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martes, 12 de noviembre de 2013

A Potosí, ciudad de la eternidad

(Fragmento)

Pusieron los siglos corona de gloria

En la argentada cien del Sumac Orcko...

Y puso el destino con voz de cerro

Un nombre bravo que escribió la historia:

Potosí

Bendita seas por tus dolores que son grandeza...

Amado suelo

Que en el etéreo vaho del recuerdo ido

Fueras conocido como Cantu-marca.

Amado Suelo

Que en el eterno Galanteo con nimbos y con estratos de las alturas

Escondiste, a nuestros propios ojos

El argento metal que sólo ornaba en aquellos tiempos

La gala sacra del Dios dorado de las mañanas.

De pronto el tiempo se ha disipado

Vuelan los días, las horas pasan

Y una mañana celeste y clara...

Se muestra impúdica la blanca plata

Con los destellos de la mañana

A un hombre (Huallpa) que con sus llamas

No entiende el drama que comenzaba.

¿Qué sacrificios se presagiaban

Tierra de hombres que como hormigas,

Van a morir como mitayos

En el profundo de las entrañas

De aquel gran cerro veno argentado?

De lejos, si desde lejos...

Con sed de oro, con sed de especias se acerca el ibero con estandartes

¡No tiene nada! Sólo la espada con que amenaza

Aquel caballo que lo desplaza,

Y ese gran trueno que de la boca de los trabucos,

Potente escapa.

Piafan los caballos y lanzan a los vientos sus crines enredadas

Ondean las banderas

Relumbran las corazas

La pólvora estruendosa expulsa la metralla

Y riega por los suelos...

La honda, la flecha y la macana.

Y el yelmo en la cabeza de algunos... se destaca.

Al sol ostentan sus largas barbas, algunas negras algunas claras

Al sol ostentan

La depravada mirada hambrienta.

De oro, de especias, de gloria vana.

¡Par Diez!

Que historias turbias se arremolinan en lo recóndito de tal pasado?

¿La cárcel negra?, sí.

¿Los desaliños?, también,

Las graves trampas, enfermedades y... la codicia,

Ya retrataron

La fama artera que los describe, que los persigue

Por los senderos de la ultramar...

¡Ay! tierra minera que al sol se expande

Cómo retumban en esta altura

Estos latidos del corazón,

Paréceme sentir ahora, que avecina

Mucha tristeza y explotación.

De pronto el tiempo se ha disipado

Vuelvan los días, las horas pasan

Y una mañana celeste y clara...

Abril primero, de mil quinientos cuarenta y cinco

Se funda el pueblo tan anhelado...

Su nombre es fruto del estruendoso gritar del cerro

Su cuerpo es plata, la plata viva que como un cono

Va relumbrando.

¿Quién dijo entonces que en el futuro

Aquel “Cochizos”,

Que “el plomo ronca”

“La millma barra” o ese “negrillo”,

Serán los tonos

De un nuevo manto que vestirá el cerro?

Ciudad torrente de plata viva

Ciudad que como ella no ha habido una... una hasta hoy

¡Imperial Villa, de Carlos V

Patrimonio eterno de la Humanidad!,

Inocente hermana, inocente hija...

Al mundo entregaste todo tu valor:

Por ti la España, posó su planta altiva y fie-ra,

Por ti ese suelo lejano y duro se engrande-ció.

¿Qué queda ahora, tierra bendita, de todo ese tiempo

De toda esa plata que se llevó?

Sólo el recuerdo de los Mitayos que con sus huesos

Bien lograrían hacer un puente

¡De paz... y amor!

Amada tierra que aún conservas

En ese seno lleno de amor

La roja sangre de mis mayores,

La historia inédita de mil pasiones

Y llevas también

El ósculo apasionado de mis eternos amores...

De pronto el tiempo se ha disipado

Vuelan los días, las horas pasan

Y una mañana celeste y clara...

Se rompen las cadenas del yugo opresor,

Fueron dieciséis años, de guerra de guerrillas

Fueron dieciséis años de sangre y de va-lor.

¡El Yugo se destroza!

¡El Yugo se destroza!

Los Padres de la Patria, aquellos verdaderos

Lo firman, lo bendicen...

Y nace mi Bolivia con todo su esplendor.

Bolívar la declara su “hija Predilecta”

Y Sucre, es el artífice de su realización.

Santa Cruz la luce, le da su poderío

Y el tiempo la define, como la nación.

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