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lunes, 23 de marzo de 2015

Ningún barco boliviano combatió en la guerra



Hasta antes de la invasión chilena a Antofagasta, al menos diez embarcaciones eran parte de la flota mercante boliviana, la cual se encontraba en manos de empresarios privados, y otras cuatro pertenecían a la Armada con la misión de realizar el control de las costas, sin embargo ninguna de éstas llegó a ser empelada durante la Guerra del Pacífico.

La Razón revisó publicaciones de prensa de 1966 a 1971 en la hemeroteca de la Vicepresidencia donde hay información de los navíos que operaban bajo bandera boliviana antes de la contienda. De acuerdo con el portal del archivo y biblioteca virtual de la Armada Boliviana, el país tenía una Escuadra Naval constituida por el guardacostas “General Sucre”, vendido en 1875; el bergantín “María Luisa”, rematado en 1872 en subasta pública; el cañonero el “Morro”, vapor de guerra, desmantelado antes de la conflagración; el “Sorata”, desmantelado para 1879; y otros de la marina mercante sin condiciones para el combate.

Según el historiador boliviano general Tomás Peña y Lillo, el buque de guerra “General Sucre” era uno de los más importantes porque desde 1844 realizaba controles en la costa boliviana para evitar el contrabando y robo de guano y salitre del Litoral boliviano. En tanto que las embarcaciones comerciales eran alquiladas por empresarios locales, añade.

Una publicación del diario Antofagasta —edición especial de 1971 con motivo del Día del Mar— da cuenta de que los barcos mercantes “Juana”, “Lastenia” y “Llama” eran de los hermanos Ramón y Anan Lemaitre y alquilados para el comercio. En tanto que la “Chanchamocha”, del minero Faustino James, se usaba para transportar minerales.

José María Artola, comerciante español, era dueño de “El Potosí”, que estaba destinado al transporte de minerales y mercaderías desde Cobija y Antofagasta a depósitos en Calama.

Los navíos “4 de Julio” y “Bolivia”, del empresario Guillermo Weelwright, dieron origen a la compañía de vapores del mundo “The Pacific Steam Navigation Company”. Las goletas “Elcira” y “la Elisa”, de propiedad de la firma Doll y Cía., realizaban viajes entre Tocopilla y Cobija y hasta Valparaíso (Chile).

El “Lopéz Gama” pertenecía al brasileño Pedro López Gama, quien en 1873 firmó un contrato con el gobierno para la explotación de las minas de plata de Caracoles. Por último el “Bolívar” estaba dedicado al transporte de mercaderías.


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