La historia compartida, enseña que hoy 14 de junio cumplimos 80 años del cese de hostilidades de la cruenta Guerra del Chaco.
El espíritu de la prensa, está en difundir la noticia, con episodios imparciales, identidad que el gremio, traduce en historia cierta, viva.
"La insensata Guerra del Chaco" rótulo que registra "Le Temps" de París en julio de 1932, hace un análisis a través de prestigiosos periodistas sobre factores que ocasionaron este conflicto bélico. La posición de estos hombres de la palabra, muestra un total desacuerdo con la Argentina que solapadamente apoyaba este flagelo a través de Carlos Saavedra Lamas "mediador", cuando su posición tenía barniz y se inclinaba hacía Paraguay. Otra vez Bolivia estaba en desventaja, frente a un impostor que alentaba estos afanes, "ganancias son ganancias", sobre cualquier elemento lícito o ilícito, sin preocupación que sea de preservar la vida o que el sentido sea la muerte, el negocio proveer material bélico a diestra y siniestra.
Los guerreros de la patria, pasaron por temerarias acciones, detrás de esta desgracia provocada, estaban los intereses, el petróleo marcaba el paso, dentro de nuestra soberanía.
¿Qué decir de los alegatos?, no existía moral del bando paraguayo, habíamos pasado por desacuerdos cincuenta y tres años atrás y una nueva dificultad rememoraba que la fuerza terminaba minando con fallos risibles como la Guerra del Pacífico. Otra vez con torpeza y táctica pesada, ¡estaban los invasores!, la política de extender territorios a la fuerza.
La sociedad boliviana había inclinado su posición de autocensura, porque la masa que había asistido a los campos de batalla, era precisamente en su integridad, hombres del área rural, sin preparación en el manejo de armas, sin tener conocimiento de emboscadas, es decir sin tramas que permitan estar a la par del adversario, con cantidad suficiente de agua. La falta de experiencia en hostilidades, no fue imponderable para que nuestros combatientes se llenen de brío, ímpetu provocado por la enseña nacional, coraje y desafío, cuando solo los estrategas aun con limitaciones vencen la trapisonda.
El mundo estaba pendiente de este litigio, en estos avatares, la comunicación a través del telégrafo era vital, la prensa era palabra exacta, a diario informaba sobre estos actos mezquinos del enemigo.
El periodismo, prístino en su trabajo, nunca dudó de su oficio, narró la penumbra de la Guerra del Chaco, las ediciones del Diario, La Razón, la República, Última Hora y Tribuna de La Paz, La Patria y la Mañana de Oruro, el Imparcial y los Tiempos de Cochabamba, la Gaceta, Páginas Cívicas en Cachuela Esperanza, alentaban a nuestros patriotas.
En ese instante fatal de integración, las ediciones de La República (La Paz), La Acción (Sucre) y Crónica (Cochabamba), fueron suspendidas por 3 meses. La respuesta a esta censura fue surgir con columnas publicadas en los diferentes diarios del país cuya temática era la Guerra del Chaco. Oruro se destacó con "La Retaguardia" y "La Mañana", donde a través de "Glosas, en Cosas de Fondo" (Impresiones de la Guerra del Chaco), Laura Villanueva más conocida como Hilda Mundy escribe y describe, teje con los hilos más sutiles de las palabras, con la sensibilidad que la caracterizaba, reitera el drama del combatiente. Por intermedio del Semanario Dum Dum del diario LA PATRIA, critica los desaciertos de la conducción militar. Habla por el combatiente alejado de todo, de las trincheras, distante de los afectos familiares, y la escasez de agua. El Semanario es censurado y clausurado. Ese humor no podía estar escondido sino expresado a través de los escritos, provoca su exilio, por el constante ataque a los caudillos, por la risa que convocaba a los lectores.
La prensa nacional se ocupó de un sensacional memorial de defensa presentado ante el Consejo de Guerra por el poeta y novelista beniano Luciano Durán Boger, sindicado de haber intervenido en una supuesta rebelión comunista. Este tema causa un revuelo en la sociedad boliviana y provoca un distanciamiento temporal entre las autoridades y la prensa.
El inter-diario La Defensa Nacional de Tarija en un gesto generoso y en defensa de Bolivia, colaboró con el producto de la venta a la Caja de La Cruz Roja Boliviana, hubo sorna y sus talleres fueron clausurados por orden del prefecto del departamento, con el Jefe de Etapas Militares. En Trinidad (Beni) se editaron dos números de El Verbo Libre, su publicación quedó interrumpida por las represalias desencadenadas por el ex prefecto. Ese medio de prensa había escrito que había vicios y fallas en el reclutamiento de reservistas del regimiento "Beni" para quienes tenían que incorporarse a la campaña del Chaco.
A los tres meses de iniciada la Guerra del Chaco, el diario LA PATRIA de Oruro publicó en septiembre de 1932, la lista con grados de Tenientes y Sub Tenientes expedidos a Docentes, Ingenieros y Alumnos de la Facultad Nacional de Ingeniería de Oruro que se enrolaron para asistir a este conflicto.
La correspondencia fue otro motivo de conflictos. Por fallas de logística y organización, las cartas que enviaban los familiares a los soldados en el frente de batalla no eran entregadas y se acumulaban innecesariamente. La prensa hizo denuncia del reclamo justificado de las familias, creándose otro roce con las autoridades castrenses.
Los órganos de prensa durante el conflicto alentaron el fervor patriótico y la defensa de los derechos de Bolivia. Fue nexo intermediador entre las familias que deseaban saber de los combatientes para llevar el clamor de un cambio en el Alto Mando Militar ante los continuos fracasos en el frente de batalla.
Finalmente como resumen Carlos Montenegro resurge el sentimiento bolivianista, con la aparición de medios de opinión contrarios a los grandes intereses económicos que sojuzgaron al país.
De este girón patrio, se movilizaron los siguientes hombres de prensa y de valía: Walter Montenegro, Casto Quezada Palma, Agustín Renjel Galleguillos, Felipe Terán Quintanilla, Ernesto Vaca Guzmán, Fernando Loayza Beltrán, Eduardo Ocampo Moscoso, Rafael Ulises Peláez, Luis Mendizábal Santa Cruz. Generosamente ofrendaron sus vidas en el Chaco: Casto Quezada Palma y Agustín Renjel Galleguillos. Como anécdota trágica, el joven periodista Felipe Terán Quintanilla (tío abuelo del periodista Carlos Soria Galvarro), envió desde el frente de batalla una misiva, con descripciones de su angustiosa permanencia en la Guerra, tenía la premonición que sería su última comunicación. Escrito que milagrosamente llegó hasta el diario LA PATRIA, fue publicada como testimonio del guerrero orureño.
El periodista orureño Luis Humberto Beltrán, ofrendó su vida en esta escaramuza, sacrificó su familia dejando sin luz espiritual a doña Betzabé Salmón Fariñas y a sus dos hijos (Oscar Márcel unos años después murió). Luis Ramiro fue sol y el amor más puro que el hijo puede entregar a su madre (doña Betzabé Salmón, periodista de la revista Feminiflor), al consagrarse íntegramente a su cuidado. Precisamente Luis Ramiro alcanzó la cima dentro de la comunicación. Con la Tinta de Imprenta en las Venas, recopila su trabajo desde 1953 a 1999, incluye valiosas fotografías. Las entrevistas son significativas cuando cita al periodista Guillermo Céspedes Rivera que fue el primer Corresponsal de la Guerra del Chaco, publicó varias notas con el epígrafe "Grandezas y Miserias de Boquerón".
El día jueves 13 de junio de 1935 a mediodía se firmó en Buenos Aires, en la sala del palacio de gobierno, los Cancilleres de Bolivia doctor Tomás Manuel Elio, Dr. Luis A. Riart del Paraguay, ante el general Agustín P. Justo, Presidente de la República Argentina firmaban el "protocolo de paz". Y el día viernes 14 de junio del mismo año y a la misma hora 1935, cesaban las hostilidades en el Chaco y el alto al fuego era una realidad. El acuerdo de las tres bases con varios incisos daban un tiempo prudencial para la tregua "de 12 días", con la supervisión de una comisión militar.
Mensajes de prensa de países amigos, celebraban la hora histórica, hacían votos que el armisticio sea el fin de otra contienda bélica. La Asociación de Periodistas de la ciudad de La Paz se anoticiaba a través de un telegrama que "Los círculos de prensa de Buenos Aires y Asociación de Periodistas de Río de Janeiro" declaraban feriado, como júbilo por el acontecimiento de paz.
La Guerra del Chaco en historia, es interminable. Los combatientes han escrito sus diarios con impotencia pura sobre este conflicto como Carlos Herbas Cabrera "El Cristo de Tarairí", en literatura escritores, poetas y algunos guerreros de la Patria como José Alfredo Peláez que dejó "Páginas Amarillas de un Soldado" legado, ofrenda sobre el tiempo de sufrimiento sobre los prisioneros, el clima inhóspito y otras memorias en dramatizaciones, documentales. Fotografías captadas por el lente de expertos e inexpertos que solo ver conmueve. El séptimo arte también ha rodado largometrajes de ficción y documentales en torno a diferentes versiones sobre las hostilidades entre Bolivia y Paraguay. Los pintores han plasmado en lienzos los tristes rostros de soldados que permanecían en las arenas del Chaco. La música tiene un lugar especial y ha merecido estudio, precisamente la cantautora Jenny Cárdenas Villanueva sensible a las notas musicales se ha referido a los patriotas que retornaron, a los difuntos que se quedaron y al territorio de combate. Indudablemente los Boleros de Caballería cobran notoriedad y reavivan un sentimiento de tristeza, la letra de las cuecas motiva a meditar sobre la ausencia del terruño. Todo este cúmulo de remembranzas ha sido trasladado a las letras que a través de la prensa de todos los tiempos ha transmitido sin retaceos la verdad de los hechos. El resultado es un valioso aporte para la "entrega de dos libros y tres CD, cuyo resultado de investigación reconstruye el origen, la esencia y trascendencia de este género musical genuinamente boliviano".
Existe una brecha de tiempo entre mis años y cuando se suscitó esta ofensiva, la cicatriz está perenne por el holocausto, nunca podrá olvidarse a los personajes irresponsables que cambiaron el destino de los soldados, quedaron hogares truncos, por la pérdida de esposos, hijos, hermanos. Me solidarizo con los caudillos que están vivos. El recuerdo de ese episodio debe ser reflejo latente, y en honor a nuestros Héroes, valoremos con la apertura de un museo de la Guerra del Chaco destacando todo lo que queda como existe en el Paraguay.
Referencias:
LA PATRIA. Oruro, septiembre 1932.
Salamanca Trujillo, Alberto.
Facultad Nacional de Ingeniería, Ensayo Monográfico (1906-1946) Librerías Latinas Editores, pág. 109-110.
Beltrán Salmón, Ramiro.
Memorias de papel sábana. Con la tinta de imprenta en las venas. Centro de Información para el Desarrollo-CID. Ediciones Plural-La Paz-1998. Pág.137-151.
Página Siete, Letra Siete
Literatura y Arte, Junio 2015.
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domingo, 14 de junio de 2015
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