el desastre para sus familias, quienes en vilo esperaban a sus hijos, el tan añorado regreso.
También se midieron fuerzas políticas, de las que Bolivia, siempre perdió por el predominio de intereses personales de quienes comandaron la nación en ese entonces, no solo civiles, sino también militares.
Hoy 14 de junio de 2017 se recuerdan 82 años del Cese de Hostilidades entre ambos países, por ello, es necesario hacer un alto en la historia para resumir la Guerra del Chaco en procesos, como nos los permite hacer doña Elvira Cárdenas Román, autora del libro "Oruro en la Guerra del Chaco".
PRIMERA FASE
Laguna Chuquisaca 14 de junio de 1932 (Pitantuta)
Retoma del Fortín Alihuatá, 11 de marzo de 1933
Laguna Chuquisaca
Toma de Corrales
Toma de Toledo
Toma de Boquerón
Ocupación de Huijay
Ocupación de Rojas Silva
Toma de Bogado
Cerco de Boquerón
Repliegue de Arce a Kilómetro 7
Defensa de Murguía
Toma de Platanillos
Defensa de Kilómetro 7
Primer ataque a Nanawa
Ataque a Toledo
Retoma de Alihuatá.
SEGUNDA FASE
Retoma de Alihuatá, 11 de marzo de 1933
Hasta "El Carmen", 22 de Noviembre de 1934
Retoma del Fortín Alihuatá y Crespo 31
Ofensiva de la 9na. División hacia Arce
Ofensiva de la 4ta. División hacia Gondra
Tercer ataque a Fernández
Segundo ataque a Nanawa
Cerco de la 4ta. División en Gondra
Toma de Rojas Silva
Ataque a Bullo
Ocupación de Rancho 8
Toma de Pirijuyo
Ataque de la 4ta. División a Gondra
Cerco de Campo Grande
Repliegue de la 4ta. División y 9na. División a puerto Urey-Campo 31
Cerco de Campo Vía
Cerco en la China
Batalla de Cañada Strongest
Segunda batalla de Condado
Batalla Laguna Loa y Campo Santa Cruz
Defensa de Carandaití a La Faye
Avance hasta Pozo del Burro
Ofensiva a Algodonal
Ataque a la Rosa
Ataque a Picuiba
Operaciones ofensivas y defensivas en el sector El Carmen.
TERCERA FASE
Batalla de El Carmen, 27 de Noviembre de 1934
Hasta cesación de fuego en Villa Montes, 14 de junio de 1935
Batalla de Ñancorrianza
Batalla de Villa Montes
Batalla de Laguna Camatindi Tucuarandy
Ofensiva del Sector Central
Retoma de Boysibe y avance hasta Huirapidinde Mandeyapiura
Retoma de Tarairí
Retoma de Charagua
Cerco enemigo en Pozo Tigre y Pozo Barbado
Toma de Piquerenda y Loma Vistosa
Repliegue de la 7ma. División a la Rosa
Transporte del Cuerpo del Ejército de Bolivia a la línea de Ibibobo-Capirenda-Huirapitindi
Defensa de dicha línea en acciones parciales
Ataque enemigo al descanso Santa Fe
Continuación del repliegue a la línea de Villa Montes, Serranías Aguaragüe, Charagua, Parapeti.
Los soldados no solo pelearon con el enemigo, sino también lo hicieron con su propio "yo", una mezcla de sentimientos indescriptibles, conscientes que la muerte sería el premio a su esfuerzo o el desastre para sus familias, quienes en vilo esperaban a sus hijos, el tan añorado regreso.
También se midieron fuerzas políticas, de las que Bolivia, siempre perdió por el predominio de intereses personales de quienes comandaron la nación en ese entonces, no solo civiles, sino también militares.
Hoy 14 de junio de 2017 se recuerdan 82 años del Cese de Hostilidades entre ambos países, por ello, es necesario hacer un alto en la historia para resumir la Guerra del Chaco en procesos, como nos los permite hacer doña Elvira Cárdenas Román, autora del libro "Oruro en la Guerra del Chaco".
PRIMERA FASE
Laguna Chuquisaca 14 de junio de 1932 (Pitantuta)
Retoma del Fortín Alihuatá, 11 de marzo de 1933
Laguna Chuquisaca
Toma de Corrales
Toma de Toledo
Toma de Boquerón
Ocupación de Huijay
Ocupación de Rojas Silva
Toma de Bogado
Cerco de Boquerón
Repliegue de Arce a Kilómetro 7
Defensa de Murguía
Toma de Platanillos
Defensa de Kilómetro 7
Primer ataque a Nanawa
Ataque a Toledo
Retoma de Alihuatá.
SEGUNDA FASE
Retoma de Alihuatá, 11 de marzo de 1933
Hasta "El Carmen", 22 de Noviembre de 1934
Retoma del Fortín Alihuatá y Crespo 31
Ofensiva de la 9na. División hacia Arce
Ofensiva de la 4ta. División hacia Gondra
Tercer ataque a Fernández
Segundo ataque a Nanawa
Cerco de la 4ta. División en Gondra
Toma de Rojas Silva
Ataque a Bullo
Ocupación de Rancho 8
Toma de Pirijuyo
Ataque de la 4ta. División a Gondra
Cerco de Campo Grande
Repliegue de la 4ta. División y 9na. División a puerto Urey-Campo 31
Cerco de Campo Vía
Cerco en la China
Batalla de Cañada Strongest
Segunda batalla de Condado
Batalla Laguna Loa y Campo Santa Cruz
Defensa de Carandaití a La Faye
Avance hasta Pozo del Burro
Ofensiva a Algodonal
Ataque a la Rosa
Ataque a Picuiba
Operaciones ofensivas y defensivas en el sector El Carmen.
TERCERA FASE
Batalla de El Carmen, 27 de Noviembre de 1934
Hasta cesación de fuego en Villa Montes, 14 de junio de 1935
Batalla de Ñancorrianza
Batalla de Villa Montes
Batalla de Laguna Camatindi Tucuarandy
Ofensiva del Sector Central
Retoma de Boysibe y avance hasta Huirapidinde Mandeyapiura
Retoma de Tarairí
Retoma de Charagua
Cerco enemigo en Pozo Tigre y Pozo Barbado
Toma de Piquerenda y Loma Vistosa
Repliegue de la 7ma. División a la Rosa
Transporte del Cuerpo del Ejército de Bolivia a la línea de Ibibobo-Capirenda-Huirapitindi
Defensa de dicha línea en acciones parciales
Ataque enemigo al descanso Santa Fe
Continuación del repliegue a la línea de Villa Montes, Serranías Aguaragüe, Charagua, Parapeti.
Soldados ofrendaron sus vidas defendiendo el fortín Boquerón
El fortín Boquerón, era algo parecido a una isla en medio del monte rodeada de pajonales con un pozo de agua en el centro.
Este fortín, fue defendido por los soldados bolivianos como quien diría "a capa y espada", pues lucharon incluso ofreciendo sus vidas por el Boquerón, eran 619 defensores que se encontraban en este sector del Chaco, comandados por el coronel Manuel Marzana.
En el libro del mayor Alberto Taborga, titulado "Boquerón", relata de forma detallada los días que pasaron los soldados bolivianos, aquellas jornadas en las que lo único que miraban cuando descansaban en la campaña era un inmenso cielo y escuchaban sonidos de animales y pájaros que eran parte del hábitat de la región.
Se tiene como testimonio de lo vivido en la Guerra del Chaco, los diarios que escribieron los soldados, en los que quedaron grabados todos los hechos que sucedieron y que sufrieron en carne propia, es el caso de uno de ellos que recuerda desde cuando fue llamado para cumplir con su deber cívico.
Así relata este soldado, que vivía en Uncía y luego fue llamado por la Patria para defender el territorio bolivianos de las tropas paraguayas que intentaban apropiarse de la heredad nacional.
El soldado cuenta sus días vividos en el Chaco, donde, aparte de vivir la conflagración bélica, también recuerda algunos rituales de las tribus nómadas, que habitaban en este lugar.
También rememora algunas anécdotas, incluso graciosas, por ejemplo una noche uno de los comandantes escuchó un sonido como el de armadura, pensó de inmediato que era el enemigo y avisó a la tropa, entonces esperaron en guardia el amanecer, y cuando ya se podía ver con claridad, descubrieron que eran las mulas que se habrían soltado para ir en busca de comida.
Muchos historiadores y autores de otros textos, califican al libro "Boquerón" como aquel que muestra detalladamente la vivencia de valientes y sacrificados soldados que estuvieron dispuestos a dar su vida por la Patria.
Y cumplieron a cabalidad aquella divisa que dice ¡No hay que temer a la muerte cuando es gloriosa y quién muere por su Patria, sigue viviendo!, pues estos valientes soldados ofrendaron su vida por Bolivia.
Este fortín, fue defendido por los soldados bolivianos como quien diría "a capa y espada", pues lucharon incluso ofreciendo sus vidas por el Boquerón, eran 619 defensores que se encontraban en este sector del Chaco, comandados por el coronel Manuel Marzana.
En el libro del mayor Alberto Taborga, titulado "Boquerón", relata de forma detallada los días que pasaron los soldados bolivianos, aquellas jornadas en las que lo único que miraban cuando descansaban en la campaña era un inmenso cielo y escuchaban sonidos de animales y pájaros que eran parte del hábitat de la región.
Se tiene como testimonio de lo vivido en la Guerra del Chaco, los diarios que escribieron los soldados, en los que quedaron grabados todos los hechos que sucedieron y que sufrieron en carne propia, es el caso de uno de ellos que recuerda desde cuando fue llamado para cumplir con su deber cívico.
Así relata este soldado, que vivía en Uncía y luego fue llamado por la Patria para defender el territorio bolivianos de las tropas paraguayas que intentaban apropiarse de la heredad nacional.
El soldado cuenta sus días vividos en el Chaco, donde, aparte de vivir la conflagración bélica, también recuerda algunos rituales de las tribus nómadas, que habitaban en este lugar.
También rememora algunas anécdotas, incluso graciosas, por ejemplo una noche uno de los comandantes escuchó un sonido como el de armadura, pensó de inmediato que era el enemigo y avisó a la tropa, entonces esperaron en guardia el amanecer, y cuando ya se podía ver con claridad, descubrieron que eran las mulas que se habrían soltado para ir en busca de comida.
Muchos historiadores y autores de otros textos, califican al libro "Boquerón" como aquel que muestra detalladamente la vivencia de valientes y sacrificados soldados que estuvieron dispuestos a dar su vida por la Patria.
Y cumplieron a cabalidad aquella divisa que dice ¡No hay que temer a la muerte cuando es gloriosa y quién muere por su Patria, sigue viviendo!, pues estos valientes soldados ofrendaron su vida por Bolivia.
Adios Oruro de el Alma Una canción que nació en el mismo seno de la Guerra
Son muy pocos los bolivianos que podrían decir que no conocen la canción "Adiós Oruro del alma", muchos la relacionan con sentimientos diferentes de alguien que abandona su ciudad en busca de nuevas experiencias, queriendo el triunfo personal, pero la verdad es que es una cueca nacida en el seno mismo de la Guerra del Chaco.
Compuesta por Jaime Medinacelli Ressini, nacido en Sucre, un 29 de junio de 1911. Realizó sus primeros estudios en el Seminario Conciliar y el secundario en el colegio "Don Bosco", donde ya empezó a mostrar sus dotes artísticos, por lo que se decidió estudiar música con los maestros italianos, Prieto Bruno y José Bonelli durante cinco años, logrando titularse como maestro en Artes Gráficas y Musicales.
GUERRA
Para 1933, la guerra era inminente por lo que miles de jóvenes bolivianos se enlistaron al Ejército Nacional para defender las tierras chaqueñas de la invasión paraguaya, y Jaime Medinacelli, se reunió con todos estos heroicos muchachos que impulsados por el amor patriótico, nunca dudaron en marchar hacia la guerra.
Cada día, miles de jóvenes se reunían en la Estación del Ferrocarril de Oruro, donde los valerosos muchachos se disponían a vivir una "cruzada", como una aventura de la que muchos no regresarían.
Siguiendo la valentía de muchos de sus amigos, Jaime Medinacelli Ressini decidió enlistarse para ir a pelear al Chaco, fue el cuartel modelo de ese entonces, hoy el Regimiento 1 de Artillería "Mayor General Eliodoro Camacho"; el que lo acogió para prepararlo antes de ir a la batalla.
CUECA
Y como era su característica, siempre llevaba la música en su sangre, por lo que una canción se fue gestando en las trincheras junto a sus compañeros, del batallón 47 de Infantería, la que adoptaron como uno de sus himnos.
En ritmo de cueca cantaban: "Adiós Oruro del alma linda ciudad de mis sueños, ya no volveré a tus calles ni pisaré tus arenas. A la virgen del Socavón le ofrezco mis sufrimientos y a vos negrita querida te ofrezco mi corazón".
Esa canción estaba lista para el momento preciso, cuando a Medinacelli y sus compañeros les tocó estar en la Estación del Ferrocarril, donde espontáneamente, todos y cada uno de ellos, sabiendo que posiblemente no retornarían de este viaje, empezaron a cantar la cueca.
La emoción fue grande, cuando el sentimiento de aquellos que se quedaban en la estación, familiares y amigos, al escuchar esta melodía se "soltaron" en llanto, porque sabían que muchos de ellos no retornarían con vida, por lo que no fue difícil popularizar esta melodía.
Según los datos históricos, fueron cerca de 15.000 jóvenes orureños que cantaron esta canción en la Estación del Ferrocarril, quienes no regresaron de la acción bélica, pero Jaime Medinacelli Ressini fue uno de los pocos afortunados que retornaron con vida.
Como otro de los legados de Medinacelli, organizó diferentes grupos como el conjunto "Kollasuyo", que estaba integrado por Jaime Medinacelli, que tocaba la quena, flauta y pinquillo, Tito Melgar en la guitarra; Rafael Ortiz Dupleich, Guillermo Nisttahuz Vergara.
Además que compuso "El minero", dedicado a los hombres que trabajan en el subsuelo, que fue grabado y popularizado por el conjunto Savia Andina en 1980.
Adiós Oruro del Alma
De: Jaime Medinacelli Ressini
Adiós Oruro del alma
linda ciudad de mis sueños
(ya no volveré a tus calles
ni pisaré tus arenas) bis.
A la Virgen del Socavón
le ofrezco mi sufrimiento
(y a vos negrita querida
te ofrezco mi corazón) bis.
La, la, la, la, la, la
(y a vos negrita querida
te ofrezco mi corazón) bis.
Compuesta por Jaime Medinacelli Ressini, nacido en Sucre, un 29 de junio de 1911. Realizó sus primeros estudios en el Seminario Conciliar y el secundario en el colegio "Don Bosco", donde ya empezó a mostrar sus dotes artísticos, por lo que se decidió estudiar música con los maestros italianos, Prieto Bruno y José Bonelli durante cinco años, logrando titularse como maestro en Artes Gráficas y Musicales.
GUERRA
Para 1933, la guerra era inminente por lo que miles de jóvenes bolivianos se enlistaron al Ejército Nacional para defender las tierras chaqueñas de la invasión paraguaya, y Jaime Medinacelli, se reunió con todos estos heroicos muchachos que impulsados por el amor patriótico, nunca dudaron en marchar hacia la guerra.
Cada día, miles de jóvenes se reunían en la Estación del Ferrocarril de Oruro, donde los valerosos muchachos se disponían a vivir una "cruzada", como una aventura de la que muchos no regresarían.
Siguiendo la valentía de muchos de sus amigos, Jaime Medinacelli Ressini decidió enlistarse para ir a pelear al Chaco, fue el cuartel modelo de ese entonces, hoy el Regimiento 1 de Artillería "Mayor General Eliodoro Camacho"; el que lo acogió para prepararlo antes de ir a la batalla.
CUECA
Y como era su característica, siempre llevaba la música en su sangre, por lo que una canción se fue gestando en las trincheras junto a sus compañeros, del batallón 47 de Infantería, la que adoptaron como uno de sus himnos.
En ritmo de cueca cantaban: "Adiós Oruro del alma linda ciudad de mis sueños, ya no volveré a tus calles ni pisaré tus arenas. A la virgen del Socavón le ofrezco mis sufrimientos y a vos negrita querida te ofrezco mi corazón".
Esa canción estaba lista para el momento preciso, cuando a Medinacelli y sus compañeros les tocó estar en la Estación del Ferrocarril, donde espontáneamente, todos y cada uno de ellos, sabiendo que posiblemente no retornarían de este viaje, empezaron a cantar la cueca.
La emoción fue grande, cuando el sentimiento de aquellos que se quedaban en la estación, familiares y amigos, al escuchar esta melodía se "soltaron" en llanto, porque sabían que muchos de ellos no retornarían con vida, por lo que no fue difícil popularizar esta melodía.
Según los datos históricos, fueron cerca de 15.000 jóvenes orureños que cantaron esta canción en la Estación del Ferrocarril, quienes no regresaron de la acción bélica, pero Jaime Medinacelli Ressini fue uno de los pocos afortunados que retornaron con vida.
Como otro de los legados de Medinacelli, organizó diferentes grupos como el conjunto "Kollasuyo", que estaba integrado por Jaime Medinacelli, que tocaba la quena, flauta y pinquillo, Tito Melgar en la guitarra; Rafael Ortiz Dupleich, Guillermo Nisttahuz Vergara.
Además que compuso "El minero", dedicado a los hombres que trabajan en el subsuelo, que fue grabado y popularizado por el conjunto Savia Andina en 1980.
Adiós Oruro del Alma
De: Jaime Medinacelli Ressini
Adiós Oruro del alma
linda ciudad de mis sueños
(ya no volveré a tus calles
ni pisaré tus arenas) bis.
A la Virgen del Socavón
le ofrezco mi sufrimiento
(y a vos negrita querida
te ofrezco mi corazón) bis.
La, la, la, la, la, la
(y a vos negrita querida
te ofrezco mi corazón) bis.
El reclutamiento de orureños en la Guerra del Chaco
Oruro, durante los años que duró la Guerra del Chaco, fue también contagiado por el sentimiento de profundo patriotismo que emergía de todos los rincones del país, y pese a que sabían que les esperaba un viaje difícil, antes de llegar al campo de batalla, y otro al permanecer en él, muchos muchachos orureños partieron al frente de batalla; alentados por el deseo de defender la patria, los reclutas se embarcaron en los vagones del tren con la firme intención y la esperanza de volver victoriosos.
El aviso de convocatoria a todas las clases que voluntariamente deseaban enrolarse a las filas del ejército, ponía las siguientes condiciones: Los cabos y sargentos egresados de las filas del Ejército que hayan tenido buena conducta o capacidad de comando serán aceptados como instructores en las reservas que se organizan, la capacidad de los inscritos deberá ser comprobada con la Libreta de Servicio Militar u otro documento; los sargentos y cabos aceptados percibirán el haber mensual de 60 bolivianos con opción a la ropa interior y el uniforme, para los sargentos de 40 bolivianos con la opción de ropa interior y también uniforme; las inscripciones se realizaron en la secretaría de la Comandancia de la Primera División.
Uno de los avisos militares de la época, anunciaba la disposición del Estado Mayor General, donde los conscriptos del año 1933, no se presentarían de inmediato, pues oportunamente se les haría conocer la convocatoria respectiva, mientras tanto todos los conscriptos del indicado año debían permanecer en sus hogares.
RESERVISTAS
Fueron incorporados al Ejército por Orden del Estado Mayor General, los reservistas de servicio auxiliar: Dr. Benigno Guzmán Bozo, Dr. H. Prado Barrientos, José E. Peña, distribuidos en distintas reparticiones militares, asimismo, los señores Hernán Cortéz B., Luis Rodolfo Vizcarra Urquidi, Enrique Cárdenas Condarco y José Gonzales.
Marcharon también varios ciudadanos que desempeñaban labores administrativas dentro la sociedad orureña, como Don Luis Humberto Beltrán, especializado en el manejo de mortero, arma de artillería utilizada por el Regimiento Camacho; además el jefe de la Policía de Seguridad de Oruro, que durante la contienda fue herido en la parte dorsal, lo que le imposibilitó caminar.
También se incorporaron otros orureños como Arsenio Pinza Polar, redactor del Diario de la Mañana; Gilberto Rojas, el mayor compositor de la historia del país, destacándose en la contienda; Luis Mendizábal Santa Cruz, periodista, poeta y escritor quien retornó herido de bala y recibido por una multitud de paisanos; Luis Llosa Beckrich; Capitán Arturo Valle Peralta, cuyo avión cayó en el Fortín Toledo en un bombardeo.
El recordado aviador Rafael Pabón, después de derribar varios aviones paraguayos cayó en el sector de Florida, entre tantos otros nombres que se pueden destacar.
Los religiosos de la Orden de los Padres Franciscanos también fueron a la guerra, en el campo de batalla fueron muy útiles curando a los heridos; y otro hecho curioso es la participación de los integrantes del conjunto folklórico Morenada Cocanis, quienes se enrolaron para marchar al frente, dejando a Oruro sin su Carnaval durante la contienda.
Estos fueron algunos hechos que marcaron el periodo de reclutamiento de orureños, en la contienda bélica del Chaco, muchos de estos nombres recordados, no solo por su participación en la guerra, sino por el aporte realizado durante su vida desde diferentes ámbitos.
- Extraído del libro "Oruro en la Guerra del Chaco" de Elvira Cárdenas Ramón
El aviso de convocatoria a todas las clases que voluntariamente deseaban enrolarse a las filas del ejército, ponía las siguientes condiciones: Los cabos y sargentos egresados de las filas del Ejército que hayan tenido buena conducta o capacidad de comando serán aceptados como instructores en las reservas que se organizan, la capacidad de los inscritos deberá ser comprobada con la Libreta de Servicio Militar u otro documento; los sargentos y cabos aceptados percibirán el haber mensual de 60 bolivianos con opción a la ropa interior y el uniforme, para los sargentos de 40 bolivianos con la opción de ropa interior y también uniforme; las inscripciones se realizaron en la secretaría de la Comandancia de la Primera División.
Uno de los avisos militares de la época, anunciaba la disposición del Estado Mayor General, donde los conscriptos del año 1933, no se presentarían de inmediato, pues oportunamente se les haría conocer la convocatoria respectiva, mientras tanto todos los conscriptos del indicado año debían permanecer en sus hogares.
RESERVISTAS
Fueron incorporados al Ejército por Orden del Estado Mayor General, los reservistas de servicio auxiliar: Dr. Benigno Guzmán Bozo, Dr. H. Prado Barrientos, José E. Peña, distribuidos en distintas reparticiones militares, asimismo, los señores Hernán Cortéz B., Luis Rodolfo Vizcarra Urquidi, Enrique Cárdenas Condarco y José Gonzales.
Marcharon también varios ciudadanos que desempeñaban labores administrativas dentro la sociedad orureña, como Don Luis Humberto Beltrán, especializado en el manejo de mortero, arma de artillería utilizada por el Regimiento Camacho; además el jefe de la Policía de Seguridad de Oruro, que durante la contienda fue herido en la parte dorsal, lo que le imposibilitó caminar.
También se incorporaron otros orureños como Arsenio Pinza Polar, redactor del Diario de la Mañana; Gilberto Rojas, el mayor compositor de la historia del país, destacándose en la contienda; Luis Mendizábal Santa Cruz, periodista, poeta y escritor quien retornó herido de bala y recibido por una multitud de paisanos; Luis Llosa Beckrich; Capitán Arturo Valle Peralta, cuyo avión cayó en el Fortín Toledo en un bombardeo.
El recordado aviador Rafael Pabón, después de derribar varios aviones paraguayos cayó en el sector de Florida, entre tantos otros nombres que se pueden destacar.
Los religiosos de la Orden de los Padres Franciscanos también fueron a la guerra, en el campo de batalla fueron muy útiles curando a los heridos; y otro hecho curioso es la participación de los integrantes del conjunto folklórico Morenada Cocanis, quienes se enrolaron para marchar al frente, dejando a Oruro sin su Carnaval durante la contienda.
Estos fueron algunos hechos que marcaron el periodo de reclutamiento de orureños, en la contienda bélica del Chaco, muchos de estos nombres recordados, no solo por su participación en la guerra, sino por el aporte realizado durante su vida desde diferentes ámbitos.
- Extraído del libro "Oruro en la Guerra del Chaco" de Elvira Cárdenas Ramón
Los mitos que rodean a la Guerra del Chaco y el cese de hostilidades
La historia oficial da cuenta de que la Guerra del Chaco, entre Paraguay y Bolivia, se libró desde el 9 de septiembre del año 1932 hasta el 12 de junio de 1935, por el control del Chaco Boreal. Fue la guerra más importante en Sudamérica durante el siglo XX.
En los 3 años de duración, Bolivia movilizó 250. 000 soldados y Paraguay 120. 000, que se enfrentaron en combates en los que hubo gran cantidad de bajas, gran cantidad de heridos, mutilados y desaparecidos.
Sin embargo, “la historia está plagada de mitos”, suelen decir los historiadores. Coinciden con ello quienes narraron algunos eventos sobre la Guerra del Chaco, la contienda que enfrentó bélicamente a Bolivia y Paraguay entre 1932 y 1935. Este 12 de junio se cumplieron 82 años de la firma del Protocolo de Paz, sin embargo un día como hoy se hizo efectivo el cese al fuego.
El “folklore histórico” y una suerte de victimismo boliviano hicieron que la historia escrita por autores bolivianos y paraguayos esté contaminada de mitos que hacen ver a Bolivia como la gran perdedora de esta guerra o que las transnacionales petroleras fueron las causantes de la última contienda internacional en América Latina.
¿Somos los bolivianos víctimas de las guerras?, se pregunta por ejemplo Robert Brockmann, periodista e historiador. Similar interrogante se hace el historiador y cientista de la educación Julio Irahola, quien cuestiona el actual sistema educativo por reproducir mitos y omitir investigaciones que demuestren hechos fidedignos de ese y otros momentos cruciales de la historia boliviana.
Existen al menos “seis episodios mitológicos” provenientes del denominado Infierno Verde narrados por las voces de Brockmann, Irahola, Pablo Michel, Carlos Mesa y el general Tomás Peña y Lillo. Estos tres últimos formaron parte del Primer Encuentro Nacional sobre la Historia de la Guerra del Chaco, del cual nació el libro “Desmitificando la Guerra del Chaco”, que aporta revelaciones de esta contienda.
La negación de esos mitos son: la guerra no fue por el petróleo, no murieron 50.000 bolivianos, Bolivia y Paraguay contaban con armamento bélico, Hans Kundt sí aportó en el desarrollo de la guerra, la guerra duró seis y nos tres años y Bolivia no perdió la guerra.
Primer mito: La guerra no fue por el petróleo
La herida por la pérdida del océano Pacífico con Chile generó en el país la necesidad de buscar una salida alternativa al mar. Los ojos bolivianos miraron entonces al Atlántico, cuyo acceso se podría dar a través del río Paraguay. El problema que había que enfrentar: incursionar el inhóspito Chaco Boreal, disputado desde 1879 por Bolivia y Paraguay.
La historia se desarrolla en ese contexto, en la fuerte relación y efecto que tuvo la Guerra del Pacífico. Pero la versión paraguaya y el “complot” contra Bolivia, según Brockmann, da a entender que la guerra fue producida por la codicia que tenían en el Chaco Boreal las petroleras Standard Oil, del lado boliviano, y Royal Dutch Shell, por el lado paraguayo.
Brockmann sostiene que es evidente la inacción de la Standard Oil y que se negó a apoyar a Bolivia en la contienda. Pese a tener favorables concesiones en el país, la empresa norteamericana se declaró neutral en la guerra y se negó a cooperar.
“Si la Standard Oil hubiera tenido un interés en provocar la guerra, hubiera pues apoyado a Bolivia, le hubiera dado plata y facilidades, pero hace todo lo contrario y pone trabas para darle petróleo al Ejército boliviano, contrabandea petróleo hacia la Argentina y es posible que ese petróleo haya ido al Paraguay”, expone Brockmann.
Carlos Mesa coincide con aquello. Afirma que desde los años 20, el país consideraba la necesidad de sentar soberanía sobre ese extenso y despoblado territorio. En ese sentido, Daniel Salamanca había insistido en esos años en “pisar fuerte en el Chaco”. Cuando llegó al poder en 1931 era lógico que tratara de poner eso en práctica.
Mesa, quien haciendo referencia a una carta del general Filiberto Osorio, jefe del Estado Mayor en 1932, da cuenta que Bolivia buscaba asentarse progresivamente en el Chaco a través de fortines y asentamientos humanos para afianzar la soberanía boliviana sobre ese territorio.
Es así que en junio de 1932 un contingente boliviano, sin autorización del Alto Mando, según Mesa, toma el fortín paraguayo Pitiantuta en la laguna Chuquisaca y da el primer paso para acceder al río Paraguay, principal vía para salir al Atlántico. Fue Osorio, mediante la carta mencionada, quien reveló que esa acción militar no tuvo una orden del Alto Mando.
Por su lado, Michel agrega que Bolivia no tenía un interés “expansionista” al realizar esas acciones, sino que la salida al Atlántico era más una “necesidad” que un “capricho”, debido al enclaustramiento del país. Bolivia, entonces, buscaba una salida al mar. Las petroleras no tuvieron nada que ver.
Segundo mito: No fueron 50 mil los muertos bolivianos
El número de muertos bolivianos que dejó la Guerra del Chaco varía en diferentes historias. El escritor y excombatiente Roberto Querejazu lanzó una de las primeras cifras que da cuenta que Bolivia sufrió al menos 50.000 bajas. Wikipedia, la enciclopedia virtual más visitada en internet, maneja, por ejemplo, la cifra de 60.000 bajas bolivianas.
Para Michel, esas cifras no pudieron haberse conocido inmediatamente después de la guerra, porque el país demoró 50 años en ordenar la totalidad del archivo del Departamento I del Estado Mayor, donde se encuentran documentos de la Guerra del Chaco que dan fe de la totalidad de las bajas.
Investigaciones al interior de este archivo realizadas por los historiadores militares Juan Lechín Suárez y Luis Fernando Sánchez, dados a conocer por Michel, develan que el número de muertos bordeó los 32.000 y los heridos estuvieron en el orden de los 11.000, junto a aproximadamente 2.000 desaparecidos y cerca de 20.000 prisioneros.
El general Tomás Peña y Lillo, exdirector de la Academia Boliviana de Historia Militar, refuerza esa idea y da a conocer que un total de 170.000 hombres fueron movilizados para la guerra, de los cuales aproximadamente 30.000 murieron.
Tercer mito: Bolivia y Paraguay estaban armados al inicio de la guerra
¿Bolivia estaba preparada para la guerra? Hay versiones que dan cuenta que no lo estaba, que carecía de armamento y medios para hacer frente a Paraguay. La versión paraguaya dice por su lado que Bolivia ostentaba mayor fuerza bélica y que ellos sólo “poseían machetes”.
Irahola sostiene que ambos países se encontraban “fuertemente” armados antes y durante la Guerra. Bolivia contaba con tanques y Paraguay no. Paraguay tenía cañones más avanzados y Bolivia no. “Estamos armados, pero Paraguay mucho más”, asegura.
Bolivia, por ejemplo, compra en 1927 (un año antes la toma del fortín boliviano Vanguardia por parte de los paraguayos, considerado el primer roce bélico) armamento de la empresa inglesa Vickers Armstrong para empezar a equipar a un Ejército de 40.000 hombres.
El general Peña y Lillo, por su lado, describe el equipamiento con el que contaba Paraguay: fusiles, ametralladoras, morteros, cañones, pistolas, revólveres, camiones, carros, estaciones de radio, cifradores y descifradores, yagatanes (sables), paracaídas, granadas, aviones, hidroaviones, cañoneras y chatas (deslizadores). De ahí que se desmitifica que Paraguay sólo fue “con machetes” a la guerra.
Cuarto mito: Sí hubo un aporte de Hans Kundt
Hans Kundt era un alemán que había llegado a Bolivia luego de su participación en la Primera Guerra Mundial. Se hizo cargo de la campaña boliviana en el Chaco entre 1933 y 1934 y logró importantes victorias, pero también derrotas, la más importante: Campo Vía, donde cayeron prisioneros al menos 7.500 bolivianos y se perdió ingentes cantidades de armamento.
El hecho fue considerado el peor desastre de la guerra y fue utilizado para responsabilizar al alemán de la supuesta “derrota” boliviana en la guerra. Pero sus aportes fueron importantes, contrariamente a lo que se señala. Irahola sostiene que con Kundt a la cabeza del frente boliviano se lograron los “más grandes ataques a Paraguay”. “Campo Vía es la gran pérdida de Bolivia, se lo destituye a Kundt y asume Enrique Peñaranda (1934-1935) y con él vamos a tener una serie de nuevas pérdidas”.
Quinto mito: Una guerra de seis años y no de tres
Para Michel, la Guerra del Chaco duró seis años, tres en los campos de batalla y otros tres en la diplomacia. En esta segunda etapa se tuvo movilizaciones subrepticias y amenazas de reinicio de guerra de parte de Bolivia.
Una especie de “guerra fría” es el término que se acuña para esta segunda etapa, donde bajo el manto de la diplomacia se suscitan negociaciones, amenazas de reinicio de la guerra, desacuerdos y temores, todo en el lapso entre el 12 de junio de 1935, con el cese de hostilidades, y el 21 de julio de 1938, cuando se firma el Tratado de Paz, Amistad y Límites.
El primer óbice para consolidar un acuerdo se dio en la Conferencia de Paz de la que fueron parte varios países sudamericanos. Brockmann comenta que el acuerdo de paz debía gestarse en al menos seis meses, pero tardó tres años debido a los golpes de Estado que se generaron en Bolivia y Paraguay. El retraso provocó que en Paraguay permanecieran más de 20.000 prisioneros de guerra, por cuyo gasto de manutención, además, se exigía a Bolivia una millonaria indemnización.
La presión de un sector de la población boliviana de continuar con la guerra fue un segundo momento de tensión. Con Germán Busch como presidente, se movilizaron 25.000 soldados a la frontera con Paraguay. “En 1936, en 1937 y parte de 1938 nuevamente hubo amenazas de guerra”, cuenta Irahola.
Paraguay, luego del cese de hostilidades, vendió su armamento a España con motivo de la Guerra Civil de 1936. En medio de las amenazas bolivianas, según Irahola, Paraguay apresuró la firma del Tratado de Paz a sabiendas del desarme que había iniciado, lo que generaba una debilidad frente a Bolivia. Por otro lado, existen diferentes versiones sobre la fecha de inicio de las acciones bélicas. El 9 de septiembre de 1932 se registra como el comienzo de la guerra a partir de la movilización de tropas paraguayas para retomar el fortín Pitiantuta, que estaba bajo control boliviano. No obstante, tres meses antes, en junio, es cuando se desencadena la guerra con la toma de este fortín por parte de Bolivia.
Sexto mito: Bolivia no
perdió la guerra
Cuando se compara el actual mapa de Bolivia y el de las pérdidas territoriales se concluye que el país perdió territorio en al menos 11 batallas internacionales. De esa manera, el sistema educativo, según Michel, mantiene el “cáncer” de la autoflagelación y el derrotismo boliviano constante.
La Guerra del Chaco no debería entrar en esa categoría porque Bolivia no perdió esa guerra, más al contrario logró sus objetivos, señala Michel, que menciona la salida que logró el país a la hidrovía Paraguay-Paraná, que llega al Atlántico, y la mantención de los campos petrolíferos y gasíferos.
Irahola coincide. “Puede que hayamos perdido territorio, pero logramos el objetivo que era tener una salida sobre el río Paraguay, con lo cual tenemos la salida al Atlántico”.
En décadas anteriores a 1932, Bolivia y Paraguay se disputaron la soberanía del Chaco boreal, así lo develan los tratados alcanzados en 1879, 1887, 1894 y 1907. A esto se suma los asentamientos humanos; por un lado, los bolivianos con fortines esparcidos en ese territorio y, por el otro, colonias menonitas del lado paraguayo que se asentaron esporádicamente en el lugar. “Lo que queda claro es que antes de la guerra, el Chaco estaba dividido en dos, pero distintos eran los trazos limítrofes”, señala Irahola.
En ese entendido es que luego de la firma del Tratado de Paz, Amistad y Límites del 21 de julio de 1938, que dicho sea de paso declara que la guerra terminó “sin vencedores ni vencidos”.
El cese de hostilidades y el cese al fuego
El protocolo de paz entre Paraguay y Bolivia que puso fin a la sangrienta guerra de tres años entre ambas naciones fue firmado, un 12 de junio de 1935 en Buenos Aires, con la presencia de los representantes de Argentina, Chile, Brasil, Estados Unidos, Perú y Uruguay, y los Ministros de Relaciones Exteriores de los países beligerantes, para el cese definitivo de las hostilidades en la Guerra del Chaco.
El día 14, el Comandante en Jefe del Ejército paraguayo lanzó el último comunicado de la Contienda chaqueña, anunciando que a las 12 horas, había cesado el fuego en el frente de operaciones. Paraguayos y Bolivianos se abrazaron en medio de una emotiva y feliz alegría, con explosiones de júbilo y algarabía. Los tres años de cruenta lucha quedaban atrás.
El cese al fuego
Aunque los historiadores no se ponen de acuerdo con respecto a las cifras de bajas, ninguno de ellos niega que las muertes continuaron en el frente por dos días más luego de la firma del protocolo de paz, hasta el 14 de junio cuando se hizo efectivo el cese al fuego.
En expresiones de Herib Caballero, doctor en Historia, hay que tener bien claro que lo que se festeja el 12 de junio es la firma del protocolo de cese el fuego, el cual se concretó 48 horas después. “Por eso seguían muriendo personas en el frente de batalla, no podemos decir cuántas personas pero no creo que sean muchas porque en ese momento no se encontraba en proceso ninguna batalla importante, solo en Ingavi y Pilcomayo existía actividad, y la cifra de personas que seguía muriendo era mínima si consideramos que a esas alturas la guerra ya se había cobrado la vida de 100 mil personas”, afirma el historiador.
A la pregunta de por qué no se dio aviso a los soldados en la brevedad, en vez de esperar dos días, el historiador sostiene que el problema fundamental en ese tiempo era la comunicación.
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Video Rinden homenaje a los caídos en la Guerra del Chaco en la fecha de cese de hostilidades
Hace 82 años, el “clarín de la guerra” tocó por última vez para anunciar el cese de hostilidades entre Bolivia y Paraguay.
Esta mañana, en el mausoleo de los héroes caídos en la sangrienta Guerra del Chaco, se rindió homenaje con una celebración eucarística y ofrendas florales a los pies de sus lechos.
Luego, en romería, las autoridades, familiares de los caídos y fuerzas militares se trasladaron a la plaza Cochabamba para continuar con el homenaje.
Por primera vez, el acto central se desarrolló en el frontis del monumento al soldado desconocido ubicado en la plazuela Cochabamba.
Finalmente, los honores concluyeron con un desfile militar en la plaza 25 de Mayo, frente a la Casa de la Libertad.
martes, 13 de junio de 2017
Exposición recuerda el fin de la Guerra del Chaco
La cuarta exposición itinerante “Héroes del chaco”, conmemorando los 82 años del cese de hostilidades con Paraguay (12 de junio de 1938), se inauguró anoche en la casona Santiváñez.
Para dicho homenaje se instaló una muestra con una serie de diversos objetos simbólicos entre los que figuran el armamento usado en la contienda bélica, utilería, vestimentas y utensilios del periodo además de un centenar de fotografías del suceso histórico y de la memoria de la época.
La Academia Boliviana de Historia Militar Filial Cochabamba, en coordinación con la Secretaría de Culturas del municipio, organizó, además, una serie de actividades paralelas que se llevarán a cabo durante el resto de la semana hasta el 16 de junio, tiempo que también durará la exposición de objetos simbólicos de la guerra de Chaco.
Entre los eventos planificados para conmemorar la fecha histórica, está la exposición de diversos audiovisuales entre cortometrajes y documentales de la guerra; también se contará con exposiciones y foros a cargo militares especialistas en el tema.
Por otro lado, se organizaron escenificaciones que ilustran los sucesos de la guerra y la proyección de la película “Boquerón” del cineasta boliviano Tonchi Antezana.
En el acto de inauguración participaron el coronel Carlos Valdivia Isurza, director de la Academia; el general del Ejército, Edwin de la Fuente, que se encargó de presentar una exposición sobre el hecho histórico del cese de hostilidades, y autoridades de la Secretaría de Culturas e invitados especiales.
En la programación del resto de la semana se tiene planificada la participación del Presidente de los beneméritos excombatientes de Cochabamba.
Además, se podrá apreciar una serie de dramatizaciones a cargo de elencos formados por los integrantes de la Academia y la interpretación de diferentes composiciones musicales de la época a cargo de la Banda de música de la 7ma División. También se cuenta con guías que hacen una descripción detallada de la muestra de objetos simbólicos que estará abierta al público hasta el viernes.
EL CESE DE HOSTILIDADES
Si bien el 14 de junio al mediodía cesó el sonido de las armas y oficialmente concluyó la guerra, fue el 12 del mismo mes, es decir dos días antes, que se dio la firma del Protocolo de Paz entre los cancilleres de Bolivia, Tomás Elio, y de Paraguay, Luis Riart, en presencia del presidente argentino Agustín Justo; Paraguay cedió 110 000 km2 ocupados por su Ejército al cese de las hostilidades.
El Tratado de Paz, Amistad y Límites se firmó el 21 de julio de 1938, y el 27 de abril de 2009 se estableció el acuerdo de límites definitivo. La zona en litigio quedó dividida en una cuarta parte bajo soberanía boliviana y tres cuartas partes bajo soberanía paraguaya. Bolivia recibió una zona a orillas del alto río Paraguay.
La guerra del Chaco duró tres años. Bolivia movilizó 250.000 soldados y Paraguay 120.000, que se enfrentaron en combates en los que hubo gran cantidad de bajas unos 60.000 bolivianos y más de 30.000 paraguayos, además de gran cantidad de heridos, mutilados y desaparecidos.
Gobierno conmemorará 50 años de la muerte del ‘Che’ en Vallegrande
La ministra de Comunicación, Gísela López, informó ayer que los 50 años de la muerte del revolucionario argentino cubano Ernesto ‘Che’ Guevara serán conmemorados con un acto especial en la localidad de Vallegrande, Santa Cruz, donde falleció.
“Hay una organización de un evento importante en Vallegrande, se lo está coordinando con la sociedad civil y también con autoridades del lugar. En realidad, todos los años se conmemora esto, pero ahora considerando los 50 años se está planteando otro escenario”, dijo a los periodistas.
El ‘Che’ Guevara, oriundo de la ciudad argentina de Rosario, llegó por primera vez a Bolivia en 1953; en 1955 conoció a Fidel Castro y su hermano Raúl en México, con quienes entabló amistad y participó de la decisiva batalla de Santa Clara en 1958 y la posterior toma de La Habana en 1959.
Impulsó las guerrillas en varios países de América Latina, entre 1965 y 1967 combatió en el Congo y en Bolivia, pero fue capturado y ejecutado en Vallegrande de manera clandestina por el Ejército boliviano en colaboración con la Agencia de Inteligencia de Estados Unidos, según datos históricos.
López destacó los ideales de justicia social, la igualdad y la equidad del ‘Che’ Guevara.
“Me parece muy propicio el conmemorar estas luchas quijotescas de compañeras bolivianos, cubanos y argentinos que se aliaron en esas épocas para plantearnos justicia social, hoy lo estamos logrando y nos parece apropiado recordar y rememorara estos liderazgos”, manifestó.
La ministra de Comunicación no descartó la presencia de personalidades para resaltar ese evento de forma especial. /ABI
“Hay una organización de un evento importante en Vallegrande, se lo está coordinando con la sociedad civil y también con autoridades del lugar. En realidad, todos los años se conmemora esto, pero ahora considerando los 50 años se está planteando otro escenario”, dijo a los periodistas.
El ‘Che’ Guevara, oriundo de la ciudad argentina de Rosario, llegó por primera vez a Bolivia en 1953; en 1955 conoció a Fidel Castro y su hermano Raúl en México, con quienes entabló amistad y participó de la decisiva batalla de Santa Clara en 1958 y la posterior toma de La Habana en 1959.
Impulsó las guerrillas en varios países de América Latina, entre 1965 y 1967 combatió en el Congo y en Bolivia, pero fue capturado y ejecutado en Vallegrande de manera clandestina por el Ejército boliviano en colaboración con la Agencia de Inteligencia de Estados Unidos, según datos históricos.
López destacó los ideales de justicia social, la igualdad y la equidad del ‘Che’ Guevara.
“Me parece muy propicio el conmemorar estas luchas quijotescas de compañeras bolivianos, cubanos y argentinos que se aliaron en esas épocas para plantearnos justicia social, hoy lo estamos logrando y nos parece apropiado recordar y rememorara estos liderazgos”, manifestó.
La ministra de Comunicación no descartó la presencia de personalidades para resaltar ese evento de forma especial. /ABI
El Jichi
“Para explicar lo que es el jichi conviene ante todo tomar el sendero que conduce a los tiempos de hace ñaupas y entrar en la cuenta, para este caso parcial, de cómo vivían los antepasados de la estirpe terrícola, antiguos pobladores de la llanura. Gente de parvos menesteres y no mayores alcances, la comarca que les servía de morada no les era muy generosa, ni les brindaba fácilmente todos los bienes necesarios para su subsistencia.
Para hablar del principal de los elementos de vida; el agua no abundaba en la región. En la estación seca se reducía y se presentaban días en que era dificultoso conseguirla. Así en los campos de Grigotá, en la sierra de Chiquitos y en las dilatadas vegas circundantes de ésta.
De ahí que aquellos primitivos aborígenes pusieron delicada atención en conservarla, considerándola como un don de los poderes divinos, y hayan supuesto la existencia de un ser sobrenatural encargado de su guarda. Este ser era el Jichi.
Es mito compartido por mojos, chanés y chiquitos que este genius aquae paisano vivía más que todo en los depósitos naturales del líquido elemento. Para tenerle satisfecho y bien aquerenciado había que rendirle culto y tributarle ciertas ofrendas.
Los españoles del reciente aposentamiento en la tierra recogieron la versión y consintieron en el mito, con poco o ningún reparo. Con mayor razón sus descendientes los criollos, tan consustanciados con la tierra madre como los propios aborígenes, y máxime si tienen en las venas algunas gotas de la sangre de éstos.
Como todo ser mítico zoomorfo, el jichi no pertenece a ninguna de las clases y especies conocidas de animales terrestres o acuáticos. Medio culebra y medio saurio, según sostienen los que se precian de entendidos, tiene el cuerpo delgado y oblongo y chato, de apariencia gomosa y color hialino que le hace confundirse con las aguas en cuyo seno mo-
ra. Tiene una larga, estrecha y flexible cola que ayuda los ágiles movimientos y cortas y regordetas extremidades terminadas en uñas unidas por membranas.
Como vive en el fondo de lagunas, charcos y madrejones, es muy rara la vez que se deja ver, y eso muy rápidamente y sólo desde que baja el crepúsculo.
No hay que hacer mal uso de las aguas, ni gastarlas en demasía, porque el jichi se resiente y puede desaparecer. No se debe arrancar las plantas acuáticas que crecen en su morada, de tarope para arriba, ni apartar los granículos de pochi que cubren su superficie. Cuando esto se ha hecho, pese a las prohibiciones tradicionales, el líquido empieza a mermar, y no para hasta agotarse. Ello significa que el jichi se ha marchado.”
Fuente: http://www.soysantacruz.com.bo
Para hablar del principal de los elementos de vida; el agua no abundaba en la región. En la estación seca se reducía y se presentaban días en que era dificultoso conseguirla. Así en los campos de Grigotá, en la sierra de Chiquitos y en las dilatadas vegas circundantes de ésta.
De ahí que aquellos primitivos aborígenes pusieron delicada atención en conservarla, considerándola como un don de los poderes divinos, y hayan supuesto la existencia de un ser sobrenatural encargado de su guarda. Este ser era el Jichi.
Es mito compartido por mojos, chanés y chiquitos que este genius aquae paisano vivía más que todo en los depósitos naturales del líquido elemento. Para tenerle satisfecho y bien aquerenciado había que rendirle culto y tributarle ciertas ofrendas.
Los españoles del reciente aposentamiento en la tierra recogieron la versión y consintieron en el mito, con poco o ningún reparo. Con mayor razón sus descendientes los criollos, tan consustanciados con la tierra madre como los propios aborígenes, y máxime si tienen en las venas algunas gotas de la sangre de éstos.
Como todo ser mítico zoomorfo, el jichi no pertenece a ninguna de las clases y especies conocidas de animales terrestres o acuáticos. Medio culebra y medio saurio, según sostienen los que se precian de entendidos, tiene el cuerpo delgado y oblongo y chato, de apariencia gomosa y color hialino que le hace confundirse con las aguas en cuyo seno mo-
ra. Tiene una larga, estrecha y flexible cola que ayuda los ágiles movimientos y cortas y regordetas extremidades terminadas en uñas unidas por membranas.
Como vive en el fondo de lagunas, charcos y madrejones, es muy rara la vez que se deja ver, y eso muy rápidamente y sólo desde que baja el crepúsculo.
No hay que hacer mal uso de las aguas, ni gastarlas en demasía, porque el jichi se resiente y puede desaparecer. No se debe arrancar las plantas acuáticas que crecen en su morada, de tarope para arriba, ni apartar los granículos de pochi que cubren su superficie. Cuando esto se ha hecho, pese a las prohibiciones tradicionales, el líquido empieza a mermar, y no para hasta agotarse. Ello significa que el jichi se ha marchado.”
Fuente: http://www.soysantacruz.com.bo
Fin de la guerra del Chaco
El Paraguay nació a la vida republicana con un territorio mediterráneo y relativamente pequeño y se impuso la política expansionista poniendo sus ojos en la región del Chaco Boreal, que por entonces no tenía límites definidos con la república de Bolivia. Posteriormente, con el descubrimiento del petróleo, el objetivo del Paraguay fue vital dentro de sus planes geopolíticos.
El 5 de diciembre de 1928 el ejército paraguayo atacó y tomó sorpresivamente el fortín boliviano “Vanguardia”, incidente al que siguió otros enfrentamientos armados, como el de Laguna Chuquisaca, donde definitivamente se inició la Guerra del Chaco.
La guerra con sus dramáticas consecuencias siguió su curso con varios enfrentamientos en Corrales, Conchitas, Nanawa, Alihuatá, Campo Vía y en otros puntos dentro de lo que se llamaría el “Infierno Verde”, sobresaliendo por su heroísmo desplegado por las fuerzas bolivianas en el cerco de Boquerón, la brillante acción de Cañada Strongest y la defensa de Villamontes. Y cuando las fuerzas bolivianas retomaban la contraofensiva, se dicta una conferencia de neutrales en Buenos Aires, decretándose el armisticio el 12 de junio de 1935.
El 14 se declara el cese de hostilidades entre el Paraguay y Bolivia, después de tres largos como sangrientos años de feroz enfrentamiento, en el que se inmolaron cincuenta mil vidas bolivianas y cuarenta mil paraguayas. Con el armisticio y cese al fuego finalizó el conflicto, Bolivia una vez más había perdido un extenso territorio por la falta de previsión de los gobernantes y militares de entonces.
Como homenaje a los hombres que ofrendaron sus vidas en esta campaña bélica, por Decreto Supremo No. 04966, se estableció el 14 de junio de 1858 como el “Día del Excombatiente”, en reemplazo de la Ley sancionada el 19 de diciembre de 1957.
El 5 de diciembre de 1928 el ejército paraguayo atacó y tomó sorpresivamente el fortín boliviano “Vanguardia”, incidente al que siguió otros enfrentamientos armados, como el de Laguna Chuquisaca, donde definitivamente se inició la Guerra del Chaco.
La guerra con sus dramáticas consecuencias siguió su curso con varios enfrentamientos en Corrales, Conchitas, Nanawa, Alihuatá, Campo Vía y en otros puntos dentro de lo que se llamaría el “Infierno Verde”, sobresaliendo por su heroísmo desplegado por las fuerzas bolivianas en el cerco de Boquerón, la brillante acción de Cañada Strongest y la defensa de Villamontes. Y cuando las fuerzas bolivianas retomaban la contraofensiva, se dicta una conferencia de neutrales en Buenos Aires, decretándose el armisticio el 12 de junio de 1935.
El 14 se declara el cese de hostilidades entre el Paraguay y Bolivia, después de tres largos como sangrientos años de feroz enfrentamiento, en el que se inmolaron cincuenta mil vidas bolivianas y cuarenta mil paraguayas. Con el armisticio y cese al fuego finalizó el conflicto, Bolivia una vez más había perdido un extenso territorio por la falta de previsión de los gobernantes y militares de entonces.
Como homenaje a los hombres que ofrendaron sus vidas en esta campaña bélica, por Decreto Supremo No. 04966, se estableció el 14 de junio de 1858 como el “Día del Excombatiente”, en reemplazo de la Ley sancionada el 19 de diciembre de 1957.
Llegan a Viacha los restos del ejército derrotado en Tacna
Después del desastre del Alto de la Alianza, el Gral. Narciso Campero, con los restos de las divisiones bolivianas, se dirigió a Bolivia por el camino directo de Tacna a La Paz. “Inmensos sacrificio y rudos trabajos me ha costado -dice el general- el reunir y conducir con orden esos restos, exponiéndome a riesgos aun mayores que los del campo de batalla, considerando la larga travesía que ha habido que practicar con un ejército derrotado, y desmoralizado por la misma derrota. Pero esos sacrificios son insignificantes, si se considera que he logrado salvar cerca de mil hombres, es decir una cuarta parte del ejército, y dos piezas de artillería; reduciendo así nuestra derrota a las condiciones de una honrosa retirada...”.
El mismo 26 de mayo el Gral. Campero, acompañado de algunos pocos oficiales avanzó hasta la ranchería de Palca, donde pernoctó. El hombre que pocas horas antes había mandado más de nueve mil hombres, se encontraba en una cocina, con pocos amigos, y “expuesto a mayores riesgos que los del campo de batalla”.
Al día siguiente continuó la marcha, y el 4 de junio llegó a Corocoro. Aquí recibió el día 5 a la comisión que la Convención Nacional le había enviado para hacerle saber su nombramiento de Presidente de la República, y expresarle el voto de confianza y gratitud que había expedido a favor del ejército nacional, por su heroico comportamiento en la batalla del Alto de la Alianza.
Formaban la comisión de la Convención Nacional los diputados Emilio Fernández Costas, Fernando Eloy Guachalla y Melchor Chavarría, a la que se adjuntó voluntariamente el igual Pastor Sainz.
Ante numerosa concurrencia, y ante los jefes, oficiales y soldados que acompañaban al Gral. Campero, las tres convencionales pronunciaron patrióticos discursos, reducidos a alentar a los derrotados y a manifestar que el pueblo, por medio de sus representantes, daba las gracias a los que dignamente habían cumplido con su deber.
La historia de Bolivia no registra una escena más patriótica ni más conmovedora que ésta.
Los defensores de Bolivia, cuyo valor no había podido evitar el desastre que habían sufrido, fatigados por la campaña de un año y la pelea más tenaz y obstinada que se ha- ya visto, traían, sin duda, tan enlutado su corazón, como abatido su espíritu, cuando la palabra de aliento de la representación nacional fue a retemplar su patriotismo y a reanimar su fe en los destinos de la Patria.
Entre ahogados sollozos del más vivo sentimiento, entre elocuentes lágrimas que
decían gratitud, unión y venganza, se escucharon los discursos de los convencionales, así como la contestación del Gral. Campero. Concluida esta homérica escena, los miembros de la comisión legislativa volvieron a La Paz, y el Gral. Campero continuó su marcha sobre Viacha, a donde llegó un 13 de junio de 1880.
Los jefes y oficiales que lo acompañaban fueron: Coroneles: Pedro J. Aramayo, Ramón González, Ezequiel de la Peña, Pedro P. Vargas, Fructuoso Solares, Lizandro Peñarrieta, Pablo Idiaquez, Belisario Anteza-na, Manuel Deheza, Severo Espinoza Galle-guillos.
Tenientes coroneles: Zacarías Alba, José I. España, Vicente Crespo, José María Guz-mán, Celso Ibarra, Zenón Velázquez, Rafael Sainz, Zenón Ramírez, Escolástico Viscarra, César Moscoso, Juan Balsa, Miguel María Soto.
Comandantes: Fernando Monroy, Loren-zo Bedregal, Vicente del Castillo, C. Durán de Castro, Octavio Rivadeneyra, Demetrio Carpio.
Mayores: Ricardo Eguino, Luís D. Romero, José María Yánez, Felipe de la Barra, Sagárnaga, Isaías Soto.
Capitanes: Romualdo de la Peña, Zenón Matos, Daniel Bedregal, Ladislao Oquendo, Delfin Rodrigo, Angel Echarte, Pastor Medinaceli.
Teniente 2º. Zacarías Blanco.
Subtenientes: Ascencio Antezana, Félix R. Peñaranda. Julio Silveti, José Rivadeneyra.
El mismo día 9, el Gral. Campero recibió en Viacha la visita del vicepresidente Arce, del doctor Cabrera y de otros personajes que habían salido de La Paz a darle la bienvenida.
Al día siguiente, 10, el general entró en La Paz, habiendo quedado los restos del ejército en Viacha, para descansar y reorganizarse.
El mismo 26 de mayo el Gral. Campero, acompañado de algunos pocos oficiales avanzó hasta la ranchería de Palca, donde pernoctó. El hombre que pocas horas antes había mandado más de nueve mil hombres, se encontraba en una cocina, con pocos amigos, y “expuesto a mayores riesgos que los del campo de batalla”.
Al día siguiente continuó la marcha, y el 4 de junio llegó a Corocoro. Aquí recibió el día 5 a la comisión que la Convención Nacional le había enviado para hacerle saber su nombramiento de Presidente de la República, y expresarle el voto de confianza y gratitud que había expedido a favor del ejército nacional, por su heroico comportamiento en la batalla del Alto de la Alianza.
Formaban la comisión de la Convención Nacional los diputados Emilio Fernández Costas, Fernando Eloy Guachalla y Melchor Chavarría, a la que se adjuntó voluntariamente el igual Pastor Sainz.
Ante numerosa concurrencia, y ante los jefes, oficiales y soldados que acompañaban al Gral. Campero, las tres convencionales pronunciaron patrióticos discursos, reducidos a alentar a los derrotados y a manifestar que el pueblo, por medio de sus representantes, daba las gracias a los que dignamente habían cumplido con su deber.
La historia de Bolivia no registra una escena más patriótica ni más conmovedora que ésta.
Los defensores de Bolivia, cuyo valor no había podido evitar el desastre que habían sufrido, fatigados por la campaña de un año y la pelea más tenaz y obstinada que se ha- ya visto, traían, sin duda, tan enlutado su corazón, como abatido su espíritu, cuando la palabra de aliento de la representación nacional fue a retemplar su patriotismo y a reanimar su fe en los destinos de la Patria.
Entre ahogados sollozos del más vivo sentimiento, entre elocuentes lágrimas que
decían gratitud, unión y venganza, se escucharon los discursos de los convencionales, así como la contestación del Gral. Campero. Concluida esta homérica escena, los miembros de la comisión legislativa volvieron a La Paz, y el Gral. Campero continuó su marcha sobre Viacha, a donde llegó un 13 de junio de 1880.
Los jefes y oficiales que lo acompañaban fueron: Coroneles: Pedro J. Aramayo, Ramón González, Ezequiel de la Peña, Pedro P. Vargas, Fructuoso Solares, Lizandro Peñarrieta, Pablo Idiaquez, Belisario Anteza-na, Manuel Deheza, Severo Espinoza Galle-guillos.
Tenientes coroneles: Zacarías Alba, José I. España, Vicente Crespo, José María Guz-mán, Celso Ibarra, Zenón Velázquez, Rafael Sainz, Zenón Ramírez, Escolástico Viscarra, César Moscoso, Juan Balsa, Miguel María Soto.
Comandantes: Fernando Monroy, Loren-zo Bedregal, Vicente del Castillo, C. Durán de Castro, Octavio Rivadeneyra, Demetrio Carpio.
Mayores: Ricardo Eguino, Luís D. Romero, José María Yánez, Felipe de la Barra, Sagárnaga, Isaías Soto.
Capitanes: Romualdo de la Peña, Zenón Matos, Daniel Bedregal, Ladislao Oquendo, Delfin Rodrigo, Angel Echarte, Pastor Medinaceli.
Teniente 2º. Zacarías Blanco.
Subtenientes: Ascencio Antezana, Félix R. Peñaranda. Julio Silveti, José Rivadeneyra.
El mismo día 9, el Gral. Campero recibió en Viacha la visita del vicepresidente Arce, del doctor Cabrera y de otros personajes que habían salido de La Paz a darle la bienvenida.
Al día siguiente, 10, el general entró en La Paz, habiendo quedado los restos del ejército en Viacha, para descansar y reorganizarse.
lunes, 12 de junio de 2017
Historias de ex combatientes, la memoria de la guerra
APUNTE HISTÓRICO
La Guerra del Chaco fue el conflicto bélico internacional más largo al que se enfrentó Bolivia (1932-1935). Este episodio terminó arrebatándole al país territorio en la zona del Chaco, rica en yacimientos de hidrocarburos. La paz entre Bolivia y Paraguay se firmó el 12 de junio de 1935 y el cese de hostilidades fue el 14.
Con el tono que sólo podría imaginarse venir de un soldado, los ojos con los pigmentos desgastados por el paso del tiempo y los dedos aferrados a un bastón que retumba al menos tres veces cada que acaba una oración con un seco “tum tum tum”, José Pradel Loayza, benemérito de la Guerra del Chaco, recuerda que peleó por 40 días consecutivos en defensa del territorio boliviano amenazado por los ataques paraguayos.
En contraste a lo alto que escucho su voz, Pradel no puede oír la mía ni la de nadie alrededor, él está completamente sordo desde hace varios años como secuela de su participación en la guerra más larga que afrontó Bolivia (1932-1935). Cuando volvió del conflicto perdió la audición de un oído y fue el paso del tiempo el que se encargó de emparejar la situación en el otro.
Para empezar la entrevista, en una sala adornada de instrumentos de cuerda colgados cual si fueran cuadros, el yerno y la hija de Pradel muestran la pequeña pizarra de unos 40 centímetros de largo y ancho aproximadamente en la que se escribirá cada pregunta. Yo tenía mi grabadora y libreta lista cuatro veces más pequeña que la pizarra, pero ésta, la almohadilla y el marcador me enseñaban que nunca me había preparado para hacer esta nota.
-“¿Cómo siente que es el trato que se le da a los beneméritos actualmente?”, pregunté. Tesoro Pradel, su hija, escribe el texto para evitar problemas en la lectura de su padre.
“Respecto al trato a los beneméritos de parte del Gobierno, es una iniquidad la forma cómo el Gobierno se comporta con los beneméritos, gracias a los beneméritos, especialmente a los del regimiento Jordán Primero de Infantería, existen los petróleos en poder nuestro todavía”, afirma mientras lo acompañan los golpes de su bastón de madera contra el piso, fuertes y firmes como seguro eran sus pasos antes de necesitar ese apoyo.
El benemérito de guerra, ex boticario y además creador del primer gimnasio en Sucre –según cuenta su hija– tiene 102 años de edad, pero su memoria no le falla, especialmente cuando recuerda –o le recuerda a todos en realidad– que su regimiento junto con la ayuda de los regimientos Santa Cruz 33 de Infantería y Montes defendieron zonas cercanas a Camiri que son reconocidas como lugares con yacimientos hidrocarburíferos del Chaco, motivo de la discordia entre Bolivia y Paraguay.
“Nosotros debíamos estar mejor pagados, mejor reconocidos por el pueblo y por el Gobierno especialmente, el Gobierno muchas veces está gastando en disparates y sumas fantásticas, millones tras millones y gran parte del pueblo está medio muerto de hambre. Los beneméritos quedamos muy pocos, debemos quedar entre 20 a 22, el año pasado éramos 22, ahora debemos ser 20 a 18”, explica con una mirada fija y decisiva, como si por primera vez podría contarle al mundo lo que había pensado en tanto tiempo, por tantos años.
Antes Pradel, que es natural de Betanzos, solía participar de los desfiles y actos conmemorativos por el Día del ex Combatiente, que se celebra cada 14 de junio, en conmemoración al cese de hostilidades entre Bolivia y Paraguay, sin embargo, desde hace unos diez años sólo le queda recordar en su hogar.
Pradel ya no participa en ningún evento debido a que su resistencia fuera de reposo es limitada, aunque dentro de su casa se desenvuelve bastante bien; baja solo las gradas hacia la sala, y más allá de la sordera y una hipertensión que lo agobia desde hace unos años, podría considerarse un hombre relativamente saludable para tener más de un siglo de vida.
Hace unos tres años, estuvo muy delicado, tuvo que irse a Santa Cruz porque la altura de Sucre le afecta, pero no logró acostumbrarse y apenas se recuperó en esa ciudad, retornó a la Capital, donde se mantiene estable gracias a controles y cuidados que le exigen un alto gasto económico, imposible de cubrir con la renta que recibe por haber defendido al país en la guerra, asegura su hija.
Para Pradel es muy triste ver el mapa de Bolivia con todas las pérdidas territoriales con las que fue afectado por los países vecinos y afirma que lo que faltó en la guerra fue una estrategia adecuada de parte de los líderes militares.
EL CAMINO A LA GUERRA
Pradel tenía entre 16 a 17 años cuando ingresó al conflicto bélico, desde Potosí fue trasladado a la Capital en ferrocarril, luego lo llevaron a pie a Tarabuco junto con otros soldados entre jóvenes y mayores, porque también había convocado a categorías antiguas, cuenta.
“Habían casi 1.000 personas, fuimos a la campaña a pie desde aquí hasta Tarabuco, al mando del teniente García que perdió la pierna en la campaña, se metió donde no debía meterse por demostrar su valentía y le costó la pierna, este señor era nuestro comandante de conducción a la campaña nada más. En Tarabuco estuvimos dos o tres días, llegaron más o menos 20 camiones o 25 para llevarnos de Tarabuco a la línea de fuego. Llegamos a Lagunillas y pernoctamos ahí, después hubo otro envión hasta la línea de fuego”.
Era febrero, aunque no precisa bien el año, Pradel ingresó ya cuando la guerra había iniciado, Cuenta que les dieron instrucción dentro del monte, con fusiles nuevos, pero en sólo unos días, los paraguayos atacaron, así que se entrenaron en combate.
“Todos nos hacíamos los muy guapos, pero estábamos muy asustados”, dice con algo de risa en su tono, mientras retumban los golpes del bastón. “Los paraguayos atacaron y ahí nos entrenamos en lo que se llama el ‘bautizo de fuego’”.
Es sabido que quienes participaron en la Guerra del Chaco soportaron al inclemente clima del árido Chaco, la sed y el hambre, además de la desdicha de ver a quienes compartían su día a día caer en combate, heridos o fallecidos. Pradel recuerda que recibían una lawa por la mañana y su “rancho” militar cerca del mediodía, y que el preparado de color negro que recibían como desayuno no le gustaba, así que prefería cambiar su lawa por pedazos de carne para poder comerlos durante el día luego de tostarlos en una paila improvisada que se había hecho de una lata.
De las batallas recuerda que los paraguayos atacaban con bombas 75 y 105, las primeras no muy grandes, que contenían la pólvora en un tubo pequeño y podían llegar hasta a dos kilómetros de distancia, y las segundas, gigantescas para los soldados, que dejaban a su paso grandes bocanadas en el suelo y afectaban a decenas, recuerda Pradel mientras abre sus brazos de lado a lado para graficar el tamaño de la bomba 105.
¿Su grosor? pues era más o menos del tamaño de todo el torso del benemérito que el 17 de julio cumplirá 103 años de edad y para quien la aviación boliviana, lejos de lo que se suele narrar en los libros de historia, no fue tan oportuna y a veces, hasta perjudicó, según él, porque ayudaba a delatar la avanzada de las tropas.
Para él, algunos de los soldados memorables fueron Celestino Pino, a quien recuerda cabalgando por las picadas (caminos abiertos a machetazos para el paso de vehículos y soldados), animando a los soldados, incluso luego de que una bala perdida le llegó a la frente, pero no lo mató y volvió a las líneas.
Otro de los compañeros a quien recuerda es el “Ch’ila Montaño” a quien llamaban así “porque era chiquito y flaquito, estaba en nuestro curso y cuando acabó la batalla de Camatindi fui a conocer la laguna, también hay una laguna de ese nombre, y Ch’ila Montaño ya tenía grado de sargento ¡a los 16 años! porque había tenido una gran actuación en la defensa de esa laguna.
Este 14 de junio, seguramente Pradel recordará cómo hace 82 años, les pidieron tirar todas las municiones hasta mediodía, mientras los paraguayos les decían “‘hermanitos vengan, vengan’, pero teníamos órdenes de no acercarnos hasta que haya garantías de que se firmó la paz”.
A mediodía de esa jornada de 1935 finalizó el conflicto bélico, con más de 90.000 soldados muertos, más de 100 mil heridos y 22.500 prisioneros.
"NOS SENTIMOS OLVIDADAS"
Otra historia reflejada por la representante de las viudas de guerra, Blanca Cardona Vera viuda de Prado. Cumplirá este 15 de junio 77 años de edad y es una de las pocas mujeres de las que fueron esposas de los ex combatientes que aún participa en los desfiles y actos de homenaje. Ella asegura que casi ya no les invitan a los distintos actos que se organizan, pero que acuden a los desfiles pese a todas las dificultades.
Su esposo, Remberto Prado Montaño, un vallegrandino que fue a la guerra como parte de las tropas de Santa Cruz, falleció el 9 de junio de 1985, en Sucre, donde decidió radicar debido a que sentía que la gente de la Capital le había tratado con mucho cariño, recuerda Cardona, sentada en una pequeña silla en el pasillo que da a su patio de estilo colonial, adornado con una gran variedad de plantas.
El aroma a pintura es intenso, Cardona estuvo pintando sus macetas y otros adornos de su patio y sólo se toma un descanso para recordar a su esposo, para ella, el hombre que la hizo una mujer completamente feliz.
“Fue tres veces presidente de la Corte Suprema, 14 años Ministro (de la Corte), una vez fue Fiscal General y otra fue presidente de la Corte Electoral en La Paz”. Remberto Prado Montaño tuvo una vida activa en instituciones públicas luego de haber sido soldado en la guerra del Chaco, después de que sus dos hermanos menores se enrolaron.
Cardona cuenta que su esposo le contaba distintos episodios que vivió cuando participó del conflicto bélico, pero lo que más recalcaba era que más que de hambre, ellos morían de sed.
“Nos orinábamos uno al otro porque la arena era candente, me decía, y ahora lloro y digo qué habrán pasado todos esos hombres que fueron porque la mayoría eran de lugares alejados, de 500 hombres que han ido, el único, mi esposo era profesional, fueron más gente del campo y por eso las viudas no saben leer ni escribir”, lamenta.
Y es que como dirigente, afirma que muchas viudas le piden ayuda en distintos temas ya que la mayor parte además de no contar con el apoyo de sus familias, se encuentra en desventaja para defenderse debido a que son analfabetas y tienen la salud deteriorada.
Cardona dice que su esposo tuvo una herida en el brazo durante la campaña bélica y lo removieron a oficinas del Ejército para que sirva como abogado, sin embargo, sus ansias de defender a su país como sus hermanos, le hicieron pedir volver al frente.
Volvió de la guerra y recién se casó con quien fue su primera esposa, después de varios años, cuando ya fue viudo, se conocieron y decidieron emprender una vida juntos, pese a los 36 años de diferencia de edad que los separaban.
De hecho, cuando Prado fue a la guerra, en la que también participó su padre, ella todavía no había nacido, así que además de ser hija de un ex combatiente, Cardona es también una viuda de guerra.
Si bien su fallecido esposo no tuvo secuelas de la guerra que le impidieron hacer su vida de manera normal, sí solía soñar con episodios traumáticos, como cuando veía a sus camaradas morir en la guerra.
“’Caramba les estoy enterrando, estoy viendo a los heridos, era una desesperación ver esa fatiga que teníamos los bolivianos’ y lloraba”, relata con la voz quebradiza.
Pero asegura que no fue igual en otros casos, pues las otras viudas le contaban que sus maridos se habían vuelto locos, “quería balearlos, tomaban palos y les apuntaban creyendo que era su fusil y así nomás morían sus esposos”.
Entre las figuras femeninas que pelearon en la guerra, Cardona recuerda a Isabel Aldana viuda de Casso y a Aurora Cors, esta última enfermera que según ella “hizo nacer a todo Sucre esos tiempos”.
Pero ahora Cardona se preocupa más por la situación económica de la mayor parte de las viudas que no cuentan con recursos suficientes para sustentarse, especialmente por los gastos que su salud, por la edad, les exige.
“Nos sentimos queridas, sentimos el cariño del pueblo, pero de las autoridades no, qué indiferentes son las autoridades”, lamenta al contar que ha buscado al Alcalde y al Gobernador varias veces para pedirles que pinten y arreglen el mausoleo de las viudas que está descuidado y con espacio reducido.
Espera que para esta fecha conmemorativa, las autoridades las tomen en cuenta ya que además de vivir su rechazo, reciben, según ella, la indiferencia de algunos hijos de ex combatientes que las llaman “las segundas” sólo porque varias de ellas fueron las esposas de los segundos matrimonios de los beneméritos que este miércoles serán recordados por su labor y recibirán aplausos, aunque en el fondo –los que viven– seguirán sintiéndose relegados.
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