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martes, 2 de mayo de 2017

Un poco de historia Conjuración contra Bolívar

No fue la del 25 de septiembre de 1828 la única tentativa para asesinar a Bolívar. Pocos días antes de esa noche hubo un baile de máscaras, y los organizadores del festival pidieron permiso del caso a don Ventura Ahumada, entonces alcalde de Bogotá.

Don Ventura concedió el permiso, pero puso una condición, que ninguno de los concurrentes al baile iría disfrazado con un traje que no correspondiera a su sexo. Al baile fue invitado Bolívar.

Don Ventura se situó en la entrada del edificio para vigilar por sí mismo el debido cumplimiento de sus órdenes. De pronto se presentó en la entrada un húsar elegantemente trajeado. El señor Ahumada lo tomó de un brazo y le dijo:

–No puede usted entrar sin que sepamos quién es.

–Soy Manuela Sáenz –contestó el húsar.

–Pues no puede usted entrar, porque viene disfrazada con traje masculino –repuso don Ventura, a quien no lo intimidaban las amigas de Bolívar.

Se armó un ruidoso altercado. El alcalde siguió en sus trece; la joven envió un oficial al palco de Bolívar a que pusiera en conocimiento de éste el rechazo que padecía, y se retiró.

Ya había empezado el baile y Bolívar, disgustado a causa de su “amable loca”, como la llamaba, abandonó al poco rato el recinto.

Pues bien, esa noche se había planeado una conjuración con el fin de asesinar al presidente. Los conjurados tenían convenido que, en determinado momento, se pondrían todos el gorro frigio, apagarían las luces y le darían de puñaladas a Bolívar. Pero el escándalo de doña Manuelita hizo que el jefe del Estado se retirara antes de tiempo y los conjurados se figuraron que tal retirada obedecía a que se había descubierto el plan. Así se salvó Bolívar de ser asesinado esa noche.

Nota tomada de ¡Aquí está!

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