En 1739 era Corregidor y Justicia Mayor de la Villa Martín de Espeleta, cuando por boca de un traidor, Bernardo Ojeda, se denunció un intento de sublevación en la ciudad de Oruro (Alto Perú), la encabezaba el criollo Juan Vélez de Córdova, quien decía ser descendiente del inca y tras una labor preparatoria que duró bastante tiempo, y que a la vez, había establecido alianzas con poblaciones cercanas a la ciudad a través del cacique Eu-genio Pachacnina y haber hecho viajes entre Arequipa y Cusco, el levantamiento debía estallar el 8 de julio de 1739, en ese trajín los complotados fueron aprehendidos. Vélez, Pachacnina, Miguel de Castro y otros luego de sufrir terribles torturas fueron ejecutados al garrote, torciéndoles el cordel al cuello hasta que mueran. El traidor Ojeda fue premiado con el nombra-miento de Gobernador de los indígenas y el virrey del Perú Antonio de Mendoza, informado de los sucesos de la conjura-ción, aprobó todos los actos del Corregidor Espeleta.
Lo importante de este movimiento rebel-de fue que elaboraron un manifiesto que contenía los siguientes puntos: Fin de la mita, del reparto y del tributo. Restaurar lo propio y libertar estas tierras purgándola de la tiranía de los Guampos. Por tanto, este manifiesto constituye el primer pro-grama político surgido en una rebelión del siglo XVIII.
No hay comentarios:
Publicar un comentario