Cochabamba recuerda hoy el 203 aniversario del
levantamiento revolucionario del 14 de septiembre de 1810. Un episodio
valeroso en la historia de la región, que sumado a otras insurrecciones
como la de Charcas (Chuquisaca) y de La Paz, en mayo y julio de 1809,
respectivamente —y que tuvo relación con la de Buenos Aires en mayo de
1810— quedó inmortalizado en los anales de la guerra independentista que
permitió el nacimiento de la República de Bolivia, el 6 de agosto de
1825.
Los historiadores e investigadores Gustavo
Rodríguez (GR) y Edmundo Arze (EA) responden en estas páginas a diez
preguntas clave para entender los motivos del alzamiento del 14 de
septiembre, las batallas posteriores, los héroes conocidos y
desconocidos de la revuelta, el papel de los indígenas y las mujeres, la
importancia de la Republiqueta de Ayopaya, la relación de este
acontecimiento con otros hechos similares y su aporte a la liberación
del continente del yugo español.
1.¿Qué sucesos derivaron en la insurrección del 14 de septiembre de 1810?
GR: Hay tres centrales. Primero, la presión del rey Fernando VII
(1808-1833) en España y el desmoronamiento de la Corona en ese país.
Segundo, los acontecimientos de Chuquisaca en mayo de 1809, y del 16 de
julio del mismo año en La Paz. Tercero y fundamental, la Junta de Buenos
Aires del 25 de mayo de 1810. No hay que olvidar que Cochabamba no
declaró su independencia ese 14 de septiembre, sino su adhesión e
incluso, como dicen los textos, su subordinación a la Junta de Buenos
Aires. Para entonces, Cochabamba y el Alto Perú pertenecían al
Virreinato de La Plata.
EA: Los sucesos que derivaron
en la revolución patriótica del 14 de septiembre de 1810 en Cochabamba
fueron tres. El alzamiento de Chuquisaca del 25 de mayo de 1809, que
derrocó al presidente de la Real Audiencia de Charcas, don Ramón García
de León y Pizarro, militar y administrador público español; la
insurrección de La Paz del 16 de julio de 1809, que instauró la junta
revolucionaria o Junta Tuitiva de los Derechos del Pueblo y, además,
emitió una proclama a la cabeza del coronel comandante Pedro Domingo
Murillo, y finalmente, la rebelión de Buenos Aires del 25 de mayo de
1810, que derivó en la primera junta revolucionaria de Buenos Aires,
también denominada como la Junta Provisoria Gubernativa del Río de la
Plata.
2.¿A quién o quiénes se consideran héroes de la rebelión en Cochabamba?
GR: No creo mucho en esa idea de figuras y de héroes, pero digamos que
la cabeza más visible de lo que ocurrió en 1810 fue el coronel Francisco
del Rivero, un hacendado cochabambino y también oficial del ejército
real. Igualmente jugó un papel importante y destacado Esteban Arze. Lo
que pasa es que en la historiografía regional, dado que Del Rivero
terminó aliado con el realista José Manuel de Goyeneche en 1811, su
figura iconográfica del recuerdo, de la memoria, desapareció y eso
permitió que se empodere en la memoria a Arze, que efectivamente
continuó con la lucha independentista.
EA: Los héroes
fueron el teniente coronel Francisco del Rivero, el teniente Esteban
Arze, el teniente Bartolomé Guzmán, el alférez Melchor Villa Guzmán y el
cura presbítero Juan Bautista Oquendo, quien destacó por su oratoria y
también fue nombrado capellán del cabildo. ¿Por qué? Tenían información y
contactos con los hechos sucedidos en Charcas, La Paz y Buenos Aires.
Ellos también se ocuparon de organizar la rebelión en el campo y en la
ciudad, realizando reuniones secretas y conspirativas, poniendo al tanto
a los simpatizantes de la causa, y en el campo soliviantando a las
bases campesinas indígenas. Sobresalieron igual terratenientes que
colaboraron con sus peones y contribuciones económicas para la lucha
patriótica.
3.¿Se puede afirmar que la revolución de septiembre pidió la independencia?
EA: Los primeros movimientos no estuvieron del todo definidos por la
independencia del 6 de agosto de 1825. Durante el amanecer del 14 de
septiembre de 1810, en la que se denominaba Villa de Oropeza, la jornada
de la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, con el asalto al
cuartel realista, la toma de la Plaza Mayor y el cabildo de gente
gritando “¡Viva el Rey (Fernando VII), muera el mal gobierno y viva la
Patria!”, todavía no estaba definido el tema de la independencia. Años
después recién se definieron por la lucha revolucionaria, por la
emancipación y fueron mucho más radicales.
GR: El
tema de la independencia es mucho más posterior. Los sectores más
avanzados pedían en inicio una suerte de autonomía y renegociación
dentro del reino; pero, en realidad, lo que estaba sucediendo era una
transformación del lenguaje político, porque cuando el rey expresó la
teoría de la retrogresión, aquella que dice que el poder debe volver al
pueblo, abrió un nuevo escenario político a la duda de saber quién es el
pueblo. En la lógica colonial el pueblo son los ciudadanos preclaros,
letrados, criollos o españoles; sin embargo, cuando esas fronteras se
rompieron, irrumpieron otros grupos como mestizos, indígenas o mujeres.
Hubo una revolución no tanto por la independencia, sino por la
redefinición del concepto del pueblo y de los ciudadanos.
4.¿En qué aportaron los indígenas a la revolución del 14 de septiembre de 1810?
GR: La presencia indígena estuvo marcada no tanto por lo que sucedió el
14 de septiembre de 1810 —aunque es seguro que una parte de la tropa
era de origen indígena o mestiza, que era finalmente la mayoría de la
población—, sino por lo acontecido en la gran rebelión indígena de 1781.
Cochabamba tuvo algo así como su propia rebelión: así como en La Paz
estuvo Katari, en Cochabamba estuvieron varios caciques en esa revuelta.
Esto no puede entenderse sólo el 14 de septiembre, los grupos criollos
fueron afirmando su poder sobre los indígenas, que tuvieron su propia
perspectiva.
EA: El 14 de septiembre fueron
movilizados los indígenas que se encontraban al servicio de las
haciendas en el campo, en los valles de Cochabamba, en calidad de
peones, pongos o siervos dedicados a los trabajos agrícolas. Su concurso
representó una fuerza decisiva soliviantada. En el transcurso de toda
la guerra de la independencia la participación indígena era requerida
por ambos bandos. Por ejemplo, en el ejército del realista de José
Manuel de Goyeneche, la mayoría eran indios reclutados en Cusco, Puno y
otros lugares. Hubo contingentes indígenas que lucharon defendiendo la
bandera del rey, encabezados por los indios principales, curacas y
caciques. Referente al concurso indígena en las tropas patriotas, se les
pidió su cooperación en servicios auxiliares.
5.¿Qué relación hay entre la revolución de septiembre y las revoluciones de La Paz y Chuquisaca?
GR: Sin duda, entre las tres predomina cierta influencia y simpatía,
porque a pesar que las distancias en ese momento eran enormes, las
comunicaciones complicadas y difíciles, y las autoridades españolas
establecían un control que comprendía el registro de las comunicaciones y
de la correspondencia, es posible presumir que los que estaban en
Cochabamba tenían información, incluso nexos con Buenos Aires, donde
había un sacerdote (Iturri Patiño) que les enviaba comunicaciones y que
tras ser descubierto fue tomado preso y enviado a Potosí. Es probable
que hayan tenido comunicaciones. Estamos hablando de una época, no de
individuos aislados. Es una época y, por tanto, hay muchos actores.
EA: La relación de los hechos de septiembre con las anteriores dos
revoluciones son, principalmente, las comunicaciones que traían los
emisarios con cartas, instrucciones y pasquines procedentes de
Chuquisaca y de La Paz.
6.¿Qué otras batallas importantes protagonizó la región en el proceso independentista?
EA: La Batalla de Aroma del 14 de noviembre de 1810, las expediciones
hacia Oruro y La Paz, a Vallegrande. Las batallas de Guaqui,
Amiraya, Quehuiñal, la segunda revolución de Cochabamba, las posteriores
rebeliones de Cochabamba y la Republiqueta de Ayopaya que terminaría
con la última revolución de Cochabamba el 14 de enero de 1825, un
pronunciamiento realmente independiente con la consigna: Ni con España,
ni con Perú, ni con Buenos Aires.
GR: Para mí la
revolución no es una relación compleja entre las élites cochabambinas y
las élites porteñas o las élites del Virreinato del Perú, sino que
implica el cambio del lenguaje político. Sí existen algunos
acontecimientos como la Batalla de Aroma, en noviembre de 1810; la gran
derrota de Guaqui en junio 1811. La primera fue vivida como un triunfo y
es otra como la gran derrota del ejército patriota del norte donde
estuvieron porteños, cochabambinos, sucrenses, paceños. No existió una
nacionalidad.
7.¿Cuál fue el papel de las mujeres en la insurrección cochabambina?
GR: Cuando estalló el proceso independentista, la mujer no era vista
como alguien que está presente en la guerra. Una de las pequeñas pistas
que existen nos permite señalar que ellas, tanto criollas como mestizas e
indígenas, cumplían varios papeles en la cura de los heridos, en ver
uniformes, en preparar vituallas y, muchas veces, acompañando a las
tropas de Cochabamba en calidad de rabonas, es decir cocineras. También
transportaron información y secretos. No fueron visibles en el escenario
mismo de la guerra, no estuvieron en la batalla, pero acompañaron todo
el proceso de cerca.
EA: Las mujeres hicieron el
papel de acopio o de obtener información de las esferas de alto nivel
del gobierno colonial, como ser las decisiones o los movimientos de
tropas. También se les encargó la labor de espionaje y muchas ofrecieron
sus casas para las reuniones conspirativas. Figuran, por ejemplo, doña
Luisa Zambrana, las hermanas Juana y Lucía Ascui, así como esposas de
jefes patriotas como Manuela Rodríguez Tercero, María Dávalos de Guzmán,
María Manuela de Quiroga, Josefa Montesinos y Lucía Alcócer, que
colaboraron organizando las tertulias conspirativas y la logística para
distribuir y guardar los víveres. El mismo 14 de septiembre, las
comerciantes del mercado ayudaron saliendo a la calle armadas de palos y
cuchillos.
8.¿Quién o quiénes son los héroes olvidados de la revolución del 14 de septiembre de 1810?
EA: Fueron el comandante José Manuel Chinchilla, el soldado Justo
Guzmán, el teniente Manuel Guzmán, el alférez José María Montesinos, el
alférez José Manuel Lozano, don Agustín Ascui, don Francisco Carrillo,
don Baltazar Cárdenas, el doctor Mariano Montesinos, el comandante José
Miguel García Lanza y don José Rojas de Sacaba. Y todos los miembros del
cabildo revolucionario de septiembre de 1810, de la Republiqueta de
Ayopaya y de Vallegrande.
GR: No creo que sean
nombres puntuales de personas, considero que en todo este proceso de la
historiografía liberal y nacionalista posterior, hay un grano olvidado
que es el pueblo, o sea, mestizos e indígenas. Reitero lo que mencioné
con anterioridad, los grupos criollos o de indígenas no tenían la misma
perspectiva, no tenían la misma forma de entender esta disputa por el
poder. Por eso digo, y dicen algunos historiadores, que siendo una
guerra por la independencia fue también la guerra civil entre los
distintos actores que trataron de acomodar sus intereses y sus propios
proyectos en el marco de la crisis del Estado colonial. La crisis desató
conflictos internos que estaban dormidos o que estuvieron presentes
antes, por eso todo llegó a ser un largo proceso que no debe
concentrarse solamente en lo sucedido el 14 de septiembre.
9.¿Cuál es el significado histórico de la Republiqueta de Ayopaya en la lucha independentista?
GR: En la guerrilla de Ayopaya, que tuvo como base Inquisivi, se ven
aspectos importantes. Por un lado, nuevas técnicas de guerra que ya no
son las confrontaciones formales como las de tropas que se enfrentan en
un territorio delimitado, como ocurrió en Aroma o en Guaqui. Es una
guerra de guerrillas, es decir, atacaban y se retiraban. Militarmente,
así se puso en jaque a las tropas españolas porque se tuvo la capacidad
de vencerlas; en realidad la derrota de las tropas españolas vino por el
ejército del norte, por Simón Bolívar, Antonio José de Sucre, mientras
la republiqueta aguantaba.
EA: Militarmente, Ayopaya
fue considerado un lugar inexpugnable. Además de tener una misión
estratégica por su espacio ubicado entre La Paz y Oruro, que controlaba
los accesos en los caminos de Oruro, La Paz y Cochabamba, fue un puesto
de avanzada del ejército patriota que cumplía las instrucciones de dar
guerra sin cuartel a las órdenes del Pelayo altoperuano, el comandante
José Miguel García Lanza, nacido en Coroico, en los Yungas de La Paz,
que coordinaba las acciones con el comandante gaucho Miguel de Güemes .
Por último, la republiqueta se consolidó como un refugio seguro, porque
estaba cubierto por quebradas, cerros y serranías de topografía
accidentada que favorecían a los combatientes guerrilleros patriotas.
10.¿En qué contribuyó la revolución al proceso independentista del continente?
GR: No creo que con el 14 de septiembre de 1810 se diera algo así como
una declaración de la independencia, ésta se definiría entre 1824 y
1825. Ello porque la cabeza de quienes estaban el 14 de septiembre se
movía en términos políticos dentro de la triada “Rey, Patria, Dios”. Lo
que he planteado varias veces: Ya que no está el rey, ¿a quién le
corresponde reemplazar el poder? Ésa es la pregunta central, no está
planteada en términos de separación o de una lucha entre realistas y
nacionalistas, está planteada en términos de poder.
EA: Después del levantamiento del 14 de septiembre, secundaron en ese
ejemplo Santa Cruz, Oruro y Potosí, el objetivo de los jefes
revolucionarios fue unificar todos los movimientos aislados. Se organizó
el primer ejército de liberación con criollos, mestizos e indígenas,
cuya misión fue defender los movimientos de los ejércitos de Buenos
Aires y consolidar la emancipación de Buenos Aires y el continente
sudamericano.
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