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domingo, 14 de junio de 2015

Valientes mujeres dieron apoyo moral,cuidados e incluso su vida en el Chaco

Valientes mujeres dieron su apoyo moral, brindaron sus cuidados e incluso ofrendaron su vida durante la Guerra del Chaco, pues además de haberse enfilado para servir como enfermeras y espías no faltaron las que con coraje se enrolaron en el combate bajo el anonimato o haciéndose pasar por varones.

Se conoce que muchas mujeres uniformadas con el kaki y una mochila colgada en la espalda se fueron al lugar de conflicto junto a sus parejas para enfrentarse al enemigo de entonces.Una labor que se reconoce durante la contienda bélica, es la que ofrecieron las religiosas de la Congregación de las Hermanas Pontificias cuya fundadora fue la madre Nazaria Ignacia March, quienes en su mayoría fueron enfermeras.

Las mujeres fueron madrinas, enfermeras, monjas y personal de servicio que brindaron en todo momento su aliento con palabras de ternura y amor fraternal.

Por iniciativa propia, muchas de las damas obsequiaron a sus ahijados escapularios con imágenes santas, cosidos a modo de amuleto en el bolsillo interior de sus chaquetas.

La mayoría de las mujeres de las clases alta y media, se integraron en asociaciones femeninas o se afiliaron a la Cruz Roja y otras sociedades de socorro, desde las que sirvieron de apoyo y relevo a los movilizados.

De un momento a otro tuvieron que tornarse en enfermeras, costureras y dactilógrafas e iniciaron a partir ello una profesión que a muchas de ellas les serviría para su futuro sustento.

En ciudades como Santa Cruz de la Sierra se armaron cofradías como de las Damas de la Misericordia y de las Damas de la Liga Filial del Progreso, cuando las madrinas se enteraban de que un nuevo tren cargado de soldados pasaría por Uyuni recolectaban dinero y vituallas para ellos.

Otras se encargaban de coser pequeños paquetes con los sacos de harina y de azúcar, y llenarlos con pasankalla (tostado de maíz), coca y cigarrillos.

Además les enviaban algunas palabras de aliento impresas en pequeñas hojas.

Las mujeres, especialmente las enfermeras, vivieron los momentos más difíciles, pues debían salvar vidas destrozadas.

Entre las mujeres que se destacan está Laura Graciela de La Rosa Tórrez, que fue la protagonista del Primer Centro Femenino de Bolivia, quien luego de hacer una campaña a la que se unieron otras instituciones de mujeres se trasladó al Chaco. Laura de la Rosa fue directora de la revista "Feminiflor", y declaraba: "La futura grandeza y prosperidad de la Patria dependen de la ilustración de la mujer".

Su obra es testimonio de la contienda, estuvo en la zona de fuego, junto a Daría de Lora, la Dra. Elia Chopitea, Alicia Téllez, Elena de Frías, María Pacheco v. de Marión, Beatriz de Osorio, Elena Ostria, Luz Moscoso v. de Álvarez, Carmen Ortiz, Lidia Álvarez, Alicia Trigo Pizarro, Nelly Piñeyra, Rosa Azurduy, Nena Voltaire, Daysi Lea Plaza, unidas se acercaron al peligro y entregaron al soldado boliviano además de muestras de solidaridad, también medicamentos y víveres, ellos, hombres del área rural y citadinos no comprendían su permanencia en las arenas del Chaco.

Las madrinas y enfermeras se hicieron cargo de visitar a las familias de los movilizados portando un certificado conferido por la Liga Nacional Antituberculosa y revalidada por la Cruz Roja, con un distintivo en el brazo izquierdo además de procurar la nómina de los soldados identificados la localidad de su procedencia y efectuar curaciones; enseñaron a las familias de los movilizados, de forma práctica, higiene, nociones elementales de preparación de alimentos y métodos de ahorro, combatir los vicios y malas costumbres, procuraron noticias de sus familiares y redactaron las cartas a los analfabetos o leérselas.

Pero más allá de la lucha de muchas mujeres que estuvieron en el frente, las mujeres que quedaron en las ciudades y en el campo se constituyeron también en guerreras pues tuvieron que sopesar con la miseria que dejó la contienda bélica, siendo los niños las principales víctimas que tuvieron que deambular en las calles pidiendo limosna.

Ante esa crisis se alzaron las voces de las mujeres que exigieron la promulgación de una ley que defendiera los derechos del niño.

Durante los tres largos años, ella ha dispuesto de su tiempo, de sus centavos, de su espacio, ha logrado capacitarse en cierta medida, superar su timidez y aquilatar su fuerza extraída del dolor. Ha sentido nostalgia, inseguridad, miedo, soledad, angustia y desesperación.

La guerra quedó atrás, ya nada volverá a ser igual, un cúmulo de recuerdos acompañaría de por vida a toda una generación. Las esperanzas renacieron y una nueva consigna alentadora se escuchó en voces de mujeres y hombres "hay que reconstruir el país".

BIBLIOGRAFÍA

DURÁN Jordán Florencia y SEOANE Flores Ana María "El complejo mundo de la mujer durante la Guerra del Chaco".

Artículo: "Laura de La Rosa, creadora del Parque de la Unión Nacional" de la poeta, escritora y compositora Marlene Durán Zuleta (LA PATRIA).

Suplemento de La Razón sobre la Guerra del Chaco

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