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jueves, 22 de junio de 2017
Los aparecidos de la carretera al Chaco
Como abriéndose espacio entre los cerros un pequeño camión Nissan Atlas recorre la ruta al Chaco, lo conduce Jaime Campos de 45 años, a su lado está su esposa Carmen Jiménez con su nena de seis meses.
En la carrocería van sus otros dos niños mirando las estrellas, echados sobre una frazada.
De rato en rato, los niños ríen, cantan o gritan, pero llegada las once de la noche comienzan a tener miedo y golpean la cabina, pidiendo a sus padres detener el vehículo. Carmen baja afanada, los calma y pide a su esposo estacionar para dormir un poco antes de retomar el viaje, pues partieron muy entrada la noche y sienten que deben descansar.
Para esto cubren la carrocería con una carpa y tapan a sus hijos con una frazada. En la cabina permanecen los dos esposos con la bebé, ya que es muy pequeña y puede darle “un mal aire” como dicen ellos.
Carmen cuenta que hay muchas historias tenebrosas sobre la carretera al Chaco, dice que una vez estacionaron sin darse cuenta en una especie de cementerio. Pero llegada la una de la madrugada sintieron el trote de varios caballos y el llanto desesperado de su hija. De inmediato despertaron, calmaron a la bebé pero se movieron del lugar.
“Desde ese día mi hija no podía dormir, así que tuve que llevarla donde el curandero Felix, quien me dijo que las almas que aún no abandonaban el cementerio querían llevarse a mi bebé. Así que él me la curó y recién pudo estar tranquila”, cuenta, sin embargo, agrega que esa no fue la única vez que una historia similar le sucedió a su familia.
Jaime, su esposo, dice que una vez viajando solo en su camión a las dos de la madrugada vio oro tirado en la carretera. Pensó en bajarse para alzarlo pero se desanimó. “Recordé que mi abuelo en una ocasión viajando a Potosí vio algo similar en el camino y me dijo que si me sucedía no baje del vehículo, pues me alertó que se trata del diablo”, cuenta.
Jaime viaja de Tarija al Gran Chaco por más de 20 años como distribuidor de algunas marcas de vino. En muchas ocasiones le ha tocado viajar solo, otras con su esposa, sus hijos o algún ayudante.
Pero en otro testimonio, Antonio Figueroa tiene 17 años, recuerda que una vez viajando en una camioneta Toyota con su padre Fabián Figueroa estacionaron para dormir a un costado del camino. Su padre como estaba muy cansado recostó su cabeza en sus faldas y a él le tocó permanecer sentado. Pues la camioneta no era de doble cabina.
Así fue testigo de la noche y de lo que sucede en ella. Cuenta que eran las doce y sintió que les tiraban una pequeñas piedritas a las ventanas. De quince minutos sintió hablar y de pronto gritos lejanos. “Aguanté apenas hasta las tres de la madrugada y con todo el miedo desperté a mi padre y le rogué que continuáramos el viaje”, dice.
Y así lo hicieron. En el trayecto su padre le comentó que eso era normal en los viajes que se realizan por la ruta al Chaco y le recomendó no tener miedo. Sobre todo porque no faltaría la vez que le toque ver a algún aparecido.
La leyenda de la aparecida
La carretera al Chaco es una vía muy importante en el país. Conecta la ciudad de Tarija con Entre Ríos, Caraparí, Villa Montes y Yacuiba, es muy conocida por la gran cantidad de accidentes que suceden en ella.
Años antes se podía contar al menos uno diario, algunos demasiado fuertes con consecuencias mortales; sin embargo, varios choferes identifican como la causa de estos accidentes a una mujer que se aparece misteriosamente con su vehículo en medio del camino, distrayendo a los conductores.
Dicen que cuando éstos intentan esquivarla sufren fatales percances y otros tantos aseguran haberla atropellado. “Es verdad lo que dicen varios compañeros, porque una noche me vine sólo desde Entre Ríos a Tarija y en un lugar donde siempre decían que se veía a una mujer, pude verla también. Es como si ella haría parar los autos para que le ayuden con el suyo; sin embargo, es una ilusión creo yo, porque se la logra ver con un auto arruinado en medio de la nada”, cuenta Carlos, un conductor que transita esa ruta desde el año 1980.
De acuerdo al relato que ya se ha convertido en una leyenda. Cuentan que en esa zona una mujer bajó junto a su familia a revisar su vehículo. Ella quería pedir auxilio y vino un chofer borracho y “se la llevó por delante”.
Según cuentan ella nunca se enteró que falleció. “Incluso hay una cruz en ese lugar por lo que los que conocemos la historia de la mujer nos persignamos”, dice Carlos.
Según declaraciones de algunos choferes, que se accidentaron en la ruta, sienten que la atropellan, incluso que la despedazan con sus autos, pero cuando los servicios de emergencia buscan a la persona herida, no pueden siquiera encontrar rastros de que alguien haya sido lastimado en el exterior del vehículo, extienden su búsqueda hasta los arboles cercanos también sin resultados.
“En la tranca de Palos Blancos cuando venía a Tarija en uno de mis primeros viajes, los policías me contaron esa historia, pero no hice caso, pensé que era algo con lo que bromeaban ellos; sin embargo, cuando venía concentrado en el camino junto a dos compañeros de repente vimos a esa mujer. Pero esta vez estaba al medio de la carretera y lo que hice fue esquivar y me fui a un precipicio”, relata Juan Carlos Silva. Indicó que “gracias a Dios” todos sobrevivieron al vuelco.
Sobre el hecho, los efectivos policiales de la tranca hacia el Chaco, los más antiguos, dijeron que conocen la historia de la mujer con su vehículo; pero creen que sólo es un cuento, porque aparece a algunas personas y no a todas, “lo raro es que sólo les apareció a todas las personas que se accidentaron porque preguntamos a los que pasan por aquí y nunca vieron nada irregular”, añadió un policía.
Los innumerables accidentes
Aunque la unidad de Tránsito no cuenta con estadísticas de las muertes que se han suscitado, producto de accidentes en la ruta al Chaco, las cruces que se encuentran a lo largo del tramo son muchas. Algunas de ellas datan de otra década.
De acuerdo a un recorrido que realizó El País eN se contabilizan unas cien cruces a lo largo del camino, la mayor parte de éstas se encuentran en la zona de las antenas.
“He perdido a muchos amigos en este camino. Murieron a causa de haberse caído al precipicio por una mala maniobra o por falta de visibilidad. A veces también se duermen por el cansancio y la oscuridad”, relata Juan Carlos Guerrero, quien es chofer de un vehículo de servicio interprovincial.
Obra retrasada
La carretera que une a la ciudad de Tarija con las regiones productoras de hidrocarburos en Bolivia dentro la provincia Gran Chaco, continúa siendo un dolor de cabeza para los transportistas y pasajeros. Pues es una obra pendiente desde hace décadas.
En lluvias
En época de lluvias los derrumbes, la caída de plataformas y los cortes de las vías, por las crecidas en las quebradas, no permiten una circulación normal del tráfico vehicular.
Cruces
Las cruces por las muertes registradas en la carretera continúan sumando. Años antes se registraba un accidente por mes
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