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domingo, 6 de noviembre de 2016

En época prehispánica usaron el ají y la hoja de coca como dinero

Tanto la coca como el ají fueron consumidos como alimentos y medicinas y circularon en el circuito de bienes suntuarios y simbólicos ampliamente apetecidos. Poco a poco fueron convertidos en productos o medios de cambio por los poderes que se les atribuían y los beneficios que prodigaban a la población”.

Así explica Carmen Beatriz Loza cómo esos dos artículos fueron utilizados en tiempos prehispánicos como una especie de monedas, más allá de ser bienes de consumo. El estudio que elaboró al respecto se denomina Circulación de Moneda-Mercancía e intermediación en tiempos prehispánicos. El texto forma parte del libro Historia Monetaria de Bolivia, editado por el Banco Central de Bolivia (BCB).

¿Qué es el dinero mercancía? La autora explica que es aquel recurso cuyo valor fundamentalmente proviene del bien del cual se compone. "El dinero mercancía consiste en bienes u objetos que tienen valor por sí mismos, además del valor de cambio al ser utilizado como moneda”, explica en el informe.

Loza establece que el dinero mercancía comprendía productos de diverso origen, como: 1) Bienes de consumo ceremonial: mullu (un molusco), caracolas, coca; y 2) bienes económicamente útiles: ají, coca. "Si bien no existió una moneda en el sentido moderno, lo que circuló fue una moneda-mercancía que podía ser mullu, coca, ají, dependiendo del espacio y del tiempo”, se lee en el documento.

Las monedas mercancías, establece el estudio, funcionaban como medio de intercambio, medio de pago y medio de acumulación de riqueza.

En el libro se explica que en el mundo andino existieron mercados donde se efectuó un conjunto de transacciones o acuerdos de intercambio de bienes o servicios entre individuos o asociaciones de individuos. La autora aclara que el mercado no hace referencia directa al lucro o a las empresas, sino simplemente al acuerdo mutuo en el marco de las transacciones.

¿Pero cómo se dio origen a este fenómeno? La investigadora indica: "El gran flujo de mercaderes y bienes, de diversos orígenes técnicos, dedicados a la intermediación, dieron nacimiento a las llamadas monedas-mercancías que no son monedas en el sentido moderno”.

Equivalencias y valoraciones

Se desconoce las equivalencias y las valoraciones de las monedas-mercancías. Tampoco se sabe la velocidad con que la chaquira, el ají y la coca fueron reconocidos como medidas de valor, dejando de ser sólo bienes.

"Se las reconoció convencionalmente como medidas de valor, de tal suerte que las poblaciones realizaron cálculos en números de chaquiras, en vainas de ají o puñados de coca, adquiriendo un valor adquisitivo”, indica la autora.

En el libro se indica que el mullu fue valorizado como tesoro y que pesaba más que el oro, la plata y los tejidos más finos, debido a que las conchas y sus derivados procedían de las profundidades del mar, y por ello eran consideradas "hijas del mar”.

"No conocemos la velocidad en que fue adoptado el mullu y la chaquira y sólo se sabe que su circulación se irradió a lo largo del Tawantinsuyu…”, dice el estudio. En el documento también se indica que existieron especialistas en todos los tambos, ocupados en limpiar caracolas, pulirlas y tallarlas antes de transportarlas.

El adiós al trueque

La autora explica la época en que circuló este tipo de "monedas-mercancías”, fue "la primera etapa que tuvo el dinero”, la cual además puso fin al trueque. En el informe se aclara que el "dinero-mercancía” es similar a esa práctica de intercambio, pero que se diferencia de éste "por ser una única unidad reconocida de intercambio”.

Gabriel Loza Tellería, expresidente del BCB, escribió una reseña del libro y expresó lo que sigue: "Lo más curioso es que el oro y la plata, como el cobre, no fueron moneda-mercancía como en otras partes del mundo, puesto que fueron demandados para fines ceremoniales y su posesión tenía valor religioso o de poder político, pero nunca fueron medios de intercambio, aunque sí de acumulación. Se dice que antes de la llegada de los españoles ya se conocía la plata del cerro de Potosí pero su valor era de uso y ceremonial”.

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