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sábado, 5 de enero de 2019

Las imágenes inéditas de Don Moisés Navajas, un personaje misterioso

Don Moisés Navajas es un personaje muy recordado en el ambiente tarijeño, su gran legado es la Casa Dorada. En el lugar quedan unas cuantas fotografías de lo que fue su vida, más aún El País pudo conseguir algunas otras. Su historia da cuenta que fue un gran comerciante y cada parte de la Casa Dorada es testigo de esto. Más aún alrededor de su vida se han tejido historias misteriosas que incluso dan cuenta de que por las noches en la Casa Dorada Navajas jugaba taba con el mismo diablo.

La relación con su esposa fue muy unida, más aún nunca pudieron cumplir su sueño de ser padres
Más aún, primero nos concentraremos en su biografía. Tras una revisión bibliográfica se constató que además de su oficio como comerciante fue capitán de la Guardia Nacional, periodista, Intendente municipal “ad honorem” y miembro de la Cámara comercial de Bolivia, entre muchos otros cargos.

Moisés nació en 1865, comenzó sus estudios en el colegio San Luis, sin embargo su padre el coronel Víctor Navajas lo inició en el comercio, donde demostró destreza para los negocios. Esos fueron los inicios de su fortuna que cada vez se fue acumulando más.

Según el historiador Miguel Molina, Navajas poco a poco fue cambiando de rubros, así compró y vendió tierras, las hizo producir, construyó casas. Comerció con Argentina y Chile.

Tiempo después se casó con Esperanza Morales, descendiente de padres españoles. Ella le acompañó en numerosos y largos viajes a Europa, Estados Unidos, Buenos Aires y otras ciudades del mundo y el continente.

Según escribe el historiador Eduardo Trigo, “Navajas tuvo su primera actividad política en 1909, año en el que fue elegido Concejal en elecciones. En mérito a su desempeño en 1921 fue nombrado Presidente del Concejo Municipal, cargo que en la actualidad corresponde al de Alcalde. En 1925 fue designado Prefecto del Departamento”.

Políticamente militó en el Partido Socialista que lideraba el presidente Bautista Saavedra. Fue jefe departamental de dicha organización.

De acuerdo a Trigo, su establecimiento mercantil estaba provisto de artículos de consumo corriente y otros suntuarios importados de Europa, en los años en que la ciudad atravesaba por el periodo conocido como el de “auge comercial” que comenzó a finales del siglo XIX y se prolongó hasta las primeras décadas del siguiente.

Sus instalaciones estaban localizadas en la planta baja de su residencia. Entre los bienes lujosos que importó figuran dos pianos comprados en París, traídos a Tarija en 1916.



Su legado

Según destacan los historiadores Trigo y Molina, la Casa Dorada es uno de sus más importantes legados, este edificio se considera como una expresión del denominado “Art Nouveaux”. Su inauguración tuvo lugar a principios del siglo XX. Los trabajos de construcción estuvieron a cargo del arquitecto Miguel Camponovo.

Otro gran legado lo es el Castillo Azul, que sirvió como lugar de descanso y esparcimiento de los esposos Navajas Morales.

Pero además Trigo cuenta que Navajas construyó el albergue para niños ubicado en la Avenida Domingo Paz que originalmente cobijó a huérfanos de la Guerra del Chaco, posteriormente fue confiado a una congregación religiosa para la atención de niñas necesitadas. Actualmente lleva el nombre de su benefactor.

En 1921 formó parte del Comité Impulsor de la construcción del nuevo Hospital San Juan de Dios, este comité contaba además con Juan de Dios Trigo, Alberto Baldivieso, Francisco Azurduy, Alejandro Torrejón y Ángel Calabi. Obtuvo el apoyo de autoridades y comerciantes que hicieron llegar su aporte económico.
En reconocimiento a su trabajo cristiano, el Papa Pio XII le confirió una condecoración Pontificia. Moisés Navajas Ichazo murió en Tarija el 1 de enero de 1951




El personaje misterioso


El misterio tras este personaje comenzó en su abundante riqueza que muchos atribuyeron a un pacto con el diablo, pero también toda esta trama fue sazonada por el deseo que tenía don Moisés y doña Esperanza de tener hijos, sueño que nunca pudieron lograr.

En la Casa Dorada se puede ver un cuadro en el que Esperanza tiene en brazos a un bebé, éste reflejaría el gran deseo de los Navajas.

De acuerdo al libro “Estampas de Tarija” de Agustín Morales Durán, hasta antes del año 1930 el mejor, más grande, lujoso y atrayente edificio fue, sin lugar a dudas, la famosa Casa Dorada de Moisés Navajas. Sobre ésta la fantasía popular se tejió una serie de cuentos y leyendas, como también sobre su misántropo ocupante.

Con cierto misterio se decía que en determinados días, y a altas horas de la noche, salía de esa casa un coche antiguo tirado por cuatro fastuosos corceles, que llevaba a Moisés Navajas a una de sus quintas, situadas en la parte sur, donde este personaje tenía un hermoso jardín. Se trataba del parque Zalles, hoy parque Bolívar.

Muchos testigos aseguraban que allí se reunía con el diablo, el cual se transformaba en un elegante caballero que salía de la Casa Dorada junto a Navajas. Afirmaban que ambos se reunían para acuñar monedas de oro y plata y juraban también que algunas noches en las propiedades de Moisés se podía escuchar las espeluznantes carcajadas del mismísimo señor de los avernos.

Relata la historia que los muchachos de ese entonces escuchaban atentos todas aquellas leyendas y veían con cierto recelo cuando alguna vez Navajas iba a la iglesia San Francisco para participar de las fiestas más importantes.

Cuenta el historiador Agustín Morales que en la iglesia, Navajas tenía un sitio reservado y de preferencia, con su propio y bien tapizado reclinatorio. Se notaba que recibía las atenciones de los franciscanos porque para lo único que no parecía muy avaro era para hacer donaciones a ese templo.