La ciudad de Santa Cruz fue erigida, según los
testimonios, en tierra de los quibaracocis, chanes,
gorgotoquis y/o paroquis. Estos datos no son contradictorios
entre sí, pues todo muestra que varios
grupos diferentes moraban en esta zona. Entre ellos
los más citados (y probablemente los más numerosos)
son sin duda los chanes y los gorgotoquis.
“Chane” significa “hombre, gente, persona”
en las lenguas arawak de la rama mojo-baure.
Los españoles quinientistas solían identificar a
los grupos que encontraban a partir de su lengua,
por esta razón, términos como “guaraní”
(encontrado en las islas del Paraná), “cario” (en
Asunción) y “chiriguanaes” (en el piedemonte
andino) acabaron siendo sinónimos. Esto no
impedía la identificación de varias “parcialidades”
guaraní-hablantes por un nombre propio: “los
guatucos”, “los temeonos”, etc., lo mismo que
ocurría con “los chanes”. Lo que nos presentan
las fuentes son núcleos chanes diferentes, dispersos
a lo largo y ancho de una extensa zona
que iba desde el Pantanal hasta el río Guapay, y
que al Sur abarcaba parte del Chaco boreal y la
“cordillera Chiriguana”. Algunos tenían nombres
propios: en Santa Cruz misma, por ejemplo, los
tipionos y ariticoci eran respectivamente la gente
de una aldea y de una parcialidad “chane”; los
payzunos, çimeonos o tamacocis eran también,
muy probablemente, chane-hablantes. Fue de
hecho un chane quien explicó a Irala que “así
se nombraban en los dichos chanes cada pueblo
su nombre aunque todo era una generación”, o
también: “aunque son chanes todos se llaman
cada casa de su nombre” (Irala, 2008 [1543]).
Los chanes y sus vecinos eran todos “gente
labradora”, tenían “grandes pueblos y muchas
gentes y mantenimiento” (Cáceres, 1941 [1544]), ésta era una característica muy bienvenida para los
colonos españoles. Los gorgotoquis de la región
respondían también a esta descripción. Schmidel
habla de ellos como de una gran nación, como
no ha visto otra en todo su viaje a través del Gran
Chaco, como que su gran número infundió incluso
miedo a los españoles. Indica que “los hombres
llevan en los labios una piedra azul redonda, tan
ancha como ficha de tablero; y sus defensas o las
armas son dardos y flechas, a más paveses hechos
de antas o rodela. (También) las mujeres tienen
hecho en el labio un pequeño agujerito y tienen
una piedra verde o gris hecha de cristal que meten
en ese agujerito; llevan ellas, estas mujeres, un
tipoy que está hecho de algodón; es tan grande
como una camisa pero no tiene mangas (…) no
hacen otra cosa que coser y proveer la casa, quedan
en la casa y el hombre debe ir al campo labrantío
para procurar el alimento que ahí se necesita en
la casa” (Schmidel, 2008 [1567]). Otros describen
la “provincia gorgotoqui” como “la mayor y más
poblada que en aquellas partes habían visto” (Calvete
de Estrella, 1963 [1571]).
Las fuentes mencionan al menos una veintena
de grupos étnicos en las cercanías de la primera
Santa Cruz, como se podrá apreciar en la figura
147. El número total de grupos era incluso probablemente
mayor, si tomamos en cuenta el altísimo
número de aldeas o “parcialidades” citadas; en la
mayoría de los casos, sin embargo, son pocos los
datos que tenemos sobre cada uno. No podemos
saber con exactitud si un nombre sólo se refería a
un asentamiento particular o a un grupo mayor.
Los idiomas hablados en la región reflejan
esta diversidad. Las lenguas principales y más
difundidas, que debían aprender los misioneros,
eran tres: el chane, el chiriguano (guaraní), y el
gorgotoqui. Pero existen muchas más. En 1601
el padre Diego Martínez cuenta:
Fuera de la lengua gorgotoqui que aprendí, en la cual confesaba y predicaba, aprendí la lengua chane un poco, en la cual confesaba y catequizaba. También traduje toda la doctrina en la lengua capayxoro y en la lengua payono (Crónica anónima 1944, [c. 1600]: 500-501).
En la misma época, el padre Anello Oliva
apuntaba que “son innumerables las lenguas
diferentes”
que se hablan en la provincia de
Santa Cruz:
Algunas veces hallé en un solo pueblo tres y cuatro diferencias de lenguas tan distinta la una de la otra que no se parecían en nada, pues demás de la guarayú [guaraní itatín] y gorgotoqui que son las generales de aquella gobernación, hay la chane, pane, paisano, xarace, yuracase, touaçicoçi, con otras (Anello Oliva, 1895 [1631]).
La lengua gorgotoqui, tan difundida en
esta época, ha desaparecido completamente hoy.
Algunos
investigadores piensan que podría tratarse
de la misma lengua chiquitana, o de un dialecto de
ella (Tomichá, 2006: 640). Sin embargo, la cuestión
está lejos de ser clara. Sabemos en efecto, que el
gorgotoqui tenía algo de semejanza con el chiquito,
pero se trataban de dos idiomas diferentes. Anello
Oliva también distingue, como vimos, las lenguas
tovasicoci y gorgotoqui. Otra hipótesis es que los
gorgotoquis hayan sido miembros de la familia lingüística
otuqui-
bororó: la grafía borogotoqui podría
referirse a los bororós. Los grupos de esta familia
lingüística estaban muy presentes en el siglo XVIII
al Sur del Pantanal (bañados de Otuquis) y en el
Mato Grosso, pero fueron señalados también, hasta el siglo XIX, muy cerca de la vieja Santa Cruz, en
las salinas de Chiquitos. Sólo diré que, a favor de
esta sugerencia, Branislava Susnik (1978) señala
que “el prefijo ‘gor-’ [de gor-gotoqui] parece corresponder
al ‘kur-’ en algunos apelativos tribales
de origen otuqui”. Lo más probable es que ambas
hipótesis, chiquitana y otuqui, sean acertadas: el
gorgotoqui parece haber sido una lengua originalmente
otuqui, pero fuertemente “chiquitanizada”
(Combès, 2012).
En cuanto al idioma guaraní, se trata ante
todo, como lo subraya Anello Oliva ([1631]
1895), del “guarayú”, es decir del idioma de
los chiriguanaes itatines. El idioma parece ser
“general” en la provincia, mucho más que en la
ciudad misma de Santa Cruz, donde el padrón de
encomiendas, por ejemplo, no arroja demasiados
nombres identificables como guaraníes.
Otra familia lingüística presente al Sur de la
ciudad es la guaycurú, con el grupo de los “mayaes”
(mbayá) chaqueños, una fracción de ellos
fue encomendada al mismo Ñuflo de Chaves
(Repartimiento… 2008 [1561]). Finalmente, no
mencionada con este nombre en las fuentes quinientistas
pero sí identificable bajo la etiqueta
de “capayxoro” o “caparxoro”, está presente la
lengua zamuca en la zona. Con estos diferentes
idiomas seguramente no se cierra la lista ni
mucho menos, pero las otras lenguas de la región,
aisladas o pertenecientes a alguna de las
familias ya mencionadas, no son identificables
en las fuentes. Muchas desaparecieron desde
entonces y, probablemente, nunca sabremos
cuáles fueron.
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