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viernes, 29 de octubre de 2021

Origen de la población de América y las sociedades más tempranas (10000 - 2000 a.C.) - El origen de la población desde la perspectiva biológica

 El proyecto de investigación científica del genoma humano cuyos resultados fueron hechos públicos a principios del siglo XXI abrió las posibilidades de estudios genéticos aplicados al análisis de grupos humanos. Muchos de estos estudios se aplicaron a poblaciones tempranas de América. Gracias a estos estudios se tienen evidencias de los marcadores genéticos nucleares del ADN mitocondrial y de cromosomas Y que muestran que la población americana desciende de grupos provenientes de Asia, del Sur de Siberia.

Los estudios genéticos del ADN mitocondrial muestran variaciones tan grandes entre grupo y grupo que los científicos creen que no sería posible que estas diferencias se hubieran originado partir de un grupo original relativamente reciente (11000 años a.C., la antigüedad aceptada para los pobladores de Clovis y grupos relacionados) y que la diversidad genética tendría que haberse producido en el doble de tiempo. El consenso actual entre los especialistas es que el modelo Clovis es insuficiente para explicar el poblamiento del continente (Dillehay y Mañosa, 2004).

Aún no hay consenso sobre este tema, pero en general se plantea la hipótesis de que los primeros americanos habrían llegado desde Siberia por la ruta de Behring, como se había aceptado durante todo el siglo XX, pero que llegaron mucho tiempo antes de que grupos humanos que se asentaran en Clovis, y se dirigieron hacia el Sur del continente posiblemente por mar, navegando cerca de la costa del Pacífico y estableciéndose en tierra sitios cerca de la costa.

Es probable que se hubieran producido también otras olas migratorias procedentes de otros continentes, especialmente desde Polinesia, Melanesia y Australia. Evidencias genéticas señalan que los polinesios tendrían un origen dual, asiático y melanesio, por lo que se podrían encontrar semejanzas y diferencias en la información genética. Hacen falta estudios más profundos que comparen los marcadores genéticos de restos arqueológicos en los posibles lugares de origen con las evidencias encontradas en los primeros asentamientos humanos en América lo que podrían llevar a confirmar o descartar estas hipótesis.


sábado, 23 de octubre de 2021

Origen de la población de América y las sociedades más tempranas (10000 - 2000 a.C.) - Nuevos descubrimientos e hipótesis sobre el origen de la población americana

 En 1975 se produjo un descubrimiento que generaría nuevas hipótesis sobre el origen de la población americana y más interrogantes sobre posibles rutas migratorias. En el extremo Sur del continente, en Monte Verde, al Sur de Chile en una zona de colinas boscosas cerca al Océano Pacífico, se encontraron cientos de herramientas e instrumentos fabricados por seres humanos hace 14800 años, es decir, por lo menos 1000 años antes de las evidencias de presencia humana encontradas hasta entonces en Norteamérica.

Los habitantes de Monte Verde fueron cazadores y recolectores que vivieron muy lejos de las primeras poblaciones humanas en el Norte de América.

Los grupos humanos que vivieron allí parecen haber tenido una economía basada tanto en la recolección de plantas como en la caza de grandes animales, y construyeron refugios en forma de carpas o tiendas. Todavía se pueden ver postes de madera y estacas con cuerdas hechas de fibras naturales y los nudos con que estos antiguos pobladores aseguraban estos elementos. La estructura principal que se encontró, de más de 15 metros de largo, hecha de madera y techo de piel de animales, tenía al interior dos espacios separados, cada uno con su propio fogón. Una estructura exterior en forma de horquilla contenía plantas medicinales y, un poco más lejos, restos de mastodontes. Se encontraron también papas silvestres y semillas comestibles, además de cuerdas, herramientas de piedra (choppers) y tablas de madera (Dillehay, 1982). Resulta importante señalar que no se encontraron puntas estilo Clovis, lo que podría ser un indicador de que las sociedades del extremo Sur de América no habrían derivado de las que se establecieron en Norteamérica.

A partir de este descubrimiento, científicos de diferentes instituciones establecieron una polémica acerca de la antigüedad de los sitios en el Norte y el Sur de América, y se produjeron discusiones sobre el significado de estos hallazgos en función de la definición de la procedencia de las migraciones más antiguas y, por tanto, en relación al origen (o los orígenes) de la población de América. El debate sobre la antigüedad del poblamiento de América, comparando la datación aceptada previamente como la más antigua en América del Norte con las posibles fechas de las evidencias de poblamiento temprano de América del Sur, fue fuertemente sesgado por tensiones académicas y políticas entre instituciones Norteamericanas que llevaron las discusiones más allá del ámbito estrictamente académico a través del apoyo o rechazo de las nuevas hipótesis.

El surgimiento de esta información puso nuevamente en actualidad el tema del origen de la población americana. Los avances en el campo de la medicina y las nuevas tecnologías de prospección arqueológica hicieron que el tema fuera abordado desde diferentes campos de la ciencia.

Los hallazgos de Monte Verde, Chile, han cambiado la posición de la ciencia con respecto a la datación de la llegada de los seres humanos a América. En 1997 una comisión investigadora formada por arqueólogos y científicos de distinta procedencia avalaron la datación del sitio, con lo que surgieron nuevas interrogantes acerca de las corrientes migratorias más antiguas, respaldando las teorías del poblamiento temprano. Si los primeros habitantes de Monte Verde o sus antepasados llegaron cruzando el puente terrestre de Beringia, no sería posible que sus fechas fueran anteriores a los asentamientos en Norteamérica, situados miles de kilómetros más al Norte y más cercanos al estrecho de Behring, lo que hace surgir muchas interrogantes nuevas sobre las dataciones y los sitios de ingreso a América.

Otros hallazgos de evidencias antiguas de poblaciones en el Sur de América proceden de Piedra Furada (Brasil) y del Sur de Argentina. Al encontrarse en el extremo opuesto del continente, no se descartó la idea de una migración a través de la Antártica, a pesar de que el Polo Sur y el continente americano no estuvieron conectados por lo menos en los últimos 80 millones de años. Los descubrimientos en Monte Verde hicieron resurgir el interés por las teorías del origen de la población desde diferentes puntos, como Australia o Polinesia, desde donde habrían llegado los primeros pobladores en embarcaciones.


Los científicos que investigan el origen de la población de América aún no han llegado a un consenso sobre este tema y posiblemente se requiere de nuevos modelos que permitan explicar el origen de la presencia humana en América. 

lunes, 18 de octubre de 2021

Origen de la población de América y las sociedades más tempranas (10000 - 2000 a.C.) - Principales teorías sobre el origen de la población de América y Otras teorías

Principales teorías sobre el origen de la población de América 

 Existen diversas teorías sobre las rutas que siguieron los grupos humanos hasta este continente. La más aceptada por los investigadores durante todo el siglo XX fue la hipótesis del arribo de seres humanos a través del estrecho de Behring. Esta teoría, planteada por Alex Hrdlicka en 1937 considera que la población americana tuvo origen en Asia, en las regiones de Siberia, China Occidental, Mongolia, Tibet, Japón, Filipinas y Formosa.

La historia del poblamiento inicial de América está ligada a la historia glacial de la Tierra, y los investigadores consideran que esta ola de migraciones entre continentes debió haber sucedido después del fin del último período glacial, que terminó hace 19000 años. Cuando el hielo retrocedió, el estrecho de Behring, antes cubierto, se convirtió en un puente de tierra conocido con el nombre de Beringia, que unía los puntos extremos de Siberia y Alaska, por donde población asiática habría pasado al continente americano.

Los restos de estas poblaciones fueron descubiertos al Sur de los Estados Unidos; el sitio considerado durante mucho tiempo como el más temprano con evidencias de presencia humana se encuentra en Clovis, Nuevo México. Esta aceptación de la teoría del poblamiento basada en las evidencias encontradas en Clovis y en otros sitios se conoce como “Consenso Clovis”, aceptado por científicos durante largo tiempo.

Más tarde se encontraron en la misma región del continente otros sitios con características similares en artefactos, instrumentos, armas primitivas y huesos que fueron datados entre 11.250 y 10.600 a.C., es decir, con una antigüedad de unos 13.000 años antes del presente. La datación fue realizada a mediados de los años 50 del siglo XX, y a partir de entonces se han desarrollado nuevas y más precisas técnicas de datación que hacen que actualmente se esté revisando (y reprocesando) esta información.

Parte de la población habría seguido posteriormente la ruta desde el Oeste hacia el este y desde el Norte hacia el sur, posiblemente por el mar, a lo largo de la costa del Pacífico, buscando animales para cazar, hasta el momento en que la megafauna se extinguió.

La idea de que los habitantes de Clovis y de sitios asociados constituyeron la primera población de América ganó consenso entre científicos y académicos y prevaleció por largo tiempo durante el siglo XX. Surgieron, además, otras hipótesis y recientemente nuevos descubrimientos arqueológicos realizados en 1975 en Sudamérica dieron resultados que hacen variar toda la teoría acerca del poblamiento tardío de América, como veremos más adelante.

De acuerdo a esta hipótesis, la población americana, tendría orígenes diversos:

a) Migraciones del Asia a través del estrecho de Behring (Beringia)

b) Migraciones desde Australia hasta la Patagonia.

c) Migraciones de Melanesia, postulada sobre la base de la existencia de elementos culturales comunes en la actualidad.

d) Migraciones desde Polinesia.

Sin embargo, como ya se señaló, la teoría más aceptada durante el siglo XX acerca del origen de la población americana y sobre los primeros asentamientos temporales fue la de Hrdlicka con la llegada de los primeros seres humanos desde Asia a través de Behring, que establecieron asentamientos iniciales en Nuevo México (c.11250 y 10600 a.C.)



viernes, 15 de octubre de 2021

Origen de la población de América y las sociedades más tempranas (10000 - 2000 a.C.) - Los primeros pobladores de América

 La población de América es relativamente reciente si la comparamos con la datación de los primeros seres humanos que surgieron como parte de un largo desarrollo evolutivo a partir de especies de primates. Los primeros homínidos bípedos (australopithecus) que aparecieron en África tienen una antigüedad de entre ocho a tres millones de años aproximadamente. Los homínidos son resultado de un salto evolutivo que sucedió cuando una especie de simios en África Oriental inició una forma de vida diferente, lejos de la protección de las copas de los árboles, en el suelo de la sabana africana, posiblemente empujados por un cambio climático que transformó su hábitat original en la selva.

El hecho de caminar erguidos dejando libre un par de extremidades hizo que éstas se acortaran y se especializaran en otras actividades. La posición erguida de la cabeza llevó a cambios de forma del cráneo y a un mayor desarrollo del cerebro. Los cambios de conducta y prácticas que se produjeron con estas características físicas determinaron la aparición de una nueva especie que evolucionaría en otras, una de las cuales sobrevivió y dio origen a la especie a la que pertenecemos los humanos actuales, los homo sapiens.

Hoy sabemos que todos los seres humanos actuales comparten antepasados comunes gracias al descubrimiento, en 1974, de un esqueleto femenino en Etiopía, al que se llamó Lucy, que posiblemente vivió hace 3.200.000 años. En este esqueleto se evidencian las primeras características de bipedestación (caminar en dos extremidades). Esta especie fue evolucionando en diferentes líneas, muchas de las cuales se extinguieron.


Los primeros seres humanos con las características actuales, homo sapiens, aparecieron en África Oriental hace unos 200.000 años. Los restos más antiguos de nuestra especie humana son de una mujer que la ciencia denominó “Eva mitocondrial”. Desde África, los homínidos pasaron a Eurasia hace unos 60.000 años y a Australia hace unos 50.000 años; y desde Asia llegaron a América, probablemente hace 30.000 a 20.000 años. Sin embargo, en 2005 se encontró en Dmanisi, Georgia, un cráneo de 1.8 millones de años de antigüedad que posiblemente corresponde a la primera corriente de homínidos que migraron de África a Europa, y que probablemente perteneció a una de las ramas que se extinguió sin continuar su camino evolutivo. Esta datación podría cambiar la idea sobre la época que los prehumanos se expandieron desde África hacia otros continentes.

martes, 12 de octubre de 2021

Origen de la población de América y las sociedades más tempranas (10000 - 2000 a.C.) - Buscando el origen

 A lo largo del tiempo, religiosos, filósofos y científicos de todo el mundo se preguntaron sobre el origen de la población de América. Diferentes culturas americanas elaboraron explicaciones sobre el origen de los seres humanos por medio de mitos que, en general, adjudicaban a los dioses locales la creación de los primeros seres humanos que aparecieron en los sitios más significativos de sus propias culturas. Desde otros continentes, religiosos y filósofos se preguntaron sobre la procedencia de la población americana y buscaron las respuestas dentro de los ámbitos de sus especialidades y de acuerdo a la mentalidad de su época. Por ejemplo, en el siglo XVI en Europa se planteó que los habitantes de América provenían de una de las doce tribus perdidas de Israel de las que hablaba la Biblia, y durante el siglo XIX surgieron las teorías del origen autóctono de las poblaciones americanas, planteadas por el argentino Florentino Ameghino. Otras conjeturas surgieron de la lectura de los escritos de Platón, de donde se intentaron derivar hipótesis sobre el origen de la población americana en un continente perdido.

En el siglo XX surgieron las hipótesis científicas sobre la procedencia de la población del continente americano. La más aceptada fue la de Alex Hrdlicka, que habla sobre el origen asiático de la población americana y de su llegada a través del estrecho de Behring cuando el hielo del último período glacial retrocedió y abrió un puente de tierra que hizo posible que grupos cruzaran caminando de continente a continente. Surgieron también teorías sobre un origen poligenético de la población, que procedería de otros continentes y habría llegado de diferentes maneras, entre ellas navegando de continente a continente. Estas teorías apelaron principalmente a descubrimientos arqueológicos para establecer pruebas, aunque también se recurrió a la lingüística y a la biología.

A principios del siglo XXI nuevas búsquedas y hallazgos de evidencias arqueológicas abrieron otras posibilidades en las investigaciones sobre el origen y la antigüedad de los seres humanos en América. Actualmente, científicos de diferentes especialidades están analizando evidencias arqueológicas, genéticas, e incluso lingüísticas para buscar el origen de los primeros americanos, la época en que llegaron al continente y lo que sucedió posteriormente con estas poblaciones. Sin duda, los descubrimientos futuros y el estudio de las evidencias encontradas permitirán aclarar más el panorama de la historia temprana de la población del continente americano.

El tema de los primeros pobladores del continente americano ha sido ampliamente estudiado, analizado y discutido por científicos en los dos últimos siglos, tanto en lo que respecta a la antigüedad de su presencia como a su procedencia.

Surgieron diversas teorías, algunas que planteaban que los habitantes de América eran originarios de este continente (teorías autoctonistas) y otras que sostenían que la población americana procedía de diferentes continentes. Finalmente se desecharon muchas de las hipótesis, entre ellas las del origen autóctono y las de migraciones procedentes de Medio Oriente. Se estableció que los habitantes de América habrían llegado desde otros puntos del planeta después de haber alcanzado la etapa evolutiva de homo sapiens.

El tema de la datación continúa en discusión, ya que las fechas que fueron surgiendo como probables para estas primeras migraciones son muy disímiles, y tienen un rango muy amplio de variación (entre 12000 a 40000 años de antigüedad).

sábado, 9 de octubre de 2021

Historia prehispánica: Las Tierras Bajas, Pasado prehispánico de la Chiquitania

 Datos arqueológicos y registros en la Chiquitania (Prümers, 2002; Riester, 1981), denotan que la población de estas regiones se remonta por lo menos al 500 d. C. Al parecer, dichas poblaciones constituían sociedades con niveles de complejidad poco entendidos y discutidos por los investigadores.

La arqueología del Departamento de Santa Cruz, como parte del conjunto de las Tierras Bajas, no fue muy explorada. Sin embargo, existen algunos documentos que presentan datos muy interesantes sobre la producción cultural prehispánica de sus antiguos habitantes como datos sobre El Puente, Piedra Marcada, San Ignacio de Velasco y Pailón (Prümers, 2002). Es importante mencionar que en la obra de Riester (1981) existe un buen compendio de sitios de arte rupestre en todo el departamento.

En la región chiquitana se realizaron varios trabajos de registro de sitios de arte rupestre existentes, sobre todo en las serranías de Santiago y San José de Chiquitos (Kaifler, 1993, 1997, 1999, 2002, Pia 1987, 1997). Uno de los primeros registros corresponde a Jorge Arellano, Danilo Kuljis y William Kornfield (1976) y luego fue documentado más detalladamente por Sergio Calla (2005).

Los primeros trabajos a nivel regional en estas serranías fueron realizados por Marcos Michel y Sergio Calla (2001). Dicho estudio fue denominado “Arqueología del Valle Tucavaca, Serranías de Santiago y Chochis” y consistió en un diagnóstico encargado por la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano. La prospección arqueológica regional llevada a cabo por Lima (2006) en 38 sitios, permitió identificar claros componentes culturales asociados tanto al área amazónica como al Chaco, denotando la importancia de la Chiquitania como zona de contacto y alta movilización en el pasado. Excavaciones en los últimos años en San José de Chiquitos (Chiavazza y Prieto, 2006; Delfor Ulloa, 2007) buscando restos de la primera ciudad de Santa Cruz, fundada en el siglo XVI, permitieron reunir una interesante colección de materiales que permiten una localización sistemática de los restos.

A un nivel etnohistórico, los trabajos pioneros de Métraux (1942) y Susnik (1978) revelaron la enorme diversidad de grupos y lenguas en la región chiquitana. La misma fue estudiada sistemáticamente por Combès (2008). En base a los datos de las fuentes tempranas, la misma investigadora puso en evidencia el intenso comercio de metal que unía, en los tiempos prehispánicos, las tierras altas con la Chiquitania y, más allá, hacia el Océano Atlántico.


viernes, 8 de octubre de 2021

Historia prehispánica: Las Tierras Bajas, Desarrollos Regionales en la Amazonía Boliviana

 El pasado de la región amazónica fue y es todavía menospreciado. Posiblemente esto se deba a un marcado andino centrismo de los estudios arqueológicos; y también a que los restos culturales se preservan menos en climas húmedos. Asimismo juega un papel importante la imagen de zona marginal que dejaron los incas y enfatizaron los españoles. Sin embargo, las investigaciones arqueológicas llevadas a cabo en la región amazónica, especialmente en los Llanos de Mojos de Bolivia, dan indicios de que esta región estuvo densamente poblada entre el 400 y 1400 d. C. es decir, mucho antes de la llegada de los españoles.

Así lo atestiguan los cientos de sitios arqueológicos esparcidos en diferentes latitudes de los Llanos de Mojos. Al Oeste, se encontraron grandes sistemas de plataformas de cultivo o camellones, asociados a extensos sitios habitacionales. Al sureste, centenares de montículos habitacionales, muestran construcciones monumentales de hasta 20 m de altura y al Noreste de la región, se registraron decenas de complejos sistemas de zanjas, intercomunicadas por largos terraplenes que atraviesan las sabanas.

Las primeras publicaciones sobre montículos artificiales en los Llanos de Mojos, fueron realizadas por Erland Nordenskiöld (1913) a inicios del siglo pasado. Casi setenta años después, Bernardo Dougherty y Horacio Calandra del Museo de la Plata - Argentina (1981-82, 1984, 1984-85, 1985), llevaron a cabo prospecciones y excavaciones de sondeo en diversos sitios habitacionales del sureste y Noreste de los Llanos de Mojos. A partir de los años 80’s Clark Erickson (2006, 2008, 2010) de la Universidad de Pensilvania, emprende el proyecto Agro-Arqueológico del Beni y realiza prospecciones regionales y excavaciones en sistemas agrícolas. Marcos Michel (1993) y John Walker (2004), investigaron también sistemas agrícolas, en las áreas de San Ignacio de Mojos y del río Iruyañez respectivamente. Erickson (2009) continuó con investigaciones en el área de Baures y Walker (2012) en río Yacuma.

A partir de 1999, Heiko Prümers (2008, 2012, 2013) y Carla Jaimes Betancourt (2004, 2012, 2013), del Instituto Alemán de Arqueología, inician el Proyecto Arqueológico Lomas de Casarabe, investigando sitios habitacionales en montículos al sureste de los Llanos de Mojos. Actualmente, dirigen el proyecto arqueológico boliviano - alemán en Mojos e investigan sistemas de zanjas al Noreste en Bella Vista y Baures (Prümers, 2006, 2014; Jaimes Betancourt, 2012b, 2013). También se intensificaron los aportes de las ciencias geográficas y geológicas con las investigaciones de Umberto Lombardo (2010, 2012, 2013).

Todas estas investigaciones mencionadas han permitido cambiar sustancialmente las concepciones del pasado cultural de la Amazonía boliviana. En primer lugar, hay que mencionar los avances en diferenciar tanto cronológicamente como espacialmente los diferentes asentamientos y grupos culturales que habitaron las diversas áreas de esta región.

Además de saber dónde se encuentran, qué tipo de obras y en qué periodo de tiempo éstas fueron construidas, se ha podido comprobar que las poblaciones fueron fundadas en territorios altos, sin riesgo a las inundaciones, que anualmente amenazan a los Llanos de Mojos. Esto les permitió vivir con una relativa estabilidad durante largos periodos de tiempo, gozando de buenas condiciones para la agricultura. En este escenario florecieron grandes y extensas poblaciones, que pudieron construir obras monumentales.

En otras áreas de los Llanos de Mojos, donde las inundaciones eran inevitables, los antiguos pueblos supieron mitigar los efectos, mediante la construcción de canales, diques y campos elevados. Esto nos demuestra, que las culturas de la Amazonía boliviana, lejos de dejarse limitar por el medio ambiente, inventaron estrategias de adaptación, transformando culturalmente a su entorno con la construcción de centenares de obras de tierra.

Hasta ahora, no se han encontrado indicios directos de interacción o influencia con el área andina. Las culturas de los Llanos de Mojos, además de poder ser consideradas como desarrollos autónomos, forman parte de la historia cultural de la Amazonía, en la cual similares hallazgos están siendo también investigados.

lunes, 4 de octubre de 2021

Historia prehispánica: Las Tierras Bajas, Samaipata y El pasado prehispánico del Chaco

Las Tierras Bajas

Samaipata

 En el llamado “codo de los Andes”, a 1.920 metros sobre el nivel del mar en la provincia Florida del departamento de Santa Cruz, está ubicada la mayor obra ceremonial de arte rupestre de América latina y el mundo: una imponente y gigantesca roca completamente labrada en su dorso, conocida como “el Fuerte de Samaipata”. Este sitio cuenta con registros desde finales del siglo XVIII (Tadeo Haenke) y desde entonces fue periódicamente visitado y estudiado (D’Orbigny, 1847; Nordenskiöld, 1913; Pucher, 1945; Rydén, 1956; Trimborn, 1967; Meyers y Combès, eds., 2015). Fue declarado por la UNESCO en 1998 como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Las diversas excavaciones han demostrado que este sitio evidencia varias fases de ocupación pre-incaicas, de probable origen amazónico y que se remontan al menos hacia 1000 d. C., dos fases incas e incluso una fase española.

El pasado prehispánico del Chaco

Poco es lo que se sabe del pasado prehispánico del Chaco. Los estudios arqueológicos en la región provienen mayormente del Chaco argentino, y sólo durante los últimos diez años se han venido realizando prospecciones en los valles contiguos de Chuquisaca y Tarija, lo que ha permitido inferir que hubo contactos muy tempranos con las tierras altas (Pärssinen y Siiriäinen, 2003; Alconini, 2002; Michel, 2000; Beirelein, 2008). Los estudios etnohistóricos recientes confirmaron además estos contactos (Combès, 2009).

Unos primeros datos históricos aparecen a mediados del siglo XVI sobre el Chaco, cuando las expediciones asunceñas cruzan la región. Sin embargo en los siglos posteriores, el Chaco se mantiene como un espacio históricamente marginal de los centros de poder colonial y nacional. Esta marginalidad se explica en buena medida por la tenaz resistencia que ofrecieron los chiriguanos al avance español sobre su territorio –puerta natural de entrada al Chaco– que impidió el contacto con los grupos del interior, todos nómadas y poco numerosos.

Este aislamiento geográfico e histórico, sumado a la infranqueabilidad de la barrera chiriguana, puede apreciarse en las fuentes más tempranas del siglo XVI, todas elaboradas en un momento de hostilidades en que los agentes coloniales de Charcas ya habían vislumbrado la importancia de expandir los límites de su jurisdicción hacia el este ante la creciente necesidad de vincular la Audiencia a la metrópoli a través del Atlántico (Matienzo, [1567] 1967). Por lo menos hasta el siglo XVIII, cuando los padres jesuitas empezaron a incursionar entre los pueblos chaqueños, por ejemplo con la reducción de San Ignacio de Zamucos desde Chiquitos, las informaciones se limitaban a los grupos asentados en la periferia chaqueña, los tristemente célebres chiriguanos confines a los incas, que a menudo ejercieron de mediadores entre la sociedad hispana y los grupos asentados más al interior.

Tradicionalmente, la problemática fundamental en los trabajos históricos y etnográficos del Chaco ha sido la diversidad étnica de sus habitantes. La tendencia actual es abordar cuestiones históricas y etnográficas de forma conjunta en el intento por develar más sobre el pasado de una región vista como periférica aun hoy (Combès, Villar y Lowrey, 2009).