Buscador

martes, 18 de noviembre de 2014

18 de noviembre de 1841 Batalla de Ingavi

Manifiesto a la nación: “Bolivianos: Únanse en torno del Gobierno; ayudándole a defender la patria y los intereses de ustedes, y estén seguros de que el general Gamarra encontrará su tumba en suelo boliviano que aborrece de corazón. . .” (Fragmento). José Ballivián – Cuartel General en Laja, 7 de noviembre de 1841

El general Agustín Gamarra, Presidente del Perú, guiado por sus pretensiones de sojuzgar a Bolivia, someterla bajo sus leyes, al mando de un ejército de 6.000 soldados, el 14 de septiembre de 1841, invadió Bolivia por la ruta de Pucara, Huancané y Moho hacia las poblaciones bolivianas de Huaycho (hoy Puerto Acosta) a donde llegó el 2 de octubre para luego continuar a Escoma, Achacachi, Huarina, Pucarani, Laja y La Paz, ingresando a la ciudad el 19, ocupándola violentamente. Tras la tenaz resistencia de sus habitantes, se vio obligado a salir para fortificarse en Viacha, no sin antes en su tránsito devastar poblaciones indígenas indefensas, hiriendo así la dignidad nacional y todos los bolivianos, olvidando rencores y ambiciones de poder político se aprestaron a la defensa de la patria.

El general Ballivián, designado por el pueblo Presidente provisorio y dotado de facultades extraordinarias, resolvió rechazar y dar fin con las pretensiones anexionistas de Gamarra que se hacía sordo a todo arreglo pacífico. El 8 de octubre movi-lizó su ejército reforzado con una división del general J. Miguel de Velasco y desde Laja declara la patria en peligro y demanda el concurso de todos los bolivianos para defenderla.

Llega finalmente el 18 de noviembre de 1841, desde muy temprano el ejército in-vasor estaba de pie con todas sus galas haciendo sentir su poderío con descargas de artillería y dianas, recibiendo del ejérci-to boliviano que también se había traslada-do a Viacha igual saludo. Ballivián contaba más o menos con 4.000 hombres antes del inicio de la gran batalla.

A las 9 de la mañana el general Gamarra inició el ataque que por momentos parecía arrollar al ejército boliviano, sin embargo, gracias a las oportunas intervenciones de apoyo de las compañías de fusilería y de la caballería la victoria se fue volcando en favor del ejército boliviano.

Gamarra que de pronto se vio en el cen-tro de la batalla, muy nervioso dijo: “He asistido a cien batallas, y jamás he visto una lluvia semejante de balas”. A poco caía mortalmente herido por una bala y un balín. Ante esta situación los peruanos em-prendieron la retirada a las voces de “el Presidente ha muerto”. A las dos de la tar-de la victoria estaba sellada en favor del ejército boliviano y la independencia de la patria definitivamente consolidada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario