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viernes, 8 de septiembre de 2017

Tunupa - Tawapaca - Unidad

Tunupa es Tawapaca, una leyenda cubierta por el velo del tiempo que habla de una divinidad importante que existió hace aproximadamente 3.000 años antes de Cristo y es el personaje principal de la cultura Tiahuanaco. Su imagen se encuentra esculpida en la piedra al centro de La Puerta del Sol en las ruinas de ese gran imperio que desarrolló la inteligencia y el conocimiento científico que hasta ahora no ha podido ser descifrado en su totalidad. Es muy poco lo que se sabe y gracias a las tradiciones orales y leyendas que se han compartido de generación en generación nos encontramos con una espiritualidad que vincula al hombre con lo sagrado en ésta región andina desde tiempos inmemoriales.

El volcán Tunupa es considerado una montaña sagrada situada entre los salares de Tunupa (hoy salar de Uyuni) y Coipasa, un punto que irradia una misteriosa energía que según dicen se puede ver claramente desde el espacio exterior. Los astronautas que orbitan la tierra se han sentido atraídos por una luminosidad que al cuadrante de sus coordenadas han descubierto que proviene de la cumbre del volcán donde hasta ahora se realizan ceremonias rituales y le entregan ofrendas con el debido respeto a una divinidad muy antigua.

En algunos relatos aparece Tunupa como una mujer hermosa asediada por los Mallkus o señores que disputaban su amor y que después de una feroz pelea, fueron castigados y convertidos en montañas. El Tata Sabaya y el Tata Sajama son dos de ellos que permanecen vigentes en el imaginario popular.

Otra leyenda cuenta que Tunupa o Tawapaca era el hijo de Wiracocha, Dios creador y que fue asesinado por su propio pueblo desesperado, en medio de un diluvio que amenazaba a la gente y sus animales por la crecida de las aguas. Envuelto en su propia manta fue arrojado al lago sagrado y un fuerte viento lo arrastra hacia el sur y su preciosa manta convertida en una balsa de totora rompe la tierra dando origen al río Desaguadero que baja el nivel del agua provocada por la lluvia incesante y recorre una gran distancia dando origen a los lagos Uru Uru y Poopó salvando a su pueblo de morir ahogado. Su recorrido termina en las Pampas de Aullagas donde el río se sumerge en la tierra y la balsa varada en terreno firme se mueve porque Tunupa resucita y comienza un peregrinaje sembrando la unidad entre los pueblos y comunidades de aquel entonces que se trataban como enemigos envueltos en constantes litigios y peleas. Su camino era muy largo hasta llegar al mar, bajando por la quebrada y región de Tarapacá que en su honor adquirió el nombre, promoviendo la amistad, el amor y la unión entre las personas a través de las celebraciones y rituales relacionadas con ciclos agrícolas y fenómenos naturales donde todo ser viviente de los alrededores estaba invitado a participar. Los jóvenes de diferentes latitudes se conocían y enamoraban en la fiesta donde no faltaba alegría, música, libaciones y danzas. Al cabo de un tiempo nacían hijos que consolidaban la unión entre los pueblos y comunidades que hasta ese entonces eran enemigos irreconciliables.

A la llegada de los conquistadores españoles y en su plan de extirpación de las idolatrías, los evangelizadores describieron a Tunupa como el recuerdo de un milagrero civilizador que logró sacar a los pueblos de la barbarie enseñándoles valores morales, unidad, organización y técnicas de cultivo en terrazas con el manejo del agua, que benefició a todos.

Las tres leyes fundamentales que heredamos del Imperio Inca, muy posterior en el tiempo puede ser una herencia de Tiahuanaco, conservada hasta nuestros días como un código de honor. Ama Suwa, Ama Llulla, Ama Quella.



(Ser honesto, verdadero y

trabajador)

La profunda huella que dejó Tunupa a su paso quedó inscrita de manera indeleble en los innumerables jeroglifos y pinturas rupestres presentes en toda esa región que muestran claramente su imagen.

Entre los pueblos de Tarapacá y Huara en Chile, existe una duna de arena muy fina de regular altura que en su parte más alta se dibuja de manera imponente la imagen de Tunupa de cuerpo entero y de grandes proporciones que hoy en día le llaman "El Gigante de Tarapacá". Probablemente este enorme jeroglifo le dio el nombre a toda la región de Tarapacá y el cerro de arena donde está emplazado fue bautizado por los españoles como "Cerro Unita" (Unidad en latín) reconociendo el concepto de unión entre la gente que promovió una divinidad tan antigua llamada Tunupa o Tawapaca.

Las fiestas con sus rituales seguían celebrándose pero los evangelizadores las consideraban paganas y suplantaron las divinidades originarias aprovechando la espiritualidad y manifestación de fe popular con el fin de imponer su doctrina. Donde se veneraba a una divinidad masculina impusieron un santo y las divinidades femeninas fueron reemplazadas por una virgen o una santa.

La Cruz del Sur o la sagrada Chakana para el mundo andino se transformó en la Cruz de Cristo celebrada los primeros días de mayo cuando la constelación se ve más clara y en posición vertical. La Chakana representa la vida, la Cruz de Cristo representa la muerte. El Tata Illapa que recuerda el rayo y las tormentas eléctricas fue suplantado por el Tata Santiago Apóstol. El año nuevo aymara, Inti Raymi o Machaq Mara que celebra el solsticio de invierno cada 21 de junio es cuando se enciende el fuego sagrado para calentar la tierra en la noche más larga y fría del año, fue movido al 24 de junio y se cambió por la fogata de San Juan. La fiesta de San Andrés celebrada a fines de noviembre probablemente en sus orígenes era el inicio del Jallu Pacha o la temporada de lluvias que fecundan la tierra.

El polvo de los siglos ha cubierto algunas verdades originarias y el vértigo de la vida actual no permite valorar ni aprovechar inteligentemente la sabiduría antigua. La sociedad contemporánea se ha desvinculado de lo sagrado, del ritual y de su propia espiritualidad al encandilarse con lo material que representa un mal entendido bienestar y progreso. La proliferación de iglesias, sectas y el fanatismo religioso intransigente es una prueba concreta de la confusión ideológica y espiritual en la que hemos caído.

La evocación de Tunupa o Tawapaca en el sentido más puro de "Unidad y Verdad" que fue promovida hace tantos siglos vuelve a cobrar vigencia para ayudar al hombre actual a recuperar su espiritualidad y orientación en la vida cotidiana. La energía desplazada o mal canalizada es la causa de enfermedades físicas, psíquicas y/o vitales. La herencia que recibimos de nuestros ancestros es simple y profunda. Nos acerca a la comprensión de valores y conceptos importantes para el desarrollo del conocimiento y la evolución humana relacionando equilibradamente lo material con lo espiritual.



ALLE KAUSAY: Vivir bien

Cuando aparecen las divisiones políticas en la época contemporánea se originan las fronteras, se conjugan los intereses económicos que enfrentan nuevamente a los pueblos que son manipulados por grandes poderes y naciones extranjeras. La extensa región de Tarapacá guardaba en sus entrañas una enorme riqueza mineral insospechada.

La Misión Jesuita de Pica recibe de regalo con mucha insistencia por parte de los indígenas de la zona que traían unas piedras blancas y no lograban entender muy bien de qué se trataba ni para qué servían. Sin mucho interés las depositaron a un costado de la iglesia y al cabo de un corto tiempo ven con asombro el crecimiento exuberante de las hierbas y plantas cercanas formando una mancha verde que sobresalía en aquel árido desierto. Se descubría así el Salitre, un fertilizante natural que luego fue llamado "El oro blanco" ya que en Europa provocó mucho interés y avidez porque sus tierras de cultivo ya estaban agotadas por los siglos de sobre explotación. Se descubrían yacimientos por todas partes y el salitre se podía encontrar casi a flor de tierra. Se establecen las Oficinas Salitreras para explotarlo y en las duras faenas de extracción y proceso en pleno desierto trabajaban obreros chilenos, peruanos y bolivianos. Los dueños y patrones eran en su mayoría ingleses o extranjeros. La preciada carga era transportada en barcos veleros y vapores a los principales puertos del viejo mundo donde se transaba a muy buen precio. El negocio era floreciente y sus jugosas ganancias provocaron una pugna por el control de toda la región y se desencadena la Guerra del Pacífico en 1879, donde se enfrentaron los pueblos de Chile, Perú y Bolivia.

Los grandes consorcios económicos extranjeros financian el conflicto bélico apoyando a Chile que finalmente gana todo ese territorio en beneficio de las grandes potencias interesadas en seguir lucrando de aquella preciada riqueza mineral. Los trabajadores y obreros que después de la guerra siguieron operando en esas faenas de extracción del salitre en condiciones muy duras e infrahumanas en el desierto más árido del mundo eran también peruanos, chilenos y bolivianos. Les pagaban con fichas que cambiaban por mercaderías y alimentos de baja calidad que no abastecían para mantener dignamente a sus familias, las viviendas eran miserables barracas muy precarias mientras que los patrones se hacían construir mansiones donde vivían opíparamente.

A principios del siglo veinte fue creciendo el descontento y se genera un levantamiento obrero y popular que protesta por mejores condiciones de vida ante las desigualdades vergonzosas cada vez más evidentes. En diciembre de 1907 se declara una huelga general en todas las oficinas salitreras de la región de Tarapacá y deciden bajar a protestar a Iquique, el Puerto Grande donde estaban instaladas las oficinas generales de administración de toda el área.

Iquique se va llenando con miles de obreros y sus familias que llegaban pacíficamente desde la pampa salitrera con la esperanza de ser escuchados en sus justas demandas. El gobierno central se siente amenazado y como respuesta envía algunos barcos de la Armada con destacamentos militares para reprimir la sublevación y esa gran masa humana es arrinconada y obligada a esperar la respuesta a sus demandas en una escuela llamada "Santa María". Al no llegar a un acuerdo satisfactorio para los patrones, el 21 de diciembre de 1907 llegó la orden desde el gobierno central en Santiago de disparar contra esa gente desarmada que esperaba una solución pacífica a sus demandas.

Más de 3.600 personas murieron acribilladas, entre hombres, mujeres, niños y ancianos, bolivianos, peruanos y chilenos.

Ese episodio es conocido por la historia como la "Masacre de obreros del Salitre en la Escuela Santa María de Iquique"

Aberraciones como ésta por supuesto no se quieren recordar por vergüenza.

Cuando se inventa en Alemania el salitre sintético derivado del petróleo, cae el negocio y las oficinas salitreras son abandonadas convirtiéndose en pueblos fantasmas en pleno desierto de Atacama. Durante la dictadura militar de Pinochet son aprovechados algunos de estos pueblos abandonados para convertirlos en campos de concentración, tortura y exterminio, cárceles con gente recluida por tener ideas diferentes consideradas peligrosas, entre los cuales se encontraron nuevamente chilenos, peruanos y bolivianos.

Tunupa o Tawapaca predicaba la unidad y amistad entre los pueblos en tiempos remotos cuando no existían fronteras ni nacionalidades y los conflictos de aquella gente eran más simples. Insistía en la unidad, el ritual, la celebración y lo sagrado.

En estos tiempos actuales, de fronteras y confrontaciones que responden a intereses y conflictos bastante más complicados, se manifiesta espontáneamente el sentido de unidad y comprensión entre la gente más sencilla y sensible que aplica inteligentemente ese código de honor heredado de nuestros ancestros, a pesar de las banderas y colores nacionalistas diferentes. Son los gobernantes de hoy al servicio de los grandes poderes económicos y/o políticos, los que impiden la verdadera integración de sus pueblos. Y como siempre el hombre humilde y sumiso que es utilizado como carne de cañón en todos los enfrentamientos es el que paga las cuentas a costa de su miseria e ignorancia.

La evolución de la humanidad a través de la historia registra muchas guerras y matanzas de miles y millones de personas que fueron obligadas a luchar a favor de algún Soberano ambicioso o desquiciado dando origen a Imperios poderosos que pretendieron dominar el mundo con el fin de controlar los recursos y la riqueza concentrada en las élites que habitaban los fastuosos palacios mientras el pueblo pobre, ignorante y sometido, acataba fielmente las leyes creadas por los poderosos en beneficio propio.

El continente europeo bien llamado "El viejo mundo" es un referente de levantamientos populares, revoluciones y guerras internas que se extendieron a todo el planeta involucrando a la humanidad en su conjunto. Las guerras mundiales generaron conflictos que parecían imposibles de resolver entre los países directamente involucrados, por los crímenes y aberraciones cometidas de uno y otro lado, sin embargo aparece la "Unión Europea" como ejemplo de unidad y buena voluntad para intentar reparar los errores del pasado. Alemania y Polonia que estuvieron en el origen de los enfrentamientos parecían ser enemigos irreconciliables, en parte por la ocupación alemana de territorios que deja a los polacos sin acceso al Mar Báltico por mucho tiempo, pero hoy vemos que esos países y varios otros están aprendiendo a convivir y compartir todo, comenzando por el mar, una sola bandera que los identifica, una misma moneda que unifica sus economías para compartir y administrar responsablemente la riqueza pensando en el bien común que los acerque a la felicidad.

La ética en el comportamiento humano y la incorporación de valores morales en la vida cotidiana se han visto empañados o disminuidos por el avasallamiento de los avances tecnológicos y la velocidad vertiginosa de la vida actual. La trampa, la mentira, el robo etc. son vistos con cierta familiaridad y se aceptan como males necesarios en una sociedad corrupta que atenta contra sí misma. Un verdadero revolucionario no miente ni engaña y, un buen político dirigente debería ser transparente y austero, que dé el ejemplo a las nuevas generaciones para intentar construir un mundo mejor.

Tunupa o Tawapaca es el recuerdo de una divinidad muy antigua que insistía en promover la "Unidad y Verdad" entre las personas y con Amor resolver los problemas de convivencia por muy complicados que pudieran parecer. La espiritualidad, el ritual, la celebración y el vínculo con lo sagrado son elementos inherentes al ser humano y por ahí podría estar la respuesta que lo conduzca al conocimiento y al entendimiento pleno y personal de Dios.



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