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martes, 7 de junio de 2022

Los Llanos de Grigotá - El sitio Grigotá

El sitio más temprano hasta ahora investigado en el Departamento de Santa Cruz está ubicado justamente en la misma urbe de Santa Cruz, en el barrio de los Ángeles, entre el segundo y tercer anillo (Fig. 141). Fue descubierto al poner el alcantarillado y reportado a las autoridades correspondientes por el pintor cruceño Tito Kuramoto.

Gracias a esta intervención, el Instituto Nacional de Arqueología envió en 1976 al arqueólogo Bustos Santelices para efectuar excavaciones en el lugar bautizado como "sitio Grigotá". En base a observaciones geomorfológicas, paleoclimáticas y culturales se propuso que el sitio había sido ocupado desde 850 d. C. hasta el incanato (Bustos Santelices, 1976a, 1977). Fechados de radiocarbono de muestras recuperadas del sitio por un equipo boliviano-alemán en 1998 corrigieron la edad a 400 a.C. - 100 d. C. (Prümers, 2000), con lo que el sitio resultó ser del período Formativo, coetáneo a las culturas andinas chiripa y wankarani.

Los vestigios arqueológicos del sitio Grigotá se hallaron en un área bastante extendida y los fechados de radiocarbono, que arrojaron las muestras de carbón vegetal asociados a estos restos culturales, variaban por sectores. Una posible explicación de esto podría ser un desplazamiento paulatino del sitio habitacional, el cual pudo haber estado constituido por casas de planta circular, de las cuales algunas huellas de postes de madera descompuestos habían aparecido durante las excavaciones de Bustos Santelices.

Sobre los habitantes del sitio, su vida diaria, ritos y creencias, no sabemos nada ya que no fueron encontrados ni restos botánicos o zooarqueológicos, ni tumbas. El único legado de ellos es una cerámica particular, de la cual se encontraron más de mil fragmentos diagnósticos en nuestras excavaciones (Prümers, 2000). La uniformidad de esta cerámica, en cuanto a la materia prima utilizada (pasta), el acabado de superficie y las formas de vasijas, era muy grande. Entre las formas predominaban los cuencos con pedestal, que por lo general tenían bordes engrosados (Fig. 142). Además, eran frecuentes cuencos con base plana o redondeada y ollas, mientras que de platos bajos y botellas se hallaron muy pocos ejemplares.

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