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viernes, 16 de septiembre de 2022

Las guerras civiles entre los encomenderos y la Corona - De cómo fueron al Perú Blasco Núñez Vela y cuatro oidores

“Entró Blasco Núñez a Trujillo con gran tristeza de los españoles, hizo pregonar públicamente las ordenanzas, tasar los tributos, ahora los indios, y vedar que nadie los cargase por fuerza y sin paga. Quitó los vasallos que por aquellas ordenanzas pudo y púsoles en cabeza del rey. Suplicó y pueblo y cabildo de las ordenanzas, salvo la que tasaba los tributos y pechos y de la que vedaba cargar los indios, aprobándolas por buenas. El no les otorgó la apelación, antes puso muy grandes penas a las justicias, que lo contrario hiciesen, decía que traía espesísimo mandamiento del emperador para ejecutarlas, sin oír ni conceder apelación alguna. Díjoles, empero, que tenían razón de agravarse de las ordenanzas, que fuesen sobre ello al emperador, y que él le escribiría cuál mal informado había sido para ordenar aquellas leyes. Visto por los vecinos su rigor y dureza, aunque buenas palabras, comenzaron a renegar. Unos decían que dejarían las mujeres, y aún algunos las dejaran si les valiera, ya se habían casado muchos se habían casado muchos con sus amigas, mujeres de segunda, por mandamiento que les quitaran las haciendas si no lo hicieran. Otros decían que les fuera mucho mejor no tener hijos ni mujer que mantener, si les habían de quitar los esclavos, que los sustentaban trabajando en minas, labranzas y otras granjerías, otros pedíanle pagase los esclavos que les tomaba, pues los habían comprado de los quintos del rey y tenían su hierro y señal. Otros daban por mal empleados sus trabajos y servicios, si al cabo de su vejez no habían de tener quién les sirviese; éstos mostraban los dientes caídos de comer maíz tostado en la conquista del Perú; aquellas muchas heridas y pedradas; aquellos otros grandes bocados de lagartos; los conquistadores se quejaban que, habiendo gastado su hacienda y derramado su sangre el ganar el Perú al emperador, les quitaban estos pocos vasallos que les había hecho merced. Los soldados decían que no iban conquistar otras tierras, pues les quitaban la esperanza de tener vasallos, sino que robarían a diestro y a siniestro cuando pudiesen; los tenientes y oficiales del rey se agraviaban mucho que les privasen de sus repartimientos sin haber maltratado los indios, pues no los hubieron por el oficio, sino por sus trabajos y servicios”. Fuente: López de Gomara, 1979.

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