Uno de los últimos sobrevivientes de la Guerra del Chaco, Benigno Quiroga Franco, de 97 años de edad, pide al Gobierno mejorar la calidad de vida de los beneméritos en sus últimos días de vida; solicita el incremento de la renta, que el pago sea a domicilio y un médico por persona.
“Estamos viejos y enfermos, no podemos hacer nada, ni caminar”, se quejó el hombre casi centenario.
Quiroga, al igual que sus pares, pasó grandes penurias que casi le arrebatan la vida durante la defensa del Chaco, en la que perecieron miles de soldados bolivianos.
Reconoce que se incorporó al ejército llevado por el espíritu aventurero de la adolescencia.
Cuando estudiaba en el colegio Alonso de Ibáñez en Potosí, junto con un compañero se presentaron al cuartel para ir a defender a su patria, mintiendo al asegurar tener 20 años y ser del campo.
Cuando sus padres se percataron de su desaparición dieron con ellos en el cuartel, donde después de hablar con un militar de alto rango, con el mayor dolor del mundo, dejaron marchar a sus hijos a la guerra, porque eso era lo que querían los muchachos.
Viajaron en tren hasta Matancillas, de ahí después de varios días llegaron a Tarija, donde fueron recibidos con banda.
Luego retomaron la marcha rumbo a Villa Montes. Ya en el lugar, recibieron un fusil, una cartuchera y adiestramiento en manejo de armas y tácticas de guerra.
Cuando se alistaba para ir al frente de batalla, un oficial le ordenó tirar una bolsa que llevaba con azúcar, un cuaderno, lápiz y tijera: “Ahorita usted va a entrar a combate y ya no va a salir ¡bote eso! Recién me di cuenta que estaba en la guerra”, contó.
Sirvió a la patria durante 18 meses, en el Regimiento Santa Cruz de la Sierra, 9 de Infantería, combatió en primera línea, como tirador de pieza liviana; ascendido al rango de cabo.
Sólo una carcasa le pescó en la espalda. “Moríamos de hambre y de sed y los piojos nos acababan, no nos cambiábamos, sólo teníamos la ropa que llevábamos puesta. Muchas veces teníamos que orinar, cavando previamente la tierra, ahí colocábamos nuestra caramañola para que se enfríe el orín para remojar nuestros labios”, contó.
Cuando retornó de la guerra estaba flaco y enfermo, irreconocible. “Ni el Gobierno se acuerda de nosotros, seguimos yendo a cobrar nuestro sueldito al banco, a duras penas. No es capaz de decir que se pague en su casa. No hay nada”, dijo.
Con el tiempo Quiroga se casó; tiene cinco hijas y tres varones, 25 nietos y 21 biznietos.
Los traumas de la guerra dejaron mella en su existencia. “Cuando se acordaba tomaba mucho, lloraba y se desesperaba”, comentó llorando su hija, Elba Quiroga.
Humberto Quiroga, hijo, dijo que el Gobierno debería asignar un médico geriatra a cada benemérito porque quedan muy pocos.
Margoth Quiroga, otra hija, se siente orgullosa de que su padre defendiera la patria con el riesgo de perder la vida. “Estamos felices de tenerlo todavía a nuestro lado”.
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domingo, 14 de junio de 2015
La prensa y la Guerra del Chaco
La historia compartida, enseña que hoy 14 de junio cumplimos 80 años del cese de hostilidades de la cruenta Guerra del Chaco.
El espíritu de la prensa, está en difundir la noticia, con episodios imparciales, identidad que el gremio, traduce en historia cierta, viva.
"La insensata Guerra del Chaco" rótulo que registra "Le Temps" de París en julio de 1932, hace un análisis a través de prestigiosos periodistas sobre factores que ocasionaron este conflicto bélico. La posición de estos hombres de la palabra, muestra un total desacuerdo con la Argentina que solapadamente apoyaba este flagelo a través de Carlos Saavedra Lamas "mediador", cuando su posición tenía barniz y se inclinaba hacía Paraguay. Otra vez Bolivia estaba en desventaja, frente a un impostor que alentaba estos afanes, "ganancias son ganancias", sobre cualquier elemento lícito o ilícito, sin preocupación que sea de preservar la vida o que el sentido sea la muerte, el negocio proveer material bélico a diestra y siniestra.
Los guerreros de la patria, pasaron por temerarias acciones, detrás de esta desgracia provocada, estaban los intereses, el petróleo marcaba el paso, dentro de nuestra soberanía.
¿Qué decir de los alegatos?, no existía moral del bando paraguayo, habíamos pasado por desacuerdos cincuenta y tres años atrás y una nueva dificultad rememoraba que la fuerza terminaba minando con fallos risibles como la Guerra del Pacífico. Otra vez con torpeza y táctica pesada, ¡estaban los invasores!, la política de extender territorios a la fuerza.
La sociedad boliviana había inclinado su posición de autocensura, porque la masa que había asistido a los campos de batalla, era precisamente en su integridad, hombres del área rural, sin preparación en el manejo de armas, sin tener conocimiento de emboscadas, es decir sin tramas que permitan estar a la par del adversario, con cantidad suficiente de agua. La falta de experiencia en hostilidades, no fue imponderable para que nuestros combatientes se llenen de brío, ímpetu provocado por la enseña nacional, coraje y desafío, cuando solo los estrategas aun con limitaciones vencen la trapisonda.
El mundo estaba pendiente de este litigio, en estos avatares, la comunicación a través del telégrafo era vital, la prensa era palabra exacta, a diario informaba sobre estos actos mezquinos del enemigo.
El periodismo, prístino en su trabajo, nunca dudó de su oficio, narró la penumbra de la Guerra del Chaco, las ediciones del Diario, La Razón, la República, Última Hora y Tribuna de La Paz, La Patria y la Mañana de Oruro, el Imparcial y los Tiempos de Cochabamba, la Gaceta, Páginas Cívicas en Cachuela Esperanza, alentaban a nuestros patriotas.
En ese instante fatal de integración, las ediciones de La República (La Paz), La Acción (Sucre) y Crónica (Cochabamba), fueron suspendidas por 3 meses. La respuesta a esta censura fue surgir con columnas publicadas en los diferentes diarios del país cuya temática era la Guerra del Chaco. Oruro se destacó con "La Retaguardia" y "La Mañana", donde a través de "Glosas, en Cosas de Fondo" (Impresiones de la Guerra del Chaco), Laura Villanueva más conocida como Hilda Mundy escribe y describe, teje con los hilos más sutiles de las palabras, con la sensibilidad que la caracterizaba, reitera el drama del combatiente. Por intermedio del Semanario Dum Dum del diario LA PATRIA, critica los desaciertos de la conducción militar. Habla por el combatiente alejado de todo, de las trincheras, distante de los afectos familiares, y la escasez de agua. El Semanario es censurado y clausurado. Ese humor no podía estar escondido sino expresado a través de los escritos, provoca su exilio, por el constante ataque a los caudillos, por la risa que convocaba a los lectores.
La prensa nacional se ocupó de un sensacional memorial de defensa presentado ante el Consejo de Guerra por el poeta y novelista beniano Luciano Durán Boger, sindicado de haber intervenido en una supuesta rebelión comunista. Este tema causa un revuelo en la sociedad boliviana y provoca un distanciamiento temporal entre las autoridades y la prensa.
El inter-diario La Defensa Nacional de Tarija en un gesto generoso y en defensa de Bolivia, colaboró con el producto de la venta a la Caja de La Cruz Roja Boliviana, hubo sorna y sus talleres fueron clausurados por orden del prefecto del departamento, con el Jefe de Etapas Militares. En Trinidad (Beni) se editaron dos números de El Verbo Libre, su publicación quedó interrumpida por las represalias desencadenadas por el ex prefecto. Ese medio de prensa había escrito que había vicios y fallas en el reclutamiento de reservistas del regimiento "Beni" para quienes tenían que incorporarse a la campaña del Chaco.
A los tres meses de iniciada la Guerra del Chaco, el diario LA PATRIA de Oruro publicó en septiembre de 1932, la lista con grados de Tenientes y Sub Tenientes expedidos a Docentes, Ingenieros y Alumnos de la Facultad Nacional de Ingeniería de Oruro que se enrolaron para asistir a este conflicto.
La correspondencia fue otro motivo de conflictos. Por fallas de logística y organización, las cartas que enviaban los familiares a los soldados en el frente de batalla no eran entregadas y se acumulaban innecesariamente. La prensa hizo denuncia del reclamo justificado de las familias, creándose otro roce con las autoridades castrenses.
Los órganos de prensa durante el conflicto alentaron el fervor patriótico y la defensa de los derechos de Bolivia. Fue nexo intermediador entre las familias que deseaban saber de los combatientes para llevar el clamor de un cambio en el Alto Mando Militar ante los continuos fracasos en el frente de batalla.
Finalmente como resumen Carlos Montenegro resurge el sentimiento bolivianista, con la aparición de medios de opinión contrarios a los grandes intereses económicos que sojuzgaron al país.
De este girón patrio, se movilizaron los siguientes hombres de prensa y de valía: Walter Montenegro, Casto Quezada Palma, Agustín Renjel Galleguillos, Felipe Terán Quintanilla, Ernesto Vaca Guzmán, Fernando Loayza Beltrán, Eduardo Ocampo Moscoso, Rafael Ulises Peláez, Luis Mendizábal Santa Cruz. Generosamente ofrendaron sus vidas en el Chaco: Casto Quezada Palma y Agustín Renjel Galleguillos. Como anécdota trágica, el joven periodista Felipe Terán Quintanilla (tío abuelo del periodista Carlos Soria Galvarro), envió desde el frente de batalla una misiva, con descripciones de su angustiosa permanencia en la Guerra, tenía la premonición que sería su última comunicación. Escrito que milagrosamente llegó hasta el diario LA PATRIA, fue publicada como testimonio del guerrero orureño.
El periodista orureño Luis Humberto Beltrán, ofrendó su vida en esta escaramuza, sacrificó su familia dejando sin luz espiritual a doña Betzabé Salmón Fariñas y a sus dos hijos (Oscar Márcel unos años después murió). Luis Ramiro fue sol y el amor más puro que el hijo puede entregar a su madre (doña Betzabé Salmón, periodista de la revista Feminiflor), al consagrarse íntegramente a su cuidado. Precisamente Luis Ramiro alcanzó la cima dentro de la comunicación. Con la Tinta de Imprenta en las Venas, recopila su trabajo desde 1953 a 1999, incluye valiosas fotografías. Las entrevistas son significativas cuando cita al periodista Guillermo Céspedes Rivera que fue el primer Corresponsal de la Guerra del Chaco, publicó varias notas con el epígrafe "Grandezas y Miserias de Boquerón".
El día jueves 13 de junio de 1935 a mediodía se firmó en Buenos Aires, en la sala del palacio de gobierno, los Cancilleres de Bolivia doctor Tomás Manuel Elio, Dr. Luis A. Riart del Paraguay, ante el general Agustín P. Justo, Presidente de la República Argentina firmaban el "protocolo de paz". Y el día viernes 14 de junio del mismo año y a la misma hora 1935, cesaban las hostilidades en el Chaco y el alto al fuego era una realidad. El acuerdo de las tres bases con varios incisos daban un tiempo prudencial para la tregua "de 12 días", con la supervisión de una comisión militar.
Mensajes de prensa de países amigos, celebraban la hora histórica, hacían votos que el armisticio sea el fin de otra contienda bélica. La Asociación de Periodistas de la ciudad de La Paz se anoticiaba a través de un telegrama que "Los círculos de prensa de Buenos Aires y Asociación de Periodistas de Río de Janeiro" declaraban feriado, como júbilo por el acontecimiento de paz.
La Guerra del Chaco en historia, es interminable. Los combatientes han escrito sus diarios con impotencia pura sobre este conflicto como Carlos Herbas Cabrera "El Cristo de Tarairí", en literatura escritores, poetas y algunos guerreros de la Patria como José Alfredo Peláez que dejó "Páginas Amarillas de un Soldado" legado, ofrenda sobre el tiempo de sufrimiento sobre los prisioneros, el clima inhóspito y otras memorias en dramatizaciones, documentales. Fotografías captadas por el lente de expertos e inexpertos que solo ver conmueve. El séptimo arte también ha rodado largometrajes de ficción y documentales en torno a diferentes versiones sobre las hostilidades entre Bolivia y Paraguay. Los pintores han plasmado en lienzos los tristes rostros de soldados que permanecían en las arenas del Chaco. La música tiene un lugar especial y ha merecido estudio, precisamente la cantautora Jenny Cárdenas Villanueva sensible a las notas musicales se ha referido a los patriotas que retornaron, a los difuntos que se quedaron y al territorio de combate. Indudablemente los Boleros de Caballería cobran notoriedad y reavivan un sentimiento de tristeza, la letra de las cuecas motiva a meditar sobre la ausencia del terruño. Todo este cúmulo de remembranzas ha sido trasladado a las letras que a través de la prensa de todos los tiempos ha transmitido sin retaceos la verdad de los hechos. El resultado es un valioso aporte para la "entrega de dos libros y tres CD, cuyo resultado de investigación reconstruye el origen, la esencia y trascendencia de este género musical genuinamente boliviano".
Existe una brecha de tiempo entre mis años y cuando se suscitó esta ofensiva, la cicatriz está perenne por el holocausto, nunca podrá olvidarse a los personajes irresponsables que cambiaron el destino de los soldados, quedaron hogares truncos, por la pérdida de esposos, hijos, hermanos. Me solidarizo con los caudillos que están vivos. El recuerdo de ese episodio debe ser reflejo latente, y en honor a nuestros Héroes, valoremos con la apertura de un museo de la Guerra del Chaco destacando todo lo que queda como existe en el Paraguay.
Referencias:
LA PATRIA. Oruro, septiembre 1932.
Salamanca Trujillo, Alberto.
Facultad Nacional de Ingeniería, Ensayo Monográfico (1906-1946) Librerías Latinas Editores, pág. 109-110.
Beltrán Salmón, Ramiro.
Memorias de papel sábana. Con la tinta de imprenta en las venas. Centro de Información para el Desarrollo-CID. Ediciones Plural-La Paz-1998. Pág.137-151.
Página Siete, Letra Siete
Literatura y Arte, Junio 2015.
El espíritu de la prensa, está en difundir la noticia, con episodios imparciales, identidad que el gremio, traduce en historia cierta, viva.
"La insensata Guerra del Chaco" rótulo que registra "Le Temps" de París en julio de 1932, hace un análisis a través de prestigiosos periodistas sobre factores que ocasionaron este conflicto bélico. La posición de estos hombres de la palabra, muestra un total desacuerdo con la Argentina que solapadamente apoyaba este flagelo a través de Carlos Saavedra Lamas "mediador", cuando su posición tenía barniz y se inclinaba hacía Paraguay. Otra vez Bolivia estaba en desventaja, frente a un impostor que alentaba estos afanes, "ganancias son ganancias", sobre cualquier elemento lícito o ilícito, sin preocupación que sea de preservar la vida o que el sentido sea la muerte, el negocio proveer material bélico a diestra y siniestra.
Los guerreros de la patria, pasaron por temerarias acciones, detrás de esta desgracia provocada, estaban los intereses, el petróleo marcaba el paso, dentro de nuestra soberanía.
¿Qué decir de los alegatos?, no existía moral del bando paraguayo, habíamos pasado por desacuerdos cincuenta y tres años atrás y una nueva dificultad rememoraba que la fuerza terminaba minando con fallos risibles como la Guerra del Pacífico. Otra vez con torpeza y táctica pesada, ¡estaban los invasores!, la política de extender territorios a la fuerza.
La sociedad boliviana había inclinado su posición de autocensura, porque la masa que había asistido a los campos de batalla, era precisamente en su integridad, hombres del área rural, sin preparación en el manejo de armas, sin tener conocimiento de emboscadas, es decir sin tramas que permitan estar a la par del adversario, con cantidad suficiente de agua. La falta de experiencia en hostilidades, no fue imponderable para que nuestros combatientes se llenen de brío, ímpetu provocado por la enseña nacional, coraje y desafío, cuando solo los estrategas aun con limitaciones vencen la trapisonda.
El mundo estaba pendiente de este litigio, en estos avatares, la comunicación a través del telégrafo era vital, la prensa era palabra exacta, a diario informaba sobre estos actos mezquinos del enemigo.
El periodismo, prístino en su trabajo, nunca dudó de su oficio, narró la penumbra de la Guerra del Chaco, las ediciones del Diario, La Razón, la República, Última Hora y Tribuna de La Paz, La Patria y la Mañana de Oruro, el Imparcial y los Tiempos de Cochabamba, la Gaceta, Páginas Cívicas en Cachuela Esperanza, alentaban a nuestros patriotas.
En ese instante fatal de integración, las ediciones de La República (La Paz), La Acción (Sucre) y Crónica (Cochabamba), fueron suspendidas por 3 meses. La respuesta a esta censura fue surgir con columnas publicadas en los diferentes diarios del país cuya temática era la Guerra del Chaco. Oruro se destacó con "La Retaguardia" y "La Mañana", donde a través de "Glosas, en Cosas de Fondo" (Impresiones de la Guerra del Chaco), Laura Villanueva más conocida como Hilda Mundy escribe y describe, teje con los hilos más sutiles de las palabras, con la sensibilidad que la caracterizaba, reitera el drama del combatiente. Por intermedio del Semanario Dum Dum del diario LA PATRIA, critica los desaciertos de la conducción militar. Habla por el combatiente alejado de todo, de las trincheras, distante de los afectos familiares, y la escasez de agua. El Semanario es censurado y clausurado. Ese humor no podía estar escondido sino expresado a través de los escritos, provoca su exilio, por el constante ataque a los caudillos, por la risa que convocaba a los lectores.
La prensa nacional se ocupó de un sensacional memorial de defensa presentado ante el Consejo de Guerra por el poeta y novelista beniano Luciano Durán Boger, sindicado de haber intervenido en una supuesta rebelión comunista. Este tema causa un revuelo en la sociedad boliviana y provoca un distanciamiento temporal entre las autoridades y la prensa.
El inter-diario La Defensa Nacional de Tarija en un gesto generoso y en defensa de Bolivia, colaboró con el producto de la venta a la Caja de La Cruz Roja Boliviana, hubo sorna y sus talleres fueron clausurados por orden del prefecto del departamento, con el Jefe de Etapas Militares. En Trinidad (Beni) se editaron dos números de El Verbo Libre, su publicación quedó interrumpida por las represalias desencadenadas por el ex prefecto. Ese medio de prensa había escrito que había vicios y fallas en el reclutamiento de reservistas del regimiento "Beni" para quienes tenían que incorporarse a la campaña del Chaco.
A los tres meses de iniciada la Guerra del Chaco, el diario LA PATRIA de Oruro publicó en septiembre de 1932, la lista con grados de Tenientes y Sub Tenientes expedidos a Docentes, Ingenieros y Alumnos de la Facultad Nacional de Ingeniería de Oruro que se enrolaron para asistir a este conflicto.
La correspondencia fue otro motivo de conflictos. Por fallas de logística y organización, las cartas que enviaban los familiares a los soldados en el frente de batalla no eran entregadas y se acumulaban innecesariamente. La prensa hizo denuncia del reclamo justificado de las familias, creándose otro roce con las autoridades castrenses.
Los órganos de prensa durante el conflicto alentaron el fervor patriótico y la defensa de los derechos de Bolivia. Fue nexo intermediador entre las familias que deseaban saber de los combatientes para llevar el clamor de un cambio en el Alto Mando Militar ante los continuos fracasos en el frente de batalla.
Finalmente como resumen Carlos Montenegro resurge el sentimiento bolivianista, con la aparición de medios de opinión contrarios a los grandes intereses económicos que sojuzgaron al país.
De este girón patrio, se movilizaron los siguientes hombres de prensa y de valía: Walter Montenegro, Casto Quezada Palma, Agustín Renjel Galleguillos, Felipe Terán Quintanilla, Ernesto Vaca Guzmán, Fernando Loayza Beltrán, Eduardo Ocampo Moscoso, Rafael Ulises Peláez, Luis Mendizábal Santa Cruz. Generosamente ofrendaron sus vidas en el Chaco: Casto Quezada Palma y Agustín Renjel Galleguillos. Como anécdota trágica, el joven periodista Felipe Terán Quintanilla (tío abuelo del periodista Carlos Soria Galvarro), envió desde el frente de batalla una misiva, con descripciones de su angustiosa permanencia en la Guerra, tenía la premonición que sería su última comunicación. Escrito que milagrosamente llegó hasta el diario LA PATRIA, fue publicada como testimonio del guerrero orureño.
El periodista orureño Luis Humberto Beltrán, ofrendó su vida en esta escaramuza, sacrificó su familia dejando sin luz espiritual a doña Betzabé Salmón Fariñas y a sus dos hijos (Oscar Márcel unos años después murió). Luis Ramiro fue sol y el amor más puro que el hijo puede entregar a su madre (doña Betzabé Salmón, periodista de la revista Feminiflor), al consagrarse íntegramente a su cuidado. Precisamente Luis Ramiro alcanzó la cima dentro de la comunicación. Con la Tinta de Imprenta en las Venas, recopila su trabajo desde 1953 a 1999, incluye valiosas fotografías. Las entrevistas son significativas cuando cita al periodista Guillermo Céspedes Rivera que fue el primer Corresponsal de la Guerra del Chaco, publicó varias notas con el epígrafe "Grandezas y Miserias de Boquerón".
El día jueves 13 de junio de 1935 a mediodía se firmó en Buenos Aires, en la sala del palacio de gobierno, los Cancilleres de Bolivia doctor Tomás Manuel Elio, Dr. Luis A. Riart del Paraguay, ante el general Agustín P. Justo, Presidente de la República Argentina firmaban el "protocolo de paz". Y el día viernes 14 de junio del mismo año y a la misma hora 1935, cesaban las hostilidades en el Chaco y el alto al fuego era una realidad. El acuerdo de las tres bases con varios incisos daban un tiempo prudencial para la tregua "de 12 días", con la supervisión de una comisión militar.
Mensajes de prensa de países amigos, celebraban la hora histórica, hacían votos que el armisticio sea el fin de otra contienda bélica. La Asociación de Periodistas de la ciudad de La Paz se anoticiaba a través de un telegrama que "Los círculos de prensa de Buenos Aires y Asociación de Periodistas de Río de Janeiro" declaraban feriado, como júbilo por el acontecimiento de paz.
La Guerra del Chaco en historia, es interminable. Los combatientes han escrito sus diarios con impotencia pura sobre este conflicto como Carlos Herbas Cabrera "El Cristo de Tarairí", en literatura escritores, poetas y algunos guerreros de la Patria como José Alfredo Peláez que dejó "Páginas Amarillas de un Soldado" legado, ofrenda sobre el tiempo de sufrimiento sobre los prisioneros, el clima inhóspito y otras memorias en dramatizaciones, documentales. Fotografías captadas por el lente de expertos e inexpertos que solo ver conmueve. El séptimo arte también ha rodado largometrajes de ficción y documentales en torno a diferentes versiones sobre las hostilidades entre Bolivia y Paraguay. Los pintores han plasmado en lienzos los tristes rostros de soldados que permanecían en las arenas del Chaco. La música tiene un lugar especial y ha merecido estudio, precisamente la cantautora Jenny Cárdenas Villanueva sensible a las notas musicales se ha referido a los patriotas que retornaron, a los difuntos que se quedaron y al territorio de combate. Indudablemente los Boleros de Caballería cobran notoriedad y reavivan un sentimiento de tristeza, la letra de las cuecas motiva a meditar sobre la ausencia del terruño. Todo este cúmulo de remembranzas ha sido trasladado a las letras que a través de la prensa de todos los tiempos ha transmitido sin retaceos la verdad de los hechos. El resultado es un valioso aporte para la "entrega de dos libros y tres CD, cuyo resultado de investigación reconstruye el origen, la esencia y trascendencia de este género musical genuinamente boliviano".
Existe una brecha de tiempo entre mis años y cuando se suscitó esta ofensiva, la cicatriz está perenne por el holocausto, nunca podrá olvidarse a los personajes irresponsables que cambiaron el destino de los soldados, quedaron hogares truncos, por la pérdida de esposos, hijos, hermanos. Me solidarizo con los caudillos que están vivos. El recuerdo de ese episodio debe ser reflejo latente, y en honor a nuestros Héroes, valoremos con la apertura de un museo de la Guerra del Chaco destacando todo lo que queda como existe en el Paraguay.
Referencias:
LA PATRIA. Oruro, septiembre 1932.
Salamanca Trujillo, Alberto.
Facultad Nacional de Ingeniería, Ensayo Monográfico (1906-1946) Librerías Latinas Editores, pág. 109-110.
Beltrán Salmón, Ramiro.
Memorias de papel sábana. Con la tinta de imprenta en las venas. Centro de Información para el Desarrollo-CID. Ediciones Plural-La Paz-1998. Pág.137-151.
Página Siete, Letra Siete
Literatura y Arte, Junio 2015.
80 años del cese de hostilidades de una guerra sin sentido
Abrazos, saludos, intercambio de objetos. Así se vivió el cese de hostilidades de la Guerra del Chaco un 14 de junio de 1935, en algunos puntos de las trincheras bolivianas y paraguayas, lo que según el historiador orureño Maurice Cazorla, demuestra que dicha contienda bélica fue un error en la historia de los dos países, porque en realidad ambos perdieron por las terribles consecuencias que dejó esta contienda.
Hoy se recuerdan 80 años del cese de hostilidades, de una guerra que ha dejado un saldo muy negativo de muertos en ambos bandos, problemas sociales que perduraron por años y una herida difícil de cerrar.
Si bien el 14 de junio, al mediodía cesó el sonido de las armas y oficialmente concluyó esta guerra que duró 3 años (1932 - 1935), fue el 12 del mismo mes, es decir dos días antes, que se dio la firma del Protocolo de Paz entre los cancilleres de Bolivia, Tomás Elio, y Paraguay, Luis Riart; en presencia del presidente argentino Gral. Agustín Justo.
Ese 12 de junio de 1935, en Buenos Aires, hubo distintas celebraciones, repique de campanas, desfiles y otras muestras de júbilo por la paz firmada entre ambos gobiernos. El protocolo fue redactado tres días antes de esta fecha e incluía la determinación de cesar hostilidades el 14 de junio.
Y así sucedió; en los campos de batalla en la selva, territorio inhóspito que durante la guerra se llevó varias vidas, llegando a ser tan mortífera como las balas mismas; a las 12:00 horas del 14 de junio cesaron los disparos. El silencio tomó este escenario y según relatan varios historiadores, pasaron algunos segundos para que los soldados de ambos frentes salgan de su estupor y comiencen a lanzar vítores a la paz y su Patria. "Eso provocó que los soldados de ambos lados puedan salir de sus trincheras pese a que estaban prohibidos por sus líderes, y empezar a intercambiar objetos, cosas y a generar una especie de convivencia. Eso nos ha demostrado que los dos países no deberían haberse enfrentado nunca en una guerra fratricida y que ha tenido una situación complicada para ambos países a nivel político, social y también militar", explicó Cazorla.
La guerra, que había sido iniciada por el control de territorios que ambos países reclamaban como suyos, porque se creía que existía petróleo en abundancia, culminó de esta manera.
Posteriormente el 21 de Julio de 1938, se firmó en Buenos Aires el Tratado de paz, amistad y límites definitivo entre Bolivia y Paraguay. Lo suscribieron Eduardo Diez de Medina y Enrique Finot por Bolivia y Cecilio Báez y José Félix Estigarribia por el Paraguay.
SAAVEDRA LAMAS
Un personaje que destaca en el proceso de paz y el cese de hostilidades, es Carlos Saavedra Lamas, Ministro de Relaciones Exteriores de la República Argentina, durante el gobierno del general Agustín Justo, que fue quien intercedió para lograr el fin de la guerra.
Para el historiador Cazorla, el crédito que se le otorga a Saavedra Lamas, es excesivo porque en realidad habría intervenido solo cuando Paraguay ya se encontraba demasiado debilitado para continuar con la guerra, en vez de hacerlo antes, cuando Bolivia estaba siendo atacada.
"Hubo una intervención de Saavedra Lamas, el canciller argentino que dicho sea de paso era descendiente de Cornelio Saavedra, presidente de la Junta de Buenos Aires en 1825. Hay que reconocer que Argentina estuvo parcializada con el Paraguay, incluso mandó armamento, soldados y hasta aviones", señala.
"Pero Saavedra estableció su intercesión por la paz, cuando Paraguay avanzó tanto que ya no estaba en condiciones de seguir la guerra y Bolivia todavía si, entonces el canciller intervino y de manera injusta se le entregó el Nobel de la Paz por lo que hizo en el Chaco", aseveró Cazorla.
Hoy se recuerdan 80 años del cese de hostilidades, de una guerra que ha dejado un saldo muy negativo de muertos en ambos bandos, problemas sociales que perduraron por años y una herida difícil de cerrar.
Si bien el 14 de junio, al mediodía cesó el sonido de las armas y oficialmente concluyó esta guerra que duró 3 años (1932 - 1935), fue el 12 del mismo mes, es decir dos días antes, que se dio la firma del Protocolo de Paz entre los cancilleres de Bolivia, Tomás Elio, y Paraguay, Luis Riart; en presencia del presidente argentino Gral. Agustín Justo.
Ese 12 de junio de 1935, en Buenos Aires, hubo distintas celebraciones, repique de campanas, desfiles y otras muestras de júbilo por la paz firmada entre ambos gobiernos. El protocolo fue redactado tres días antes de esta fecha e incluía la determinación de cesar hostilidades el 14 de junio.
Y así sucedió; en los campos de batalla en la selva, territorio inhóspito que durante la guerra se llevó varias vidas, llegando a ser tan mortífera como las balas mismas; a las 12:00 horas del 14 de junio cesaron los disparos. El silencio tomó este escenario y según relatan varios historiadores, pasaron algunos segundos para que los soldados de ambos frentes salgan de su estupor y comiencen a lanzar vítores a la paz y su Patria. "Eso provocó que los soldados de ambos lados puedan salir de sus trincheras pese a que estaban prohibidos por sus líderes, y empezar a intercambiar objetos, cosas y a generar una especie de convivencia. Eso nos ha demostrado que los dos países no deberían haberse enfrentado nunca en una guerra fratricida y que ha tenido una situación complicada para ambos países a nivel político, social y también militar", explicó Cazorla.
La guerra, que había sido iniciada por el control de territorios que ambos países reclamaban como suyos, porque se creía que existía petróleo en abundancia, culminó de esta manera.
Posteriormente el 21 de Julio de 1938, se firmó en Buenos Aires el Tratado de paz, amistad y límites definitivo entre Bolivia y Paraguay. Lo suscribieron Eduardo Diez de Medina y Enrique Finot por Bolivia y Cecilio Báez y José Félix Estigarribia por el Paraguay.
SAAVEDRA LAMAS
Un personaje que destaca en el proceso de paz y el cese de hostilidades, es Carlos Saavedra Lamas, Ministro de Relaciones Exteriores de la República Argentina, durante el gobierno del general Agustín Justo, que fue quien intercedió para lograr el fin de la guerra.
Para el historiador Cazorla, el crédito que se le otorga a Saavedra Lamas, es excesivo porque en realidad habría intervenido solo cuando Paraguay ya se encontraba demasiado debilitado para continuar con la guerra, en vez de hacerlo antes, cuando Bolivia estaba siendo atacada.
"Hubo una intervención de Saavedra Lamas, el canciller argentino que dicho sea de paso era descendiente de Cornelio Saavedra, presidente de la Junta de Buenos Aires en 1825. Hay que reconocer que Argentina estuvo parcializada con el Paraguay, incluso mandó armamento, soldados y hasta aviones", señala.
"Pero Saavedra estableció su intercesión por la paz, cuando Paraguay avanzó tanto que ya no estaba en condiciones de seguir la guerra y Bolivia todavía si, entonces el canciller intervino y de manera injusta se le entregó el Nobel de la Paz por lo que hizo en el Chaco", aseveró Cazorla.
Boquerón: La historia escrita con sangre boliviana
Uno de los episodios más importantes de la Guerra del Chaco (1932-1935) fue la defensa del fortín paraguayo Boquerón, que se dio al inicio mismo de la contienda. Fue la historia escrita con sangre y valor boliviano.
El Ejército boliviano a la cabeza del coronel Emilio Aguirre tomó el fortín Boquerón el 31 de julio de 1932, para ese entonces, la guerra había comenzado en el Chaco.
Bolivia no solo vivió una guerra con el Paraguay sino también una contienda interna en contra de los campesinos que se alzaron en contra del Gobierno, motivo por el cual el Ejército tuvo que reprimir también a los nacionales. Los líderes para desestabilizar el Poder central fueron líderes socialistas y anarquistas.
Aguirre murió tras la toma de Boquerón, por lo que Marzana se quedó al mando y se conoció en el transcurso del combate que el destacamento Marzana defendió ese fortín con apenas 448 hombres, en pertrechos utilizaron 350 fusiles, 40 ametralladoras, tres cañones y dos antiaéreos. Entre agosto y septiembre estuvo bajo el control boliviano.
Al frente, el general José Félix Estigarribia estuvo al mando y para recuperar el honor paraguayo ordenó la retoma de Boquerón el 9 de septiembre de 1932. Tenía una fuerza de entre 9.000 a 11.500 soldados, por lo que el militar pensó que el triunfo sería sencillo. Además de por medio se jugaría el ánimo de la guerra o su definición en función al resultado de la arremetida paraguaya.
El combate duró 20 días, fue intenso. El primer día los paraguayos recibieron la respuesta boliviana al grado que hizo retroceder a su Ejército. Los paraguayos se acercaron hasta 50 metros de las trincheras, pero siempre fueron repelidos por las fuerzas bolivianas. Sin embargo, por su superioridad numérica retomaron las acciones militares para rodear el fortín en tres días.
Los bolivianos estaban completamente rodeados, mermando la alimentación, el armamento y el agua. Fue ahí que el capitán Víctor Ustáriz rompió el cerco paraguayo e ingresó a Boquerón con solo 58 hombres que se sumaron a los 448, lo que originó una motivación para el lado boliviano. Pero en su intento de salir del fortín para buscar refuerzos le costó la vida.
La aviación boliviana trataba de proveer de pertrechos, alimentos y agua, pero estos debido a la altura que caían se destruían ó caían en manos enemigas. Los combatientes bolivianos se defendían como podían, ahorraban los pertrechos y solo podían disparar si había un blanco seguro. La falta de agua ocasionó que los soldados nacionales tomen incluso su propio orín para subsistir a la contienda.
Por el sector había un pozo pero acercarse al lugar era perder la vida de inmediato, fiel reflejo de ello es que sobre el agua yacían cuerpos sin vida de un par de soldados bolivianos.
Otro hecho negativo para el lado boliviano, fueron los desaciertos de los jefes militares, quienes tardaron en tomar decisiones para apoyar la defensa de Boquerón.
El alto mando boliviano pedía aguantar, pero ya no habían fuerzas ni pertrechos hasta que llegó el día 29 de septiembre y fue cuando Marzana decidió pedir una tregua para una capitulación honrosa, levantó una bandera blanca, los paraguayos pensaron que el ejército boliviano se rendía.
Los bolivianos salían con sus pocos medios ante la sorpresa de la fuerza paraguaya que creyó que había combatido con un ejército mucho mayor en número.
Los soldados bolivianos fueron tomados prisioneros a la cabeza de Marzana, quien estuvo encerrado en el Paraguay hasta 1936, momento que volvió a Bolivia para ser prefecto de Chuquisaca.
En septiembre de 1932 el general paraguayo Estigarribia dijo: "Los bolivianos pelearon con tal bravura y coraje? que merecen nuestro respeto".
Mientras que Marzana, quien sería nombrado general más tarde, señaló: "No hicimos más que cumplir con nuestro deber".
GUERRA
La Guerra del Chaco se desenvolvió en cuatro partes. La defensa de Boquerón se ubicó en la primera comprendida entre junio a diciembre de 1932. La segunda fase se desarrolló entre diciembre de 1932 a diciembre de 1933 con la ofensiva boliviana, mientras que la tercera fase comprendió el periodo de diciembre de 1933 a enero de 1935 con el arremetimiento del Paraguay. Finalmente la cuarta fase contempló entre febrero y julio de 1935, con la exitosa defensa de Villamontes y la firma del cese de hostilidades, el 14 de junio de ese año.
El Ejército boliviano a la cabeza del coronel Emilio Aguirre tomó el fortín Boquerón el 31 de julio de 1932, para ese entonces, la guerra había comenzado en el Chaco.
Bolivia no solo vivió una guerra con el Paraguay sino también una contienda interna en contra de los campesinos que se alzaron en contra del Gobierno, motivo por el cual el Ejército tuvo que reprimir también a los nacionales. Los líderes para desestabilizar el Poder central fueron líderes socialistas y anarquistas.
Aguirre murió tras la toma de Boquerón, por lo que Marzana se quedó al mando y se conoció en el transcurso del combate que el destacamento Marzana defendió ese fortín con apenas 448 hombres, en pertrechos utilizaron 350 fusiles, 40 ametralladoras, tres cañones y dos antiaéreos. Entre agosto y septiembre estuvo bajo el control boliviano.
Al frente, el general José Félix Estigarribia estuvo al mando y para recuperar el honor paraguayo ordenó la retoma de Boquerón el 9 de septiembre de 1932. Tenía una fuerza de entre 9.000 a 11.500 soldados, por lo que el militar pensó que el triunfo sería sencillo. Además de por medio se jugaría el ánimo de la guerra o su definición en función al resultado de la arremetida paraguaya.
El combate duró 20 días, fue intenso. El primer día los paraguayos recibieron la respuesta boliviana al grado que hizo retroceder a su Ejército. Los paraguayos se acercaron hasta 50 metros de las trincheras, pero siempre fueron repelidos por las fuerzas bolivianas. Sin embargo, por su superioridad numérica retomaron las acciones militares para rodear el fortín en tres días.
Los bolivianos estaban completamente rodeados, mermando la alimentación, el armamento y el agua. Fue ahí que el capitán Víctor Ustáriz rompió el cerco paraguayo e ingresó a Boquerón con solo 58 hombres que se sumaron a los 448, lo que originó una motivación para el lado boliviano. Pero en su intento de salir del fortín para buscar refuerzos le costó la vida.
La aviación boliviana trataba de proveer de pertrechos, alimentos y agua, pero estos debido a la altura que caían se destruían ó caían en manos enemigas. Los combatientes bolivianos se defendían como podían, ahorraban los pertrechos y solo podían disparar si había un blanco seguro. La falta de agua ocasionó que los soldados nacionales tomen incluso su propio orín para subsistir a la contienda.
Por el sector había un pozo pero acercarse al lugar era perder la vida de inmediato, fiel reflejo de ello es que sobre el agua yacían cuerpos sin vida de un par de soldados bolivianos.
Otro hecho negativo para el lado boliviano, fueron los desaciertos de los jefes militares, quienes tardaron en tomar decisiones para apoyar la defensa de Boquerón.
El alto mando boliviano pedía aguantar, pero ya no habían fuerzas ni pertrechos hasta que llegó el día 29 de septiembre y fue cuando Marzana decidió pedir una tregua para una capitulación honrosa, levantó una bandera blanca, los paraguayos pensaron que el ejército boliviano se rendía.
Los bolivianos salían con sus pocos medios ante la sorpresa de la fuerza paraguaya que creyó que había combatido con un ejército mucho mayor en número.
Los soldados bolivianos fueron tomados prisioneros a la cabeza de Marzana, quien estuvo encerrado en el Paraguay hasta 1936, momento que volvió a Bolivia para ser prefecto de Chuquisaca.
En septiembre de 1932 el general paraguayo Estigarribia dijo: "Los bolivianos pelearon con tal bravura y coraje? que merecen nuestro respeto".
Mientras que Marzana, quien sería nombrado general más tarde, señaló: "No hicimos más que cumplir con nuestro deber".
GUERRA
La Guerra del Chaco se desenvolvió en cuatro partes. La defensa de Boquerón se ubicó en la primera comprendida entre junio a diciembre de 1932. La segunda fase se desarrolló entre diciembre de 1932 a diciembre de 1933 con la ofensiva boliviana, mientras que la tercera fase comprendió el periodo de diciembre de 1933 a enero de 1935 con el arremetimiento del Paraguay. Finalmente la cuarta fase contempló entre febrero y julio de 1935, con la exitosa defensa de Villamontes y la firma del cese de hostilidades, el 14 de junio de ese año.
Los últimos 23 soldados de la guerra reciben reconocimiento
El Gobierno inició el viernes la condecoración a los 23 beneméritos de la Guerra del Chaco, que aún sobreviven, al cumplirse 80 años del cese de hostilidades. Los excombatientes, que radican en varias zonas del país, tendrán la medalla al mérito con el grado del Gran Maestro Mariscal de Santa Cruz.
Hoy se realizará un desfile militar en la ciudad fronteriza de Villa Montes (Tarija) con la presencia de las Fuerzas Armadas (FFAA) de Bolivia y de Paraguay. En el acto se condecorará a dos beneméritos que se encuentran en aquella región del Chaco tarijeño.
“Se entregó a los 23 beneméritos del país, algunos por su estado de salud (no asistieron), porque el que menos años tiene, es 99, y unos tienen 104, 105 años, algunos han podido concurrir, por ejemplo, en Santa Cruz hay cinco, pero solo pudieron asistir dos, los que no pudieron llegar se les entregó en su casa el mismo reconocimiento”, informó a La Razón el ministro de Defensa, Reymi Ferreira.
La autoridad otorgó la máxima condecoración a dos héroes nacionales de los cinco que hay con vida en Santa Cruz: Rodolfo Cornejo Álvarez y Julián Palomino García. En La Paz hoy se condecorará a Daniel Espinar de 100 años de edad, quien estuvo en el campo de batalla frente a las tropas de Paraguay. El acto se llevará a cabo en instalaciones del Estado Mayor a partir de las 10.00, donde también se efectuará un homenaje por el cese del conflicto.
“Tenemos en Cochabamba, en Villa Montes, en Potosí, en Santa Cruz, hay uno en Tarija, creo, y si no me equivoco en Beni”, resaltó ayer Ferreira.
Encuentro. En Villa Montes, autoridades de Bolivia y Paraguay renovarán el alto grado de entendimiento diplomático y político. El presidente del Estado, Evo Morales, y su similar de Paraguay, Horacio Cartes, se reunirán junto con sus equipos ministeriales para pasar revista al estado de la agenda bilateral al término del desfile militar por el cese al fuego del 14 de junio de 1935.
Ferreira explicó que en esta reunión se tratarán asuntos vinculados con la seguridad en la zona fronteriza, temas comerciales sobre el aprovechamiento de la Hidrovía Paraguay-Paraná, la integración caminera, interconexión eléctrica, la venta de energía, además del tema de gas e hidrocarburos.
Los ministros de Relaciones Exteriores, Defensa, Justicia, Transparencia, Lucha Contra la Corrupción, Obras Públicas e Hidrocarburos y Energía, se reunirán con sus similares para coordinar acciones que se desarrollarán entre ambos países.
La guerra comenzó el 12 de junio de 1932 y culminó el 14 de junio de 1935, cuando las armas callaron luego de llevarse unas 70.000 vidas.
Acto de homenaje
Evento
A las 08.00, tras el arribo de las autoridades de Bolivia y Paraguay, se iniciará el acto recordatorio del cese de hostilidades con el desfile militar de las FFAA de ambos países.
Valientes mujeres dieron apoyo moral,cuidados e incluso su vida en el Chaco
Valientes mujeres dieron su apoyo moral, brindaron sus cuidados e incluso ofrendaron su vida durante la Guerra del Chaco, pues además de haberse enfilado para servir como enfermeras y espías no faltaron las que con coraje se enrolaron en el combate bajo el anonimato o haciéndose pasar por varones.
Se conoce que muchas mujeres uniformadas con el kaki y una mochila colgada en la espalda se fueron al lugar de conflicto junto a sus parejas para enfrentarse al enemigo de entonces.Una labor que se reconoce durante la contienda bélica, es la que ofrecieron las religiosas de la Congregación de las Hermanas Pontificias cuya fundadora fue la madre Nazaria Ignacia March, quienes en su mayoría fueron enfermeras.
Las mujeres fueron madrinas, enfermeras, monjas y personal de servicio que brindaron en todo momento su aliento con palabras de ternura y amor fraternal.
Por iniciativa propia, muchas de las damas obsequiaron a sus ahijados escapularios con imágenes santas, cosidos a modo de amuleto en el bolsillo interior de sus chaquetas.
La mayoría de las mujeres de las clases alta y media, se integraron en asociaciones femeninas o se afiliaron a la Cruz Roja y otras sociedades de socorro, desde las que sirvieron de apoyo y relevo a los movilizados.
De un momento a otro tuvieron que tornarse en enfermeras, costureras y dactilógrafas e iniciaron a partir ello una profesión que a muchas de ellas les serviría para su futuro sustento.
En ciudades como Santa Cruz de la Sierra se armaron cofradías como de las Damas de la Misericordia y de las Damas de la Liga Filial del Progreso, cuando las madrinas se enteraban de que un nuevo tren cargado de soldados pasaría por Uyuni recolectaban dinero y vituallas para ellos.
Otras se encargaban de coser pequeños paquetes con los sacos de harina y de azúcar, y llenarlos con pasankalla (tostado de maíz), coca y cigarrillos.
Además les enviaban algunas palabras de aliento impresas en pequeñas hojas.
Las mujeres, especialmente las enfermeras, vivieron los momentos más difíciles, pues debían salvar vidas destrozadas.
Entre las mujeres que se destacan está Laura Graciela de La Rosa Tórrez, que fue la protagonista del Primer Centro Femenino de Bolivia, quien luego de hacer una campaña a la que se unieron otras instituciones de mujeres se trasladó al Chaco. Laura de la Rosa fue directora de la revista "Feminiflor", y declaraba: "La futura grandeza y prosperidad de la Patria dependen de la ilustración de la mujer".
Su obra es testimonio de la contienda, estuvo en la zona de fuego, junto a Daría de Lora, la Dra. Elia Chopitea, Alicia Téllez, Elena de Frías, María Pacheco v. de Marión, Beatriz de Osorio, Elena Ostria, Luz Moscoso v. de Álvarez, Carmen Ortiz, Lidia Álvarez, Alicia Trigo Pizarro, Nelly Piñeyra, Rosa Azurduy, Nena Voltaire, Daysi Lea Plaza, unidas se acercaron al peligro y entregaron al soldado boliviano además de muestras de solidaridad, también medicamentos y víveres, ellos, hombres del área rural y citadinos no comprendían su permanencia en las arenas del Chaco.
Las madrinas y enfermeras se hicieron cargo de visitar a las familias de los movilizados portando un certificado conferido por la Liga Nacional Antituberculosa y revalidada por la Cruz Roja, con un distintivo en el brazo izquierdo además de procurar la nómina de los soldados identificados la localidad de su procedencia y efectuar curaciones; enseñaron a las familias de los movilizados, de forma práctica, higiene, nociones elementales de preparación de alimentos y métodos de ahorro, combatir los vicios y malas costumbres, procuraron noticias de sus familiares y redactaron las cartas a los analfabetos o leérselas.
Pero más allá de la lucha de muchas mujeres que estuvieron en el frente, las mujeres que quedaron en las ciudades y en el campo se constituyeron también en guerreras pues tuvieron que sopesar con la miseria que dejó la contienda bélica, siendo los niños las principales víctimas que tuvieron que deambular en las calles pidiendo limosna.
Ante esa crisis se alzaron las voces de las mujeres que exigieron la promulgación de una ley que defendiera los derechos del niño.
Durante los tres largos años, ella ha dispuesto de su tiempo, de sus centavos, de su espacio, ha logrado capacitarse en cierta medida, superar su timidez y aquilatar su fuerza extraída del dolor. Ha sentido nostalgia, inseguridad, miedo, soledad, angustia y desesperación.
La guerra quedó atrás, ya nada volverá a ser igual, un cúmulo de recuerdos acompañaría de por vida a toda una generación. Las esperanzas renacieron y una nueva consigna alentadora se escuchó en voces de mujeres y hombres "hay que reconstruir el país".
BIBLIOGRAFÍA
DURÁN Jordán Florencia y SEOANE Flores Ana María "El complejo mundo de la mujer durante la Guerra del Chaco".
Artículo: "Laura de La Rosa, creadora del Parque de la Unión Nacional" de la poeta, escritora y compositora Marlene Durán Zuleta (LA PATRIA).
Suplemento de La Razón sobre la Guerra del Chaco
Se conoce que muchas mujeres uniformadas con el kaki y una mochila colgada en la espalda se fueron al lugar de conflicto junto a sus parejas para enfrentarse al enemigo de entonces.Una labor que se reconoce durante la contienda bélica, es la que ofrecieron las religiosas de la Congregación de las Hermanas Pontificias cuya fundadora fue la madre Nazaria Ignacia March, quienes en su mayoría fueron enfermeras.
Las mujeres fueron madrinas, enfermeras, monjas y personal de servicio que brindaron en todo momento su aliento con palabras de ternura y amor fraternal.
Por iniciativa propia, muchas de las damas obsequiaron a sus ahijados escapularios con imágenes santas, cosidos a modo de amuleto en el bolsillo interior de sus chaquetas.
La mayoría de las mujeres de las clases alta y media, se integraron en asociaciones femeninas o se afiliaron a la Cruz Roja y otras sociedades de socorro, desde las que sirvieron de apoyo y relevo a los movilizados.
De un momento a otro tuvieron que tornarse en enfermeras, costureras y dactilógrafas e iniciaron a partir ello una profesión que a muchas de ellas les serviría para su futuro sustento.
En ciudades como Santa Cruz de la Sierra se armaron cofradías como de las Damas de la Misericordia y de las Damas de la Liga Filial del Progreso, cuando las madrinas se enteraban de que un nuevo tren cargado de soldados pasaría por Uyuni recolectaban dinero y vituallas para ellos.
Otras se encargaban de coser pequeños paquetes con los sacos de harina y de azúcar, y llenarlos con pasankalla (tostado de maíz), coca y cigarrillos.
Además les enviaban algunas palabras de aliento impresas en pequeñas hojas.
Las mujeres, especialmente las enfermeras, vivieron los momentos más difíciles, pues debían salvar vidas destrozadas.
Entre las mujeres que se destacan está Laura Graciela de La Rosa Tórrez, que fue la protagonista del Primer Centro Femenino de Bolivia, quien luego de hacer una campaña a la que se unieron otras instituciones de mujeres se trasladó al Chaco. Laura de la Rosa fue directora de la revista "Feminiflor", y declaraba: "La futura grandeza y prosperidad de la Patria dependen de la ilustración de la mujer".
Su obra es testimonio de la contienda, estuvo en la zona de fuego, junto a Daría de Lora, la Dra. Elia Chopitea, Alicia Téllez, Elena de Frías, María Pacheco v. de Marión, Beatriz de Osorio, Elena Ostria, Luz Moscoso v. de Álvarez, Carmen Ortiz, Lidia Álvarez, Alicia Trigo Pizarro, Nelly Piñeyra, Rosa Azurduy, Nena Voltaire, Daysi Lea Plaza, unidas se acercaron al peligro y entregaron al soldado boliviano además de muestras de solidaridad, también medicamentos y víveres, ellos, hombres del área rural y citadinos no comprendían su permanencia en las arenas del Chaco.
Las madrinas y enfermeras se hicieron cargo de visitar a las familias de los movilizados portando un certificado conferido por la Liga Nacional Antituberculosa y revalidada por la Cruz Roja, con un distintivo en el brazo izquierdo además de procurar la nómina de los soldados identificados la localidad de su procedencia y efectuar curaciones; enseñaron a las familias de los movilizados, de forma práctica, higiene, nociones elementales de preparación de alimentos y métodos de ahorro, combatir los vicios y malas costumbres, procuraron noticias de sus familiares y redactaron las cartas a los analfabetos o leérselas.
Pero más allá de la lucha de muchas mujeres que estuvieron en el frente, las mujeres que quedaron en las ciudades y en el campo se constituyeron también en guerreras pues tuvieron que sopesar con la miseria que dejó la contienda bélica, siendo los niños las principales víctimas que tuvieron que deambular en las calles pidiendo limosna.
Ante esa crisis se alzaron las voces de las mujeres que exigieron la promulgación de una ley que defendiera los derechos del niño.
Durante los tres largos años, ella ha dispuesto de su tiempo, de sus centavos, de su espacio, ha logrado capacitarse en cierta medida, superar su timidez y aquilatar su fuerza extraída del dolor. Ha sentido nostalgia, inseguridad, miedo, soledad, angustia y desesperación.
La guerra quedó atrás, ya nada volverá a ser igual, un cúmulo de recuerdos acompañaría de por vida a toda una generación. Las esperanzas renacieron y una nueva consigna alentadora se escuchó en voces de mujeres y hombres "hay que reconstruir el país".
BIBLIOGRAFÍA
DURÁN Jordán Florencia y SEOANE Flores Ana María "El complejo mundo de la mujer durante la Guerra del Chaco".
Artículo: "Laura de La Rosa, creadora del Parque de la Unión Nacional" de la poeta, escritora y compositora Marlene Durán Zuleta (LA PATRIA).
Suplemento de La Razón sobre la Guerra del Chaco
Presidente Cartes no asiste al acto de cese de la Guerra del Chaco
El presidente Evo Morales lamentó el domingo la ausencia del presidente paraguayo, Horacio Cartes, en el acto por el 80 aniversario del cese de hostilidades de la Guerra del Chaco (1932-35) realizado en el municipio sureño de Villa Montes, donde anunció una próxima visita a Paraguay para coordinar un trabajo conjunto entre gobiernos.
"Con nuestro hermano Presidente de Paraguay soñamos tanto estar juntos en este día, pero desde las cuatro de la mañana me llamó el Canciller y el hermano Ministro de Defensa para explicarme la imposibilidad de llegar de Cartes por problemas climáticos", señaló en un masivo acto en el que participó el embajador de Paraguay, Julio César Vera Cáceres, a nombre del presidente de ese país.
El Jefe de Estado afirmó que Bolivia "tiene mucha deuda" con el Presidente de Paraguay porque asistió a la posesión presidencial y a la Cumbre del G77 más China realizada el pasado año en la ciudad de Santa Cruz.
"Con Cartes también teníamos planes no solamente de participar en este acto sino en una reunión de carácter bilateral para trabajar de manera conjunta en bien de Paraguay y Bolivia. Será pronto porque estaremos visitando a Paraguay para este trabajo conjunto para los pueblos", manifestó.
Por su parte, el Embajador paraguayo expresó su profunda satisfacción por asistir a ese histórico acto y le manifestó a Morales "el fraternal saludo del Presidente de Paraguay".
"Pero al mismo tiempo le transmito su sentimiento de pesar de no poder haber asistido a este acto de tanta trascendencia por cuestiones climáticas adversas, que impidió su viaje", indicó.
La conmemoración por los 80 años del alto al fuego entre Bolivia y Paraguay estuvo matizada por ofrendas florales y un desfile cívico militar en Villa Montes, distante a 220 kilómetros de la ciudad de Tarija.
Las operaciones militares en la arena del Chaco (1932-1935) dejaron unos 90.000 muertos, aunque el futuro de ambos países yace en la integración de sus pueblos impulsada por vientos de paz en la región sudamericana.
El 12 de junio de 1935 se suscribió el protocolo que dio fin a la Guerra del Chaco; el surgimiento de una alianza boliviano paraguaya para encontrar espacios de convergencia y complementariedad se ha desarrollado en los últimos años.
"Con nuestro hermano Presidente de Paraguay soñamos tanto estar juntos en este día, pero desde las cuatro de la mañana me llamó el Canciller y el hermano Ministro de Defensa para explicarme la imposibilidad de llegar de Cartes por problemas climáticos", señaló en un masivo acto en el que participó el embajador de Paraguay, Julio César Vera Cáceres, a nombre del presidente de ese país.
El Jefe de Estado afirmó que Bolivia "tiene mucha deuda" con el Presidente de Paraguay porque asistió a la posesión presidencial y a la Cumbre del G77 más China realizada el pasado año en la ciudad de Santa Cruz.
"Con Cartes también teníamos planes no solamente de participar en este acto sino en una reunión de carácter bilateral para trabajar de manera conjunta en bien de Paraguay y Bolivia. Será pronto porque estaremos visitando a Paraguay para este trabajo conjunto para los pueblos", manifestó.
Por su parte, el Embajador paraguayo expresó su profunda satisfacción por asistir a ese histórico acto y le manifestó a Morales "el fraternal saludo del Presidente de Paraguay".
"Pero al mismo tiempo le transmito su sentimiento de pesar de no poder haber asistido a este acto de tanta trascendencia por cuestiones climáticas adversas, que impidió su viaje", indicó.
La conmemoración por los 80 años del alto al fuego entre Bolivia y Paraguay estuvo matizada por ofrendas florales y un desfile cívico militar en Villa Montes, distante a 220 kilómetros de la ciudad de Tarija.
Las operaciones militares en la arena del Chaco (1932-1935) dejaron unos 90.000 muertos, aunque el futuro de ambos países yace en la integración de sus pueblos impulsada por vientos de paz en la región sudamericana.
El 12 de junio de 1935 se suscribió el protocolo que dio fin a la Guerra del Chaco; el surgimiento de una alianza boliviano paraguaya para encontrar espacios de convergencia y complementariedad se ha desarrollado en los últimos años.
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