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martes, 12 de agosto de 2014

ALEJO CALATAYUD

LA REVOLUCIÓN COMUNERA

Calatayud se alzó en armas cuando la corona española decidió elevar desmedidamente los impuestos no sólo a los artesanos y comerciantes, sino al trabajo y producción de los indígenas lugareños un gravamen, además, contra las leyes vigentes, según un artículo elaborado por el escritor boliviano Jorge Mansilla.

Junto a enardecidos vecinos de la comarca valluna, Alejo Calatayud lanzó el 14 de noviembre de 1730 lo que se denominó "la revolución comunera". Con una bandera roja como emblema comandó la destitución de las autoridades.

Con palos, piedras, sogas y uno que otro arcabuz, dos mil alzados desbarataron el ataque de un batallón realista, a cuyos jefes militares dieron muerte. La revuelta unió a mestizos e indígenas, y se diseminó por toda la provincia de Cochabamba. La capital provincial fue rodeada y tomada por las fuerzas de Calatayud.

CONFLICTOS DE CLASE Y ÉTNICOS

La rebelión de 1730 se caracterizó por ser una intersección de conflictos de clase y étnicos. En la ciudad de Cochabamba, los rebeldes saquearon tiendas y viviendas, y mataron a 39 españoles. Sin embargo, una vez que un grupo de clérigos salió a las calles con el sacramento, los rebeldes detuvieron el derramamiento de sangre. Dos representantes de la élite criolla fueron elegidos como magistrados. A causa de la dispersión y pobre organización de la insurgencia, ésta no pudo hacer frente al contraataque organizado por la élite criolla (conducido por los magistrados locales).

TRAICIONADO Y DECAPITADO

Alejo, el platero, fue designado como una especie de actual concejal junto a otros alzados, pero apenas dos meses después (el 31 de enero de 1731) fue traicionado por sus camaradas, decapitado y descuartizado en la colina de San Sebastián.


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