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martes, 19 de septiembre de 2017

“Vico Vico”, un duende de varios siglos



“Creo que don Vico Vico cambia de aspecto según lo que vaya a hacer. En el boliche, muchas veces lo han visto como un hombre muy simpático de unos 50 años. A veces, algunas personas preguntan por el señor que vieron la noche anterior y los meseros juran que esa persona comió sola”, relata a ECOS Cinthia Vacaflores Ramírez, propietaria de La Casona 1775 Pub Restaurante, llamada así porque fue construida en ese año.

Enidzen Azurduy, una estudiante de Derecho que hace años trabaja en La Casona, cuenta que “una vez por motivos de trabajo llegó una mujer de Santa Cruz y cenó sola. Cuando retornó al día siguiente preguntó si ya había llegado el señor tan simpático con el que una noche antes había bebido vino. Sin embargo, todo el personal sabía que había cenado sola”.

¿Quién es “Vico Vico”?

Según Vacaflores, desde hace unas cuatro generaciones que en su familia se habla de la presencia de un “duende que heredaron”, que, según dice, es “pícaro”. La última generación lo bautizó como “Vico Vico”.

Cuando la abuela de Cinthia, Sara Leytón, vivía junto a su esposo Carlos Ramírez (cochabambino) en ese inmueble, era costumbre que una pareja de jóvenes peones fueran de la finca del campo a la ciudad para trabajar en los quehaceres de la casa y el negocio familiar.

Ocurre que esa pareja vivía en un cuarto del tercer patio y Leytón contaba que algunas veces se aparecía el duende a las 3:00 de la madrugada en su habitación. Tenía mucho miedo porque escuchaban ruidos en su cuarto (sillas arrastrándose, puertas abriéndose; incluso dicen que Vico Vico los destapaba en la cama).

Después la pareja pidió volver a la finca, creando un problema para los esposos Leytón-Ramírez pues se quedaron sin ayuda. “El cuartito donde vivía la pareja del campo sigue hasta ahora y le llamamos ‘el cuarto de los duendes’”, comenta Vacaflores a ECOS.

Como Vico Vico por su casa

Luego dice que “el ‘bandido’ (Vico Vico) ha cambiado el lugar varias veces dentro de la misma casa y se hace notar haciendo un carraspeo donde está. Pero ahora no le tenemos miedo, más bien es como una compañía chistosa porque es pícaro”.

Con el tiempo fue el padre de Cinthia, Gastón Vacaflores Pereira, el que empezó a hablar y tratar al duende como amigo… Incluso le delegó ciertas responsabilidades como cuidar la casa, encontrar llaves u objetos perdidos, repeler a las personas con mala energía, y cosas así.

De la habitación (su “casa”), Vico Vico, según Cinthia, se trasladó a un pino que había en el patio.

“Una vez, un amigo que estaba en el bar me dijo: ‘estoy acalorado’. Yo le aconsejé que saliera al patio a tomar aire y cuando entró, estaba blanco como un papel. Me dijo: ‘tu árbol me ha hablado, me ha dicho respira, flaco, respira…’”.

Finalmente el duende pasó a la chimenea, “pero es bueno Vico Vico, cuida el lugar y nos acompaña; ahora vive en el ‘cuarto de bombas’”

Dice que a veces, en las noches, ella está subiendo a su cuarto, siente la carraspera y le indica: “¡Vico Vico!, ¡yo sé que estás ahí. Anda y cuida el boliche!”. Y pareciera que le tienen fe, porque, asegura, “jamás tuvimos ningún problema, estoy segura que nos cuida”.

Ahora Vico Vico vive en el boliche donde hace de las suyas. “Creo que la casa venía con el duende, es una historia de por lo menos cuatro generaciones”, asegura la mujer.

“Es muy chistoso porque a nuestras amistades les encanta el ambiente de la casa, pero siempre pasa que una de ellas se asusta por alguna sombra o siente que algo le toca el hombro. Entonces, en son de chiste decimos: ‘el Vico Vico no te quiere’”.

El duende, remarca Vacaflores, “es un secreto a voces en la familia”. Y cómo no si, tal como ella dice, aunque no se deja ver, hace “travesuras”. Por ejemplo, Cinthia afirma que enciende la licuadora, oculta lentes, bambolea los bombillos, mueve las copas o las hace caer.

Eso sí, “nunca lo escuché hablar, por tanto no podría describir su voz. Solo escuché el carraspeo que hace”.

Finalmente, cuenta que una amiga de nombre Zelma le dijo que una vez vio a Vico Vico y lo describió como risueño, pequeño, con sombrero grande y un paleto de estilo antiguo. •

La Casona de 1775

La vivienda donde actualmente funciona La Casona 1775 Pub Restaurante fue construida ese año para acoger al primer administrador de la nueva Casa de Moneda de Potosí, Pedro de Tagle, que posteriormente se convirtió en Virrey de Perú.

Años después, según datos históricos, se perdió el rastro de quienes habitaron el caserón hasta 1860, cuando el Banco San Carlos remató la casa y esta pasó a manos de Abel Vacaflores (pariente de Cinthia Vacaflores Ramírez).

Posteriormente perteneció a Sara, Rebeca y Fernando Leytón, que correspondían a la misma familia por sucesión hereditaria, y así pasó de una generación a otra o mediante compra entre herederos, siempre dentro de la familia, explica Cinthia a ECOS.

“El caserón es testigo mudo de innumerables historias de las familias que habitaron aquí, algunas felices, otras tristes y las demás divertidas. Esas historias siempre son motivo de largas conversaciones en las reuniones que tenemos como familia, donde los de mayor edad son los encargados de transmitir los relatos a las siguientes generaciones”, añade.

Dice que varias de las familias moradoras en este lugar expresario su agrado y cariño por el inmueble, ya que por su ubicación el sol derrama sus rayos sobre ella y la mantiene caliente, algo muy importante por el característico frío de Potosí.

Cinthia Vacaflores, parte de la última generación, sostiene que recibió una parte de la casa como herencia y luego compró las que correspondían a sus hermanos.

IUna casa-museo

La magnífica construcción de estilo colonial tiene dos plantas, tres patios, 19 habitaciones y ocho baños. Los corredores de la segunda planta impresionan por su larga longitud, lo mismo que la luz que ingresa por sus amplios ventanales, el agradable clima interior y el piso de madera original. Una parte de la construcción se usa como vivienda y la otra corresponde a La Casona 1775 Pub Restaurante.

Cinthia tiene una casa-museo donde atesora una gran colección de objetos útiles antiguos que acumuló durante muchos años.

“Recolecté thapas (‘objetos viejos’, en quechua) de mis tías mayores, logré acumular una interesante colección de utensilios antiguos que me encantan porque cada pieza tiene una historia. Por ejemplo, ‘soborné’ durante años a una tía con chocolates Mackintosh para que me regale un quinqué”, confiesa entre risas.

Entre sus abundantes documentos y libros posee, por ejemplo, el primer plano de aguas de Potosí, que data de 1772; o la primera edición de la Guía de Potosí, de 1954, los libros de contabilidad de los negocios de la familia, documentación antigua de su casa...

ILa Casona 1775

“El lugar más cálido de la ciudad”, reza el eslogan del pub restaurante enclavado en pleno centro potosino, en la calle Frías N° 41, muy cerca de la Casa Nacional de Moneda. Es el lugar donde, según su gerente propietaria Cinthia Vacaflores, vive don Vico Vico, un “simpático duende” que se presenta ante algunos clientes como un hombre común.

“Este año cumplimos 20 años de servicio y es digno de destacar porque continuamente se abren bonitos locales y con el transcurso del tiempo van desmejorando y no terminan bien”, critica ella.

Clientes locales y foráneos encuentran en este lugar variada comida nacional y extranjera, además de una fusión de sabores, destacando una trucha del lago Titicaca.

El bar ofrece el cóctel “La Casona”, que se prepara con vodka. También postres, entre los que resalta el dulce de cuaresmillos (duraznos enanos).

ICuaresmillos de Camargo

La familia de Cinthia tiene origen camargueño y se especializa en el preparado del apetecido dulce de cuaresmillos, con pequeños duraznos del tamaño de una canica.

Ella explica que este dulce no es fácil de elaborar: se debe pelar el duraznito finamente porque, si no, desaparece la pulpa. También exige quitarle el agua porque es amarga. Dos personas se demoran toda una tarde en pelar una arroba de estos frutos. El dulce se puede comer con crema, amaretto o solo.

El plus de este lugar es que cuenta con música bien seleccionada y los viernes por la noche actúan bandas musicales en vivo.

Las paredes de uno de los ambientes del pub restaurante están llenas de firmas de los clientes. Una de ellas dice: “Yo vine, yo comí y bailé”.

La Casona 1775 Pub Restaurante atiende de 18:00 a 2:00 de la madrugada.



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