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sábado, 25 de marzo de 2017
Hambruna y pestes azotaban Cochabamba cuando se inició la guerra del Pacifico
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Días nefastos, de muerte a causa de la hambruna y las pestes, terminaba de vivir Cochabamba cuando llegó la noticia de la invasión chilena y se inició la Guerra del Pacífico. Pese a estas adversidades que enfrentaba partieron tres batallones para defender el Litoral.
“En ese mismo año (1878) y el siguiente sucede la espantable aparición de las epidemias de la fiebre intermitente y la fiebre tifoidea causadas por la sequía cuyo aliento de fuego abrasa los campos. A ella viene a sumarse la Guerra del Pacífico provocada por la invasión chilena. El hambre y las enfermedades elevan los índices de mortalidad a cifras que no tienen precedentes. Escenas de horror indescriptible suceden en la ciudad invadida por caravanas de menesterosos y famélicos que llegan a morir por inanición en las calles, rebasando las salas del hospital y de los sanatorios improvisados”, describe Augusto Guzmán en su libro “Cochabamba: Panorama geográfico, proceso histórico y vida institucional” (1972).
El escritor continúa relatando cómo la gente pobre de la ciudad y las villas provinciales abandonaron sus poblaciones para buscar sustento en los campos. “Pero éstos, desolados y resecos, no ofrecen siquiera el color de la esperanza, por lo que todos entran de golpe en la ciudad flagelada para agravar los problemas de salubridad y abastecimiento. Y entonces la muerte, como única dueña de casa, les da también la única hospitalidad posible. En el invierno de 1878, meses de mayo, junio y julio, solamente, fallecen 1.237 personas. En enero de 1879, verano, mueren en la ciudad 504 personas de las cuales 115 sucumben en las calles sin auxilio. En los dos años trágicos, la ciudad pierde 5.444 vidas. En 1880 se siente el alivio con una mortalidad que baja a 779 defunciones”.
Todo esta tragedia que azotaba Cochabamba y otras regiones del país causada por la dura sequía y la realidad que tuvieron que enfrentar los combatientes bolivianos en la guerra contra Chile, es reflejada por diferentes publicaciones de ese entonces (1878-1879) de los periódicos “El Comercio” y “El Heraldo”. Algunos artículos de estos periódicos fueron seleccionados (adjuntos en estas páginas) por Gastón Cornejo Bascopé, miembro de la Sociedad de Geografía, Historia y Estudios Geopolíticos de Cochabamba para reconstruir y entender estos momentos que marcaron la historia regional y del país.
“TERREMOTO EN EL LITORAL Diciembre, 1878. Recibido hoy en Tacna hoy 15, a horas 12:20. Señor Sub-prefecto. Iquique ha sufrido menos que el 13. En las huaneras se ha perdido mucha gente. Cobija no existe. Antofagasta y Mejillones de Bolivia muy arruinados. Pisagua è Iquique no han habito muertos. Piden agua. Hay sacudimientos récios que han llenado de espanto á los habitantes, se ha sentido también en Coro Coro. Zapata (Prefecto del Litoral)”.
“HAMBRE EN BOLIVIA 1879. EN PERÚ HACEN ÓBOLOS PARA MITIGAR HAMBRE EN BOLIVIA. Las noticias que, vapor a vapor, nos llegan del interior de Bolivia no pueden ser más tristes y desconsoladoras. La carestía y la escases de víveres se hacen sentir de una manera desesperante en Oruro, Cochabamba y Sucre, según verán mañana nuestros lectores por las correspondencias que hemos recibido... Las obligaciones de la caridad, de la olla de los pobres, que se ha establecido en varios conventos de Sucre y Cochabamba, no son suficientes para atender a las necesidades de millares de seres de todas las edades y sexo, que perecen por la falta de alimentos. Los esfuerzos de las sociedades piadosas y de beneficencia se estrellan ante la carencia de recursos, otra fatalidad que aumenta las dolorosas proporciones del conflicto. Deber de todos los peruanos es correr con sus auxilios al alivio de los necesitados, al aminoramiento de esas espantosas calamidades con que el Supremo Hacedor pone a prueba la resignación y el sufrimiento de sus criaturas. El Perú no puede manifestarse indiferente ante tanta desgracia (...) y es aquí, en Iquique, centro de los recursos y de elementos donde debe secundarse con inteligencia y actividad, la noble iniciativa de Tacna que hoy vive en brazos del atraso y la necesidad (...) Los pueblos bolivianos son nuestros hermanos, hermanos necesitados hoy. No lo olvidemos. El pan y el óvolo que les enviemos serán regados con las lágrimas de la gratitud pública (...)”. “El Tiempo” de Iquique.
“¡Adiós año 1878 con tu cortejo de peste, hambre, muerte, luto y orfandad! ¡Salve año 1879! Al pronunciar tu nombre huyen del lacerado espíritu la amargura y el dolor. El corazón se llena de ilusiones y esperanzas”. (El Heraldo, enero de 1879)
“Sufriendo hambre y sed la columna cochabambina arribó a Oruro el 28 de abril y el 3 de mayo nuevamente desprovistos de víveres y vestimenta adecuada partieron hacia la costa peruana, considerado el teatro de operaciones”
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