El patrón de asentamiento del Período Intermedio
Tardío en la región de Potosí ofrece
un panorama de la ocupación regional antes
de la conquista inca. Según Lecoq (2003) casi
todos los sitios tienden a concentrarse alrededor
de la fuentes de agua y de los ríos aunque
los sitios se ubican hacia las alturas en la cima
de los cerros desde donde se podía controlar
las principales vías de acceso; se trata a veces
de pucaras defensivas que muestran los restos
de estructuras de piedra que pudieron ser
viviendas rectangulares o también silos para el almacenamiento. También se encuentran
corrales, muros y terrazas agrícolas con canales
de irrigación.
Frecuentemente estos sitios están asociados
a necrópolis localizadas fuera del pueblo y ubicadas
cerca de un riachuelo. Los enterramientos
se caracterizan por tener inhumaciones simples
o múltiples, en cistas o en pequeñas construcciones
en forma de chullpa, construidas debajo de
los abrigos de roca, y que fueron ampliamente
descritas por Ibarra Grasso (1965), antes de que
fueran totalmente saqueadas.
Todos estos sitios tienen muchas similitudes
con los asentamientos contemporáneos de las
zonas del altiplano meridional de Bolivia o del
Norte de Chile y de Argentina (Hidalgo et al.
1989; Lecoq, 1999).
En cuanto a la cerámica, el material se
asemeja mucho a las formas del periodo anterior
presentando grandes jarras y cántaros para
preparar y guardar alimentos, cuencos, pucos y
escudillas. La decoración que presentan es de
estilo “Yura” o “Yura Poligonal” caracterizado
por líneas negras con diseños geométricos y
tiene muchas variantes.
Un importante sistema de circulación e intercambio
no solamente con valles sino también
en el mismo altiplano expresa la construcción
de una identidad regional.
Siendo el territorio fuente de riqueza mineral
se podría esperar una extendida actividad
minera, sin embargo esta actividad se asemeja a
una recolección de superficie que no requiere
altas técnicas y como lo plantea Pablo Cruz
(2003) en los Andes no hay ‘sitios mineros’
prehispánicos en el sentido europeo de la palabra;
hay minas, hay huayrachinas, pero no
existe una frontera marcada entre el mundo
‘técnico’ de la producción y el mundo ‘domestico’
y también sagrado de los trabajadores
con sus pueblos ubicados cerca de las minas”
(Lecoq, 2003).
En relación a la ocupación pre-inca e inca
en el Sur de Potosí se puede afirmar que la
conquista de la región no parece haber modificado
mucho la organización que prevalecía
antes de su llegada, al parecer los llamados
luego caracaras. Su integración con el Tawantinsuyu
ha debido ser un acto voluntario de los
señores étnicos.
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