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viernes, 19 de agosto de 2022

Segunda entrada y gran rebelión - La rebelión del Sur

Mientras Manco estaba activo resistiendo en los Andes centrales y el sacerdote Vilac Uma operaba en las montañas al sudoeste del Cusco, en el Cuntisuyu, sus comandantes llevaron los enfrentamientos hacia el sur, al Collasuyu. Por otro lado, ejecutado Almagro, los hermanos Pizarro organizaron un nuevo ingreso al Collasuyu, esta vez el ingreso no sería pacífico pues hubo resistencia de los pueblos del sur que actuaban bajo las órdenes del general inca, Tisoc. Este general había estado junto a Manco en los momentos decisivos como en los preparativos para cercar el Cusco en noviembre de 1535 (Hemming, 1971).

La rebelión del Sur

El Collasuyu era no solamente un famoso centro de riqueza minera sino uno de los últimos reductos de resistencia indígena que ya estaba alborotado a principios de 1536, cuando Rodrigo Orgóñez salió del Cusco para encontrarse con Almagro. El mismo panorama rebelde encontró el mayordomo de Almagro que iba a su encuentro con las provisiones reales. Tras el paso de Almagro y Orgóñez, la tierra estaba asolada y tensa. Paullu había establecido una alianza con Almagro contra los Pizarro, conocidos entonces como “los de Pachacamac”.

Entonces, con la muerte de Almagro, Pizarro tuvo que negociar con Paullu pues necesitaba su apoyo para ingresar nuevamente al Collasuyu. Le entregó la mascaipacha imperial, sabiendo que Paullu tenía mucha autoridad en esta región. Sin embargo, a diferencia del ingreso de Almagro en 1535, el de los Pizarro fue violento. La gente del lugar estaba en pie de guerra y el mundo indígena alborotado y dividido pues al mismo tiempo que algunos se levantaban contra los españoles siguiendo las órdenes de Manco Inca, otros apoyaron a Paullu y aprovecharon la coyuntura para sacar a la luz antiguas rivalidades internas. La rebelión de Manco en el sur comenzó con enfrentamientos entre collas y lupacas en ambas orillas del lago Titicaca, pero a pesar de las divisiones, el escenario estaba dominado por la rebelión, por lo que esta resistencia en el Collasuyu puede llamarse la segunda gran rebelión.En 1538, prácticamente todas las etnias del Collasuyu estaban alzadas, excepto los collas que después del cerco al Cusco, “habían venido de paz” (Temple, 1940). Paullu recibió el apoyo de los collas de Azángaro, al norte del lago Titicaca, y alistaron a 5.000 “indios amigos” en Jatun Colla. Los collas siempre habían sido contrarios a los incas y esta ocasión no fue distinta. Paullu, que acompañaba a los españoles, contaba con el apoyo del gobernador del Collasuyu, Chalko Yupanqui.

Por otra parte Manco Inca, con su brazo ejecutor, el general Tisoc y el prestigioso sacerdote Vilac Uma, se constituyeron en la cabeza de esta resistencia. Tenía el apoyo de los lupacas bajo el mando del mallku Cari o Caripaxa y el de los pacajes bajo las órdenes de Quintiraura que se declaró “hijo del Sol”. Como observan Platt, Bouysse–Cassagne y Harris (2006), Tisoc, tuvo que negociar con los jefes étnicos lupaca y pacaje de la región del lago Titicaca para organizar la resistencia y posiblemente bajo su instigación, el jefe lupaca Cariapaxa atacó a los collas devastando sus tierras en castigo por haber colaborado a los españoles en el Cusco.

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