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miércoles, 5 de abril de 2017

Una mirada a Sucre, 69 años después del terremoto


SISMO

6.1 grados Richter fue la intensidad del sismo registrado un 27 de marzo de 1948, en Sucre. Según esa escala, un temblor de ese grado ocasiona daños severos.

Hace 69 años Sucre vivió un sismo de magnitud que dejó tres fallecidos –según algunos registros– y varios daños en infraestructuras de la ciudad, desde ese entonces el municipio no cuenta con protocolo de reacción en caso de sismos, una situación que apunta a subsanarse este año con un estudio que identificará las zonas más sensibles a un temblor.

Fue la noche del 27 de marzo de 1948, un sábado santo, cuando un temblor de 6.1 grados en la escala Richter sorprendió a los sucrenses no sólo por ser efectivamente un evento adverso, sino porque evidenció que la Capital no estaba preparada para responder a este tipo de situaciones.

La pregunta es ¿y ahora?

Actualmente son muy pocos los lugares en la ciudad que cuentan con señalética que indique rutas de evacuación o escape en caso de que ocurra un sismo, de hecho no se cuenta con un protocolo de actuación específico, aunque ya se avanzó en algunos detalles como definir qué equipos e instituciones serán las primeras en ser convocadas para actuar ante esta eventualidad.

Así comenta el encargado de Planificación Estratégica Integral de gestión de riesgos de la Unidad Integrada Municipal de esa área, Eduardo Alfaro, que anuncia que este año se elaborará el primer plan de contingencias a nivel municipal contra sismos, en un trabajo conjunto con el Consorcio de Agencias Humanitarias en Bolivia.

El plan que se ejecutará por un especialista contratado por el Consorcio, no sólo contemplará los antecedentes históricos de sismos en Sucre, sino también protocolos de actuación en caso de temblores, presupuesto para atender ese tipo de emergencias y otros detalles que permitirán que por primera vez Sucre contemple medidas preventivas en esa área.

Pero ¿por qué deberían preocuparle los sismos a Sucre? Además de que ya se registró un sismo de considerable impacto hace 69 años, la información actual del Observatorio San Calixto sitúa a Sucre y a todo Chuquisaca dentro de unas de las seis principales zonas sísmicas identificadas en el país, informa la técnico especialista en sistemas de información geográfica, Jhandira Vásquez.

Y es que Sucre y diversas zonas del país tiemblan constantemente a intensidad leve o con epicentros hundidos a cientos de kilómetros, que los hacen imperceptibles.

Según los reportes de la página web del Observatorio San Calixto, se observa que Potosí es uno de los departamentos que más temblores registra. Incluso hay días en los que se identifican más de un sismo.

Pero así como ocurren sismos a gran profundidad, pueden registrarse otros en un nivel superficial que pondrían en riesgo la seguridad de miles de personas. Esa incapacidad de predecir cuándo ocurrirá un temblor devastador obliga a que se tomen acciones preventivas inmediatas.

“Según datos actuales e históricos dicen que hay movimientos pero que no los sentimos por la profundidad, algunos ocurren a 600 kilómetros incluso, por eso no se sintió el de Zudáñez (un sismo registrado el mes pasado. Lo que queremos es que la población esté preparada y estamos haciendo énfasis en las unidades educativas. Según el mapa del observatorio estamos dentro de las zonas más vulnerables, como municipio y como parte de Chuquisaca somos de las más vulnerables”, informa Vásquez, con la intención de mostrar por qué es importante el trabajo preventivo y educativo que se ejecutará esta gestión.

Cochabamba, Potosí, La Paz y Tarija, además de Chuquisaca, se encuentran entre las zonas vulnerables a temblores en el país, comenta Vásquez, en referencia al Observatorio San Calixto.

El temblor de 1948, una crisis para la Capital

El sacudón que tuvo Sucre a mediados del siglo pasado provocó una serie de daños materiales en los edificios coloniales que hasta hoy se erigen con bastante firmeza, todo gracias a la labor de reconstrucción que se encaró tras ese evento, destaca el historiador Norberto Benjamín Torres, autor del libro “Terremoto de 1948 en Sucre: Su impacto en el patrimonio arquitectónico Tomo I”, que piensa complementar este año con una segunda publicación que incluirá otro tipo de obras y efectos del temblor.

El Comité de Auxilio y Restauración que se formó el 30 de marzo de 1948, por decreto supremo, contó con el apoyo de particulares que incluso realizaron varias donaciones para que las obras se lleven a cabo, pues si bien el Estado ordenó un préstamo para Sucre, de manera que la ciudad pueda encarar las obras necesarias, se debía devolver el dinero que se invertía, comenta Torres.

De acuerdo con reportes de la época, el sismo dejó un saldo de tres muertos y una veintena de heridos, pero según Torres, en el Cementerio sólo se encuentra el registro de una mujer fallecida a causa del movimiento telúrico, por lo que presume que el evento dejó sólo una víctima fatal.

Pero si bien Sucre no contaba con un protocolo de acciones para ese tipo de desastres, lo que incidió en la refacción de la ciudad fue la solidaridad de la población local y nacional que viabilizó que el panorama de la Capital se levante manteniendo su estilo y atractivo arquitectónico, incluyendo el apoyo de España.

Una de las razones por las que se explica que el impacto en cuanto a víctimas no fue tan alto fue el hecho de que era sábado santo y muchas personas habían viajado a otros lugares para pasar el feriado. Además, pese a ser el aniversario fundacional de la Universidad San Francisco Xavier, el hecho de que la fecha cayó un sábado en medio de un feriado largo, incidió en que no se tenga ningún acto masivo en particular.

“En toda su necesidad la gente es respetuosa y se notaba ahí la educación y creo que hay que rescatar ese sentido humano, a partir de la tragedia de todos, pero que cada uno, aun el más pudiente hizo su solicitud para que el comité vaya a restaurar su casa”, comenta el investigador.

Algunos de los edificios más dañados, según el libro de Torres, fueron los templos de San Miguel y Santo Domingo, también se registraron afectaciones en San Felipe Neri, el edificio de la Universidad San Francisco Xavier, el Palacio de Gobierno, el Palacio Arzobispal (ya en la calle Bolívar), entre otros.

En una segunda publicación, Torres tiene previsto enfocarse en domicilios de particulares y explicar el origen del Barrio Obrero, por ejemplo, que en ese entonces se ubicaba alejado del centro de la ciudad, porque los trabajadores preferían tener hogares que no hayan sido reconstruidos. También contemplará el nacimiento de lo que sería la Fábrica Nacional de Cemento S.A. (FANCESA), luego de descubrirse yacimientos de piedra caliza y plantearse la construcción de las nuevas infraestructuras con cemento, ya que hasta ese entonces se edificaba con adobe y piedra.

PROYECTO IDENTIFICARÁ LOS LUGARES MÁS VULNERABLES

Analizando los efectos del temblor de 1948, la Alcaldía ve necesario trabajar un mapa de vulnerabilidades en Sucre, que sin duda se concentrará en el casco histórico, edificado sobre embovedados y con presencia de construcciones antiguas que lo hacen más riesgoso en caso de ocurrir un movimiento telúrico de magnitud.

De acuerdo con Vásquez, de la Unidad de Riesgos de la Alcaldía, el mapa de vulnerabilidades podría tener algunos avances dentro de tres meses, aunque su estudio completo requerirá de más tiempo.

Sin embargo, para avanzar en el proceso de difusión de información de protocolos, este año se ejecutará un proyecto piloto con 20 unidades educativas del centro de la ciudad, donde se enseñará a los estudiantes y maestros qué tipo de acciones deben encarar frente a un sismo.

“Tardaremos unos tres meses en elaborar el plan de contingencias y unos cuatro meses en trabajar con las unidades, primero con 20, luego con otras”, afirma Vásquez.

“Se capacitará en evacuación, rutas de escape, puntos de encuentro y demás, y el plan puede ser aplicado incluso a nivel institucional”, complementa Alfaro.

Él enfatiza en que se debe trabajar en la capacitación de las familias para saber qué hacer y qué elementos tener en casos de temblores, como radio a pilas, linternas y otros, de manera que se reduzca las reacciones de pánico entre los ciudadanos. La meta final que se busca con el proyecto, además de identificar riesgos y crear protocolos es preparar a las personas para saber sobrellevar este tipo de eventos que no tienen una fecha programada.

Sismos en Bolivia

Los registros del primer sismo considerable en Bolivia son de 1581 cuando se sintió un movimiento telúrico en la Villa Imperial.

Entre 1662 y 1851 se sintieron cinco terremotos en Potosí y en las poblaciones cercanas.

El 11 de noviembre de 1601 se registró un sismo en Sucre, que tuvo varias repeticiones que afectaron a torres de varios templos de la ciudad, aunque no se registraron víctimas fatales.

En 1845 ocurrió un terremoto en Santa Cruz, que dañó construcciones de esa ciudad, principalmente en aquellas que eran de adobe.

En 1871 se registró un temblor en lo que ahora es Villa Tunari (Cochabamba) y en 1887 y 1899 se identificaron dos terremotos que derruyeron casas en Yacuiba (Tarija).

El terremoto de Aiquile, en mayo de 1998, de 6.8 grados de la escala Richter, fue el más fuerte y de mayor impacto de la historia de Bolivia, dejando más de 50 muertos, más de 300 casas derrumbadas y cientos de edificios dañados.




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