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viernes, 3 de junio de 2022

Los Llanos de Mojos - Los sitios con zanjas del Noreste (Baures e Iténez)

A comienzos del siglo XVIII estuvieron en la región de Baures dos misioneros afanosos, no solamente en „salvar almas“, también en escribir. Dejaron crónicas y cartas, que sin duda son las descripciones más detalladas que se tienen de alguna de las regiones de los Llanos de Mojos del tiempo misional (Eder, 1985 [1772]; Mayr, 2002 [1717-1740]). Para la interpretación de los restos arqueológicos de la región dan muchas pistas, como por ejemplo en las siguientes dos citas:

La mejor zona de la region es la llamada de Baures, pues hasta ahora no ha sufrido jamas ningun daño de las aguas, ya que asi como las reducciones del Mamoré la aventajan en que sus sabanas son mas elevadas, asi ella las supera en tener tierras aptas para la siembra, pues se cultivan aquellos lugares mas elevados, pero no en las sabanas. La tierra por lo general es negra y muy suave al tacto (Eder, [1772]: 73).

… toda la sabana queda cubierta por las aguas la mayor parte del año, por lo que solo en canoas se puede transitar por ella de una a otra isla. No contando con ellas la mayoría de las etnias, por su pereza o por su ignorancia en fabricarlas, pero necesitando o gustándoles al mismo tiempo visitar de vez en cuando a sus amigos cercanos (principalmente para beber), levantaron una especie de puentes con tierra excavada por los lados, que quedaron por encima de toda inundación; su anchura era suficiente para que circularan dos coches nuestros juntos. Con estos puentes tambien lograron que las primeras lluvias anuales se almacenaran en el hueco dejado por la tierra excavada y, cuando en verano las sabanas ya estan secas y casi quemadas, que quedara allí suficiente cantidad de agua para transportar por aquellos canales su maiz y demás cosas necesarias. Los Baure hacían gran uso de estos puentes, encontrándose alli por doquier, aunque en la actualidad casi no se utilizan, a causa tanto de la abundancia de canoas como de que los puentes se han inutilizado e interrumpido con el paso de tanto tiempo (Eder, [1772]: 105).

La primera cita describe perfectamente la ubicación de los pueblos y de sus sembradíos en las alturas. Además, la referencia a la presencia en estos lugares de una tierra negra y muy suave al tacto“ debe ser la primera mención de las terras pretas tan estudiadas actualmente (ver recuadro 23). La segunda cita nos informa sobre la cohesión social de los grupos que, no obstante de vivir en diferentes islas, conformaban una entidad mayor, que correspondería a lo que los españoles del tiempo hubieran llamado una „nación“ y nosotros hoy en día un grupo étnico. Nos informa, además, de la red de terraplenes construida por los Baure para mantener el contacto dentro de su sociedad y que ellos carecían de canoas.

La ubicación de los asentamientos en las islas de bosque, así como la red de terraplenes y canales que las comunica, resalta perfectamente en el mapa que hemos elaborado de la región, en el cual se han omitido muchos detalles (Fig. 132). El trabajo invertido en construcción y mantenimiento de este sistema complejo, que conecta asentamientos por distancias de 50 km y más, debe haber sido enorme. Igual de laborioso debió haber sido excavar los fosos con los cuales intentaban protegerse contra sus enemigos. De estos fosos, Eder dice lo siguiente: 
M apad ed istribuciónd el aso brasd et ierrae nl ar egiónd eB aures

Habiendo aterrorizado los Guarayo toda la región, consiguieron que los Baure se comprometieran a entregarles anualmente cierto número de muchachos y muchachas: pero ni siquiera así estaban a salvo de sus frecuentes e inesperados asaltos. Así pues, para solucionar sus problemas de otra forma, decidieron rodear sus islas con fosos (que subsisten hasta hoy y que demuestran la gran población que por entonces debía haber). Conocí islas [de monte] cuya circunferencia llegaba a tres millas [equivale, aproximadamente, a 5.4 km] y que estaban rodeadas de dos o tres fosos. Estos son tan anchos y profundos, que se pueden comparar con los de Europa. Iban amontonando la tierra excavando en las espaldas del foso, formando una pared de declive muy abrupto y de difícil subida para el hombre. De esta forma hicieron más difíciles al enemigo sus asaltos. De todas formas, estos proseguían, bien porque los que salían afuera de los fosos eran víctimas de emboscadas, bien porque no podían excavar tales fosos por todas partes, dejando siempre algún resquicio por el que se introducían sin ser apercibidos (Eder, 1985 [ca. 1772]: 106).

La descripción es bien clara en resaltar que las zanjas son obras defensivas, y por eso pasaremospor alto las otras funciones que se han postulado para ellas. Además, la cita de Eder aclara que los fosos rodeaban islas de monte enteras y que excavarlos era tan laborioso que a veces no eran completados. Sin embargo, algunos arqueólogos han relacionado esta descripción con las zanjas circulares que se encuentran en el centro de la mayoría de las islas de monte, que deben ser interpretadas como defensas adicionales para los poblados propiamente dichos. Los sistemas de fosos, de los cuales estas zanjas circulares constituyen sólo una parte diminuta, se están reconociendo recién. En una área de 200 km2, cerca del pueblo de Bella Vista, que se mapeó con LIDAR (Escáner Láser Aerotransportado), una tecnología que permite "eliminar" en el relieve del terreno la vegetación, se han detectado unos 20 sitios con zanjas. Casi todos están compuestos por varias zanjas y los sitios grandes, con fosos que encierran más de 200 hectáreas, tienen por lo menos dos zanjas circulares pequeñas como partes del complejo (Fig. 133).
Zanjas prehispánicas d el ar egiónd eB ellaV ista

Con esta evidencia se ha adelantado una parte de la historia de la investigación en la región, que igualmente comenzó con los trabajos del barón Erland Nordenskiöld. En sus viajes por el río Guaporé, entre 1914 y 1915, Nordenskiöld constató la presencia de sitios rodeados por zanjas en todas las alturas de la ribera. Recolectó material arqueológico de superficie en diferentes lugares, que ha sido estudiado recién unos cien años más tarde (Jaimes Betancourt, 2012b). Después hicieron estudios en sitios situados en la banda brasileña del Guaporé la antropóloga austriaca Etta Becker-Donner (1956a, b) y el arqueólogo Eurico Miller (1983), y en la provincia Iténez los argentinos Dougherty y Calandra (1984: 187-190; 1984-85; 1985). De estos trabajos, el de Miller es el más puntual, ya que llevó a una periodización del material. A partir del año 1995, el arqueólogo norteamericano Clark Erickson ha efectuado prospecciones arqueológicas en la región de Baures. Sus estudios se enfocaban en la documentación de las transformaciones del entorno natural por los habitantes prehispánicos y en la documentación de las obras de tierra (Erickson, 2000a, b; 2006, 2008, 2010).

Las primeras excavaciones de mayor escala en la región fueron las que hicimos en el interior de una zanja circular al Norte del pueblo de Bella Vista (Prümers, 2010; 2014; Prümers / Jaimes Betancourt / Machicado, 2009). En este sitio, conocido como la Granja del Padre, se excavaron unos 600 m2 (Fig. 134) sin encontrar ni un hueco de poste. Con esto no queremos decir que en el lugar no vivía gente, ya que una capa de color negruzco llena de restos culturales que se extendía por toda el área excavada prueba lo contrario, sin embargo, queremos llamar la atención al hecho de que las casas, por lo menos de esta ocupación que data entre 1200 - 1400 d. C., probablemente estaban construidas de adobe. Dentro del área de excavación se hallaron también unos 16 entierros en vasijas. En la mayoría de los casos el cuerpo había sido depositado en una vasija grande. Para poder hacer entrar el cuerpo en la vasija tuvieron que sacar la base y cubrir la abertura con fragmentos grandes de otras vasijas (Fig. 135).

Vista del sitio BV-2 (Granja del Padre),



La cerámica era en todos los aspectos diferente a la del área de las lomas altas (Fig. 136) y mantenía una mayor relación con la cerámica encontrada en el lado brasileño del Guaporé (Jaimes Betancourt, 2014).

Siendo las islas de bosque o las alturas formadas por las estribaciones del escudo brasileño al Norte de Bella Vista los únicos lugares habitables de la región, es de extrañar que hasta ahora no se tengan evidencias de ocupaciones largas. Todos los sitios que se han investigado hasta ahora tenían una capa de ocupación delgada que, hasta donde los datos publicados nos permiten decirlo, parecen corresponder al mismo período de tiempo que la ocupación de la Granja del Padre. Por eso, el hallazgo reciente de una cultura mucho más temprana en la isla de monte de Jasiaquiri, ubicada unos 8 km al Suroeste de Baures, es de suma importancia. Los restos salieron a la luz durante la construcción de una nueva cancha de básquet en el terreno de la escuela. Entre los pocos contextos arqueológicos que pudimos documentar durante los trabajos de rescate había el entierro extendido de una mujer (Fig. 137). La cabeza ya había sido removida o destruida, y de una vasija que había sido depositada como ofrenda se había conservado solo la base. No obstante estas perturbaciones, se pudieron documentar in situ cuatro torteras que habían sido depositadas a la altura de los pies. Para la ocupación a la cual pertenece este contexto tenemos dos fechados de radiocarbono entre 350-550 d. C., lo que significa que es unos 1000 años más antigua que la ocupación cuyos restos se había excavado en la Granja del Padre y en Jasiaquiri. Se sobreentiende que la cerámica de esta nueva cultura es bien diferente de todo lo que se conocía hasta ahora de la región. Entre las formas dominan cuencos con bordes anchos que están decoradas con gruesas líneas incisas rellenadas de una arcilla blanca, con motivos de zig-zag (Fig. 138 d), triángulos con hachurado vertical (Fig. 138 b, g) y grecas (Fig. 138 c, e) (Jaimes Betancourt, 2014).

El hallazgo fortuito de Jasiaquiri demuestra plenamente los vacíos que todavía existen en nuestro conocimiento del pasado prehispánico de la región. No sólo porque es el único sitio de su género que se conoce, sino también porque entre su ocupación y las ocupaciones tardías que se conocían hasta ahora existe un lapso, de aproximadamente 1000 años, del cual no sabemos absolutamente nada.
VAsijas Baures

Entierro extendido disturbado encontrado en el corte 3 de Jasiaquiri.


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