Buscador

viernes, 4 de febrero de 2022

Quillacas y la Confederación de pueblos

Quillaca, más que un Señorío constituye una federación de varias naciones: quillacas, asanaques, sevaruyos - aracapis y aullagas-uruquillas, de las cuales los los quillacas eran la cabeza política. Junto con sus vecinos carangas formaron la llamada Confederación Quillaca. Cada una de estas naciones se dividía en parcialidades y luego en ayllus. Este fenómeno de aglutinación de segmentos de varias identidades, es más notorio aquí que en la región del lago Titicaca. La variedad de pueblos que veremos entre los quillacas es una muestra de la multietnicidad del altiplano boliviano en tiempos prehispánicos.

Los quillacas propiamente, formaron una unidad cuya cabecera era el pueblo de Hatun Quillaca, centro ritual de una amplia zona. El territorio Quillaca incluía tierras en Chuquisaca como, Pojpo, San Lucas de Paacollo y San Juan del Pedroso e incluso tuvieron tierras en los valles de Tarija. El sistema de autoridades era como en todos los Señoríos hereditario y binario; a la llegada de los españoles el mallku de los quillacas era Colque Guarachi.

La base de su economía descansaba en la cría de camélidos que les permitía un intenso intercambio con diferentes regiones donde posiblemente la sal fue un bien de primera importancia, pero además explotaban minas de plata y se dedicaban a la agricultura en la región de puna y también en sus tierras en los valles.

Los estudios arqueológicos en la región intersalar, Coipasa y Uyuni (Lecoq, 1997), indican que en el Intermedio Tardío (ca. 1200- 1400) hubo una fuerte presión demográfica manifiesta en una gran cantidad de ciudadelas encontradas en la región. Esto refleja, además, un estricto control de la producción y de la distribución de bienes, que se corrobora por la presencia de silos de almacenamiento, tambos y red de caminos. También se encontraron fortificaciones en lugares elevados o en faldas de los cerros; ubicadas siempre en proximidades de pequeños riachuelos o fuentes de agua. Más adelante durante el periodo inca varios de estos sitios fueron reocupados.

Otra característica de la zona es que presenta indicios de una ocupación multiétnica, expresada en una variedad de inhumaciones (en torres funerarias, en cuevas y en cistas). Los ajuares funerarios con objetos provenientes de zonas limítrofes confirman relaciones interecológicas, con los valles orientales y los oasis del litoral pacífico. Este panorama referido a la región intersalar, se podría extender a toda la región del Poopó. Es importante subrayar la menor incidencia de Tiwanaku en la región, por tanto la ausencia del dominio tiwanakota no afectó de la misma manera que al altiplano paceño.

Los sevaruyo - aracapi se ubicaban en Puna, Coroma y Tolapampa, teniendo además otros centros en Talavera de la Puna (Potosí) y Quiocalla (Chuquisaca). También accedían a tierras en el valle de Cochabamba desde tiempos del Inca Huayna Capac. En el siglo XVI, su población se encontraba dispersa en 28 pequeños pueblos a lo largo de 30 leguas españolas; estaba compuesta por 5968 sevaruyos y aracapis y 292 urus, todos ellos organizados en tres segmentos 1) Sevaruyo 2) Marca Soraga 3) Aracapi. Alguna documentación insinúa que los aracapis hablarían puquina. Los Choqueticlla, eran sus principales autoridades.

Los asanaques se ubicaron al Sureste del lago Poopó, teniendo como pueblos principales Condo Condo, Challapata y Culta (hoy de los qaqachaca). El cerro Azanaque figura en mitos modernos como el viejo que se enamora de la bella Tunupa un volcán ubicado en el salar de Uyuni. Su organización socioespacial presenta una división en tres segmentos. Hanansaya - Urus - Urinsaya, cada cual con varios ayllus. Sus autoridades eran los Copatiti.

Los aullagas - uruquillas: el Sur del Poopó cuenta con una tradición de larga data que da una cierta unidad a la región. Trabajos de excavación refieren que la región intersalar presenta diversidad de estilos cerámicos que podría efectivamente reflejar una ocupación pluriétnica o contactos interregionales constantes. De los restos, el tipo “Taltape” está particularmente bien representado en la región quillaca por ello han sido designados como Quillacas-Taltape. Este estilo parece inlfuir en regiones vecinas particularmente en Macha (Lecoq, 1997).

Lecoq (1997) se pregunta si es posible identificar cada una de las naciones que formaban parte de los quillacas a partir de restos arqueológicos y encuentra ciertos indicios, como por ejemplo que los quillacas tenían deformaciones craneanas aunque no fueran los únicos en hacerlo, pero en general es difícil establecer diferencias tajantes.

Algunos restos arqueológicos de la región intersalar se podrían asimilar al resto de la región quillaca como la arquitectura donde la mayor parte de los emplazamientos son pucaras defensivas que probablemente son bastante antiguas (600 - 900 d. C.) pero cuya difusión aumentó en el siguiente periodo (1000- 1350 d. C.). Las viviendas son de tipo cuadrangular distintas de las casas redondas típicas de la cultura wankarani, mucho más antigua y las colcas de almacenamiento probablemente de quinua eran pequeñas torres redondas y a veces cuadradas.

La cerámica de la región intersalar se cracteriza por ser utilizaria (jarras, tarros, tazones y escudillas) y algunas rituales como los kerus que proceden de tumbas saqueadas. El estilo cerámico mejor representado es el Cabuza que se caracteriza por una serie de pequeños triángulos y líneas onduladas pintadas en negro, cuya difusión llega por lo menos hasta Arica. Este estilo coincide con otros como el Taltape, Las Maytas y otros como el Puquí (Lecoq, 1997).

En la región Sur del Poopó existen restos de ciudadelas que tenían un carácter religioso y de culto a las huacas de origen pero conservan también el carácter defensivo de pucaras con muros de protección y circunvalación de los barrios que agrupaban a conjuntos de casas de planta circular. Su posición cerca de las planicies las diferencia de las pucaras de altura y difícil acceso. Alrededor de los años 1000 - 1400 d. C. (Intermedio Tardío) la población se expandió gracias a una alta densidad demográfica, a partir de 1450 la región fue controlada por los incas, localizados en ciudadelas. Es probable que se hubiera producido una reorganización del sistema productivo, lo que no significa una ocupación directa. El modelo administrativo inca se evidencia por la construcción de tambos estratégicamente ubicados.

Los aullagas-uruquillas tenían como centro más importante el tambo de Aullagas al Sur del lago Poopó; en su territorio también se encuentra el importante tambo de Sevaruyo. En documentos coloniales del siglo XVII, los aullagas y uruquillas se denominaron “yucasas”. Es difícil saber si hubo una diferencia entre urus y uruquillas. Uruquilla es un término que designa a la etnia del Sur del lago Poopó, a la lengua de los urus y a un estilo cerámico bautizado así por Ibarra Grasso. Abercrombie (2006) considera que los uruquillas eran especialistas en labores mineras, tarea que los diferencia de la tradicional actividad de los urus pescadores. Su territorio llegaba hasta Salinas de Tunupa hoy Garci Mendoza. Tenían tierras de comunidad en Sause, Cainaca y Pocpo en territorio de los yamparaes (Chuquisaca) asimismo en Chulla (Cochabamba) y Tuctapari (Porco). Su organización socioespacial era muy compleja y fragmentada pues su población se movía constantemente. Tentativamente se puede suponer que se organizaba en la siguientes parcialidades: Hanansaya, Urus, Urinsaya, Huari y Salinas de Tunupa, cada cual con sus ayllus.

La información que se tiene sobre los quillaca proviene sobre todo de la etnohistoria, pues la mirada arqueológica, centrada en Tiwanaku y el lago Titicaca ignoró frecuentemente la situación del Sur y más aún de los sectores de valle que controlaban los quillacas como fueron los valles interandinos de Chuquisaca. Estos tratados como recipientes pasivos de las influencias de las tierras altas.

Recién a fines del siglo XX y principios del XXI se encuentran aportes que permiten un diálogo aún incipiente con la información etnohistórica. Una serie de estilos cerámicos y una compleja red de caminos da cuenta que hubo una fluida interacción entre las poblaciones del altiplano y la de los valles de Chuquisaca, algunos de los cuales, como el de San Lucas, eran controlados directamente por población quillaca (Rivera, 2006).

No hay comentarios:

Publicar un comentario