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viernes, 28 de noviembre de 2014
Tarija La calle Cochabamba y los “San Lunes” de chicha
La calle “Cochabamba”, una de las más largas y antiguas calles de la ciudad, situada en la parte alta de Tarija, tiene una gran trayectoria histórica y popular. Sobre todo, por haber sido un lugar, donde predominaban las fábricas de chicha.
Antiguamente esta calle fue más conocida por el pueblo como la “calle ancha” debido a su amplitud a comparación de las calles adyacentes. Años antes, en la zona, los puestos de chicha abundaban y el festejo del “San Lunes” se hizo una costumbre.
Cuenta la tradición que cada lunes los artesanos y empleados hacían derroche “de cumplimiento” para llenar las chicherías y abandonar los talleres, oficinas y puestos de trabajo, porque este día parecía constituirse en toda una institución lugareña. No había que perderlo sin copiosas libaciones de chicha.
Relatan los antiguos vecinos que las chicherías eran muy visitadas y más aún para las fiestas que se organizaban, generalmente en casas amplias con corredor, patio y corral de fondo. Ocupando los primeros lugares de estas grandes casas de chicha se reunían los tomadores, mejor llamados “tunantes” a los que se les ofrecía asiento en largas bancas; poniéndoles una mesita para las botellas y los vasos.
Con frecuencia las “tomadas” daban lugar a interesantes tertulias o partidos de “taba”; pero si de fiesta se trataba y había compañía femenina, la fiesta se acompañaba con caña, erke, caja, camacheña o violín, según la época, armándose vistosas escenas de rueda y zapateo y entonces venía la “cuequiada”.
Según los vecinos del barrio, las chicherías, se las reconocía por las banderitas coloradas que se acostumbraba colocar al extremo de una larga caña a manera de saliente mástil en las puertas de las casas, donde se hacía y vendía chicha.
Para el escritor René Aguilera Fierro, la calle “Ancha” tiene una trayectoria desde los linderos de la ciudad de Tarija. Incluso relató que la Fiesta de Santa Anita que antes se hacía en la plaza Campero fue trasladada a la calle Cochabamba porque no había otro lugar donde hacerla con amplitud.
Otra de las actividades que dio fama a la calle Cochabamba, según el escritor, fue la Fiesta de San Roque ya que cuando ésta culminaba era costumbre irse a la calle ancha a tomarse unas chichas, un arrope, a jugar a la taba o a los gallos durante la semana.
En los sin iguales encuentros se bebía, se conversaba, se comía gratis y se hacían amistades. En dicha calle vivían muchos cochabambinos y fueron ellos los que trajeron la costumbre de la chicha y las banderitas rojas, por lo que la calle ancha cambió su nombre a calle Cochabamba.
Las chicherías
Bernarda Uriona de Gallardo, Lorenzo Castillo, Francisca Zarate de Molina conocida como doña “Panchita”, Jacoba Panique, Eleuterio Espíndola, Luisa Herrera, Mercedes Camacho, Atanasia Salinas, Lola Sánchez y muchas personas más son recordadas porque hacían rica chicha y masitas exquisitas.
La gente de otros barrios a la que entrevistó El País eN cuenta que existían chicherías de mucho renombre ya sea por la buena chicha, la buena comida o las buenas mozas. Entre las más mentadas están: “Miss San Roque”, “Ojosas”, “Doña Felisa”, “Las teclas”, “La gaucha”, “La chilena”, “Las chabelas” y otras.
“Increíblemente en la calle Cochabamba no se conocía la palabra discriminación. La gente recién llegada se largaba a la calle ancha, donde se compartía en un ambiente de igualdad. Los visitantes de esta calle escuchaban la caña, a veces el violín y se ponían a cantar coplas. Lo interesante era que la comida era gratuita”, relata René Aguilera Fierro.
Pero cuenta también que en la calle Cochabamba se jugaba “taba” por conchitas al igual que la riña de gallos en la cual se hacían transacciones por chicha. Otro detalle que resaltó es que en las casas de expendio vendían la bebida por cántaros que en Tarija llamamos Yambuy.
Decaimiento de la calle
La calle Cochabamba llegó a tomar verdadero auge con motivo de la guerra, pues a ella iban los oficiales y soldados en busca de “consuelo para sus penas” y a “echarle el último trago”. Eso hizo que se abran muchas más chicherías y bares.
Sin embargo, con esto la calle perdió su característica y se vulgarizó.
La costumbre de las chicherías se mantuvo hasta pasado el año 1994; luego poco a poco fue desapareciendo. A esto se sumó que el progreso y el desarrollo hicieron más fácil la venta de vinos y singanis.
Posteriormente, la comida ya tuvo un costo y luego comenzaron a haber los restaurantes. “También se podría decir que el que influyó mucho para que decaiga el expendio de chicha fue el padre Bartolomé Attard, debido a que él comenzó a prohibir y a hablar en sus sermones en contra de la calle Cochabamba, diciendo que se trataba de un expendio de borrachos”, revela Aguilera Fierro y añade que el padre calificaba a la calle ancha como “un lugar, donde se cobijaba gente de mal vivir de Tarija”.
“Él mismo, personalmente, hacia la inspección de la calle Cochabamba logrando que se cierren estos lugares”, concluyó Aguilera.
La Fiesta de Santa Anita
La calle “Ancha” tiene más de 100 años de historia, al principio era de tierra y empedrado. Los vecinos más antiguos comentan que la gente llegaba hasta esta vía para pasear y conocer las chicherías. Poco después del decaimiento otro evento le devolvió la fama, se trata de la Fiesta de Santa Anita, misma que antes se hacía en la plaza Campero y fue trasladada a la calle Cochabamba.
La Fiesta de Santa Anita se extendió a cuatro barrios de la ciudad, siempre alentada por niños y padres de familia. En el año 1892, a iniciativa de los vecinos de la Calle Cochabamba, levantaron frente a la Capilla de San Roque, los primeros puestos de miniaturas, coadyuvando con sus hijos en la elaboración, fabricación y venta mediante el juego.
La modalidad era pagar con botones de conchas a los cuales se los llamaba simplemente “conchitas”. De esta manera, la festividad de “Santa Anita” hacía alusión a las cosas y objetos pequeños que se expendían. Éste fue un acontecimiento novedoso para el barrio y la ciudad.
Con el transcurso del tiempo se fueron destacando artesanos y personas hábiles en la fabricación en miniatura, tales como muebles, camioncitos, autitos, masitas, dulces, ancucos, empanadas, aros para rodar, trompos, sellos, bolillas de arcilla y otros.
Tiempo después, la ubicación de los bazares se trasladó detrás de la iglesia abarcando toda la calle Cochabamba. En la actualidad la mayor característica de la calle ancha es la Fiesta de Santa Anita que se realiza cada 26 de julio y que tiene duración de una semana.
En esta feria, en la actualidad, se exponen artículos tradicionales como instrumentos típicos de la región muy bien elaborados, además que lo que más resalta es la gran variedad de miniaturas que traen los comerciantes para vender desde el interior del país. Dentro de las miniaturas se puede encontrar de todo desde dinero hasta vestimenta, autos y comida.
Más detalles sobre la calle cochabamba
Inspiración de pintores
La calle Cochabamba por su historia y valor tradicional en la cultura tarijeña es sin duda una gran inspiración para los pintores. Así lo refleja el siguiente cuadro.
Proliferan los modernos comercios
Quedaron en el recuerdo las antiguas ventas de chicha y aloja. Ahora en la calle Cochabamba proliferan los restaurants de comida rápida
La Fiesta de Santa Anita
La Fiesta de Santa Anita devolvió la fama a la calle ancha, tanto que cada 26 de julio, y durante la semana que comprende, la vía alberga a más de cinco mil visitantes
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