Hay personajes que, por alguna razón, pasan injustamente de puntillas por la historia. Personajes que, sin saber por qué, son olvidados y difuminados por el paso del tiempo. Precisamente uno de ellos es Facundo Infante, el primer Ministro de Relaciones Exteriores y del Interior de Bolivia, organizó la educación, coordinó la ejecución y promulgación de las primeras leyes y dirigió el primer periódico gubernamental, denominado ‘El Cóndor’.
Considerado por el historiador William Lee Lofs-trom, como “un hombre de singular habilidad y de gran importancia en la historia de Bolivia” 1. Infante, nació en Villanueva del Fresno, Badajoz (Reino de España), el 19 de febrero de 1786. Cuando era estudiante en Sevilla estalló la guerra en la pe-nínsula. En 1808, fue nom-brado subteniente del Regimiento ‘Leales de Fer- nando’. En 1811, fue as-cendido a capitán y tras combatir en breves en-cuentros de armas, ocho años después ya ostentó el grado de teniente coronel.
Sus principales biógrafos mencionan que en 1820, enca-bezó una revolución en la isla de León y en 1823, participó como brigadier y di-putado en las Cortes de Cádiz.
Forzado al exilio se embarcó hacia América, su primer destino fue Río de Janeiro y de allí cruzó a los territorios de Santa Cruz de la Sierra de Charcas. De dicha población se trasladó a la ciudad de Cochabamba y luego junto a dos hermanos de apellido Seoane, también ofi-ciales retirados del real ejército español se dirigieron hacia Oruro, por orden del mariscal Antonio José de Sucre, donde fueron arrestados y llevados al otro lado del río Desaguadero.
Posteriormente, Sucre apreciando sus cualidades y experiencia militar, ordenó su asimilación con el grado de teniente coronel al Ejército Unido Libertador y Jefe de Estado Mayor del mariscal. En 1826, fue nombrado Secretario General de Gobierno y Hacienda, compromiso que mantuvo por unos meses.
Consecutivamente, Facundo Infante asumió el cargo de Ministro del Interior y Relaciones Exteriores. Haciendo un balance sobre la administración de Su-cre, el escritor Manuel José Cortés men-ciona sobre nuestro personaje: “otro de los oradores del gobierno era el ministro don Facundo Infante, de nación español: dotado de varia instrucción, amigo de las luces del pueblo, conocedor de los principios del sistema representativo, experto en la práctica de los negocios públicos, prestó al país importantes ser-vicios” 2.
Sin duda, Facundo asistió al mariscal en la implementación y ejecución de las primeras reformas tributarias y en la educación. Sobre esto, el británico Jo-seph Barclay Pentland, lo menciona: “como hombre literario posee habilida-des y talento considerables, ha escrito sobre fortificación y ahora está ocupado en una biografía de Fernando VII. Es amigo íntimo del Gral. Sucre y después de este ilustre individuo ninguna persona ha contribuido en más alto grado a la actual prosperidad de Bolivia que el Sr. Infante” 3.
Por otro lado en el campo de las Rela-ciones Internacionales, nuestro protago-nista junto al Dr. Manuel María Urcullu, negociaron y suscribieron con el Dr. Ignacio Ortiz de Zevallos, Ministro de la Corte Suprema de Justicia y representan-te del Perú, los Instrumentos Internacio-nales: ‘Tratado de Federación’ y el ‘Tra-tado de Límites’, ambos fueron firmados en Chuquisaca, el 15 de noviembre de 1826.
El primer Instrumento está constituido por dieciséis artículos, entre los más importantes podemos citar:
“Artículo I.- Las Repúblicas del Perú y Bolivia se reúnen para formar una liga, que se denominará Federación Bo-liviana.
Artículo II.- Esta Federación tendrá un Jefe supremo Vitalicio, que lo será el Libertador Simón Bolívar”.
El segundo Tratado, está conformado por catorce artículos, entre los más signi-ficativos señalamos:
“Artículo I.- La línea divisoria de las dos Repúblicas Peruana y Boliviana, to-mándola desde la costa del mar Pacífico, será el morro de los Diablos o cabo de Sama o Laquiaca situado a los diez y ocho grados de latitud, entre los puertos de Ilo y Arica hasta el pueblo de Sama; desde donde continuará por la quebrada honda en el valle de Sama, hasta la cordillera de Tacora: quedando a Bolivia el puerto de Arica, y los demás comprendidos desde el grado diez y ocho hasta el veintiuno y todo el territorio perteneciente a la pro-vincia de Tacna y demás pueblos situados al sur de esta línea.
Artículo II.- Desde el punto citado de la cordillera hasta el Río Desaguadero, la línea divisoria de las dos Repúblicas, será los antiguos límites de las provincias de Pacajes de Bolivia y de Chucuito del Perú.
Artículo III.- Desde el punto expresado del Desaguadero, seguirá como línea divisoria, el río de este nombre hasta su origen en la Laguna de Chucuito, en don-de continuará la línea por la costa del Oeste de la parte de dicha laguna, que llaman de Vinamarca hasta el estrecho de Tiquina, que es el lugar que divide esta laguna, de la de Titicaca. Del estrecho de Tiquina continuará el límite por la costa del Este en la laguna de Titicaca, hasta las cabeceras de la provincia de Omasuyos: de tal suerte que quede al Perú el pueblo de Copacabana y su territorio, la laguna de Titicaca, y todas sus islas: y a Bolivia la de Vinamarca con todas las de su com-prensión: debiendo ser la navegación y pesca de las Lagunas común a ambas Repúblicas”.
Sin embargo, “el Consejo de Gobierno que gobernaba Lima, pese a su espíritu subordinado a Bolívar, rechazó ambos tratados. Para ello alegó que en el de lími-tes, Bolivia obtenía ventajas exclusivas, pues en el trueque territorial pactado, ella obtenía la parte del león” 4.
Pero tras la caída del gobierno de Sucre y la invasión peruana comanda por el Gral. Agustín Gamarra, el 6 de julio de 1828 fue suscrito el ‘Tratado de Piquiza’, mediante el cual se acordó la retirada de las tropas colombianas del territorio boliviano y el nombramiento de un gobierno provisional. Por otro lado, también se pactó de manera secreta “la renuncia de Facundo Infante como Ministro del Interior y su partida de Bolivia en veinte días” 5.
Es de esa manera, que Facundo fue des-terrado a Salta (Argentina), pero “el go-bierno de Santa Cruz anuló su destierro y pudo volver a Bolivia en la década de 1830. Se sabe que estuvo en Chuquisaca en el mes de marzo de 1831” 6 y luego fue “designado examinador para el examen de ingreso en Bellas artes en la universi-dad de La Paz” 7.
Posteriormente, en 1832 estuvo en Tac-na y para 1834, ya radicaba en Burdeos (Francia). Luego retornó a su tierra natal donde con el trascurso del tiempo ocupó las funciones de Ministro de Guerra, Go-bernador Militar de Madrid, miembro del Consejo de Estado en la década de 1860’ y fue también Diputado a las Cortes, Sena-dor vitalicio, Presidente del Congreso y Ministro de Gobierno. Finalmente Facun-do Infante, falleció en 1873, a los 87 años.
Es en ese sentido, que a través de estos fragmentos biográficos, describimos la vi-da de un gran personaje, que cimentó Bolivia y merece ser estudiado además de ser recordado.
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martes, 26 de mayo de 2015
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