Buscador

martes, 30 de junio de 2015

Faustino Rico Toro El Chicheño EN EL PRIMER ATAQUE AÉREO EN LA GUERRA DEL CHACO


Piloto de caza, Cap. Faustino Rico Toro, nacido en Tupiza, en solitaria misión de ataque sorprendió a las tropas paraguayas en 1928, además, junto a su instructor el francés Henrry Lemaitre, protagonizó el primer vue-lo nocturno en Bolivia. (Foto Acervo-FAB). GALERÍA(4)
[Move to Panel 1] [Move to Panel 2]

Antenor Fernández Yañez

El repentino rugir del Fokker CVC, al mando del piloto de caza, Tte. Av. Faustino Rico Toro, rompió el silen-cio en la llanura chaqueña, el observador y artillero My. Alfredo Santalla, disparó ráfa-gas de ametralladora, los proyectiles lev-antaban polvo en el arenal, mientras los defensores de las trincheras paraguayas, despavoridos buscaban protección bajo los quebrachos y toborochis.

La sorpresiva incursión por un caza boli-viano, se produjo el 15 de diciembre de 1928, sobre las posiciones enemigas de Bahía Negra, Galpón y Patria, constituyén-dose en EL PRIMER ATAQUE AÉREO, preámbulo de la Guerra del Chaco prota-gonizado por el piloto chicheño Faustino Rico Toro.

La Quinta División del Ejército, le asignó la misión a Rico Toro, hostilizar a los forti-nes paraguayos, en represalia al artero ataque al Fortín boliviano Vanguardia.

Casi, rozando las copas de los arboles, con sus planos, el caza boliviano Fokker, hizo varios pasajes, aunque sus bombas lanzadas sobre el objetivo enemigo, no explotaron, al parecer, un súbdito francés que había alistado el avión con los arme-ros para esa misión sorpresa en la pista de Puerto Suárez incurrió en un acto de sa-botaje, restando poder de fuego del Fokker boliviano.

CAUSÓ SORPRESA Y PÁNICO

Como un fantasma, en el estilo de sus antepasados, Rico Toro “el Jinete del Cie-lo”, montado en su caballo de acero, con el poderoso rugido del motor de su aeronave sorprendió a “los pilas”, causando estra-gos y pánico en un concentración de tro-pas paraguayas, luego emprendió el retor-no al galope a su base desapareciendo en la lejanía.

Rico Toro, fue el primer aviador que in-tervino en acción de guerra, fue ascendido al grado de capitán, además de recibir va-rias condecoraciones por su audaz inter-vensión en el sudeste.

Esta acción, en la evolución del enfren-tamiento permitió al Ejército Boliviano, re-tomar los fortines Mariscal López y Boque-rón, en este último punto estratégico del escenario bélico, el Gral. Marzana, junto a un puñado de soldados, casi desfallecien-tes por falta de agua y alimentos, escribió la página más gloriosa de la Guerra del Chaco (1932-1935), pese a estar rodeados por el enemigo, los bravos bolivianos resistieron hasta el final sacrificando sus vidas al servicio de su Patria.

La revista Nuevos Horizontes de EL DIARIO, reproduce este episodio revela-dor de la Guerra del Chaco, siendo su protagonista el aviador Rico Toro, evocada por Ramiro Molina Alanes, Académico de Número de la Academia de Historia Militar, al recordarse los 80 años de su caída en El Alto, publicada en la edición 135 de Actua-lidad Aeronáutica de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB).

La Fuerza Aérea en campaña, con 40 aeronaves, sus tripulaciones, observado-res y técnicos, cumplió 20.000 misiones, en sus salidas completó 60.000 horas de vuelo desde el amanecer hasta el atarde-cer, un avión de combate en cada jornada realizó hasta seis salidas, para cobertura de apoyo a las tropas en tierra, librando decisivos combates frente a la aviación enemiga.

CAZADOR AUDAZ

Faustino Rico Toro, nació en Tupiza (Sud Chichas) el 15 de febrero de 1905, sus padres fueron el Tcnl. José Antonio Rico y su madre doña Teresa Toro.

Muy joven ingresó al Colegio Militar del Ejercito, egresando de ese instituto en 1924, con el grado de Subteniente de Artillería; dos años después se incorporó a la Escuela Militar de Aviación de El Alto (la Paz) hizo el curso de pilotaje básico y avanzado.

Descendiente de los le-gendarios guerreros chi-cheños, Rico Toro, estaba predestinado para cumplir las más arriesgadas misio-nes en la aviación de esa época, tal es así que su instructor de vuelo, el fran-cés Henrry Lemaitre, le de-signó su co-piloto para rea-lizar EL PRIMER VUELO NOCTURNO EN BOLIVIA, que se produjo con éxito el 19 de diciembre de 1926.

Este episodio, fue objeto de elogiosos comentarios de la opinión pública que vio con asombro el destello de las luces de la aeronave “Breguett” XIX que evolucionaba en el oscuro cielo pace-ño, haciendo rugir su motor propulsor, fue todo un acontecimiento noticiero en aque-lla época.

Tras cumplir satisfactoriamente los cur-sos de pilotaje elemental y de combate, el Tte. José P. Cohelo y el Sbtte. Faustino Ri-co Toro, recibieron sus brevets de pilotos militares del entonces Presidente de la Re-pública Dr. Hernando Siles en ceremonia efectuada en la Escuela Militar de Aviación de El Alto, el 29 de marzo de 1927.

Ya soplaban vientos de guerra en los arenales del Chaco Boliviano-Paraguayo, 19 meses después el chicheño Rico Toro, se convirtió en el primer aviador boliviano que intervino en acción internacional de guerra en defensa de su Patria.

VUELO A LA ETERNIDAD

Pero, el destino truncó la vida del joven aviador, por cuanto en la aciaga jornada del 7 de abril de 1932, cuando ejecutaba maniobras acrobáticas en el aire, caracte-rísticas de los pilotos de caza, la aeronave Vickers Scout que tripulaba, al parecer tuvo una “plantada de motor”, sin control y en picada se estrelló contra el suelo oca-sionando el deceso de Rico Toro, una pér-dida irreparable para Bolivia.

Semblanza corta, pero, con una merito-ria trayectoria de Rico Toro, confirma el temple guerrero de los bravos del Sur, la legendaria y GLORIOSA CABALLERÍA CHICHEÑA, que combatió durante 15 A-ÑOS EN LOS CAMPOS DE BATALLA en la Guerra de la Independencia (1810-1825).

El contingente al mando del Cnl. Carlos Medinaceli, aplastó al último reducto espa-ñol comandado por el realista Pedro Anto-nio Olañeta, en Patirana-Tumusla el 1 de abril de 1825, en esta histórica planicie, NACIÓ BOLIVIA a la vida libre e indepen-diente con el sudor y sangre de la valerosa CABALLERÍA CHICHEÑA. Se aproxima el Bicentenario de esta magna fecha, Tumus-la, verdadero baluarte de la emancipación de nuestra Patria amada.

Años después, ante la invasión chilena POR ASALTO ARMADO y ocupación de nuestros puertos marítimos, 70 francotira-dores en su mayoría chicheños al mando del Cnl. Rufino Carrasco, el bravo taline-ño, derrotaron a una columna del Ejercito chileno en el cañadón de Tambillo en la madrugada del 5 de diciembre de 1879, esta hazaña y memorable victoria fue ocul-tada en forma deliberada por los historia-dores chilenófilos. (Rev. N. Horizontes Nº 1.008-2012)

En una ocasión, el ex Presidente Hugo Banzer Suárez expresó: “El valor del sol-dado chicheño está comprobado por su lealtad y coraje, está considerado como EL MEJOR SOLDADO DEL EJÉRCITO BOLI-VIANO” (La Gaceta del Sur-Potosí - 7 - XI-1988).

HOMENAJE A LOS BRAVOS GUERRE-ROS

En un noble gesto de homenaje al valor de los soldados chicheños que marcharon VOLUNTARIOS con sus propios caballos para defender el oro negro en la Guerra del Chaco, desde hace varios años la U.E. “7 de Noviembre” de Tupiza, incorporó una llamativa columna de niños “Los Colora-dos de Bolivia”, que hacen su presentación en los actos cívicos luciendo orgullosos y con gallardía el glorioso uniforme de los soldados que combatieron y defendieron los hidrocarburos en el Chaco Boreal, hoy pilar esencial de la economía nacional.

Pese a la destacada trayectoria exhibida por los bravos CHICHEÑOS, mujeres y hombres del Sur, que contribuyeron con esfuerzo y sangre al nacimiento de Bolivia, persiste la indiferencia de los poderes del Estado, es notoria la falta de atención a las múltiples necesidades de los históricos pueblos del Sur.

Los Senadores, Diputados, Asambleis-tas, del Sur nunca hicieron prevalecer los LEGÍTIMOS DERECHOS DE LA GRAN REGIÓN DE LOS CHICHAS, logrados con sacrificio en su brillante historial, con la sangre de sus héroes anónimos. Los oca-sionales líderes de estas provincias del Sur, impulsaron confrontaciones regiona-les innecesarias, esos disociadores lleva-ron al descalabro a la Gran Región de Los Chichas, ni siquiera está re-conocida como “Nación” en la nueva Constitución Políti-ca del Estado Plurinacional.

La raza guerrera del Sur, jinetes a caballo, armados de lanzas y machetes, llevando ojotas, poncho rojo y som-brero blanco alón emergió de: Villazón, Tupiza, Cotagai-ta, Vitichi, Atocha, Tumusla, Nazareno, Vichacla, Tambi-llo, San Miguel, Cornaca, Pa-lala, Talina, Estarca, Moraya, Esmoraca, Totora, Mojo, Santa Catalina, Los Lipez, Calcha, Quiriza, Quechisla, Pampa Grande, Palquiza, Lampaya, Selocha, Suipa-cha, San Joaquin, Oploca, Almona, Ramadas, entre otros humildes y dignos pue- blos, además de otros en territorio argentino como: Ya-vi, Catamarca, Casabindo, Humahuaca, Jujuy, que des-de tiempos remotos forman parte de la Gran Región de Los Chichas.

Estos históricos pueblos asentados en varios ecosistemas, necesitan mejores condiciones de vida con agua potable, energía eléctrica, caminos, agua para rie-go, viviendas, institutos de formación pro-fesional y fundamentalmente hospitales de tercer nivel para preservar el valioso capi-tal humano de Los Chichas.

Se pregona convertir a Bolivia en el Cen-tro Energético de Sudamérica, sin embar-go, el Proyecto Múltiple de AJNAPA en la cuenca alta del río San Juan del Oro, (Tur-binas Hidroeléctricas, agua para riego, pis-cicultura y otros beneficios) que tiene in-clusive rótulo de ley de “prioridad nacio- nal”, fue archivado por la negligencia de los mismos chicheños que no piensan en el bienestar de las futuras generaciones y el desarrollo integral del Sur.

El legado del Cap. Faustino Rico Toro, es un ejemplo de la capacidad, trabajo y sa-crificio al servicio de la Patria, los chiche-ños deben recuperar y fortalecer su IDEN-TIDAD respetar y enaltecer a sus próceres y hacer un compromiso serio de INTE-GRACION, erradicar el dañino regionalis-mo, TRABAJAR UNIDOS por el bienestar de la Gran Región de Los Chichas

(Antenor Fernández Yañez

Cel. 73041229).

domingo, 28 de junio de 2015

Gustavo Rodríguez: ‘Retornan’ dos soldados bolivianos del Alto de la Alianza



En isla Esteves (Puno), el Gobierno de Perú hizo el anuncio del hallazgo de los restos de dos soldados bolivianos y uno peruano muertos en la Batalla del Alto de la Alianza. Los despojos hicieron de metáfora del presente acercamiento entre Bolivia y Perú. La significación del hecho valió que la Declaración conjunta le dedicara el punto 34: “En el marco del Encuentro Presidencial y I Gabinete Binacional, el presidente Ollanta Humala dio a conocer al presidente Evo Morales el hallazgo de los cuerpos de dos soldados bolivianos que perecieron en la batalla del Alto de la Alianza, durante la Guerra del Pacífico. En tal sentido, puso a disposición del Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia la repatriación de dichos combatientes, para que puedan descansar en su patria, en fecha que acordarán ambas cancillerías.”

— ¿Cuál fue el origen del hallazgo?

— Todo comenzó hace muchos años. En 2008, un equipo que se llama “Brigada Naval Combatientes del Pacífico”, encabezados por Percy Graham, hacía estudios en el área sobre la delimitación del campo de batalla del Alto de la Alianza. Ahí encontraron —casualmente, porque no es lo que estaban buscando— los restos de lo que parecía, aunque no había modo de determinar en ese momento, un soldado boliviano semienterrado en el campo de batalla del 26 de mayo de 1880. Ellos volvieron a enterrar los restos y dieron parte a las autoridades en Tacna del Ministerio de Cultura peruano.

— Esto en 2008...

— 2008, sí. Ellos dieron parte a las autoridades, pero probablemente algo pasó y no se hizo más nada. El año pasado, el grupo de Graham conoció a alguien en Bolivia y le contó del hallazgo e incluso le mandó fotos de los restos. Esta otra persona se contactó primero con la Academia de Historia Militar. Ellos fueron con las autoridades militares y, por algún camino, se comunicaron con la Cancillería o el Palacio de Gobierno en Bolivia. El 8 de diciembre de 2014 me llegó una comunicación diciéndome que haga todo lo posible para encontrar estos restos.

— ¿Desde el Gobierno boliviano?

— Es una comunicación que me la manda Juan Carlos Alurralde (Vicecanciller) y dice que realice las gestiones para obtener la información. Entonces yo, historiador, finalmente, comienzo a buscar, a veces con los datos dispersos, a los miembros del grupo, a Percy Graham, y doy con él.

— El que dirige la brigada que mencionó.

— Sí, que no es una brigada militar, sino civil, es un equipo de investigación. Me explica qué es lo que había hallado, etcétera. Comienzo a trabajar con la gente del Ministerio de Cultura del Perú. Hablo con la ministra Diana Álvarez-Calderón, con quien hemos trabajado en temas comunes entre Bolivia y Perú. Ellos deciden hacer la investigación. Después de algunas dudas sobre cómo se habían encontrado los restos, se hace la investigación. En febrero de este año voy con la gente de esta brigada, del Ministerio de Cultura, más gente del mismo ministerio en su regional de Tacna. Vamos a la zona.

Es un desierto. Llegamos donde el GPS indicaba y comprobamos que nadie había excavado. Es una zona por donde no transita la gente.Recuerdo que en los alrededores, uno de los arqueólogos encontró un proyectil, aparentemente de una bala chilena, lo cual mostraba que estábamos en lo que fue parte del campo de batalla. Luego de esa información volví a reunirme con la ministra. Entonces Cultura decidió involucrarse, pero dadas las relaciones, nosotros ya no trabajamos con ellos, sino con el Ministerio de Relaciones Exteriores.

— ¿De Perú o Bolivia?

— Perú, Bolivia no. Porque no se puede. Nos dijeron que era un proceso suyo y que tenían la capacidad y autoridad política para recuperar los restos. Además, nadie tenía constancia, en ese momento, si eran soldados bolivianos, peruanos o chilenos. No había forma de establecerlo ese momento.

— ¿Cómo se llega a la conclusión de la nacionalidad?

— En la foto que mandó Percy Graham se veía una parte del pie. Ahí se veía un bota doblada, un pantalón remangado, que es una característica de los soldados bolivianos.

— Por el pantalón, entonces.

— Sí, el pantalón blanco doblado. Bueno, ellos nos informaban mientras hacían la investigación. El resultado final fue transmitido por el presidente Ollanta Humala en la reunión (del Gabinete Binacional Perú-Bolivia, martes 23 de junio). En la mañana en que se presentaron los informes de las cuatro comisiones, Humala dijo que se encontraron los restos no de uno sino de dos soldados bolivianos. Incluso en el acta final de la declaración, consta el hallazgo y que serán devueltos a Bolivia.

— Es el punto 43 de la Declaración de isla Esteves, si no me equivoco.

— Sí , exacto. Ahora, ¿quiénes son los dos soldados?

— ¿Qué sabemos de ellos? Tal vez si no su identidad o sus grados, sí datos de su pasado?

— No se puede establecer su identidad, sabemos que ellos eran parte del batallón que usaba chaquetas amarillas, que se llamaba el Batallón Sucre. Como es una zona árida se conserva muy bien.

— Los pigmentos.

— Claro, además los arqueólogos están entrenados para eso. Entonces, es claro que ellos tenían chaquetas amarillas. Eso hace que sean del Batallón Sucre, es decir, los soldados que venían de Sucre. Lo interesante del caso es que había un tercer cuerpo.

— ¿Chileno o peruano?

— Era peruano. Es decir, había un cuerpo aislado y como 15 metros más allá de los otros dos. El peruano estaba encima del boliviano.

— ¿El boliviano y el peruano estaban juntos y el segundo boliviano metros más allá?

— Sí, lo cual a mí me parece altamente simbólico. La excavación ha permitido encontrar un conjunto de detalles adicionales porque se ve que han hecho una excavación muy profesional y han encontrado muchas cosas.

— ¿Cuáles?

— Una de las cosas que han encontrado en los bolsillos son hojas de coca. Es muy interesante. El peruano también tenía hojas de coca que están bien conservadas. Parecen unas hojas secas de unos cuatro o cinco días.

— ¿Qué otros objetos?

— Hay varios objetos. Los bolsillos de ellos estaban dados la vuelta.

— Los chilenos los “bolsiquearon”.

— Los han bolsiqueado. Es decir, presumimos que una vez muertos, les han saqueado todo y como la coca no tenía ningún sentido para ellos (los chilenos), entonces quedó. En los alrededores han quedado varias cosas, como proyectiles de Remington (arma que utilizaban los bolivianos); una botella de coñac; puchos de cigarro; un recipiente para poner la cal para mascar la coca (a modo de lejía); el peruano tenía un detente, o sea, un amuleto para detener las balas. Lo importante de esto es que nos aproxima a una perspectiva más social de la guerra, ver quiénes eran estas personas, de qué se alimentaban, cómo estaban vestidas, qué usaban en la vida cotidiana de la guerra. Han encontrado agujas, botones. Eso va a permitir aproximarnos a otra cara de la guerra, por un lado a esa mirada más heroica de los bolivianos que dieron la vida por defender su patria; luego, el hecho mismo de que hayan sido enterrados —no hay forma de saber si murieron juntos— un boliviano y un peruano reafirma esta fraternidad; y, por último, nos dan huellas de una perspectiva distinta de esas historias más políticas de la guerra: tratados, generales. Aquí hay otros testimonios. Uno de los bolivianos era probablemente un oficial. Uno tenía abarcas, el otro no.

Entonces, tú ves abarcas gastadas y te das cuenta que caminaron mucho en el desierto, que es pedregoso, arenoso. Te los imaginas sedientos, con temores, con dudas, o con gestos heroicos, mascando su coca, sintiéndose protegidos o no por el detente, fumando su cigarro, tomando su coñac, esperando el día de la batalla. Y te imaginas también a las rabonas, a las mujeres de estos soldados corriendo a llevarles alimentos, o después de la batalla yendo a buscar a sus seres queridos a ver si los encontraban vivos o heridos. Todo permite una lectura diferente de la guerra, te aproxima a esa cotidianidad. Estuve muy emocionado al ver las hojas de coca.

— Debe ser impresionante.

— Yo he quedado absolutamente impresionado. Hice casi lo mismo con el tema de Teoponte, buscando a los guerrilleros, los he encontrado, he visto los restos, pero eso era otra cosa. Fue una mezcla de la tarea de historiador y de diplomático; como diplomático mi responsabilidad era responder a la demanda del Gobierno y decirle dónde estaban los soldados. Como historiador, me permitió esta aproximación diferente. Además, los arqueólogos peruanos han trabajado con profesionalismo y compromiso. He visto a las mujeres emocionadas, casi llorando, les han dado nombres a los combatientes, a uno Manuel y a otro Enrique.

— ¿Por alguna razón?

— No, por ellas mismas, que han estado semanas excavando, mirando.

— Nombrar al anónimo también es simbólico.

— Sí, es simbólico. Es interesante que existe un diario (no ahí) de un soldado de los Casacas Amarillas llamado Manuel. Un boliviano que sobrevivió. Era de Mizque y fue con la tropa de Cochabamba. No recuerdo si con la Vanguardia o con la Aroma. Como había estudiado Derecho en Sucre, se pasó al grupo de los Libres, los amarillos de Sucre. El diario nos permite ver dónde estaban situados en la batalla, qué les pasó en la batalla. Eso nos va a dar rastros para ver cómo murieron estos hombres. En términos formales, los restos han sido encontrados; se va a proceder a la devolución, con todos los honores, a Bolivia, porque a Bolivia pertenecen y murieron defendiéndola y querían volver. Lo que no está cerrado es una investigación histórica respecto a una perspectiva social de la guerra con todas estas huellas: zapatos, puchos, botellas, coñac, coca, escapularios, detentes, fajas, canamas, proyectiles.

— Que es de alguna manera la tendencia de la historia de ya no estudiar grandes hechos, grandes nombres, sino lo cotidiano.

— Exactamente y yo ya estaba, antes de esto, tentado en hacer un trabajo que se va a llamar Tropas en la Arena. Claro, nuestros hombres venían de muy lejos, tenían que caminar semanas para ir hasta Tacna y permanecer casi un año en la arena, en el desierto. A veces en sus notas, porque hay varios diarios publicados, registran su sorpresa al ver el mar, porque nunca lo habían visto. Como tú bien dices, lo que necesitamos también es una historia de la guerra que salga de los grandes nombres, de los tambores, de los fusiles, de las urnas y nos lleve a la vida más cotidiana de estos hombres o esas mujeres.

— Como historiador y diplomático, ¿cuál es el significado del hallazgo justo la mañana del 23 y que esté en la Declaración de la isla Esteves. La carga simbólica ligada al presente.

— Si uno creyera en estas cosas diría que estos hombres quisieron volver a su país en el momento más justo. Hay ciertas cosas… Cuando hice Teoponte habían cosas inexplicables, aparentemente fortuitas: encuentros, cosas que no tenían explicación racional, pero que sucedían. Si uno creyera, diría que ellos quisieron volver justo en este momento y yo solo fui como su intérprete. “Búscame”, está bien, los buscamos y los llevaremos con los honores que corresponden y los repatriaremos a donde querían volver.

Datos

Nombre: Gustavo Rodríguez Ostria

Nació: 27-06-1952

Profesión: Historiador

Cargo: Embajador de Bolivia en Perú

Perfil

Sin tiempo para las palabras: Teoponte, la otra guerrilla guevarista en Bolivia (2006); Tamara, Laura, Tania: un misterio en la guerrilla del Che (2011); Morir matando: poder, guerra e insurrección en Cochabamba (2012).


El ala conventual de la orden franciscana de Tarija siguió una intrincada historia



El ala conventual de la orden franciscana de Tarija siguió una intrincada historia desde que los trabajos de su edificación empezaron en 1606 hasta adquirir la forma y espacio que actualmente ocupa y en el que alberga las huellas de una vida rica en expresiones religiosas, artísticas y culturales.

La edificación, que se fue remodelando con el curso de los años, actualmente cuenta con oficinas parroquiales (calle La Madrid), Centro Eclesial de Documentación (calle Colón), Imprenta, Librería y Basílica Menor (calle Daniel Campos).
Internamente tiene la bodega, cocina (para los hermanos y los pobres), el comedor, las biblioteca antigua, moderna y del Centro Eclesial de Documentación, el Archivo, las pinacotecas colonial y moderna (Museo Fray Francisco Miguel Marí), que ocupan los espacios de la antigua enfermería y procuraduría misional.

Historia
Según la documentación eclesial elaborada por el padre Lorenzo Calzavarini y sintetizada en la guía historiográfica, un 4 de mayo de 1606 el pueblo de Tarija reunido en cabildo pidió a la Audiencia de Charcas un convento franciscano y el 18 del mismo mes iniciaron los trabajos, que poco después fueron suspendidos por falta de consentimiento del Patronato regio.
En principio nació como “recoleta”, un convento con relativa actividad, sobre todo litúrgica y espiritual. La reducida construcción conventual, dedicada a Santa María de los Ángeles, se ubicaba entre la calles La Madrid y Daniel Campos, lo restante de las dos manzanas de terreno, desde la Colón y Bolívar, era huerta.
En 1618 se le retiró la característica de “recoleta”, por lo cual resultó ser convento de periferia con escasa capacidad de personal religioso en el conjunto colonial de Charcas. La actividad religiosa se ejercía en una capilla precaria en la esquina de la Madrid y Daniel Campos. Pero, desde 1627 a 1645 se construyó el primer templo. Su arquitectura era en cruz latina, con crucero, presbiterio y nave hasta la actual puerta de Santa Bárbara.
El 3 de abril de 1754, el Comisario General Francisco Soto y Marne creaba el Colegio de Propaganda Fide de Tarija; y el 4 de octubre de 1755, a los misioneros llegados desde Ocopa (Perú), se les entregaba las pocas cosas de la ermita franciscana.
La nueva denominación implicaba que los frailes de Tarija tuvieran prioritariamente una acción misionera y un número crecido de hermanos. Resultó ser el “cuartel general” de los franciscanos en el sudeste de Bolivia.

Ampliación
Entonces se inició con la construcción conventual, se amplió el templo, se perfilaron dos claustros centrales, un claustro para los servicios y un claustro abierto hacia la huerta; en 1773 se construyeron las oficinas, que extendían el espacio conventual hasta la mitad de la cuadra Colón y Suipacha; en 1783 se edificaron la enfermería y biblioteca; y en 1793 se ubicó la escuelita franciscana en la cuadra Colón-Suipacha e Ingavi-Bolívar. El embellecimiento del templo estuvo a cargo del hermano Fray Francisco Miguel Marí.
Después del caos creado por la guerra de la Independencia y la organización política-administrativa del territorio, los franciscanos de Tarija concentraron sus atenciones en el territorio en el que se habían establecido, de este lugar conseguían su sustento diario y ejercían influencia a través de predicaciones y andanzas.
Todos los años los frailes iban por la campiña, esparcían un sentido comunitario en las varias agrupaciones territoriales. Resultaban preocupaciones de construcciones o reestructuración de templos, acción social y sacramental.
Sobre sus acciones pastorales urbanas, estas se iniciaron con un sacerdote poseedor de los rasgos de los grandes santos del siglo XIX, el padre Buenaventura Lolli. Llegó a Tarija en 1878, en 1896, inició la publicación del “Boletín Antoniano”, ligado a la difusión de la Rerum Novarum del Papa León XIII, y terminó sus días como decano de la prensa nacional en febrero de 1953.
En 1903, siguió la apertura de la “Librería Antoniana”, que mantenía conexiones con Buenos Aires y otras ciudades de editoriales fuertes. A partir de los años de 1907, de desarrollaron varias actividades de ayuda para los pobres en el Hospital San Juan de Dios.
En 1913 nacieron le “Federación de obreros antonianos”, y el Centro femenino antoniano” dirigidos por el P. José María Cocchetti. Desde 1912 tomó empuje el Colegio Antoniano y, en 1922, la Escuela nocturna para artesanos (ligada al mismo Colegio). En la post guerra chaqueña, en 1938, se inició la Hoja Dominical, pionera en su referente litúrgico.

Más fatigas
Desde 1905 se procedió a la secularización de las reducciones chaqueñas. Para mantener la unidad territorial, la Santa Sede creó el Vicariato de Cuevo el 22 de mayo de 1919. Con esa decisión, el convento de San Francisco perdió su denominación de Colegio de Propaganda Fide y fue confiado a la Provincia Franciscana de San Buenaventura de Toscana. En 1911, la Honorable Alcaldía de Tarija impuso el desmembramiento del área conventual, con proyecto de abrir las calles Ingavi y Colón.
El conflicto se solucionó en 1932, cuando el Alcalde Isaac Attié compró la huerta, donde construyó el Palacio de Justicia. Con tal venta, los franciscanos construyeron el ala conventual de la calle Ingavi, que cerraba el claustro antes abierto. Quedaron las heridas internas al recinto conventual, lo que explica un siglo de adaptaciones arquitectónicas.

Maravillas del incario


ç En pasadas notas de investigación difundidas en EL DIARIO abordó bajo mi autoría, temas precolombinos, con los siguientes títulos: Tiwanaku, cuna del Imperio incaico, Absolutismo en el incanato, El mundo andino antes de Colón, El Castigo en el Imperio Inca y, hoy Maravillas del incario.

Estas publicaciones, fruto de rigurosa investigación en libros nacionales y extranjeros, así como en el estudio de eruditos, arqueólogos e historiadores de la talla de Inca Garcilaso de la Vega, Guamán Poma, Carlos Ponce Sanjinés, Dick Ibarra Graso, Roy Querejazu Lewis,Federico Diez de Medina, Teresa Gisbert y otros célebres por su dedicada labor tratan del incanato, como producto socia; sus grandes falencias y sus elevadas virtudes a las cuales pertenece la nota Maravillas del incario.

MARAVILLAS

El incanato tuvo, entre otras maravillas que aún, en este Siglo Veintiuno sorprenden: Un sistema socioeconómico basado en una distribución razonable de la producción agropecuaria, cuya base social, ayllus, comunidades, pueblos sometidos al sistema, tributaba a la pirámide de mando inca.

Estudiosos de Europa en los siglos Diecinueve y Veinte creyeron percibir en aquel sistema de asociaciones comunales, vestigios de un modelo socialista-comunista y tal vez, influidos por los descubrimientos de varias culturas precolombinas entre México y Los Andes que comprenden Perú y Bolivia, tomaron aquel sistema como ideal.

Obras de connotados sociólogos e historiadores, así como descubrimientos arqueológicos de la Civilización Maya, de Machupichu y el renacer arqueológico de templetes subterráneos y la difusión de la colosal obra precolombina denominada “La Puerta del Sol”, en Tiwanaku, a kilómetros de la ciudad de La Paz, Bolivia, compitieron con sus teorías para señalar que, en efecto, el incanato fue históricamente una etapa solidaria y comunal.

MODO ASIÁTICO

En la década de los años 80 del pasado siglo, estaba en boga el “modo de producción asiático”, una concepción de tinte materialista que a la letra dice: “El ejemplo más interesante y mejor conocido del modo de producción asiático en la América Precolombina, está constituido por el Imperio Inca o Tawantinsuyo (es decir, las cuatro provincias unidas), establecido hacia el Siglo XI en una estrecha faja costera del Pacífico, que correspondía al Ecuador, Perú y Chile de hoy, pero comprendiendo también partes más o menos vastas de Bolivia y de la Argentina actuales. La célula social primitiva del Imperio Inca era el ayllu, formado por varias familias que se supone descendían de un ancestro común”.

Las prestaciones a las que los campesinos estaban obligados, presentaban todas las características de la “esclavitud generalizada”, afirmó el autor de esta tesis, Sirio de Santis.

PANACAS

Sin embargo, cuando los ejércitos españoles invadieron el territorio Inca y llegaron hasta su capital Cusco, existía ya una clase dominante a cuya cabeza figura el Inca, la familia real, las “panacas” (clanes familiares) y otros grupos privilegiados que a título de “orejones” dominaban la amplia base social integrada por pueblos propios y asimilados después de las correrías de conquista del supremo Inca.

En ese entendido, el sistema del incanato conocía una cierta cualidad de propiedad privada y el desarrollo de clases sociales menores y estaba oficializado un grado de “servidumbre” tal cual lo reflejó Inca Garcilazo de la Vega, en sus “Comentarios reales de los incas”.

Garcilazo afirma: “Capítulo tres: los criados de la casa real y los que traían las andas del Rey. Los criados para el servicio de la casa real, como barrenderos, aguadores, leñadores, cocineros para la mesa de estado, botilleres, porteros, guardarropa y guardajoya, jardineros, caseros y todos los demás oficios personales que hay en las casas de los Reyes y Emperadores, en la de estos incas no eran personas particulares los que servían en estos ministerios, sino que para cada oficio había un pueblo o dos o tres, señalados conforme al oficio…”. Agrega: “Esto se usaba entre los ricos, que los pobres, que era la gente común, en toda cosa tenía escasez pero no necesidad”.

OTROS TEMAS

Con motivo del quinto centenario de la incursión europea a nuestra América, Biblioteca Hiberoamericana, Anaya, publicó una serie de libros conmemorativos, entre ellos uno de especial interés: “Contribuciones iberoamericanas al mundo Botánica, Medicina, Agricultura” de Miguel Angel Martínez.

“El cereal más importante de América, es el maíz…apare de los platos que se preparan con esta planta, hacen de ella una de las especies más útiles a la Humanidad”. Otra planta que contribuye bastante a las dietas de varios pueblos, es la papa…La yuca es ampliamente cultivada… El camote, es otra de las plantas de amplia difusión por todo el mundo”.

Prosigue: “De la quinua, importante pseudocereal rico en carbohidratos y proteínas…Los amarantos…Entre las plantas productoras de proteínas vegetales que ahora se cultivan en varias partes del mundo (originarias de América Latina), están las calabazas…Los frijoles, otro de los cultivos ampliamente difundidos en diversas partes del mundo….El cacahuate o maní, es otra de las plantas sudamericanas con alto contenido de proteínas y aceites comestibles, se popularizó desde la época colonial en otras colonias españolas y en Europa”.

Continúa Miguel Ángel Martínez: “El aguacate palta, cuya pulpa es rica en aceites…. Del Girasol se extrae un excelente aceite comestible…La malanga (en Bolivia ‘papa walusa’),Oca…Una de las frutas más difundidas por el mundo es el tomate o jitomate, planta de origen sudamericano. Hacia el año 1600 ya estaba ampliamente distribuida en Europa y de allí desde Europa se difunde a Oceanía y Asia…La chirimoya, la guayaba, la papaya, la piña, mameys, níspero e infinidad de colorantes vegetales”.

Agrega: “Entre saborizantes, la albahaca, zarzaparrillas, pimienta gorda. El chili, ají, pimiento o pimienta de indias, fue una de las primeras especies que recibieron los Reyes Católicos: en 1493, Colón les entregó muestras junto con algodón y aromas. En 1548 ya se cultivaba en Inglaterra y hacia 1585, en Moravia, aunque en 1526 ya estaba en Hungría. La importancia de las substancias saborizantes en el mundo actual, está muy bien representada por la vainilla y ahora se cultiva en varias islas del océano Indico, Uganda, Tahití, Java. El laurel serrano, para aromatizar comidas y bebidas. El cacao, que rápidamente alcanzó popularidad en Europa. El cacao se introdujo en Europa en 1526. El mate, guaraná…Una de las plantas estimulantes que más importancia tiene en el mundo, es el tabaco”.

A manera de conclusión, el incanato tuvo gran desarrollo en su tiempo, debido a su organización y al conocimiento de técnicas que nos sorprenden cuando vemos, por ejemplo, la inmensidad de sus construcciones y de sus viaductos.

Aún en nuestros días, en el área del altiplano boliviano, grupos indígenas conservan en su memoria oral, parte de aquellos tiempos en que el Incanato gobernaba los cuatro suyos.

Se entregarán restos de soldados a Bolivia

Los cadáveres fueron hallados en 2004. Estos serán repatriados después de 11 años.

Los restos de dos soldados bolivianos que apoyaron a las tropas peruanas en la Batalla de Alto de la Alianza fueron hallados en 2004 en Tacna y serán repatriados en julio, de acuerdo con el informe diplomático del Perú

De acuerdo con la crónica del periódico peruano el Comercio, los ejércitos aliados de Perú y Bolivia esperan armados el inicio del enfrentamiento contra las tropas chilenas. La meseta del cerro Intiorko, en Tacna, es el escenario de lo que la historia llama la Batalla del Alto de la Alianza. Las cifras no concuerdan, pero se calcula que había en esta pampa desértica 5 mil bolivianos, 4 mil peruanos y 14 mil chilenos.

Entre las fuerzas bolivianas destaca el batallón de infantería Sucre N° 2, que por el color de sus chaquetas será conocido como los ‘amarillos’.

Poco antes de llegar a Intiorko le han entregado a cada uno un poco de cuero de vaca para que se confeccionen, ellos mismos, sus sandalias.



EMBAJADOR. En Agosto de 2014, Gustavo Rodríguez Ostria jura el cargo de embajador de Bolivia en Perú. Meses después, en octubre de ese mismo año, recibirá un importante encargo. Llevar a cabo las gestiones necesarias para recuperar el cuerpo de un soldado boliviano hallado en un sector del Alto de la Alianza.

No contaba con mucha información, solo se sabe que en el 2004 dos peruanos que investigaban el lugar dieron con los restos e informaron a las autoridades peruanas de la época. Luego los cubrieron para despistar a los saqueadores.

Años de silencio después, esta misma información fue entregada a un militar boliviano, que dio cuenta a la Academia Militar de ese país.

Antes de ser embajador, le dieron datos del asunto, empero cuando ya ocupa su despacho en Lima, se convierte en misión oficial.

El interés es doble, porque además de embajador, Rodríguez es historiador.



MAYO. El 26 de mayo de 2015 Tacna conmemora los 135 años de la Batalla del Alto de la Alianza.

Cientos de escolares tacneños teatralizan un cruento enfrentamiento en el que sobrevivir, incluso como prisionero, era una suerte y no una opción. Entre los invitados está el embajador Gustavo Rodríguez, que a lo largo del día intercambia apreciaciones y datos históricos con autoridades de esa región.

El ministro de Defensa boliviano, Reymi Ferreira, anunció que en julio, Perú entregará al país los restos de los soldados bolivianos.



LA HISTORIA DEFINE QUE LA CAUSA DEL PERÚ Y DE BOLIVIA, ENFRENTADAS A CHILE, ERA PORQUE CODICIABA SUS RESERVAS DE SALITRE Y GUANO, UNA CAUSA QUE USARON EN FAVOR SUS HIJOS.

jueves, 25 de junio de 2015

La titánica tarea de Camponovo en la vinculación vial de Tarija



Consciente de que solo con caminos se alcanza el progreso y que al hombre se lo conoce por sus obras, Don Rafael Camponovo Toussaint se puso en los hombros la incansable y titánica tarea de vertebrar Tarija a través de obras camineras, venció dificultades y escribió una página en la historia de Tarija. El geólogo y escritor José Paz Garzón rescata su memoria del mar del olvido a través de un libro que presentará próximamente.

Además, el autor busca exaltar la figura señera de un constructor que con visión de futuro trabajó en pro de la integración vial del suelo tarijeño desde su juventud, fue un hombre pragmático de obras y no de sueños, vivió para construir y supervisar caminos y superar toda clase de vicisitudes.

Soga y brújula
Hombre probo que vivió en una época en la que su labor se cumplía en territorios agrestes, a punta de soga y brújula, a lomo de acémila en la búsqueda de la interconexión caminera. Toda su dedicación y experiencia la volcó como proyectista y constructor de vitales obras en todo el territorio tarijeño y sur de Bolivia.
En su ardua labor de campo tuvo el apoyo de brigadas de topógrafos, dibujantes, alarifes, capataces, ayudantes, peones, soldados y contó con mulas de carga, caballos, instrumentos, equipos de precisión lámparas y otros utensilios útiles de campaña.
A partir de los informes y memorias de Camponovo, Paz Garzón aborda de forma didáctica, sencilla y clara una relación histórica, económica y legislativa que significó construir esos caminos en la que estuvieron vinculados presidentes de Bolivia, diputados tarijeños y otros actores que contribuyeron al desarrollo vial de la región.
Entre sus obras destacan su participación en la construcción de los tramos Tarija - Sama - Tajzara - Tojo - Villazón. En el camino a Fortín Campero con el trazado Guayabillas - Emborozú, Nogalitos - Las Pavas, San Telmo - Bermejo y la construcción de los puentes Orozas y Campanario.
En el camino Tarija - Villa Montes, fue inspector de obras hasta su inauguración (1930). Estudió las variantes Canaletas - Entre Ríos por quebrada El Tambo y Abra de Suaruro a Cañadas, evitando la cuesta de San Simón y acortó 60 km.
Fue Jefe de brigada de los estudios del camino Padcaya -Camacho - Rosario con empalme a Yunchará, que acorta 100 km el recorrido a Villazón, para evitar así la cuesta de Sama, y también del trazado preliminar Tarija - Camargo, parte de la ruta Panamericana a cargo de la Comisión Internacional de Conexión Vial Argentino - Boliviana,
Estudió el camino Sama - Paicho - Culpina que reduce 100 kilómetros con respecto al de San Pedro por Camargo, el trazado por el camino Tupiza - Nazareno para complementación del camino a Villazón.
En cuanto a sus obras civiles, destacan la construcción de la bodega de la finca La Angostura (1915), la refacción del antiguo Colegio Nacional San Luis y Teatro Bernardo Trigo de Tarija (1918), la construcción de la cúpula del Palacio Legislativo y del pedestal de granito del Monumento al Libertador Bolívar en la ciudad de La Paz junto al ingeniero belga Arturo Van den Berghe (1925).
Además realizó la construcción de los templos de Chaguaya, Bermejo y el Seminario menor a solicitud del obispo Juan Nicolai Tesi y bajo la gestión edil de Isaac Attie. También construyó el edificio del Aeropuerto de Tarija (1969).
Propuso el Anteproyecto para el trazado del ferrocarril Balcarce - Tarija – Yacuiba, longitud 400 km (1954-1960) para conectar la línea ferroviaria La Paz - Villazón con la de Yacuiba Santa Cruz, realizó el estudio del sistema de agua potable de Padcaya (1964), el levantamiento topográfico de cien hectáreas para cultivo de caña de azúcar en arrozales y plano para el edificio del Ingenio Azucarero en Bermejo (1965).
También elaboró los estudios de construcción de una represa en el río Camblaya para una planta hidroeléctrica y el proyecto de construcción de un dique en el río Honduras. Fue Jefe de Vialidad y de Obras Públicas de Tarija.



Su vida, publicaciones y reconocimientos recibidos

Don Rafael Camponovo Toussaint nació el 24 de octubre de 1896 en Oruro, llegó a Tarija en 1898. Sus padres fueron el arquitecto Miguel Camponovo Pagano y su madre Enriqueta Toussaint, de Italia y Suiza. Realizó estudios en el Colegio Santa Ana de Tarija y, en las ciudades de Orán y Resistencia, Argentina.
Se caso por primera vez con Gertrudis Mogro y de esta unión nacieron Emma, Ivar, Lida y Víctor Hugo. En su segundo matrimonio con Irma Ulloa, tuvo a Alejandro (general de aviación); Miguel (ingeniero civil que vive en Salta), José (arquitecto) y Hugo (ingeniero civil). Falleció en Tarija el 12 de febrero de 1978.
Los hermanos Camponovo Pagano, Miguel (padre de Don Rafael) y Antonio, arquitectos de profesión, entre los años 1870 y 1920, proyectaron y dirigieron con excepcional calidad artística la construcción de importantes obras en Bolivia como la Catedral y el Palacio Legislativo en la ciudad de La Paz, el Castillo de la Glorieta y la Casa quinta el Gereo en Sucre, el edificio del Banco Nacional y la Casa Dorada, en Tarija.
Publicó: Ferrocarril a Tarija (1952). Revista Universidad N° 10, Tarija. Proyecto de un camino de Rosario a la estación Moraya del ferrocarril Villazón - Tupiza (1932). La Opinión N° 169, Tarija. Ferrocarril Balcarce-Tarija-Yacuiba (1958).Revista Universidad N° 20. Editorial Universitaria Tarija. Donde deberá instalarse el Ingenio Azucarero de Bermejo (1964).Revista Universidad N° 27. Editorial Universitaria Tarija. Comunicaciones y Obras Públicas (1967). Exposición del ingeniero Rafael Camponovo. Revista Facultad de Economía Nº 1. Universidad “Juan Misael Saracho”. Foro Socio Económico.
Recibió las condecoraciones: Al Mérito Civil “Gran Mariscal Santa Cruz”, Grado de Gran Oficial del Presidente de Bolivia, Gral. Hugo Bánzer Suárez. Medalla de Oro, Presea impuesta con justicia por el Servicio Nacional de Caminos, de manos del ingeniero Alfonso Balderrama y la Medalla de Oro al Mérito, por la Alcaldía Municipal de Tarija.

miércoles, 24 de junio de 2015

Video Un sobreviviente relata lo ocurrido en la masacre de San Juan

Recuerdan Masacre de San Juan de hace 48 años

Gróver Alejandro Gutiérrez, rentista minero del departamento de Oruro, a 48 años de la Masacre de San Juan, pidió al sector minero recuperar la conciencia de clase y continuar siendo la vanguardia de la clase obrera del país.

"Han sido varias los acontecimientos luctuosos para enmarcar al proletariado minero como la vanguardia del pueblo boliviano. En esa época existía una característica en el movimiento minero, la solidaridad de clase, la identidad de clase, actualmente se vive la desideologización de la clase minera", señaló el dirigente.

En una entrevista en Canal Universitario TVU, Gutiérrez explicó que todo este camino recorrido donde fueron protagonistas los trabajadores mineros, debería haber llevado al país a una maduración en el ejercicio del derecho de los trabajadores, pero afirmó que en los últimos tiempos con la implementación de la capitalización y la destrucción del aparato productivo del país, esta lucha no ha tenido frutos hasta el día de hoy.

"Y por otro lado remarcar que esto de la identidad de clase no conocía colores políticos, el sindicato es un espacio amplio de clase donde convergen todas las ideologías que reclaman la suerte y el destino de la clase obrera y de la implementación del cambio histórico que debería haber en el país. Pero un cambio histórico de verdad, un cambio histórico que solucione el problema social, político y económico del país", complementó el exdirigente minero y hoy rentista.

Producto de esta masacre perdieron la vida destacados dirigentes mineros como César Lora e Isaac Camacho.

Por su parte, el periodista Carlos Soria Galvarro recordó que dicha masacre fue provocada por una situación particular que estaba produciéndose en ese momento. "El 65 fue un año duro porque en mayo se produce la captura de dirigentes, el cierre de minas, el exilio al que se obligada a casi toda la dirigencia minera. Y también choques armados donde hubo muertos y heridos. Lo más grave de todo la disminución de los salarios de mineros, mediante decreto, eso ocurrió en mayo del 65", relató Soria Galvarro.

martes, 23 de junio de 2015

HOMENAJE AL DÍA DE LA BATALLA NAVAL DE RIACHUELO

En ceremonia militar efectuada en el Club Naval, el agregado Naval a la Embajada del Brasil, CMG(FN) Ludovico Alexandre Cunha Velloso, conmemoró el Día de la Batalla Naval de Riachuelo.

En los 150 años de la contienda, el anfitrión destacó que más importante que enardecer los hechos del pasado, es tener como objetivo fundamental el perfeccionamiento constante de la relación entre los países, la contribución para la paz, y principalmente, en caso de Brasil, la expansión de las asociaciones con sus vecinos, a través de acciones de integración y cooperación.

Respecto a la relación con la Armada Boliviana, Ludovico Cunha resaltó que cada año se está tratando de ampliar los lazos de cooperación. "Estos lazos que vienen siendo mantenidos por la realización de reuniones bilaterales del Estado Mayor y de Inteligencia se materializa en intercambios, acciones de cooperación y la realización de ejercicios conjuntos como las operaciones Acrux y Brasbol", destacó.

Por su parte, el encargado de Negocios en ejercicio de la misión brasileña, Rui Vasconcellos, ponderó el aporte de la Armada brasileña a su país y el trabajo que realiza en Bolivia.

Durante la ceremonia protocolar se distinguió al comandante de la Armada Boliviana, Waldo Calla, con la Orden al Mérito Naval, a oficiales bolivianos y miembros de la agregaduría brasileña con la orden al Mérito Anfibio y la Barra de Honor al Mérito.

lunes, 22 de junio de 2015

La Guerra del Chaco desde la intimidad

OBRA | EL RECIENTE LIBRO PUBLICADO POR LOS TIEMPOS, “EPÍSTOLAS DE LA GUERRA DEL CHACO”, ES UN ACERCAMIENTO A ESA OTRA FASE DE LA GUERRA DE BOLIVIA CON PARAGUAY, LA PARTE HUMANA, QUE ES REFLEJADA CON ACIERTO Y CUIDADO EN ESTA PUBLICACIÓN.

Escribir un libro que devele —sin caer en una postura valorativa o interpretativa— luces nuevas sobre la Guerra del Chaco (1932-1935) a partir del sentir íntimo de los combatientes y sus familiares frente a la inmensidad dramática de esta “guerra absurda”, como la denominó Augusto Céspedes, que se aproxime a la historia de esta contienda bélica desde una perspectiva nueva, fue la intuición inicial que guió el emprendimiento de este proyecto.

A fines del año pasado, la idea de hacer un libro con las características mencionadas rondaba por las cabezas de Raúl Rivero Adriázola y Carlos Arce Moreno.

En el caso de Rivero, ya había un antecedente que se plasmó en su última novela "Memorias bajo fuego", producto de charlas que tuvo el autor con Carlos Zabalaga, excombatiente de la Guerra del Chaco y protagonista principal del relato, y el acceso a su diario de guerra.

Arce, responsable del Centro Bibliográfico e Histórico “Carlos Canelas” del periódico Los Tiempos, se enfocó en uno de los dos objetivos generales que le dan un rumbo al trabajo que realiza en este centro: difundir la riqueza documental que posee —el otro es conservar ese patrimonio.

Gran parte de la materia prima que se utilizó para hacer la obra está en este centro documental y, felizmente, la idea pasó de ser simplemente eso a ser una obra tangible, el libro "Epístolas de la Guerra del Chaco", sin soslayar el apoyo financiero del Gobierno Municipal de la ciudad de Cochabamba, a través de la Secretaría de Cultura, y del periódico Los Tiempos, que en definitiva posibilitaron la materialización del proyecto.



UNA HISTORIA QUE FLUYE

Desde el momento en que la idea surge, los factores tanto documentales como humanos para concretarla fueron confluyendo sin tener que forzar absolutamente nada. En lo que respecta al equipo humano, al inicio del trabajo el coronel Diego Martínez Estévez —gran conocedor de la historia militar de la Guerra del Chaco, entre otros temas— aceptó con beneplácito embarcarse en el proyecto. Luego se adhirió la comunicadora social Mónica Briancon Messinger. De esa forma quedó consolidado el equipo de compiladores e investigadores para llevar a buen puerto la iniciativa.

En lo que concierne a los factores documentales, primero hay que mencionar el hallazgo de material hemerográfico (periódicos) de la década del 30 —periodo en el que se desarrolló la Guerra del Chaco— que se publicaban en la ciudad de Cochabamba y que forman parte del patrimonio documental del Centro Bibliográfico e Histórico "Carlos Canelas". Conforme se inició con la revisión de esos periódicos —"El Imparcial", "El Tiempo", "El Republicano" y "El Socialista", algunos adeptos a la gestión presidencial de Daniel Salamanca y otros disidentes— se fue encontrando una ingente cantidad de cartas que muchos soldados escribieron desde el Chaco y que estos diarios, especialmente "El Imparcial", publicaron; en ese sentido, la primera acción consistió en recopilar todo el material epistolar de combatientes contenidos en esos periódicos.

En seguida, y con el fin de enriquecer todo el material anterior y sobre todo dar la oportunidad para que familiares de excombatientes saquen a la luz cartas guardadas, se pensó que sería una buena idea lanzar una convocatoria pública a través de Los Tiempos para que las personas que posean cartas o algunos objetos (como fotos, detentes, libretas de desmovilización o algún otro objeto de uso personal) de familiares que estuvieron en la Guerra del Chaco las hagan llegar a Los Tiempos para ser escaneados o fotografiados. El resultado de esta convocatoria se concretó en unas 30 personas que se aproximaron generosamente al periódico con cartas y otros objetos de sus padres o abuelos que participaron de la contienda.



ACERVO BIBLIOGRÁFICO

Por otro lado, en el centro documental de Los Tiempos se encuentran los archivos de Daniel Salamanca y Demetrio Canelas, entre otros, que permitieron rescatar cartas del presidente de la época y de personajes públicos que ocuparon lugares jerárquicos tanto en la esfera gubernamental como en la militar. Esta parte concerniente a las cartas de políticos y militares, llevó a Rivero y Arce hasta la ciudad de La Paz, al archivo de Franz Tamayo —muy cercano a Salamanca y Canelas— custodiado por su nieto Gracián Bascopé Tamayo, que generosamente permitió que se escaneen cartas —algunas inéditas— y fotografías que enriquecieron el contenido del libro.

Una vez se concluyó con la etapa de recopilación, el siguiente paso lógico consistió en sistematizar toda la información acopiada, para luego editar el libro y, por último, imprimirlo.

Con el objetivo establecido claramente, la metodología delineada, el material documental disponible, el equipo humano conformado, la realización del libro se llevó a cabo en poco menos de seis meses.

Como se puede comprender, por lo expuesto anteriormente, la Guerra del Chaco resulta ser una de las fortalezas temáticas de centro documental “Carlos Canelas”. Eso no es casual, Demetrio Canelas —fundador del periódico Los Tiempos en septiembre de 1943—, además de su faceta de periodista y escritor, también se involucró en la política, llegando a ocupar —además de ejercer junto a Tamayo en Ginebra la Delegación de Bolivia a la Liga de las Naciones, varias legislaturas, por mencionar algunos cargos públicos— las carteras ministeriales de Guerra, de Gobierno, de Hacienda y de Relaciones Exteriores en parte del periodo en que se suscitó el conflicto bélico entre Bolivia y Paraguay. De ahí, de esa relación cercana que tuvo Canelas con Salamanca y de su participación en la Guerra del Chaco desde las esferas gubernamentales, el centro documental “Carlos Canelas” cuenta con los archivos de estos dos protagonistas políticos de la época que ahora nos ocupa, además de poseer más de 100 títulos de libros —en las áreas de historia, militar, literatura, biografías, economía, etc.— referidos a esta guerra.

En ese sentido, y siendo consecuentes con el segundo objetivo general del centro documental, difundir la riqueza documental que posee, se presentó el libro “Epístolas de la Guerra del Chaco”, que contiene documentación valiosa que se encuentra en el centro documental de Los Tiempos, y que ahora está a disposición de la ciudadanía en general enriqueciendo el acervo bibliográfico sobre la Guerra del Chaco.

domingo, 21 de junio de 2015

La hoja intocable

El Diario



La historia de la hoja de coca es parte de la historia de la etapa precolombina, colonial y republicana. Es la historia de los sindicatos campesinos de Yungas de La Paz y de muchos relocalizados mineros del año 1985, convertidos de la noche a la mañana, en agricultores, y luego, en influyentes inscritos en las federaciones de productores de coca del subtrópico de Cochabamba.
Los cocales de Yungas, reiteramos, han sobrevivido al sistema colonial; a parte del período republicano y con absoluta seguridad, incluso al actual Estado Plurinacional, mientras que el cultivo de esta planta, ha echado raíces en las selvas del Chapare y provincias aledañas.
Además, la defensa de la coca ha sido fundamental para generar sistemas políticos contrarios al sistema de partidos clásicos y sin lugar a equivocarnos, el sector cocalero de los dos departamentos productores, es el apoyo social del Movimiento Al Socialismo y, por ende, el respaldo efectivo del mismo presidente Evo Morales, reelecto líder de estos movimientos sociales.
Nuestro análisis indica, en consecuencia, que la historia de la coca y su vigencia durante siglos no será mellada en la actualidad ni por el Gobierno ni por tendencias de la oposición que exigen su erradicación en el marco de la ley. Tal vez, sea aceptado un tributo mínimo por su comercialización.
El mejor testimonio de que la hoja de coca es intocable nos remonta, por ejemplo, a los hechos sindicales y políticos de la última década del pasado Siglo Veinte, autores entre otros factores, del lanzamiento del MAS y su líder.
Recordemos aquellas jornadas, comentando la tipología de la marcha de 1994 y el sentido político-ideológico, que años más tarde, diera lugar a un proceso de raigambre indigenista.
LA MARCHA DE 1994
El documento político de la Asamblea de Naciones Originarias fue el primer “instrumento” en manos del sector cocalero. Su contenido influenció definitivamente las marchas de la coca y destacó entre los movilizados, la sed por recuperar los territorios que la Colonia española había hecho suyos. Los conceptos “territorio” y “soberanía” fueron integrados a la política cocalera contra la erradicación de coca ilegal.
En 1994, el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, luego de infructuosas negociaciones con los productores de coca, lanzó el Operativo Nuevo Amanecer. El 8 de agosto, en Chimoré, más de 10 mil cocaleros y representantes de la COB, Csutcb y CSCB decidieron caminar, en prolongada marcha, hasta la ciudad de La Paz, el corazón político de Bolivia.
Evo Morales fue apresado momentáneamente. Los marchistas organizaron de inmediato una “Coordinadora”, mientras Morales Ayma salía libre. Uno de los antecendentes que motivó la marcha que se preparaba fue el ejemplo dado por mil quinientos cocaleros de La Asunta, Nor Yungas, departamento de La Paz, que caminaron 210 kilómetros, en diciembre de 1993, hasta la sede de Gobierno exigiendo la despenalización de la coca.
La marcha que partía de Villa Tunari surgía con amenazas de repetir la experiencia de Chiapas. Evo Morales había sentenciado: “Los compañeros productores de coca hemos decidido, definitivamente, si el Gobierno no cambia de política respecto a la forma de erradicación de los cultivos de coca, pasar de la resistencia a la ofensiva y decir qué vamos a enfrentar, hacer cualquier cosa para defender la coca...”.
En Chulumani, 50 mil cocaleros exigían que se expulse de la zona a médicos norteamericanos. El dirigente de la Asociación de Productores de Coca de Yungas, Crisólogo Gómez, dijo que la movilización de su gente es tanto una expresión de respaldo a los cocaleros del Chapare, cuanto una actitud de defensa de sus propios cocales. “Los campesinos no permitiremos la erradicación de coca. Si es necesario, utilizaremos la fuerza para evitar la erradicación”.
El 29 de agosto de 1994, la marcha partió de Villa Tunari a la ciudad de La Paz. Debía recorrer 600 kilómetros. Los seguidores declararon que “los marchistas habían sido seleccionados por cada sindicato en función de ciertas aptitudes. Se tomó en cuenta su juventud, fortaleza y resistencia; debían estar preparados para una travesía difícil”.
Los marchistas que se habían dividido en grupos pequeños para burlar la vigilancia de las fuerzas del orden, exigían al gobierno “la salida de militares y policías del trópico; la modificación de la Ley 1008; el retiro inmediato de Usaid, etc.”.
La marcha culminó su primera etapa en la ciudad de Cochabamba. Las estrategias empleadas en la caminata se resumen en la dispersión de la masa campesina, utilización de caminos de herradura, debut de la “policía sindical” y la creación de “comandantes”.
“Los comandantes que pasaron a la historia del movimiento popular en su conjunto y los que dirigieron la marcha fueron: Juan de la Cruz Villca (COB), Néstor Bravo(CsutcB), Gerardo García (CSCB), Marta Nina y Sandra Macías, Alejo Véliz y Román Loayza (Fsutcc), Willian Condori, Federación del Trópico; Francisco Fernández y Primo Ibarra, de la Federación Carrasco Tropical; Epifanio Cruz, de la Federación de Chimoré; Quintín Vargas de la Federación Centrales Unidas, José Colque, Efraín Villca de los maestros rurales. Posteriormente se unieron Ciro Rivas, Federación de Santa Cruz y Lucio Huanca, de la provincia Inquisivi”.
Germán Felipes, secretario de Hacienda de la Federación Especial de Trabajadores Campesinos del Trópico de Cochabamba (Fetctc), en plena marcha afirmó: “Los dirigentes reconocemos que nos falta organización, pero ya hemos determinado enviar una comisión para el grueso de los marchistas nos espere. Debemos caminar juntos, porque siendo más podremos enfrentar al Ejército. Además los comunarios de estos lugares nos han dicho que si entra el Ejército ya no va a salir. Ellos están listos para bloquear”.
El 7 de septiembre, Evo Morales se unió a la marcha cocalera y en su arenga dijo: “Los aymaras (y) los quechuas somos la expresión y la voz de tantas raíces de nuestra cultura y esa expresión está empezando a brillar y madurar como la semilla de coca: rojo y brilloso”.
El 19 de septiembre, los marchistas ingresaron a la ciudad de La Paz. En la plaza San Francisco, desde un balcón, se dirigió a su gente en los siguientes términos: “Esta marcha Por la Vida, la Coca y la Soberanía Nacional el 8 de agosto en Chimoré ha sido decidida por los productores de coca y recibida en un ambiente de militarización; el 13 de agosto, ha sido planificada por quinientos dirigentes en Villa Tunari, se ha planificado para resistir al Gobierno, para resistir a la DEA de Estados Unidos”. “Quisiera preguntar qué dice ahora cuando el mismo Presidente de la República instruye no permitir ninguna marcha de los cocaleros; pero esta marcha se ha impuesto ante este Gobierno y sus aliados (...). El Gobierno apoyado por la DEA y las Fuerzas Armadas tiene miedo hasta de un cadáver; el Gobierno es un cobarde para tener miedo del compañero fallecido en la marcha....Por eso, la unidad de los productores de coca se está imponiendo a este Gobierno represor (...)”. “La marcha se ha impuesto (...). Como siempre no hemos conseguido todo, por ejemplo la expulsión de la DEA del Chapare. Cuando nosotros recuperemos el poder político vamos a poder sacarlos a patadas, como a cucarachas a los gringos de nuestro país”.
Para ese tiempo, había madurado la idea de construir un instrumento político. “No hay ningún partido ni movimiento originario ni movimiento cocalero. Hasta ahora está claro que la Asamblea de Naciones Originarias tiene que haber en cada comunidad y tiene que levantarse como un pequeño Estado”, había dicho Alejo Véliz de retorno a Cochabamba.
La marcha cocalera no logró todos sus objetivos, pero probó su eficacia como arma publicitaria para este sector, mostró síntomas de la presencia de una policía campesina y de dirigentes elevados al rango de comandantes.
Es decir, la marcha fue una experiencia de tipo militar-político que inyectó la convicción de que los movimientos sociales podían acceder al poder, como lo hicieron a partir del año 2003 a la fecha.
ONG
En 1994 fueron incontables las cartas de apoyo de instituciones extranjeras y de las ONG al movimiento cocalero. Citemos por ejemplo a C11R, de Londres, Iniciativa Indígena por La Paz, de México; Human Rights Watch-Asia, American Friends Service Comité, Observatoire Geopolitique des Drogues, Francia, Grupo Abelle, Italia, etc.
Sin embargo, hoy, las Organizaciones No Gubernamentales están conminadas a ejercer su trabajo, bajo las normas del gobierno del presidente Evo Morales Ayma: si no aceptan, se van. Entretanto, en algunas asociaciones dedicadas a la comercialización de coca, en los departamentos de La Paz y Cochabamba, se habla en este invierno 2015, de pagar un pequeño tributo al Estado. (Clovis Díaz) (clovisdiazf@gmail.com)

Brevísima historia de la coca

He aquí un sumarísimo enfoque sobre la historia de la coca, cuyo contenido en alcaloides ha generado problemas sociales y levantamientos étnicos en defensa de la “hoja milenaria”.
El nombre científico de la coca es Erythroxylum Coca. Arbusto de 60 centímetros a 2 y medio metros de altura. Es oriunda de los contrafuertes de la Cordillera de Los Andes; zona de bosques húmedos subtropicales, ubicados entre los 500 y 2000 metros de altitud sobre el nivel del mar. Contiene 14 alcaloides de la serie tropanos (atropina, ecgonina, tropeina, etc.).
La coca silvestre, que se consumía originariamente, habría sido domesticada siglos antes de la llegada de los Incas, en Yungas de Chuquioma, cerca de Totora, departamento de Cochabamba.
Existen pruebas arqueológicas, en enterramientos precolombinos, que positivamente sugieren el consumo ritual de coca por curacas y sacerdotes. El área de Charazani, departamento de La Paz, fueron encontrados utensilios precolombinos de un médico herbolario (kallawaya), fechados entre 400 a 800 años antes de Cristo, con restos posibles de cocaína.
En la etapa precolombina, caracterizada por la hegemonía del Imperio de Tiwanaku, los kollas habrían iniciado la colonización de la “Ceja de Montaña” (Yungas), respetando a la etnia Yunkas, que ya cultivaba la hoja domesticada. Durante la invasión Inca, Yungas fue importante sólo por su coca. El Incario habría enviado a mitimaes (colonos quechuas, leales al Inca), hacia los Yungas. La producción era transportada por caminos del Takesi y otros construidos en los accidentados pasos de la Cordillera Real, hasta alcanzar los valles cusqueños del antiguo Perú.
En el Imperio de los Incas, la coca, sólo era mascada por el Inca y los orejones (Tupacoca). El Inca regalaba hojas de coca provenientes de Yungas, como un premio a la lealtad de los caciques sometidos. Rara vez el obsequio se extendía a los nativos de menor jerarquía.
En la Colonia, Yungas amplió su producción de coca. A partir del Siglo XVII y con mayor énfasis en el Siglo XVIII, el sistema de encomiendas, explotaba los grandes yacimientos de plata del Cerro de Potosí, en base al trabajo indígena. Miles de indios del entonces Altoperú (hoy Bolivia), fueron trasladados del altiplano y valles hacia las minas. La coca, fue parte importante de su subsistencia diaria.
El gobierno colonial español, popularizó el consumo de coca en la masa indígena. Los extirpadores de idolatrías intentaron por primera vez erradicar la coca, porque decían que en ella “sobrevivían los rituales andinos”. Los hacendados, se opusieron argumentando que la coca ayudaba a mantener el trabajo de los indios en provechos del sistema colonial.
En 1860, Niemann de Gotingen, logró extraer cocaína de las hojas de coca. El Dr. Karl Koller fue el primero en utilizar cocaína en una extracción de muelas en 1884. Desde aquellos años hasta 1905, la cocaína se vendía libremente en farmacias de Europa. Sigmund Freud, estudió sus efectos sobre el ser humano. Más tarde, se hizo adicto.
En 1909, surgieron medidas restrictivas contra el tráfico de opio y otras drogas en la Conferencia de Shangai. En 1912, la Segunda Convención de La Haya prosiguió en la misma línea. El 4 de junio de 1913, Bolivia se adscribió a Tratado de La Haya. A partir de 1925, se inició el combate legal al tráfico de coca y de cocaína en Europa y Estados Unidos. En 1932, fueron descubiertas algunas fábricas de cocaína en el Cuzco, Perú.
Hasta 1934, no se conocía la fabricación de cocaína en Bolivia. Existen indicios de que a partir de la década de los años 50 del Siglo Veinte, surgieron pequeñas y aisladas fábricas de pasta de cocaína, en las provincias yungueñas.
A manera de ilustración, el indígena casi nunca masca (acullico), coca estando solo. Lo hace siempre en compañía de su familia o en el marco social. Mascar coca, también es una expresión de la vida espiritual y religiosa de los habitantes andinos.
En el pasado como en la actualidad, el principal problema en Los Yungas de La Paz, es la escasez de mano de obra para el cultivo y cosecha de la coca. La agricultura yungueña es de azadón. Los empinados terrenos no permiten el uso del arado y por ello, son necesarios contingentes humanos.
El ciclo agrícola se inicia el 24 de junio, fiesta de San Juan. Los agricultores queman los “chumes” (monte bajo), limpian el terreno (challiri). La coca florece en septiembre; para octubre está cargada de semillas que impiden la cosecha y manchan las manos de los cosechadores (kichiris). Sin embargo esas hojas pequeñas, ya sirven para honrar a los muertos en la fiesta de Noviembre, Todosantos.
Las mujeres y niños recogen las flores de coca y las tienden en los pisos de barro de las casas. Luego que la semilla pierde su cáscara, es sembrada en tierra negra bien abonada y tapada con paja. A los quince días salen los primeros retoños que luego son transplantads a un almácigo bajo techo, permaneciendo de un año a dos, hasta que alcanzan unos 20 centímetros de alto.
Los yungueños realizan el “pillu” o poda de las plantas en los meses de junio, julio y agosto, cada cuatro a cinco años. Luego de la cosecha, el paso final es secar la coca. Se la guarda seca en los altos de la casa. Luego se embolsa y se la vende. Generalmente, las mujeres son las recolectoras. La coca se cosecha tres veces al año. Las plantas reducen su producción después de varios años de cosecha.
La coca, según especialistas, constituye un cultivo sumamente apto para el minifundio porque ocupa a toda la familia. “Es muy difícil erradicar también a los minifundistas, son demasiado numerosos para despojarlos de sus propiedades por la Ley o por la fuerza y tampoco se les puede ofrecer una recompensa monetaria, porque el dinero o acciones equivalentes a sus terrenos no bastarían para proveer rentas suficientes para mantenerlos. No es necesario que el narcotráfico provoque la resistencia campesina; los campesinos lo harán espontáneamente”(**).
La supuesta producción de cocaína en Los Yungas de La Paz, al igual que en el Chapare, utilizaría el sistema de piscinas. Cavan un pequeño pozo rectangular, en el que clavan estacas de palos del monte; luego extienden grandes hojas de plástico (“nylon”) en el piso, de manera que se forme un recipiente que debe contener las hojas de coca, los precursores y soportar el peso de los pisacocas que, en el área yunqueña son llamados “takipaya” (***).
En el proceso de producción de cocaína, los traficantes echan ácido sulfúrico diluido en agua sobre las hojas y las pisan durante tres horas. El líquido obtenido es transferido a otra piscina cavada al lado de la primera. Vierten cal y luego kerosene. Después de un tiempo, utilizando papel higiénico retiran el kerosene que flota y así se obtiene “agua rica”. En la segunda pisada, el “químico” (especialista), utiliza una solución de bicarbonato y cuaja el líquido y así surge la pasta base de cocaína o “merca”. Junto a las piscinas quedan como testigos los bagazos de coca macerada. Ese es más o menos el proceso utilizado por los yungueños. El proceso no dura más de seis horas. Los pisacocas, que trabajan sólo de noche, son los mismos jornaleros yungueños. Generalmente la mujer del “químico” negocia con el estupefaciente.
Con el boom de la cocaína en la década de los ochenta, el cultivo de la coca se hizo más extensivo en Los Yungas según entendidos. Otras tierras en las que no es tradicional el cultivo de la hoja, comenzaron a sembrar plantines.
La población de La Asunta (provincia Sur Yungas), en 1987, según denuncias públicas, rescataba semillas de coca, cambiando un quintal de arroz por un quintal de semillas.
Hoy, continuaría el trueque de semillas entre campesinos, utilizando la medida “peque” o sea el volumen aproximado de una cabeza de hombre o de mujer. (Clovis Diaz de Oropeza F.) (clovisdiazf@gmail.com)
(*)La coca liberal. María Luisa Soux; (**) Wachu wachu.(***) Investigación personal.

viernes, 19 de junio de 2015

Barrientos recupera la infame historia de “las almas milagrosas”



Un día de 2013, al pasear con el poeta Julio Barriga, llegaron al cementerio y se internaron por sus calles, entonces este le dijo: ¿Conoces a las almas milagrosas?, ante la muda repuesta que implicaba una afirmación, empezó a contarle la truculenta historia del asesinato de los esposos Majluf y el no menos terrible desenlace con la ejecución sin juicio previo de sus autores.

Así nació el trabajo que ocupó la primera mención de honor del concurso II Premio de Crónica Periodística Pedro Rivero Mercado 2014 organizado por la Fundación Pedro y Rosa y el Diario El Deber, escrito por el tarijeño Fernando Barrientos y titulado “El cielo por asalto”.

Los hechos
“El cielo por asalto” cuenta la historia de los asesinatos de los esposos Majluf el 10 de mayo de 1978 perpetrados por los asaltantes Jorge Fuentes y Antonio Cornejo, quienes fueron ejecutados sin juicio previo, en aplicación de la “ley de fuga”. Con el pasar de los años, las tumbas de los atracadores se convirtieron en un santuario al que la gente va a rezar y pedir favores y es ahora el lugar más visitado del Cementerio de Tarija.
El culto de las “almas milagrosas” (que es como se llama popularmente) ha sido reconocido por la Alcaldía de Tarija, que les ha otorgado una de las 33 placas como personajes célebres sepultados en este camposanto.
Impresionado por la historia, Barrientos se puso a indagar sobre los hechos, primero en el entorno familiar, su madre, abuela, cada quien le contaba un poco de su propia versión, luego a las amistades, alguna gente que sabía del suceso y lo había olvidado, pero la mayoría ignoraba sobre quién había construido el altar, algo que se propuso develar.
Sus pesquisas empezaron con la consulta del único periódico de esa época La Verdad y que informaba sobre el suceso, al sacerdote de San Roque Garvin Grech por sus visitas frecuentes al cementerio, al sociólogo Huáscar Rodríguez, experto en el estudio del bandolerismo social, a Ramiro Majluf, nieto de los esposos asesinados y Ana Zenteno, la mujer que construyó el altar de las almas milagrosas.
En el camino de elaboración, Barrientos conoció la tradición universal de los buenos bandidos, desde Robin Hood, hasta el Chiru Chiru, el ladrón benefactor de los pobres en la tradición orureña. “En la figura del buen bandido está expresada la forma primitiva de la rebelión social”, subrayó.
En su encuentro con Zenteno conoció que fue una obra de agradecimiento por los favores recibidos porque “la señora estaba convencida de los milagros obrados y que le habían concedido todos sus pedidos como trabajo y salud”.
Y, visitar a Ramiro Majluf fue conocer el impacto que puede causar un violento hecho de sangre en un niño de 12 años que vivía con sus abuelos y que le marcó la vida para siempre.
La gente que visita el altar de las almas milagrosas vive íntimamente su fe, cuenta Barrientos, impresionado por la cantidad de gente que frecuenta el lugar, rezan en silencio dejan flores y velas y son personas de todas las clases sociales.
El sitio es el más visitado, “todo parece dispuesto para acentuar la simetría de esa tumba doble: el collage de íconos católicos que rodea el par de retratos post mortem, velas consumiéndose en pares, hojas de coca y colillas de cigarrillos ofrendados, chapas de metal con inscripciones que agradecen favores y milagros recibidos, más de un centenar de floreros colmados en el piso”, inicia la crónica escogida.



Algunas de las obras de escritor tarijeño

Fernando Barrientos nació en Tarija en 1977. En 1998 se fue a La Paz a estudiar Sociología. En 2008 fundó Editorial El Cuervo (que hasta la fecha tiene 31 títulos publicados). Como escritor publicó textos en las antologías Memoria de lo que vendrá. Antología del cuento boliviano sub-40 (2000) y Conductas erráticas, Hasta acá llegamos: cuentos sobre el fin del mundo (2012), Estampas chapacas. Visiones y versiones sobre la ciudad de Tarija (2013) y, a punto de publicarse, Hora boliviana.

lunes, 15 de junio de 2015

Cochabamba Doce bravos excombatientes de la Guerra del Chaco ovacionados

Doce beneméritos de la Guerra del Chaco recibieron reconocimientos por parte de la Brigada de Asambleístas Plurinacionales de Cochabamba, durante el acto conmemorativo en la plazuela Colón.

Soldados de diferentes regimientos hicieron una escenificación del retorno de los combatientes, luego del cese de hostilidades. Los primeros en ingresar fueron los beneméritos en medio de los aplausos del público.

“Por su bravura y deber de soldado en defensa del territorio boliviano”, dice el certificado de reconocimiento que recibieron cada uno de ellos.

Posteriormente se realizó una exposición del armamento usado en la guerra y los atuendos de la época. Un grupo de soldados también recreó lo sucedido en Boquerón, en busca de la toma del fortín del mismo nombre.

FUERZAS ARMADAS Las Fuerzas Armadas de Cochabamba reafirmaron su compromiso de defender al Estado ante cualquier agresión.

El comandante de la Séptima División del Ejército, Omar Cordero, durante el acto de conmemoración por los 80 años del cese de hostilidades de la Guerra del Chaco, afirmó que los soldados están preparados.

“Es misión de las Fuerzas Armadas entrar en un primer plano, aunque la guerra no es militar, sino política, pero tiene sus elementos militares para hacer su parte en la guerra. Para eso estamos preparados”, manifestó.

Dijo también que los militares están comprometidos a seguir el ejemplo de los soldados que participaron del conflicto bélico.

“Han transpirado y sangrado para defender el Estado. Agradecemos el esfuerzo. Honor y gloria a los caídos”, agregó.

A su vez, cuestionó la manipulación que sufrieron Bolivia y Paraguay para ir a la guerra. Acusó a dos empresas petroleras trasnacionales que intentaron dominar las riquezas, pero que el heroismo de los combatientes permitió que los recursos naturales se queden en el país.

“Las Fuerzas Armadas no existen para hacer la guerra, sino para mantener la paz y la seguridad”, dijo.

Protagonistas.

Félix Justiniano

Benemérito

He estado tres años y medio en la guerra, en Villamontes. Entré a mis 16 y caminé desde la frontera, en Villazón hasta Tarija. Llegué al fortín D’Orbigny en la frontera con Argentina. Estaba en la primera línea y hemos hecho pasar la gasolina. Allá dicen nafta. Todo el destacamento hizo pasar nafta por el río Pilcomayo.

Humberto Sánchez

Benemérito

Estaba en Asunción-Paraguay. Primero fui detenido durante unos, dos o tres meses. Estuve en las trincheras y caí prisionero con mis compañeros. Luego volví después de la guerra a verificar cómo estaba el resto de los prisioneros bolivianos. Eran unos 300 que fueron atrapados.

Augusto Becerra

Presidente Federación de Beneméritos

Son muchos recuerdos de lo que sucedió en la Guerra del Chaco hace 80 años. Hemos sufrido mucho, para mí fue una gran sorpresa tener que ir a luchar por mi Patria, pero lo hice. Y ahora voy a seguir acá hasta cuando Dios quiera. Agradezco el reconocimiento que nos hacen por lo que hicimos para defender el país.


Héroes del Chaco son reflejo de patriotismo, valor, entrega y sacrificio


A 80 años del cese de hostilidades de la Guerra del Chaco, que se celebró a medio día del 14 de junio de 1935 con un abrazo de hermandad entre bolivianos y paraguayos, ayer por la mañana se conmemoró esta fecha con un acto cívico efectuado frente a la Gobernación y dedicado a los héroes de ese conflicto bélico, a quienes se los reconoce como el fiel reflejo del más alto patriotismo, valor, entrega, sacrificio y ejemplo indiscutible para las generaciones de bolivianas y bolivianos.

El comandante de la Segunda División de Ejército, general Víctor Hugo Canedo fue el responsable de rendir homenaje a quienes ofrendaron sus vidas en defensa de la heredad nacional, en las candentes arenas del Chaco.

Manifestó que en las páginas de la historia del Estado Plurinacional de Bolivia se estampa con letras de oro el 14 de junio como el día del cese de hostilidades, por ello es que ayer se concentraron para resaltar el legado histórico, la tradición y los momentos de gloria que con orgullo y tenacidad marcan las gestas de la Guerra del Chaco.

"Hace 80 años un día como hoy (ayer) el reloj marcaba las 12 horas, era el día 14 de junio de 1935, momento en que dos países hermanos, Bolivia y Paraguay, ponían fin a una contienda que los había enfrentado durante varios años y dejaba como saldo una cantidad importante de bajas en ambos frentes", expresó la autoridad militar.

La historia relata que bolivianos y paraguayos se abrazaron en una emotiva y feliz alegría, con expresión de júbilo y algarabía, porque los tres años de lucha quedaban atrás y se abría un nuevo horizonte de esperanza y hermandad.

El 21 de junio de 1938 se firmó el Tratado de Paz, Amistad y Límites entre los gobiernos de Bolivia y Paraguay, en la ciudad de Buenos Aires.

En octubre de ese mismo año, fue trazada la línea divisoria entre ambos países, todo esto se logró tras una serie de discusiones y acciones protocolares, como la verificación del cumplimiento al Protocolo del 12 de junio de 1935 que proclama que no se utilizará la guerra o la fuerza directa o indirectamente como medio de solución de cualquier diferencia presente y futura, al contrario, concertarán la paz definitiva entre estos estados.

"Ahora que han transcurrido 80 años desde aquel 14 de junio de 1935 cabe destacar la voluntad puesta entre ambos pueblos, de construir una relación de confianza y entendimiento mutuo, una prueba clara es el constante relacionamiento que se tiene ahora entre los ejércitos de Bolivia y Paraguay", manifestó el general.

Por ello, rindió su homenaje a los hijos de la patria, que mostraron en el campo del honor su valentía, superaron las adversidades y escribieron las páginas más ricas de la historia militar.

"Hoy, ocasión oportuna para rendir nuestro más alto honor a quienes con su sangre y vida defendieron nuestra heredad nacional, a estos héroes que sobreviven al tiempo y son el fiel reflejo del más alto patriotismo del valor, entrega, sacrificio y ejemplo indiscutible para nuestras generaciones de bolivianos y bolivianas", enfatizó Canedo.

Petroleras incitaron la Guerra del Chaco

El presidente Evo Morales dijo que las oligarquías de ambas naciones son las responsables del episodio negro en la historia de los pueblos.

En el desarrollo del acto conmemorativo por los 80 años del cese de hostilidades de la Guerra del Chaco, el presidente Evo Morales atribuyó tal contienda a las petroleras Estándar Oil de Estados Unidos, afincada en Bolivia, y la Shell que representaba a Inglaterra y Holanda, en Paraguay, por el control del negocio de los hidrocarburos, y no a los pueblos hermanos.

"Si hacemos una profunda evaluación con seguridad no ha sido una guerra de los pueblos de Paraguay con Bolivia, la historia demuestra que el 31 de julio de 1932 entre el ejército de Paraguay y Bolivia comenzaron esa guerra pero a la cabeza y provocadas por las petroleras", señaló en un masivo acto cívico militar desarrollado en Villa Montes, en el departamento de Tarija.

El Jefe de Estado afirmó que más que una guerra entre dos "países hermanos fue una guerra entre dos petroleras" en la que murieron entre 90 a 150.000 soldados bolivianos y paraguayos.



GUERRA DE LAS OLIGARQUÍAS. "Quienes murieron en esta guerra, no eran empresarios ni bolivianos menos extranjeros, eran pueblo, soldados de Bolivia y Paraguay, que representaban al movimiento indígena campesina en los dos países", agregó Morales.

"Las guerras fueron de las oligarquías de ambos países y transnacionales petroleras. La disputa era quién roba más el petróleo, si Inglaterra o Estados Unidos y quién gana más plata. Los pueblos no hacen guerra, la guerra la hacen las transnacionales", dijo Evo Morales.



AUSENCIA DEL PRESIDENTE PARAGUAYO. El presidente de Paraguay, Horacio Cartes, canceló ayer por problemas climatológicos su visita al sur boliviano, donde debía participar junto al mandatario de Bolivia, Evo Morales, en un acto para recordar el 80 aniversario del cese al fuego en la guerra del Chaco, que enfrentó a ambos países entre 1932 y 1935.

Al evento, realizado en la localidad de Villa Montes, en la región de Tarija (sur), asistió en representación de Cartes el embajador de Paraguay en La Paz, Julio César Vera, acompañado por una delegación de la Academia Militar Mariscal Francisco Solano.

"Le traigo al señor presidente Evo Morales el fraternal saludo del presidente de Paraguay, Horacio Cartes Jara, pero al mismo tiempo un sentimiento de pesar por no poder haber asistido a este acto de tanta trascendencia por condiciones climatológicas adversas que impidieron su viaje", señaló Vera. Morales lamentó que Cartes no pudiera estar en el evento y expresó su deseo de reunirse próximamente con su homólogo paraguayo.





150 mil soldados, entre bolivianos y paraguayos, perdieron la vida en la confrontación bélica.



CONMEMORAN EN TRINIDAD LOS 80 AÑOS DEL FIN DE LA GUERRA ENTRE BOLIVIA Y PARAGUAY. Los 80 años del cese de hostilidades en la Guerra del Chaco que enfrentó a Bolivia y Paraguay entre 1932-1935 fueron conmemorados el domingo en Trinidad en un acto organizado por el Comando de la Sexta División de Ejército con asiento en la capital del Beni. En el acto cívico militar las autoridades de la Gobernación del Beni, el Gobierno Municipal de Trinidad, las Fuerzas Armadas y la Policía depositaron ofrendas en la plaza del ex Combatiente.

"Honor a todos aquellos héroes que sus cuerpos se quedaron en las candentes arenas del Chaco, asimismo mi más grande respeto, agradecimiento y admiración a todos nuestros valientes soldados que retornaron a sus hogares", dijo el comandante de la Sexta División de Ejército, Willams Kalimán.

domingo, 14 de junio de 2015

Tres historias que aún permiten revivir la Guerra del Chaco



En Tarija sobreviven tres Beneméritos de La Patria a 80 años del cese de hostilidades que se recuerda el 14 de junio de cada año y que puso fin a la Guerra del Chaco que enfrentó a Bolivia con Paraguay. Eusebio Muñoz Aparicio cumplió 98 años, es actualmente el presidente de la Federación de Beneméritos de Tarija y vive en la comunidad de San Agustín. Julio Gareca, también de 98 años y Benigno Garrado Peñaranda de 104 años, ambos viven en Villa Montes.

Eusebio Muñoz
Cada vez es más difícil escuchar sus historias de sus propias voces debido a que su avanzada edad y las enfermedades les dificultan continuar narrando las anécdotas de esa experiencia que marcó sus vidas. Sin embargo, sus recuerdos perviven a través de las personas que escucharon sus relatos.
De acuerdo a los relatos de don Eusebio, a través de la voz de su nieto Valdemar Muñoz, él fue a la guerra con apenas 16 años, no había hecho el servicio militar y aunque por ley debían ir después de los 18 años él fue reclutado debido a que era crecido para su edad y no podía certificar que aún no tenía la edad reglamentaria para ir a la guerra porque en esa época mucha gente, especialmente del área rural, no tenía certificados de nacimiento. “A él se lo llevaron y después le dieron un arma y le mostraron un poco cómo funcionaba y ya”.
Entre los recuerdos de don Eusebio está la obligatoriedad de matar al enemigo para poder preservar la vida. “Él recordaba cómo tenían que matar, no les quedaba otra y decía que luego de cada enfrentamiento quedaban regados por todos lados los cuerpos de los compañeros”, amigos a quienes ni siquiera podrían enterrar y cuyos cuerpos quedaban a expensas de los buitres. “Sólo cuando había un tiempito dice que los enterraban”.
Don Eusebio contaba cómo, el grupo con el que estuvo en la guerra fue de los primeros que tuvo la iniciativa e ideó la construcción de trampas que consistían en cavar fosas hondas de un diámetro de dos metros y cubrirlas con maleza y ramas para que los paraguayos cayeran en ellas. Se ocultaban en los matorrales, los paraguayos venían corriendo y caían en la trampa. De este modo tomaron muchos prisioneros.
Don Eusebio tuvo la suerte de no sufrir ninguna herida de bala, pero no se salvó de las enfermedades que aquejaban a la mayoría de los combatientes debido a que consumían agua de pozo, por lo que eran víctimas de vómitos y diarrea, males que no los eximían de continuar en el frente por lo que debían seguir en la zona de conflicto pese a esas dolencias. Solo eran evacuados cuando tenían heridas muy graves.
Actualmente don Eusebio vive solo con su nieto quien lo llama papá, luego de que cinco de los 10 hijos que tuvo murieron y los cinco restantes se marcharon, cuatro a Argentina y una hija a Santa Cruz.

Julio Gareca
El benemérito Julio Gareca también tiene 98 años y se le hace muy difícil caminar, utiliza un “burrito” que le permite desplazarse con dificultad. Sus rodillas sufren las secuelas de su participación en la Guerra del Chaco en la que él se desempeñó aprovisionando a las tropas. Él contaba que no podían llevar los alimentos por medio del monte sino que debían ir por el río, caminar dentro del agua por largas horas y eso es lo que le ha provocado la enfermedad de las articulaciones que ha sufrido desde hace muchos.
Benigno Garrado Peñaranda tiene 104 años. Después de la guerra se quedó a vivir en Villa Montes y durante muchos años no supo que como Benemérito de la Patria tenía derecho a recibir ciertos beneficios del Estado. Lo descubrió recién el año pasado cuando la Federación de Beneméritos de Tarija lo localizó. “Él es reconocido por el Estado Mayor y tiene documentos y diplomas que le han conferido, pero nunca recibió la renta del Estado. Hemos tratado de que se le dé, pero no han querido, es un tema burocrático”, explica Gladys Choque, administradora de la Federación de Beneméritos, para quien es una pena que no se pueda eludir la burocracia y darle una retribución económica a este benemérito de la Patria que es una persona de escasos recursos.
Germán Zambrana y el parte que anunció el cese de hostilidades
En enero de este año dejó de existir Germán Zambrana, quien guardaba los recuerdos de ese día glorioso para los miles de hombres bolivianos que combatían en la Guerra del Chaco. Don Germán contó en numerosas oportunidades cómo tuvo la posibilidad de recibir el parte de cese de hostilidades. A través de sus relatos era fácil imaginar la emoción y alegría vivida por los soldados enfermos, cansados y hambrientos que no se rendían pero anhelaban el fin de esa guerra “absurda” como la calificaba Zambrana.
La noticia corrió como reguero de pólvora y de un lado y otro del frente se oyeron los vivas en honor a las naciones enfrentadas. “La gente se abrazaba, reían, lloraban de alegría”, relataba don Germán reviviendo ese momento en el que la Guerra del Chaco llegaba a su fin.
Don Germán estuvo en diferentes enfrentamientos, en diferentes lugares del Chaco y nunca fue herido. Esto lo atribuía sin dudar a la gracia de Dios. “El espíritu de Dios me salvó”, solía decir. Su paso por la guerra fue voluntario, se enlistó en 1928 interrumpiendo sus estudios. Los retomó cuando pareció volver la calma, pero volvió a abandonarlos cuando comenzó la guerra en 1932 y estuvo en diferentes puntos donde se desarrolló, siempre a salvo de la muerte que rondaba los campos de batalla.
Una ocasión en la que estuvo muy cerca de morir fue cuando se encontraba en una tropa encargada de hacer el reconocimiento del terreno, en la que había un importante grupo de chilenos que vinieron a luchar por la causa boliviana. En una ocasión en que debían hacer un reconocimiento del área, Zambrana recibió la orden de ir a buscar leña y la tropa partió sin él. Al ver que no volvían luego de tres días fueron a buscarlos y los encontraron muertos a todos. “Me quedé porque el espíritu de Dios me ayudó a que no fuera. Son momentos en los que no hay nada exacto, sino que es cuestión de destino. Me salvé esa vez”.
Para cada uno de los soldados que participaron en esta guerra y tuvieron la oportunidad de retornar a sus hogares y volver a ver a sus familias, ese día, el 14 de junio de 1935 fue el día en que supieron que podrían retomar su vida luego de haber soportado el hambre y la sed, el frío y el calor, el miedo a la muerte y el coraje para enfrentar al enemigo. Ese día supieron que la vida continuaba para ellos.



La herencia de los
beneméritos para Bolivia

La Federación de Beneméritos de la Guerra del Chaco es una institución que existió y existe por y para los beneméritos por lo que al ir quedando tan pocos es necesario prever que pasará cuando ellos ya no estén.
De acuerdo a la información proporcionada por Gladys Choque, administradora de la Federación en Tarija, existe una norma que indica que cuando fallezca el último benemérito la Federación pasará a manos de la Alcaldía Municipal y también establece que la infraestructura donde funciona actualmente se convertirá en un museo.
Los 80 años sin guerra han transcurrido con historias diversas de los ex combatientes que quedaron con secuelas de su participación en la guerra, unos murieron jóvenes, otros pasaron los cien años y siempre ha pendido sobre ellos la sombra del olvido y la ingratitud del país por el que lucharon. Con rentas insuficientes, a veces olvidados y abandonados por las instituciones del Estado y hasta por sus propios hijos.
En ese sentido Gladys Choque considera que es importante rendir un homenaje a estos hombres en vida, y la implementación del museo de los Beneméritos de la Guerra del Chaco sería uno de ellos.
“Ojalá esto pudiera agilizarse y el último benemérito por lo menos pudiera inaugurar este museo”.



El valor del soldado boliviano

Soldados niños agarraron las armas

Muchos jóvenes que aún no habían alcanzado los 18 años fueron reclutados para ir a la Guerra del Chaco, en su mayoría eran hijos de campesinos quienes no los habían registrado y por lo tanto no podían demostrar la verdadera edad que tenían. Fueron casi niños y tuvieron que aprender a matar antes de aprender a vivir. Muchos murieron y muchos retornaron ilesos, son ellos los que serán conocidos como los últimos beneméritos.

La hazaña de aprovisionar a las tropas

La guerra se luchó de muchas maneras y en ella jugaron un papel importante aquellas personas que tuvieron la obligación de aprovisionar a las tropas bolivianas recorriendo grandes extensiones a pie arreando los animales de carga. Para llegar a su objetivo debían hacer largas caminatas por el río para evitar dejar huellas, sacrificando su salud para poder llegar con el alimento que escaseaba en todo momento en el frente.

La guerra mostró el temple de los soldados

Una guerra injusta motivada por intereses foráneos y en un país pobre fueron ingredientes necesarios para sacar a relucir el temple de los soldados bolivianos que se vieron obligados a encontrar medios de sobrevivencia en un territorio en el que escaseaba el agua y la comida. Tuvieron que diseñar sus propias estrategias de lucha cavando trampas porque también las armas escaseaban.

El conflicto bélico del Chaco, pasaje de la memoria boliviana



Han pasado 80 años desde que el histórico conflicto bélico entre Bolivia y Paraguay cesó. Por estos días, los recordatorios de este conflicto bélico han sido desempolvados para convertirse en algo más que una simple fecha histórica que a veces relega al olvido la memoria de los pueblos.

La agencia EFE informa que los presidentes de Bolivia, Evo Morales, y de Paraguay, Horacio Cartes, se reunirán hoy, domingo, en el pueblo boliviano de Villa Montes para recordar los 80 años del cese de hostilidades en la guerra del Chaco.

Esto sucede al nivel más alto de las representaciones estatales, pero en ambos países, a nivel local, la memoria de la Guerra del Chaco se celebra de diversos modos, llamativamente de formas más vivenciales, menos protocolares y profundamente más emotivas a través de actos de contenidos culturales más que políticos.
En Paraguay se vuelve a recordar la música de los '30 que fue compuesta por los propios combatientes para alegrar sus jornadas cargadas de tristeza. Un ejemplo notable es la canción “Che reyna” del soldado paraguayo y músico Emiliano R. Fernández, pieza que aún forma parte del acervo popular de ese país.

Del mismo modo sucede en Bolivia; cabe recordar la cueca del Chuquisaqueño Miguel Angel Valda “Infierno Verde”, que es uno de tantos otros ejemplos.
En lo referido a la literatura pasa algo similar, no son pocas las obras literarias cuyas tramas se encuentran atravesadas por los sucesos del Chaco; basta citar la obra de Claudio Cortez u Oscar Cerruto.

Pero estos son sólo algunas figuras emblemáticas que nutrieron el imaginario nacional sobre la Guerra del Chaco a lo largo de los años. Lo más destacado es que esta necesidad de reactualizar este imaginario siga vigente, como lo evidencia la muestra de Cine sobre la Guerra del Chaco que recorrerá Bolivia y Paraguay; evento seleccionó diez filmes que abordan el Conflicto de 1932. Dentro de esta muestra se encuentran trabajos de la boliviana Adriana Montenegro, el paraguayo Paz Encina o el argentino-español Lucas Demare, entre otros.

En La Paz un colectivo de artistas hará una intervención en la estación central de la línea roja del teleférico que busca crear una reminiscencia sobre las estaciones de trenes que se fueron atestados de jóvenes soldados que se dirigían al Chaco.

En Sucre, la Casa de la Libertad abrió una muestra fotográfica que recupera un rico material archivístico, que permite conocer las razones del conflicto, las condiciones en las que vivieron los soldados y los canales diplomáticos por los que finalmente la guerra terminó, informó Mario Linares, custodio de la Casa de la Libertad.

Por su parte, en la Casa de la cultura Universitaria, los familiares de los excombatientes organizaron una muestra colectiva donde se exhiben fotografías, cartas y objetos personales de los beneméritos. Actos de este tipo se han desarrollado en todo el país, como recuerda Mario Soria Flores, presidente de la Federación Departamental de Hijos(as) de Excombatientes y Beneméritos de la Guerra del Chaco, quien señaló que este recordatorio es importante ya que el conflicto bélico marcó la vida de toda una generación de bolivianos. “Los efectos de esta guerra fueron que nos quedamos sin padres, o en otros casos, ellos volvieron enfermos, los hijos mayores como yo, tuvimos que hacernos cargo, fuimos obreros, no pudimos estudiar” recordó Soria.

Quizás a diferencia de otros hechos históricos esta relación directa con la experiencia vivencial que guardan los bolivianos en su memoria próxima es una de las cuestiones que dotan de gran dinámica al imaginario de la Guerra del Chaco. Zavaleta Mercado escribió sobre el profundo sentido que tuvo la Guerra para la conformación de la conciencia nacional. Como asevera Soria, la guerra es recordada como algo difícil para su propia historia personal, pero al mismo tiempo realiza este homenaje a los excombatientes, porque se siente orgulloso de ser hijo de uno de ellos.

LA HISTORIA SE ACTUALIZA
Recientemente se han alzado diversas voces que problematizan la forma en que la historia oficial recupera los hechos que formaron parte de la Guerra del Chaco. Esto no es extraño, la historia siempre se encuentra en un proceso de autorevisión, más aún, en la historia de una Guerra donde no hay claros vencedores o perdedores.

Este fenómeno explica la apropiación de la memoria colectiva sobre la Guerra del Chaco, evidentemente no fue una victoria, pero de algún modo, en la memoria queda una percepción que reclama orgullo. Rodolfo Huallpa hace un resumen de algunos temas polémicos sobre la historia.
Primer mito: La guerra no fue por el petróleo. La herida por la pérdida del océano Pacífico con Chile generó en el país la necesidad de buscar una salida alternativa al mar.

Segundo mito: No fueron 50.000 los muertos bolivianos. Los historiadores militares Juan Lechín Suárez y Luis Fernando Sánchez develan que el número de muertos ronda los 32.000 y los heridos estuvieron en el orden de los 11.000, junto a aproximadamente 2.000 desaparecidos y cerca a 20.000 prisioneros.

Tercer mito: ¿Quién ganó y quién perdió? "Lo que queda claro es que antes de la guerra, el Chaco estaba dividido en dos, pero distintos eran los trazos limítrofes", señala Julio Irahola. En ese entendido es que luego de la firma del Tratado de Paz, Amistad y Límites del 21 de julio de 1938, que dicho sea de paso declara que la guerra terminó "sin vencedores ni vencidos", Bolivia se queda con el 25 por ciento del territorio en litigio y el Paraguay con el 75 por ciento. ANF