Después de la rebelión de Pizarro, el presidente
La Gasca mandó al capitán Gómez de Solís a
realizar la primera visita a los repartimientos
charqueños para ajustar la tasa de tributación.
Cuando concluyó la visita, en 1551, se determinó
qué productos y qué cantidades se debía entregar
a los encomenderos. La producción agraria estaba
destinada a la venta en los mercados de Potosí,
La Plata y Porco. Así, por ejemplo, los indígenas
del repartimiento perteneciente a Pedro de Hinojosa
tenían que entregar cantidades específicas
de huevos, miel, tejidos de lana, etc.; además, se
les exigía que cedieran anualmente 1.200 fanegas
de maíz y minerales que cambiaban en los mercados
de Potosí por pesos ensayados. Se intentó
modificar el pago de los tributos de tal manera
que los indígenas podían entregar los productos
principales dependiendo de su especialización.
Los caracara, calificados como hábiles mineros,
entregaban metales mientras que los lupacas,
especializados en pastoreo, pagaban en animales
(Platt et al., 2006; Larson, 1992).
Después de la introducción en 1552 de la
primera tasa de tributación, el repartimiento de
Paria entregó a su encomendero, Lorenzo de
Aldana, maíz y trigo del valle de Sicaya, ropa de
abasca y de cumbi, costales y 11.000 pesos ensayados,
además del trabajo de los indios yanaconas
que cultivaban sus chacras y explotaban las minas
de Andacaua (Potosí) y Berenguela (La Paz) y
otros trabajos en la Villa de La Plata (Del Río,
2005). En la zona de La Paz, la tasa establecida
por La Gasca favoreció la mercantilización de la
hoja de coca y se produjo el aumento de las rentas
del encomendero. Entre los tres repartimientos
Songo, Suri, y Oyuni estudiados por Percovich
(2012), se estableció una “nueva complementariedad
orientada al mercado” puesto que, además de
la coca que procedía de estos valles, éstos proporcionaban
mano de obra como arrieros, pastores y
cargadores para trasladar la coca a Potosí.
El impacto de la tasa de La Gasca sobre
las comunidades era significante. En Sacaca, si
bien no se cambió la lista de especies, hubo una
disminución dramática de las rentas debido a la
presión del encomendero Alonso Montemayor;
en Chayanta, se triplicó el número de especies y
fueron incluidos productos de lana, aperos para
caballos y otros productos requeridos para el
consumo español como aves europeas y cerdos
(Platt et al., 2006).
El tributo se computaba a nivel del repartimiento
entero y los caciques repartían la tasa
entre sus indios produciéndose casos de abusos
en la exigencia del pago y, en caso de necesidad,
tuvieron que proveer de su propia hacienda, recurriendo
incluso a préstamos de los españoles.
Los encomenderos lograron obtener ganancias
de los indios de encomienda ejerciendo una política
de presión contra las autoridades étnicas.
Alonso Montemayor, encomendero de Sacaca
entre 1549 y 1556, retuvo durante casi seis meses
en Potosí al mallku principal don Alonso Ayaviri
como prisionero, y amenazó con ahorcar a varios
caciques. Se lo calificó como una persona tacaña
y cruel, empeñada en sacar el máximo provecho
del repartimiento que no proporcionaba altas
ganancias mercantiles. En otro caso, aparentemente,
Martín de Robles buscaba congraciarse
con Kanchi, el cacique principal de Chayanta, por
medio de costosos regalos, pero los testimonios
aseguraron que Kanchi se suicidó, ahorcándose
como consecuencia de los maltratos y las exigencias
de Robles y su temible esposa Juana de
los Ríos para entregar más ganado, maíz y ropa
(Platt et al., 2006).
Aunque las reformas de La Gasca permitieron
a los encomenderos cobrar rentas bastante
altas, hubo muchos abusos debido al pedido de
sumas descomunales y la consiguiente imposibilidad
de satisfacerlas. Por tanto, se afirmaba que
“los indios siempre están presos por no pagar la
tasa”. La importancia de la reformas de La Gasca
consistió en haber fijado los montos de los tributos
que, hasta entonces, eran definidos al antojo
de los encomenderos. Además, los indios tenían
derecho de denunciar a sus encomenderos para
recuperar los tributos cobrados por demás. La
introducción de esta ley fue posible tan sólo después
de la derrota de la sublevación de Hernández
Girón y la creación de un sistema de defensores
de los naturales a partir de las reformas del virrey
Toledo (1575).
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