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martes, 30 de agosto de 2016

La batalla de Tambillos: Una victoria boliviana olvidada

La batalla de Tambillos que enfrentó nuestro Ejército con los invasores chilenos el 6 de diciembre de 1879, es una muestra perdurable de heroicidad y bravura que enaltece a nuestros soldados, pero también realza, la figura del memorable coronel Rufino Carrasco, Jefe del Escuadrón Franco-Tiradores y a su tropa que defendieron con arrojo nuestro territorio.

En ese sentido, es necesario recordar que tras la injusta e indigna invasión militar chilena al puerto boliviano de Antofagasta, se dio inició a la denominada Guerra del Pacífico y consecutivamente, el estratega Julio Méndez, desde una visión patriótica elaboró y presentó un ‘Plan Estratégico’, que consistió en que los aliados luchasen donde se sentían invencibles, es decir, en las montañas. Sobre este aspecto Méndez escribió: “…la Guerra se hace con la historia militar. He dicho que en las finales de la independencia el partido patriota conquistó la supremacía del mar y que ante ella, el partido realista optó por la sierra ¿Por qué se mantuvo la guerra terrestre al alcance de la artillería de las naves en Pisagua, en Arica, en Chorrillos y Miraflores? ¿Por qué se libraron combates a las pocas leguas de los puertos de desembarco en San Francisco, Tacna, San Juan y Morro Solar?...-más adelante reveló contemplar-… a Potosí como cuartel general de operaciones para el Ejército de Bolivia y a Arequipa o Puno para el ejército peruano…” 2.

De esta manera, el presidente general Hilarión Daza el 13 de marzo de dicho año, nombró al general Narciso Campero, como: “…Comandante General de la 3ª División, que debe organizarse en Potosí…” 3, apuntó. En ese sentido, Campero, a sus 65 años se movilizó a dicha ciudad, donde organizó los Batallones ‘Bustillo 1°’ y ‘Ayacucho o Porco 2°’ de Potosí.

Luego retornó a Tupiza, Cuartel General provisional. Allí los meses subsiguientes se incorporaron el Batallón ‘3° de Granaderos’ y el Escuadrón ‘Méndez 2° de Coraceros’ ambos de Tarija y los Batallones ‘Granaderos de Tupiza’ y ‘Chorolque’ de Nor y Sud Chichas.

Posteriormente, fueron creadas cuatro Di-visiones y una Legión, en La Paz y en consecuencia la 3ª División al mando de Campero cambio de denominación por la de 5ª.

Por otro lado, el 16 de mayo de 1879, el citado general envió al presidente Daza, un ‘Plan Estratégico’ en el cual presentó cinco diferentes estrategias militares. Más adelante, las tropas recibieron en el mes de julio, rifles Remington y fueron movilizadas a Santiago de Cotagaita.

Paralelamente, los bolivianos residentes en Tucumán, Salta y Jujuy se presentaron al Cuartel General y conformaron el ‘Escuadrón de Guías’ al mando del mayor del ejér-cito uruguayo Luis Gelabert. En ese escenario muchos jefes y oficiales pidieron su in- corporación a la División, pero como la misma ya se encontraba establecida fueron agrupados en la ‘Compañía de Franco-Tirado-res’, al mando del coronel Rufino Carrasco. De esta manera, fue creada la citada bizarra Unidad con un total de 99 hombres.

Más adelante, los primeros días del mes de agosto este escuadrón fue movilizado a Tupiza y a mediados de septiembre se concentró junto al Batallón Bustillo 1°, en la locali-dad de San Cristóbal y conformaron la brigada denominada ‘Vanguardia’, al mando del coronel Ezequiel Apodaca. Consecutivamente, entre septiembre a noviembre esta sección se dedicó al aprovisionamiento de alimentos en la posta de Avilcha.

Pero a fines del último mes citado, Campe-ro le dio la orden a Carrasco de ocupar las poblaciones bolivianas tomadas de Chiu-Chiu, Calama y Atacama, y de esta manera también hostigar al enemigo. Por otro lado, algunos historiadores describen “que el Co-mando de División informado que en Ataca-ma existía una buena cantidad de mulas del ejército chileno custodiadas por veinte hombres; Campero a Carrasco le ordenó que uti-lizando caminos extraviados, operase sobre San Pedro de Atacama, aprisionara a los veinte soldados chilenos y trasladara esa magnífica recua a San Cristóbal”.

De esta manera, los ‘Franco-Tiradores’, compuesta por 70 hombres partieron el día 24 de noviembre de 1879. Tras recorrer Avilcha, Tropichal y extensos nevados por ocho días, llegaron Colana y consecutivamente, antes de entrar en la población de Chiu-Chiu, Carrasco dividió sus fuerzas en cuatro fracciones y de esta manera, tomaron posesión de la citada población y obligaron al enemigo a arriar su bandera.

Anoticiado el jefe chileno de Calama de la presencia de los ‘Franco-Tiradores’, envió a los ‘Cazadores del Desierto’, compuesto por 300 hom-bres, con los que combatieron los bolivianos en el barranco de Tambillos el 6 de diciembre. Veinte minutos duró el combate donde las tropas bo-livianas vencieron a las chile-nas y tuvo como resultado la toma de “19 prisioneros chi-lenos, 18 rifles Winchester, 17 espadas, 26 vestías, monturas, fornituras, vestuario y municiones”.

Consecutivamente, Carrasco junto a sus hombres ocupó San Pedro de Atacama, “don-de la población reincorporada al suelo patrio, aunque momentáneamente, gracias a aquel triunfo, los recibió con indecible jubilo”, a-puntó el clásico escritor Julio Díaz Arguedas.

Tras esperar refuerzos, se le avisó a Carrasco que en Calama se preparaba una división para combatirlo y de esta manera, se movilizó con sus hombres a Toconao, luego a San Cristóbal. Posteriormente, Rufino y sus hombres recibie-ron la orden de trasladarse a Potosí donde su compañía fue disuelta y Carrasco fue apresado en el Batallón Calama por órdenes del general Nicanor Flores, Jefe Superior del Sud.

A modo de conclusión, la Batalla de Tambi-llos “es una gloria boliviana, que no debería-mos poner en ingrato olvido” .

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