Buscador

lunes, 27 de junio de 2022

Santa Cruz indígena - Acabados y consumidos

Los primeros años de la conquista española tuvieron un fuerte impacto sobre los indígenas de la región, pues sunúmero menguó rápidamente. Las cifras suelen variar, incluso del simple al doble: según las fuentes, el número de indios empadronados en 1561 oscila entre 30.000 y 60.000. Sea lo que fuere, las bajas son en todo caso espectaculares. En 1586, el gobernador de Santa Cruz, Lorenzo Suárez de Figueroa, habla de sólo 8.000 indios “de visita y servidumbre, sin más de 3.000 indios e indias que hay de servicio personal dentro de la ciudad” (1965 [1586]: 402). Un año después, se habla de un total de 10 a 20.000 indios en los alrededores (Crónica anónima, 1944 [c. 1600]: 502). Como lo nota García Recio (1988: 157), si bien en la década de 1570 el mercedario Diego de Porres empadronó 15.700 “indios varones”, en 1601 sólo se cuentan 4.000. A inicios del siglo XVII, Díaz de Guzmán puede escribir que Irala “halló en aquella tierra mucha multitud de indios labradores en grandes pueblos, aunque el día de hoy los más son acabados y consumidos” (1835 [1612]: 14).

Las causas de este descenso son, primero, las epidemias y enfermedades que achacan a los indígenas a raíz del contacto con los europeos, principalmente la viruela y el sarampión. Otros muchos simplemente huyen hacia el bosque y escapan así a los censos y repartimientos. Otros más son víctimas de las “malocas” de los cruceños, verdaderas cacerías de indígenas para venderlos luego “al Perú” como esclavos. Ya en 1571 el virrey se queja:

He sido informado de que muchas personas que han salido de la provincia de Santa Cruz de la Sierra a estos reinos del Perú han sacado cantidad de piezas de indios de aquella tierra y los han dado y vendido y rescatado con color que son indios chiriguanaes y de guerra (Toledo, 1571 en Mujía, 1914 t. 3: 33).

Otros pocos, finalmente, siguen la suerte de sus amos y los siguen hasta la sede de la Audiencia u otras partes “del Perú”.

La fundación de San Lorenzo en 1590 y el posterior traslado de Santa Cruz hacia el río Guapay tuvieron sus consecuencias sobre los indígenas de la región. Ya en 1584, Suárez de Figueroa prevé que poblando en Grigotá, y hasta lograr “pacificar” a los indígenas locales, se tendrá que utilizar a “indios de servicio” de Santa Cruz. Efectivamente, documentos posteriores señalan que “indios de repartimiento” de Santa Cruz fueron trasladados a Grigotá para contribuir a la edificación de San Lorenzo. En el viaje hasta el Guapay, sea en esta época temprana, sea luego cuando se mudó definitivamente Santa Cruz, muchos indígenas aprovecharon para retornar a sus lugares de origen o incluso huir a Charcas, hacia el oeste. A inicios del siglo XVII, se habla de unos 3.000 indios originarios de Santa Cruz en Charcas (García Recio, 1988).

Sin embargo, y sin querer menospreciar sus impactos, la alteración española en la zona de la primera Santa Cruz duró, finalmente, poco tiempo. Aunque víctima de “malocas” y correrías en busca de esclavos tanto por parte de los cruceños como de los bandeirantes de Brasil, la zona no sufrió de una presencia española permanente y cayó en el olvido con el traslado de la ciudad. Fueron las misiones jesuitas, iniciadas a fines del siglo XVII, las que realmente cambiaron de manera drástica este panorama, y su acción homogeneizadora fue continuada luego en los pueblos criollos de la Chiquitania del siglo XIX. Chiquitanos y ayoreos sólo son dos las etnias identificables hoy en la vieja Santa Cruz, antaño hogar de tantos “naturales”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario