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miércoles, 6 de agosto de 2014

Manuela Gandarillas, la heroína ciega

Nació en Cochabamba en 1752. Falleció en 1812
Manuela Josefa Gandarillas, la valiente mujer que se enfrentó con el ejército del general José Manuel de Goyeneche para defender la ciudad en la que había crecido y en la que, decididamente, moriría también.
Si bien algunos investigadores no se han convencido de la existencia de esta mujer, el hecho del que forma parte sucedió y marcó la historia, no solamente de una ciudad, sino de un país. Lo que esta mujer representa es mucho más grande que ella misma; después de todo, es una imagen de la mujer cochabambina que está dispuesta a proteger su hogar sin revelar debilidad alguna.
¿Quién era Manuela Gandarillas? Era una mujer mayor en ese entonces, tenía alrededor de 60 años, lo que significa que nació aproximadamente en 1752. De acuerdo con la investigación del historiador Edmundo Arze, los padres de Manuela fueron José Eras y Gandarillas y Margarita Fernández. Su padre había defendido, como ella haría después, la independencia del país, por lo que había sido fusilado.
Sin embargo, Manuela no era hija única, aunque sí la única mujer, luego de 11 hermanos. Una de las ventajas de criarse junto a tantos varones fue que aprendió a usar el sable. Esto le resultaría muy útil en 1812, cuando le tocó liderar al grupo de mujeres enardecidas que luchó en defensa de su hogar patrio. Uno de sus hermanos, José Domingo, también había sido ejecutado, pocos años antes de que Manuela diera su vida por la misma causa.
Manuela tenía una familia propia. Casada con Juan de Dios Revollo, había tenido cuatro hijos, dos varones y dos mujeres. También tuvo una nieta. Ya que trabajaba en un mercado, las demás vendedoras la presentaban con sus nietas y por eso era, al mismo tiempo, la abuela simbólica de varias niñas de la región.
Por otra parte, se dice que por la diabetes había quedado ciega tres años antes de la batalla de las Heroínas. Por ello se la conocía como La ciega Gandarillas. No obstante, esto no detuvo su espíritu revolucionario. Se involucró en las reuniones de los soldados, escuchando y aprendiendo de sus tácticas de guerra. Se dice que incluso ofreció su casa para algunas reuniones secretas.
Sus amplios conocimientos le confirieron mucha confianza de los demás, de manera que era respetada y considerada como una sabia consejera. Debido a esta reputación fue que las demás mujeres cochabambinas decidieron seguirla a la batalla contra Goyeneche.
Como indican los registros históricos de la batalla, fue nada menos que Goyeneche quien la hirió de muerte en el pecho. Entonces, con una actitud desafiante, Manuela recogió con la mano su sangre y la arrojó a la cara de su verdugo. Este hecho aparece en la obra Juan de la Rosa, de Nataniel Aguirre.
Manuela Gandarillas fue una mujer valiente y revolucionaria, que dio el paso al frente cuando todos los demás optaron por la rendición. Aunque haya dudas sobre su existencia, representa la valentía para perseguir los ideales y alcanzar el sacrificio por nuestro país. Ella y el grupo de mujeres que la siguió merecen todo el crédito de una defensa realmente heroica. En palabras del general argentino Mariano Belgrano: "¡Gloria a las cochabambinas que se han demostrado con un entusiasmo tan digno de que pase a la memoria de generaciones venideras!”.

Ana Treviño, historiadora.

Katerina Santos Profesora de historia

Manuela Gandarillas fue una mujer luchadora, idealista, que combatió para proteger y hacer cumplir la soberanía de nuestro pueblo ante los españoles. Las Manuelas son recordadas gracias a su heroico valor y la acción que decidieron tomar en ese momento. Su ejemplo es un reflejo de la realidad de la mujer actual. Existen mujeres valerosas como Manuela que luchan y dan la vida para recuperar algo fundamental, como es la libertad. Gracias a esas mujeres, Bolivia y Cochabamba son lo que son ahora.

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