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miércoles, 30 de abril de 2014

La tragedia de Santa Bárbara, el ocaso de Eustaquio Méndez Arenas

Para el historiador tarijeño, Elías Vacaflor Dorakis, definitivamente, es necesario y saludable, apelar a otros medios para rectificar la historia de Tarija. Pues, asegura que si en verdad se quiere enseñar la verdadera historia, se debe trabajar para que se conozcan los hechos tal cual sucedieron.

Así revela que un hecho muy importante ocurrió una fecha como hoy, 30 de abril.
En este sentido, cuenta Dorakis que después de constatar algunos trabajos publicados a fines del Siglo XIX e inicios del XX, algunos hechos han sido distorsionados y descontextualizados por algunos historiadores tarijeños, que al intentar escribir la historia, se alejaron totalmente de la verdad.
Entonces, asegura, que a la hora de reconstruir la vida de personajes como Eustaquio Méndez Arenas, que tuvo una actuación destacada en muchos acontecimientos históricos de un pasado glorioso de Tarija, se encontró con muchas dificultades para conocer y explicar qué sucedió en los últimos meses de su vida, ya sea por ausencia de documentación concreta o porque las pocas referencias y testimonios obtenidos, “pecan de contradictorios”.
En ese entendido, el historiador asevera que es preciso mencionar un valioso expediente que, a pesar de su importancia y valor documental útil para rectificar el último capítulo de la vida de Méndez, nunca se quiso que sea público y al correr el tiempo, fue olvidado.
“No podemos entender, el cómo, teniendo la verdad escrita a disposición, se continuó tergiversando la última voluntad de Méndez, llegando al extremo de mandar a construir un monumento en la Plaza de `San Lorenzo´ y; al pie del mismo, segmentos de un testamento apócrifo. Inclusive, hasta la fecha se continúa llamando erróneamente José Eustaquio al Prócer. Es decir, nunca se quiso realizar las aclaraciones necesarias. ¿Por qué?”, cuestiona Vacaflor Dorakis.
Añade que el testamento original del Cnel. Eustaquio Méndez Arenas, expediente que consta de 11 folios, lo conoció en el año 1997 y afirma que accedió a fotografiarlo. Por gestiones ponderables e instrucciones del ex Prefecto de Tarija, José Roger Vaca Garzón, fue depositado y se conserva desde 1989 en las bóvedas del Banco Nacional de Bolivia (Regional Tarija), junto a otros documentos rubricados por Luis de Fuentes y Vargas, fundador de la Villa de “San Bernardo de Tarija”.
De esta manera, el historiador basado en el estudio y análisis de otras fuentes archivísticas y bibliográficas obtenidas en la Parroquia de “San Lorenzo” (Tarija), Tarija, Sucre, La Paz, Salta, Buenos Aires y Lima, busca posicionar una verdad histórica. Así expone que por orden cronológico, los documentos consultados, fueron:
1. La Partida de Nacimiento: el Prócer nació el 19 de septiembre de 1784 y fue bautizado, el 20 del mismo mes con un solo nombre: Eustaquio.
2. Gaceta del Gobierno de Lima: el Gral. La Serna eleva al Virrey Joaquín de Pezuela un informe el 16 de diciembre de 1818 sobre Eustaquio Méndez y sus dos sobrinos de apellido Segovia, cuya gravedad amerita un análisis.
3. El Parte Militar del 30 de abril de 1849 sobre la batalla de “Santa Bárbara”.
4. El Testamento, dictado ante el Dr. Agustín de Mendieta el 2 de mayo de 1849 a horas 13 y; en cuya carátula se lee “Eustaquio Méndez”.
5. El Certificado de Defunción, asevera que Méndez fue enterrado el 5 de mayo en el panteón de la Iglesia Matriz (hoy Catedral de Tarija).
6. Las Tejas de mi techo (Bernardo Trigo Pacheco, Tarija, 1936)
A raíz de esto, el presente trabajo del historiador se constituye como el primero de investigación e interpretación de estos seis documentos vitales, bajo el objetivo de rectificar la vida y obra de Méndez. “Como habré de demostrar, tuvieron, tienen y tendrán un significado muy especial para esclarecer la verdad. Haré especial hincapié en algunos de ellos: La Gaceta del Gobierno de Lima, el Parte Militar de la batalla de Santa Bárbara, fasto militar que fue ignorado por más de 150 años hasta la fecha y la versión original del testamento”, explica Dorakis.
En esta oportunidad, el historiador se referirá en concreto a los acontecimientos suscitados entre el 30 de abril al 5 de mayo de 1849 y a su principal protagonista: Eustaquio Méndez Arenas.

La verdad histórica contada por el historiador Elías Vacaflor Dorakis
“En ese entendido, es necesario decir que el fatídico desenlace del 30 de abril de 1849, tuvo un motivo: el odio y la rivalidad entre José Miguel de Velasco y Manuel Isidoro Belzu”, comienza el historiador y añade que el 6 de diciembre de 1848, Belzu derrotó a Velasco en la batalla de “Yamparaez” y asumió la Presidencia Provisoria del país. Los vencidos escaparon a la Argentina, y desde allí tramaron resistencia e ingresaron a Bolivia por la frontera; es decir, por Tarija.
La tropa estaba al mando del Gral. Sebastián Agreda y del Cnel. José Rosendi, asistentes de José Miguel de Velasco, que ante la escasa defensa que ofreció el Prefecto de Tarija, Pedro González y el Comandante Militar, Cnel. Gandarillas, que representaban a Belzu, ingresaron y ocuparon la ciudad de Tarija para cumplir dos órdenes expresas: desestabilizar al Gobierno de Manuel Isidoro Belzu y atrapar a Eustaquio Méndez Arenas.
Pero Méndez, anoticiado de la situación imperante, organizó un Escuadrón de 500 chapacos y; al mediodía del lunes 30 de abril de 1849, se dirigió desde “San Lorenzo” a la Ciudad de Tarija.
En el lugar denominado “Santa Bárbara”, aproximadamente a las 17:30 ambas tropas se enfrentaron y; luego del cruce de fuego, se impuso la tropa al mando de Rosendi. Méndez y algunos de sus hombres lograron escapar dirigiéndose hacia “San Mateo” y “Las Barrancas”, pero fueron alcanzados.
El Prócer, muy mal herido, cayó de su caballo para luego ser atrapado. Ultrajado y torturado brutalmente, fue trasladado a lomo de animal hasta la cárcel del Cabildo Capitular en la Ciudad de Tarija, y en la celda denominada “infiernillo”, continuó siendo objeto de torturas.
El Parte Militar Oficial,
dice lo siguiente:

República Boliviana
E.M. General del Ejército
Cuartel General en San Lorenzo, a 1 de mayo de 1849
Al Señor Secretario General de S.E. el Presidente de la República.-

“Después de seis días de esforzadas marchas, ocupó el día de ayer la División de Operaciones del Ejército Nacional la Capital de Tarija. Con noticia de que los rebeldes al mando del caudillo Eustaquio Méndez se hallaban en el Cantón de San Lorenzo, continuó su marcha con el objeto de destruirlos. A las cinco y media de la tarde los encontramos posesionados de las alturas de `Santa Bárbara´ en el número de quinientos hombres de ambas armas. Diez minutos fueron suficientes para destruirlos completamente. Su infantería quedó toda prisionera, y la caballería cargada y perseguida por la nuestra, se dio a la fuga. En la obstinada persecución que se le hizo, fue hecho prisionero con graves heridas el caudillo Méndez. Se cree que morirá. S.E. el General en Jefe juzga que este acontecimiento afianzará para siempre la causa de la razón y proporcionará al Ejército Nacional un completo triunfo sobre todos los traidores. Al participarle a V.G. de orden de S.E. el General en jefe, con el fin de que se sirva elevarlo al conocimiento de S.E. el Presidente Provisional de la República, me suscribo de V.G. Atento servidor”
S. Agreda.
En la cárcel permaneció aislado, y sometido a todo tipo de vejámenes por sus captores hasta el 2 de mayo, situación que provocó que su salud se deteriorara aún más. En ese grave cuadro de situación, ese mismo día, a la una de la tarde, Méndez dictó su testamento ante el Escribano Público, Dr. Agustín de Mendieta, amigo y compañero. Inmediatamente, la Señora Francisca Ruiloba de O’Connor, en un gesto que la enaltece por su humanismo, interpuso sus buenas gestiones y logró convencer al Prefecto golpista Gral. Sebastián Agreda para que Méndez sea trasladado al domicilio del Gral. O’Connor y reciba los auxilios necesarios.
Aceptada la solicitud, fue trasladado y allí permaneció hasta el día de su muerte, ocurrida al anochecer del viernes 4 de mayo de 1849, a la edad de 65 años, en la habitación cerca de la vieja cocina, sobre la actual calle Bolívar.

El Certificado de Defunción, dice:
En esta Santa Iglesia Matriz de la Ciudad de Tarija, el día cinco de mayo de 1849 fue enterrado en este panteón con oficio rezado el cuerpo mayor de Eustaquio Méndez, blanco, de edad como de sesenta años, marido de María Rojas de Carachimayo; recibió los sacramentos de confesión, viático y extrema unción de mis manos y para que conste firmo yo el rector y gobernador delegado.
Dr. José M. Rodo

Respecto a los restos mortales del Prócer, éstos nunca fueron encontrados. La Urna que se encuentra en la “Casa Museo” y la tumba en el Cementerio General en “San Lorenzo”, sólo son repositorios simbólicos.
Esta es la reseña histórica del héroe y caudillo indiscutible, cuya realización vital, según Dorakis, se movió en la jurisdicción de la otrora Provincia de Tarija, pero cuya fama trascendió las fronteras entre la gloria y el fracaso, entre el exterminio y la destrucción, entre el silencio y el terror y el respeto de propios y extraños por su protagonismo.
Es, entonces, la historia de una vida repleta de triunfos y satisfacciones, pero también, de esfuerzos, carencias, tristezas, penalidades, deslealtades e innumerables sinsabores vividos cerca y al mismo tiempo lejos de su familia. “Ese es el precio de la fama y la gloria; y el común denominador que se arraigó entre la memoria colectiva del pueblo tarijeño y siempre se impuso: el olvido y la indiferencia”, concluye el historiador.

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