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viernes, 31 de marzo de 2017

Potosinos celebran el 472 aniversario de la fundación de la Villa Imperial

Están en desarrollo los actos en homenaje al 1" de abril, por el 472 aniversario de la Villa imperial. Estudiantes de las unidades educativas participan del desfile escolar en el Campo de Marte.

El director Departamental de Educación, Hermenegildo Morales, pidió a los estudiantes y maestros ratificar el compromiso con Potosí contribuyendo con la educación.

El alcalde Williams Cervantes destacó la importancia histórica de Potosí para el mundo.

El gobernador Juan Carlos Cejas también destacó la importancia de la educación.

jueves, 30 de marzo de 2017

Tarija invita a los 200 años de La Tablada



Celebrando los 200 años de la Batalla de La Tablada, el próximo 15 de abril, Tarija prepara varias actividades y homenajes cívicos, además de una reunión de gobernadores de más de cinco países de la región.

En una visita para promover el programa de festejos de la histórica batalla que dio paso a gestas que permitieron la consolidación de Bolivia como un país libre, el gobernador de Tarija, Adrián Oliva, invitó a toda la población chuquisaqueña a ser parte de su bicentenario.

Junto con representantes del Concejo Municipal de Tarija, el Gobernador del vecino departamento enfatizó en los lazos históricos que unen a Chuquisaca y Potosí con la región que gobierna.

El 14 de abril, Tarija tendrá el encuentro con gobernadores y el 15 se recreará la Batalla de La Tablada y se tendrá el desfile cívico.



martes, 28 de marzo de 2017

Alistan fiesta de la batalla de Tumusla

Ayer se desarrolló una conferencia de prensa para invitar a la población de Potosí a la celebración del 192 aniversario de la gloriosa batalla de Tumusla, con actos que se cumplirán el viernes 31 de marzo y el sábado 1 de abril, en esta localidad.

El corregidor del cantón de Tumusla, Eustaquio Martínez, informó que cada año se recuerda la batalla, la última que selló la independencia del Alto Perú y el nacimiento de Bolivia.

Dijo que otros años no se contaba con el apoyo para la celebración de este hecho histórico y que a partir de abril de 1978, con la ayuda de la Corporación Regional de Desarrollo (Cordepo) se puede organizar diferentes actos.

Afirmó que se quiere recuperar la historia que dejaron sus ancestros y que para la celebración de este año desean que participe el presidente Evo Morales y autoridades invitadas.

El programa general de festejos contempla varios actos para el viernes 31 de marzo. A las 10:30 será el acto cívico y el desfile con estudiantes, invitados y autoridades y posteriormente un recorrido turístico por los lugares históricos.

Ese mismo día y por la tarde se hará el acto en la Plaza de Armas, el desfile de la ciudanía y una actividad cultural en el patio de la Unidad Educativa 2 de Abril con la participación de grupos autóctonos y folclóricos.

El sábado 1 de abril será el acto cívico y desfile central recordando el aniversario de la Batalla de Tumusla, la exposición frutícola y la feria histórica cultural y turística.

domingo, 26 de marzo de 2017

Ciclo de conferencias de historia peruano-boliviana

La Embajada de Perú en Bolivia inauguró el Primer Ciclo de Conferencias de Historia Peruano–Boliviana. Este evento fue iniciado por el embajador Félix Denegri Boza y contó con la participación de Renzo Honores.

El próximo encuentro de historiadores de Perú y Bolivia será el 20 de abril a las 18.00 horas en la CAF.

En la capital paceña, el prestigioso historiador peruano dictó la charla “La historia colonial de Charcas y el Perú”. Bolivia estuvo representada por Eugenia Bridikhina, quien ilustró a los asistentes con la exposición: “¿Ni con Lima ni con Buenos Aires? La Audiencia de Charcas en el sistema de la administración virreinal”.

Durante el encuentro se destacaron los puntos comunes en la larga historia de ambas naciones prestando especial atención a los siglos XVI y XVIII. Asimismo, se examinó los cambios económicos y sociales producidos a propósito de la conquista y la inserción de los Andes en el proyecto imperial español.

El embajador Félix Denegri destacó la importancia de conocer la historia de ambos países e invitó a la ciudadanía paceña a asistir a este ciclo de conferencias que busca alentar el conocimiento común y el diálogo como una forma de fortalecer la integración entre ambos pueblos.

Por otro lado, Honores resaltó que los actuales estados de Bolivia y Perú son dos vastos y complejos países que comparten una larga historia de encuentros y experiencias comunes desde el período prehispánico. Para el historiador peruano, el surgimiento de la sociedad y economías coloniales, la resistencia de los pueblos indígenas y la diversidad en su composición étnica fueron las características principales del periodo colonial.

El público asistente estuvo conformado por reconocidos historiadores bolivianos, académicos y estudiantes de historia de las principales universidades de este país, quienes se dieron cita el pasado 16 de marzo en el auditorio de la Corporación Andina de Fomento (CAF). El próximo encuentro de historiadores de Perú y Bolivia será el 20 de abril a las 18.00 horas en la CAF, ocasión en la que se desarrollará el próximo conversatorio sobre la independencia de Perú y Bolivia.

sábado, 25 de marzo de 2017

Hambruna y pestes azotaban Cochabamba cuando se inició la guerra del Pacifico


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Días nefastos, de muerte a causa de la hambruna y las pestes, terminaba de vivir Cochabamba cuando llegó la noticia de la invasión chilena y se inició la Guerra del Pacífico. Pese a estas adversidades que enfrentaba partieron tres batallones para defender el Litoral.

“En ese mismo año (1878) y el siguiente sucede la espantable aparición de las epidemias de la fiebre intermitente y la fiebre tifoidea causadas por la sequía cuyo aliento de fuego abrasa los campos. A ella viene a sumarse la Guerra del Pacífico provocada por la invasión chilena. El hambre y las enfermedades elevan los índices de mortalidad a cifras que no tienen precedentes. Escenas de horror indescriptible suceden en la ciudad invadida por caravanas de menesterosos y famélicos que llegan a morir por inanición en las calles, rebasando las salas del hospital y de los sanatorios improvisados”, describe Augusto Guzmán en su libro “Cochabamba: Panorama geográfico, proceso histórico y vida institucional” (1972).

El escritor continúa relatando cómo la gente pobre de la ciudad y las villas provinciales abandonaron sus poblaciones para buscar sustento en los campos. “Pero éstos, desolados y resecos, no ofrecen siquiera el color de la esperanza, por lo que todos entran de golpe en la ciudad flagelada para agravar los problemas de salubridad y abastecimiento. Y entonces la muerte, como única dueña de casa, les da también la única hospitalidad posible. En el invierno de 1878, meses de mayo, junio y julio, solamente, fallecen 1.237 personas. En enero de 1879, verano, mueren en la ciudad 504 personas de las cuales 115 sucumben en las calles sin auxilio. En los dos años trágicos, la ciudad pierde 5.444 vidas. En 1880 se siente el alivio con una mortalidad que baja a 779 defunciones”.

Todo esta tragedia que azotaba Cochabamba y otras regiones del país causada por la dura sequía y la realidad que tuvieron que enfrentar los combatientes bolivianos en la guerra contra Chile, es reflejada por diferentes publicaciones de ese entonces (1878-1879) de los periódicos “El Comercio” y “El Heraldo”. Algunos artículos de estos periódicos fueron seleccionados (adjuntos en estas páginas) por Gastón Cornejo Bascopé, miembro de la Sociedad de Geografía, Historia y Estudios Geopolíticos de Cochabamba para reconstruir y entender estos momentos que marcaron la historia regional y del país.

“TERREMOTO EN EL LITORAL Diciembre, 1878. Recibido hoy en Tacna hoy 15, a horas 12:20. Señor Sub-prefecto. Iquique ha sufrido menos que el 13. En las huaneras se ha perdido mucha gente. Cobija no existe. Antofagasta y Mejillones de Bolivia muy arruinados. Pisagua è Iquique no han habito muertos. Piden agua. Hay sacudimientos récios que han llenado de espanto á los habitantes, se ha sentido también en Coro Coro. Zapata (Prefecto del Litoral)”.

“HAMBRE EN BOLIVIA 1879. EN PERÚ HACEN ÓBOLOS PARA MITIGAR HAMBRE EN BOLIVIA. Las noticias que, vapor a vapor, nos llegan del interior de Bolivia no pueden ser más tristes y desconsoladoras. La carestía y la escases de víveres se hacen sentir de una manera desesperante en Oruro, Cochabamba y Sucre, según verán mañana nuestros lectores por las correspondencias que hemos recibido... Las obligaciones de la caridad, de la olla de los pobres, que se ha establecido en varios conventos de Sucre y Cochabamba, no son suficientes para atender a las necesidades de millares de seres de todas las edades y sexo, que perecen por la falta de alimentos. Los esfuerzos de las sociedades piadosas y de beneficencia se estrellan ante la carencia de recursos, otra fatalidad que aumenta las dolorosas proporciones del conflicto. Deber de todos los peruanos es correr con sus auxilios al alivio de los necesitados, al aminoramiento de esas espantosas calamidades con que el Supremo Hacedor pone a prueba la resignación y el sufrimiento de sus criaturas. El Perú no puede manifestarse indiferente ante tanta desgracia (...) y es aquí, en Iquique, centro de los recursos y de elementos donde debe secundarse con inteligencia y actividad, la noble iniciativa de Tacna que hoy vive en brazos del atraso y la necesidad (...) Los pueblos bolivianos son nuestros hermanos, hermanos necesitados hoy. No lo olvidemos. El pan y el óvolo que les enviemos serán regados con las lágrimas de la gratitud pública (...)”. “El Tiempo” de Iquique.



“¡Adiós año 1878 con tu cortejo de peste, hambre, muerte, luto y orfandad! ¡Salve año 1879! Al pronunciar tu nombre huyen del lacerado espíritu la amargura y el dolor. El corazón se llena de ilusiones y esperanzas”. (El Heraldo, enero de 1879)

“Sufriendo hambre y sed la columna cochabambina arribó a Oruro el 28 de abril y el 3 de mayo nuevamente desprovistos de víveres y vestimenta adecuada partieron hacia la costa peruana, considerado el teatro de operaciones”

Guerra del Pacifico Batallones partieron de Cochabamba

Entre los héroes del Pacífico, hay cientos de cochabambinos que partieron a defender el Litoral boliviano, pese a las adversidades que azotaban esta región. Todo había empezado en 1788 con una sequía que derivó en hambre y enfermedades como el paludismo en los Yungas, que penetró las provincias de Cochabamba y siguió hasta alcanzar a Tarija. Uno de los departamentos más sufridos fue Cochabamba, que incluso tuvieron que socorrerlo desde Oruro. En 1879, no cambiaría mucho la situación.

El anuncio de la ocupación chilena a Antofagasta el 14 de febrero de 1879 llegó a Cochabamba. La región apenas se reponía de una desastrosa combinación de paludismo y hambruna que la azotó desde el año precedente. La sequía redujo las cosechas y elevó los precios de los alimentos. La gente, la más pobre debilitada por el hambre, moría por cientos en las calles. Se multiplicaron las protestas callejeras y los saqueos de trojes de cereales, al grito de “¡Pan barato!”.

En ese clima, el 28 de febrero se reunió un comicio ciudadano en el colegio Sucre de la ciudad, al que concurrió la “clase decente” y algunos artesanos. Rechazó “la actitud amenazante del Gobierno chileno”. Los indígenas, situación propia del carácter excluyente de la sociedad oligárquica, no fueron convocados al acto de repudio; simplemente se consideró que no pertenecían a la patria en peligro, describe Manuel Claros García, abogado graduado de la Universidad de Chuquisaca y hacendado de Aiquile, en “El Diario de Guerra”.

El Diario de Guerra de Claros García, es una fuente descriptiva de primera mano para auscultar la presencia cochabambina en la conflagración. Permite establecer que en las provincias, a inicios de aquel abril, se conformaron también grupos de Guardia Civil para marchar en “defensa de la patria”. No pasaban de un grupo de inexpertos voluntarios, cada uno de los cuales debía contar con su propio caballo y arma. Una estructura clánica y en nada diferente a la milicia colonial y muy distante al fogueado y profesional Ejército del que disponía Chile, destaca el historiador Gustavo Rodríguez en el texto “Diario de Guerra”.

Claros, oficial del Escuadrón Junín, partió de Aiquile a Cochabamba el 10 de abril. De allí se enrumbó el 23 de abril con la tropa junto a los batallones “Aroma”, de vecinos de la capital, el “Viedma” de cliceños y punateños y el “Padilla” de tarateños, además del Escuadrón Junín, integrado por tarateños, aiquileños y mizqueños. Más adelante se sumarían los oriundos de valle bajo y Tapacarí, para agruparse en la IV División. La conformación por distritos y provincias da cuenta de la frágil unidad y la permanencia de clivajes y fragmentaciones localistas que cruzaban las armas cochabambinas (y bolivianas) que impidieron la alineación de la tropa bajo un mando único.

Sufriendo hambre y sed, la columna cochabambina arribó a Oruro el 28 de abril; y el 3 de mayo, nuevamente desprovistos de víveres y vestimenta adecuada, partieron hacia la costa peruana. Veintisiete días más tarde (lo que da una idea de las dificultades logísticas prevalecientes) ingresaron a Tacna. Allí recién accedieron al agua, vital para la supervivencia. Pero su distribución permite al historiador constatar las diferencias sociales entre el cuerpo militar; mientras los soldados mestizos y los pocos indígenas concurrentes abrevaban de una inmunda acequia que multiplicaba la disentería, de modo que las infecciones gastrointestinales eran frecuentes, los jóvenes de la oligarquía bebían agua destilada o un brebaje importado en botella de barro que parecía una agradable limonada.

Claros describe otra faceta escondida de la guerra: las “rabonas”, mujeres indígenas y mestizas de soldados que los acompañaban, procurándoles cama y rancho. Una de ellas, conocida como La Fiera, descrita por Claros como alta y gorda, picada de viruela y un sobrero de paja de cochabambina, trepaba en los vagones del tren para dar vivas a Bolivia.

Estos relatos de Claros García están reflejados en los periódicos en ese entonces, como se puede leer en los artículos recuperados por Gastón Cornejo, miembro de la Sociedad de Geografía, Historia y Estudios Geopolíticos de Cochabamba.

“NOTA DE RODOLFO SORIA GALVARRO AL PRESIDENTE. El día 14 de febrero, día de eterna recordación, cuando más tranquilos nos hallábamos, fuimos sorprendidos por la llegada de la escuadra chilena que venía a engrosar las fuerzas del blindado Blanco Encalada. El Prefecto del Departamento recibió la nota de intimidación que la firma el coronel Emilio Sotomayor. La contestación no puede dejarse esperar, todos los nacionales quieren hacer resistencia aceptando antes el sacrificio y la corona del martirio, que el grillete del esclavo. Pero se hace necesario fijarse de que solo son 35 los soldados bolivianos que tienen armas con apariencia de tales, y que deben combatir contra 400 chilenos provistos de rifles magníficos, que además se hallan apoyados por dos ametralladoras, varios cañones y mil rifles Comflay. Á la disposición de cinco mil rotos del bajo pueblo que aguzan sus puñales para segar nuestras cabezas. En semejante situación, ¿qué se puede hacer? El sacrificio es estéril, el martirio infructuoso y en la desesperada y desigual lucha que puede empeñarse se comprometen inútilmente tantas vidas que más tarde pueden ser útiles a la defensa de nuestra cara patria. Se decide pues abandonar el campo a nuestros enemigos, protestando previamente contra el vandálico atentado de que nos hacemos víctimas”, Tacna, 19 de febrero “La Revista del Sur”.

Extracto de la PROCLAMA DEL PREFECTO DE COCHABAMBA. 4 de marzo de 1879. “COMPATRIOTAS- JOVENES COCHABAMBINOS.- La gloria os llama, volad à su encuentro. Soldados fueron nuestros padres, que, durante quince años lucharon por nuestra independencia. Soldados hemos sido para defender nuestras libertades. Seamos soldados para conservar el honor y la gloria de nuestra Patria.- ¡A las armas, bizarros jóvenes, à las armas!

ARTESANOS.- Os habéis mostrado siempre dignos del nombre boliviano, no excuséis vuestra sangre, ni vuestros sacrificios para defender la honra nacional – Guerra, nos ha dicho la desleal República Chilena en las playas de nuestro Litoral; guerra debemos contestar con toda la energía de nuestro patriotismo.- ¡A la guerra, artesanos, à la guerra!… En la hora del sacrificio estará junto a nosotros, vuestro compatriota y amigo. MANUEL A. GOMEZ”

Genealogía de Juana Asurdui de Padilla



La genealogía de Juana Asurdui de Padilla fue presentada, anoche, por el investigador Norberto Benjamín Torres en una conferencia, en el auditorio del Archivo y Bibliotecas Nacionales de Bolivia, tras varios años de indagación documental desde 1580 hasta el año de nacimiento de la generala, en 1780.

Con motivo de la recordación de los 237 años del bautizo de la heroína, el 26 de marzo de 1780, Torres presentó un adelanto de la segunda parte del libro: La biografía de Juana Asurdui, la historia detrás de la leyenda, respecto a la genealogía de los Asurdui.

Tras un recorrido de varias generaciones, se conoce que los padres de Juana fueron Isidro Asurdui y Juliana Llanos, y los abuelos paternos: Joseph Asurdui y Otálora y Paula Valencia. La hacienda de la familia fue Cachimayu (Ñucchu, Yotala, Moro Moro, Ravelo y parte de Yamparáez).

viernes, 24 de marzo de 2017

Muere uno de los pocos beneméritos de la Guerra del Chaco que quedan

Ayer aproximadamente a las 16:00 horas en su domicilio en la zona de Los Andes de la ciudad de La Paz, falleció Ricardo Quino Flores, uno de los combatientes bolivianos de la Guerra del Chaco, producto de un cáncer en los riñones y otros problemas de salud, informó su nieto Rodrigo Fanola Quino.

Ricardo Quino era uno de los pocos beneméritos de la guerra del Chaco que todavía siguen con vida en la actualidad. De acuerdo con datos del Ministerio de Defensa, hasta junio de 2015, eran 23 los beneméritos bolivianos de este conflicto bélico que permanecían con vida.

"Se recuperó de una neumonía, pero no del cáncer, y el doctor nos dijo que no se puede hacer mucho por él y nos pidió que lo cuidemos hasta donde Dios lo diga”, informó Fanola a Página Siete Digital.

Quino Flores era soldado de artillería y estaba designado a la defensa de Villamontes en este conflicto bélico que enfrentó a Bolivia y Paraguay entre 1932 y 1935. Junto con él, relata su nieto, también fueron a la guerra sus dos hermanos, uno de ellos estuvo en Boquerón y el otro murió en batalla.

Según comenta el nieto, los dedos de la mano son suficientes para contar a los beneméritos que todavía están con vida, esto de acuerdo con datos que le fueron proporcionados al respecto.

Hoy día se realiza el velorio del benemérito en la funeraria Valdivia de la zona de Miraflores de la ciudad de La Paz.

Clara López y el poder de las mujeres de La Paz en la Colonia

Clara López Beltrán se cataloga como una "historiadora itinerante” que ha recorrido gran parte del mundo investigando la época colonial en América. Está atrapada entre los siglos XVII y XIX, especialmente en el rol que las mujeres cumplieron en esa época. En su libro Alianzas familiares, elite, género y negocios en La Paz, Charcas, siglo XVII, plasma gran parte de esa investigación.

Ahora está concentrada en el rol de las monjas de ese momento que -asegura- no se limitaba sólo a la religiosidad.

Su interés en la población femenina colonial se dio cuando, desde su especialización en historia demográfica, miró hacía la élite de la sociedad colonial en La Paz, en la que descubrió que las mujeres, además de formar el 50% de la población de entonces, jugaban un rol muy importante y protagónico, pero a partir de una circunstancia: la viudez.

"En la época de la Colonia las mujeres cumplían diferentes roles, pero cuando quedan viudas muchas, además de manejar los negocios familiares, se convertían en guardianes de sus hijos menores de 25 años. Las viudas adquirían una gran libertad, entraban en posesión de su dote, además de la mitad de los bienes gananciales obtenidos durante el matrimonio y podían convertirse en empresarias exitosísimas”, dice Clara.

En su libro la historiadora paceña cuenta el caso de doña Bernarda de Rebodello, viuda de un importante mercader y madre de ocho hijos, que administró los bienes de su familia sin dividirlos hasta el final de sus días, generando grandes ganancias.

"Ella administraba incluso el patrimonio de su yerno, un tesorero de la Caja Real de La Paz”, relata la historiadora.

Otro ejemplo es doña Francisca de Tapia y Ulloa, que enviudó dos veces y que hizo crecer su fortuna al punto de "proveer a sus cuatro hijas dotes de entre 12.000 a 14.000 pesos, a cada una”, se lee en el trabajo de Clara López.

Doña Mariana Pereira Sotomayor se suma a la lista de visionarias, que si bien tenía una importante dote y heredó a algunos de sus familiares, tras quedar viuda, incursionó en la compra de tierras, en su producción agrícola y, luego, en la comercialización de lo producido. Era dueña de la hacienda Chicani (Larecaja), otra en Mecapaca, tierras en Potopoto (Miraflores) y Achacachi, "de una carpintería, de una fragua a cargo de un oficial herrero y su mujer”.

Mariana murió en 1668 y su fortuna se extinguió porque su hijo que se benefició con la herencia "no estaba capacitado para continuar con los negocios”.

"Entonces las mujeres no se representan a sí mismas ante la ley, sino era por un varón, pero tomaban un abogado y lo tenían resuelto. Además, al ser mujeres de élite no sólo tenían el privilegio de leer y escribir, sino que ya venían con dotes importantes, que al quedar viudas decidían administrar para incrementar y luego legar a sus hijos”, remarca Clara.
Indígenas poderosas

Pero en La Paz del siglo XVII no sólo las damas con título de nobleza colonial administraban sus riquezas, sino también las indígenas, muchas de ellas hijas de caciques, como doña Ana Poco, natural de Saphaqui, viuda de Juan Chorona, que "era propietaria de tierras en su lugar natal y fue considerada hacendada en el valle de Caracato”. Entre sus tierras estaba "una huerta de duraznos con tres manzanos que plantaron ella y su marido en Achumani y otra de tunas en el paraje de Tacobamba”. Ana no sabía escribir y necesitaba intérprete para comunicarse en castellano.

Otro caso es el de Juana Calle, también de Saphaq ui, viuda de Pedro Chava, que había recibido una herencia de sus padres compuesta por una viña, higuerales y tierras en Chivacato.

Una situación particular fue la de doña Ana Roque, natural de Viacha, conocida por un "carácter decidido y eximias dotes empresariales”, poseedora incluso de dos esclavos: "Lucrecia, vieja y enferma, de escaso valor, y el mulato Lázaro de 300 pesos”.

Pero no todas las mujeres que enviudaban asumían la misma actitud, también estaban las autovictimarias, que consideraban que no podían hacer nada y entregaban toda la fortuna a sus hijos.

"Muchas de ellas murieron casi en la indigencia, como el caso de una dama que terminó siendo sostenida por su esclavo, que la mantenía”, señala Clara López.

Las fuentes directas a las que recurrió la historiadora paceña para obtener esta información sobre el mundo femenino de La Paz del siglo XVII son testamentos y escrituras notariales resguardados por el Archivo de La Paz y la Alcaldía. La investigación fue presentada en México con bastante éxito.

Las investigaciones de López sobre el rol de las mujeres en la época colonial de La Paz del siglo XVII también abordan el rol de las religiosas. "No estaban limitadas sólo a la religión, a bordar y rezar, muchas estaban dedicadas al arte y a la enseñanza de niños y niñas”, adelanta. Es que la historiadora está ahora empeñada en describir el papel de estas mujeres, información que presentará también en un libro.

Más de 40 años de investigadora

Clara López nació en La Paz, en diciembre de 1951. Hija del español Fernando López y de la paceña Lola Beltrán, desde siempre se sintió atraída por el arte, la historia y la cultura. A inicios de los años 70, después de salir bachiller del colegio Inglés Católico, ingresó a la carrera de Filosofía y Letras, que incluía la materia de historia.

"Fue el profesor Luis Ossio Sanjinez el que me condujo por los primeros caminos de la historia.

Después tuve muchos maestros, pero fue él que me condujo”, dice Clara al mirar atrás, hacía el inicio de su carrera de historiadora especializada en la época colonial de América Latina, lo que le permitió formar parte de renombrados grupos de historiadores de Europa, Japón y Estados Unidos.

Clara conoció al profesor Ossio Sanjinez -que fue Vicepresidente de Bolivia (1989 -1993)- en la Universidad Mayor de San Andrés a inicios de los años 70, cuando inició su carrera, pero fueron sólo unos meses porque la dictadura militar de Hugo Banzer (1971 -1978) interrumpió la actividad de esa casa de estudios superiores.

Ella tuvo la opción de salir de Bolivia para continuar sus estudios y partió rumbo a la Universidad Complutense de Madrid, España. Cuando pudo regresó a Bolivia para terminar su carrera y graduarse en San Andrés. "Ahí me enganché en la historia colonial con el profesor Alberto Crespo”, dice.

Tras terminar su licenciatura volvió a salir del país para realizar un doctorado en Turín, Italia, con el reconocido profesor Marcelo Carmagnani, del que llegó a ser su asistente. Terminó la especialización con una tesis que sostenía que Potosí funcionó como un centro motor que estimulaba la economía de toda la región comprendida entre Lima y Buenos Aires.

Inmediatamente fue invitada por el profesor Herber Klein a realizar otro doctorado en historia en la Universidad de Columbia, Estados Unidos. "A medida que iba avanzando en la profesión me fui depurando y opté por la historia colonial en América Latina”, dice.

Clara se considera una "investigadora itinerante” porque trabajó y enseñó 10 años en Italia (Turín y Bologna), cinco en Estados Unidos y uno en Japón. También trabajó en Madrid, Sevilla, Gerona de España. En Bolivia fue profesora en la carrera de Historia de San Andrés.

Entre sus obras está la Biografía de Bolivia, Las rutas de la plata: de Potosí al Pacíficoy otras investigaciones. Otro de sus trabajos que la destacan es la traducción del italiano al español del libro Hubiera sacudido las montañas, de Marcella Filippa, que cuenta la vida de Gorgina Levi, sobreviviente del Holocausto Nazi.

Vacaflor dará conferencia de rectificación histórica



El historiador, Elías Vacaflor Dorakis, presentará este viernes a las 09:00 horas en el Auditorio de la Casa de la Cultura, el resultado de un trabajo investigativo de más de 20 años, en una conferencia titulada “El Combate del Campo de la Tablada”, en la que se revelarán los descubrimientos históricos del autor.

Rectificación histórica
Una nueva relectura histórica de proceso independentista tarijeño, en su relación con la actual tierra boliviana y argentina, aclarando dudas, desmintiendo mitos y rescatando héroes es la que presentará este viernes Elías Vacaflor en su conferencia, surgida de dos décadas de investigación.
Según cuenta el historiador, todo inició cuando era diputado por Tarija y asistió a un acto protocolar del 6 de Agosto en Sucre, ocasión en que fue cuestionado por el director de la Casa de la Libertad sobre el motivo por el cual los tarijeños de antaño celebraban la Batalla de la Tablada el 4 de mayo.
Esta pregunta motivó al historiador tarijeño a investigar en los libros publicados en 1917, confirmando la discrepancia respecto a la fecha por parte de los académicos e incitando su curiosidad. “Allí empezó una tarea de zambullirme en todo libro, folleto o archivo que me permita dilucidar la fecha correcta”, comenta Vacaflor.
Tras muchas lecturas e investigaciones, finalmente en 2001 el historiador encontró ejemplares de periódicos de 1922, en lo que figuraba una ordenanza municipal señalando que al no haberse definido de manera oficial una fecha, se decretaba que la Batalla de la Tablada había ocurrido el 15 de abril.
Bien pudo terminar la investigación allí, pero la curiosidad del académico lo llevó a ampliar su rango de estudio. “En la búsqueda de estos temas encontré otras noticias que me llamaron la atención y poco a poco fueron permitiéndome armar un rompecabezas para llegar a una secuencia cronológica de varios hitos entre 1810 y 1925 finalmente”, explicó.
Entre estos temas, algunos en los que profundizó son la vida de Eustaquio Méndez, la realidad de la guerrilla de Tarija, la importancia de Francisco Pérez de Uriondo y finalmente en los cabildos realizados para decidir si estas tierras se unirían a la Argentina o a Bolivia.
Como ejemplo del alcance de estas investigaciones cabe destacar que las consecuencias lo referido a la mutilación de la mano de Eustaquio Méndez, sobre todo en lo referente a sus motivos y su fecha, que ocurrió en 1818, sobre los que tanta especulación y mitificación existe. “Durante los hechos del 15 de abril, Méndez tenía las dos manos, entonces toda la iconografía sobre él en pinturas, acuarelas y óleos, obedeció más a un criterio artístico que histórico”, aclaró Vacaflor.
Otro de los detalles más reveladores de la conferencia es el ya atisbado por su título, sobre la diferencia entre un combate y una batalla, por lo que es otro error la denominación de los eventos del 15 de abril en el campo de la Tablada. “Este es un trabajo de rectificación histórica, un recorrido imaginario, documental y cronológico para que toda la comunidad conozca y pregunte”, manifestó el historiador.

Para el público
El estudio de Vacaflor aún no fue publicado aún, pero si presentado en Salta, el 7 de febrero pasado en vísperas del nacimiento de Martín Miguel de Güemes, donde recibió un decreto de la Cámara de Diputados local declarándolo como trabajo de interés para la misma. Asimismo, el martes 21 el mismo se presentó al Concejo Municipal de Tarija y se elaborará un folletín para abril.
Ahora, a solicitud de Juan Carlos Ramos del Movimiento Cívico Universitario Siglo XXI, la investigación será presentada por primera vez al público tarijeño. “Creo que las actuales generaciones de tarijeños y bolivianos tienen derecho a conocer la verdad y ese el aporte respetuoso que hago a los próceres de Tarija, particularmente a don Eustaquio Méndez”, concluyó el historiador.

Eduardo Avaroa nació en Potosí

“Eduardo Avaroa, un potosino que nació en San Pedro de Atacama”. Esa fue la afirmación que hizo ayer el comandante de la Región Militar No. 10, Hans Gallardo, en el acto central de homenaje al Día del Mar, que se celebró en el frontis de la Gobernación.

Y acto seguido vino la explicación: “Esa vez (cuando nació Avaroa), San Pedro de Atacama pertenecía al Departamento de Potosí antes de que el Litoral se convierta en un Departamento”.

No es la primera vez que el coronel Gallardo repara en el origen del héroe del Topáter. Lo había hecho el martes 21, en una conferencia magistral.

La explicación fue sencilla: el Departamento del Litoral fue creado recién en 1867. Hasta ese año fue un partido o una provincia del Departamento de Potosí. Entonces, el litoral boliviano era parte de Potosí hasta 1867. La salida al mar estaba en territorio potosino.

La provincia de Antofagasta tenía poblaciones como Taltal, Tocopilla, Mejillones y Caracoles. San Pedro de Atacama era una de sus ciudades interiores. Eduardo Avaroa Hidalgo nació en San Pedro de Atacama el 13 de octubre de 1838, cuando no existía el Departamento del Litoral. Eso significa que, jurídicamente, nació en el Departamento de Potosí.

“Entonces, él era del Departamento de Potosí, como son la mayoría de ustedes. Aquí nació Avaroa”, dijo Gallardo en su conferencia del martes.

Un dato adicional del historiador Pablo Michel es que, antes de estallar la Guerra del Pacífico, Avaroa envió a su esposa, Irene Rivero Pachas, y a sus hijos a Potosí, dictó su testamento y última voluntad. Irene Rivero se casó con Avaroa en Potosí, mediante un apoderado.

jueves, 23 de marzo de 2017

23 de Marzo Bolivia conmemora Día del Mar en medio de agresión chilena

Los bolivianos conmemoran 138 años de la pérdida del Litoral boliviano tras la invasión chilena, pero recuerdan esta fecha en medio de otra agresión del gobierno de Michelle Bachelet con nueve bolivianos detenidos en cárceles mapuches, sin embargo, autoridades, políticos e instituciones unen fuerzas desde el 21 de marzo para expresar el pedido justo de retornar al mar con soberanía.

La tarde de ayer, los restos del Héroe de Calama, Eduardo Abaroa, fueron trasladados a la plaza que lleva su nombre en la zona de Sopocachi de la ciudad de La Paz y hoy recibirá honores del Estado boliviano y las Fuerzas Armadas y sociedad civil.

Los restos del defensor del mar fueron escoltados por el presidente Evo Morales, el vicepresidente Álvaro García, ministros y cuadrillas de la Armada, el Ejército, los Colorados de Bolivia y la Caballería Militar desde la plaza San Francisco hasta la plaza Abaroa.

Pero no solo el Órgano Ejecutivo y funcionarios públicos participaron del acto, sino también el municipio paceño, la Gobernación de La Paz y varios parlamentarios de la oposición que expresaron su homenaje en vísperas del Día del Mar.

A estos se sumaron estudiantes de varias unidades educativas que también rindieron su homenaje al Héroe de Calama junto a la ciudadanía que se dio cita en las avenidas y calles del centro de la ciudad de La Paz por donde pasó el desfile hasta la plaza Abaroa.

Muchos parlamentarios y autoridades coincidieron que en esta coyuntura donde el Gobierno de Chile encarceló a nueve ciudadanos bolivianos, Bolivia debe estar más unida que nunca, no sólo en torno al mar, sino en torno a la defensa de la dignidad de todos los bolivianos y en rechazo a las agresiones de autoridades del vecino país.

Hoy, 23 de Marzo, los actos conmemorativos en la plaza Abaroa iniciarán a las 08 horas con ofrendas florales, desfile de instituciones de los gobiernos central regional y departamental, además de funcionarios públicos, unidades educativas y organizaciones de la sociedad civil.

El acto central está programado alrededor de las 11 de la mañana cuando el presidente Evo Morales emita un mensaje al país. Bolivia y Chile estarán atentos a las palabras del mandatario.

En 1825, Bolivia nació a la vida independiente con una costa de 400 kilómetros sobre el océano Pacífico; 54 años después, en 1879, Chile invadió y ocupó por la fuerza el territorio del departamento de Litoral, desde entonces privó al país de un acceso soberano al mar y de un territorio de al menos 120.000 kilómetros cuadrados.

La batalla de Topater, las huellas de la Guerra y la aspiración boliviana



La mayoría de la población boliviana relaciona el 23 de marzo con la pérdida del mar, pero más allá de esto. La fecha recuerda la Batalla de Topater, primer enfrentamiento de la guerra del Pacífico.

Esta batalla constituye un hito histórico para los bolivianos que, sin embargo, no se queda en el pasado sino que revive año tras año como parte de la aspiración por lograr nuevamente una salida soberana al mar.
Cuentan los apuntes históricos que las tropas chilenas llegaron a la quebrada sur cercana a Calama el 23 de marzo de 1879, y después de varias horas de combate sometieron a la resistencia boliviana gracias a su superioridad numérica.
Así, el 23 de marzo de 1879 se produjo el primer enfrentamiento armado de la Guerra, entre las tropas chilenas y bolivianas en las cercanías de Calama. El boliviano Eduardo Abaroa opuso resistencia junto a un grupo de civiles y murió en la contienda.
Días antes, el coronel chileno Emilio Sotomayor organizó en Caracoles una fuerza compuesta de 544 soldados y 30 civiles, que tenían la misión de ocupar Calama.
En esta localidad, la máxima autoridad boliviana, Ladislao Cabrera, organizó la defensa con alrededor de 130 civiles. Armados con algunos rifles y carabinas, el grupo se acantonó en la ciudad y destruyó los puentes de acceso al poblado.
El 23 de marzo las fuerzas chilenas alcanzaron la quebrada sur cercana a Calama. Para habilitar el tránsito hacia el pueblo, Sotomayor llevó dentro de sus filas a carpinteros, con tablones en carretas.
El historiador Ardiles relata la contienda: “en el Vado de Topater, las primeras y segundas compañías del Segundo de Línea [...], cruzaron el sendero denominado “Viento”, apoderándose de él (...). En esta circunstancia cayó muerto el héroe boliviano Eduardo Abaroa Hidalgo, quien junto a doce rifleros, defendieron el Puente Topater. Después de descargar los 300 tiros de su revólver, ya herido y moribundo, la tropa chilena lo conminó a rendirse, pero él exclamó: ‘¡Que se rinda su abuela, carajo!’”.
Luego de varias horas de combate, las tropas chilenas pusieron fin a la resistencia boliviana. Su superioridad numérica fue determinante. La contienda dejó 20 bolivianos y 11 chilenos muertos.

La Guerra del Pacífico
La Guerra del Pacífico o Guerra de Chile contra Perú y Bolivia fue un conflicto de América del Sur que tuvo lugar el año 1879-1884 en el cual las fuerzas de Chile lucharon contra una alianza defensiva de Bolivia y Perú.
También conocida como la “Guerra del Guano y el Salitre”, la guerra surgió por las disputas sobre el control del territorio que contenía importantes yacimientos ricos en minerales. El inicio exacto de la guerra es un asunto de controversia entre los historiadores, algunos atribuyen el decreto presidencial de Hilarión Daza en Bolivia como una declaración de guerra, y otros atribuyen a Chile como el primer país en declarar oficialmente la guerra e invadir territorio extranjero.
Originalmente, el conflicto era un conflicto entre Chile y Bolivia por un impuesto de 10 centavos por el quintal de salitre exportado en territorio boliviano, pero la controversia sobre la propiedad de la región de Atacama entre Bolivia y Chile fue el suceso que precedió y sentó las bases para las malas relaciones históricas entre ambos países.

Antecedentes de la Guerra
En 1879, el Perú se involucró en el asunto como un mediador, tratando de ayudar a resolver pacíficamente la disputa entre Bolivia y Chile (aunque se argumenta que el Perú intentó favorecer a Bolivia a costa de Chile). Sin embargo, en 1873 Bolivia y Perú habían firmado un tratado de alianza defensiva, que algunos historiadores consideran como tratado ofensivo y dirigido a Chile, que obligaba a las fuerzas militares de cada nación a acudir en ayuda en el caso de que fueron invadidas por otra nación.

Declaración de Guerra: Campañas militares
Cuando Chile invadió el puerto boliviano de Antofagasta el 14 de febrero de 1879, una maniobra militar que se había hecho sin una previa declaración de guerra, Bolivia pidió la activación de su alianza defensiva con el Perú. Sin embargo, la guerra no sería formalmente declarada por ambos lados hasta que Chile, que había recibido un reconocimiento oficial de la alianza defensiva secreta por el gobierno peruano, declaró la guerra el 5 de abril de 1879, el Perú respondió al día siguiente por la que se declara la casus foederis, o la activación del tratado de alianza.

Campaña naval,
Huáscar y Miguel Grau
La guerra se realizó en una variedad de terrenos, a partir del desierto de Atacama y, más tarde, cuando las fuerzas chilenas avanzaron más al norte, tuvo lugar en los desiertos y las regiones montañosas de Perú. La primera batalla de la guerra fue la Batalla de Calama, en la que las tropas chilenas tuvieron una fuerte defensa de los soldados y civiles de Bolivia, este suceso tuvo lugar antes de cualquier declaración de guerra.
Cuando la guerra se había declarado, la mayor parte del primer año hubo un enfoque en la Campaña Naval debido a la ventaja estratégica del control de los mares a fin de proporcionar apoyo a las fuerzas de tierra, que se disputaban militarmente en el desierto más árido del mundo.
A pesar de que la Marina peruana tuvo un éxito inicial, la campaña naval fue ganada finalmente por la Armada de Chile cuando capturó al buque peruano insignia Huáscar y se sucedió la muerte del almirante peruano Miguel Grau, conocido como el “Caballero de los mares” por su caballería en combate, durante el Combate de Angamos.

Campaña Terrestre
Posteriormente, la Campaña terrestre daría lugar a una serie de victorias para el Ejército de Chile sobre las tropas del ejercito de Bolivia y Perú, lo que dio lugar a la completa derrota de Bolivia en la Batalla de Tacna (Batalla del Alto de la Alianza), del 26 de mayo de 1880, donde el ejército Boliviano se retiraría definitivamente de la Guerra.
A esto se suma la derrota del ejército regular del Perú después de la Batalla de Arica el 7 de junio, donde murieron heroicamente las fuerzas defensivas peruanas comandadas por el Coronel Francisco Bolognesi, quien resistió a las fuerzas invasoras hasta quemar el último cartucho, al igual que Alfonso Ugarte, quien prefirió lanzarse del morro de Arica antes que entregar el pabellón nacional al enemigo.
Ese mismo año después de la toma de Arica y Tacna se iniciaban los preparativos para la invasión de Lima “campaña de Lima” (campaña militar chilena para tomar la capital peruana). La campaña terrestre llegó a su clímax en 1881 cuando los chilenos ocuparon Lima.
Después, los tres años restantes del conflicto se convirtió en una guerra de guerrillas entre una unión de lo que quedaba del ejército peruano y algunas tropas irregulares al mando del General Andrés Avelino Cáceres, contra las fuerzas militares de Chile, con su base en Lima bajo el mando del almirante Patricio Lynch. El conflicto resultante sería conocido como la Campaña de la Breña (o de la Sierra), que tendría bastante éxito como un movimiento de resistencia, pero ineficiente para cambiar el curso de la guerra.

Tratado de Ancón
Finalmente, después de la derrota de Cáceres en la Batalla de Huamachuco, Chile y Perú lograron llegar a una solución diplomática el 20 de octubre de 1883, con la firma del Tratado de Ancón mediante el cual el departamento de Tarapaca pasó al Estado chileno permanentemente y las provincias de Arica y Tacna quedaban bajo administración chilena por un lapso de 10 años. Terminado ese periodo un plebiscito decidiría si quedaban bajo jurisdicción chilena, o si se reintegrarían al Perú. Bolivia, que había abandonado a Perú después de la batalla de Tacna, eventualmente firmó una tregua con Chile en 1884.
El tratado estableció una tregua indefinida; bajo las condiciones de que Bolivia aceptara la cesión del litoral boliviano a Chile, la devolución de los bienes incautados a los ciudadanos chilenos y el ingreso libre de impuestos de productos entre ambos países.

El tratado de 1904
Finalmente, el Tratado de Paz y Amistad del 20 de octubre de 1904 es un tratado de paz firmado por representantes de la República de Bolivia y la República de Chile con el fin de terminar el estado de guerra existente entre ambos países luego del estallido de la Guerra del Pacífico en 1879.
El Tratado de Paz y Amistad fue discutido por varios años, especialmente debido a la cesión absoluta y perpetua de los territorios bolivianos ocupados por Chile, correspondientes al antiguo departamento del Litoral (actual Región de Antofagasta), lo que dejaba a Bolivia sin acceso al océano Pacífico.

Huellas de la Guerra
La apropiación chilena del litoral costero boliviano dejó a Bolivia como un país sin litoral, así como el control temporal sobre las provincias peruanas de Tacna y Arica.
La Guerra del Pacífico ha dejado profundas cicatrices en todas las partes involucradas, gran parte de los problemas modernos entre estas naciones vecinas se remiten a este conflicto. En los últimos años ha revivido el sentimiento nacional de Bolivia que tiene por objeto la devolución de su soberanía costera.
Empero, Chile se ciñe al tratado de 1904 y Bolivia por su parte vuelve a hacer recuento de las veces en las que las máximas autoridades chilenas han comprometido negociar mar con soberanía para Bolivia.

La aspiración boliviana
El 24 de abril de 2013 el gobierno de Bolivia inició formalmente, ante la Corte Internacional de Justicia, la presentación de una demanda para solicitar a Chile la negociación de una salida soberana al mar.
De acuerdo a la demanda boliviana, Chile se habría comprometido a negociar una salida soberana al mar para Bolivia a través de acuerdos, práctica diplomática y declaraciones de sus representantes; entre ellos: el Convenio de Transferencia de Territorio de 18 de mayo de 1895 y sus Protocolos Complementarios; el Acta Protocolizada de 10 de enero de 1920; el intercambio de notas de 1 y 20 de junio de 1950; el Memorándum Trucco de 10 de julio de 1961; la Declaración Conjunta de Charaña de 8 de febrero de 1975 y la nota chilena de 19 de diciembre de 1975. Instrumentos que evidenciarían que Chile se comprometió a encontrar una solución al enclaustramiento marítimo de Bolivia.
El petitorio de la demanda Boliviana solicita a la Corte Internacional de Justicia que declare que:
- Chile tiene la obligación de negociar con Bolivia un acuerdo que otorgue a Bolivia una salida soberana al Océano Pacífico
- Chile ha incumplido dicha obligación
Chile debe cumplir dicha obligación de buena fe, pronta y formalmente, en un plazo razonable y de manera efectiva, a fin de otorgar a Bolivia una salida soberana al Océano Pacífico.

“Existen dos errores históricos monumentales”

El expresidente Carlos D. Mesa sostiene que la guerra en la que se enfrentaron la Confederación Perú-Boliviana y Chile es el “preanuncio” de la invasión chilena de febrero de 1879 y la pérdida del Litoral, después de la Guerra del Pacífico.
“La primera guerra con Chile ya preanuncia lo que nos va a pasar. ¿Cuál es la primera guerra con Chile? La que protagoniza Andrés Santa Cruz, protector de la Confederación Perú-Boliviana, que se enfrenta a Chile y trata de resolver pacíficamente las relaciones de esa gran Confederación con el Estado chileno”, explicó.
“En ese momento, la lógica pacifista de Santa Cruz no se da cuenta de algo estratégico: Chile necesita expandirse para sobrevivir y Chile no va nunca a hacer la paz con la Confederación, ni con Bolivia ni con el Perú, porque requiere del territorio que acabaría arrebatándole a Perú y a Bolivia. Por lo tanto, diría yo, parece un episodio menos significativo, pero creo que es el punto de partida de esta historia dramática que hemos vivido”, expresó Mesa.
Después de la Guerra del Pacífico, el Tratado de 1904 selló la mediterraneidad de Bolivia. Mesa considera que si se debe escoger los dos peores momentos, desde el punto de vista de los errores bolivianos, el primero es el tratado que firma el gobierno de Melgarejo en 1866 y el segundo, el Tratado de 1904. “Ese fue un error histórico monumental”, afirmó.

miércoles, 22 de marzo de 2017

Expertos avalaron versión oficial del Himno a Tarija



Un acontecimiento que perfila convertirse en parte de la historia del departamento tuvo lugar la mañana del martes 21 de marzo en ambientes del Teatro de la Cultura, cuando una comisión de reconocidos expertos en música se reunió para realizar una revisión del Himno a Tarija con miras a la oficialización del mismo para abril. Fruto de este trabajo se tiene ya una propuesta aprobada que será difundida en próximos días.

Los ajustes
Considerando la existencia de múltiples versiones del himno departamental, la mayoría de ellas con diferencias que impiden cantarlo con comodidad, la Dirección de Patrimonio y Gestión Cultural organizó la mañana del martes, desde las 10:00 horas en el foso del Teatro de la Cultura, una reunión en la que participaron destacados profesores de música e intérpretes como: Fernando Arduz, Gilma Hoyos, Atiliano Auza, Amado Cadena, Carmen Paravicini, Miguel Ángel Ledezma, Gualberto Cadena, Ángel Fuentes, Luis Morales Giacoman, Wilfredo Urzagaste, Milton Ramos, Carmen Villanueva y Carlos Maciel.
El acto inició con las palabras del Nelvin Acosta, director de Patrimonio y Gestión Cultural de la Gobernación quien, además de explicar que los puntos a tratar serían la exposición, interpretación, diálogo y acuerdo sobre el tema, puso de manifiesto la importancia de realizar este trabajo durante el año del Bicentenario de la Batalla de la Tablada.
Luego, llego la parte fuerte de la reunión con la exposición de Fernando Arduz, sobre el estudio que él realizo respecto al tema, arguyendo con términos técnicos y precisos la necesidad de realizar una revisión del Himno a Tarija, tratando de respetar en lo posible las fuentes originales, pero también buscando la coherencia, equilibrio y simetría del mismo, además de la practicidad para su entonación.
Así, Arduz presentó sus observaciones tanto en la letra como en la música, señalando la tonalidad, el coro, los cambios de ritmo y la melodía. A ello, fueron sumadas las opiniones y consideraciones de los participantes, quienes arguyeron posturas, sugerencias y opiniones en aras de lograr un resultado satisfactorio para todos.
Tras lograr el esperado consenso se llegó a una versión que fue considerada adecuada por todos los participantes, se la entonó como prueba antes de aprobarla y dar por culminada la reunión pasado el mediodía.

A difundir
“Ha sido una exposición y puesta en consideración con un equipo técnico de especialistas en música para dar criterios sobre el trabajo de adecuación del himno que ya se viene realizando desde algunos años atrás, y hemos llegado a un acuerdo. Prácticamente lo que va hacer desde ahora es dar a conocer la versión oficial del Himno a Tarija”, comentó el profesor Fernando Arduz al finalizar el trabajo.
“Es un trabajo digno de celebrar por la participación de actores de nuestra sociedad relacionados con el área musical, que han podido a partir de su formación y su experiencia llegar a un acuerdo para que en este Bicentenario podamos brindarle el regalo a los tarijeños, de cantar nuestro himno al unísono tanto en letra, música y melodía”, dijo por su parte Nelvin Acosta.
Según se anunció el siguiente paso es dar difusión a los ajustes realizados para que la población estudiantil, civil y militar empiece a la versión oficializada del himno.

Genetistas investigan linaje del Mariscal de Ayacucho


MÁS MUESTRAS

Está en trámite otro estudio a las dos momias de soldados del RI-II Sucre, de la Guerra del Pacífico, resguardadas en el Museo Militar tras ser devueltas por autoridades peruanas y a las que se harán estudios de ADN para determinar su descendencia y si son efectivamente de Chuquisaca.

En un año, genetistas bolivianos del Instituto de Investigaciones Técnico Científicas de la Universidad Policial (IITCUP) darán un informe sobre la genealogía del Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre. Ayer, los peritos tomaron muestras del cubremonturas del caballo, resguardado en la Casa de la Libertad, donde hay rastros de sangre y, por tanto, de ADN. En la ciudad, ya realizaron el estudio genético del árbol milenario que está en el convento franciscano Santa Ana, de La Recoleta, que será presentado hoy, miércoles.

La jefa del Centro de Investigación Genética de la Universidad Policial, Daniela Arteaga, junto con su equipo de técnicos peritos, comenzó el trabajo de recolección de muestras genéticas al promediar las 15:30 de ayer.

Identificaron las manchas pardo rojizas que hay en el cubremontura que usaba el mariscal Sucre cuando fue herido en 1828.Para este trabajo, llegaron con equipos portátiles de su laboratorio de genética (IITCUP) espectroscopia gamma, espectroscopia gamma roja, microscopios y macroscopios, según el detalle que dio.

El 18 de abril de 1828, en el cuartel San Francisco, se amotinó una tropa de soldados a la cabeza del sargento argentino Cainzo y otro peruano; anoticiado, el presidente de la República de Bolivia, José Antonio de Sucre, llegó hasta el lugar, pero fue recibido por disparos de fusil y herido en el brazo derecho, por lo que fue trasladado al Palacio de Gobierno, según refiere la historia de esa época.

El cubremontura del Mariscal de Ayacucho quedó impregnado con su sangre, el mismo que está en custodia en la sala que lleva su nombre, de la Casa de la Libertad. Ese mismo cobertor fue analizado ayer por los peritos genetistas, además extrajeron pedazos para captar el ADN.

Arteaga explicó que el objetivo es conocer la genealogía del Mariscal Sucre y la descendencia que tuvo o tiene en el país.

Según las investigaciones realizadas por los peritos, en La Paz estarían algunos descendientes del Mariscal Sucre, a quienes también convocarán para practicarles exámenes de ADN y cotejarlos con los que obtengan.

Los resultados se conocerán aproximadamente en un año.

domingo, 19 de marzo de 2017

¿Por qué el chapaco habla cantau y el camba sin “S”?



LINGÜÍSTICA | DOS CORRIENTES DEL ESPAÑOL Y SUS RESPECTIVOS CONTACTOS CON LAS LENGUAS DE LOS ANDES Y LA AMAZONÍA SON LA BASE DEL HABLA BOLIVIANA. EL DIALECTO TARIJEÑO SUMA LA PARTICULARIDAD DE LA CULTURA GAUCHA. LA PAZ SUMA UNA CARACTERÍSTICA DE EXPORTACIÓN.

Se heredan, se toman y se dejan, ahí a la vista, al oído, suman desde la vilipendiada “haiga” hasta el aparecido “aperturar”. Ambas, entre otras expresiones, a su manera, pugnan por ser parte de los dialectos bolivianos del castellano.

En cada lengua está grabada la historia de cada pueblo. Es el caso del castellano de estas tierras, la más hablada en el país. En ella, cada día, se sigue escribiendo, sin tergiversaciones ni letra muerta, la historia de un creciente mestizaje. Entre arcaísmos y neologismos, entre quechuismos, aimarismos, anglicismos, conversando, bromeando, cantando, discutiendo, negociando… suman los rasgos de lo que somos y lo que seremos.

Así, tiempo ha, hace siglos y siglos, se formaron las hablas amazónicas, vallunas y altiplánicas. Ésas que, de cuando en cuando, sorprenden a los recién llegados y les dejan con signo de interrogación en la sonrisa o la mirada.

Sin duda, se preguntan, por ejemplo: ¿por qué los bolivianos del sur, y de notable vena artística, hablan el castellano entonando y alargando la pronunciación de algunas vocales? En otras palabras, alguien diría: ¿por qué los chapacos hablan cantado? O ellos se preguntarían: ¿por qué hablamos “caaantau”, incluida esa singular “u” final que reemplaza al “do”?

“Obedece a razones históricas y geográficas -explica la lingüista Mirta Martínez, catedrática de la Universidad Mayor de San Andrés-. Se produjeron, en este caso, contactos de dialectos del castellano. El tarijeño y el chaqueño tienen una fuerte influencia debido al dialecto gaucho”.



LA FUERZA GAUCHA

Entre 1580 y 1780 los españoles llegaron desde el norte hasta lo que hoy es la provincia de Córdoba reforzados con tropas y sirvientes indígenas quichuas. Entraron en contacto con etnias de la región, como los llamados comechingones y sanavirones, entre varias otras. Y, unos y otros, matizaron con sus acentos y tonadas el castellano que les era impuesto. La dicción suave del quichua y la pronunciación alargada de vocales de las otras etnias empezaron a marcar las expresiones. Además, diversas palabras empezaron a castellanizarse. Y todo cobró más fuerza cuando a fines del siglo XVIII la corona dispuso que se extirparan las lenguas indígenas y sólo se hable la lengua imperial (1).

Durante la colonia y las primeras décadas posteriores a la independencia (1810-1816) la población argentina estaba mayoritariamente integrada por descendientes de los pueblos originarios y africanos llevados forzosamente como esclavos. En mucha menor medida había descendientes de españoles y de otros pueblos europeos. El mestizaje entre los distintos grupos produjo un tipo de poblador rural particular, denominado “gaucho”, en el caso del hombre, y “china” (palabra quechua), en el caso de la mujer.

Eran campesinos considerablemente libres, que montaban a caballo, solían alimentarse de vacunos salvajes que poblaban las llanuras. Por esa razón podían prescindir de la necesidad de establecer relaciones serviles con los hacendados. Esta libertad relativa para la época impulsó el desarrollo de una específica cultura gauchesca que se expandió a diversas regiones, entre ellas, el sur boliviano.

Un posterior gran proceso de mestizaje se produjo con la gran ola de inmigración europea iniciada a mediados del siglo XIX. Entonces gauchos, chinas y su cultura, obraron como un gran puente entre el país colonial preinmigración y el país contemporáneo posinmigración. Y, como una oleada, el habla de esa cultura gaucha, influyó en el Chaco y el valle tarijeños que contenían sus propios dialectos del español (2).

Por ello, los tarijeños del valle suelen usar algunos arcaísmos, es decir, palabras que han sobrevivido a siglos de transformaciones. Y de vez en cuando alguien dice “ansina” que es como hace tres siglos se decía nuestro moderno “así”, o alguien dice “mesmo”, el “mismo” de nuestros días. Por esa fuerza gaucha, se juega con los diptongos y aún “ahura” se escucha hablar, bien o mal, del “menistro” o del “maistro”. Y por la misma causa los chapacos deciden eliminar algunas consonantes, jugar alguna de sus bromas, y asegurar que se han “buurlau”. Es más, probablemente concluyan en que se han “maaatau” de risa y que son felices hablando “caaantau”.



CUANDO LA “S” SE VUELVE “J”

Los tarijeños del Chaco también, pero con unos matices que recuerdan al habla cruceña, al castellano camba. Es decir, tienden a pronunciar en forma aspirada las “s” finales de las palabras. Claramente podrían marcar su territorio diciendo: “Voj, hermanito, no soj del Chaco”. Y precisamente, entre el Chaco y el valle tarijeños parecen encontrarse las dos grandes variantes del castellano hablado en Bolivia.

El lingüista José Mendoza ha explicado que nuestro país heredó básicamente el habla de tres regiones españolas: Andalucía y Extremadura, en el oriente, y La Rioja, en el occidente.

“En el plano fonológico (la fonología describe el modo en que los sonidos funcionan en una lengua), la gente de La Rioja de España trajo la ‘r’ vibrante - explicó Mendoza-. Es pronunciada en Bolivia, sobre todo en la parte andina, y en el norte de Argentina”.

El lingüista enfatizó que en Bolivia hay una mixtura de hablas que provienen de diferentes regiones de España, pero que en su investigación pudo determinar las más sobresalientes.

“El habla del oriente es diferente a la del occidente y un rasgo característico es la aspiración de la ‘s’ final. La aspiración viene de regiones como Andalucía y Extremadura, y en Bolivia es una marca de estas regiones”, añadió. En el estudio Evolución del Castellano en Bolivia a partir del siglo XVI, Mendoza identifica los rasgos que han dado origen al idioma que predomina en el país (2).

Por esa y algunas razones más, cruceños, benianos y pandinos dicen el célebre “puej”, mientras que los hablantes de tierras altas pronuncian el “pues”. Por eso el habla camba guarda cierto parecido con el habla caribeña de nicaragüenses y venezolanos. Pero, las otras razones para mayores diferencias se llaman contacto de idiomas. Andaluces y extremeños tuvieron en el oriente boliviano básicamente contacto con guaraníes y chiquitanos, en cambio los riojanos se toparon en los Andes con aimaras y quechuas.

“El castellano paceño, por su relación de lengua con el aimara, que no neutraliza expresiones, pronuncia todas las palabras, una a una –explica Mirta Martínez-. En cambio, el habla cruceña tiene además la influencia del guaraní que tiende a apocopar las palabras, a reducir sílabas o palabras finales o intermedias”.



Macheteros
Archivo

“UNIQUINGO”

Y vuelven las fuerzas de la historia. El castellano hablado en Santa Cruz guardó características casi únicas hasta los años 50 debido a que la región no estaba contactada ni con el exterior ni con el interior del país. Entre las particularidades aún sobrevivientes se halla el uso del diminutivo “ingo” y el superlativo “ango”. El académico Luis Alberto Roca lo atribuye a los pioneros cruceños que fueron, a fines del siglo XIX, a explotar la goma en el Acre. Ellos decidieron retornar años más tarde a rehacer su vida en tierras cruceñas.

“Debido a la guerra perdieron la goma, pero trajeron el ‘ingo’”, explica en su libro Breve historia del habla cruceña. Para entonces habían adquirido en su habla la derivación del sufijo “inho”. Así, de casinha venía “casinga”, de “altinho”, “altingo”, etc. Roca asegura que estas expresiones son algo propio y único del castellano cruceño.

Eso sí, cuando aceleradamente Santa Cruz se conectó con Argentina, Brasil, y el occidente del país, se multiplicaron las influencias sobre su castellano. “Por ejemplo –advierte Martínez-, al voseo (uso de “vos” en lugar de “tú”) pronominal se le sumó el verbal”. Así, el cruceño hoy dice regularmente frases como “voj tenéj”, “voj queréj” debido a la influencia de los migrantes argentinos. Principio de un proceso cosmopolita que, inevitablemente, afectará cada vez más al habla cruceña.



Cueca
Archivo

“CONTARIME”

Y hacia el occidente también Cochabamba tiene sus particularidades. Se trata de una de las regiones donde más simétrica e intensamente han convivido el quechua y el castellano debido a su vocación agraria. Durante décadas y décadas se cimentó un bilingüismo que sumó y fusionó palabras y estructuras. Se llegó al extremo de que hay quienes, medio en broma y medio en serio, postulan la existencia del “quechuañol”.

Por ejemplo, -cita el escritor Ramón Rocha Monroy-, cuando a un criollo “se hace el gringo” le decimos “yanagringo”. “Yana” significa negro; gringo es el norteamericano de EEUU o de origen europeo. “Cielowawita”, se dice a una persona bondadosa; o “cuetesimi”, que significa “boca de cohete”, alguien que habla mucho y “florido”.

No sólo se combinan palabras, sino que se las rompen y alteran como en el caso de los célebres “prestarime”, “llevarime”, “invitarime” o “rebajarime”. Rocha ha explicado que la partícula “ri”, quiere decir ‘por favor’, en una lengua (el quechua) creada para convencer, no para ordenar” (3).



LA VENTAJA PACEÑA

Y frente a la dulzura del castellano cochabambino, la originalidad del cruceño y la musicalidad del tarijeño, el paceño luce una ventaja económica. “El dialecto paceño, debido a que convive con el aimara, es muy pronunciado, no neutraliza ni afloja las palabras –explica Martínez-. Hay una buena cantidad de extranjeros que prefieren aprender el español, como segunda lengua, en La Paz. Esta habla no les trae las confusiones del voceo verbal. Tampoco presenta las aspiraciones ni las palabras apocopadas, ni de la pronunciación diferenciada de la “z”, la “c” y la “s” que hay en la península ibérica, y que crean dificultades de comprensión”.

Obviamente, se refiere al habla estándar y no a la popular, más afectada por la fonética aimara que por su fuerte pronunciación aplasta estructuras. En ese marco, sería difícil que un extranjero comprenda un “Pa que’ps te inscribs en este curso, che, gringo. Que’ps ha de aguantar la gente. ¡No ves que es con ñeke! ¡Hacelo’ps ahuritita o si quieres nomás, oye!¡Su ocurrencia también, ja! ¡Yaaaa!” (4).

En suma, son los dialectos del castellano boliviano, con algunas ligeras variantes en los otros departamentos. Ni bueno ni malo, simplemente propio, construido por quienes, desde sus diversos orígenes forjaron esta patria y por quienes la van proyectando. Los académicos remarcan que no hay un modelo de habla. “Para empezar la lengua es viva, es social, la hablamos sus usuarios –remarca Martínez-. Entonces nosotros siempre estamos propiciando cambios y la referencia de uso es el habla estándar, culta, no popular, de cada país que corresponde a cada academia regional de la lengua española”.

Por ello, probablemente, dentro de unas décadas, cobren factura la creciente influencia de los medios de comunicación y los acelerados procesos migratorios. De hecho, son más cada vez más aceptados mexicanismos como “carnal” o “cuate”, decenas de argentinismos provenientes incluso del lunfardo e incontables anglicismos. Es más, hasta aparecieron inexistentes verbos, usados por amanerados locutores, como “aperturar”, desconocido por academias y diccionarios, y usado en lugar del ancestral “abrir”.

Mientras la humilde conjugación “haiga”, tan mal vista u oída y tan repudiada por personas de aires puristas, sobrevive entre sonrojos. Y, sin embargo, trae un español altamente castizo. “El ‘haiga’ y el ‘haya’ vienen del verbo ‘habere’, del latín –explica Mirta Martínez-. Se lo usa en otras partes de América e incluso es aún utilizado en Andalucía y el norte de España, en las variedades populares y cultas”.

Y entonces que no haiga mayores problemas a la hora de valorar el castellano boliviano. Puej falta poquingo para challar nuestro bicentenario. Ahicito está, trae nuestra historia. ¿No ves?

(1) Variantes del idioma español habladas en Argentina, Berta Elena Vidal de Battini.

(2) Así hablan los cochalas, Los Tiempos Digital, 14/09/15

(3) El castellano boliviano proviene de Andalucía y La Rioja, La Razón, 22/4/15

(4) Basado en El castellano popular de Nuestra Señora de la Paz, ponencia de Carlos Coello Vila.





"Hasta aparecieron inexistentes verbos, usados por amanerados locutores, como “aperturar”, desconocido por academias y diccionarios, y usado en lugar del ancestral “abrir”.



"La humilde conjugación “haiga”, tan mal vista u oída y tan repudiada por personas de aires puristas, sobrevive entre sonrojos. Y, sin embargo, trae un español altamente castizo"



"Por ello, los tarijeños del valle suelen usar algunos arcaísmos, es decir, palabras que han sobrevivido a siglos de transformaciones. Y de vez en cuando alguien dice “ansina” que es como hace tres siglos se decía nuestro moderno “así”

Video Una Nueva Vida - Historia de la migracion al Norte de La Paz

El olvido de los Sucre, la tataranieta del Mariscal



En el momento de la entrevista a sus familiares es difícil saber si Irene aún continúa con vida. En un lecho del hospital Juan XXIII, ella padece los embates de un cáncer que está cercenando su existencia. Tal vez el sufrimiento mayor viene con el olvido por el que ha atravesado en su vida, pese a ser descendiente directa del Mariscal Antonio José de Sucre.

“Era exquisitamente culto y gentilmente galante, quizás por eso fueron muchas las mujeres que interesaron días o semanas su vida”, escribe Joaquín Gantier en el artículo El general Sucre y su galantería caballeresca, que forma parte de la antología Sucre, de Eudoro Galindo. Lo cierto es que por los azares de su vida militar, que lo tenían marchando por casi todo el continente americano, los amores de Sucre iban a ser “fugaces al par de hondos”.

Como parte de la campaña libertadora, Sucre arribó a La Paz en febrero de 1825, donde convocó a una Asamblea de los representantes del Alto Perú para que decidieran su futuro. La población lo recibió con arcos y fiestas desde la actual plaza Garita de Lima, pasando por Churubamba, hasta llegar a la Plaza Mayor. En el homenaje que organizó la clase alta para el Libertador, éste conoció a Rosalía Cortés y Silva, quien tenía 21 años y vivía con sus padres en el barrio de San Agustín. De aquel flirteo nació, en enero del año siguiente, José María Sucre Cortés.

De esa línea descendieron José Ignacio Sucre y Núñez, luego José Sucre y Farfán y después Eulogio Sucre Pozo, de quien provino Irene Sucre Pomar. “Somos pocos los que llevamos la sangre de Sucre”, dice Jhone Fernández Sucre, quien constantemente revisa su teléfono celular para saber el estado de salud de su madre, quien de un día a otro se enfermó y hace pocas semanas le detectaron un cáncer que, lastimosamente, es terminal.

Cuando se le pregunta cuáles son las características singulares de los Sucre, Jhone responde que son el espíritu de sacrificio, la honradez y la lucha por el prójimo, valores que Irene inculcó a sus seis hijos.

Ya joven, la descendiente de Sucre quería independizarse, así es que buscó un cuarto en Villa Fátima, donde conoció a Raúl Fernández, que al poco tiempo se convirtió en su esposo, y quien después de 14 años falleció por problemas cardiacos. Aquella circunstancia y la heredad de llevar el apellido Sucre hicieron que formara un carácter fuerte, luchador y enérgico, difícilmente se la veía llorar.

“Tengo que ver a mi mamá”, se quiebra Jhone cuando los recuerdos abruman su corazón. “No te metas en política, ni siquiera como dirigente de zona, no manches el apellido de tu tatarabuelo y siempre anda con la frente en alto”, decía a sus hijos, ya que tener el apellido Sucre implica una gran responsabilidad y también varios sacrificios.

En su faceta de abuela, abraza a tres de sus nietos.

Para mantener a su familia, Irene no dudaba un instante en despertar temprano y dormir muy tarde para preparar masitas que vendía en las calles. No obstante, sus esfuerzos no alcanzaban para otorgar una vida cómoda a sus retoños, así es que por un tiempo recorrió las oficinas de la plaza Murillo, con Descendencia de los libertadores Bolívar y Sucre en Bolivia, de Arturo Costa de la Torre, como prueba de su linaje, un libro ahora viejo que es el testigo de ese sacrificio. Incluso le prometieron una pensión, pero todo quedó en nada. “No vivimos de nuestro apellido, vivimos de nuestro trabajo”, recalca Jhone. Rodrigo, nieto de Irene, dice que muchas veces le decían, de manera despectiva, “hijo de Sucre”, como si fuera una maldición. Al final, no hubo ningún reconocimiento ni ayuda para Irene, quien falleció la madrugada del sábado 4 de marzo, en la neblina del olvido. l

Declararán héroe nacional a Lino Morales


El coronel tarijeño Lino Morales, el comandante de la batalla de Canchas Blancas, la única que Bolivia le ganó a Chile durante la Guerra del Pacífico, será declarado “héroe nacional” y será ascendido póstumamente al grado de general del Ejército de Bolivia.

Así lo confirmó a EL DEBER, la jefa de la Brigada Parlamentaria de Tarija, Sonia Condori, quien reveló que la Asamblea Legislativa Plurinacional tiene previsto el tratamiento del proyecto de ley por el cual Morales será reconocido por su labor como jefe de la unidad militar que logró la hazaña el 12 de noviembre de 1879 en un campo de batalla ubicado en el sur de Potosí.

Morales dirigió los batallones Chorolque, Ayacucho, Escuadrón Méndez y fracción del Tarija, y recibió una formación de indígenas que tuvieron un rol fundamental para lograr la derrota de las tropas chilenas.

“Es una deuda que teníamos con el coronel Lino Morales y con todos los soldados que pelearon la batalla de Canchas Blancas”, dijo Condori, al tiempo de resaltar que el Gobierno del presidente Evo Morales ha resuelto recuperar la memoria histórica sobre este episodio de la historia que había quedado olvidado por razones políticas.

Morales formó parte de las tropas de la Quinta División encabezada por Narciso Campero, quien tuvo una polémica actuación durante la Guerra del Pacífico.

Condori resaltó que el Estado boliviano elaborará una cartilla explicativa que se distribuirá en todos los colegios del país donde se dará a conocer los detalles de la batalla de Canchas Blancas.
El proyecto de ley será tratado esta semana con motivo del 138.o aniversario de la batalla del Topáter ocurrida en la ciudad de Calama el 23 de marzo de 1879.

19 de Marzo, Día del Padre Papás celebran su día trabajando

Hoy, 19 de Marzo, como todos los años en Bolivia, se rinde homenaje a los padres, a esas personas que son el pilar fundamental de miles de hogares, a quienes con su sacrificio, entrega, constancia y tesón trabajan para que en sus hogares no falte alimento y también amor y protección.

En este día, EL DIARIO realizó un sondeo como homenaje a los papás que, a pesar de ser su día festivo, no descansan y siguen trabajando.

Esos papás, más allá de sendos agasajos, afirmaron que lo que más quieren es el abrazo sincero de sus hijos, sus esposas y la familia y amigos o compañeros de trabajo que les rodean. Hay quienes también están lejos de sus seres queridos y ellos afirmaron que a pesar de la distancia esperan que por lo menos los recuerden.

EL DIARIO rinde homenaje a todos esos hombres que dedican su vida a sus hijos, educarlos, alimentarlos, darles un hogar y construir juntos una vida que beneficie no solo a su entorno sino a todo el país.

Pero este día de alegría y fiesta, muchos hijos e hijas sentirán el vacío inmenso que dejaron sus padres y el homenaje más sentido que les pueden brindar será una oración y la promesa de que a pesar de su ausencia física, su presencia espiritual estará siempre presente todos los días de sus vidas.

Un abrazo con cariño y respeto al padre, los que tengan la suerte de conservarlo vivo todavía; pues él es nuestro mejor amigo y no encontraremos otro igual en la vida y los que tuvimos la fatalidad de perderlo muy temprano, llevemos a su tumba las flores del recuerdo rociadas de sinceras lágrimas, como él muchas veces lloró angustiado por el presente y el futuro de nosotros.

A todos los papás: carpinteros, choferes de transporte público, albañiles, médicos, abogados, aparapitas, vendedores, periodistas, camarógrafos, chefs, panaderos, músicos, profesores, a todos esos papás que nos acompañan en la tierra y a aquellos que nos cuidan desde el cielo, EL DIARIO le desea ¡Mil felicidades!

SONDEO

MIGUEL PEÑARANDA

“A pesar del esfuerzo que es trabajar de esta forma, no podemos descansar, por eso todavía hoy que es nuestro día seguimos trabajando, pero con la satisfacción de llevar el pan de cada día para nuestro hogar.

Vengo vendiendo periódicos desde hace 50 años atrás y este negocio me dio la satisfacción de haber dado a mis cuatro hijos una profesión que ahora ellos disfrutan estoy muy orgulloso de ellos y felicidades también a ellos porque también algunos ya son papás y estoy seguro que serán buenos progenitores como yo fui para ellos”.

RICARDO ALMANZA

Lo único que puedo decirles a los hijos en este Día del Padre de que no se olviden de sus padres, porque cuando nosotros teníamos fuerzas para trabajar hemos dado todo por ellos ahora que ya estamos viejitos lamentablemente ya solo vivimos y trabajamos para en sustento del día y día que no trabajo no como. Tengo un solo hijo que se fue a Tarija, ya no lo veo hace muchos años atrás, pero espero que ojalá él se acuerde todavía de mí, tengo 75 años ahora vivo para trabajar esta es mi vida por eso hoy como todos los días seguiré trabajando”.

ANTONIO SOLIZ

“Lo único que ahora que ya estamos de avanzada edad, esperamos que nuestros hijos por lo menos se acuerden una vez al año de nosotros, porque por ejemplo, yo tengo cuatro hijos, de ellos solo algunos se echan de menos de los padres el resto ya se ha olvidado, pero aquí estamos todavía batallando en la vida. Por eso es que trabajamos y como es un poco diferente hoy como todos los días seguiremos en la lucha, porque día que no trabajamos tampoco tenemos para comer y como vivimos solos ya estamos acostumbrados a esta vida”.

ALBERTO MOSTAJO

“Lamentablemente ya no tengo papá, pero espero que mis hijos se acuerden de mí, por lo menos en este día, porque tenemos la satisfacción de haber trabajado y haber sacrificado muchas cosas para que ellos puedan llegar a ser profesionales, porque gracias a Dios aunque sean ingratos nos hemos sacrificado por ellos.

Ya estoy de avanzada edad tengo 73 años, pero seguimos luchando en la vida y hoy que es el Día del Padre espero que aquellos que todavía tienen a sus padres, puedan darles por lo menos un abrazo que es lo único que esperamos”.

LUIS HUANCA

Soy padre de dos hijos por eso les digo que en este Día del Padre un abrazo al ser querido no debe faltar así como sacrificamos nuestras vidas para darles todo a nuestros hijos en este día felicidades a todos los papás de Bolivia, sigamos trabajando por nuestra patria y dándole el hombro desde donde estamos. Ojalá que todos los padres reciban un justo reconocimiento, porque ser papá es fácil, pero un buen papá es también difícil, sembremos cariño, educación y respeto y sabemos que también cosecharemos de la misma manera”.

Toma de Antofagasta, la trágica noticia del inicio de una guerra


DEBILIDAD

Los relatos de testigos que dejaron Antofagasta y las tierras tomadas por las tropas chilenas, coinciden en que el ataque fue sorpresivo y que se ejecutó a costa de la debilidad en la presencia de soldados bolivianos.

En una revisión hemerográfica del ejemplar del 28 de febrero de 1879, del diario El Comercio, se advierte el dolor y el repudio de los bolivianos a la invasión chilena que aprovechó la escasa presencia de soldados nacionales

"Mejillones y Caracoles en poder del invasor”, así tituló el periódico El Comercio su edición de un viernes 28 de febrero de 1879, anoticiando a Bolivia del inicio de la Guerra del Pacífico, tras la invasión chilena. Incertidumbre, asombro y hermanamiento son algunas de las emociones y actitudes que se transmitieron en esa edición de la primera guerra internacional que enfrentaría el país.

“Vivimos momentos de grave incertidumbre, ante la sorpresiva invasión de fuerzas chilenas”, así comienza el relato del corresponsal de prensa de El Comercio en Antofagasta. Su nota va fechada con 15 de febrero de 1879, es decir, al día siguiente del inicio de la invasión de las tropas del vecino país.

Todo comenzó temprano por la mañana, un 14 de febrero de 1879, cuando en la bahía del puerto de Antofagasta, se avizoraron los barcos de guerra chilenos “Cochrane” y “O’Higgins”, junto con el Blanco Encalada, que estaba anclado desde hace unos días.

Los barcos abrieron fuego logrando atemorizar a la población, sorprendida por el ataque de artillería, pero era el inicio.

Después de hacer un acto justo frente al cuartel de la guarnición boliviana, ubicado en la plaza Colón de Antofagasta, la tropa chilena se dedicó a ingresar a las casas a la fuerza y saquear almacenes, matando a toda persona que se interponía en su paso.

Las tropas, según el relato del corresponsal, continuaron al ataque y rodearon la Prefectura, destruyeron el escudo que estaba en su frontis y arrastraron la bandera del país que encontraron en ese edificio.

En medio de todo el conflicto, Genoveva Ríos salvaba otra bandera boliviana, ubicada en la Intendencia de la Policía y el prefecto de Antofagasta, coronel Severino Zapata, emitió clandestinamente una proclama de protesta a nombre de Bolivia.

“El Gobierno ha llamado a fraternidad con el decreto de amnistía y a las armas con el sitio. Guerra para el enemigo, unión para el amigo”, cita otra nota en el diario y es que para la publicación de la nota, una noche anterior ya se habían registrado manifestaciones populosas en contra de la invasión chilena a Bolivia.

Las notas relatan cómo el país vio como un acto de barbarie, la invasión chilena que tomó Antofagasta, Mejillones y Caracoles con “el poder estúpido de la conquista, de una conquista del siglo XIX…!”, se afirma en la edición de ese diario, de la que uno de sus ejemplares se encuentra en una biblioteca particular en La Paz, y que fue facilitado al director del Museo Histórico Militar de Sucre, coronel Dante Rosas.

Las notas llaman a los chilenos filibusteros de Sudamérica y recuerdan que estaba vigente el cumplimiento de un tratado entre Bolivia y Chile cuando el vecino país invadió Perú.

Ese 28 de febrero no sólo la población terminaba de enterarse de todo lo que había pasado en las costas bolivianas, sino que además se enteraba que Hilarión Daza, el presidente de Bolivia de ese entonces, había declarado –dos días antes– a la “patria en peligro y en estado de sitio”, además de conceder una amnistía amplia y sin restricción a todos los bolivianos que por motivos políticos estaban enjuiciados o fuera del país.

La indignación se respiraba por las calles del país, por los rincones de las comunidades y se asilaba en el pensamiento de cada boliviano que se presentaría a la guerra. De hecho, una de las más enérgicas protestas publicadas esa fecha corresponde a cuatro hijos de soldados de la Guerra de la Independencia de Bolivia, pese a que el espacio se titula como “Protesta” y le sigue el anuncio de que “los cuatro soldados de la Guerra de la Independencia suscriben la siguiente protesta: El primero, hijo de don Gregorio García Lanza, uno de los mártires del año nueve, el segundo, hijo de doña Vicenta Eguino, una de las heroínas del Alto Perú. El tercero, hijo de un combatiente de la batalla de Chacaltaya del 16 de Julio. “En los cuatro late aún el fuego ardiente de la Independencia y Libertad Americana. No podemos por menos que indignarnos al ver ocupadas las costas de nuestro Litoral, por una horda de ladrones salteadores de nuestros minerales, salitreras y guaneras, mandados por una compañía de extranjeros rapaces en los establecimientos de nuestro Litoral, todos ellos accionistas del gobierno chileno.

Si aún late en nuestros pechos, el amor patrio, si la providencia nos ha separado una pequeña existencia, ésta debe extinguirse defendiendo la integridad del territorio nacional vilmente ultrajado por los rotos del Mapocho”, indica el manifiesto de los hijos de aquellos que habían luchado por la independencia nacional.

Y pedían que se entone sólo la “Canción Nacional”, para que se repita la estrofa –en ese entonces algo distinta a la versión que se canta ahora del Himno Nacional–: “Si ambicioso poder algún día, sojuzgar a Bolivia intentare, al destino fatal se prepare que otro injusto invasor ya sufrió. Que los hijos del Grande Bolívar han ya mil y mil veces jurado, morir antes que ver humillado, de la Patria el augusto pendón”.

Y es que la huella de la Guerra de la independencia aún estaba presente entre los habitantes, por lo que no era de extrañarse, que en la joven Bolivia se calificaran los actos de Chile como hechos aberrantes al estilo de los conquistadores europeos.

En medio de poemas, cartas de reclamo, informes de parte sobre la ocupación chilena y anuncios relacionados con el Carnaval que se había cerrado recientemente en esa misma semana con el Miércoles de Ceniza, retratando el contraste del paso de la diversión al llanto por la amenaza del atacante, se refleja cómo se recibía en el país la noticia del inicio de lo que sería la Guerra del Pacífico, que terminaría con la pérdida de Bolivia de su acceso soberano al mar y unos 120 mil kilómetros cuadrados de territorio.

jueves, 16 de marzo de 2017

Bolivia y Perú, naciones unidas por la historia

En el Salón Auditorio de la CAF, ubicado en la avenida Arce Nº 1925, en la zona de San Jorge, se inaugura hoy el “I ciclo de conferencias de historia peruano boliviana 2017”. La misma se realizará a horas 18.00.

La conferencia será dictada por los historiadores Eugenia Bridikhina, quien compartirá las de la historia boliviana, y Renzo Honores conferenciará sobre la historia de la nación hermana del Perú.

martes, 14 de marzo de 2017

Segunda parte y final El Tratado de 1904 en la obra de dos académicos chilenos

III LOS INTERESES CHILENOS

Nos ocuparemos en este acápite de los intereses chilenos que anotan, también en el mismo orden de su exposición:

I) Le dan la primera importancia al interés de la adquisición territorial del Litoral boliviano. Y aquí pican el anzuelo de su propia trampa, porque dicen que “A través del Tratado quedaban reconocidos los dominios absolutos y perpetuos de Chile sobre los territorios ocupa-dos por éste país en virtud del art. 2 del Pacto de Tregua de 1884”, alcanzando la continuidad territorial entre su suelo original y Tarapacá peruano. Pero están reconociendo que con el Tratado de 1904 se han apoderado de mayo-res territorios bolivianos arbitraria y abusiva-mente a todo lo largo de la actual frontera fijada discrecionalmente, sin que exista cesión o transferencia de ninguna naturaleza sobre las demasías, además del territorio dentro del arco del Río Loa y el territorio entre los paralelos 23 y 24 de latitud meridional, el mar territorial y otros bienes patrimoniales, ampliamente descritos en nuestro libro “El Fraude de la guerra y de la paz”, Plural editores. 2013.

II) También por boca propia confiesan como la construcción del ferrocarril Arica - El Alto (no La Paz) constituyó una inversión para Chile que sirvió otros intereses adicionales a su favor, como dicen: fortaleció el proceso de chilenización de las ex provincias peruanas, que en el mediano plazo consiguiera su incorporación a Chile; atrayendo como un imán migratorio irreversible de población chilena al norte, constituyéndose en el instrumento para el desarrollo de Arica.

III) Hablan igualmente de la obtención de una alianza político-comercial con Bolivia, de las ventajas comerciales, la ayuda financiera, los ferrocarriles y el libre tránsito que convirtiera a Bolivia en su principal socio político y comercial de Chile, apartándole de la influencia argentina y peruana; todo lo cual Chile consiguió convirtiendo a Bolivia en una especie de colonia, donde se apoderó de su economía, con amplias facilidades como rebajas en fletes ferroviarios y la penetración en su territorio, amén del beneficio de la administración del ferrocarril durante 15 años.

No nos cansaremos de criticar la conducta entreguista de los liberales a Chile en todo sentido, convirtiendo a Bolivia, nada menos que en financiador del desarrollo del Norte chileno, como hasta el presente.

IV) Finalmente hablan del potenciamiento del comercio y la inversión de capitales externos en el “Norte Grande” que Chile se apropió tan graciosamente, que solo hubiera sido posible a plenitud consolidando su soberanía en el antiguo litoral boliviano y en las ex provincias peruanas de Tacna y Arica.

Lo más racional y consecuente hubiera sido que los académicos chilenos expusieran de los perjuicios y beneficios causados por el Tratado de 1904; pero, esto lo soslayaron por-que resultaría que Bolivia sufrió todos los perjuicios y Chile acaparó todos los beneficios. Hay que leer el libro recientemente editado del autor de estas notas “El Fraude de la Guerra y de la Paz”, para comprender como se estranguló y enclaustró a Bolivia y de esta manera Chile alcanzó beneficios y un progreso opu-lento.

Finalizan estas Reflexiones diciendo que el texto del tratado fue negociado y consensuado entre los gobernantes de Chile y Bolivia con participación de los políticos más sobresalientes de su época. Esta es una verdad a medias, pero que no fue informada oportunamente a la opinión pública de Bolivia que, en 6 departamentos de los 8 que tenía fue criticado y rechazado y que a duras apenas obtuvo 42 votos favorables de los 72 congresales con que contaban ambas Cámaras; es decir, no hubo la aprobación legislativa suficiente para dar curso asunto de tanta gravedad como es una cesión territorial tan gratuitamente.

Apoyan sus conclusiones en la opinión de dos personas cuyo valor carece de toda importancia en la opinión pública nacional, como para sustentar esas conclusiones que tendrá alcance de un criterio personal. Debemos concluir que en ningún tiempo se puede sostener que “la victoria otorgaba derechos”, y esta truculencia no tiene cabida en un estudio académico.

La notificacion de Abraham König

ABRAHAM KÖNIG VELÁSQUEZ

Energúmeno chileno, ministro plenipotenciario de su país en La Paz. El 13 de agosto del año 1900 envió una Nota al Ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia que pinta de cuerpo entero la actitud matones-ca de Chile para quedarse con el litoral robado a Bolivia en la Guerra del Salitre.

El 13 de agosto del año 1900, el embajador chileno en La Paz –un bravucón llamado Abra-ham König Velásquez− envió al Ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia Eliodoro Villazón una matonesca Nota conteniendo “las ba-ses definitivas de paz con Bolivia” aceptables para el Gobierno chileno (König 1900, XXVII). Según el embajador, “las bases propuestas por Chile (eran) equitativas, las únicas compatibles con la situación actual… Deben ser considera-das no sólo como equitativas sino como generosas… Sería una verdadera desgracia que el Congreso Boliviano pensara de distinta manera” (König 1900, XXXIX).

Efectuaremos algunos comentarios sobre la comunicación cursada por König, la misma que Ud. puede leer en toda su extensión al final de este artículo.

CONTENIDO DE LA NOTA DE KONIG

Con el mayor cinismo, la Nota se refirió al “antiguo litoral boliviano” –ese mismo que desde 1842 Chile “reivindicó”– precisando König que “es y será para siempre de Chile” (König 1900, XXVIII). Es interesante anotar que duran-te cuatro décadas Chile se negó a aceptar la soberanía de Bolivia sobre el litoral al norte del paralelo 25. Sin embargo, tras ocupar por la fuerza de las armas dicho territorio, no tuvo inconveniente en denominarlo como el “antiguo litoral boliviano”. Al describir el trueque que quería efectuar Chile a cambio de “la cesión definitiva del litoral boliviano” (König 1900, XXVIII), el ministro sureño repitió en diez oportunidades el reconocimiento de Chile sobre la propiedad boliviana del litoral robado en 1879.

La Nota de König especificó a continuación las obligaciones que asumiría el Gobierno de Chile, destacando entre ellas la inversión de cinco millones de pesos en la construcción de un ferrocarril, la designación del puerto chileno que adquiriría el carácter de puerto franco y que serviría de punto de partida de dicho ferrocarril, y otras concesiones de carácter financiero.

El Gobierno boliviano respondió a las pretensiones chilenas y solicitó que en el posible tratado de paz constara la siguiente cláusula de salida soberana al mar:

“El Gobierno de Chile se obliga a ceder a Bolivia, de sus posesiones de la costa del Pacífico, el dominio perpetuo de una zona de territorio que comprenda uno de los puertos actual-mente conocidos, la cual zona, situada al norte de aquellas posesiones, se extenderá hasta la frontera boliviana” (König 1900, XXX).

Ante la propuesta boliviana, König respondió que se trataba de “una exigencia doblemente difícil y casi imposible de cumplir”. Repuso que desde las conferencias de 1884 entre Bolivia y Chile “quedo convenido… que una salida al Pacifico que produjera una solución de continuidad en el mismo territorio chileno, es inaceptable por su propia naturaleza” (König 1900, XXXII). Por supuesto, en la expresión anterior puede notarse la contradicción chilena que ya consideraba el litoral boliviano como territorio propio e indivisible, a pesar que recién se le cedería como consecuencia del tratado de paz sobre el que versaba la negociación.

König continuó perorando acerca de la posibilidad que Chile pudiera transferir Tacna y Arica a Bolivia, eventualidad que descartó excusándose que en ese momento aún no se había definido la soberanía sobre tales provincias. Además, adelantó que “Bolivia no debe contar con la transferencia de Tacna y Arica, aunque el plebiscito sea favorable a Chile… Chile no acepta la cesión de la zona y del puerto pedidos por Bolivia… No hay puerto que ceder” (König 1900, XXXV).

Tras definir la posición de Chile como ladrón territorial, el guapetón König se enfrascó en una majadera explicación del porqué Bolivia no necesitaba un puerto en el Pacífico. Según él, esto era así debido a que Chile garantizaba a Bolivia “libertad e independencia para sus comunicaciones de todo género”. Escribió el embajador sureño:

“Cabe preguntar aquí, señor Ministro, si Bolivia tiene necesidad imprescindible de un puerto en el Pacífico. Me atrevo a dar una respuesta negativa… Un puerto propio no añadiría nada al comercio ni al poder de Bolivia” (König 1900, XXXVI - XXXVII).

Y para refrendar sus palabras, König recordó que su país podía acudir al uso de la violencia, conducta seguida usualmente por la clase gobernante chilena en sus relaciones internacionales. Aplicando el lema chileno que cuando no se tiene la razón se debe usar la fuerza, el matón König explicó con claridad:

“En tiempo de guerra, las fuer-zas de Chile se apoderarían del único puerto boliviano con la misma facilidad con que ocuparon todos los puertos del litoral de Bolivia en 1879… Esto no es un vano orgullo, porque sabido es de todos los que conocen los recursos de mi país que su poder ofensivo se ha centuplicado en los últimos veinte años” (König 1900, XXXVII - XXXVIII).

EL LADRÓN DICE QUE NO DEVOLVERÁ LO ROBADO

Tras aceptar implícitamente que Chile había utilizado parte de los recursos del salitre arrebatados a Perú y Bolivia para continuar su carrera armamentista y defender el territorio y propiedades robados en 1879, König llegó al final de su supuesta Nota “diplomática”. Es aquí donde König respondió con la mayor prepotencia y sinverguencería el pedido boliviano de salida soberana al mar. Escribió König las siguientes infames pala-bras:

“Es un error muy esparcido y que se repite diariamente en la prensa y en la calle, el afirmar que Bolivia tiene derecho de exigir un puerto en compensación de su Litoral.

No hay tal cosa. Chile ha ocupado el Litoral y se ha apoderado de él con el mismo título con que Alemania anexó al imperio la Alsacia y la Lorena, con el mismo título que los Estados Unidos de la América del Norte han toma-do a Puerto Rico. Nuestros derechos nacen de la victo-ria, la ley suprema de las naciones.

Que el Litoral es rico y que vale muchos millones, eso ya lo sabíamos. Lo guardamos porque vale; que si nada valiera, no habría interés en su conservación.

Terminada la guerra, la nación vencedora impone sus condiciones y exige el pago de los gastos ocasionados. Bolivia fue vencida, no tenía con qué pagar y entregó el Litoral.

Esta entrega es indefinida, por tiempo indefinido; así lo dice el Pacto de Tregua: fue una entrega absoluta, incondicional, perpetua.

En consecuencia, Chile no debe nada, no está obligado a nada, mucho menos a la cesión de una zona de terreno y de un puerto” (König 1900, XXXIX - XL).

Por supuesto, desde tiempo atrás la His-toria ha afecta-do la validez de los ejemplos sugeridos por König: tras la Primera Guerra Mundial, Alsacia y Lorena volvieron a con-formar parte de Francia, y en cuanto a Puerto Rico, si bien aún no tiene el carácter de nación independiente, al menos ha ad-quirido un status especial como Estado Libre Asociado de Estados Unidos.

LAS CONTRADICCIONES CHILENAS EN LA NOTA DE KÖNIG

El documento chileno incluye algunas contradicciones que deben hacerse notar:

1. König (1900, XXXI) indica en la Nota que su “gobierno está animado de los mejores propósitos”. Sin embargo, más adelante reconoce que “aún en el caso de que mi país deseara vehementemente dar cumpli-miento a las aspiraciones de Bolivia (de salida soberana al mar), no sabría cómo realizarlas” (König 1900, XXXVI).

Puede obtenerse la conclusión que Chile estaba animado de los mejores propósitos, pero obviamente no en relación a Bolivia, sino con respecto a los empresarios ingleses y chilenos que se apoderaron de las salitre-ras y territorios robados a Bolivia y Perú desde 1879.

2. Tratando de enaltecer las intenciones chilenas reflejadas en los tratados firmados con Bolivia en 1895, König reconoce que ese año Chile estaba dispuesto a “conceder (a Bolivia) lo más rico de las provincias de Tacna y Arica” (König 1900, XXXIV). Sin embargo, escribiendo cinco años después de suscritos dichos instrumentos interna-cionales, el matón sureño informa que “el pueblo chileno, tiene sobre Tacna y Arica ideas uniformes muy distintas de las que manifestó públicamente en mayo de 1895” (König 1900, XXXVI). Por ello, califica a los tratados y protocolos de 1895 como “pactos prematuros, muertos antes de nacer” (König 1900, XXXIV).

Se concluye, por tanto, que para Chile es normal desconocer lo convenido en un trata-do o protocolo internacional en los casos en que el pueblo “cambia de ideas” con respec-to a dichos compromisos. Cuando esto suce-de, los tratados se convierten en prematu-ros, muertos antes de nacer. ¿Qué les pa- rece, mis estimados lectores? Hoy, aplican-do la lógica del ministro chileno, Bolivia podría decir exactamente lo mismo sobre el Tratado de Paz de 1904. Sin duda, intere-sante postulado el de la relatividad de los tratados desarrollado por el cowboy chileno König...

3. König afirma que lo que Bolivia está pidiendo es “una angosta faja de territorio estéril y un puerto enclavado en ella”. Chile no puede acceder a ello, por lo que el “di-plomático” sureño pregunta si vale la pena para Bolivia –por esta negativa– arriesgar “la buena y perpetua amistad de Chile” (König 1900, XXXVIII).

Más bien, la pregunta habría que plan-teársela a Chile. ¿Vale la pena para Chile arriesgar “la buena y perpetua amistad de Bolivia” sólo por no concederle “una angosta faja de territorio estéril y un puerto encla-vado en ella”? ¿Cómo respondería el lector esta interrogante?

EL CINISMO DE LA OLIGARQUÍA CHILENA

Tras revisar la Nota del matón Abraham König Velásquez puede apreciarse la ma-nera cínica cómo procedieron los gobernan-tes chilenos a comienzos del siglo XX bus-cando oficializar el robo del litoral boliviano. Ésa es también su manera de maniobrar el día de hoy.

Por eso, es indignante ver cómo la propa-ganda chilena a hecho circular la versión que las negociaciones entre Chile y Bolivia que condujeron al Tratado de Paz de 1904 fueron fraternales y sólidas, y que dicho Tratado no fue forzado ni impuesto a Bolivia por amenaza. Para echar al cesto de basura semejantes slogans publicitarios chilenos, baste recordar las “amistosas” palabras del matón König comunicadas al Gobierno de Bolivia en el año 1900:

“En tiempo de guerra, las fuerzas de Chile se apoderarían del único puerto boliviano con la misma facilidad con que ocuparon todos los puertos del litoral de Bolivia en 1879… Esto no es un vano orgullo, porque sabido es de todos los que conocen los recursos de mi país que su poder ofensivo se ha centuplicado en los últimos veinte años” (König 1900, XXXVII - XXXVIII).

Así de “fraternal” y “amistosa” era la oligar-quía chilena con Bolivia en el año 1900 y también lo es hoy. El “diplomático” König era de los que proclamaba a los cuatro vientos su des-precio por Bolivia, llamándola “Bolivia país salvaje”, “Bolivia país inválido”, “Bolivia Estado inconcluso”, y “Bolivia proyecto no consolida-do”, entre otras bellezas. König también califi-caba su conformación como nación indepen-diente como “el absurdo de la creación de Bolivia”. Constantemente, similares adjetivacio-nes son utilizadas contra Bolivia por la propa-ganda política de la oligarquía chilena.

OBRAS CITADAS

König Velásquez, Abraham. 1900. Nota del Plenipo-tenciario de Chile. En Donato Lanza y L. La política boliviana y las pretensiones de Chile, pp. XXVII-XL.

Lanza y L., Donato. 1901. La política boliviana y las pretensiones de Chile. La Paz: Imprenta y Litografía Paceña.

Petite Collection Américaine. 1919. Frases chile-nas. París, pp. 40-41.

César Vásquez Bazán - Wikipedia.