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jueves, 30 de abril de 2015

Hoy se evoca la última batalla que libró el “Moto” Méndez



Con la intención de rectificar la vida y obra de Eustaquio Méndez, el historiador Elías Vacaflor Dorakis realizó una investigación documental en el que se refiere concretamente a los acontecimientos suscitados entre el 30 de abril al 5 de mayo de 1849 y a su principal protagonista: la Batalla de “Santa Bárbara”.

Fatídico desenlace
En ese entendido, es necesario decir que el fatídico desenlace del 30 de abril de 1849, tuvo un motivo: el odio y rivalidad entre José Miguel de Velasco y Manuel Isidoro Belzu. El 6 de diciembre de 1848, Belzu derrotó a Velasco en la batalla de “Yamparaez” y asumió la presidencia provisoria del país. Escapando los vencidos a la Argentina, y desde allí tramaron resistencia e ingresaron a Bolivia por la frontera; es decir, por Tarija.
La tropa estaba al mando del general Sebastián Agreda y del coronel José Rosendi, acólitos de José Miguel de Velasco, que ante la escasa defensa que ofrecieron el Prefecto de Tarija Pedro González y el Comandante Militar, coronel Gandarillas, ingresaron y ocuparon la ciudad de Tarija para cumplir dos órdenes expresas: desestabilizar al Gobierno de Manuel Isidoro Belzu y atrapar a Eustaquio Méndez Arenas.
Pero Méndez, anoticiado de la situación imperante, reorganizó su ´celebre” Escuadrón “Méndez” compuesto por 500 chapacos y, pasado el mediodía del lunes 30 de abril de 1849, se dirigió a la Ciudad de Tarija.
En el lugar denominado “Santa Bárbara”, aproximadamente a unos dos kilómetros de “San Lorenzo”, a las 17.30 ambas tropas se enfrentaron y; luego del cruce de fuego, se impuso la tropa al mando de Rosendi. Méndez y algunos de sus hombres lograron escapar dirigiéndose hacia “San Mateo” y “Las Barrancas” pero fueron alcanzados.
El Prócer, muy mal herido, cayó de su caballo para luego ser atrapado. Ultrajado y torturado brutalmente, fue trasladado a lomo de animal hasta la cárcel del Cabildo Capitular en la Ciudad de Tarija, y en la celda denominada “infiernillo”, continuó siendo objeto de torturas.
En la cárcel permaneció aislado, y sometido a todo tipo de vejámenes por sus captores hasta el 2 de mayo, situación que provocó que su salud se deteriorara aún más. En ese grave cuadro de situación, ese mismo día, a la una de la tarde, Méndez dictó su testamento ante el Escribano Público, Agustín de Mendieta, amigo y compañero.
Inmediatamente, la Señora Francisca Ruiloba de O’Connor, en un gesto que la enaltece por su humanismo, interpuso sus buenas gestiones y logró convencer al Prefecto golpista Gral. Sebastián Agreda para que Méndez sea trasladado al domicilio del Gral. O’Connor y reciba los auxilios necesarios. Aceptada la solicitud, fue trasladado y allí permaneció hasta el día de su muerte: al atardecer del viernes 4 de mayo de 1849, a la edad de 65 años, en la habitación “…cerca de la vieja cocina…”, sobre la actual calle Bolívar.
De acuerdo a las investigaciones de Vacaflor Dorakis, los restos mortales del Prócer, si bien fueron enterrados en el Panteón de los Jesuitas, nunca más fueron habidos; por cuanto, a partir de abril de 1930 y cumpliendo las instrucción del presidente de la República, Hernando Siles Reyes, la empresa “Fortunato Hermanos” (La Paz), se adjudicó la licitación para la construcción de “La Casa de Gobierno” en la Ciudad de Tarija.
A partir del mes de mayo del mismo año, se procedió a la demolición de todas las construcciones antiguas y, los restos mortales allí encontrados, fueron extraídos y llevados al nuevo panteón, ubicado en la zona norte de la ciudad (extramuros). Los restos mortales fueron extraídos sin control alguno ni se tuvo el cuidado necesario. Por lo tanto, la Urna que se encuentra en la “Casa Museo” y la tumba en el Cementerio General, ambos en la localidad de “San Lorenzo”, sólo son repositorios simbólicos.
La construcción del “Palacio Prefectural”, fue concluida a inicios de julio de 1931 y la inauguración se realizó en Acto Oficial y Solemne el 6 de agosto de 1931 como homenaje a la Conmemoración del Primer Centenario de la Creación del Departamento de Tarija (Ley de 24 de septiembre de 1831 promulgada por el presidente constitucional Andrés de Santa Cruz Villavicencio y Calahumana)
Esta es la reseña histórica del héroe y caudillo indiscutible, cuya realización vital se movió en la jurisdicción de la otrora provincia de Tarija, pero cuya fama trascendió las fronteras entre la gloria y el fracaso, entre el exterminio y la destrucción, entre el silencio y el terror y el respeto de propios y extraños por su protagonismo.
Es, entonces, la historia de una vida repleta de triunfos y satisfacciones, pero también, de esfuerzos, carencias, tristezas, penalidades, deslealtades e innumerables sinsabores vividos cerca y lejos de su familia. Ese es el precio de la fama y la gloria y el común denominador que se arraigó entre la memoria colectiva del pueblo tarijeño y siempre se impuso: el olvido y la indiferencia.

Los documentos históricos que fueron consultados
1. La Partida de Nacimiento: el Prócer nació el 19 de septiembre de 1784 y; fue bautizado, el 20 del mismo mes con un solo nombre: Eustaquio.
2. Gaceta del Gobierno de Lima: el Gral. La Serna eleva al Virrey Joaquín de Pezuela un informe el 16 de diciembre de 1818 sobre Eustaquio Méndez y sus dos sobrinos de apellido Segovia, cuya gravedad amerita un análisis.
3. El Parte Militar de 30 de abril de 1849 sobre la batalla de “Santa Bárbara”.
4. El Testamento, dictado ante el Dr. Agustín de Mendieta el 2 de mayo de 1849 a horas 13 y en cuya carátula se lee “Eustaquio Méndez”.
5. El Certificado de Defunción, asevera que Méndez fue enterrado el 5 de mayo en el panteón de la Iglesia Matriz (hoy Catedral de Tarija).

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