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miércoles, 6 de agosto de 2014

Eustaquio "Moto" Méndez: El patriota irreverente

El 15 de Abril de 1817 se constituye en una fecha memorable, especialmente para los tarijeños, pues en esa jornada Eustaquio "Moto" Méndez Arenas se consolidó como uno de sus próceres, protagonizando la Batalla de la Tablada, a través de las guerrillas o republiquetas. Esta ofensiva fue decisiva, dentro de la Guerra de la Independencia, precisamente en los campos de La Tablada de Tolomosa.

Hace 197 años, los "montoneros", al mando de Eustaquio Méndez, derrotaron al Ejército realista del coronel Mateo Ramírez, desde entonces se cuenta la vida en libertad de la antigua Villa de San Bernardo de la Frontera de Tarixa.

Pero un año antes, Méndez participó de otros enfrentamientos, entre ellos, en 1816, bajo las órdenes de Martín Miguel de Güemes y Francisco de Uriondo, quien precisamente ya conocía al revolucionario y se dirigía a Güemes diciéndole: "Todo está cortado y por todas partes son batidos sin piedad. Méndez (Moto) es el terror de los enemigos".

La acción de Canasmoro, es otro episodio heroico de Méndez y su gente pues los historiadores dicen sobre el particular: "Los vencedores entraron a Tarija llevando en las colas de los caballos, las cabezas de los patriotas".

Eustaquio "Moto" Méndez, no se caracterizó por expresar frases célebres, pero su aporte fue grande al protagonizar la Batalla de la Tablada y otros enfrentamientos bajo las órdenes de José Camargo, Martín Güemes.

De carácter altivo y generoso, Méndez alcanzó a ganarse el respeto y prestigio entre los suyos, tal el caso que como cuenta Domingo Paz en una velada literario-musical en 1885, que, "a su sola voz, se levantaba la campiña como un solo brazo a servir bajo sus órdenes en defensa de la causa de la libertad, hasta alcanzar por la bravura de su gente el renombre del primer guerrillero de su tiempo".

Según el historiador Carlos D. Mesa Gisbert en su libro Historia de Bolivia (séptima edición), uno de los motivos para que se tuviera un fuerte sentido de Independencia en la antigua Charcas era el rol vital de los guerrilleros en las republiquetas que también decidió parte de la guerra, pues en los cuatro puntos cardinales libraron batalla con una autonomía que no tenían ni realistas ni patriotas.

El popular "Moto" Méndez, "moto" derivado de la palabra quechua mut’u por no tener una de sus manos, aún se discute cual, también se caracterizó por las discrepancias que se originaron en la pérdida de esa extremidad, algunos dicen que la perdió como castigo por rebelarse contra la realeza española, otros dicen que fue un accidente con caballo y otros aseguran que fue él mismo quien se la cortó por agredir a su madre.

Pero eso queda aparte porque la historia cuenta que "Moto" Méndez, también fue parte importante de las determinaciones de Otto Felipe Braun, quien decidió dar batalla al ejército argentino que se adentró en territorio boliviano y se apostó en Entre Ríos con el afán de atacar Tarija. Fueron varios días de dura lucha donde el Ejército de los "montoneros", liderado por Méndez, hizo retroceder a los argentinos.

Se libraron muchas batallas y en 1826, se delineó perfectamente la organización del Alto Perú en República Independiente. Tarija se dividió en dos bandos: uno bolivianista y otro fiel a los partidos unidos del Río de la Plata. El primero lo presidía don Bernardo Trigo y el segundo el Dr. José Felipe Echazú.

Don Eustaquio Méndez, se compactó con Trigo, de quien era compadre espiritual.



EL "MOTO"

Méndez nació el 19 de septiembre de 1784 en Churqui Huayco, Canasmoro, villa de San Lorenzo, departamento de Tarija, que en una época perteneció a la provincia argentina de Salta y hoy es parte del Sur de Bolivia, hijo de Juan Méndez y María Arenas, residentes en Canasmoro, buen jinete enrolado en la división de gauchos de Güemes, con los que participó en la primera expedición auxiliadora al Alto Perú, luchando en la victoria de Suipacha. Más tarde luchó contra las invasiones

realistas en la Guerra Gaucha. Cada vez que Tarija caía en manos de los realistas, Méndez lanzaba sus ataques sobre la ciudad o sobre los caminos que la comunicaban con el resto del Alto Perú, por el Norte o por el Oeste.

En 1824 cayó prisionero del general Pedro Antonio Olañeta, que poco antes se declaró independiente del virrey De la Serna. Olañeta le perdonó la vida, pero a cambio lo condenó a servir como soldado en sus filas.

Regresó a Tarija en la división del general Arenales en 1825 y fue reconocido como coronel del Ejército boliviano, participó en las guerras civiles a favor del general José Ballivián y murió en la batalla de Santa Bárbara de Tarija a los 64 años.

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