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lunes, 20 de octubre de 2014

Los kollas: enfoque de Huamán Poma La Paz, hija de la luna y del puma

Huamán Poma, cronista indio y autor de “El Primer Crónica y Buen Gobierno”, concluida al parecer en 1613, durante el apogeo del sistema colonial español, escribió y dibujó a la gente del Kollasuyo, los kollas, con el distintivo de una media luna en sus gorros, bonetes y así como un pendiente con dos medias lunas o más, a la altura del cuello.

El histórico trabajo fue publicado en nuestro país, Bolivia, en julio de 1942, en el Boletín de la Sociedad Geográfica de la Paz, número 64, gracias a su entonces presidente Arthur Posnansky, estudioso de la cultura Tiwanaku y autor de varios libros de gran valor científico y cultural, imprescindibles para comprender y explicar nuestro remoto pasado.

MEDIA LUNA

¿Por qué los kollas tenían una media luna como distintivo? Si bien, historiadores y arqueólogos bolivianos y extranjeros admiten que debido a la influencia de la invasión inca al Kollasuyo, el dios principal fue el Sol, en cambio testimonios como el de Huamán Poma y vestigios encontrados en monolitos de piedra y vasijas de excelente alfarería tiwanakotas muestran indicios de que el cuarto menguante, parte visible de la luna, tenía particular significado para los habitantes kolla-aymaras.

En 1945, Zacarías Monje Ortiz, primer premio de Historia, municipio paceño, por su estudio “Fundación de la Ciudad de La Paz”, corrobora la presunción de que, los ayllus pobladores de la antigua Chuquiago Marka tenían como diosa principal a la Luna.

CHOQUEHUANCA

“Al estudiar a Laikakota, hablamos de la correlativa laguna consagrada a las entidades lunares o cullawas y cuando nos referimos a Wiñaymarka quedó constancia de que ésta pudo contar con su waka lunariana, la misma que desapareciera con la ciudad madre inexistente hoy”.

Zacarías Monje, agrega: “Aquella figura (deidad lunar), ha debido existir. (...) La Choquehuanca, siendo objeto lunar, ha tenido que estar en la Mamawacha o Templo de la Luna, cuya ubicación, por analogía, hemos propuesto a orillas de la pequeña laguna Laikakota, junto a la metrópoli Wiñay Marka, La Paz”.

Prosigue Monje Ortiz: “ Los ‘irpas’ fueron guías o iniciados en el culto a la luna (…) El término Huanca (Wanka) para los iniciados aparece en Bolivia en Wancapampa cerca del Illimani, Wancané en Sud Yungas y en la provincia Abaroa (Challapata), todas estas localidades por sus nombres acusan su origen aymara y estuvieron ocupadas por irpas”.

José Huidobro Bellido, conocido antropólogo sobre el tema, dice en su folleto “La Paz, El Valle del Dios Illimani” lo siguiente: “La gente de este asiento y pueblo de Chuquiago tenían por adoración una huaca que se llamaba Choque-Guanca, que quiere decir señor del oro que no mengua, porque al pie de dicho cerro y junto a él están muchas minas de oro que se han labrado y beneficiado en tiempo de la gentilidad”.

ALTURA DEL QUERERSE

Otro investigador de la época, José María Camacho, refiriéndose a Munaypata, escribe: “Los mozos casaderos de cada marka, reuníanse en Munasiñapata o Munaypata, en el PLENILUNIO de las noches estivales, a cantar y bailar canciones de amor, BAJO LOS AUSPICIOS DE LA LUNA, protectora de las almas enamoradas. Se entablaban los conciertos matrimoniales…”.

Hemos destacado al astro lunar, en esta sugerente nota respecto a que, los kolla-aymaras practicaban el culto lunar, supeditado durante la invasión inca a un culto menor.

CHUQUIAGO – PUMA

En el horizonte Tercero de Tiwanaku, Chuquiago Marka estaba poblada por numerosos ayllus. Según indica Thierry Saignes: “Los recursos naturales no explican toda la atracción del valle. La admirable situación geográfica de la cuenca tiene que ser ponderada. Se encuentra al cruce de tres zonas ecológicas complementarias y sobrepuestas según gradiente altitudinal: camélidos (lana y charque), tubérculos (papa, chuño, oca), y granos (Quinua, cañagua) de las punas: maíz del valle mismo (Calacoto, Achocalla, Achumani) y de los valles quiruas (Palca, Sapahaqui, Luribay), y coca y frutos tropicales de los Yungas Chapis (Chulumani, Irupana), de la vertiente amazónica de la Cordillera Real”.

Pues bien, citamos nuevamente a José Huidobro Bellido: “Hemos podido comprobar que durante el dominio de Tiwanaku, la urbe (Chuquiago), tenía la forma de cabeza de camélido, imitando a la forma que tenía la capital del Imperio Tiwanacota (…) con la llegada de los Incas la ciudad adquirió otro tipo de trazo imitando a la ciudad puma del Cusco. Por ello, en la realización del trazo urbanístico de la hoyada, lo que correspondió a Tiwanaku y al señorío PaKasa quedó fuera del área geográfica que enmarca el felino (…) Muchas de las actuales avenidas y calles de la ciudad (de La Paz), están trazadas sobre restos precolombinos. Un dato importante sobre la antigua Chuquiago Marka -prosigue Huidobro- volviendo al felino sagrado plasmado en el trazo de la urbe, hay que decir que la misma siguió los patrones arquitectónicos, cosmológicos y cosmogónicos de todas las ciudades andinas”.

LA PAZ, HOY

En el cielo de la ciudad de La Paz, y siempre en una de las majestuosas puntas de la montaña sagrada del Illimani (antigua waka), continúa la diosa Luna, alumbrando el destino de su hija Chuquiago Marka, mientras que el trazo urbano de nuestra urbe, tal vez y con el tiempo, vuelva a imponer al dios Puma, ambos símbolos de la historia paceña que sigue su ritmo cíclico, cobijando monumentos de antaño, de la Colonia y modernos.

Laikakota, el cerro mutilado y sin agua, perdió algo de su encanto pero no de su misterio y tal vez, quién sabe, algún día se abra el clausurado socavón de entrada a la Choquehuanca y en ella, siga en pie, la imagen de oro que condensa el espíritu y la leyenda de la diosa Luna.

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