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viernes, 17 de junio de 2022

Santa Cruz indígena

 Isabelle Combès

A1 medio camino entre el Pantanal al Este y el río Grande o Guapay al oeste, la primera ciudad de Santa Cruz de la Sierra no se fundó en un lugar virgen y vacío de gente, todo lo contrario: su ubicación exacta, según una relación de 1561,“en lugar cómodo de grandes labranzas y comidas frutales y pesquerías y casas”, se debió en gran medida al impresionante número de indígenas que vivían en sus alrededores. La misma fuente habla de “muchos indios con diferentes nombres y lenguas, grandes labradores, de 80.000 fuegos [hogares]” a 40 leguas a la redonda o de “muchas provincias y ayllus de naturales” (Relación de los casos… 2008 [1561]: 69). Poco menos de dos meses después de la fundación, el 20 de abril de 1561, un gran número de naturales, estimado en algunas partes en 60.000, fue distribuido en encomienda a los pobladores españoles, en una interminable lista de nombres extraños de “principales” (jefes), “generaciones” (naciones, grupos étnicos) y “parcialidades” (sub-grupos, aldeas): Haquihmoracoçi, Caparxoro, Maraibo, Aaturay, Macaraecoçi, Chabocoçi, etc. Sin contar las repeticiones ni los casos poco claros, esta lista arroja un total de 268 aldeas o grupos repartidos entre los fundadores de Santa Cruz. Sin duda alguna: la ciudad de Chaves fue antes también la de los Tuçi, Morotoco y demás caciques indígenas de la región.

Estos personajes y sus grupos no son nada fáciles de rastrear en las fuentes de la época. Los españoles conocieron sus nombres mediante sus guías, baqueanos e intérpretes indígenas, y a su vez los interpretaron (y los escribieron) como pudieron. Esto significa que rara vez (casi nunca) son nombres “propios” o “auto-denominaciones”. Por ejemplo, encontramos en las fuentes muchos nombres que llevan el sufijo coci, antigua marca del plural, probablemente en el idioma gorgotoqui: tamacoci, panecoci, jamarecoci, etc. Este hecho no significa necesariamente que los grupos así nombrados hablaban el gorgotoqui, sino más bien que fueron llamados así por gorgotoqui-hablantes. Lo mismo puede decirse de los también numerosos gentilicios terminados en ono, marca arawak (chane) del plural. Esto significa que, según los guías e intérpretes, pueden existir dos, tres o hasta más nombres diferentes para designar un solo grupo humano. Sabemos, por ejemplo, que los tapuy-miri (así llamados por guaraní-hablantes) son los mismos que los españoles llegaron a llamar chiquitos, y los mismos también que se autodenominan como tovasicoci. Sin embargo, en muchos casos las fuentes no aclaran estos problemas, y corremos el riesgo de contabilizar varios grupos donde existió uno.

Otro problema es la existencia de numerosos nombres “genéricos” que pudieron aplicarse a diferentes grupos, en diferentes épocas y diferentes lugares: timbú por ejemplo, término guaraní que podía aplicarse a cualquier grupo humano que tenía costumbre de horadarse el labio; nambikua y variantes, del guaraní nambi: “oreja”, que se aplicaba a los diferentes grupos que los españoles llamaron “orejones”, sin que estos diversos grupos tengan ninguna relación entre sí. Entre los nombres genéricos se deben contemplar términos como “cario”, “guaraní” o “chiriguanaes” por ejemplo, que fueron aplicados, a veces al mismo tiempo y por los mismos cronistas, a cualquier grupo guaraní-hablante. Esto no implica, ni mucho menos, que estos diferentes grupos se conocían o que constituían “parcialidades” de una “misma nación”.

Finalmente, debemos contar también con los autores de nuestras fuentes, es decir, los españoles. Ellos estaban interesados en los servicios que les podían prestar los indígenas (comida, etc.) o en buscar las riquezas de las tierras fabulosas que perseguían. Las costumbres de los “naturales” poco interesaban si no tenían un impacto inmediato sobre los españoles: de esta manera, podemos saber que los tovasicoci utilizan flechas envenenadas… pero nada en las fuentes nos informa sobre sus creencias por ejemplo, u otros aspectos de su cultura.

Nuestro conocimiento sobre los indígenas que vivían en la primera Santa Cruz es entonces limitado. Los párrafos que siguen sólo pretender esbozar un panorama general a partir de los datos existentes.
Santa Cruz Prehispanica - Mapa

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