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lunes, 22 de mayo de 2017

La cruz de San Andrés



A cuatro días de la celebración de la efemérides del 25 de Mayo, la Sociedad Geográfica y de Historia Sucre (SGHS) sale a defender la cruz aspada y espinada de San Andrés (roja y en forma de equis) como la auténtica bandera de Chuquisaca e insta a dejar de usar otros símbolos como la cruz patada de los caballeros templarios, que, a juzgar por sus estudios, no tienen nada que ver con la identidad, la historia y el espíritu de justicia que caracterizó desde siempre a la antigua Villa de La Plata.

“El año pasado, para el 25 de Mayo, la Alcaldía de Sucre embanderó la ciudad con banderas con dos tipos de cruces: la cruz aspada de San Andrés y la cruz patada o de los templarios, que ahora usan de manera arbitraria y que no tiene nada que ver con la ciudad ni con su historia”, explica a ECOS el sacerdote Bernardo Gantier Zelada, quien es vicepresidente de la SGHS. “La cruz que exhibe la Alcaldía tan equivocadamente ni siquiera es la de Jerusalén”, acota, por su parte, Ronald Gantier Lemoine, socio de la misma institución.

Estas precisiones de orden histórico evidencian la confusión que en los últimos años derivó en el mal uso de tan importante símbolo para la región. Al fin y al cabo, una bandera representa el alma de un lugar y está profundamente ligada a su identidad.

“La pervivencia en el tiempo de la bandera de la cruz aspada de San Andrés tiene mucho que ver con nuestros tormentosos y sangrientos años como Villa, cuando tuvimos que enfrentar cuatro guerras civiles”, apunta Bernardo Gantier.

Comisión “Cruz de San Andrés”

La SGHS comisionó a sus socios Bernardo y Ronald Gantier para fundamentar y hacer las gestiones necesarias de forma tal que la Alcaldía rectifique el uso de la cruz patada de la Orden de Los Templarios y más bien promueva la cruz aspada de San Andrés, que es la que ha permanecido en el tiempo.

A pesar de varias representaciones de la institución que cumplió 131 años de vida, la municipalidad persiste obstinadamente con el uso de la bandera incorrecta, dice el padre Bernardo, experto en el tema. Asegura que en la Alcaldía creen que se trata de la cruz de Jerusalén, “pero no lo es”.

Ronald Gantier aclara que la cruz de Jerusalén o cruz potensada (que tiene una especie de martillos en las puntas) tampoco tiene relación con la identidad y el sentido de pertenencia de Sucre y, prueba de ello es que jamás arraigó en el imaginario social. Explica que solo quedó en el papel de un decreto del Virrey de 1559 que otorgaba el escudo a la ciudad con una referencia de la bandera allí contenida.

El pueblo la adoptó

Cuando en 1559, La Plata reclama su escudo de armas al virrey de Lima Andrés Hurtado de Mendoza, siendo ya reconocida como “ciudad insigne, muy noble y muy leal” por haber enfrentado cuatro guerras civiles contra los rebeldes, esa autoridad emite un decreto que dice que llevará una mano armada portando la cruz potensada de Jerusalén.

Sin embargo, más allá de la referencia documental, el pueblo no hizo representación alguna de esa cruz en su bandera y, contrariamente, adoptó como única, desde aquellos tiempos hasta ahora, a la cruz de San Andrés o cruz de Borgoña, que representaba al emperador Carlos V, el rey que hizo las nuevas leyes a favor de los indígenas, de acuerdo con la información recopilada por dicha comisión de la SGHS.

Los platenses, desde que tienen memoria, vuelcan hacia esa bandera su sentido de pertenencia porque la enarbolaron en todos sus eventos históricos importantes: desde campañas de guerra y celebraciones de sus patronos San Miguel y la Virgen de Guadalupe, hasta el reciente movimiento cívico de 2009 por la Asamblea Constituyente, que sacó a las calles a la gente para defender sus principios de libertad y justicia.

La bandera y los indígenas

Los habitantes de La Plata, al inicio de la historia de la Villa, se pusieron del lado de Carlos V defendiendo sus leyes, las nuevas que había enviado a América en 1541 y que favorecían a los indígenas. Esas normas fueron impulsadas por Fray Bartolomé de Las Casas y suprimían las encomiendas, entre otras instituciones que los oprimían.

Contra esas leyes se reveló Gonzalo Pizarro en el Cusco y tomó Lima. Entonces, los vecinos de la joven Villa de La Plata, hoy Sucre, deliberaron en el atrio de San Lázaro y levantaron la bandera del Rey en contra de los rebeldes. Ese símbolo contenía la cruz de San Andrés o cruz de Borgoña. Organizaron una milicia compuesta por los mismos vecinos —entre ellos indígenas, criollos y españoles— a la cabeza del capitán Diego Centeno y marcharon para enfrentarse contra Pizarro.

“Aquí estamos nosotros, y digo ‘nosotros’ porque allí estuvieron peleando nuestros antepasados con los apellidos más comunes como Rojas y Mancilla, por mencionar solo un par. El cacique Aymoro también llevó a su gente a estas batallas”, relata Bernardo Gantier mientras exhibe grabados del antiguo ‘Libro de las Décadas’, titulado “Historia General de los Hechos de los Castellanos en las Islas y Tierra Firme del Mar Océano”, del cronista Antonio de Herrera y Toledo (1613), que recupera esa parte de la historia de Sucre.

Allí se ve a los ejércitos platenses enarbolando la bandera con la cruz en equis, la de San Andrés, contra los pizarristas, en las batallas de Huarina, Pocona, Chuquinga y Jaquijahuana, “en la cual —añade el Vicepresidente de la SGHS— se captura a Gonzalo Pizarro y se lo ejecuta finalmente”.

“Nacimos mestizos”

El sacerdote introduce a continuación el dato histórico de que en 1555 ya se fundó el primer asilo de Santa Isabel de Hungría, para huérfanas mestizas, “donde estuvieron nuestras abuelas”. Luego, “nacimos mestizos, desde el principio”, sostiene Gantier Zelada.

Sobre este tema, Gantier Lemoine afirma que cuando llegaron los españoles se estableció en estas tierras un pacto entre reinos (indígena y español) para consolidar un territorio. Y que los caciques Aymoro tenían su solar en la plaza y su nobleza era reconocida.

Desde esos tiempos la bandera que enarbolaron los leales al emperador Carlos V fue la de la cruz de San Andrés, que se conoce también como ‘de Borgoña’ porque la abuela paterna del Rey se llamaba María de Borgoña. Esos leales eran gente mestiza o indígena, precisan ambos historiadores.

“Nuestra ciudad nace mestiza. Desde que llegan los españoles ya se casan, ya viven, ya habitan la Villa de La Plata, y desde entonces los platenses ya enarbolábamos esta bandera, la aspada de la cruz de San Andrés”, enfatiza Bernardo Gantier.La “prueba lapidaria”

Según los comisionados de la SGHS, la “prueba lapidaria” fue tallada en piedra en 1613 y colocada en la esquina de la fachada del Cabildo de La Plata, actual Alcaldía de Sucre. Se trata de la parte del escudo dislocado (la otra, con el resto de los elementos heráldicos, está en una segunda piedra, a la izquierda del inmueble), donde los chuquisaqueños expresan su escudo de armas con la cruz de San Andrés en vez de la de Jerusalén (la patada o de los templarios jamás existió, según esta versión de los hechos).

“Aunque en el Decreto del Virrey dice que en el escudo de La Plata ha de venir la mano armada llevando la bandera con la cruz de Jerusalén, en la práctica se representó el escudo de Chuquisaca, hecho en Chuquisaca, con la cruz aspada de San Andrés porque, en la memoria de los platenses, esa es la bandera que levantamos desde siempre y ninguna otra que se quiera imponer”, refuerza el sacerdote jesuita. •

¿De dónde viene la cruz de San Andrés?

San Andrés fue un discípulo de Jesús, hermano de San Pedro, martirizado en Patras en una cruz en forma de equis con dos troncos de árbol cruzadas por el centro. Los gajos de las ramas de esos troncos fueron cortados de manera improvisada, resultando en las aspas o espinas que hasta ahora se ven en la bandera. Es roja porque el discípulo predicó el santo Evangelio hasta derramar toda su sangre sobre la cruz, tiñéndola.

Por eso, de acuerdo con la explicación ofrecida por el padre Bernardo Gantier a ECOS, se llama “cruz aspada y espinada de San Andrés”.

El debate sobre la bandera con la cruz de Jerusalén

El año 2000, una comisión de la Sociedad Geográfica y de Historia Sucre (SGHS) encabezada por Hugo Poppe Entrambasaguas y Jorge Querejazu Calvo presentó una argumentación para hacer una “fiel representación del Escudo de Armas de la Ciudad” ante el Concejo Municipal, recuerda la entonces presidenta del ente deliberante local, Mary Echeñique.

El Concejo aceptó la rectificación y replicó el escudo tal como lo recomendó la SGHS, que en esos días sustentaba a la cruz de Jerusalén como elemento heráldico dentro del escudo, siguiendo el contenido del decreto del virrey de Lima en 1559. Incluso, llegó a emitir ordenanzas para el uso de la variante sugerida de la cruz de Jerusalén, que no caló en el imaginario del pueblo y se quedó en los papeles porque no encontró un sentido de pertenencia, según el criterio de los actuales delegados de la mencionada Sociedad.

La nueva gestión de la SGHS lamenta que en la representación del año 2000, en la que se enfatizó en el escudo de Chuquisaca, no se haya tomado en cuenta a la cruz de San Andrés, que es la que pervivió en el tiempo.

LA CRUZ QUE NO ES

La patada o de los templarios tiene cuatro lados iguales en forma de cola de pato y no guarda ninguna relación con la historia de la ciudad de Sucre. Es la que difunde la Alcaldía erróneamente, según la postura de la Sociedad Geográfica y de Historia Sucre.

Los templarios fueron suprimidos en el siglo XIV (año 1312). Los españoles estuvieron en Chuquisaca desde 1538, es decir, desde la primera mitad del siglo XVI.

LA QUE NO FUE ASIMILADA

La Cruz griega de Jerusalén es potensada o como martillo en las puntas y tiene cuatro crucecillas insertas en los espacios de la cruz, puede tener sus variaciones.

El Decreto del escudo de armas de la ciudad de 1559 la sugiere en su composición, pero nunca fue adoptada por el pueblo de la ciudad de La Plata, hoy Sucre, porque ya enarbolaba la cruz de San Andrés, que más bien insertaron en posteriores representaciones de sus escudos.

LA QUE DEBE SER, SEGÚN SGHS

La cruz aspada y espinada de San Andrés o de Borgoña es un símbolo que adoptaron los leales a la persona del rey Carlos V, un emperador modernista. Fue el monarca que hizo leyes para abolir abusos contra los indígenas. Tuvo muchos enemigos que no estaban de acuerdo con sus innovaciones y sus leales, tanto en Europa como en las tierras de Indias (América), se levantaron contra los rebeldes enarbolando esta bandera que desde entonces identifica al espíritu de un pueblo desde siempre apegado a la justicia.

Piden retirar la cruz patada o de los templarios

“A ver... ¿nos respetaremos?”, dice en lenguaje coloquial el vicepresidente de la Sociedad Geográfica y de Historia Sucre (SGHS), Bernardo Gantier, al pedir por el emblema que representa a Chuquisaca y que, de acuerdo con sus estudios, desde siempre ha sido la bandera con la cruz aspada y espinada de San Andrés.

“Nuestro pedido a las autoridades municipales es que quiten esa bandera con cruz patada de los templarios (con las aspas abiertas en forma de cola de pato), o por lo menos nos den una explicación de por qué la usan, que sabemos que no la hay. Parecería un capricho político”, cuestionan los representantes de la SGHS.

“Desde nuestros primeros antepasados hasta ahora nos identificamos con la cruz de San Andrés. Está presente en toda su historia. Incluso a la Virgen de Guadalupe se la relaciona con esta bandera”, concluye el Vicepresidente de la SGHS.

La Virgen de Guadalupe y la bandera de Chuquisaca

Hay imágenes de la Virgen de Guadalupe con la bandera de la ciudad que, para el sacerdote Bernardo Gantier, son antecedentes históricos importantes por lo arraigada que está la Patrona de Sucre en el sentimiento del pueblo.

En representaciones de la Virgen, que datan de tiempos anteriores a la independencia de Bolivia, se observa un emblema delante de una panoplia en cuyo fondo aparece la bandera con la cruz de San Andrés, entre otras armas.

La más significativa es la imagen de Guadalupe que está en el Museo de Arte de La Paz, donde además de la bandera con la cruz aspada hay dos indígenas yamparas devotos y los dos toritos que la Virgen habría enviado para dispersar a los ejércitos de los Katari en Punilla, cuando se dirigían a tomar la ciudad (1881) amenazando de beber la sangre de los oidores en sus calaveras.

“Cuentan que mientras en Punilla los hombres de La Plata, entre indígenas y criollos, se enfrentaban a los Katari, las mujeres sacaban en procesión a la patrona, la Virgen de Guadalupe, alrededor de la plaza cuando en el lugar del enfrentamiento los platenses vieron aparecer a una mujer con dos toros que arremetieron contra la gente de los Katari, dispersándolos. En ese tiempo lo interpretaron como un prodigio o milagro de la Virgen y por eso a los pies de la imagen, en la Catedral, hay dos toritos de oro y esmeraldas, como agradecimiento o exvoto por haber protegido a la ciudad del ataque”, relata a ECOS el también Vicepresidente de la Sociedad Geográfica y de Historia Sucre.

Entre otras referencias está una de 1539, cuando Ramírez del Águila hace un dibujo del escudo de la ciudad y lo representa con dicha cruz aspada, y las representaciones de escudos como la de un álbum de grabados sito en la Casa de la Libertad y en cuya portada aparece el de Chuquisaca con la bandera de San Andrés (1930). O un sobre dedicado al padre Cerro, con remitente de la Alcaldía (1938), que tiene el escudo de Chuquisaca con la cruz aspada; un documento resguardado en el archivo del Colegio del Sagrado Corazón.

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