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domingo, 22 de marzo de 2015

23 DE MARZO DE 1879 BOLIVIA RECUERDA LA DEFENSA DE CALAMA

Con el tradicional desfile cívico militar en todas las ciudades del país, Bolivia recordará mañana los 136 años de la defensa de Calama, sostenida la mañana del 23 de marzo de 1879 sobre el puente del Topáter por un puñado de patriotas bolivianos, que resistió el embate de una ejército numeroso y preparado para combatir.

Las hostilidades habían comenzado mucho antes. Chile se había convertido en un enemigo natural de Bolivia, pues en su condición de estrecha faja terrestre comprendida entre la cordillera de los Andes y el océano Pacífico, carente de recursos naturales, poco podía esperar del porvenir.

Las covaderas. Las aves marítimas tienen la costumbre de depositar sus extremos solamente en los arrecifes próximos a la costa. Este material era empleado, en el siglo XIX, para producir fertilizantes destinados a la agricultura.

Pelícanos, cormoranes, gaviotas y otras especies formaron enormes colonias en el entonces departamento boliviano del Litoral.

Esa riqueza sumada al salitre que se encuentra en medio del desierto fue una tentación demasiado grande para un país, cuyos líderes consideraban que si no se apropiaban de ella, su pueblo quedaría condenado a la eterna miseria y se lanzó a la aventura, mientras Bolivia mantenía absolutamente desguarnecidas todas sus fronteras, pues su clase social líder vivía de la explotación a la fierza laboral indígena y minera.

Las fuerzas chilena tomaron Antofagasta el 14 de febrero de 1879 y encontraron la primera resistencia, improvisada y poco preparada, desde el 21 de marzo siguiente, cuando comenzó el asedio sobre Calama.

Los héroes Ladislaco Cabrera y Severino Zapata reunieron un grupo de 144 valientes voluntarios bolivianos para la defensa de la ciudad. Eduardo Abaroa estaba entre ellos. Abaroa Fue uno de los defensores del puente del Topáter, sobre el río Loa.

Todavía retumban sus palabras, cuando malherido, fue intimado a rendirse "¿rendirme yo?, que se rinda su abuela, carajo..." Cuenta la historia que una descarga de fusiles acabó con su vida.

Después, los desaciertos polìticos y militares, así como oscuros intereses económicos determinaron la más dolorosa y grave mutilación geográfica de Bolivia.

Eduardo Abaroa Hidalgo nació en san pedro de atacama, a la sazón una ciudad boliviana, el 13 de octubre de 1838 y murió heroicamente el 23 de marzo de 1879 sobre el puente del Topáter, aunque en ese mismo momento pasó a la inmortalidad. Sus restos reposan en el templo católico de San Francisco en La Paz y cada años se llevan a la plaza Abaroa.

136 años transcurrieron desde la batalla de Calama, el 23 de marzo de 1879.

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